**el relato que les daré a continuación –aunque con una temática bastante loca- sería lo más verídico si sucediesen estas cosas en la vida real.
Este, en cambio, tendrá algo de diferente a como los demás fanfics de este tema algo ya tocado.
Por su atención, se despide su narradora residente de la luna: Yukimura_takano
Capitulo uno, parte uno: Cuando los papeles se invierten.
Era una vez, un día muy especial, aunque corriente… en un edificio lleno de lujo. Había muchas personas viviendo allí, pero nos centraremos en dos individuos que viven juntos en la misma encarnación de pasión masculina en lo más alto de este: en los departamentos más caros y amplios.
Un escritor, de cabellos grises; ojos violetas como amatistas; piel pálida y un increíble cuerpo que una mujer ama y un hombre envidia; alto, y siempre tan bien vestido—. Misaki… necesito cariño urgente —además de que algo infantil y aniñado… su nombre era Usami Akihiko—.
—No seas tan ególatra Usagi-san… —el otro hospedado era alguien mucho más bajo: cabello castaño como las cortezas sanas de un árbol de cerezo; grandes orbes esmeraldas como ojos; cuerpo fino y delicado; tez morena clara, como cuando pones un toque de café a la leche y vestía como un chico común y corriente de 22 años—. Además si sigues echado en el sillón sin hacer el manuscrito, Aikawa te molestara como siempre lo hace— sip, tenía una actitud muy paternal además de abusar de su personalidad cliché de “tsundere”… ese era Takahashi Misaki—.
Los dos tienen la particularidad de, aparte de poseer dos personalidades muy diferentes entre si al punto de ser un entero milagro que los dos logren la estabilidad en cuatro paredes… ellos son una gran pareja; con problemas y disturbios, pero por lo menos son pareja.
—oye Misaki, ya se está acercando tu cumpleaños.
—si, ¿por?
—quería saber si ese día lo tendrás libre. —ya estaba totalmente levantado y se levantó a su lado—.
—… lo siento Usagi-san, no podre esta vez: aun tengo que realizar mi tesis y además de entregar mis trabajos finales y con el trabajo se dificulta todo. —le aclaro con cierta calma—.
—aunque no puedas, te llevare. —insistía el mayor con el semblante siempre impecable. Nunca se haya tartamudeando al expresar lo que siente en ese momento, llevando con ello al chantaje a su joven pareja y en cierta manera, abusar de la confianza—.
—ya te dije. El 6 de agosto no podre estar ni siquiera en la mañana.
—tienes que estarlo.
—te he dicho que no puedo.
—no lo digas tan seguro hasta que me lo compruebes.
— ¡cuando digo que no, es no! —Ya bastante cabreado, azoto las manos sobre la mesa y pisoteando el piso de madera, azoto la puerta de su habitación—.
— ¡¿ahora qué es lo que tiene?! —tomo un fuerte suspiro y lo exhalo con fuerza, para poder equilibrar el ambiente que ya de por si estaba más que tenso—.
…
Como si fueran pasando los días, fue empeorando poco a poco la relación hasta llegar a ser solo conocidos que comparten la cama donde duermen y el plato donde comen. Akihiko iba manejando mientras que Misaki miraba la ventana hacia afuera en el asiento del copiloto.
—No vuelvo a salir contigo… —hablo primero el castaño—.
—… como sea. —Cabe destacar que estaban aún en el carro a altas horas de la noche—.
Al acercarse a una avenida poco concurrida a esta hora, este se paró y salió para abrirle la puerta.
— ¿Qué hacemos aquí?
—vamos a resolver esto.
— ¡¿a las 12 de la noche?! —Esa noche estaba más que obscura y solitaria—.
—Vamos… —tomo su mano delicadamente y comenzó a caminar hacia la nada de la noche—.
El menor obviamente rechazo que le agarrasen de la mano, por lo que solo se limitó a dejarlo de verlo y camino a su lado. En la obscuridad, una sombra comenzó a materializarse enfrente de ellos.
— ¿tienen problemas de pareja? —la voz era del tono inconfundible: pronto estaba enfrente de ellos una persona de mayoría de edad con rasgos que denotaban su edad con seguridad, pero tenía una sonrisa encantadora… como de que no hacía daño a nadie—.
Fue más que lógico que los dos saltaron y se sorprendieron de la aparición tan repentina, más el mayor que alerto a su cuerpo en caso de agresión hacia alguno de los dos—. No se asusten… —dijo en seco al notar como estaban—. Yo no les vine a robar y mucho menos a molestar… solo quiero que resuelvan lo que tienen pendiente —
— ¿Cómo sabe que somos algo? —desfundo la primer pregunta al aire Misaki—.
—no importa pequeño, a mí me ha tocado juntar y unir a mucha gente de diferentes gustos sexuales.
El mayor bufo—. y… ¿Cómo lo va a resolver? —Su tono sarcástico e irónico clavo en el punto que más sorprendía de todo lo que había dicho la anciana—.
—es común que no me crean la primera vez, pero vale la pena intentar interactuar con una extraña anciana a estas horas del día… —rio algo ronco—.
Los románticos voltearon a verse muy confundidos y desconfiados de las pretensiones de ella, pero decidieron con la mirada intentar lo que les decía. La señora de edad superior alzo las palmas de sus manos, indicando que también les tendieran las manos.
—a ustedes les hace falta entenderse el uno al otro; las preocupaciones, traumas, problemas y trabajo… necesitan cambiar el rol de todo… —las nubes comenzaron a despejarse, dando la vista a una luna amarillenta…—.
—No pasó nada —consiguió a decir el escéptico Usagi—.
—bueno, es hora de que vuelvan a su casa. ¡Ah! Una cosa importante: “lo único que será más fuerte que cualquier magia o impedimento, será el amor; el amor romperá cualquier barrera, aunque sea la más grande de todas”
Se alejó lentamente hacia atrás y camino lejos: perdiéndose en la obscuridad…
— ¿Qué fue eso? —le pregunta confundido a Akihiko—.
—no lo se… —le contesto igual o peor de confundido a Takahashi—.
Líos, revueltas y desdichas sucederán desde el día de hoy…