Anthony Stark abrió los ojos un poco menos agotado. Su vista se clavó en los ojos azul cielo que le miraban con ternura y admiración. Volvió a cerrar los ojos cuando una mano suave le acarició la mejilla.
"Necesitas afeitarte", escuchó decir a Steve con una sonrisa.
Y Tony rió. No fue una risa de alegría, pero al menos no había sonado tan mal. Sí, necesitaba afeitarse, comer un poco más, quizá una buena ducha reparadora. Y todo mientras pensaba qué hacer con respecto a Bruce, con respecto al hecho de estar acostado en la cama de Steve Rogers, sintiéndose miserablemente bien por ello.
Tomó la mano de Steve que aún estaba en su mejilla y la besó, para luego acercarse al rostro atractivo frente a él. Se hizo de los labios y la barbilla, repartiendo pequeños besos que eran como un bálsamo a su inestabilidad emocional.
"Lo siento", dijo entonces, separándose y abriendo los ojos. "Siento todas las peleas, las discusiones, el haberte seguido aquella noche. Pero estaba celoso de la mesera".
Steve amplió su sonrisa ante la sinceridad de Tony.
"Cassie es sólo mi amiga. Y a decir verdad, su presencia y tus celos me ayudaron a aceptar que estoy enamorado de ti, genio egocéntrico y mimado".
"¿Me comparaste con una chica?", inquirió Tony alzando una ceja, pero divertido.
"Bueno, tus celos no fueron precisamente los de una caballero respetable", respondió Steve y enseguida rió cuando Tony hizo un puchero. "Virginia y Thor también ayudaron. Y hasta Bruce, que te considera más bonito que ella".
"Por supuesto, Brucie siempre apoyará a su hermano de ciencia". Y la sonrisa de Tony murió.
"Lo salvaremos", repitió Steve con firmeza.
Los siguientes minutos los pasaron abrazados en la cama. Tony recorría con sus dedos el bien formado cuerpo de Steve por sobre la ropa. No había lascivia, o si la había, Steve no fue capaz de reconocerla. Era tan malditamente sexy que si no fuera porque no pondría todo de su parte en ese momento, Tony le arrancaría esa ropa para devorarlo. Ese cuerpo fue creado por el suero del súper soldado, sí, pero se mantenía tan bien por el esfuerzo propio de su dueño. Recordó entonces cuando comenzó a fantasear con ese cuerpo, a pocas semanas de que todos se instalaran en la torre, cuando Steve salía del gimnasio con la ropa pegada por el sudor, eran tan atractivo. Incluso una vez Bruce le había preguntado con una sonrisa si necesitaba una bandeja para la baba… ¡Dios! ¿Era tan obvio desde entonces? Y después se había enfrascado en una plática de lo más interesante con Bruce sobre el suero del súper soldado. Su amigo le había comentado sobre sus primeros avances en la réplica del suero Vita Ray del doctor Reinstein. Inclusive que la base del suero estaba en su propio cuerpo… por eso Hulk era tan resistente: auto regeneración y casi inmunidad… la base era la misma…
"¡Estúpido! ¡Soy un completo imbécil!" se reprochó incorporándose de la cama, golpeándose la frente. Luego miró a Steve que le veía confundido. "Levanta ese increíble trasero tuyo, necesito sacarte algo de sangre".
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"Señor, compatibilidad al 86%", se escuchó la voz de JARVIS.
Steve se mordía los labios mirando intensamente la reacción de Tony. Una sonrisa comenzó a formarse en los labios del millonario. Y entonces rió a carcajadas, parecía un desquiciado. Steve le tomó del rostro para que se concentrara.
"¿Son buenas noticias?", preguntó con el corazón a mil.
"Steve, tu sangre nos dará tiempo. Me dará tiempo para calibrar la maldita máquina. Podré volver a Bruce un adulto antes de que la radiación lo mate…"
La radiante sonrisa en el perfecto rostro de Steve Rogers provocó que Tony, de hecho, lo devorara a besos.
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Todos miraban expectantes los tubos encajados por agujas en la piel de Bruce. Tony se estaba arriesgando, estaba arriesgando la vida de Bruce. Pero era todo o nada. Una compatibilidad del 86% significaba que había un 14% de rechazo y por lo tanto shock e inminentemente un ataque cardiorespiratorio. No estaba haciendo una transfusión sanguínea, porque su sangre y la de Steve no eran del mismo tipo, más aún, ambas estaban alteradas genéticamente, pero las plaquetas y el plasma eran otra historia. Ellas, con el suero del súper soldado, harían que la propia sangre de Bruce se regenerará, que comenzara a producir glóbulos rojos y blancos sanos, lo suficientemente poderosos para ralentizar la radiación que los estaba aniquilando.
Cuando la trasfusión fue completada, Tony retiró el filtro y esperó conteniendo la respiración. Steve le tomó de la mano, apoyándolo. Y entonces Bruce comenzó a inhalar lenta y rítmicamente; sus mejillas volvieron a sonrojarse de forma sana y natural. El monitor conectado a su pequeño pecho por medio de parches conductores indicaba un ritmo normal.
Tony apretó la mano de Steve y correspondió a la débil sonrisa de Bruce. Unas horas más tarde, lo que había sido una horrible quemadura en la espalda del niño, era ahora una mancha oscura. Su cuerpo había respondido estupendamente a las plaquetas de Steve. Sin embargo, como les aclaró Tony a todos antes de que se entusiasmaran demasiado, la radiación seguía ahí, matando lentamente sus órganos y acabando con su vida. Era sólo tiempo. Valioso y bendito tiempo.
~*~
Natasha recorría con sus manos el cuerpo de Bruce, esparciendo las cremas que aliviaban el ardor. No había heridas abiertas ni dolorosas, pero la piel antes blanca, tierna, suave y lozana tenía ahora grandes morados. No lo lastimaban, afortunadamente, pero ardían si se quedaba mucho tiempo en la misma posición.
La pelirroja sonrió cuando Bruce hizo un ruidito de satisfacción, porque su valiente Iron Man le había ganado al tragón de Ojo de Halcón. El muñeco del arquero había volado varios centímetros y caído de espaldas mientras el muñeco de Iron Man saltaba alegre por haber vencido y haber salvado al señor Bonny de la glotonería de Ojo de Halcón, que había robado todos los dulces del pobre conejito con la finalidad de volverse tan gordo como un globo para poder volar.
Era divertido ver lo creativo que Clint podía ponerse para hacer sonreír a Bruce; se inventaba historias en las que generalmente participaban sus figuras de acción. La mayoría de las veces las víctimas eran el conejo de peluche y ella misma (a la que Clint 'casualmente' siempre salvaba), y el sempiterno héroe de Bruce era Iron Man, aunque también le daba su crédito al Capitán o a Thor. A la figura de Hulk no le hacía mucho caso, pero de vez en cuando participaba para levantar coches o cosas que habían caído sobre sus compañeros.
Bruce estaba cada vez más débil, no comía mucho aunque procuraban que lo poco que ingería fuera nutritivo; ya no saltaba por los sillones ni corría a los brazos de cualquiera de ellos, y las salidas cada vez duraban menos por su poco entusiasmo. Era un retroceso, uno muy doloroso. Sin embargo, las pesadillas fueron entonces menos frecuentes, y desde la aparición de la primera llaga, los terrores nocturnos habían desaparecido. La sala del piso común se había vuelto su habitación oficial, pocas eran las veces en que alguno no dormía ahí para irse a su propia habitación. Quizá cuando la congoja era demasiada como para soportarla enfrente de los demás.
Pepper había dejado definitivamente de ir a Industrias Stark, aunque se mantenía en contacto todo el tiempo. Las juntas y reuniones eran en línea desde la torre, y Tony se cabreaba si los accionistas minoritarios exigían su presencia; siempre terminaba cortándolos no de manera muy amable. Steve llegaba temprano y traía golosinas para Bruce o le dibujaba lo que quisiera, satisfecho con la sonrisa que el pequeño le regalaba. Por mucho que quisiera ayudar a Tony, era consciente de que el único que podría terminar la máquina molecular era el propio Tony; pero también se pasaba muchas horas con él, a veces pasándole herramienta o simplemente escuchándolo y viéndolo trabajar. Esa era una inmejorable ayuda para el ingeniero.
Loki amplió su colección literaria y todas las tardes leía para el niño y para Thor hasta que ambos se quedaban dormidos; Bruce por su enfermedad y Thor por aburrimiento. El rubio semidiós también animaba a Bruce contándole historias emocionantes sobre su vida en Asgard, incluso logró que Bruce riera con muchas ganas cuando le contó aquella vez en que tuvieron que vestirse de mujeres para recuperar su martillo, fingiendo ser su madre a la que un malvado quería desposar; él era la novia, y Loki la dama de honor; éste último se unió a la historia adelgazando su voz para dar más enfásis a la historia. Los tres terminaron riendo, hasta que se vieron obligados a repetirla para los demás al ver que Bruce reía tanto, y Loki terminó muy avergonzado.
Cuando Pepper llevó la cena para Bruce, Natasha lo besó en los labios suavemente para no lastimar la pequeña herida que había aparecido esa misma mañana en su labio inferior y se marchó. Clint la encontró unos minutos después en la terraza, regando la maceta donde los girasoles crecían bellamente gracias a sus cuidados.
Clint la abrazó por la espalda y cubrió con sus manos las de ella, ahora eran ambos lo que regaban las flores.
"Crecerán fuertes y bonitas", susurró ella.
"Claro que sí, te esmeras en que eso suceda".
Ella asintió.
"Quisiera poder hacer lo mismo con Bruce".
"Ya lo haces. Tus manos lo hacen".
"No", dijo ella elevando la voz, sus manos temblaban bajo las de Clint. "Mis manos son armas, Clint. Mis manos están llenas de sangre. Toda mi vida estuve satisfecha con el dolor ajeno. En la KGB no me importaba quién moría, si era bueno o malo, si lo merecía o no. En S.H.I.E.L.D. no ha sido tan distinto, quizá todos lo que han caído bajo mis manos lo merecían, pero eso no quita que les he arrebatado sus vidas. Y me atrevo a tocar a Bruce con estas manos…".
Su voz sonaba llena de amargura, la regadera temblaba con el mismo movimiento de Natasha. Era impotencia y frustración. Verdadero dolor. Clint le arrebató la regadera y la giró hasta mirar esos ojos verdes, brillantes y acuosos. Tomo sus manos y las alzó hasta besarlas.
"Estas manos, Natalia Romanova, han salvado al mundo. Estas manos han salvado mi mundo, han aliviado a Bruce de muchas maneras. Estas manos son maravillosas".
Clint llevó esas manos hasta su cuello, se bebió las lágrimas en el bello rostro de la mujer que amaba, y la besó tan profunda y suavemente que Natasha se rindió. El beso fue subiendo de intensidad, pronto las manos de Clint estaban en los muslos femeninos, acariciando todo a su paso, hasta que algo vibró dentro del bolsillo de la pelirroja.
"Clint", susurró en sus labios. "Barton", repitió cuando Clint ya comenzaba a besar su cuello. "Idiota", dijo entre dientes, separando suavemente al arquero. Le sonreía sin embargo, y le beso una vez más mientras sacaba su celular.
Clint la miraba con una media sonrisa, sonrisa que se apagó poco a poco ante el gesto de Natasha.
"Es Fury…"
~*~
Eran casi la media noche. Tony se sirvió una cuarta taza de café, luego se lo pensó mejor y tiró el contenido de la taza para reemplazarlo por un té. Odiaba el té, pero sí, quizá tanta cafeína terminaría por matarlo. Recordó que una simple taza de café había comenzado todo, la discusión con Steve, cuando acudió a Bruce en busca de apoyo contra el anciano, la maldita máquina y la transformación. Se sentía tan culpable…
Se dirigió a la sala y una leve sonrisa se formó en sus labios al ver dicho anciano durmiendo a poca distancia de Bruce. Los Asgardianos estaban del otro lado, apretados como siempre. Y Pepper todavía más allá, siempre pendiente de Bruce. No le sorprendió del todo que el dúo dinámico no estuviera; quizá estaban liberando energía en alguna de sus habitaciones.
Dejó la taza de té en la mesita y se sentó en el suelo junto al sofá cama que ocupaba Bruce. Le acarició los cabellos y entonces el pequeño le miró y le sonrió levemente.
"Deberías estar durmiendo, pequeño trasnochador", le susurró juguetonamente.
"¿Ony?"
"Dime, Brucie"
"¿Me voy a modir, vedá?"
Eso borró por completo la sonrisa de Tony. Pero enseguida compuso otra, temblorosa. El arc-reactor iluminaba la carita de Bruce. Y su gesto eran tan tranquilo que le perturbaba.
"No, Bruce. No te vas a morir. Eres fuerte, ¿recuerdas? Y yo también, soy Iron Man, y Iron Man nunca pierde".
"Ony", murmuró Bruce alzando una manita para acariciar el rostro del millonario. Su voz era tan seria que si no fuera por el tono infantil, Tony juraría que estaba hablando con Bruce Banner, el adulto. "No habá más monstuo. Sedé libe".
"¡Hey!", exclamó Tony sin permitir que su voz se quebrara. "Ya eres libre. Hulk no es un monstruo…"
"No Ulk. Ulk no es el monstuo", interrumpió Bruce. "Yo soy el monstuo. Hombe malo decia que yo era monstuo, yo no quedía a hombe malo, él me lastimaba, y a mami. Y cuando fui gande… lo maté".
Las lágrimas escurrían de esas mejillas, brillaban con la luz sobre el corazón de Anthony Stark. Y el genio se estrelló contra la realidad como si fuera una dura pared. Por eso no había registros de la desaparición de Brian Banner, por eso Bruce nunca hablaba de él. El monstruo nunca fue Hulk en la mente de Bruce, el monstruo era él mismo, ese monstruo aterrador en sus dibujos. Se quedó sin palabras. Anthony Stark no sabía qué decir ante esa declaración. Bruce estaba abriendo su corazón ante él, su verdadero miedo… su verdadero monstruo.
"¿Todavía me quees?", le preguntó Bruce, quitando su manita del rostro de Tony, con los brillantes ojos suplicantes.
"Te quiero, Bruce", afirmó Tony seriamente. "Te amo Brucie, y siempre voy a amarte. No eres un monstruo, eres un ser humano, uno valioso y maravilloso".
"Te amo también, Ony".
Y tras esas palabras sinceras, Bruce cerró sus ojitos y se quedó dormido, arrullado por las caricias de Tony. Pronto Tony también sucumbió al cansancio en la misma posición. No vio ni escuchó cuando Loki se giró para hundir su rostro en el cuello de Thor, ni cómo el rubio lo aprisionaba entre sus brazos, compartiendo el dolor por las palabras de Bruce. La pequeña conversación había sido escuchada por todos los presentes. Tampoco oyó a Pepper levantarse para ir a llorar su pena a otra parte con el corazón hecho trizas.
Tony apenas sintió cuando Steve lo levantó del suelo, tomándolo en sus brazos para acomodarlo junto a él en el sofá, besándole la frente y los labios.
~*~
Las alarmas de emergencia sonaron despertándolos a todos con los nervios destrozados.
"¿JARVIS?", inquirió Tony incorporándose como vendaval.
"Señor, tengo al agente Barton en línea".
Un segundo después la voz alterada de Clint se escuchó:
"¡Stark! Va para allá… ¡Protejan a Bruce!… ¡Muévanse!"
"Loki", dijo Thor firmemente, mirando significativamente al ojiverde. Éste asintió y un momento después ya tenía a Bruce en los brazos, el niño miraba asustado a todo el mundo.
No pasó mucho tiempo cuando Loki, Bruce y Pepper ya estaban metidos en una habitación herméticamente cerrada y protegida, en el sótano de la torre. Iron Man, Thor y el Capitán América preparados, los trajes puestos en su lugar, con los comunicadores abiertos, esperando el primer ataque, estaban en el helipuerto de la torre.
"Ojo de Halcón, Viuda, necesitamos información", habló Steve sosteniendo su escudo.
"Va por Bruce, Capi…"
La voz de Natasha se cortó cuando la primera explosión se escuchó a pocos metros del edificio, cimbrando todo a su alrededor. Pronto todo fue un caos: las alarmas de la ciudad sonaban espeluznantes en medio de la noche. Los quinjets de S.H.I.E.L.D. no tardaron mucho en aparecer. Las sirenas de la policía pronto se unieron al caos.
"¿Quién carajos viene por Bruce? ¡Ojo de Halcón! ¡Viuda!", inquirió Tony. Los repulsores ya lo estaban elevando para tener una mejor visión.
"Es Blonsky", se escuchó una nueva voz femenina. Era Maria Hill. "Anoche se registró un asalto en El Cubo. Sólo uno fue liberado".
Steve y Thor miraron al cielo: el Helicarrier apareció de pronto.
Un rugido, más escombros. Thor ya había emprendido el vuelo girando a Mjolnir. Steve esperó impaciente a que el quinjet que manejaban Clint y Natasha se instalara en el helipuerto de la torre.
"¿Quién diablos es Blonsky?", cuestionó el súper soldado subiéndose, por fin, a la nave.
"Abominación", respondió Tony seriamente.
Y la batalla dio comienzo.
~*~
Nada se escuchaba. La habitación de seguridad estaba reforzada con planchas de acero de buen grosor, con todo lo necesario para sobrevivir hasta un mes. Había cámaras de seguridad igual que en todo el edificio y un generador de energía de emergencia. Pepper tenía puesto un comunicador para saber qué estaba pasando y, en caso de ser necesario, huir a su segunda opción dentro de la torre: los conductos de ventilación (extraña sugerencia de Clint), que tenían una salida segura y libre de ser bloqueada por el propio sistema de seguridad de la torre. Happy esperaba en esa salida secreta, con una camioneta lista para emprender la huida.
Loki entretenía a Bruce, tranquilizándolo pues se había puesto muy nervioso con la súbita interrupción de las alarmas. Sin embargo no perdía de vista los gestos de Pepper, sentada cerca de la puerta de acero, tocándose una oreja (el comunicador). Su expresión no era para nada relajante.
Loki estaba dividido entre su deseo de proteger a Bruce y su deseo de salir a luchar hombro a hombro con Thor y los demás. Pero claro, de nada serviría su presencia, no tenía poderes, ni siquiera estaba entrenado como Barton y Romanoff.
Ninguno supo cuanto tiempo pasó, pero Pepper ya se había quitado el comunicador, desesperada. Ninguno habló tampoco, hasta que Bruce se quedó dormido de nuevo; cada vez más débil. Fue entonces que la mujer prendió la televisión: las imágenes de la batalla se sucedían en vivo en todos los canales. Las imágenes no eran muy buenas debido a que las cámaras no se podían acercar demasiado al campo de batalla, pero Pepper buscaba a Tony, no había Hulk que le salvara esta vez. Loki escaneaba el aparato buscando a Thor, pero poco era reconocible: los quinjets derribados, el fuego, la destrucción, y la horrible y enorme masa color carne que destruía todo a su paso. Y pensar que todo eso estaba sucediendo no lejos de ellos. La torre también era distinguible en la pantalla. Cuando una imagen se perdía, Pepper cambiaba de canal.
Ni Loki ni Pepper se habían dado por enterados, pero tenían las manos unidas; ella la que no sostenía el control remoto y él la que no sostenía a Bruce.
Y entonces, en la pantalla, un enorme rayo surcó el cielo -sin duda obra de Thor- y la masa llamada Abominación cayó al fin. Pepper ahogó una exclamación cuando vio a Iron Man volando delante del amanecer: Tony estaba bien. Luego pudo distinguirse a Steve, completo. Sólo faltaba ver a Clint y Tasha, pero tenía fe en que ambos estuvieran sanos y salvos. Giró el rostro para ver a Loki con una enorme sonrisa, apretando su mano, pero Loki estaba frunciendo el ceño sin perder detalle de lo que veía en el aparato.
Se levantó de golpe, llevándose a Pepper en el proceso.
"¡Rápido, los conductos!", gritó.
Justo cuando Loki cerraba la ventila, las luces se apagaron por completo. Pepper abrió la boca, alarmada. Esto no estaba bien, la energía nunca se acababa en el edificio, mucho menos la de emergencia, excepto que…
"¿JARVIS?", susurró mientras Loki se arrastraba frente a ella, tocando las paredes del estrecho ducto para alcanzar a Bruce, que balbuceaba asustado, preguntando qué estaba pasando. La oscuridad era completa.
No hubo respuesta por parte de la IA. Entonces volvió a llevarse el comunicador a la oreja.
"Lady Potts, tenemos que avanzar", le urgió Loki que ya le había explicado a Bruce que tendrían que gatear hasta encontrar la salida. Según lo explicado por Barton, había un pequeño descenso desde el sótano hasta esa salida.
Un sonido estridente se escuchó de pronto, asustándolos a los tres. Loki tapó la boca de Bruce, que ya comenzaba a gimotear. En un segundo se movieron, Pepper intentando restablecer la comunicación.
"¡Tony!", gritó la mujer antes de que un segundo estruendo se escuchara, esta vez más cerca.
~*~
"¡¿Dónde carajos está el doctor Banner?!"
Era la fuerte voz de Nick Fury. Llegaba corriendo entre los escombros, tras él Maria Hill, Phil Coulson y un gran número de agentes de S.H.I.E.L.D armados hasta los dientes.
Tony giró el rostro para ver al cíclope director. Estaba cansado, las noches en vela, la preocupación y la casi total utilización del arc-reactor para combatir a Abominación le estaban pasando factura. Tenía el rostro ensangrentado y ya se sospechaba que cuando la bestia lo azotó contra la calle una costilla se le había fracturado, mínimo.
Steve no estaba en mejores condiciones; su traje estaba roto; su escudo, increíblemente, abollado. Aunque sus heridas comenzaban a sanar eficientemente.
Thor también sangraba por la boca y una ceja, signo de que esa bestia había sido un digno rival, tanto como para hacer sangrar al dios del trueno.
Los que peor lo llevaban, como siempre, eran Clint y Natasha. Ésta última se apoyaba en Clint, con un hombro dislocado y ambos con los trajes hechos una piltrafa, con varias heridas que sangraban profusamente.
"¿Quién liberó esta cosa?", preguntó Steve antes de que Tony mandara a la mierda a Fury.
"No lo sabemos", fue Phil el que contestó, todavía un poco avergonzado por haber engañado de esa manera a los Vengadores con respecto a su muerte. Aunque no fue su culpa, de hecho. Él también creía que había colgado los tenis. "Tenemos a toda la división de nivel 7 intentando averiguar qué fue lo que pasó en El Cubo", explicó mientras hacía señas para que los agentes entrenados en salvamento y curación atendieran a Barton y Romanoff. Ninguno protestó, signo de que de verdad estaban heridos.
Fury iba a hablar de nuevo, pero entonces se quedó mirando tras los héroes.
Todo mundo siguió su mirada: las luces de la torre se habían apagado de pronto, por completo. Un momento después Tony logró escuchar su nombre en la voz alterada de Pepper a través del comunicador, y después un estruendo. Varios pisos de la torre fueron atacados y un campo de energía la cubrió por completo.
Steve ya corría en dirección a la torre, con el corazón desbordado. ¡Habían sido tan idiotas! La bestia había sido una distracción.
"JARVIS, protocolo de seguridad total para la torre. ¡Thor! Necesito tu ayuda", pidió Tony al semidiós. El rubio asintió y alzó a Mjolnir, llamando un rayo para enseguida direccionarlo hacia Tony. Era una sensación muy desagradable, pero recargaría el traje.
"Señor, mi sistema fue hackeado, no puedo…", la voz de JARVIS se perdió.
Iron Man emprendió el vuelo llamado a gritos a Pepper, pero la comunicación se había cortado por completo.
Clint y Natasha ya corrían, soltándose bruscamente de quienes intentaban atender sus heridas. Clint tomó una motocicleta de entre los escombros, y la hizo funcionar. Ya tenía a Natasha detrás cuando pisó el acelerador.
Thor seguía a Tony ya en el aire.
"¡Todos a sus puestos!", ordenó Fury. No sabía qué estaba pasando ni entendía los rostros de total preocupación y alarma en los Vengadores, pero ayudarían. "¡Y llévense a esta porquería de aquí!", agregó mirando con asco a Abominación, desparramado en la calle.
~*~
Loki se arrastraba apresuradamente, con Bruce en su espalda rodeando su cuello, escuchándolo llorar de miedo; la suave tela del conejo golpeando su hombro. Pepper le seguía con el celular encendido para alumbrar un poco el camino. No había señal.
Después del último estruendo ya no habían escuchado nada. Y entonces Loki perdió el piso, literalmente. En un acto reflejo cogió a Bruce ágilmente de su espalda mientras se acomodaba hasta sentarse, hizo lo mismo con el niño. Pronto sus pies se estrellaron contra pared, deteniendo la improvisada resbaladilla, pero no evitó que Pepper se estrellara contra su espalda, profiriendo un gemido de dolor.
"¿Estás bien, Lady Potts?"
"Ouch... Estaré mejor si dejas de llamarme 'Lady Potts', me haces sentir una anciana".
Loki sonrió, pero enseguida le entregó el niño a Pepper para apresurarse a abrir la rejilla, su único escape. Pepper susurraba a Bruce para tranquilizarlo mientras alumbraba a Loki con el celular. Hasta que al fin la luz del exterior se hizo presente cuando Loki dio una fuerte patada.
Tanto Loki como Pepper sonreían cuando ya estaban los tres fuera de la torre. Era la parte trasera, la que era utilizada para sacar la basura o los desechos químicos o armamentistas de los diferentes departamentos de los laboratorios y talleres. Era un lugar que Pepper pocas veces había pisado, y que desembocaba a un largo callejón.
"¿Dónde está Happy?", inquirió la mujer mirando en todas direcciones. El lugar estaba desierto, y no había rastro del buen Hogan.
Sintió entonces cómo Bruce se encogía de miedo entre sus brazos, y luego Loki la volvía a tomar de una mano, arrastrándola hacia atrás.
"Así que la gran bestia verde es ahora un pequeñajo indefenso. Disfrutaré esto, Señor Verde"
Lo último que Pepper vio fue que Loki se abalanzaba frente a ella para intentar protegerlos. Lo último que escuchó fue la risa demente de aquél ser desconocido para ella, y el llanto de Bruce.
~*~
Al fin lo lograron. El campo energético que rodeaba a la torre fue roto cuando Thor dio el último y certero golpe con ayuda de toda su fuerza y de Mjolnir. Las luces se encendieron, JARVIS volvió a la carga, activando todos los protocolos de seguridad enseguida.
"El ducto debió llevarlos hasta la salida de desechos", habló Clint a la carrera.
Tony fue el primero que llegó, con lo último de energía que el Mark 42 podía proporcionarle. Vio a Happy inconsciente junto a la camioneta aplastada, corrió a su auxilio. Sólo estaba desmayado.
Cuando al fin los demás aparecieron, se escuchó un claro quejido.
Loki se tambaleaba mientras intentaba sostenerse de la pared del callejón. Sangraba y jadeaba en busca de un poco de aire, pero apretaba en una mano al conejo de Bruce.
Thor corrió a sostenerlo.
"No pude, Thor… No pude detenerlo… Se los llevó…", susurraba entre lágrimas de pura frustración, apoyándose en el cuerpo del rubio.
"Fue Hammer", se escuchó la voz de Coulson en todos los comunicadores. "Hammer hackeó el sistema de El Cubo".
Tony no necesitó que se lo dijeran dos veces. Apretó los puños y emprendió el vuelo.
"¡Tony!", gritó Steve, pero no pudo detenerlo.
"Necesitamos una estrategia, Cap", dijo Clint dejándose caer al suelo con una mueca.
"Y sanar las heridas. No podemos salvar a Bruce y a Lady Potts en estas condiciones", agregó Thor sin soltar a Loki.
"Ella ya no quiere que le digamos Lady…", sonrió Loki antes de perder el sentido.