Gatos.
Un gato es creado por humanos
Sus cabezas tienen la forma de un gato, por eso el nombre “gato”
Ellos admiran a sus amos en todo
Si ellos no son cuidados por su amo mueren…
- Qu… qu… ¿Qué demonios trajiste a la casa? ¡GOU! – exclamo furioso el mayor de los Matsuoka
- Es kou- corrigo la chica
- Eso que mierda importa…
Esta es la introducción a las no precisamente mascotas “gatos”
El cuerpo del mayor temblaba de ira, nunca fue bueno en el manejo de sus emociones, tomo un respiro y peino su cabello rojizo, fijando su mirada en el pequeño frente a el. Tan bajo como su hermana o aún más, su cabello gris que bajo la luz de aquella lámpara sobre salía en plateado, piel tan blanca cual porcelana, vestido con aquellos pantalones cortos, sus ojos vendados y las pantuflas seguramente del mayor albergado sus pequeños pies. Todo en el trasmitía fragilidad y cuidado.
Eso no era el problema
- Te he preguntado qué es esto?- señalando al pequeño
Situados en el recibidor del apartamento, este era sin duda el peor recibiendo que había tenido en toda su vida y la molestia aun no desaparecía por mucho que la imagen de su hermana menor y aquel chico resultara encantadora.
- A que te refieres… oh será que…- tomando los hombros del pequeño acercándole justo frente al mayor-… realmente eres pasado de moda onii-san, siempre me dije que si no había nada divertido compraría uno de estos
- Eso no es algo que puedas traer a casa solo por capricho eso es… un “Gato” – por fin exploto
Resaltando las orejas sobre la cabeza del peligris, mismas que se hacen hacia atrás como gesto de miedo, estaba asustando al pequeño sin proponérselo y ese no era objetivo. Debía de concentrarse en Gou.
- Gou él no es juguete o algo parecido- suavizó su voz y espero alguna reacción del neko, pero debía ser serio en el asunto- ellos tienes sentimientos, no es algo que se compre por un capricho- nunca creyó sentirse decepcionado por ella.
Un gato qué diablos podría hacer ella con uno
- Si eres tan serio harás un buen trabajo con el – la chica estaba comenzando a impacientarse, aquel pequeño gato debía de alegrar a su hermano, el necesitaba a ese pequeño, a su hermano le faltaba sexo.
- ¿huh?-aquello no estaba en sus planes
- Entonces puedo dejar que cuides de él…- contestaba emocionada la peliroja- toma lo como un regalo muy especial.
No perdiendo tiempo en desatar la venda. Ella y su madre creían que un poco de compañía le vendría bien al mayor, tan solitario y desinteresado en el amor, una mascota era sin duda la solución a su problema. Los muñecos gatos después de todo admiran en todo a sus amos, no importaría el comportamiento tosco de su hermano aquel pequeño seguiría a su lado, no se preocupaba de un posible daño Rin se cortaría primero una mano antes de tocar al neko, aun que esperaban que fuera de otra forma más íntima.
- No espera yo no….- lo querio. las palabras murieron en su boca.
La venda quedo en las manos de hermana y aquello grandes ojos azules le miraban con atención, noto un pequeño lugar en diagonal bajo su ojo derecho, levantando su nariz e inclinando la cabeza ligeramente hacia atrás en forma de reconocimiento, parpadeando en su dirección - de Rin-
- Gusto en conocerlo amo- su voz salía acompañada de un ronroneo suave y un sonido algo agudo, justo lo que esperaba de ese “pequeño” cuerpo.
- ¿Cómo diablos sucedió esto?
Es decir el chico no le podría desagradar, no lo conocía, sin mencionar que su imagen eras más que atrayente, no era tan pequeño lo justo para llegar a la altura de su hombro, esbelto y esos llamativos ojos azules, muy distintos a los que conocía. No importaba que fuera un macho después de todo no era un amante. Pero cuidarlo, ser responsable de otra persona cuando apenas lo era de su vida, no era que llevara su cuerpo o vida al límite pero reconocía que siempre fue muy duro consigo mismo, siendo el respaldo de su madre cuando su padre murió, el protector de Gou y hermano celoso, pero una Mascota como la chica dijo era…
- Amo… ¿es que no le gusto?
Esa voz lo saco de sus pensamiento y la mirada de dolida del chico, le había mirado a los ojos era sin duda dueño y responsable del menor, no podía simplemente dejarlo en la calle.
Si no son amados por sus amos morirán
- Puedes dejar de llamarme amo. Solo Rin está bien- suspiro
- Si amo Rin – hablo muy alegre
- Porque no lo entiendes- entrecerró sus ojos, algo no estaba bien con ese chico
- Eso significa que lo aceptas- regreso su mirada a su hermana casi olvida que ella era la responsable de todo y la miro desaprobatoriamente, no le había dejado opciones, solo… solo lo dejo a su suerte
- ¿Cuál su nombre?- que más podría decir
- Nitori- contesto en el mismo tono alegre la única mujer, sin molestarse en ocultar su sonrisa ante la situación
- Nitori? Es por el numero en su mano
La joven un poco confundida tomo la mano del chico que parecía hablar solo cuando se le fuera indicado percatándose del numero tatuado en dorso de su mano 02, detalle que para ella paso desapercibo, sonriendo aún más su onii-san había prestado más atención al pequeño de la que el aparentaba.
- No lo había notado pero puedes llamarlo Aiichiro, es un nombre más lindo así lo he llamado yop todo el tiempo
- ¡Estás loca lo puedes confundir!- necesitaba un tiempo a solas en cualquier instante podría hacer algo de lo que se arrepintiera después.
- Solo no olvides respirar- sugirió tomando sus cosas. En realidad se colocaba sus zapatos ya que nunca se movieron de lugar- suerte hermano- dijo palmando su hombre y saliendo rápidamente por la puerta.
Con un “blam” al azotarse la puerta Rin enfrento a su hora problema quien seguía de pie frente a él.
- Primero que nada, no puedes estar parado aquí…
- Cierto- respondió algo tímido llegando a lado del mayor para tomarlo de un brazo y frotar su rostro como muestra de afecto.
- ¡¿Qué diablos haces?!- respondió exaltado había visto esos gestaos antes y eso podría significar ser marcado como la propiedad del gato.
- ¿Cuál es el problema amo?- perfecto si aquel ser tuviera cola, esta estaría entre sus piernas debía tranquilizarse.
- Yo… yo solo no estoy acostumbrado a esto
- Lamentas ser mi amo?...
No lo mires a los ojos, no lo mires a los ojos se repetía, si lo hacía estaría perdido y se rendiría ante su mirada cristalina, solo por su rabillo lo observo en medio del pasillo si saber si avanzar o no. Nitori había molestado a su amo, con sus orejas hacia abajo espero un nuevo regaño, era una mala mascota y las lágrimas ya mojaban sus mejillas, debía ser fuerte.
- yo…yo… lo… sien…- su voz se quebraba entre los sollozos
- Tonto…- interrumpió el mayor para alcanzarlo y revolver su cabello, era tan suave
Y era el turno del minino de fijarse en su amo. Tan alto, de con flexión fuerte, cabello y ojos rojos que lo atrapaban, sin sentir temor por esa sonrisa puntiaguda que mostraba, dientes en punta cual depredador, tenía suerte de tener un amo tan increíble. Sintiendo el calor de su mano sobre su cabeza le relajo, toma esa cálida mano entre las suyas riendo por la diferencia entre ambos tomando el valor para lamer la punta de sus dedos.
Ambos sonrojado por la acción pero quietos esperando la respuesta de otro. Ese sonrojo le sentaba tan bien al pequeño que lo atrajo en un abrazo.
- Porque lo lamentaría
Después de todo estar con ese pequeño podría ser una cosa buena.
Sin duda se arrepentirá de esas palabras más tarde. Aun que mañana hablaría con Makoto a primera hora, él podría ayudarlo teniendo un gato rebelde seguro sabia de todo los cuidados que implica una mascota como esa.
continuara ...