Inglaterra enero 1524
Una guerrilla azotaba a una pobre aldea, la causa era la de ganar poder sobre tierras indefensas que por supuesto eran conquistadas para crear grandes imperios,
Claro estaba que con facilidad sometían a los dediles pueblos pero aun así habían algunos que no les importaba la desventaja y se defendían con verdadera pasión, este fue el caso de un pequeño pueblo en donde vivía William un guerrero fuerte y hábil, peleaba como ningún otro, pero eran demasiado los invasores para que los pudiera vencer, su amante luca también había decidido luchar cuando se dio cuenta que sus amigos poco a poco eran derrotados, y aunque no fuera tan bueno como William, se motivo al ver que incluso mujeres y niños trataban de defenderse y eso es lo que le daba ánimos para no rendirse aunque ya todo parecía inútil.
Luca vio como William se defendía y motivado por el amor que le tenía reunió gran valor para acabar con unos cuantos de sus enemigos, pero todo cambió cuando escuchó aquel grito ensordecedor, volteo su mirada y se dio cuenta de que su amado había sido cobardemente atacado por la espalda, una lanza había travesado su cuerpo y caía bruscamente al suelo, su sangre pintaba el suelo con una triste y veraz derrota
Fue el peor error de Luca voltear unos segundos a ver a su amado, porque inmediatamente fue herido de gravedad por una flecha que casi atravesó por completo su corazón, pero que debía hacer si el destino llamaba y luca se había preocupado por el bienestar de su prometido
Cayo al suelo mientras desesperadamente se arrastraba hacia el cuerpo ya inmóvil del que pudo ser su esposo, toco su mano y de pronto todo se obscureció
Tokio enero 2008
Misaki era un muchacho muy tímido pero alegre, de nuevo se sentaba en las escaleras de la estación de la línea yamanote que lo llevaba a casa, pero sobre todo se sentaba allí de nuevo como casi todos los días a observar al joven que esperaba también en el mismo lugar pero de pie a unos cuantos metros lejos de él, a veces él se recargaba en una de las columnas que sostenía el techo de la estación.
Misaki lo observaba y por alguna razón extraña solo eso le bastaba para ponerse feliz, al mirar sus ojos de color violeta, tan profundos que cuando lo miraba de reojo sentía que le perforaban el alma, podía ver como respiraba, como cambiaba de posición y lo que encantaba también era su hermoso cabello color plata, Misaki incluso a veces creía que le sonreía cuando lo miraba llegar corriendo y luego detenerse estrepitosamente para después sentarse bruscamente en las escaleras de nuevo atónito porque él ya se encontraba ahí ya que Misaki no había podido llegar primero
Misaki en varias ocasiones quiso acercarse y preguntarle su nombre pero nunca se atrevió por miedo a que lo rechazara, ya que en el fondo sentía raro el haberse enamorado de un hombre, pero aun así todos los días iba al metro para verlo, incluso en muchas ocasiones rechazo las salidas que les proponían sus amigo, para ir a la estación donde siempre esperaba el tren para así poder ver al joven misterioso
Pero le hartaba solo tener la esperanza de que él lo hablaría o de soñar que se levantaba de las escaleras, caminaba hacia él y lo saludaba para después preguntarle su nombre. Ya habían pasado cuatro meses desde que Misaki llegaba corriendo a la estación, a veces pensaba que el misterioso joven ya sospechaba que misaki era alguna clase de loco acosador y solo el hecho de pensarlo le daba cierta vergüenza
Ya que misaki sólo vivía con su nii-chan y recordemos que era muy tímido y casi no tenía amigos nunca le conto a nadie de aquellos sentimientos que nacieron por aquel peli-plata
En algunas ocasiones misaki soñaba con el rostro del joven misterioso, lo soñaba con trajes demasiados viejos y no por el uso sino por el tipo de época de la que parecía provenir, a veces algunos como tipo vikingo, otras como tipo de traje charro, luciendo muy atractivo y varonil
¿Que podía hacer misaki? para hablar con aquel misterioso y encantador hombre, que parecía esperarlo cada día en la estación, después de darle vueltas y vueltas un día se decidió por fin a acercársele y decirle: hola ¿como éstas? y después preguntarle su nombre y quizás continuar la conversación hasta hacerse su amigo y lo demás se daría poco a poco
pero lo que misaki no sabía era que aquel misterioso hombre se llamaba usami akihiko y que era un escritor (aun no tan famoso) que un día cuando paseaba en su deportivo rojo vio a un lindo castaño caminando que de cierta manera le resultaba familiar y movido por un sentimiento extraño lo siguió hasta la estación, y que al día siguiente llego un poco antes que el castaño para verlo de nuevo y aunque no tomara el tren solo iba para ver aquel lindo castaño que llegaba a la estación y sentaba en las escaleras para esperar el tren a casa, que días después cuando el peli-plata sentia su mirada se sonrojaba y lo miraba reojo, esperando a que el castaño se le acercara para hablarle ya que por alguna razón él no se atrevía a hacerlo primero, misaki tampoco sabía que lo miraba subir al tren y le dedicaba un mirada de despedida, esperando que diera cuenta y le regalara una tierna sonrisa, que muchas veces su editora lo regañaba cuando llegaba tarde para terminar su trabajo y todo a causa del tren que se retrasaba por lo que akihiko esperaba a que misaki se fuera para ir también, tampoco se imaginaba que akihiko igual soñaba con él a su lado en distintas épocas del tiempo. Ambos estaban enamorados pero ninguno tenía el conocimiento de los sentimientos del otro, hasta aquel día
Misaki se levantó muy temprano para ir a la escuela, se vistió y bajó a la cocina para desayunar, se despidió de su hermano y le dijo que hoy tardaría un poco más en llegar de la universidad. Había decidido que ese día hablaría con él hombre de aquellos hermosos ojos violetas, misaki tomo la decisión ya que de nuevo soñó con él, y le invadió una gran necesidad de hablar con él y no solo verlo de lejos
En todas las clases se mostro nervioso, incluso recibió varios librazos durante toda la clase de literatura por parte del profesor adjunto el demonio kamijou y por supuesto se puso aun más nervioso cuando llegó la hora de la salida, misaki por primera vez camino hasta la estación de tren, bajó las escaleras y lo vio ahí a aquel peli-plata, esperando por él, por su parte akihiko se sorprendió de ver que su lindo castaño no llegara corriendo y que tranquilamente fuera bajando las escaleras y de que caminara hacia él, por lo que algo dentro lo movió a caminar y ambos caminaron para acercarse el uno al otro, se miraron y se sonrieron
Hola! - le dijo misaki
Hola – le contesto akihiko- Pensé que no vendrías hoy, por cierto no llegaste corriendo como de costumbre
Lo siento, a eso etto.. - con aquel comentario misaki se había sonrojado
Todo fluía de manara tan fácil y natural, como se conocieran de toda la vida, como si el destino los uniera y les diera la oportunidad de conocerse, platicaron largo rato de sus gustos de sus vidas, incluso akihiko se burló de misaki en algunas ocasiones por llegar siempre corriendo
Al darse cuenta de que se hacía tarde se despidieron prometiéndose que mañana se verían y hablarían de nuevo
Ese día misaki durmió más contento, tranquilo y sobre todo muy feliz, soñó de nuevo con akihiko vestido con un traje de alguna época y sobre todo con sus hermosos ojos violetas que lo miraban con ternura.
Para misaki y Akihiko todo parecía haberse dado tan bien, que su suerte era grande, que el destino los había unido para conocerse, pero lo que ellos no sabían era que el destino les tenía otros planes
Misaki de nuevo se despertó temprano y esta vez espero con paciencia la hora de salida para ver a akihiko, camino de nuevo para llegar a la estación, bajo las escaleras como tantas veces lo había hecho y vio a akihiko parado junto a la de la columna de la estación con unas flores en las manos esperándolo, se acercaron y se saludaron, pero en esta ocasión akihiko no se resistió y tomo a misaki de la cintura y poso sus labios sobre los de misaki, poco después se separaron por falta de aire, ambos se quedaron en silencio y solo se miraban uno al otro, misaki se perdió por unos instantes en esos hermosos ojos violetas que tanto le gustaban y con los que cada noche soñaba, akihiko al verlo con ese hermoso sonrojo de nuevo lo tomo de la cintura pero esta vez lo acerco al él lentamente para así poder sentir sus respiraciones unirse y escuchar como sus corazones latían de emoción, queria esta vez tocar con delicadeza sus labios, pero antes de que ese hermoso beso se diera, dos hombres entraron a la estación corriendo ya que estaban acaban de cometer un robo y eran perseguidos por la policía, cuando estos dos hombres se dieron cuenta de que no tenían salida comenzaron a disparar a diestra y siniestra sin importarles hacia donde disparaban, y solo dos balas fueron suficientes para matar de nuevo un gran amor, ya que una de ellas atravesó el estomago de misaki y la otra perforo el pecho de akihiko, de pronto todo el panorama cambiaba para ellos y a sus mentes llegaban aquellos sueños que más bien eran recuerdos de todas a aquellas vidas en las que se conocían, en las que Vivian juntos expresándose su gran amor, pero que en algún momento el destino por alguna extraña razón los separa, recordaron todos los tristes y trágicos finales y la promesa de encontrarse de nuevo e intentar cambiar su destino
Con su último aliento akihiko y misaki buscaron sus miradas, se sujetaron de las manos y una vez más prometieron encontrarse de nuevo en su próxima vida y cambiar su destino, de pronto todo se volvió obscuro
España enero 2050
Hospital de Transilvania de Lucemburgo, dos mujeres llegaban a emergencias, ambas estaban embarazadas y fueron atendidas en quirófanos cercanos, la primera mujer llego sola, ya habían pasado los nuevo meses de embarazo y estaba lista para tener a su primer hijo y después de una hora dio a luz a un hermoso niño que fue trasladado a los cuneros, pero el caso de la segunda mujer fue algo diferente ya que después de siete meses y medio de revisiones y asegurarse con su médico de que la salud del bebe estaba bien, ese día de manera inesperada y como si el destino hubiera decidido de que había llegado la hora, sufrió dolores de parto y la llevaron a ese hospital donde tuvo varón fuerte a pesar a pesar de que era algo prematuro, inmediatamente fue llevado a los cuneros y lo pusieron en una incubadora para observación, colocándolo justo alado del otro pequeño recién nacido, lentamente ambos bebes giraron sus cabecitas y parecieron verse el uno al otro se sonrieron y el pequeño de tez algo morena se perdió en los hermosos ojos violetas de aquel bebe con un mechón plateado y este pareció perderse en esos pequeños pero hermosos orbes verdes, y de esa manera el destino iniciaba de nuevo su trabajo