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Notice me por Vesania_Licantropia

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Notas del fanfic:

Historia escrita a partir de los personajes de la serie Sherlock, de BBC, que a su vez esta basado en "Las Aventuras de Sherlock Holmes" de Sir Arthur Conan Doyle. :)

Notice me

Capítulo 1: Stalker

-Bueno…esto ya es el colmo. Estoy aquí escondido como un criminal, persiguiéndolo hasta el laboratorio de ciencias como una mocosa obsesionada de primer año, soy una vergüenza para el futuro cuerpo médico y para el equipo de Rugby. Mírenlo…esa maldita cara de idiota, viendo atentamente al profesor como si hablara con Dios. Es tan jodidamente molesto estar aquí, lo odio…lo odio… ¿Qué carajo hago aquí? – Mientras John Watson se auto-atormentaba en pensamientos, aquel chico de fulgurantes ojos y oscuros rizos notó, como por instinto, que estaba siendo observado desde algún punto de la habitación. Inmediatamente, el joven futuro médico se escondió tras el ventanal desde el cual fisgoneaba, rezando porque aquel “pequeño Spock” (como a veces solía llamarlo en secreto) no haya notado su presencia, como casi ocurre en otras ocasiones. Ese joven que veía a la distancia era Sherlock Holmes, un extraño e insocial muchacho de figura esbelta, rostro adusto e interminable pedantería, el cual parecía no tener interés en absolutamente nada ni nadie a excepción de sus experimentos, sus libros y su laptop.

Después de unos segundos, el joven Holmes ignoró la presencia del extraño volviendo a concentrarse en aquel hombre frente a él que hablaba de manera racional y brillante, quizás la única persona que consideraba “a su altura” como para darse el trabajo de escucharle, el respetado Profesor James Moriarty.

Luego de una conversación apenas legible al oído de John, Sherlock salió de laboratorio y se dirigió a la biblioteca, acomodándose gustoso en un cubículo aislado junto a una gran montaña de libros de química, de matemáticas e incluso de criminalística. Aunque estaban cerca los exámenes, Sherlock no parecía sentirse agobiado por sus libros, más bien parecía simple entretenimiento, como si eso lo hiciera feliz. Luego de observarlo por unos segundos más, la hora sugería regresar al salón de clases, por lo que su “trabajo de observación detallada” (o acoso) se terminaba por ahora.

-Soy un imbécil. ¿Qué me cuesta decir “Hola”? Pues TODO. Ese apático no tiene la capacidad de interactuar con alguien, no sé qué coño tiene de particular… ¿Qué tiene que hace que no deje de pensar en verle de nuevo? MALDICIÓN ¿Acaso soy gay? ¿O él es demasiado raro? ¿Me habrá traumatizado? Sean cuales sean las respuestas, siento que… - farfullaba John

-¡JOHN! – Interrumpió Mike, uno de sus compañeros de clase – Llegaremos tarde, ¡Apúrate y deja de hablar solo!

Mientras John iba corriendo a clases, intentaba entender el porqué de su interés por Sherlock ¿Cómo rayos había empezado esta especie de obsesión?

Hace más o menos dos meses y medio atrás, John comenzaba por fin a integrarse al equipo de Rugby de la universidad, logrando convencer a su entrenador de que era un buen elemento, a pesar de su corta estatura. Una vez terminado el entrenamiento, se dio cuenta que olvidó su protector bucal cerca al campo, por lo que salió nuevamente para recogerlo. En campo abierto, como un grupo de compañeros de equipo suyos parecían fastidiar a un muchacho. Aunque sabía que no era asunto suyo, se acercó a ver.

-Cállate maldito fenómeno, retira lo que dijiste de mi padre. – gritó uno de los estudiantes

-¿Por qué tendría que retirar hechos tan claros como esos? Verás, tu padre es un hombre de negocios, gran poder y todo a su disposición, sin embargo es un hecho que nunca se ha ocupado de ti, posiblemente se perdió varios cumpleaños, tal vez 5 y algunos de tu hermana. El ritmo de vida, los viajes de “trabajo” incluyendo días festivos, los enormes pagos que hace para mantenerte en esta universidad a pesar de tus malas notas, obviamente como compensación de años de abandono, evidencian que estas traumatizado. Repito, es totalmente elemental deducir que tu padre tiene una segunda esposa  y otra familia, a la quizás es más apegado inclusive que… -  un  fuerte golpe en la nariz interrumpe el discurso, haciéndole sangrar.

-TU NO SABES nada, cierra la bocota, bastardo. Seguramente haz estado hablando o sacándole cosas a mi hermana ¿no?  

-Más bien deberías ser tu quien le saque cosas a tu hermana, es evidente que la falta paterna ha ocasionado en ella un importante trastorno en sus relaciones interpersonales, ya que hasta el momento ha tenido encuentros amorosos con, por lo menos, tres profesores mayores de 50 años. No es que sea un fisgón, simplemente lo he notado, ya que el otro día… - es nuevamente interrumpido por una patada directo a su estómago. Bastante dolorosa.

-Te voy a matar, hablador hijo de puta…

Mientras se disponía a darle un fuerte derechazo a su víctima, es detenido por John, quien le coge el brazo con fuerza.

-Por favor Schröder, ya estuvo bastante de golpes. Además, si el entrenador se entera de esto podrías tener problemas.

-Lárgate novato, esto es entre Holmes y yo.

-Oye, vete de aquí, déjalo, no seas estúpido. Él es mucho más grande que tú y no tienes posibilidad de ganarle. Solo saldrás ridículamente herido por ayudar a un extraño. – le replicó Sherlock Holmes a John, entrecortado por el dolor pero con naturalidad, como si su defensor le estorbara.

-Realmente tienes una bocaza…pero siempre he odiado a los abusivos y no puedo dejar que esto continúe sin hacer nada.

-Bueno, si eso es lo que quieres Watson, te ganas el premio mayor en su lugar, lo estás pidiendo a gritos. – Schröder le propinó un fuerte golpe en la cara, calentando su rostro a lo que en unos minutos seria, un terrible moretón. Antes de hacer otro movimiento, escucharon la sonora voz del entrenador de Rugby acercándose, haciendo que todos se dispersen del lugar para no ganarse un buen castigo.

-¿Estas bien….esto…Holmes? – preguntó el igualmente herido John.

-¿No es una pregunta bastante tonta? Acabo de ser golpeado por un tipo de duplica mi peso y fuerza, es evidente que mi resistencia física ha colapsado. – respondió Sherlock, sin mucha emoción.

-¿No conoces la frase “Gracias por evitar que me golpearan aún más”?

-Fue culpa tuya el entrometerte. Además, fue la llegada del entrenador la que hizo huir a Schröder y su manga de mirones, no tu heroica participación. ¿Complejo de superman? –dijo Sherlock, con un poco de burla.

-No, en realidad fui recientemente mordido por una araña radioactiva, adquiriendo habilidades arácnidas. – le respondió John, sonriendo.

-Me reiría, pero no me gustan los cómics.

-Pero este si lo conoces, sino no sabrías que era un cómic… jejeje…OUCH, ouch…mi cara es una desgracia, reír ha dolido demasiado.

-Bueno, supongo que debo aparentar que soy cortés contigo y tu ojo morado, después de todo eres el defensor de los débiles.

-Si gustas, podemos ir juntos a la enfermería. Yo invito.

-¿Iremos a pie o en una telaraña?

-El golpe debilitó mis reservas, tendremos que ir a pie.

Sherlock y John caminaron hasta el servicio médico de la universidad para recibir tratamiento a sus heridas. Mientras descansaban unos minutos, John intento hablarle.

-Bueno, yo me llamo John… -  fue interrumpido por el joven Holmes.

-Si lo sé, ya lo escuche, John Watson. Estudiante entre 4to y 5to año en medicina, lo sé por la edad que tienes y entiendo que por tu disciplina en el rugby posiblemente seas también un tanto aplicado en clases, definitivamente no eres brillante, pero tampoco eres un mal elemento. Tu uniforme esta usado, sin embargo veo que es lavado con cuidado, cosa que solo podría hacer una madre, así que de hecho vives con tus padres aun. Por tu marca en la muñeca veo que pasa algún tiempo en las computadoras, tal vez en Facebook espiando algunas chicas que podrían salir contigo porque se nota que no estas más tiempo del necesario. Tienes un fuerte sentido del deber, quizás madera de militar. En fin, no tengo suficiente tiempo para esto, debo irme, tengo cosas que hacer y estoy tremendamente aburrido – dijo Sherlock, sin pausa.

- ¿Cómo es que tú sabes eso? – respondió un atónito John

- No lo sabía, lo he notado. – dijo Sherlock con indiferencia.

- Wow…eso fue…increíble, realmente. Extraordinario. – dijo John, con una turbada expresión de sorpresa.

- …uhmm….esto… bueno, eso no es lo que la gente suele decir generalmente. – dijo Sherlock, un poco nervioso. Un ligero sonrojo se posó en sus mejillas pálidas.

- ¿Y qué es lo que la gente, generalmente, dice?

- “Púdrete” – respondió Sherlock, con una sonrisa irónica. –bueno John fue un….gusto conocerte. Debo irme, adiós.

- HEY!  Espera… ¿me podrías decir, al menos, tu nombre? Ya que al parecer conoces bien el mío. – le pregunta John.

-Sherlock Holmes, llámame Sherlock. Adiós

John ve a Sherlock alejándose, totalmente impresionado por ese muchacho raro de extraordinarias habilidades. Quizás una de las personas más cautivantes que ha conocido en su corta vida.

Fue así que durante el pasar de las semanas, John se dedicó a vigilar “accidentalmente” a Sherlock. Aquel chico era un verdadero misterio. Al parecer, era una estudiante de Química…pero llevaba también cursos en la facultad de Física…y en la de Ciencias Aplicadas, de Matemáticas, Farmacología y contaba con accesos a varios sectores de la universidad donde ningún alumno podía ir sin autorización. Además, parecía trabajar entre las mentes más brillantes del campus, incluso con aquellos que tenían vasta experiencia y muchos años de servicio.

Después de clases, John se dirigía a casa no sin antes pasar por el laboratorio de química, donde seguramente vería a Sherlock inmerso en sus experimentos, como era lo usual. No obstante cuando se acercaba al lugar, Sherlock ya estaba de salida y seguramente no lo vería de nuevo hasta después de los exámenes, lo cual sería una eternidad con tantas materias encima, pensó. Por tanto, era momento de dejarse de rodeos y finalmente, volverle a hablar.

-Esto… hola Sherlock, ¿cómo estás?

-Deja el acoso por hoy, John. Sé que te gusta espiarme pero ahora no es el momento.

Estas palabras hicieron EXPLOTAR las emociones de John, haciendo que su vergüenza se le subiera hasta la cabeza y sentir sus mejillas hirviendo. Intento fingir.

-¿De qué hablas Sherlock? No hemos hablado desde ese día, tu sabes cuándo… -  fue interrumpido abruptamente, mientras caminaba nervioso.

-John, ya me conoces ¿Es realmente necesaria la mentira? Lo dudo. Si me disculpas, me retiro a casa, tengo que comenzar a estudiar algunas lecciones. Aunque es un examen sumamente sencillo, he pedido expresamente al profesor Moriarty que me lo ponga más interesante, incluyéndole análisis de criminalística y estudio de casos, medicina y algunas nociones de química avanzada, será realmente interesante. Ese tipo sabe cómo hacerlo.

John no pudo evitar el sentimiento de incomodidad que lo invadió luego de este comentario, por lo que se animó a hacer “un movimiento inesperado”.

-Esto, bueno quizás yo te puedo ayudar un poco en lo que respecta a medicina, veras…no me va mal en los cursos y quizás puedo…hacer algo por ti. – dijo John, tragándose su saliva, impaciente. Sherlock hazlo una ceja con cierta sorpresa.

-¿Qué podrías ofrecerme que yo no pueda saber por mí mismo? – le pregunto Sherlock, sinceramente incrédulo.

-Quizás…una excelente taza de té. Soy muy bueno en eso. – respondió el aspirante a doctor, con una pequeña sonrisa.

-Bueno, eres el acosador más amable que he conocido hasta ahora. Te advierto que si tu intención es matarme, dudo que tengas éxito.

- Entonces es más posible que seas tú quien pueda matarme. ¡Y deja de llamarme acosador!

Ambos jóvenes enrumbaron a la casa de John. Sus padres estaban de viaje durante algunas semanas y él, junto a su hermana Harry se habían quedado solos en casa. Empezaron a estudiar de manera tediosa y silente, apenas cruzando palabras para cosas estrictamente necesarias, hasta el punto de parecer dos personas solas en la misma habitación. John sentía cierta emoción y nerviosismo al saber que Sherlock estaba en su casa, aunque definitivamente no era la persona idónea para conversar de algo, puesto que era bastante reservado. La llegada de Harry interrumpió de manera intempestiva el lugar. Ella también había traído una amiga, Clara, la cual reparó en la presencia de los jóvenes y se despidió inmediatamente. Sin siquiera saludar, Harry se fue hacia su habitación.

-La novia de tu hermana es bastante callada. No sé cuál es el afán de la gente “normal” en ocultar los hechos obvios. – dijo Sherlock, sin despegar la mirada de sus libros.

-Pero…que…QUE? Espera, dijiste…dijiste ¿NOVIA?

-Sí, ella es la novia de tu hermana, es bastante obvio. Oh! Ya veo, no lo sabias, al parecer aun lo mantiene en secreto.

John había tenido sus sospechas al respecto, sin embargo siempre había preferido mantener distancias de los asuntos de Harry. Nunca fueron muy unidos.

-Sera mejor que vayamos a mi habitación, aquí comienza a hacer algo de frio por acá y la calefacción no se puede subir más – propone John.

Luego de unas horas sentado sobre el sillón de John, Sherlock comenzó a sentir cansancio debido a su agitada agenda, con parpados cada vez más pesados que terminaron por cerrarse completamente. En ese momento el futuro doctor, adormilado por las tediosas lecciones de anatomía, noto con detalle como uno de sus rizos se balanceaba al compás de su suave respiración, haciendo ver a ese joven tan altivo y hasta pedante como la persona más tierna y vulnerable del mundo ¿Realmente eran la misma persona?

Sin darse cuenta, John comenzó a acercarse cada vez más a Sherlock para observarlo de cerca, imaginando como se sentirían aquellos labios cerca a los suyos. Era más fuerte que él, simplemente quería hacerlo y era todo lo que le importaba. Sin pensarlo más, se acercó lentamente hasta él y cerrando los ojos con nerviosismo, poso tiernamente sus labios sobre los suyos, sin hacer mayor movimiento en ellos para no despertarlo. Pero estar frente a la persona que en quien piensas todo el día, tan cerca, tan solos…era definitivamente una tentación demoníaca. John sintió que sus labios perdían el control como si tuvieran voluntad propia y comenzó a moverlos con más intensidad, saboreando con lentitud y paciencia los labios de Sherlock en los suyos, quien parecía estar profundamente dormido. Poco a poco, las manos del joven John comenzaban a deslizarse muy delicadamente a través del pecho de Sherlock, abriendo los dos primeros botones de su camisa y exponiendo su piel de pálida porcelana hacia la mirada admiradora de John, provocando latidos increíblemente rápidos y una acalorada sensación en su entrepierna que se esforzaba por controlar. Dejándose llevar por su cuerpo, John rozó sus labios con ese hermoso pecho desnudo, comenzando a besarlo desde abajo hacia arriba, olvidando por un momento la falta de voluntad de su amigo. No cabía duda, la ansiada piel de Sherlock tenía un sabor aún más delicioso del que John se imaginaba, intentando no desaprovechar cada precioso segundo de ese momento, conteniendo algo que apretaba en sus pantalones y luchando contra el impulso de desnudarlo allí mismo…todo aquello le parecía un sueño.

Sin alejarse totalmente de su cuerpo, John se separó de su pecho para ver por un último segundo el rostro dormido de su amigo, intentando dejar allí la fortuita exploración…sin embargo, lo que encontró en su lugar fueron los ojos BIEN ABIERTOS de Sherlock Holmes sobre él, mirándolo estupefacto.

-AHHHH!! OH POR DIOS, YO LO SIENTO, LO SIENTO MUCHO YO….quisiera que me tragase la tierra. Perdóname Sherlock, en serio yo… - musitaba John con absoluta desesperación. Había sido descubierto in fraganti y no sabía que decir o hacer al respecto. Los ojos observadores de Sherlock bajaron desde el rostro de John hasta sus pantalones, donde se notaba una estrepitosa erección que hablaba por sí misma, haciendo que John  se cubriera con un cojín cercano, provocando un intenso tono rojizo en el rostro de Sherlock.

 -John…creo que…Gracias por el té - Sherlock no termino su frase. Simplemente cogió los libros con los que había llegado y se fue sin mostrar expresión en el rostro.

-¡ESPERA SHERLOCK…es muy tarde! Quédate por favor, puede ser peligroso a estas horas. – dijo John, preocupado.

-Gracias, pero creo que hacer eso sería…realmente imprudente. Necesito concentrarme.

John intento detenerlo puesto que era de madrugada, sin embargo Sherlock le alzo la mano en señal de “adiós” sin voltear a verlo. En ese momento, se sentía el más miserable idiota del planeta. Ahuyentó a la única persona por la que sintió verdadero interés en su vida, sacando atrevida ventaja de la situación. Ahora nunca podría verle de nuevo a la cara y seguramente (por la expresión en su rostro), Sherlock tampoco querría saber nada de él otra vez. Ese sentimiento fue tan desolador, que incluso lágrimas de impotencia se impartieron en su rostro.

Continuará… 

Notas finales:

Muchisimas gracias por leer este fanfic! :) Me gustaría mucho que me dieras tus apreciaciones en un review y si te gusto, no olvides visitar mi perfil ¡Arriba el Johnlock!


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