LO QUE NOS DEPARA EL DESTINO
Hace mucho que tengo esa sensación. Cada vez que lo miro es como si lo conociera de alguna parte. Y tampoco puedo negar la atracción que ciento hacia él.
Aunque también me gusten las mujeres, Alexander es diferente. Ese cuerpo, esa mirada, y por sobre todo esa vos.
A veces parece tranquila, pero es fuerte y dominante.
Y ni hablar de su pelo rubio, sus ojos celestes y esa cara con mirada ruda. Es lindo en una forma muy masculina, pero no llegando al típico niño bonito.
Ah como me gustaría tenerlo arriba mío gimiendo, susurrándome cosas sucias al oído.
Nah para que piense en esas cosas, si nunca van a suceder, son solo deseos imposibles.
-ey Aarón ¿qué paso? pareces como si te hubieran rechazado una proposición de noviazgo- mire para mi izquierda y ahí estaba mi mejor amigo, Erico o abreviando, Eric.
-jaja que gracioso, gracias por hacerme acordar de mis fracasos-lo mire enojado, no era necesario que me haga acordar las veces que me rechazaron.
-ok si no era en eso ¿entonces en que estabas pensando? digo, porque estas con las misma cara depresiva de hace aproximadamente los últimos dos años- me pregunto mientras caminábamos hacia el salón. Si bueno el nunca me pregunta nada y aunque sabe que tengo un amor imposible, no sabe quien es.
-uff ... no es nada, ya naci con esta cara y voy a morir con esta cara-
-sabes, te conozco de hace mucho y no, no siempre tuviste esta cara-
-si bueno da igual ¿que tenemos ahora?-
-matemáticas... - entramos al aula y yo me senté en la primera fila, es algo muy conveniente para no verlo ya que él se sienta por el medio.
Transcurrió la clase normalmente, con malas notas para mí y un deseo de que termine el horario de clases.
Porque si estoy en casa o en cualquier otra parte no voy a estar pensando en el.
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-uuf menuda miera todo esto, ¿podes creerlo, cuatro pruebas el mismo día? están locos, será mejor que nos vallamos a estudiar para mañana-Eric emprendió la marcha para salir de la escuela, y cuando estábamos llegando a la puerta lo vi a Alexander, pero él ni me registro ya que estaba muy ocupado besando a una tipa.
Todos pensaran que es muy tonto que alguien se enamore tan perdidamente de una persona con solo verlo y tener sentimientos de deja vu cada vez que lo veo. Por suerte yo no soy así y para querer a alguien tengo que conocerlo y a Alexander lo conozco muy bien aunque él no sepa quién soy, siempre hablamos por el chat.
Hace como un año le saque a una chica (ex – novia de Alexander) su correo y ahora hablamos casi todos los días. Él me cuanta cosas tan personales que no se lo contarían a cualquiera.
Le dije que vivo en otra ciudad de donde vivimos y como es casi imposible que nos encontremos, hablamos por chat.
Es increíble lo abierto que puedo ser sin siquiera mirarlo y estoy muy seguro que las paginas sociales son una salvación para los tímidos. No digo que yo sea tímido, pero simplemente no puedo ir y encararlo, es imposible ya que vivimos en mundos distintos.
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- papa ya llegue- grite en la entrada de mi casa, deje caer la mochila en la entrada y me adentre a la vivienda.
Mi padre estaba preparando el almuerzo, siempre fue muy atento. Desde que mama nos dejo, el hace tanto de papa como de mama. Y en mi opinión es un gran hombre.
-anda a lavarte las manos que ya está la comida, por cierto hijo te quiero presentar a mi pareja mañana en la noche- ok eso era nuevo ¿desde cuándo tiene pareja?, pero bueno me alegro por él.
-a sí, que bueno por un momento pensé que te ibas a morir solo y con un perro de guardián al lado tuyo- bromee.
-ja ja que gracioso-me mira con una cara divertida y yo salgo corriendo para el baño antes de que quiera lanzarme algo por la cabeza.
Ya cuando estábamos sentado comiendo me entro la curiosidad.
- ¿hace mucho que están saliendo?-
-mmm... no mucho solo unos seis meses- sip, eso es bastante tiempo. Aunque lo que me llamaba la atención era que no tuviera una pareja mucho antes. Mi padre verdaderamente es un hombre guapo. Con un cabello castaño claro, musculoso, de casi un metro noventa y enzima joven era muy raro que no tuviera una pareja.
La gente cuando nos ven juntos dicen que somos idénticos, nada más que yo soy más bajo, un metro setenta nomas.
-y en donde se conocieron?-
- ella era una alumna nueva en el gimnasio, así que como buen profesor la ayude a guiarse... ah y ella tiene también un hijo. Se pueden hacer amigos- me dijo mientras me miraba con una sonrisa esperanzadora de que sociabilice.
Ja que lindo, ahora voy a tener un pesado que bancarme.
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"y mira si se mudan con ustedes" Alex tenia razón, el sabe cuanto odio tener a alguien aparte de mi papa y Eric en la casa.
"qué?, no, no creo que ahora, pero si la relación sigue ... capas" le contesto por el chat.
"jajajaja por lo menos vas a tener a alguien con quien jugar ¿no?"
"ja que gracioso!"
"bueno cuando veas a tu nuevo hermanito me avisas como y si te molesta te aseguro que viajo hasta allá para molerlo a golpes jajaja"
Y esto es lo que más me gusta de él, siempre quiere cuidar de los demás.
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Ya llego el día, hoy voy a conocer a la pareja de mi mama y a su hijo. Según papa es un año mayor.
Papa los invito a comer a nuestra casa y enzima me tengo que poner ropa formal. Como dice Eric, menuda mierda.
Y para colmo todo esto me hace acordar a ese manga donde los hermanastros se enamoran, solo que acá yo no soy una chica y mi papa no va a intercambiar a su mujer. Porque no la tiene, o mejor dicho lo abandono y ahora su nueva mujer está por pasar las puertas de esta casa.
Aaagg odio las camisas, no me hacen para nada agradable, y tampoco combina con ninguno de mis vaqueros.
Sonó el timbre, ya llegaron. Bajo apresurado y me topo con mi papa que está en la puerta parece que esperándome y para destacar iba muy bien vestido.
Lo veo nervioso así que voy a abrir yo.
Abro la puerta y me topo con una mujer baja de un metro y medio más o menos, pelo castaño claro, ojos celestes y bastante joven. Y atrás de ella, lo veo a él.
Mi futuro hermanastro es Alexander.