“¿A quién amas más?”
Minseok muerde su labio inferior, queriendo darle a la pregunta de su madre algún pensamiento profundo. Después de mirar desde atrás hacia delante de un osito de peluche blanco con un moño rojo y un osito de peluche caramelo con un moño marrón, sonrió encantadoramente hacia su madre y abrazo a los dos ositos. “Los amo a los dos igualmente.” Minseok les da un beso en la mejilla a cada osito y se los acerca más.
La madre de Minseok sonrió ante la linda e infantil respuesta y agito su cabello. “Pero ¿que si uno se pone triste porque no le prestas demasiada atención a el?”, Le pregunto
Minseok hizo pucheros mientras intentaba encontrar una respuesta que pudiera satisfacer a ambos de sus osos de peluche. “Ellos tienen que amarse uno al otro también. O si no nadie va a ser feliz”.
“¿Estas siendo cuidadoso con tus amigos?”.
“¡Sí!, porque yo siempre los amare desde el fondo de mi corazón.”, Minseok abrazo a los ositos de peluche más fuerte.
La madre de Minseok miro el reloj y suspiro. “Cariño, tenemos que irnos si queremos obtener un buen lugar en el teatro.”
El asintió obedientemente y sentó a los dos ositos en su cama uno frente al otro y se puso su abrigo siguiendo a su mama fuera de la habitación, mientras hablaban sobre varios eventos que sucedieron ese día en la escuela. Aparentemente, Chanyeol había puesto algo de sal dentro del café de sus profesores y fue puesto en detención. El castigo del chico fue mostrarle a Kris, un estudiante de intercambio de China, los alrededores de la escuela.
De regreso a la habitación, 2 ositos pachoncitos están mirándose fijamente sin pestañear.
“¿Vez?, el me ama mas”
“¡No, no es así! ¡El me ama!”
“Nuh-uh. ¿Recuerdas lo que nuestro querido y lindo Minseok dijo?, Tenemos que querernos si queremos estar con él. ¿Entiendes?”
“¡Bien! Pero no puedo esperar por ganarlo. El finalmente será mío.”
“No si lo tengo primero.”
“¡Estas advertido!”.
***
Luhan recuerda cada cosa sobre Minseok.
A pesar del largo tiempo que ha estado con él, recuerda cada cosa sobre su tiempo juntos. Aun puede recordar el día en que Minseok lo compro de una pequeña juguetería en un pueblo.
Luhan estaba sentado en un polvoroso estante, a la derecha de Kyungsoo, el adorable pingüino de peluche. El observaba como lo niños lo miraban, presionaban su linda nariz de botón y se alejaban para buscar un interesante y más atractivo juguete para jugar, perdió toda esperanza cuando vio a su amigo, Kyungsoo, ser tomado entre los brazos de un niño moreno con melena oscura y labios gruesos.
Parecía que nadie lo quería, un osito de peluche con un moño marrón y una etiqueta ‘Made in China’ pegado en su parte trasera, temía que no hubiera esperanza para él cuando sintió una presencia delante. Cuando levanto la vista, se encontró con el par de ojos marrones más hermosos que uno pudiera esperar. El joven chico, quien se miraba alrededor de los 4 años, miro a Luhan. Sus ojos marrones brillaban, sus mejillas rosadas y llenitas, sus labios se tornaron en una dulce y suave sonrisa, y su piel de marfil prácticamente brillaba a la luz del sol. Ese chico era un ángel absoluto.
Al joven Minseok, aunque estaba de puntitas se le hacía difícil llegar a él, entonces Luhan se acerco más a la orilla de la plataforma para que el niño pudiera ser capaz de alcanzarlo. Minseok sonrió victorioso cuando finalmente tomo al osito de peluche e inmediatamente envolvió al osito en su calor. “Eres tan lindo”, dijo Minseok amablemente, “Pero te miras tan solitario”.
Si Luhan fuera humano, hubiera agitado sus brazos y piernas en todas las direcciones de la habitación por la adoración de Minseok.
Una mujer se acerco a ellos; Luhan asumió que esa mujer era su madre.
“Minseok, ¿Estás seguro de que quieres eso?”. La mujer se arrodillo para encontrase al nivel de los ojos de Minseok. “Hay un montón de juguetes en aquella esquina”. La mujer señalo en su dirección opuesta.
Minseok sacudió su cabeza y miro de nuevo a Luhan. “Me gusta este, umma. ¿Crees que pueda mantener a las personas peligrosas lejos? “. Pregunto inocentemente Minseok.
La mujer sonrió suavemente y asintió. “El siempre te protegerá no importa que. Es muy lindo, ¿No lo crees?”
“Si”. Minseok sonrió. “Ya lo amo”. Abrazo fuerte a Luhan y beso su nariz. Luhan sintió que estaba cayendo por el dulce chico.
Luhan recuerda cuando Minseok empezó a llorar en medio de la noche, había estado teniendo pesadillas por varios días y él se sentía impotente. El no podría hacer nada estando acostado y abrazando al bebe Minseok, quería protegerlo y evitar que sufra. ¿Quién sabría que un dulce e inocente chico podría sacarle el lado sobre-protector a Luhan?
Esa noche, Minseok podría abrazar a Luhan y caer dormido en cuestión de minutos. Mientras Minseok roncaba suavemente, Luhan miraba el rostro del chico y se encontró deseando estar con ese niño por siempre, se sintió querido por primera vez en su vida.
También recuerda cuando Minseok por primera vez llevo a casa un extraño. El animal de peluche fue llamado Sehun y fue encontrado por Minseok en un viejo parque, que parecía que nadie había puesto un pie ahí por algunos años. Tenía desgarrado un brazo y una pierna, su nariz de botón estaba colgando por un hilo, sus ojos aburridos con tristeza y miseria, su pelaje estaba rasgado y duro como una lija.
Minseok, a los 6 años aprendió como coser y reparar ositos de peluche y regresarlos a su estado natural. Luhan admiró el trabajo duro del chico y miró como tendía a Sehun con tal cuidado y precaución, como si hubiera tenido miedo de romperlo.
Después de que Sehun fuera reparado, Minseok abrazo al osito y le dio un gran beso. Luhan pensó que ese sería el último día que Sehun pasaría con ellos, por ese el beso conmovedor y el abrazo fuerte, pero estaba equivocado, muy equivocado, Sehun se iba a quedar con él y Minseok. En la noche, todos estaban por acostarse, esa fue la primera vez que Sehun hablo con Luhan.
“Ese chico humano…”, empezó Sehun lentamente, “El es bastante diferente, ¿no es así?”.
Después de un momento que parecía haber sido un largo tiempo, Luhan asintió. “Si, así es”.
Esas fueron las únicas palabras que ellos hablaron esa noche.
Cada día Minseok ponía a los dos uno al lado del otro antes de irse a la escuela. El agitaba un “adiós” para ellos y depositaba un beso en la mejilla de su madre antes de salir corriendo por la puerta principal. Durante las horas que Minseok no estaba ahí, Luhan y Sehun aprendieron a tolerarse uno. No necesariamente se querían. La única cosa que tenían en común era su amor para su amado Minseok.
Durante el día, Luhan aprendió bastantes cosas sobre Sehun, el provenía de una familia rica, por lo tanto su actitud como su personalidad eran malcriadas. Sehun fue dejado de lado detrás del parque porque su propietario se distrajo con algo que fue probablemente más interesante y emocionante que él.
Sehun también aprendió mucho sobre Luhan, el era burbujeante, amigable y tolerable, y Sehun odiaba las cosas burbujeantes. Sin embargo, eso de ser burbujeante pertenecía a Minseok, pero esa es una historia completamente diferente. Minseok era todo para Sehun, era su salvador, su ángel, su reina. Si no lo hubiera salvado ese terrible día, probablemente se hubiera convertido en un juguete para masticar de algún perro o una morada oscura para ratas y ratones. Las posibilidades eran infinitas y solo pensar en ellas hacía a Sehun temblar. Pero Minseok lo salvo.
Sehun sabia el porqué Luhan amaba tanto a ese chico. Ese chico era deseable de todas las formas. Mientras Minseok estaba en la escuela – Minseok está en primer grado ahora y Luhan y Sehun estaban tan orgullosos de él-, y Luhan sentado sobre la cama, haciendo absolutamente nada pero mirando la TV. Sehun observó como Luhan comenzó a rodar sobre toda la cama de Minseok. Sehun se burlo y sacudió su cabeza. Ese vago perezoso, todos los días lo hacía, se sentaba ahí, rodaba alrededor de la cama un par de veces, aleatoriamente se detenía y luego empezaba de nuevo su ciclo.
Sehun torpemente subió al librero y se sentó a un lado de Tao, un lindo llavero de panda. “Hola, Tao”. Saludo Sehun. Tao era un amigo cercano de Sehun. Se conocieron cuando la madre de Minseok lo coloco erróneamente en el librero. Ambos dijeron un incomodo ‘Hola’, pero se llegaron a conocer con bastante rápidamente, más rápido que como Luhan y él lo hicieron.
“¿Qué pasa?”, pregunto Tao, “¿Mas Minseok-problemas?”, dijo Tao jugando con su par de orejas negras – probablemente rascándoselas, pensó Sehun- y esperando a que Sehun empezara a hablar.
Sehun asintió. “¿Qué debería hacer?”.
“No lo sé.”, Tao se encogió de hombros. “Si fuera un mago, probablemente podría convertirte en un humano.” Tao hizo un puchero y palmeo el hombro de Sehun.
Sehun gruño y bajo su cabeza, “¡Deseo ser humano!, quiero abrazarlo y estar con él todos los días”. Tao solo lo abrazo, no sabiendo que hacer o decir que pudiera confortar a ese osito de peluche.
“Eso podría arreglarse”.