En la piscina techada de la academia Samezuka, se podía vislumbrar una silueta nadando rápidamente de un extremo a otro. El sonido que provocaban sus brazos y piernas al chocar con el agua, hacía eco en el solitario y tenuemente iluminado lugar. Entre las sombras, apareció otra figura que se acercó a la piscina mientras el nadador llegaba a la orilla y emergía para tomar aire –Es peligroso nadar de noche. Matsuoka-
El ojirojo se quitó los lentes para mirar al dueño de aquella voz -Capitan- se sacó el gorro -¿Qué hace aquí?-
El chico de los ojos ámbar, le ofreció la mano para ayudarlo a salir –Estaba haciendo una ronda y escuche ruidos desde aquí- el ojirojo le tomó la mano y de un jalón, salió de la piscina –Si te vas a quedar entrenando hasta tarde, deberías decírmelo y prender las luces- ambos caminaron hacia los camerinos.
-Es que me gusta, como se ilumina la piscina con las luces que entran por el ventanal- abrieron la puerta –Y no le avisé, porque cuando estaba corriendo, me dieron unas repentinas ganas de nadar, así que, solo lo hice-
El ojirojo abrió su casillero y sacó una toalla –Matsuoka ¿Olvidas que hay un toque de queda en los dormitorios?- se fueron a las duchas –Tienes suerte que yo esté a cargo de…- un sonoro gemido de hombre los detuvo -¿Qué fue eso?- escucharon otro y prendieron las luces.
Sobre la banca frente a las duchas, se encontraban dos de sus compañeros de equipo -¡¡Ca… capitán!!- el más pequeño de los dos, estaba sobre el otro. Ambos chicos estaban desnudos, cuerpo a cuerpo y con una de sus manos, agarraban sus miembros que estaban pegados.
-¡¿Qué demonios significa esto?!- los dos chicos se levantaron y buscaron su ropa interior, que estaba tirada a un lado de la banca –Explíquenme lo que paso, ahora-
Ambos se pusieron la ropa interior y se sentaron nerviosos –Bu… bueno…- hablaba el más pequeño -… nosotros… so… somos novios-
-¿Novios?- el de los ojos ámbar cruzó los brazos -¡Que tontería! Como pueden gustarse entre ustedes, cuando hay tantas mujeres hermosas en el mundo-
-Capitan ¿Está en contra de los homosexuales?- hablaba el ojirojo mientras Salia de uno de los cubículos con la toalla envolviendo sus caderas.
-¿En qué momento entraste a la ducha?-
-Después de prender la luz-
Al de los ojos ámbar, le salió una gotita en la sien –No es que esté en contra o a favor, pero es natural que te impacte ver a dos hombres juntos ¿No lo crees?-
-Para mí es normal- el ojirojo se paraba a su lado –Es Australia, hay muchos gay y lesbianas, así que, ya estoy acostumbrado- salió de las duchas.
El de los ojos ámbar suspiró –Ok. Entiendo. No diré nada sobre su relación, pero…- los miró directamente -… ustedes son compañeros de cuarto ¿Por qué tienen que hacer esa clase de cosas aquí? ¿No pueden esperar a llegar a su habitación?-
-Es que…- hablaba el más alto -… después de nadar, estamos muy excitados- se tomaron de la mano -¿A usted no le suele pasar, capitán?-
-Bueno, la verdad, yo también quedo un poco prendido- se ruborizó un poco al decirlo –Pero no por eso, me voy a masturbar en las duchas-
-Lo sentimos- ambos se levantaron e hicieron una reverencia.
-Está bien, solo no vuelvan a hacerlo- el de los ojos ámbar, salió de las duchas y entró al vestidor, encontrando al ojirojo solo con los bóxer puestos –Eres más rápido para ducharte que para vestirte, Matsuoka-
El ojirojo se puso los pantalones –Ya casi termino- se puso las calcetas y las zapatillas.
-“Así que, excitados después de nadar”- el de los ojos ámbar se sentó en la banca mirando al ojirojo que se ponía la polera –“A Matsuoka le pasara lo mismo”- sin quererlo, su mirada se perdió en aquel marcado y esbelto cuerpo –“¿Él se masturbara después de nadar tanto?”-
-Capitan- volvió a la realidad –Me voy a los dormitorios…- tomó su bolso -… ¿Nos vamos juntos?-
-¿Eh? No… no…- se ruborizó y desvió la mirada -… tengo que esperar a que salgan los otros dos para cerrar-
-Entonces, nos vemos mañana- se colgó el bolso y salió de los camerinos.
El de los ojos ámbar, se cubrió la boca y abrió los ojos sorprendido –“¿Qué fue eso?”- quitó su mano –“¿Por qué de pronto me interesa saber esas tonterías?”- cerró los ojos y respiró profundamente –“Eso pasó por la conversación de hace un rato”- se palmoteó la cara –“¡Solo fue por eso!”- se levantó -¡¡¡Apúrense en salir que quiero dormir!!!- después de ese grito, se pudo escuchar un sí, de parte de los dos chicos que se apresuraron en salir.
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Continuara...