Tony permancecia sentado debajo de aquel árbol donde lo había conocido, sim penzar nada, si decir nada, sin sentir nada. Solo veía el agua del lago, tan cristalina,
tan clara, tan pura, tan perfecta para...
Hacia cinco años que lo había conocido una tarde de primavera.
El día de su gradución de preparatoria, sus padres no se habían presentado; de su padre no era nada extraño, pero su madre era todo lo contrario.
Al llegar a su casa su propio padre le había dado la noticia de que su madre había muerto.
No queriendo creelo habia salido corriendo sin dirección alguna, lo único que le importava era alejarse de todo. Sindarse cuente había llegado al parque,
concretamente a un árbol bajo el cual él y su madre solian sentarse a leer libros.
Penzaba en todo eso cuando dettepente apareció frente a él una mano, que sostenia una unica flor rosa. Levantado la vista se dio cuenta de que la mano le pertenecía
a un apuesto joven de ojos azules y cabellos rubios.
-Te vi demaciado tiste y me pareció que esto podía alegrarte.- Dijo el hermoso chico con una sonrisa.
-¿Y cómo sabes que estoy triste?- Preguntó Tony, saliendo un poco de sus penzamientos.
-Siempre que esas bajo ese árbol, tienesuna linda sonrisa, más cuando estas con una hermosa mujer; dime ¿es tu madre?
Tony no sabía porque pero el ver a ese chico le trai una verdadera paz interior.
-Si.- Contesto tristemente al recordar el asunto que lo había llevado bajo aquékl árbol ese día.
- Y ¿dónde esta ella?- Pregunto el chico mirando a los alrededores.
-Ella... esta muerta.
Lo único que a Tony le gustaba recordar era aquel abrazo que el muchacho le dío. Dandole el alivio que ninguna palabra era capaz de darle.
Esa tarde la habían pasado sentados bajo aquel árbol, hasta que los dos chicos se dieron cuenta de que ya estaba avanzada la noche. El muchacho insistió en llevar a
Tony hasta su casa. Antes de entar a su casa el chico detubo del brazo a Tony.
-Oye, ¿nos podemos ver otro día?- Preguntó el chico casi implorando.
-¿Tú quieres que nos veamos otra vez?
-¡Porsupuesto!
-Ahí tienes tu respuesta.- Dijo Tony con una sonrisa, encaminandose para entrar a su casa.
-Por cierto, no te pregunte tu nombre.- Dijo el muchacho ya un poco más calmado.
-Tony, Tony Stark.
-Yo soy Steve, Steve Rogers.
Desde ese día y durante tres meses, Tony y Steve habían pasado casi cada momento del dia juntos.
Hasta que cierta mañana Steve le dío una noticia no muy agradable.
-Me iré.- Dijo Steve sin dar rodeos.
-¿Cómo?- Dijo Tony levantadose de golpe de la hierba. -¿A dónde irás?
-Al ejercito, a la escuela de aviasión.
-Ya veo.- Dijo Tony con el semblante claramente triste.
-Pero volveré.- Tony levanto la mirada para encontrarse con la de Steve -Volvere y te juro, que cada momento que pase te lo dedicaré a ti.
-¿Cuándo te vaz?
-Mañana.
-Etonces, si es nuestro ultimo día juntos.
-En algún tiempo.- Aclaro Steve.
-Hagamos algo divertido.- Completo Tony.
Pasaron el mejor día de sus vidas juntos, disfrutando de algo que Steve amaba hacer ir al Zoologico, y tubieron un pequeño altercado con un chimpance que se violento
cuando ellos inocentemente trataron de darle de comer algunas frutas. Al final de día rentaron un bote ya que Steve amaba los atardeceres.
-Tony.- Dijo Steve derrepente. -Tu eres mi mejor amigo.
-¿A qué viene ese comentario ahora Rogers?- Pregunto Tony un poco extrañado.
-No se,- dijo Steve sin darle importancia -simplemente quería que lo supieras.- Tony miraba hacia el atardecer y daba gracias a eso porque así Steve no podía
notar el rubor que había en sus mejillas.
-"Ytúelmío".- Dijo Tony con la firme convicción de que Steve no lo oyera. Por su parte Steve solo sonrio, ya que sabía lo mucho que a Tony le costaba demostrar
sus sentimiento.
Al día siguiente en el aereopuerto, Tony trataba de no mirar a Steve para que este no viera lo mucho que le dolia su partida.
-Tony.- Insistió Steve- No quiero irme y que lo último que recuerde de ti, sea una cara triste. Sabes lo mucho que me gusta tu sonrisa.
Tony forzo una sonrisa que de verdad no sentia.
-Regresaré.- Fué lo último que escucho de Steve; vio su avión partir, sabiendo que no lo volvería a ver en cinco años.
Tony por su parte empredió un viaje para estudiar la universidad en Inglaterra. Cada año y durante aproximadamente diez minutos, en la misma fecha de la muerte de
su madre. Steve lograba hacerle una llamada telefónica. Estas llamadas eran a escondidas del superior de Steve, el coronel Chester Phillips; y siempre también
en su oficina. Estas llamadas siempre terminaban abruptamente cuando alguien descubria a Steve, y siempre terminaban con Steve gritandole a Tony que le llamaría el
año siguiente. La última llamada que recibio fue la más breve de todas.
-Diga.- Respondio Tony en su celular con la esperanza de que fuera Steve.
-¡TONY!- Oyo decir con algría a Steve.
-Steve, ¿cómo...-
-No hay tiempo Tony- Le interrumpio Steve. -¿Cuando regresas de Inglaterra?
-Este domingo a las once de la mañana.
-Muy bien, yo...- Tony escucho comoalguien le quitaba el teléfono a Steve y una voz grave le hablo.
-Jovencito, si yo fuera usted, no contaría con la precencia del soldado Rogers el día domingo.- Y colgaron.
Tony sabía perfectamente que despues de cada una de las llamadas que Steve le habia echo, el Coronel hacía que le aplicaran castigos en verdad severos, pero esta vez,
podía ser que en verdad fuera algo malo.
Tony regreso a Nueva York, con sentimientos encontrados, por un lado, volvería a ver a su querido amigo, por el otro lado... tal vez no.
Al bajar del avión y antes de que pudiera tomar sus maletas, dos militares le cerraron el paso.
-Anthony Edward Stark.- Dijo uno de ellos.
-A sus ordenes.- Dijo Tony con toda la elegancia caracteristica en él.
-Sargento James Buchanan Barnes, tiene que acompañarnos.- "Buchanan" a Tony le sonaba de algo el nombre, pero como no podía recordar y tenía curiozidad, decidio que
era mejor no opner resistencia.
Lo que Tony vio afuera, no lo podía creer, Steve estaba parado delante de una impresionante motocicleta. Tony apenas lo reconoció, pues era mucho más grande de lo que
recordaba, y tenía un traje de...
-¡¿CAPITÁN?!- grito Tony.
-No es el recibimiento que esperaba, pero si.- Dijo Steve resueltamente.
-Todo este tiempo penzé que eras un simple soldado en un avionsito.- Dijo Tony algo molesto.
-Pues...
-Así fué durante algún tiempo.- Dijo el Sargento Barnes. -Hola, James Buchanan Barnes; pero tu puedes decirme Bucky.
-¡Bucky, claro, tu amigo, por eso me sonaba el nombre de Buchanan!
-Así es.- Confirmo Bucky.- Steve era un soldado cualquiera y hasta me atrevo a decir que el coronel Philips no le tenía mucho aprecio, hasta que un día...
-Nos salvo.- Termino de decir el sargento Wilso. -Samuel Wilson, pero todos me llaman Falcon.
Pasaron unos minutos más de conversación en los que Steve quedo totalmente apenado, pero una hora despues Tony iba montado en la motocicleta de Steve.
-Se puede saber a donde vamos.- Pregunto Tony con interes.
-A ver si al chimpance ya le mejoro el humor.- Contesto comicamente Steve.
Pero al llegar al zoologico vieron que el lindo chimpance que casí los había querido matar cinco años antes. Seguia de tan mal humor como de costumbre y decidieron
que mejor sería dejarlo en paz.
Dos años pasaron, dos años en los que Tony llevo a la empreza familiar "Industrias Stark" a una completa gloria. Mientras tanto Steve se había convertido en uno de
los mejores capitanes de la fuerza aérea; y no solo una sino varias veces, le había propuesto darle el grado de mayor, pero el lo había rechazado, ya que decidio
quedarse a vivir en Nueva York. Él y Tony se veían practicamente todos los dias. Charlaban a menudo de tribialidades hasta que un día Steve hizo que Tony se
atragantaze con su café.
-¿COMO?- Tony grito a los cuatro viento, cosa que proboco que todo el restaurante los viera.
-Lo que oíste, ¿quieres ser mi novio?
-Pero... pero... pero...
-Tony... hace años que nos conocemos, yo estaba enamorado de ti incluzo antes del día en que me atreví a hablarte. Solo tienes que decirme si tu sientes lo mismo
por mí.
Tony esta vez no puedo evitar que Steve notara como su cara cambiaba de color.
-Con una condición...-Dijo Tony totalmente apenado. -Que yo sea el novio.
-Ni lo pienses.- Dijo Steve tomandolo entre sus brazos y dandole un beso.
Y así pasaron un año juntos, con alegrias, con problemas, con peleas, pero siempre seloviendolas; como la vez en que Steve se había emborrachado y a las tres de
la mañana había llamado a Tony, de la casa de Bucky, para pedirle perdón. La verdad es que había sido alrevez, Tony había hablado de la casa de Rhodey, pero a
Tony le gustaba recordarlo al revez.
Hasta que un día Tony se armo de valor y decidio hacer lo impenzable, pedirle matrimonio a Steve.
-¿Bromeas Tony?- le pregunto Pepper, su asistente.
-Nunca eh sido más serio en mi vida. Hoy al terminar la junta, iré a la base aerea y se lo preguntaré.
-¿No se supone que lo verías hasta el domingo?
-Lo se, pero no puedo aguantarlo más, debo preguntarselo ya.
Y así lo hizo, pero al llegar a la base aérea, que había mucha agitacion. Encontro rapidamente a Buky y le pregunto que ocurria.
-Nada importante, la mayor Carol Danvers le ha pedido ayuda a Steve con un avión que se le resite, y lo van a volar ahora.
-Donde esta Steve, tengo que hablar con el ahora- pregunto Tony ansioso.
-Ahí viene.- Tony rapidamente se acerco a Steve.
-¡STEVE!- le grito.
-¿Tony?- Preguto Steve confundido.
-Steve, tengo algo que preguntarte, es importante.-
-¿Mucho?- Pregunto Steve ansioso.
-Damaciado.
-Entonces dimelo despues.
-¡NO! ¡No tardaré mucho, te lo prometo!- Dijo Tony casi suplicante.
-¡Lo se Tony! Precisamente por eso, es algo importante para ti. Y te quiero poner toda la atención que mereces, tu eres lo más iportante que hay en mi vida.
¡Te amo!- Y sin importale nada, Steve le dio un beso a Tony enfrente de todos.
-Yo tambien te amo.- Dijo Tony, mientras veia como Steve iba hacia el avión.
-Eso importante que tienes que decirme,- Dijo Steve antes de cerrar la puerta del avión. ¡Dimelo el domingo, por favor!
Lo único que supo Steve cuando el avión estallo, es que su vida habia terminado ahí. Su amor, su único y verdadero amor, Steve Rogers había muerto cuando ese
avión exploto.
El domingo Tony desperto por una pesadilla con el avión. Se bañó y vistió mecanicamente, y decidio ir a donde tenía penzado ir aquel día con Steve. Fue al zologico
y se encontro con su amigo el chimpance, el cual no fué violento con el aque día.
-Sin el no es lo mismo, ¿verdad?- El chimpance no respondio, solo miro a Tony con tristeza.
Al llegar la noche se sento debajo de aquel árbol bajo el cual había estado la ultima vez un ser querido habia muerto.
Las lágrimas brotaron de sus ojos sin poder detenerlas.
-Steve...- dijo Tony entre gemidos.
-Steve
b35;
No escribas una carta cuando me quieres dejar
No me llames a las 3 a.m. del departamento de un amigo
Me gustaría elegir como escucho las noticias
Llevamé a un parque que este cubierto con arboles
Dimelo el domigo por favor.
Dejame facilmente
Sin grandes canciones y bailes
Sin caras largas, sin miradas largas
Sin conversaciones profundas
Se de que manera debemos pasar este día
Llevame a un zológico que tenga chinpances
Dimelo el domingo por favor.
No quiero conocer quien es el culpable
No me va a ayudar a saber
No quiero pelear día y noche
Suficientemente malo es.
No me dejes en silencio, sin palabras en absoluto
No me enborrachare y golpeare las puertas
Que no hay manera de poner fin a esto
Se como quiero que me digas adios
No quiero salir corriendo bajo la lluvia
No quiero que me llames como llamabas a tu avión
Toma la herida fuera de todo el dolor
Llevame a un parque que este cuvierto de arboles
Dimelo el domingo por favor.
Amor Yaoi
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