CAPITULO 0
Es casi medio día y se suponía debía estar en clases aunque realmente no es que esto afectara mucho, pues no soy esa clase de estudiante que asisten a diario y tienen buenas notas, aunque tampoco es que mis notas fueran malas, tengo una actitud regular soy el típico estudiante promedio se podría decir.
Tengo el pelo humedecido y pegado a la frente ¡Agh! odio este calor insoportable, a pesar de que ya estamos en octubre pareciera como si nos hubiéramos quedado atrapados en pleno julio. Las lluvias nocturnas y los días soleados contrastan y no ayudan a apaciguar el bochorno diario
Mi cuerpo se siente pesado, trato de moverme un poco pues estar acostado sobre el duro piso puede resultar incómodo después de un rato, lo intento pero no lo logro y a cambio solo consigo un quejido.
-Mmmh ¿Yusei?- Escucho que me llama alguien un tanto confundido, lo deduzco por el tono en que pregunta aunque también puede estar adormilado.
Me levanto solo un poco y logro ver los cabellos negros algo alborotados por la reciente siesta, quisiera decirle que me está aplastando el cuerpo pero su olor me invade... umh su fragancia es agradable y un poco inquietante.
Se remueve encima de mí tratando de acomodarse mejor, estoy esperando para ver que me dirá ahora, mis ojos se encuentran con los suyos cuando él levanta la cara. Aah unos increíbles ojos negros a juego con su pelo, realmente este chico es lindo.
-¿Qué pasa?- pregunto después de unos segundos al ver que no tiene intenciones de decirme nada
-Solo me preguntaba cuanto tiempo te quedarías conmigo- Me dice en tono melancólico para después desviar la mirada, tan sincero como siempre -Abecés tengo dudas de si haces esto por compasión, es decir no quiero obligarte
Diablos realmente pensé que estábamos avanzando, aunque no puedo culparlo después de todo lo que ha pasado hasta ahora si fuera él yo también tendría dudas sobre mi
-Umm eso es algo difícil- Digo pues ¿Qué más podría decir? Me ha tomado desprevenido -Creo que en este punto ya deberías saber lo que siento por ti
-Sí, tienes razón- Me sonríe pero sé que lo hace para no preocuparme, no tengo dudas de su amor pero nuestra relación siempre ha sido así de complicada.
Lo abrazo de pronto y él se estremece por la sorpresa, me mira algo confundido con los labios entreabiertos, eso es lo único que noto y no puedo evitar besarlo, un beso tierno pues apenas si rozo sus labios con los míos cuando mi cuerpo empieza a demandar algo más, ¿realmente nunca sabré cuando parar con este chico? No quería besarlo porque sé que no me detendré una vez que lo haga
-Nnng… - No responde al instante de que mi lengua trata de entrar a la fuerza pero conforme avanzo él va aceptando el beso, enrollo mi lengua entre sus dientes moviéndola a mi antojo por todo el interior de su boca y comienzo a explorar esta cavidad húmeda rincón por rincón saboreando cada pedazo
Su cuerpo esta sobre el mío en una posición muy peligrosa, sin razonar sobre nada mis manos cobran vida propia y comienzan a meterse por debajo de su camisa
-Aaah- oigo un leve gemido y eso es todo lo que mi ser necesita, lo tomo como una aceptación y en un movimiento rápido lo tiro al piso cambiando nuestras posiciones.
Ahora él está debajo mío porque eso es él, ¡Mío! Y quiero que lo entienda. Bajo dando besos en cada centímetro de su piel, por el mentón, la clavícula y en toda la extensión de su cuello hasta llegar a su pecho y entonces me detengo observando su magnífica piel nívea, en algún punto desabroche los botones dejándolo totalmente expuesto para mí, levanto la vista pues quiero poder mirarlo en este momento.
Está totalmente acalorado y sus mejillas sonrojadas solo lo delatan más, su cara es una total lindura pues sus cejas están fruncidas y esa encantadora expresión en su rostro…
Me mira como suplicándome que no me detenga, que continúe y eso es exactamente lo que hago. Hago un camino de besos por su piel dejando marcas en cada paso hasta detenerme en uno de sus pezones, lo lamo y el cuerpo que tengo debajo de mi tiembla al instante, mordisqueo ese pequeño botón rosado que comienza a ponerse duro.
Llevo una mano libre hasta el otro y lo tomo entre mis dedos frotándolo suavemente consiguiendo que este responda igual de bien que el otro. Su cuerpo se está calentando o quizá es el mío pero la temperatura entre nosotros se hace más asfixiante.
-Ahh!..Yusei p-para.. – Me dice alarmado cuando se da cuenta que le he bajado el pantalón y ahora estoy acomodado entre sus piernas, me está diciendo que pare lo sé pero lo deseo tanto que incluso la razón se me nubla.
De una sola estocada introduzco su miembro en mi boca llevándolo hasta la garganta, cubriéndolo de saliva y presionándolo fuertemente mientras subo y bajo succionándolo por completo. Esto está mal debí detenerme hace mucho rato, estamos en uno de los salones vacíos del nuevo edifico de la escuela así que es muy seguro que nadie venga y aun así siempre está la posibilidad.
Lo sostengo entre mis labios tratando de no rozarlo con mis dientes, lo sorbo y lo succiono con fuerza, quiero que entienda mis sentimientos y que sus dudas desaparezcan aunque en mi interior sé que el único con dudas aquí soy yo.
Tengo miedo aunque nunca lo admitiría delante de él, miedo de que un día se vaya y esto se termine. Aumento el ritmo a medida que sus gemidos se hacen más fuertes, tiene la respiración entrecortada puedo oírlo
-¿Te gusta así?- Pregunto sacando su pene de repente y un hilo de saliva se cuela entre este y mi boca-Dime como debo hacerlo
Como debo hacer para que me mires solo a mí, que en todo lo que puedas pensar sea en mi, es lo que quisiera saber.
Me mira con sorpresa pero no me responde, ¿Por qué tiene esa cara tan miserable? Sé que estoy siendo cruel al hacerle esto, pero necesito sentirme seguro, quiero oírlo de él y saber que es solo mío. Quisiera tenerlo solo para mí, este sentimiento es tan egoísta y yo soy tan...
-Por favor continua- Me dice con los ojos llorosos y la voz jadeante –Te... te quiero ..Solo a ti-
Es apenas un susurro la última frase, pero a mí me basta para ser feliz, reanudo mi trabajo y en pocos segundos siento su cuerpo contraerse, el miembro que tengo dentro de mi se agranda y se pone más rígido, me separo un poco pero el tiempo se adelanta y siento un líquido que me llena, sin pensarlo dos veces lo trago todo.
Me levanto y aún tengo algo de semen en la comisura de mis labios, antes de que pueda hacer algo me toma de los lados y lame mis labios. Es inconsciente de lo que hace, si supiera cuanto me seducen su provocaciones seguramente estaría en graves problemas.
Y ahí está de nuevo este dolor en mi pecho, la duda se vuelve apoderar de mí y surge esa misma pregunta retumbando en mi cabeza…
¿A cuántos habrá seducido de la misma manera?