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La rara y la pianista. por AteneaJKG

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Día 15

Ya había olvidado lo sucedido hace unos días, ni siquiera tenía intención de recordarlo. Así que lo dejo pasar. La gente le asqueaba, la sensación de sentirse excluida era algo que siempre parecía estar clavada en su pecho, como una estaca que no quería salir, que se iba a quedar ahí hasta que fuera vieja, tuviera 50 gatos y muriera sola.

-Uno, dos, tres.-murmuró, mientras cerraba los ojos como si esto fuese a hacer que su miedo desapareciera. Mentirse así misma es su pasatiempo favorita.

El telón no tardo en ser levantado, el auditorio estaba tan lleno que aunque tuviera los ojos cerrados ella sentía que se asfixiaba, sus oídos eran capaces de escuchar cada sonido. Inhaló y exhaló aire dos veces. El corazón le latía muy rápido.

Todo se volvió blanco. En ningún momento abrió los ojos.

Ella y el piano; todo lo que existía en aquél recinto.  

La voz del presentador casi le destruye el tímpano, después de haber tocado la última tecla de la hermosa pieza que acababa de interpretar, pero no fue sólo eso sino que la horda de aplausos  de todos aquellos presentes. Con la pereza que es característica de ella, abrió los ojos.

No paso mucho para que ella estuviera de pie justo cuando el hombre se le acerco con el micrófono para que ella dijera algunas palabras, ella lo esquivo para salir huyendo, no sin antes hacer una reverencia al público. Tampoco era tan mal agradecida.

Después de otro lapso en el que no supo ni siquiera de su existencia, la voz de Lee, los carros, la gente gritando. Parecían voces  lejanas, no, no era eso. Estaba corriendo, irónicamente los tacones ni los sentía.

Cerró los ojos de nuevo.

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Día 16

El sonido de los pájaros le despertó, abrió los ojos. Lo primero que vio fue las ramas de los árboles y como entre estas se filtraban los primeros rayos de sol, frunció el ceño ante la extraña situación. Se supone que ella debería de estar en su cama.

Un delicioso olor a café, llego a su nariz “Americano” dijo en su mente. El olor le es familiar; Lee suele comprar café de tiendas rápidas, siempre. Odia tanto cuando el joven entra con un vaso tamaño grande, le ofrece un poco y sonríe. Odia el café instantáneo.

-Al fin despiertas- dijo una voz femenina.

Torció la mirada buscando a la persona.

-Hola de nuevo-  La castaña le sonrío de una manera tierna.- Traje café “Si no me dices jamás lo habría notado” su lado sarcástico afloraba a flor de piel en su mente.-

SeoHyun le miro  sin interés, aún sin decir ni una palabra, incorporo su cuerpo en aquella banca. Noto que traía puesta una chaqueta. La castaña le extendió uno de los dos vasos y un dona que traía, tomo un vaso y la dona.

-Gracias- susurró, el esfuerzo de la extraña era de apreciar.

-No deberías dormir en parques- dijo YoonA un tanto molesta, regañándole con su mirada que se asemejaba a la de una hermana mayor.

-Ni siquiera se como he llegado aquí- soltó sin tapujos.

-Si te sirve de consuelo, ayer estaba pasando por acá como eso de las 12:00 am estabas   mirando hacia allá- señalo el lugar donde normalmente se ponen a tocar los músicos callejeros.- Intente hablarte pero no reaccionabas, si te soy sincera también levantarte pero tampoco pude, me dio pena llegar a dañar tu vestimenta Así que me quede contigo, espero que no te incomode –

Negó con la cabeza varias veces.

-¿Es tu chaqueta?- pregunto un poco sorprendida, vio a la chica alado, ella estaba ahí tan primaveral, apenas con una blusa.

-si, puedes devolvérmela luego, tengo que irme – De nuevo esa sonrisa- Cuídate…- inclino su cuerpo para besar la mejilla de la menor.

Trataba de recordar el protocolo de conocer a gente nueva, que era casi metafórico por que ya conocía a la castaña.

 

-Me llamo SeoHyun – No se había presentado, tampoco quería quedar como hija de vecina, cosa curiosa porque se presento con su apodo, con el que le llaman sus padres y Lee.

 

Escucho como la castaña pasaba saliva, o tal vez fue su imaginación; “el oído de músico nunca falla”. Pensó.

 

No lejos de la realidad a la más alta se le dilataron las pupilas. SeoHyun no noto la mirada tan embelesada que le dedico la mayor.

 

-SeoHyun…SeoHyun…- dijo emocionada, acariciando cada letra de su nombre, prestándole atención a la pronunciación, una parte de su corazón dio un brinco. Cayo en cuenta de cuan patética era su vida social, por otra parte su nombre no era tan lindo como para que lo pronunciara tantas veces.

 

-¿No tenías que irte?- pregunto al sentirse un tanto incomoda por la situación, todo se tornaba raro.

“Que ingenua, la situación ya es rara. Ya dormir en un parque por la culpa de uno de tus ataques, despertar con YoonA, hasta me ha traído el desayuno, pensándolo bien es lo más parecido a un desayuno en la cama. Mamá me va a matar cuando se entere de esto.”

-¡Oh! – Musito la otra, alzo la muñeca para ver su fino reloj – Dios que tarde, mamá me matará- No contuvo la risa y rió levemente ante lo dicho por la chica que ojos grandes. Le daba gracia no ser la única controlada por su madre. La otra le miro feliz. Tenía que escuchar esa risa otra vez- ¿Estarás bien? –Pregunto preocupada-Puedo llevarte a casa…si quieres-

 

-Ya has hecho mucho por mí – de nuevo fría. El tomarse libertades no era propio de una señorita.

 

“¿Qué diablos le pasa al termostatos de esta chica?” Se dijo así misma YoonA antes de irse.

 

 

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Día 20

¡Cinco días! Cinco malditos días en que no sabía nada de ella, le empezaba a frustrar no tener noticias de ella. Coloco sus manos sobre su cabeza, la estaba matando. Lenta y tortuosamente, como quien le echa sal a una babosa. YoonA ahora mismo era la babosa de SeoHyun.

-¿Por qué esa cara?- pregunto YuRi, su prima, la gran y perfecta YuRi Kwon. Mientras reposaba las manos en el escritorio de bienvenida-¿a caso no te gusta ser recepcionista? Si te lo recuerdo perdiste una apuesta.

Lo que le faltaba, que viniera la loca de su prima y le restregará en la cara, la mierda de profesionista en la que se había convertido.

-No es algo que te incumba- Torció los ojos y mágicamente el teléfono sonó agradeció al cliente/ persona/perro/ extraterrestre que estuviera del otro lado.

  -Te dejo trabajar- YuRi alzo las cejas mirando el teléfono en un gesto de “contesta”, seguido de una sonrisa maliciosa, sin más se marcho hacia el ascensor.

-idiota- dijo antes de contestar. -Buenas tardes, empresa K&I, soy Im YoonA ¿En que le puedo servir?  -

-Te falta más amabilidad en tu tono de voz -

-¡Sica! No me llames al trabajo- susurro molesta.

-En primera no me hables así que soy tu hermana, adoptada, pero tu hermana y mi trabajo me costo cambiarte los pañales.  No es mi culpa que hayas perdido una apuesta tan absurda con tu prima-

-P...pero… pero Sica…también es tu prima -Trato de defenderse.

-Esa y yo no tenemos lazos consanguíneos además sólo llamaba para ver como ha estado mi pequeño venadito, por cierto ¿Ya has encontrado a esa chica?, que sepas  que el nombre que me has dado no ha servido, mucho para encontrarla.-

-No, he ido diario al parque pero ella no se ha pasado por allí…-dijo con decepción.

-Bueno pequeña no te quiero des animar pero… el pronostico no pinta para nada bueno… Te llamo al rato nuestra madre –dijo  un poco intranquila - me esta viendo feo por llamarte cuando estas trabajando, Te quiero y te daré noticias si llego a encontrar rápido… ¡no mamá con la chancla no! – Se escucho a Sica decir  dramáticamente  antes de  que colgará la llamada-

Sonrió al menos algo le había alegrado un poco el día.


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