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Cuando la curiosidad supera a la realidad. por Sayumi Kioko

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Notas del capitulo:

Hala, pues aquí el segundo capítulo ^^

Espero que cumpla vuestras expectativas(?)

Nos vemos bajo(?) xD

 

Misha y yo fuimos hasta el coche con calma, estaba algo lejos porque lo había aparcado él mismo ya que no le gustaba que otros se metieran en su vehículo.

 

No había nadie por la calle, estaba desierta, y podría aprovechar ese momento, pero aún había algo que me tiraba para atrás, algo que no me dejaba saciar mi curiosidad, y era que el hombre que tenía a mi lado a veces parecía que hablaba en serio, peor otras no estaba tan seguro. ¿Cómo podría saber yo si de verdad podría seguir adelante sin que después dijera que era una broma y había caído? Suspiré suavemente y simplemente me senté en el asiento del copiloto cuando llegamos a su coche y abrió.

 

Me resultó extraño que abriera el maletero ya que no llevaba nada en las manos y no recordaba que hubiera dejado nada importante en él, pero le quité importancia, y cerré los ojos acomodado en mi sitio. Aún después de escuchar como la puerta del conductor se abría yo me mantuve en la posición que estaba, no me apetecía mirar esos ojos tan penetrantes y en las cosas que quería hacer con él.

 

Pero de repente noté un poco de peso de más en mi asiento, en el borde de mi lado.-Jen, ahora sí que me dejarías ducharme contigo, ¿verdad?- Jodida voz grave y sexy de Castiel.

 

Abrí los ojos y miré hacia mi compañero. Tuve la imperiosa necesidad de tragar saliva al verlo con las rodillas apoyadas en su asiento y las manos al lado de mi pierna. Pero eso no era todo, no, tenía las malditas alas de ángel en la espalda.

 

-Joder, Misha...-Murmuré casi desesperado.-Ahora te dejaría hacerme de todo.-Acerqué mi rostro al suyo con algo de duda, la cual desapareció cuando fue él quien acabó de acortar la distancia entre nuestros labios.

 

Correspondí al beso, de hecho, llevé una mano hasta se nuca para profundizarlo, pero se separó de mí. En ese momento tuve miedo, pensé que de verdad había sido una trampa y se reiría de mí, pero no fue así. Me miró con lujuria, relamiéndose los labios e hizo un gesto indicándome que fuéramos a la parte de atrás.

 

-Estaremos más cómodos, ¿no crees?-Preguntó con voz grave pero a la vez juguetona.

 

No me lo pensé ni dos segundos antes de salir del coche y ponerme en la parte de atrás. El moreno tampoco tardó demasiado en hacer lo mismo que yo, solo que por la otra puerta. Cuando cerró la puerta, yo estaba ya apoyado contra la de mi parte, y me fijé en que los cristales estaban tintados. Sonreí de lado, mucho mejor, así nadie nos vería.

 

-¿A qué esperas, Misha?-Pregunté haciéndole un gesto con el dedo para que se acercara.

 

No pasó ni un solo segundo antes de que lo tuviera encima de mí, entre mis piernas, besándome como si fuera lo único que pudiera hacer. Adentré mi lengua en su boca a la vez que fui deslizando mis manos por su cuerpo hasta llegar a su trasero, el cual apreté y acerqué a mí para rozar nuestras hombrías, pero entonces se tensó y se separó de mí.

 

-Sabrás que no voy a ser el pasivo, ¿cierto?-Preguntó jadeando, recuperando el aire perdido.

 

Alcé una ceja y cambié nuestras posiciones, quedando yo encima de él, que estaba totalmente tumbado en los asientos.-Lo siento, pero yo tampoco.-Llevé una mano hasta su camiseta y la empecé a levantar.-Además, en los fics el cazador es el que manda, el ángel es inocente e inexperto.-

 

Sonrió de lado.-Excepto en los que se pone en plan soy-un-maldito-ángel-del-Sañor-y-me-obedeces.-Agarró mi mano.-Pero igualmente, esto es el mundo real, Jen.-

 

Me lo pensé un segundo.-¿Piedra, papel o tijera?-

 

Vi como reía.-Está bien, luego no lloriquees si te toca ser el pasivo.-

 

-Lo mismo te digo.-Sonreí con sensualidad y jugamos la primera ronda, la cual la gané yo.-Ríndete, no tienes ninguna posibilidad.-

 

-Al mejor de cinco.-Entrecerró los ojos y me alcé de hombros.

 

Finalmente, quedamos tres a uno, gané, obviamente.-Entonces, puedo seguir por donde iba.-Acaricié su abdomen.

 

-Haz lo que quieras.-Jadeó.-Pero con cuidado.-

 

Asentí con la cabeza antes de acercarla de nuevo a la suya y volver a besarlo con pasión. Fui quitándole la camiseta poco a poco, acariciando su torso por el camino, entreteniéndome un poco con sus pezones y consiguiendo que jadeara. Tuve que separarme de su boca para deshacerme totalmente de su ropa superior, pero no me importó demasiado, pues cuando se la hube quitado del todo comencé a repartir besos y suaves mordiscos por el cuello del moreno y por su torso, bajando poco a poco hasta su ombligo. El espacio tan reducido en el que nos encontrábamos no me dejaba más.

 

-Misha, levántate un poco...-Me quejé dándole un suave mordisco en el abdomen.

 

Hizo lo que le dije, y me desabroché los pantalones después de quitarme la camiseta ya que estaba empezando a tener calor, y mucho, la verdad. Alzó sus manos y las llevó hasta el borde del pantalón, empezando a bajármelo con un leve sonrojo en su rostro. No pude evitar soltar una risita.

 

-¿Qué... qué pasa...?-Tragó saliva, seguro tan excitado como yo.

 

-Te ves tan adorable como te pintan nuestras fans.-Sí, yo también estaba pasando un poco de vergüenza, aquello era raro, pero me gustaba.

 

Frunció el ceño.-Cierra el pico, que tú también estás rojo.-Llevó una de sus manos a mi nuca y me besó antes de proseguir con el trabajo de quitarme los pantalones.

 

No dije nada, tampoco es que pudiera, pero decidí centrarme en seguir con lo que estábamos haciendo, así que correspondí al beso internando mi lengua en su boca para jugar con la del moreno mientras le acariciaba el cuerpo con curiosidad y deseo. Solo nos separábamos para respirar, y tan solo porque era necesario. No me entretuve demasiado quitándole toda la ropa que le quedaba, pero sí en observarlo. Sabía que mi compañero era guapo y tenía buen cuerpo, pero jamás me habría imaginado que iba a mirarlo con ojos llenos de lujuria y pensando que era tan sexy.

 

-Joder, como voy a disfrutar...-Murmuré consiguiendo que se sonrojara aún más.

 

Bajé una de mis manos hasta su miembro, notando como el de los ojos azules se sobresaltaba . Sonreí de lado y me relamí los labios a la vez que empezaba a masturbarlo con tranquilidad. Podía escuchar como mi compañero gimoteaba intentando no hacer ruido, por lo que mi sonrisa se ensanchó, conseguiría que no pudiera esconder esos ruidos tan excitantes que querían escapar de su garganta.

 

-Jen...-Gimió mi nombre y no pude evitar excitarme un poco más.-Lubricante...-Me quedé parado por un momento, ahora que pensaba, no teníamos.-Ahí...-Señaló a uno de los bolsillos traseros del asiento del copiloto, que era el que yo tenía más cerca.

 

Busqué un poco en él y encontré una botellita de lubricante con sabor a fresa.-Vaya, estás en todo.-Y era lo que más me ponía, que lo tuviera todo preparado.-¿Dónde está el preservativo?-Aumenté un poco la velocidad de mi mano como recompensa.

 

-En el mismo sitio... aah...-Ahora luego lo cogería, de momento me dedicaría a prepararle.

 

Abrí la botellita dejando de lado su miembro y puse un poco del lubricante en mis dedos. Lo esparcí suavemente por sus partes íntimas, primero dejé un poco por su hombría y luego puse el resto por su entrada, pero sin llegar a meterle ningún dedo en ella. Bajo mis manos, el moreno se estremecía con cada cosa que hacía.

 

-Misha., ¿no te preocupa que manchemos el coche?-Pregunté sabiendo la respuesta a la vez que lamía su torso descendentemente.

 

Entonces rió.-Toallas.-Me fijé bien en los asientos y me pude percatar de que no era directamente en ellos sobre los que estábamos. ¡Menudo cabrón, lo tenía TODO previsto!

 

-Bien, pues entonces...-Puse un poco más de lubricante en mis dedos e introduje uno en su interior con cierto cuidado.

 

-Aaah...-No era un quejido, lo podía ver en su rostro, como mucho era un poco incómodo, pero el lubricante hacía mucho más fácil mi tarea.

 

Comencé a mover la falange en su interior mientras con mis labios seguía bajando por su cuerpo hasta llegar a su entrepierna. No lo dudé demasiado antes de metérmela en la boca y comenzar un sube y baja para darle placer y que toda molestia, por mínima que fuera, desapareciera por completo. El sabor no era nada desagradable, quizá porque le había echado lubricante, aunque de todas formas no me habría importado chupársela.

 

Tanto sus gemidos como sus movimientos de cadera me indicaban que ya estaba listo para el siguiente dedo, así que lo comencé a meter con cuidado y bastante facilidad gracias al resbaladizo líquido con sabor a fresa. La reacción no fue muy distinta a la anterior, esta vez había soltado un jadeo, pero estaba casi seguro de que era de placer y no de dolor, así que seguí con lo mío, hasta que finalmente metí un tercer dedo. Esta vez soltó un pequeño quejido pero siguió moviendo las caderas, así que yo continué con lo mío hasta que me pareció que era suficiente.

 

Me separé de él y lo miré con lujuria.-¿Preparado, Misha?-Pregunté con lascivia sin dejar de observar su caliente cuerpo en su total esplendor.

 

-No...-Murmuró.-Pero no aguanto más, así que hazlo de una maldita vez...-Veía su pecho subir y bajar por la agitación y la excitación, y yo sonreí, con suficiencia.

 

-Está bien.-Estiré la mano y busqué el preservativo que, según el moreno, estaba en el mismo bolsillo que la botellita, y ahí lo encontré.-Trataré de que no duela.-Intenté tranquilizarlo mientras abría el sobrecito y me ponía el condón en mi hombría, echándole después un poco de lubricante y esparciéndolo bien.-Aah...-Mi miembro estaba bastante hinchado, me había calentado mucho tan solo con los gemidos y gestos del otro.-Allá voy...-

 

Mi pene se adentró con relativa facilidad en su interior, y ninguno de los dos se privó de gemir al sentir al otro. Cuando conseguí que toda mi hombría estuviera en su interior simplemente me quedé un momento quieto, por la única y sencilla razón porque no sabía que hacer y eso lo había leído en los fics.

 

-Jen... muévete...-Ésa fue la señal que me indicó que ya podía seguir con lo que estaba haciendo, así que así lo hice.

 

Mis caderas comenzaron a moverse, haciendo que mi miembro empezara a entrar y salir de su interior. Al principio era un ritmo lento, no quería hacerle daño, pero a medida que me iba pidiendo más, yo se lo iba dando.

 

-Misha... aaahh...-El ritmo era frenético y mis estocadas iban con fuerza, intentando darle en la próstata.

 

-Jen...-Ambos gemíamos el nombre del otro con deseo.-Mastúrbame, Jen... aaahh...-No lo dudé, agarré su miembro y comencé a mover mi mano, dándole aún más placer, consiguiendo así más del mío.-Aahh.. así...-Llevó sus manos a mi espalda y la apretó con sus dedos.

 

Oh, aquello era la bendita gloria, me sorprendía no haber probado tener sexo con un hombre antes, aunque quizá no era en sí el sexo con alguien de mi mismo género, sino el sexo con mi compañero.

 

-Misha... Misha...-Finalmente, ninguno de los dos aguantamos más, y me corrí en su interior gimiendo su nombre con fuerza, al igual que él hizo lo mismo, gimiendo el mío y manchando tanto mi mano como su torso.

 

-Jensen...-Jadeó recuperando el aire, seguramente tan aturdido como yo por el reciente orgasmo.-Ha sido...-Empezó a hablar y yo me quedé esperando a sus palabras.-Increíble es lo más cercano que se me ocurre...-

 

Reí de nuevo con algo de cansancio.-Estoy de acuerdo.-Salí de su interior, llevándome el preservativo y lo até para no manchar nada.

 

Lo iba a tirar a la calle por la ventana, pero me lo pensé mejor, quizá me llevaba una regañina por hacerlo, y entonces miré de nuevo el cuerpo del moreno. Sonreí de lado, se me había ocurrido una buena idea.

 

-¿Qué...?-Iba a preguntarme cuando vio que me agachaba de nuevo, pero paró cualquier intento de hablar cuando notó que estaba lamiendo su torso, específicamente, los restos de su propio semen.

 

-Estabas manchado y he decidido ayudarte un poco.-Esta vez sonreí con suficiencia al ver que se había vuelto a sonrojar.-¿Pañuelos?-Pregunté, pues quería limpiar mi hombría.

 

Se incorporó un poco para buscar en el bolsillo del asiento del conductor.-Ten.-

 

Le sonreí.-Gracias.-Me aseé un poco ya que tampoco me había manchado tanto, y después de dejar por un momento apartado tanto el pañuelo como el condón, me vestí y salí del coche para tirarlo todo a una papelera. Suerte que había una cerca.

 

Cuando volví al vehículo, el moreno ya se estaba vistiendo.-De nada, por cierto.-Me dijo e hice un gesto quitándole importancia.-Sabrás que esto hay que repetirlo, ¿no?-

 

Reí subiéndome a la parte de delante del auto.-Claro, por mí está bien.-Contesté. Sabía que sería engañar a mi mujer, que sería engañar al mundo entero, y aunque en el fondo no quería y me importaba mucho, era Misha.

 

-Pero la próxima vez serás tú el pasivo, cabrón.-Sonrió de lado acabando de vestirse antes de salir del coche para subir de nuevo pero a la parte del conductor.

 

-Eso será si ganas a piedra, papel o tijera.-Contesté a su comentario con diversión.

 

-Claro que ganaré, y si no me pondré en plan Soy-un-maldito-ángel-del-Señor-y-me-obedeces.-Rebatió.

 

-Oh, eso habrá que verlo.-Me gustaba, de verdad, estar con Misha.-Si te pones así quizá tengas la suerte de que me deje por morirme de la risa.-

 

Alzó una ceja.-O de los golpes.-

 

Ambos reímos, de camino a mi casa seguimos hablando, simplemente eso, entre risas. Nadie nos descubriría, era casi imposible, porque Misha y yo éramos grandes amigos y pasábamos mucho tiempo juntos. No era extraño vernos irnos por ahí los dos solos, o que yo llevara al moreno a casa o él a mí. Sería un secreto entre ambos. Seguiríamos nuestras vidas con la familia a la que amábamos, y a escondidas, nos veríamos de vez en cuando para tener una buena sesión de sexo. Misha y yo éramos, como lo llamaba mucha gente, amigos con derecho a roce, o folloamigos.  

Notas finales:

Pues ya está :) Un fic más por aquí juesjues :3

Espero que os haya gustado ^^

Si no es mucha molestia, dejadme un review con vuestra opinión :3

Nos leemos~  ^w^ 


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