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By my side por Sasori-sama

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Notas del fanfic:

Ni siquiera termine el otro fic, y ya subo otro (que mas encima parece ser mas largo), lamento eso.El resumen, no es muy resumen que digamos, pero tenia que escribirlo. Es algo que no podia evitar.

Todavia no me decido si terminarlo como un NS o un GS, asique, va a estar ahi.

 

Disclaimers: Los personajes de "Naruto" le pertenecen a Kishimoto

Prologo

 

Unos pasos resonaron en lo amplio del sótano. Ya estaba acostumbrado a la oscuridad, por lo que captó fácilmente la silueta de una persona ocultándose entre las sombras.

 

Naruto se había ido hacía unos momentos con Hinata, por lo que estaba claro que no era él.

 

-¡¿Quien es?! ¡Muéstrate! – los pasos se detuvieron a unos pocos metros de distancia de donde se encontraba.

 

Hubo unos minutos de silencio, donde Sasuke perdía cada vez más la paciencia.

 

-Que patético es verte en esta situación... Uchiha Sasuke

 

Esa voz...

 

Unos pasos mas y frente a sus ojos se encontraba nada mas ni nada menos que el Kazekage, Sabaku no Gaara.

 

Jamás había sentido tantos deseos de que la tierra se lo tragara y desaparecer sin dejar rastros.

 

¿Por qué debería pasar por cosas como esa? ¿Acaso no bastaba con que su orgullo fuera aplastado por Naruto, como para que ahora alguien más fuese espectador de su humillación y miseria?

 

Bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior, sin saber que hacer o qué decir. ¿Para que hablar? Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y Gaara podía entender todo con sólo mirarlo. El pelirrojo se encontraba ahí, frente a el, viendo toda... su humanidad.

 

 

 

-¿Qué... qué es lo que haces aquí, Gaara? – al fin recuperó su voz el Uchiha, pero todavía no se atrevía a verlo a los ojos.

 

-Vine de visita a Konoha con mis hermanos. Desde el primer día en que vine, noté algo extraño en la actitud de Naruto, en sus ojos... de alguna forma, él ya no era el mismo, aunque aparentaba serlo frente a los demás. Sus ojos ya no tenían la pureza e ingenuidad de antaño, se habían vuelto opacos y llenos de otro sentimiento que no pude descifrar, pero ahora... – le dio una mirada significativa por todo el cuerpo – Entiendo lo que era: la maldad estaba absorbiendo poco a poco su buen corazón. Me pregunto, ¿será el Kyuubi quien desató este cambio en su actitud? ¿O quizás, él siempre fue así y sólo nos engañó a todos...?

 

-¡Basta! – gritó el pelinegro, sin poder escuchar ni una sola palabra mas proveniente del joven Kazekage – No me refería a eso con mi pregunta. ¿Por que estás aquí, en la casa de Naruto sin su permiso? Porque estoy 100% seguro que él no te dejó entrar

 

-Es... verdaderamente lamentable ver a un Uchiha sodomizado de esta manera – el usual tono frío del pelirrojo no fue lo que removió algo en su interior, sino, el como arrugaba ligeramente su nariz, como sus cejas se fruncían y sus ojos le miraban con desprecio, con asco – ¿Como pudiste permitir que tu honrado linaje se viera manchado con una humillación de esta clase? ¿Sigues siendo el mismo Uchiha Sasuke que yo conocí? No, más bien, eres el despojo de lo que solía ser ese chico orgulloso que exigía respeto con la mirada.

 

 

 

Le dolía. Estaba conciente de su situación, en lo que se había convertido, y él terminó resignándose con el tiempo. Pero que alguien más le dijese lo que ya sabía pero que trataba de ignorar inconcientemente, le dolía en lo más profundo de su alma.

 

¿Acaso ya no quedaba nada del antiguo Sasuke en él? ¿Por qué había permitido que Naruto hiciera lo que le placiera con él? Oh, claro, por "amor".

 

Él jamás experimentó lo que era el amor, pero estaba muy seguro que aquello que sentía por Naruto lo era.

 

 

 

-Si así es como piensas, no entiendo porque sigues parado frente a mí. Lárgate.

 

-Estoy aquí porque estoy dispuesto a darte una oportunidad – Sasuke levantó la mirada, viéndole confundido

 

-¿Una oportunidad? ¿Para qué?

 

-Para ser libre – sus ojos negros se abrieron inmensamente por la sorpresa – Puedo romper las cadenas que te tienen apresado. Imagino que esas cadenas te tienen inmovilizado por la falta de circulación de la sangre en tus extremidades, pero mi ayuda no servirá de nada a menos que realmente quieras ser liberado.

 

 

 

Lo sabía, Gaara sabía acerca de sus sentimientos hacia Naruto, el porqué no lo había matado y le dejaba que hiciera con él lo que quisiera. Parecía ser que su humillación jamás terminaría.

 

 

 

-¿Entonces? No tenemos mucho tiempo hasta que Naruto regrese. ¿Que decides? ¿Deseas la libertad o seguirás siendo el juguete sexual de Naruto por siempre?

 

 

 

Juguete sexual. Esas palabras hicieron eco en él y su corazón se estremeció por la tristeza. No, ya se había cansado de esa situación.

Estaba decidido en revivir el casi extinto orgullo que alguna vez tuvo. Volvería a ser como antes sin importar cuanto podría costar, sin importar cuanto podría extrañar…

 

 

 

-Está bien. Aceptaré tu ayuda.

 

 

 

Gaara no dijo nada más. Hizo que un poco de la arena que cargaba en su calabaza ascendiera hasta las cadenas que apresaban las muñecas del Uchiha, mientras que otro poco se fue hasta las que tenían enganchadas las piernas blanquecinas y delgadas de Sasuke.

 

 

El pelirrojo estaba haciendo un esfuerzo descomunal para no mirar detalladamente el cuerpo desnudo de Sasuke, tratando de concentrarse sólo en el rostro del otro y haciéndose el de la vista gorda.

 

Cuando el cuerpo del Uchiha quedó libre, Gaara se apresuro a tomarlo entre sus brazos antes de que cayera al suelo.

 

 

 

-¡Oye! No me cargues. No soy una mujer

 

-No tienes fuerza en tus piernas y llevarte arrastrando por un brazo sería dificultoso en nuestra huida. Llevarte cargando es lo mejor por el momento

 

Sasuke chasqueó la lengua y con un sonrojó creciendo en sus mejillas respondió:-Está bien, pero ni bien estemos lo más lejos posible de Konoha, me bajaras

 

 

 

Gaara asintió. Buscó con la mirada la ropa del Uchiha, encontrándola echa un ovillo en un rincón del pequeño sótano. Recogió las ropas y cambió rápidamente al pelinegro, haciendo oídos sordos a sus quejas por, según él, tratarlo como un niño que no sabe ni cambiarse.

 

Con el pelinegro, ya vestido, de nuevo entre sus brazos, Gaara emprendió la huida que tenía como destino su aldea. Sabía que Naruto no podría pasar sin ser visto por toda la vigilancia que pondría en la entrada ni bien llegara.

 

Sólo esperaba que Naruto no los encontrara a mitad del camino.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, Gaara decidió parar un momento para descansar. Sasuke flexiono sus extremidades para tratar de recuperar la fuerza, la cual no tardó mucho en volver, aunque su cuerpo estaba débil por la falta de ingesta.

 

A lo lejos, pudo escuchar el correr del agua. Debía haber un río no muy lejos de donde estaban.

 

 

-Iré a darme un baño. - dio media vuelta y desapareció entre los árboles de ese inmenso bosque.

 

 

Gaara decidió seguirlo para ver si podía pescar algo, y además, por un sentimiento extraño de protección que Sasuke acababa de despertar en él.

 

Se detuvo a unos cuantos centímetros de donde se encontraba Sasuke, quitándose la ropa a la orilla del río.

 

Sus puños se apretaron a cada lado de su cuerpo al ver las múltiples magulladuras violáceas de todos los tamaños y formas, manchando la perfecta piel inmaculada del Uchiha.

 

Jamás se imaginó que Naruto fuese capaz de hacerle daño a la persona que, según el mismo rubio vivía diciendo, era su mejor amigo.

 

Había aprendido que las apariencias engañan y no siempre resultan ser lo que uno creía.

 

Trató de calmarse para después avanzar hacia Sasuke, quien ni siquiera estaba enterado de su presencia, ya que le daba la espalda.

 

Dejó la calabaza en el suelo y empuñó un shuriken. A unos cuantos pasos de Sasuke, se detuvo y miró atentamente la cristalina agua, esperando a que pasara un pez.

 

 

 

-¡¿Pero qué diablos haces aquí?! – exclamó Sasuke, sorprendido y levemente sonrojado

 

-Silencio. Estoy tratando de pescar

 

-Podrías hacerlo más lejos de donde me encuentro

 

-Encontré uno – lanzó con rapidez el shuriken en el agua, dejando al pescado clavado en la tierra con el arma de metal incrustado en su cabeza.

 

-Muy bien, ahora vete

 

-¿Podrías alcanzármelo? – Sasuke alzó una ceja, mirándole interrogante – Es que... no me gusta el agua – miró hacia otro lado, sintiendo un extraño, pero leve, ardor en sus mejillas

 

 

 

Sasuke se acercó donde había lanzado el shuriken. Se zambullo bajo el agua y tomó al pescado junto con el shuriken. Se los tiró a Gaara cerca de sus pies y se alejó nadando rápidamente.

 

Gaara lo siguió con la mirada hasta que Sasuke quedó bastante lejos de su visión, pero alcanzaba a verlo, un poco borroso pero algo era algo. Soltó un suspiro y volvió su mirada hacia el agua para seguir con su pesca.

 

Sería difícil tratar de comunicarse con el Uchiha, pero al menos corría con la suerte de que ambos tenían una cosa en común y era eso mismo lo que los hacía tan parecidos.

 

Deseaba que Sasuke fuese su amigo, y no tenía idea de la razón, tal vez ni siquiera la había. Podría ser la pena que lo embargó al verlo envuelto en semejante situación: siendo "la putita fácil" de Naruto.

 

Sus dientes se apretaron ante ese pensamiento.

 

No, Sasuke jamás sería algo como eso. Pero... él mismo vio con sus propios ojos como Naruto le hacía lo que quería al pelinegro para después dejarlo como si fuese un juguete del cual se había aburrido pero del que retomaría su uso cuando le despertara el interés.

 

Odiaba pensar que Sasuke se había convertido en el juguete del rubio, odiaba pensar que había caído tan bajo como para dejarse hacer dócilmente por el Uzumaki.

 

 

Prefirió dejar de pensar en el tema e ignorar ese torbellino de sentimientos que sentía en su estomago junto con todas esas preguntas sin responder que surgían de su cabeza. Eso sería lo mejor, al fin y al cabo.

 

Cortó algunas ramas de los árboles y creó una fogata. Dejó que los dos peces que había pescado se asaran dentro de la fogata ambos colgados de unos palos incrustados por la boca.

 

Al ver que Sasuke no parecía tener intenciones de acercarse, él daría el primer paso.

 

A medida que se fue acercando, se dio cuenta que el Uchiha estaba sentado en la orilla del río, esperando a cercarse por los rayos solares, quizás. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo notar la mirada perdida del pelinegro, quien parecía estar perdido en sus pensamientos. Se lo veía tan triste, tan decepcionado, tan... roto.

 

Sin darse cuenta, ya se había sentado a su lado.

 

 

Sasuke estaba teniendo un debate interno. Se preguntaba si había estado bien el haber escapado con Gaara. Sabía que la ayuda del pelirrojo era casi como caída del cielo, pero... él amaba a Naruto y no podía evitar el sentirse triste al estar tan lejos de él. A pesar de todo el daño que le había hecho, sabía que jamás podía estar en comparación al dolor que el Uzumaki había pasado. En cierto punto, pensaba que se lo merecía y que estaba bien que se desahogara con su cuerpo.

¿Qué pasaría cuando Naruto se diera cuenta que él ya no estaba en su casa? ¿Se pondría mal? ¿Estaría furioso? ¿Triste? ¿O... tal vez se pondría feliz y comenzaría una vida nueva donde él no estaba en ella?

 

Hasta ese momento, nunca se había puesto a pensar en eso, pero indiscutiblemente, le rompería el corazón saber que Naruto lo olvidara y empezara una nueva vida con alguien más.

 

¿Debía.... volver?

 

No, ya era muy tarde para arrepentirse.

 

 

 

-¿En qué piensas, Sasuke?

 

 

 

El nombrado se sobresaltó levemente por el susto. Inconscientemente, trató de cubrir su desnudez como pudo y miró al pelirrojo con el ceño fruncido, sintiendo su rostro arder hasta las orejas.

 

Que extraño, ya casi había olvidado lo que se sentía un sonrojo.

 

 

 

-¡¿Qué diablos haces aquí?! ¿Qué no ves que estoy desnudo?

 

-Ya te he visto así. No entiendo porque te avergüenzas ahora

 

-Porque... porque no es normal

 

-La forma en que te encontré no fue normal

 

 

 

Sasuke quiso refutarle algo, pero nada lógico pasó por su cabeza. Miró hacia al frente y trató de hacer como si no le importara tener a alguien al lado que no fuese Naruto, como si no le importara tener a alguien viéndolo como Dios lo trajo al mundo que no sea Naruto.

 

Maldición! Si se suponía que iba a empezar una nueva vida al huir de Konoha, debía comenzar por olvidarse de ese rubio idiota que no hacia mas que arrebatarle suspiros.

 

Llevo su mirada hacia el cielo.

 

 

"Su ojos..."

 

 

Volvió la mirada hacia el río.

 

 

 

-Hoy es un lindo día, ¿no? – dijo de repente, el pelirrojo, haciendo que Sasuke lo viera de reojo

 

-Si, ya no recordaba lo que se sentía que el viento me diera en la cara, o el ruido tranquilizador de las hojas al chocar entre si, o lo bien que se siente estar limpio

 

 

 

Gaara apretó la mandíbula. Jamás creyó que podría odiar tanto a una persona, que ni se merecía el trato de un ser humano.

 

 

 

-¿El no te daba una ducha? – se animó a preguntar, luego de estar en silencio por un rato

 

-El sólo me daba, a veces, un poco de agua para no morir deshidratado – respondió el pelinegro, como si tal sólo eso bastara para resumir las penurias que había vivido

 

 

 

Nuevamente, el silencio.

 

Sasuke no sabía porque le había dicho eso. El no quería hacer parecer a Naruto como una mala persona, pero eso, inconscientemente, se le había escapado.

 

 

 

-Lo siento – el pelinegro volteo a verlo desconcertado

 

-¿Por que te disculpas?

 

-Por lo que te dije antes. Yo... no debí haberte dicho todas esas cosas groseras.

 

 

 

Sin darse cuenta, Sasuke le sonrió levemente.

 

 

 

-No lo sientas. Sólo estabas diciendo la verdad.

 

 

 

El pelirrojo se había quedado embobado con esa pequeña sonrisa.

 

 

"¿Como tienes las fuerzas para hacerlo después de todo lo que viviste?"

 

 

Gaara sentía que la vida no estaba siendo justa con el pelinegro; primero, le arrebatan a sus padres, y como si la soledad no fuese demasiado, las garras del destino lo unen con una persona que lo único que hizo fue derribar la poca autoestima que le quedaba.

 

 

 

-¿Sabes? Dicen que lo mejor para olvidar, es desahogarse con alguien

 

 

 

Pero ahí radicaba el problema. No estaba seguro si quería olvidar al rubio.

 

 

 

-Con esto no me refiero a olvidar completamente a esa persona, sino, a tenerla como un buen recuerdo mientras duro – dijo el pelirrojo como si pudiera oír sus pensamientos.

 

 

 

Silencio abrupto. El kazekage estaba pensando seriamente en darse por vencido y darle su espacio para reparar por sí mismo las heridas que había en su corazón.

Amago con levantarse, pero una mano lo tomó por su brazo, deteniéndolo.

Miró fijamente al pelinegro, quien todavía tenía su mirada pegada a la cristalina agua.

 

No sabía que era, si el ruido suave que emanaba del río, el de las hojas golpeándose entre si, el sentir los rayos de sol sobre su piel, o tal vez era la compañía que tenía, pero Sasuke se sentía muy a gusto. Deseaba que el tiempo se congelara justo en ese momento. 

 

 

 

-Te lo contare todo desde el principio, si es que estas dispuesto a escuchar.

 

 

 

El pelirrojo no dijo nada, solo se acomodo a su lado, esperando a que comenzara con su relato.

 

 

 

Notas finales:

Si les gusto o les llamo aunque sea un poco la atencion, haganmelo saber y  lo seguire, y si no... bueno, para algo esta el boton "eliminar", no? xD

PD: preparense para odiar a Naruto, porque aqui, sera bien bastardo (aunque no demasiado, porque en verdad amo a ese rubio<3)


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