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Mi sol y mis estrellas por Kitzuna

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Notas del fanfic:

Mal resumen, o eso creo. (?)

 

Esta historia es dedicada a mi gansito heterosexual, espero que te guste. 

El romanticismo no me va bien, pero me esforse, en serio espero que te guste. 

Notas del capitulo:

Me inspire de un comercial. 

Pero le cambie a lo homsexual y algunas cosas más.

Espero que les gusten.

El sonido de la alarma le hizo abrir los ojos, lo apagó con pereza y se volvió a meter a la cama, pero los rayos solares se colaban entre las cortinas que se hallaban abiertas. Se levantó resignado pero una sonrisa se plasmó en su rostro, mostrando una cara boba, señal de estar enamorado.

Cualquier otro día se hubiera odiado por haber olvidado cerrar las cortinas la noche anterior, pero en esta ocasión todo lo veía perfecto.

Se estiró como un felino para luego tomar su celular y mandar un mensaje de buenos días a su querida pareja.

Ansiaba poder tenerlo a su lado cada vez que despertase, besarlo cuando recién abriera sus hermosos ojos color caramelo y decirle cuanto le amaba.

-Hoy terminara todo esto. – se dijo a si mismo con una sonrisa mientras se veía en el espejo. Se dispuso a buscar sus ropas para luego dirigirse a bañar y alistarse. Hoy sería un mañana muy larga.

 

Al terminar toda su rutina mañanera se dirigió a su auto donde puso su celular al costado del volante, donde tenía un espacio para enganchar su móvil. Prendió los motores y se dirigió a una tienda. Iba concentrado en la carretera hasta que vio un video-llamada de su querida pareja.

Bajó la velocidad del auto para no ocasionar ningún accidente y contesto la llamada, a los segundos pudo ver su carita con sueño, sus cabellos desordenados, sus ojitos entreabiertos  y sus labios frunciéndose, recién se había levantado.

-Buenos días~ -canturrio sonriendo.

-Buenos días, amor – Soltó bostezo, hizo un mohín fastidiado y se tallo los ojos. – Me despertaste, es muy temprano…

-Ya es tarde, Shima – le respondió suavemente con una risita. Lo miró unos segundos y de nuevo dirigió su vista a la pista.

-¿Q-qué? ¿Estás en el auto? – le preguntó sorprendido, formando su rostro desesperado - ¡¿Qué hora es?! ¡¿Ya son las once?! – Vio cómo su amor desaparecía de la pantalla y termino viendo el techo. Había botado el celular a algún lado, mientras ruidos extraños se escuchaba.

-¿Shima?

-¡Idiota! – El castaño tomó de nuevo el celular frunciendo el ceño – Me asustaste, pensé que de nuevo iba a llegar tarde. – su pareja le respondió con una fuerte carcajada, se sintió avergonzado.

-Cada vez que salimos siempre te demoras, la última vez te demoraste como una hora – suspiró, y vio el letrero de la tienda, estaba cerca.

-Todavía es temprano, ¿Por qué estas manejando?

-¿M-manejando? – su cuerpo se tensó y su nerviosismo se podía notar en su cuerpo. – Es… es que… tenía que pagar unas deudas, sí, eso.

-¿En serio? –preguntó dudoso. Su rostro se entristeció, últimamente encontraba a su pareja un poco extraño, nervioso. ¿Lo podía estar engañando?

¿Y si esta cita es para terminar conmigo?

-Sí, no te preocupes – suspiró aliviado al haber llegado a su destino. Frenó y se quitó su cinturón de seguridad. – Ya van a ser las once, ve alistándote, quiero que vengas temprano ¿Sí? – le dedicó una pequeña sonrisa y pudo ver como el rostro de su Shima se alegraba. Sonrió como tarado, o como enamorado que es casi lo mismo. A pesar de estar varios años juntos seguían siendo los mismos niños enamorados.

-Esta bien, nos vemos. – cortó la llamada y tomó su celular para guardarlo. Salió del auto, y se dispuso a entrar a la dichosa tienda.

Le recibió una señorita ya conocida para Yuu, le sonrió de oreja a oreja mientras le entregaba rápidamente unos pequeños cuadros del tamaño de un cuaderno. Eran unos cuantos cuadros de diferentes colores.

-Gracias – le pagó lo que correspondía y de nuevo entro al auto, poniendo los cuadros  en el asiento del copiloto.

Se puso en marcha hacia una joyería, dirigiéndose esta vez con más velocidad. Al llegar a aquella tienda lujosa se siento incomodo al ver como todos estaban muy formales, con unos ternos muy elegantes que desbordaban seriedad, algo que no le encajaba en Yuu, parecía ser serio, pero solo era apariencia, en realidad era muy risueño y divertido.

Se acercó a una secretaria y le dio un papelito, ella lo leyó, se disculpó y se dirigió a otro lugar para traer el pedido. Al regresar la señorita con una caja pequeña, sintió como vibraba su celular, se disculpó con la señorita y se dirigió a un lugar más apartado, contestando la llamada.

-Espero que sea importante tu llamada, iguana.

-¿Así tratas a tu amigo? Que mal agradecido eres Aoi.

-Reita, te insultaría con gusto pero ahora no puedo, así que ahora dime lo que quieres.

-¿Dónde estás? ¿Estas cerca? ¿A qué hora llegas? ¡Ya estamos aquí!

-¿Eh? Espera, espera ¿Ya están todos reunidos?

-¡Sí, tarado!  Ya falta poco para las 11:30.

-¿En serio? ¡Mierda! – exclamó con fuerza y sintió todas las miradas de fastidio de las demás personas. Sonrió nervioso y miró a otro lugar avergonzado. – Voy yendo, no se vayan… por favor.

-No te preocupes, sabes que Uruha siempre llega tarde.

-Eso espero, nos vemos. – colgué y me fije en la hora 11:20 ¿Tan rápido paso el tiempo?

Sintió como un escalofrió pasó por su espina dorsal y su cuerpo empezó a temblar suavemente. Suspiró nervioso y fue de nuevo con la señorita, ella le entrego su caja y él le pago con una tarjeta de crédito.

Camino hacia la salida y al entrar al auto abrió la caja, ahí se encontraba dos rosas bañado en plata,  ellas se unían por una base cuadrada, de un tamaño mediano, también bañado en plata.

Sonreí sintiéndome nervioso y ansioso, prendí los motores y me dirigí con máxima velocidad hacia una plaza que se encontraba frente al mar.

Al llegar a su destino sintió como todos sus nervios fluían por todo su interior. Se estacionó y al costado pudo ver a una niña que le sonreía. Ella se acercó y él salió su auto agarrando los cuadros y la pequeña caja.

-Está todo listo, señor – le dijo la niña, aproximadamente unos 10 años que sostenía bastantes globos de diferentes colores.

-Gracias – le entregó dinero y le revolvió los cabellos – A la señal, ya sabes.

Se puso a correr dentro de la plaza subiendo las escaleras eléctricas para llegar al segundo piso, donde encontró a sus amigos de la banda.

-¡Chicos! – gritó con esfuerzo, sintiendo su aire irse de sus pulmones. – Tomen – les entregó a cada uno los cuadros.

-Valla, se nota que si te esforzaste en todo esto – comento Reita, él se encontraba con una camisa negra con un estampado dorado, a su lado se encontraba Ruki que lo abrazaba con un brazo y el otros acomodándose sus cabellos y las gafas enormes para luego acomodarse una camisa suelta y sin su infaltable bolso.

-Todo saldrá bien – dijo sonriente Kai, él se encontraba una camisa blanca y unos shorts sueltos hasta la  rodilla, igual que los demás, Miyavi, Kaolu, Shou y Nao.

 

Su cuerpo empezó a temblar más fuerte y el color de su piel se iba palideciendo, tenía miedo, ¡Quería irse!

-Tranquilízate, Aoi – habló Ruki, con esa voz imponente, profunda – Él te ama.

-Eso lo veremos hoy – susurró mirando las rosas que tenía en su mano.

-¡Vamos! ¡No te preocupes! – Comentó Shou junto con Nao – llevan mucho tiempo juntos.

Su sonrisa apareció pero se borró al ver el mensaje que le había mandado Uruha.

<< Llego en cinco minutos, o eso espero>>

-¡Mierda! ¡Ya viene!

-¡No te pongas así, Aoi! ¡Me desesperas!

-¡No puedo!

-¡Joder, Aoi! ¡Pareces gay!

-¿Gay? ¡Yo no soy gay!

-Si claro, bien que babeas por Uruha.

-Solo me gusta él…

-Si como digas~

-Ahí viene – dijo Ruki jalando a todos para que se dispersen entre las personas que habían.

 

Aoi vio como Uruha se acercaba y escondió las flores llevando a su espalda. Lo observó mejor y pudo ver que su Shima tenía puesto unas gafas grandes pero pudo ver el tono carmín en sus mejillas, llevó una de sus manos sueltas hacia su mejilla y lo acaricio con una suavidad, sintiendo como el calor subía en sus mejillas. Se quitó las gafas y lo dejo colgando en su camisa blanca que traía puesto.

Simplemente hermoso.

-Oh, llegaste temprano – comentó para relajarse.

-Ya, no te burles – dijo formando un típico puchero, no se pudo resistir y le dio un pequeño beso en aquellos labios tan peculiares. Sonrió como un verdadero tonto y le entrego  el ramo bañado de plata, los ojos de su Shima se agrandaron a más no poder, sonriendo de oreja a oreja. –Es… es hermoso, Yuu – tomó el ramo y se lanzó a abrazarlo y llenarle de besos por toda el rostro, sin borrar su sonrisa.

-No agradezcas, mi amor, solo es un pequeño detalle. – sonreía como nunca antes lo había hecho, se sentía completo junto a su Kouyou.

Sí, a pesar de tener un poco más de 30 años, eran como un par de adolescentes, pero no como cualquier adolecente que decía enamorarse de cualquiera, sino de ese tipo de adolescentes apasionados que encontraban su complemento.

Yuu se apasionó por la música, lo cual lo llevó a conocer a Kouyou. Sus dos grandes pasiones.

 

Tomó la mano desocupada de Uruha y lo llevó al balcón, era un lugar hermoso, donde se podía observar el inmenso mar azul y las aves volar libres. 

Aoi volteó a ver su pareja y pudo ver como él tenía sus labios curvados formando una hermosa sonrisa, sus cabellos bailaban junto al viento, pudiendo apreciar más su rostro. Su ser perfecto, que brillaba más al ser resplandecido por el sol.

 

-Eres mi sol y mis estrellas…

Kouyou lo miró sorprendido, no esperaba esas palabras justo ahora, sonrió, le encantaba que le dijera así. Se acercó lentamente hacia él y con los dos brazos le rodeo el cuello para poder besarlo lentamente pero profundo, unos besos que te llenaban el alma.

-¿Te parece si vamos a dentro? Hace mucho sol – comentó Uruha.

-Mejor no, el sol del mediodía es hermoso – suspiró, se acercó a la baranda de seguridad y miro hacia abajo, pudo ver a la niña que le sonreía, le devolvió el gesto y volteó a ver a la persona que ama - ¿Te parece si te tomo unas fotos? – preguntó Aoi un poco nervioso.

-Ah, sí.

-Sacó su celular y puso la cámara. Uruha se posiciono más lejos de la baranda y todos los chicos corrieron hacia atrás de Kouyou, sonriendo y levantando los cuadros con las dos manos.

-¿Listo? – le preguntó y a los segundos pudo ver como los globos de diferentes colores adornaban el cielo detrás de su amado. - ¡Perfecto!

Tomó varias fotos donde salía sonriendo y agarrando el ramo de plata.

-¡Listo!

-Oh~ quiero ver las fotos – le pidió sonriente. Aoi le dio el celular enseñándole las fotos, pudo observar su cara de asombro, al ver como los globos adornaban el paisaje, pero lo que  más le impacto fueron los cuadros que sostenían los chicos, miro hacia atrás de él y vio a los chicos sonriéndoles aun sosteniendo los cuadros que decían:

“Marry me”

 

Uruha llevó una mano hacia su rostro, intentado tapar su rostro asombrado. Aoi sonrió de oreja a oreja y tomó el ramo de plata, arrodilló una de sus piernas y la otra la flexiono. Agarró la base de las rosas que tenía forma de cajita y lo destapó, dejó las rosas a un lado y le enseñó los anillo que estaban dentro.

Su cuerpo se tensó, se sentía mucho más nervioso que antes, y más al ver como las personas se reunían alrededor de ellos, para poder apreciar la escena.

Suspiró y cerró los ojos asustado - ¿Te quieres casar conmigo?

Abrió los ojos y pudo ver como su Shima tenía los ojos brillando y como aun una mano tapaba su bello rostro.

-¿Qué dices, Shima?

Silencio, silencio recibía de respuesta, un silencio que lo empezaba atormentar.

-Lo siento – lo escuchó decir y sintió como su corazón se detuvo. Las personas que estaban mirando gritaban disconformes. Aoi también lo estaba.

-¿Es en serio?

 

¿A caso no lo amaba? ¿Todo ese tiempo fue una vil mentira?

 

Todo parecía que desapareciera como cenizas, y los únicos que quedaban era Aoi y Uruha.

Una lagrima resbalo por su rostro al ver como su Shima lloraba tapándose el rostro mientras negaba con la cabeza.

¿Todo era un sueño, no? – Se preguntaba – Por favor alguien díganme que es un mal sueño, que al despertar podre volver a sonreír.

-¿Por qué?

Koyou se acercó lentamente hacia él y se arrodilló ante él, le tomó el rostro y le dio un suave beso, pero no fue correspondido. Aoi se sentía burlado.

-No hagas esto Kouyou… duele…

-Yuu, mi amor, déjame terminar.

¿Terminar? Algo de su interior se rompió  y las lágrimas brotaron sin parar.

-No, no, no, Yuu – su rostro se tornó desesperado – no me estas entendiendo… yo… yo… - el tono carmín se apodero de su rostro - ¡Yo si me quiero casar contigo!

El rostro confundido de Aoi le causó ternura, le dio un beso en los labios para luego proseguir – No me dejaste terminar, Yuu – agarró la cajita sonriendo y se puso en su dedo. Sonriendo de lo más radiante.

Aoi lo abrazó, escondiendo su rostro en su cuello, llorando como un niño pequeño, pero las lágrimas no eran de tristeza, lloraba porque que todo la tensión había pasado y ahora estaría feliz junto a su Shima.

-Te amo, mi sol y mis estrellas.

-Yo también te amo, luna de mi vida.

 

Notas finales:

Mal final, lo siento, no soy buena escritora.

Disculpen si hay horrores ortograficos, no me fijado, si hay una me la hacen saber, por favor.

 

Gansito, si no te gusta me la haces saber para escribir otro hasta que te guste (?) 

Si es que vale la pena dejen rvws. 

 

Kitzuna 


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