CAPÍTULO 1: EL MININO SE HUMANIZA
Era un sábado por la mañana muy normal.
- Buenos días Hiyo
- Buenos días Onii-chan
- Buenos días Takafumi
- Buenos días a todos
- ¡AAh! – Todos exclamaron al oír a una cuarta persona
- Y tú… ¿Quién demonios eres y cómo entraste?
- ¡Yokozawa! – El niño se lanzó sobre él y lo abrazó – Soy Sora-chan.
- … - Los tres se miraron entre sí y meditaron.
- Un momento… Si tú eres Sorata, eso quiere decir que anoche dormiste con mi hija… - Kirishima tenía un aura asesina mientras tomaba al niño de la camiseta.
- ¡Idiota! ¡¿Qué haces?! ¡Es solo un niño! Además, ni en sueños sería Sorata.
- ¡Si lo soy!
- ¡Que no! Ahora mocoso, te llevaré a la policía, seguro huiste de tu casa.
- ¡Soy yo, Sorata, de verdad! – Se puso a llorar porque Yokozawa lo jalaba demasiado fuerte del brazo, aunque su acción era justificable porque Kirishima se encontraba revisando el cajón de los cuchillos.
- Si, si, y yo soy un oso.
- Técnicamente sí.
- ¡Nadie te pidió tu opinión Kirishima!
- ¡Por favor, no me botes, puedo demostrar que soy Sorata!- Suplicó entre sollozos. Yokozawa tomó aire y le siguió el juego.
- A ver, dime algo que solamente Sorata sabría. – “Jodido mocoso, si no te hago nada es porque Hiyo está presente”
- Eh… Yo, um, ¡Ah! Por ejemplo yo sé que Yokozawa no sabe bañarse solo.
- ¿A qué rayos te refieres? Ya no sabes qué inventar, andando – Esa absurda oración solo hizo que su furia se elevara.
- ¡Si! Ouch, es por eso que Kirishima-san lo baña siempre.
- ¿Hm? – Yokozawa, Kirishima y Hiyo quedaron estupefactos
- Explícate… - Dijo Kirishima
- Si, se bañan como nosotros los gatos lo hacemos.
- ¡! – Yokozawa se puso rojo a más no poder, por otro lado Kirishima explotaba en carcajadas.
- ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? – Hiyori no había captado, afortunadamente.
- ¡Hiyo-chan!
- Ni se te ocurra – Kirishima se puso en medio para que no tocara a su hija. Hiyori se apartó y observó fijamente al niño.
- Sora-chan, nuestro código es…
- ¡Osos!
- ¡Si! – Los dos niños se tomaron de las manos y celebraron jugando a la ronda.
- Bien, bien, tengo hambre, que sea por democracia. ¿Es Sorata o no?
- ¡Si es Sora-chan!
- Si… es Sorata… - Yokozawa se había puesto una bolsa de papel en la cara por la vergüenza, su propio gato lo delataba.
- Genial, para mí también lo es, ahora vayamos a desayunar.
- Yokozawa-san – Sorata jalaba al oso gruñón de la camisa
- ¿S-S-Si?
- ¿Podemos ir a ver a Takano-san más tarde?
- ¡¿Eh?! Yo no voy a-
- Por favor… - Puso una cara súper tierna (como la cara del gato con botas). “Diablos, es tan, tan adorable… Pero, debo darle una lección.”
- No es no, y pun-
- ¡Oh, cierto! ¡Yokozawa-san y Takano también se bañaban juntos! Un día el- Yokozawa le tapó la boca con la bolsa que llevaba hace un rato
- ¡Tú ganas!
- ¡Yaay! – Sorata saltó de alegría y fue a sentarse a la mesa.
Antes Yokozawa pensaba al ver a Sorata: “Si los gatos hablaran, este qué cosa no diría”, nunca se imaginó que esa suposición se volviera realidad. Nuestro querido gato es toda una cajita de sorpresas, ¿podremos conocerlas todas?
MINI EXTRA:
Todos se habían sentado a tomar el desayuno, digiriendo los alimentos y la loca situación en la que estaban.
- Hey, hey Sorata, te daré un pescado frito si me cuentas quién bañaba a quién, ¿Yokozawa a Takano? ¿O al revés? – Kirishima susurraba al niño.
- ¡Traga de una vez! – Era imposible que Yokozawa no hubiera oído, el susurro prácticamente atravesó sus oídos para llegar hasta los de Sorata, pues se encontraba sentado al medio de Kirishima y el niño.
CONTINUARÁ (?)