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Autobus 19 por NeSLY

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Notas del fanfic:

B.A.P así como ningunos de sus personajes me pertenece, yo hago esto por pasarla bien pues.. xD

 

Autobús 19

OneShot

 

 

Himchan ha perdido la costumbre hace mucho, sus pasos son lentos, como esperando que la vida pase por él, en vez de él pasarse por la vida, curiosamente le gustan las noches así, con un viento agradable que te permite cerrar los ojos y respirar profundo, los minutos pasan y se acrecientan, la gente camina envuelta en su mundo, los estudiantes ríen, los adultos van apresurados, casi no hay niños a esa hora en la noche.

 

Los enamorados junto a él se dicen cosas dulces al oído, ella sonríe tímida, él parece lleno de gloria por tenerla entre sus brazos; y Himchan sonríe, eso es repentinamente hermoso, él recuerda nunca haberse podido enamorar así, a los novios parece no importarles el hombre que arruga el entrecejo, ni las mujeres que chismosean en voz baja mientras los miran de soslayo.  El mundo entero no importa para ellos y Himchan piensa que las cosas están bien así.

 

Luego llega el autobús, se estaciona frente a la parada y la gente se coloca en fila para entrar, Himchan no tiene prisa, mira el número 19 en el lateral y se detiene justo después de los enamorados, ellos ríen bajito y él está al final de la fila. Son más de las once, hay poca gente dentro del bus, entonces lo nota ahí, por primera vez en mucho tiempo Himchan siente que su corazón se detiene y su rostro impávido lo observa como si fuera la primera vez que sus ojos captan a alguien así de atractivo, pero el automóvil empieza a andar y Himchan se agarra del barandal a tiempo.

 

Se sienta un asiento atrás, en la columna contraria al muchacho que continúa en la misma posición, con sus ojos en la vista que le ofrece la ventana y sus audífonos grandes tapando por completo cualquier intento de conectarse con el mundo exterior, el muchacho es joven, su facciones son finas, su cabello es corto y Himchan siente esa agitación en su pecho extraña e incontrolable.

 

Ve a hablarle”

 

La voz en su cabeza le grita cosas imposibles, Himchan aprieta sus manos y se siente realmente tonto. El camino hasta su casa es largo y en silencio Kim se encuentra rogando porque la del otro muchacho lo sea también, las primeras en bajarse son las estudiantes de secundarias, entre voces altas y bromas, luego el hombre de mirada cansada y aunque a veces Himchan mira hacía la calle, su mirada repentinamente viaja hasta él de nuevo.

 

Es absurdo, pero él nunca había sentido algo así tan solo con mirar a alguien.

 

—Entonces le he dicho que me comprara un buen regalo si quiere que lo perdone.

—Bien dicho.

 

Pronto las mujeres que desde hace rato no bajan la voz se van, y el autobús queda únicamente lleno por cinco personas, los enamorados, el conductor, Himchan y ese muchacho de mirada perdida. Como si el tiempo jugara en su contra porque a Himchan todavía le quedan varios minutos para llegar, el joven alza la mirada, mira hacía un lado y a otro, pero jamás se logra quitar los audífonos, la próxima parada parece ser su final y baja con la más simple de las expresiones, con la pequeña maleta en su espalda y la mirada de Himchan puesta en su imagen que se aleja.

 

 

Al siguiente día, Himchan está de nuevo ahí y se pregunta si lo verá otra vez. Pero no tiene tanta suerte, Himchan lo sabe muy bien, nunca la ha tenido, el reloj vuelve a marcar un poco más de las once de nuevo, tiene el estómago revuelto y las esperanzas camufladas, esa noche hay menos gente que la anterior, apenas un muchacho de instituto y una chica con uniforme de algún banco en la ciudad.

 

Cada uno parece muy dispuesto a ignorar al otro, o al menos eso parece, el muchacho mira de vez en cuando a la bella muchacha que de vez en cuando parece pendiente de su celular, pero al rato el menor solo baja la mirada y parece mover la cabeza al ritmo de la música que se desprenden de sus discretos audífonos.

 

El autobús llega y como costumbre Himchan va al final de la fila, su mirada recorre el casi vacío transporte y como era de esperarse él no está ahí. Himchan lo sabía bien, así que sonríe, él jamás ha tenido ese tipo de suerte, así que se sienta mejor a esperar, que los minutos y las estaciones pasen por igual.

 

 

 Dos días después cuando solo una persona se encuentra junto a él en la parada, Himchan lo vuelve a ver, esta vez tiene puesto un abrigo grueso y la capucha sobre la cabeza, los audífonos en sus oídos y la mirada puesta en la calle igual que la vez anterior, Himchan esta vez camina hasta el asiento en la otra columna pero en la misma fila, aprieta sus manos porque sus dedos parecen repentinamente inquietos.

 

Debería hablarle”

 

Para alguien como Himchan, sociabilizar nunca ha sido un problema, pero hay algo diferente en la situación, atrás hay unas tres personas más, y el escozor de su pecho no le permite dar un solo paso hacía él, ¿no sería extraño?  Claro que sí, que alguien te aborde de repente en un autobús debe ser necesariamente incómodo.

 

Si fuera otra la situación, quizá Himchan podría hacer algo más que solo mirar, quizá hablar, tal vez invitarle un café, pero los minutos pasan tan rápidos esta vez y la música suave del conductor dispersa sus pensamientos cuando lo ve levantarse de repente, de nuevo en la misma parada, con la misma maleta a su espalda y la expresión vacía de su rostro.

 

Himchan lo ve irse y lamenta de nuevo que toda su confianza parezca irse a las alcantarillas por culpa de la situación.

 

 

 

 

Cuando lo vuelve a ver llueve, la gente parece más interesada en refugiarse que en esperar el autobús, antes de que este llegara un taxi llega y el grupo numeroso que había se marcha, la mayoría parece alegrarse porque la poca gente que queda logra acomodarse bajo el pequeño techo de la parada, él está ahí, ese día no mira hacía la calle, tiene la vista en su celular, parece cambiar de canción, en esta ocasión Himchan no piensa perder la oportunidad.

 

Camina y se para junto a él, pero no sabe qué decir, la música todavía no llega al muchacho así que Kim aprieta sus puños y respira hondo.

 

—Hola —pronuncia despacio y él lo mira, levantando sus ojos sin haber movido la cabeza— ¿me puedo sentar aquí?

 

Pero el otro solo mira de un lado a otro, el autobús vacío le juega en contra pero no recibe una negativa pronta, por lo que su corazón late apurado, y los nervios parecen haberse deslizado a sus brazos. De nuevo lo mira y esos labios finos comienzan a moverse.

 

—Supongo…

—Gracias —y sonríe, sentado junto a él al fin— soy Himchan.

 

Estira su mano y espera que sea bien recibida, el muchacho vuelve a mirarlo, y asiente sutilmente tomando despacio su mano, lo nota tenso un instante pero luego Himchan sonríe y escucha su nombre, suave y apropiado, tontamente Himchan piensa que sí, tiene nombre de Jongup. Su rostro grita Jongup por todos lados.

 

—Yo soy Jongup.

—¿Por qué no te había visto por aquí? —Himchan intenta ganarle a la música que parece ser la eterna compañía del otro, incluso si al principio parece molesto— Es mi ruta de todos los días, y normalmente veo los mismo rostros.

 

—Me mudé hace poco —la voz de Jongup es un poco baja, no parece tímido pero sí bastante discreto— Y tienes razón a estas horas usualmente es la misma gente.

—Luces muy joven, ¿aún vas al instituto?

 

—No, acabo de salir, pronto entraré a la universidad.

—Eso suena bien Jongup. —Lo piensa un instante y luego gira un poco más hacía él— Entonces quiere decir que soy tu hyung.

 

Jongup abre un poco más los ojos y por primera vez parece interesado en algo de él.

 

—¿Cuántos años tienes?

—Veintitrés.

 

El menor sonríe un poco, —tienes razón, eres mi hyung. Yo tengo dieciocho—. Jongup realiza un gesto que aunque parece pequeño para Himchan es la gloria, el menor dobla un poco sus audífonos y los coloca sobre la maleta en sus piernas, lo mira a él y conversa con él, incluso logró ver una pequeña sonrisa en sus labios por alguna tontería suya, contradictoriamente esta vez el camino es largo, Jongup no habla mucho, al menos no en comparación a él, pero esa parece ser su forma de ser y a Himchan no parece molestarle.

 

—Creo que ya debo bajar.

 

Himchan lo nota, la parada de Jongup está cerca, así que asiente.

 

—Fue un gusto charlar contigo Jongup.

—Igualmente hyung.

 

Moon pasa frente a él con la maleta en la espalda, el bus se estaciona y él agita su mano con una sonrisa en la cara pero Jongup solo gira una vez hacía él y sonríe, bajando las escaleras y marchándose lentamente de ahí, esta vez el corazón de Himchan late contento, y respira hondo, con un buen sabor de boca por lo logrado.

 

 

La siguiente noche es un poco diferente, Himchan no quiere parecer un acosador o algo parecido, así que cuando sube al autobús y lo ve, Jongup ya tiene los audífonos puestos, pero en esta ocasión el menor levanta la mirada y sus ojos se cruzan. Himchan asiente levemente y Jongup sonríe, quitándose los audífonos despacio, Himchan lo toma como un gesto de que puede acercarse y sonríe cuando ve al menor sonreír también.

 

—Buenas noches hyung.

—Buenas noches Jongup.

 

 

Resulta que la mirada de Jongup día con día parece cada vez más dulce, más suave,  más atenta a sus expresiones a veces exageradas y su voz dispersa contando alguna experiencia, Jongup tapa un poco su boca cuando la risa puede más que él y esconde un poco su cuello, como si se hundiera en su asiento, Jongup generalmente ríe y habla muy discretamente.

 

El conductor los mira un día repentinamente y Jongup trata de disimular pero a Himchan le importa poco aquello, vuelve a mirar a Jongup y el muchacho rebusca algo dentro de su maleta. Finalmente saca una pequeña foto del bolsillo y se la enseña. En ella se encuentra Jongup junto a un muchacho bastante alto que sonríe ampliamente mientras sostiene en alto una patineta y con su otro brazo aprieta a Moon junto a él.

 

—Es Junhong, es mi mejor amigo.

 

Ambos son adorables, jóvenes y llenos de vida, Himchan sonríe mientras toma la foto entre sus manos. ¿Cuántos días han pasado desde que conoció a Jongup? Ya ni siquiera lo puede recordar bien, un día agarró valor y logró hablarle, otro día se sentaron juntos y charlaron, otro buen día Jongup se pasó como por dos estaciones de su casa y él menor seguramente tuvo mucho que caminar, negándose a que Himchan lo acompañara como es debido.

 

Pero ahora hablan todos los días, el camino que ahora le parece corto a Himchan.

 

—Tiene dieciocho igual que yo, pero él se irá a estudiar a Japón.

—Ya veo… —susurra Himchan— parecen muy unidos.

 

—Lo somos, nos conocemos desde el kínder —Jongup ríe bajito de nuevo— Lo voy a extrañar mucho.

—Pero siempre tendrán el internet de su lado.

 

—Sí, supongo… pero no será lo mismo.

—Cuando dos personas se quieren, los lazos que se formaron no se pueden destruir fácilmente.

 

Himchan todavía mira la foto cuando siente la mirada del menor sobre su rostro, gira y Jongup parece bastante concentrado en él, tanto que demora un par de segundos en reaccionar y sonrojarse velozmente antes de esquivar su mirada.

 

—Lo… siento.

—No hay problema.

 

 

—¿Bailas?

—No profesionalmente, pero unos amigos, Junhong y yo nos reunimos cerca del parque luego de la academia de baile y participamos en duelos de baile que se realizan todas las noches ahí.

 

Himchan parece verdaderamente encantado con aquello, quiere ver a Jongup bailar, quiere descubrir otras cosas que todavía no le han sido permitidas y se encuentra sonriendo entusiasmados.

 

—¿Y han ganado alguna vez?

—Varias, Junhong es muy bueno y yo intento dar lo mejor siempre.

—Seguramente también eres muy bueno.

 

Jongup sonríe un poco, mira las calles un instante y suspira.

 

—Ya me tengo que quedar.

—¿Tan pronto? —Esta noche le ha parecido más corta de lo normal —Sé que es un poco tarde, pero ¿qué te parece si te invito algo de tomar? Un chocolate estaría bien, luego si gustas te acompaño a casa.

 

Jongup muerde su labio inferior, parece dudar un instante antes de sacudir un poco la cabeza.

 

—Hoy no puedo, mi hermano ha quedado de recogerme en la parada de autobús. —Himchan luce confundido— Está de vacaciones y nos está visitando esta semana, es demasiado sobreprotector. —parece que aquello lo explica todo para Jongup— Bueno, nos vemos mañana hyung.

 

Pronto Jongup está sonriéndole de nuevo y bajando del bus con la maleta a su espalda.

 

Himchan piensa que saber de Jongup es realmente enriquecedor.

 

 

—Yoo Youngjae es el presidente de la asociación de estudiantes, parece bastante inteligente, pero Jung Daehyun que es el encargado de los novatos es muy divertido y agradable.

—Parece que tu primer día en la universidad fue bastante bueno.

 

—Así es, siempre quise estudiar ahí.

—¿En serio? ¿Cómo así?

 

Jongup repentinamente se paraliza, mirándolo al rostro como si las palabras hubieran sido borradas de su cabeza, luego solo baja la mirada y sonríe.

 

—Mi hermano estudió ahí.

—Por cierto, ¿qué estás estudiando?

 

El cambio de tema parece distraer el menor, Himchan no entiende porque Jongup a veces parece perderse en medio de sus conversaciones, como si los recuerdos repentinos lo atravesaran inestablemente.

 

—Música, mi hermano decía que hubiera sido mejor que estudiara artes y luego me especializara en música, pero prefiero concentrarme en la música desde el comienzo, en el camino puedo descubrir otra área parecida que me atraiga también.

—Me parece lo más correcto.

 

Le sonríe amable, y se muerde la lengua cuando planea invitarlo a tomar algo de nuevo, se supone que Yongguk, el hermano de Jongup sigue de vacaciones y por lo tanto estará esperando por él como cada noche desde que está de visita en Seúl, Himchan no tiene nada en contra de Yongguk pero espera que el otro se vaya pronto para poder invitar al menor a tomar algo por ahí.

 

 

 

Una noche Jongup no está solo, Yongguk está con él, Himchan sabe que no se equivoca de persona porque lo ha visto un par de veces cuando el bus demora en arrancar de nuevo y él no está tan distraído con Jongup como para notar el mundo exterior, pero hay algo diferente y extraño.

 

Jongup ni siquiera lo mira mientras charla con el mayor y sonríe, mucho más suelto que cuando está con él, habla con menos disimulo, incluso puede escuchar su voz aunque tampoco está muy lejos, se sienta apenas una fila atrás y en la columna contraria, lo mira insistentemente porque no entiende cómo puede haberlo ignorado así, pero quizá y no lo vio en verdad. Tan distraído estaba con su hermano, que probablemente Moon ni siquiera notó cuando subió.

 

Pero en un instante Jongup lo mira y luego sencillamente gira hacía su hermano, y sonríe y asiente, volviéndose hacía él, ignorándolo por completo, dejándolo con un amargo sabor de boca.

 

 

Himchan tiene orgullo. El suficiente como para subir la siguiente noche y sentarse en la columna contraria a Jongup y no mirar a nadie más mientras mira las calles de Seúl en esa noche fría y molesta, luego de unos minutos, que le parecen eternos, porque sabe que el menor está ahí, aunque no lo comprobó en ningún instante, Himchan sabe que él está ahí. No lo quiso comprobar ni siquiera al subir, porque si sus miradas se encontraban lo iba a lamentar.

 

—¿Hyung? —su voz suena cerca, Jongup se ha sentado junto a él, pero Himchan aún mira la calle, con la barbilla sobre la palma de su mano— ¿te has enojado?

—¿Por qué me has ignorado?

 

No lo mira, apenas detecta el reflejo de Jongup en el vidrio mientras finge que ve la calle, el menor solo baja un poco la cabeza y suspira. Himchan lo siente, lo escucha tan cerca de él que se estremece.

 

—Lo lamento, pero… es difícil de explicar.

—¿Lamentas no decírmelo? ¿O lamentas haberme ignorado?

—Ambas.

 

Himchan aprieta el puño sobre su pierna, pero pronto siente el tacto de Jongup sobre su mano, eso rompe cualquier sistema de defensa en él, porque gira hacía esos ojos pequeños que parecen pedirle disculpas con cada mirada, la mano de Moon se cierra sobre la de él y por un segundo ninguno dice palabra alguna.

 

—De verdad quiero decírtelo pero… me gusta esto y no quiero perderlo.

 

¿Esto? ¿Qué es esto para Jongup?

 

Sin embargo esa noche Himchan no dice palabra alguna, solo baja un poco la mirada, mira sus manos juntas y deja los minutos pasar, en silencio por primera vez en mucho tiempo.  Y en algún momento Jongup se tiene que ir, Yongguk no está esa noche para recogerlo y él supone que probablemente el mayor se ha ido ya.

 

 

La siguiente noche Jongup no está. Himchan lo lamenta, le hubiera gustado hablar con él. Pero tiene tiempo para pensar, mientras el carro avanza lento y casualmente la misma pareja de hace semanas se ha subido de nuevo, ya no hay tantos mimos y ternuras entre ellos, pero ella sigue sonriendo adorable y él sigue mirándola con adoración, acaricia su cabello y la contempla, ella aprieta fuerte su mano y sonríe. Cada sonrisa es un beso, tal vez y ella lo hace apropósito.

 

Pero la noche es fría, más de lo habitual, Himchan mira las calles y suspira. Extraña a Jongup.

 

Le duele un poco la cabeza, usualmente es molesto pero justo hoy es insoportable, cierra los ojos un segundo, no lo detecta pero se queda dormido, un minuto, casi dos, es tan poco que le parecen horas, pero es un lapso corto de tiempo. Las voces suenan en su cabeza, no hay rostros solo voces.

 

“¿Entraste? ¡Genial! Iremos a la misma universidad”

“Eres mi mejor amigo, no es que no confíe en ti… es solo que es raro para mí. Deja que me acostumbre”

“¿Alguna vez…? olvídalo”.

 

La voz de él, era tan gruesa y masculina que es terriblemente inconfundible, su mejor amigo, su hermano, parte de su vida como su alma entera. Y de repente sus ojos son débiles, los parpados se abren inconfundibles ante las lágrimas que se le han acumulado, pero Himchan las retiene, no puede recordarlo bien, pero lo extraña, lo anhela como si una parte de su vida se hubiera ido con él.

 

 

Al siguiente día Jongup tampoco está.

 

Se sienta tras un muchacho de cabello rubio y mira aburrido las calles, Jongup hace mucho que no faltaba a sus encuentros no acordados en el autobús, mira el cuello largo del menor frente a él, recuerda su rostro y le parece conocido, aunque muy seguro no está, sin embargo el sonido del celular lo alerta y lo mira contestar de inmediato.

 

—¿Yongguk hyung? —escucha atento, porque ese es el nombre del hermano de Jongup y ahora que lo mira bien, el joven se parece al chico de la fotografía— Si, ya estoy por llegar. ¿Cómo sigue Jongup? —Es Junhong, ahora está seguro de eso— No, no es necesario. No es tan tarde. Conozco bien el camino… Si, está bien.

 

Pronto se encuentra moviendo sus manos y mirando la nuca del muchacho, ¿qué le ha pasado a Jongup? Se muere por preguntar, por unírsele inclusive, no nota las paradas, las calles conocidas, y cuando finalmente se decide a hablar,  parece ser demasiado tarde.

 

—Disculpa…

 

Junhong se levanta, no parece haberlo escuchado en lo más mínimo y Himchan cree haber hablado lo suficientemente fuerte, cuando el menor se encuentra bajando las escaleras él se levanta, pero Junhong ni siquiera porque regreso a mirar el lugar donde se encontraba sentado se inmuto al verlo de pie y mirándolo paralizado.

 

—¿Junhong?

 

El nombre del menor sale de sus labios como un suplicio, de pronto le dan náuseas y el dolor de cabeza se intensifica. Está  a punto de llorar, y le duele la garganta.

 

¿Qué pasa con él?

 

 

—Tuve una gripe terrible —Jongup sonríe— Incluso hasta deliraba por la fiebre, pero Yongguk hyung cuidó bien de mí ya que mis padres estaban fuera de la ciudad.

 

—Tu amigo… —susurra despacio, Himchan no sabe cómo decirlo, como explicarlo, no fue como un presentimiento, fueron como sensaciones terribles a su alrededor y en su cuerpo, no sabe cómo hablarle de él, no ha podido incluso concentrarse en Jongup y eso es aún más terrible para él.

 

—¿Qué amigo?

—Junhong. —Por un instante Jongup pierde la sonrisa en sus labios.

 

—¿Qué pasa con él?

—Lo vi hace unos días, estaba en el bus frente a mí. No lo reconocí porque tenía el cabello de otro color pero… fue como… olvídalo.

 

Pasa una mano por su cabello, está confundido, terriblemente asustado. Algo extraño está pasando con él.

Pero Jongup es su salvación, vuelve a hacer lo mismo de días atrás, toma su mano suavemente, su tacto cálido es abrigador, lo mira a los ojos como si fuera su refugio, y esa noche solo esa noche no importa nada más.

 

 

 

Las noches de Himchan se están volviendo tormentosas, sus ojos inconfundibles se esparcen sobre la gente y recuerdos tergiversados y confusos se vierten sobre él como un mantra continuo, no tiene los mismos pensamientos de ayer y últimamente parece atormentado, la presencia de Jongup ya no es igual, ya no lo calma, ya no igual que antes, porque las voces en su cabeza ya no hablan, gritan, y Himchan siente que hay algo que no está recordando, algo se ha perdido en su cabeza y no sabe donde empezar a buscar.

 

—¿Hyung?

 

La voz suave y ligera de Jongup lo trae de vuelta a la realidad. Sentado junto a él en ese autobús. Siempre ahí.

 

—¿Por qué no podemos vernos en otra parte?

—¿Disculpa?

 

—Eso, ¿por qué no salimos? ¿Por qué no nos vemos en otro lugar?

—No hagas esto hyung…

 

Jongup se aleja de repente, su cabello está más largo desde la última vez que se vieron, Himchan mira su propio reflejo y está asustado, su imagen no ha cambiado, su cabello no ha crecido y él no recuerda nada más que aquellas noches compartidas con Jongup.

 

—Ya me tengo que ir —susurra el menor— hablamos mañana.

 

Himchan no responde, las voces en su cabeza hablan por sí solas. De pronto se encuentra bajando del autobús, sigue a Jongup a una distancia prudente, esta vez Moon luce decaído con su cabeza baja y la capucha puesta, ve los llaveros de la maleta, de esa maleta negra y cierres plateados, nota el llavero con forma de corona y las imágenes en su cabeza galopan solas.

 

—¿Es en serio? —Himchan mira la maleta en sus manos, Daehyun ríe divertido.

—¿Qué sucede? Es una maleta ideal para ti, de un color masculino pero sin perder tu toque de hada.

—¡Soy el presidente de la asociación de estudiantes! ¡Tenme un poco de respeto mocoso!

 

—¿Pueden dejar los gritos? —Youngjae desde el sillón en la asociación levanta la mirada aburrido— Parecen unos niños.

—¡Youngjae! Tu eres el vicepresidente, ¡haz algo!

—¡Youngjae es mi mejor amigo, jamás se va a poner de tu lado! —Grita Daehyun, con el pecho inflado y la sonrisa ladina en sus labios, Himchan solo entrecierra sus ojos y bufa hastiado.

 

—Iré a decirle a Yongguk que te de una paliza.

 

Himchan camina un poco lento, ahora ya no lo sigue con la misma imprudencia de antes, parece incluso querer perderlo de vista. Jongup en cambio anda distraído porque ha caminado de largo incluso a pesar de la sonrisa en los labios de su hermano que espera por él, pero Yongguk lo agarra del brazo y llama su atención, Himchan se detiene también.

 

—¿Tu padre va a casarse? —Himchan tiene doce años, su cabeza no entiende demasiado, pero su amigo asiente y suspira mientras patea el balón a sus pies.

—La señora tiene un hijo también…

—¡Eso es genial! —Himchan sonríe, quiere transmitirle alegría a su amigo, no le gusta ver a Yongguk triste— Luego de que tus padres se divorciaran y Yongnam y tu hermana se fueran con tu mamá, siempre me has dicho que la casa se siente silenciosa, a lo mejor tu nuevo hermano es igual de divertido y lindo que yo.

 

Las palabras de Kim parecen surtir efecto, porque Bang sonríe y Himchan amplía su sonrisa un poco más.

 

—Eres un tonto Himchan.

—Pero así me quieres. —Luego, Himchan se lanza a sus brazos, se cuelga de su cuello y Yongguk ríe divertido.

 

—Jongup… ¿qué sucede? — La voz de Yongguk es igual, no ha cambiado. Himchan camina sin pretenderlo, muy cerca de él, de su rostro masculino y su expresión preocupada mientras contempla a su hermano, pero Jongup se niega a levantar la cabeza, está sumido en sus propias lágrimas.

 

—Yongguk…

 

Su voz es un susurro, su cuerpo está frente al mayor, pero Yongguk ni siquiera lo mira. Es invisible para él, Himchan cree que el aire es el menor de sus problemas cuando Jongup por fin levanta la mirada y lo mira, directo a los ojos y entonces se lanza a los brazos de su hermano a llorar. Apenas lo escucha susurrar un ajeno ‘lo siento’ y el mundo se vuelve oscuro para Himchan. No entiende, no quiere entender.

 

—Himchan hyung, vamos intenta andar en la patineta… Anda~

 

Junhong jala de su brazo, se aprovecha de su cara dulce y hermosa que hace a Himchan sonreír mientras ve a Choi jalar de él para que pruebe la patineta, un par de pasos atrás Jongup los observa atento, con los audífonos puestos y esa expresión un poco ajena que siempre ha exasperado a Himchan.

 

—No lo va a hacer Junhong, si no ha querido bailar en mi grupo, mucho menos se subirá a esa patineta.

—Jongupie tiene razón, Junhong. Lo siento, pero si esta monada no ha logrado convencerme, mucho menos lo harás tú.

 

Himchan no tarda en correr a los brazos de Moon que parece no inmutarse ante el abrazo del mayor, pero Junhong solo realiza un puchero con sus labios. Bang ríe un poco más atrás mientras los ve a los dos menores dentro de esa pelea absurda que siempre han tenido por Himchan, es una pelea muda, una que Himchan quizá ni haya notado, pero siempre es así, una lucha silenciosa por llamar la atención del mayor, desde que eran unos niños.

 

 

 

—Siempre creí que cosas como estas no pasaban así de cerca… yo… ¡diablos!

 

Himchan se encoge en sí mismo, con las lágrimas en sus ojos. Bang aprieta sus puños con fuerza. Ve a Jongup y Junhong dormir en la misma cama, Junhong con sus mejillas bañadas en lágrimas, y las muestras de su cuerpo maltratado hace pocas horas.  Cuando Jongup entró en su vida, fue como si Junhong viniera en el paquete, su mejor amigo desde que aprendieran a escribir, unos niños adorables y tímidos que llenaron de calidez el corazón de Bang.

 

Fue una amistad singular, un lazo especial se formó alrededor de ellos.  Yongguk se encargaba de protegerlos, de enseñarles a comportarse adecuadamente. Himchan era el divertido, el que los llenaba de afecto, el que elogiaba cualquier cosa que hicieran bien. Pronto, Himchan tuvo a los dos menores peleándose por su atención, inclusive cuando hubieran cumplido los quince años, ambos seguían igual de pendientes de la atención del mayor.

 

Bang encontraba gracioso aquello, ahora estaban en la universidad. Youngjae y Daehyun eran de primer año y habían congeniado bien, y era agradable convivir con gente un poco más adulta que los dos menores, entonces el tiempo a compartir con Junhong y Jongup se redujo bastante. Ahora, lo lamenta, haber descuidado el estado introvertido de Junhong, su cuerpo cada vez más delgado, sus ojeras pronunciadas.

 

—Voy a matarlo.

—¡Bang no digas tonterías!

 

Himchan tenía la voz quebrada. Aun ahora no podía creerlo, Jongup había llegado envuelto en desesperación, con Junhong entre sus brazos, todo golpeado y lleno de sangre. Su padrastro había intentado abusar de él, y Junhong se había defendido con vehemencia, había huido, escondido en un callejón solitario había llamado a Jongup y entonces el infierno había comenzado.

 

El juicio, la demanda, su madre llorando cada noche por él, Junhong perdido entre los sedantes, las pesadillas y las visitas al psicólogo. Himchan tardó bastante en volver a verlo, pero cuando lo hizo se aferró a él y lloró por horas, le rogó perdón, por no estar con él, por no haber advertido lo que podía pasar con ese sujeto que jamás le inspiró confianza, por no haber estado ahí para él.

 

Desde entonces la sobreprotección de Bang aumentó, la atención de Himchan se volcó en Junhong, y Jongup aunque se sentía relegado mataba esas sensaciones a conciencia porque Junhong era su mejor amigo, porque lo necesitaba más que nunca y porque solamente quería verlo sonreír una vez más.

 

 

Himchan estaba sentado junto a los dos, aun bajo el techo de la parada del autobús, Jongup seguía aferrado a los brazos del mayor mientras este acariciaba su cabello, llovía, y Himchan solo podía mirar la calle húmeda con Yongguk a su lado, tan cerca de él y sus ojos vacíos.

 

—¿Qué ha pasado?

 

De pronto la imagen de Junhong se cristalizó a sus ojos, bajo un pequeño paraguas azul, con el abrigo azul que él alguna vez le regaló, su cabello rubio, Himchan nunca había tenido la oportunidad de verlo así. Parecía incluso más alto que antes, pero igual que Bang, ni siquiera lo pudo ver. Estaba atento a los dos hermanos que abrazados apenas habían reparado en su presencia.

 

—Su mamá me ha pedido que venga a buscarlos. Estábamos preocupados.

—Lo lamento, de pronto Jongup se ha sentido mal.

 

Jongup seguía refugiado en los brazos del mayor, Junhong fue sutil, se agachó un poco y acarició los cabellos de su mejor amigo, mordiendo sus labios como si aquello aplacara la terrible nostalgia que lo abrazó en ese instante.

 

—Jongup… —pero el otro ni siquiera despegó su rostro del pecho de su hermano— ¿Es por Himchan hyung? Sé que es  difícil, yo también me pongo así a ratos, pero ya va a ser un año, Himchan hyung odiaría verte así, por favor hyung tenemos que ser fuertes ¿vale? —Fue demasiado pronto, los ojos de Junhong se llenaron de lágrimas— Hyung… por favor… de verdad lo siento… yo debí morir en su lugar…

 

—Junhong no digas eso.

 

La voz de Yongguk fue severa, aun así, Jongup jamás pronunció palabra alguna.

 

 

—¿Se pude saber por qué sigues tan molesto conmigo?

 

Junhong había jalado de su brazo con fuerza, Jongup entonces lo había mirado severamente, y Choi sentía los pliegues de su amistad perderse entre ellos, sin explicación, sin justificación alguna.

 

—Himchan hyung me gusta ¿de acuerdo? Y tú no haces otras que permanecer pegado a él.

 

Choi abrió los ojos más de lo normal, Jongup pareció reparar en sus propias palabras y luego bajó la mirada, con las mejillas avergonzadas y los puños apretados.

 

—¿En serio te gusta?

—Olvídalo.

 

—Espera —Junhong había jalado su brazo de nuevo— Estoy seguro de que tú le gustas también.

 

 

—Yongguk me va a matar…

 

Himchan se lamentó brevemente, pero Jongup sonrió jalando su corbata y atrayéndolo a sus labios, en un beso corto y pequeño que hizo emerger de sus labios una amplia sonrisa. Cuando Himchan contempló esa imagen el lamento desapreció por completo, el rostro joven de Jongup mientras lo miraba de esa manera, sus ojos apreciando cada facción de su rostro.

 

—Él va a entender hyung.

—Sí, claro. En especial porque estoy terminando la universidad y tú aún en el instituto. 

 

Jongup rió un poco, volviendo a jalar a Himchan a sus labios, como si con sus besos pudiera convencerlo de cualquier cosa. Entonces Himchan se aferró lentamente a él, a su boca jugando con la suya, a su mano perdiéndose entre el cabello de él.

 

 

—Váyanse.

 

Jongup de pronto se alejó de Yongguk, secando sus lágrimas con el brazo, Himchan lo miró un instante. Yongguk y Junhong lo miraron desconfiados.

 

—Hyung…

—Quiero estar a solas.

—Pero, ¿aquí?

 

Moon asintió, con la cabeza baja y los puños apretados.

 

—Está lloviendo, Jongup.

—Por favor, iré a la casa en unos minutos.

 

Fueron varios segundos antes de que alguno hiciera algo por moverse, Yongguk suspiró hondamente y empezó a caminar de regreso a la casa de sus padres, Junhong dejó el paraguas junto a Jongup y luego siguió a Bang por el pequeño camino iluminado. Himchan sintió más frío del habitual en ese instante.

 

 

—Yongguk dice que viene directo para acá con Daehyun y Youngjae.

 

Himchan leyó el mensaje velozmente y lo contestó del mismo modo. Jongup a su lado apoyó la cabeza en su hombro mientras permanecían sentados en la banca fuera del pequeño parque esperando porque todos se encontraran para poder salir a comer algo juntos y celebrar el cumpleaños de Junhong juntos.

 

Choi sin embargo permanecía sobre la vereda, andando en su patineta de un lado a otro, aburrido de esperar mientras veía a sus dos amigos besarse a ratos. Jongup no lo hacía apropósito, pero a veces le resultaba divertido ver a Junhong exasperarse por la muestra de cariño excesiva que él y Himchan tenían ante el resto de la humanidad.

 

Se mantenía cruzado de brazos por el frío, con una sonrisa divertida al recordar la imagen de su mejor amigo rodando los ojos mientras se levantaba exasperado del asiento admitiendo que prefería dar vueltas como idiota en la patineta en lugar de estar ahí con ellos, eso luego de que él encontrara el cuello expuesto de su hyung demasiado tentador y optara por depositar un corto beso que hizo al otro reír y sacudirse levemente.

 

—Oigan ¿y si vamos por un chocolate caliente? Muero de frío.

 

Finalmente Junhong se había detenido con la patineta a sus pies y parado frente a los dos. Jongup había levantado un poco sus hombros  y ahora esperaban por la respuesta de Himchan que decidiría lo siguiente que harían, como en los viejos tiempos. Jongup sonrió ante la asociación que hizo su cabeza.

 

—Pues vamos.

 

Himchan se levantó y Jongup se vio obligado a hacer lo mismo, pronto la patineta que Junhong había tenido bajo el pie resbalo y esta rodó directamente hacía la calle. —Mierda…

 

Jongup estiraba su cuerpo en ese instante, con los ojos cerrados y la pereza del mundo encima. Libre del mundo exterior en ese instante. Junhong concentrado en su patineta solo había corrido tras ella y sus llamativos colores, pero Himchan no terminaba de concentrarse en algo más cuando la imagen del autobús a toda velocidad llegó a sus ojos, fue demasiado rápido como para que se detuviera a pensar.

 

Solo vio a Junhong en la mitad de la calle, repentinamente paralizado ante la imagen imponente del bus que no iba a lograr detenerse a tiempo, así que corrió. Y escuchó la voz de su Jongup por última vez.

 

—¡Hyung!

 

Sus manos empujaron sin el menor cuidado a Junhong, al pequeño aquel de sonrisa dulce y divertida, de andar travieso en la infancia que había logrado capturar sus afecto con una velocidad sorprendente, sintió el gemido ahogado de Choi y luego un dolor breve e insoportable que oscureció el resto a su alrededor.

 

 

—Yongguk hyung y los demás llegaron apenas unos minutos después, yo estaba llorando desesperadamente y la gente solo se amontonaba más y más. Junhong estuvo hospitalizado dos semanas, tuvo unas cuantas contusiones y no parecía reaccionar bien, ni siquiera quería vernos o hablar. Decía que había sido su culpa, sinceramente yo tampoco quise verlo un largo tiempo, no podía… Pero un día se apareció en mi casa pidiéndome que lo disculpara, pero yo no tenía nada que perdonar… Había sido tu decisión, probablemente yo hubiera hecho lo mismo.

 

—El autobús…

—Era el autobús diecinueve.

 

Himchan miró el rostro de Jongup, ya un poco más calmado. Acarició su rostro como si fuera la primera vez. Su rostro masculino y joven, de facciones finas y mirada profunda.

 

—Siempre fuiste mi chico favorito. —Sonrió un poco, por eso Jongup no hablaba demasiado alto, por eso no reía con fuerza. Por eso el conductor miraba extraño a Jongup. Todo este tiempo, ante los demás, Jongup estuvo solo, siempre solo de camino a casa— Tan especial y maravilloso.

 

—Cuando me hablaste… ese día yo…

 

Jongup volvió a bajar la mirada y Himchan se acercó un poco más, lo abrazó. Lo abrazó por todos los días que hicieron faltan, por los que no iba a estar, por esa solitaria espera que jamás iba a terminar.

 

—Dijiste que siempre estarías aquí, que cuando me graduara nos iríamos a vivir juntos, así Yongguk hyung…

—…Nos persiguiera por todo Corea.

 

Himchan sonrió ante los recuerdos, abrazó despacio al menor y suspiró.

 

—Lo lamento, Uppie.  Lamento tanto no poder cumplir mi promesa.

 

 

Esa madrugada justo antes que el sol saliera, Himchan se sentó a esperar. Bajo esa pequeña parada donde siempre comenzaban sus recuerdos. Esta vez la pareja de enamorados que regularmente veía estaba ahí, su sonrisa era nostálgica, pero ambos se seguían mirando con la misma adoración. Entonces el chico lo miró y asintió brevemente.  Himchan lo imitó.

 

—El taxi en el que viajábamos —explicó el hombre— Chocó esta madrugada.

—Lo lamento por mis padres…

 

Ella lucía triste, pero se refugiaba en los brazos de él. Himchan sonrió. Ellos estaban juntos al final, abrazados como cada vez que tuvo la oportunidad de verlos. Suspiro largamente y esperó un poco más, pronto un autobús se estacionó y Himchan comprendió que era la primera vez en mucho que estaba haciendo lo correcto

 

Esta vez fue primero, las puertas se abrieron y el chofer sonrió.

 

—Al fin tomas el autobús indicado, muchacho.

 

Himchan sonrió, la pareja subió tras él. Y él, miró por última vez la parada de autobús vacía a esas horas de la madrugada.

 

 

 

 

Cuando Moon Jongup despertó esa mañana, ya se encontraba en su habitación, arropado y resguardado por su hermano mayor que se había quedado dormido al pie de su cama. Despertó con un terrible dolor en la espalda y el cuello pero la imagen de Yongguk lo hizo sonreír y la imagen de Himchan se disipó despacio, casi podía asegurar que no lo iba a ver más, acarició los cabellos de Bang y poco a poco el mayor despertó.

 

—¿Jongup? ¿Cómo estás?

 

Su voz era cansada, aletargada inclusive.

 

—Bien, lamento haberlos preocupado.

—No te disculpes… Ese es tu trabajo como hermano menor: preocuparme.

 

Jongup sonrió,  esa tarde las clases fueron terriblemente tediosas, la clase de baile poco inspiradora, y en la noche no tuvo muchos ánimos de participar en la competencia, Junhong permaneció junto a él todo el tiempo, comieron juntos y platicaron un rato más, sobre que Yongguk regresaría pronto a Estados Unidos, sobre que el viaje de Junhong a Japón se acercaba también, y extrañamente, a pesar de todo Jongup ya no sentía solo otra vez.

 

Tomó el autobús diecinueve como era normal, se colocó los audífonos como la primera vez, y se sentó, en el segundo asiento junto a la ventana otra vez. El camino fue lento y tranquilo, no había demasiada gente y el frío no era igual que la noche anterior, y cuando llegaron a la parada que Jongup se había acostumbrado a añorar apenas subieron tres personas y el auto volvió a arrancar.

 

No había nada más que esperar. Jongup suspiró, subió el volumen de la canción que a Himchan le gustaba tanto escuchar y cerró los ojos un instante, faltaba bastante para llegar a casa y esta vez su camino seria silencio y solitario, como la primera vez, como mucho antes de Himchan.

 

 

..:: FIN ::..

 

Notas finales:

 

Holis~

Bueno, espero que les haya gustado este es el primero de los regalos para Ale~

Gracias por leer, un saludo enorme para todos. Se cuidan :3


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