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Tú... por LatexoHPo

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Notas del capitulo:

Espero que les guste ^^

 

 

 

La última clase del lunes era Física, la única que Bruce compartía con Steve. Sin poder evitarlo estuvo toda la mañana esperando esa clase; durante el domingo tuvo tiempo para reflexionar un poco sobre lo que había pasado en sólo dos días con su nueva relación con el rubio. A decir verdad se sentía mortificadamente ansioso. Le había visto muy temprano, pero no se acercó porque Steve iba muy platicador con el chico Barnes, eran muy amigos por lo que había visto antes, y él no se sentía lo suficientemente seguro como para llegar y hablarle a Steve como si también fueran muy amigos. Aunque claro, Steve había dicho que eran amigos, pero aún tenía sus dudas.

Bruce había tenido amigos antes. Pero nunca estuvo lo suficientemente en algún lugar como para saber lo que significaba verdaderamente una amistad. La única excepción en su vida era Peter, por su puesto. Pero Peter era todavía un adolescente; Bruce pocas veces había tenido amistades de su misma edad, y era por ello quizá que se sentía como un tonto ante la nueva experiencia. Además Steve si bien no era un chico que podría catalogarse como entre los más populares, sí era bien visto por todos en su grado, le hablaba a mucha gente y Bruce no podía encontrar qué tenía él de especial para que Steve decidiera que serían amigos así sin más.

Sus compañeros entraban lentamente al aula, esperando pacientemente por el profesor Selvig. Entonces apareció Jane Foster, su compañera de pupitre. Hablaba con ella, claro, pero siempre había sido una relación estrictamente de compañeros y no más allá. La chica le sonrió con educación como siempre y comenzó a sacar sus cosas.  Bruce miró a la ventana para no verse tan obvio cuando Steve llegara.

De pronto sintió una mirada muy pesada sobre su persona, cuando miró a la puerta descubrió que era Anthony Stark.  Bruce subió sus anteojos con un dedo y dejó de mirarlo. Vaya, no recordaba ninguna vez que Stark le hubiera mirado de esa manera, ¡ni siquiera lo miraba! ¿Qué había cambiado esta vez? Oh sí, el chico rubio que entraba en ese momento al aula junto a Barnes.

Bruce no pudo evitar ver cómo se miraban entre ellos. Sorprendentemente, Stark sonrió en un gesto de saludo a Steve. Steve sin embargo le miró desdeñosamente y siguió su camino hasta su asiento, dos filas atrás de él.  Bruce volvió su atención a la ventana, de pronto sintiendo algo extraño, su ansia de que Steve le mirara y su vergüenza por ello al mismo tiempo.

Cuando Steve finalmente pasó a su lado le tocó un hombro. Bruce se obligó levantar la vista, y vio que el rubio le guiñó un ojo. Bruce tragó imperceptiblemente y sonrió un poco. Steve siguió entonces su camino hasta su asiento apretando otra vez su hombro.

Bruce contuvo el suspiro que tenía atorado en la garganta. Eso había sido… extraño. Y entonces volvió a sentir la mirada de Stark sobre él. Lo miró solamente un segundo, pero pronto volvió su atención a su libro.

“Bruce, puedo escuchar el latido de tu corazón hasta aquí”, le dijo divertida Jane Foster.

Bruce quiso ahogarse en ese momento. Afortunadamente entraba ya el profesor Selvig, y no lo hacía solo. Tras él venían varios chicos y chicas. Bruce reconoció a Betty Ross (ella escaneó el aula buscándolo y cuando lo encontró le sonrió dulcemente), Loki Laufeyson y un par de chicos con los que compartía otras clases.

“Buenos días”, saludó el siempre amable profesor. “Antes de comenzar la clase de hoy terminaré de conformar el club de ciencias. Estos chicos ya están en la lista, todos con la capacidad y el nivel requerido para tomar en sus manos el proyecto asignado a nuestra institución.  Falta poco para el Concurso Interestatal de Ciencias, y SHIELD siempre ha estado en los primeros lugares. Espero que este año seamos los mejores. Así que, señor Stark, si hace el favor de tomar sus cosas y seguir a sus compañeros”.

Tony se levantó con su actitud petulante y se posó junto a los demás con una mueca arrogante.

“Señorita Foster, denos el honor de contar con usted”.

Jane se levantó también con tremenda sonrisa y tomó un lugar en la fila.

“No hace falta decir que tenemos entre nosotros a uno de las mentes más brillantes en Física, y que estoy muy agradecido por ello”, continuó el profesor mirando directamente a Bruce. “Señor Banner, por favor”.

Bruce se levantó con una pequeña sonrisa.  Se paró junto a Betty y Jane, lo más alejado posible de Stark.

“Y bien, todos ustedes tienen un enorme compromiso con SHIELD, y estoy seguro de que no nos defraudarán. Por favor, un aplauso para quienes seguro nos darán un trofeo más en el área de Ciencias de nuestra Universidad”.

Bruce se atrevió a  mirar a sus compañeros mientras les aplaudían. Algunos con poco entusiasmo, otros más verdaderamente orgullosos, como Steve. Cuando sus ojos se encontraron, el rubio amplió la sonrisa y alzó el dedo pulgar.

“Muy bien”, retomó las palabras el profesor después de aplaudir con entusiasmo. “Chicos, vayan directamente al laboratorio B, ahí los espera el profesor Xavier”.

Los seis miembros del club de Ciencias abandonaron el aula. Bien, suspiró Bruce, vería a Steve por la tarde. Y ahora mismo estaba muy emocionado con el proyecto: polímeros naturales con beneficio para el medio ambiente. Él ya había entregado su informe sobre sus avances y fue recibido con bastante aceptación. Además el trabajar con el profesor Xavier era un aliciente más a su emoción. El  hombre era una eminencia en muchas áreas y sería su asesor. Bruce lo consideraba un honor.

Iba platicando de lo más normal con Betty, comentando sobre el proyecto, cuando Stark se situó a su lado.

“¿No te parece genial, Banner? Tu genio y el mío juntos para darle a SHIELD un trofeo”.

Bruce le miró, y descubrió que Stark le sonreía sinceramente. No había molestia en su voz, aunque no dejaba de ser petulante.

“No sólo serán tú y Bruce”, fue Betty la que habló. “Somos un equipo”.

“Lo sé, me disculpo por mi falta de humildad. ¿Elizabeth Ross, verdad? Soy Anthony Stark”.

Betty terminó por corresponder a la sonrisa. Y entonces Bruce se vio atrapado entre los dos, escuchándolos y asintiendo a lo que decían. Tal vez Stark no fuera tan desagradable después de todo, y no era como que a él debería importarle la relación que tuviera con Steve. Steve era su amigo nada más.

En el laboratorio ya los esperaba el profesor Charles Xavier, siempre imponente en su silla de ruedas. Nadie sabía a ciencia cierta qué tipo de accidente había tenido, pero se contaban historias sorprendentes e imposibles sobre el asunto.

Pasaron la hora presentándose con el profesor y entre ellos, y exponiendo sus puntos de vista sobre el proyecto. Stark, por supuesto, fue uno de los que más habló. Bruce se dio cuenta de que en realidad no era solamente el niño mimado del que todo el mundo hablaba, también tenía un cerebro muy bien puesto en su lugar, y cuando no hablaba de frivolidades su genio salía a flote.

Loki se había pegado a él, aunque parecía tener una buena relación con Stark, pero éste se había entretenido un rato preguntando cosas banales a la bonita pelirroja venida de Rusia. Natasha Romanoff, había dicho. Ella era una adquisición sorprendente, porque todos los ahí presentes estudiaban en la Facultad de Ciencias, pero ella no. Ella venía de la Facultad de Humanidades, pero había presentado su informe con el derecho de cualquier estudiante de SHIELD y fue aceptada. Jane parecía muy a gusto con Henry Pym, de segundo, y Betty parecía muy amiga de Reed Richards, ambos de tercero. Los de cuarto nunca entraban a los concursos de Ciencias, porque ellos ya estaban especializándose y les absorbía tiempo.

Así que Bruce realmente pasó un rato muy agradable, hasta que Loki le preguntó casualmente cómo iba su labio roto.

“Oh, Clint es bueno en ello. Creo que ya no se nota”, contestó también casualmente. Y era verdad, tendría que preguntarle a Clint qué es lo que le había puesto.

“Ah, claro, supe que te rompieron la cara el sábado”, se integró a la charla Stark, dejando por la paz a la rusa que le había hecho el mismo caso que a una pared de concreto.

“Sí, el estúpido de Logan, Tony”, dijo Loki. “Deberías escoger mejor a tus amistades”.

“¿De qué hablas? Logan es uña y carne con Thor, y no veo que lo molestes a él”.

“Porque a Thor le conviene, Logan es el hijo del entrenador y es una ventaja tenerlo como aliado. Pero no te atrevas a insinuar que Thor puede ser tan hijo de puta como Logan”.

“Yo no dije nada de eso”, contestó Tony en un tono defensivo. Loki negó con la cabeza y fue llamado por el profesor, así que Bruce y Tony se quedaron solos calibrando barreras infrarrojas.

“Así que Steve llegó como un príncipe valiente, ¿no?”, dijo Tony metiéndose a la boca un arándano de una bolsita que había sacado de quién sabe dónde. “¿Gustas?”, le ofreció a Bruce de la bolsita.

Bruce frunció el ceño, tanto por las palabras de su compañero como por el ofrecimiento tan… eventual. Supuso que se vería grosero si no aceptaba, así que tomó una fruta y murmuró un ‘gracias’ antes de llevársela a la boca.

“Steve sólo me ayudó llevándome con Clint y Loki, es todo. Él es mi amigo”, respondió después de que Tony le mirara alzando una ceja, esperando claramente una respuesta.

Quería aferrarse a eso, a que Steve era su amigo.

“Está bien”, sonrió Tony abiertamente. “En realidad Steve es buen tipo... cuando quiere.  Y ahora déjame darte un consejo, ¿está bien? En nombre de la amistad. Ten cuidado con Steven Rogers. Tiene esa carita de bueno, se presenta ante ti como un alma noble, y después… ¡pum! Te deja tirado en la calle. ¡Rubios!”, resopló Tony comiendo más arándanos.

“Gracias, pero creo que ser capaz de darme cuenta de las intenciones de la gente por mí mismo”, dijo Bruce con énfasis, dejándole completamente claro a Stark que bien podía analizar su manera de hablar.

“Señor Stark, señor Banner, no hablen de Ciencia sin nosotros. Por favor, no nos excluyan de su, seguramente, magnifica charla”.

Ambos chicos volvieron su atención al profesor Xavier. Se reunieron con los demás, Tony con el cerebro a toda marcha, analizando las reacciones de Banner. Bruce diciéndose que ese Steve que Stark le estaba pintando era una reacción gemela a las del propio rubio: celos. Y de pronto realizó que él, Bruce, era la causa de los celos de Anthony Stark… ¡Pero qué carajos…!

 

Betty había cancelado la tutoría con Bruce porque  el profesor Xavier le había asignado una investigación con Richards y no querían perder tiempo. Así que ahora estaba caminando por el campus, preguntándose qué haría con respecto al dinero que le hacía falta para el alquiler. ¿Empeñar el Xbox de Peter? ¡No! ¿Qué le diría al chico? ¿Su laptop? Descartado, lo necesitaba para las clases y el disco duro eran tan viejo que probablemente se lo aventarían a la cara…

Entonces Loki pasó a su lado.

“¿Vas al campo a ver a entrenar a Steve?”, le preguntó el pelinegro, con su habitual seriedad. Caminando de pronto junto a  él.

“Eh…”

“Yo voy a ir a ver a Thor. Preferiría irme a estudiar, pero mi rubio musculoso haría uso de esos músculos si no lo voy a ver”, continuó Loki con una mueca.

“¿Entonces tú y Thor…?”

“Thor y yo. ¿Te escandaliza? Pensé que tú y Steve…”

“¡No!”, negó Bruce con un sobresalto. “Quiero decir, no me escandaliza, claro que no. Pero Steve y yo nada… amigos, nada más”.

“Pues mi buen Stevie se veía bastante preocupado por ti, Banner”.

Era Clint Barton, que se había unido a ellos con su sonrisa traviesa. A Bruce le caía bien ese chico, y estaba agradecido con él y con Loki.

“¿Hoy no vas a molestar con tu horrible presencia a la rusa?”, preguntó Loki divertido.

“Acabas de romper mi sensible corazón”, gimió Clint dramáticamente, posando una mano en su pecho.

“¿La rusa? ¿Natasha Romanoff?”, inquirió Bruce.

“¿La conoces?”, preguntó Clint de vuelta, de pronto muy entusiasmado. “Porque si es así serás el buen tipo que te ves que eres y le hablarás estupendamente de mí, ¿cierto? Curé tu labio, lo merezco.”

“Está en el club de Ciencias, con los dos”, respondió Loki con autosuficiencia. “Pero Banner no va a perder el tiempo en hablarle de ti. Tenemos tópicos mucho más interesantes  que hablar  de ti, por ejemplo el polvo que ensucia los aparatos del laboratorio”.

“Bruce… ¡Brucie! Sé un buen amigo y háblale de mí. ¡Estoy desesperado!”, exclamó Clint sin hacer caso de las palabras de Loki.

Bruce rió entonces, con un agradable calor en su pecho. Así que Clint también le consideraba un nuevo amigo. Era sorprendente.

“Me encantaría ayudarte, Clint. Pero fuimos testigos de cómo ignoró al mismo Anthony Stark. Y si lo ignoró a  él…”, dijo con un deje de disculpa.

“Eso es porque ella es demasiado inteligente como para hablar con alguien como Stark. Será galán, pero es insufrible. Yo tengo lo  mío”, sonrió Clint.

“Sí, claro que tienes lo tuyo: holgazanería, descuido y un terrible sentido del humor y de higiene. ¡La matarás de amor!”, dijo Loki con sarcasmo.

“Te borraré esa sonrisa a golpes, Laufeyson…”, contestó Clint con más que fingido enfado, Bruce ya reía abiertamente.

“Cuida tus palabras, Barton”.

Los tres miraron enfrente para ver a Thor Odinson. Bruce nunca lo había tenido tan cerca, y concluyó que era simplemente imponente. Tan alto y tan atlético.

“Thor, sabes que estoy bromeando”, se apresuró a aclarar Clint, con obvio nerviosismo. “Yo daría mi vida por Loki… como amigo, siempre amigo”.

“Ya sabes cómo es, Thor. Lo único valioso que hay que hacer con gente como Barton es ignorarlo”, se adelantó Loki besando a Thor en los labios. Un roce más que un beso, pero eso pareció conformar a Thor.

Bruce se percató entonces de que habían llegado al campo. Bueno, se dijo, bien podría ver el entrenamiento aunque no entendiera ni jota de fútbol. Y vería a Steve.

“¿Y tú quién eres?”, preguntó Thor mirándolo. Bruce se encogió un poco, realmente intimidaba.

“Nadie… yo…”

“¡Bruce!”. Todos se giraron para ver a Steve, que venía trotando ya con pantalones cortos y una playera negra de entrenamiento que se le veía espectacular, pensó Bruce. El rubio miró a Thor. “Él es Bruce Banner, y sé que no te gusta que muchos vean el entrenamiento, pero es mi amigo, y de Loki, ¿verdad, Loki?”

El pelinegro asintió ante la interrogante de Thor.

“¿Qué haces aquí, marica?”

Ese fue Logan, tras él todos los miembros del equipo, del primero y del segundo (Barnes entre ellos). Y entonces ocurrieron varias cosas al mismo tiempo. Loki miró asesinamente al matón, Clint ya estaba caminando hacia él, Steve se giró con una velocidad increíble, a punto de golpear a Logan, pero Thor se le adelantó. Tomó del cuello de la playera al horrible muchacho y lo miró de una manera que haría orinar a cualquiera.

“Vuelves a decir esa palabra y no sólo estarás fuera del equipo, Logan. No me importa que tu padre sea el entrenador. Y no sólo eso, también estarás fuera de tu cuerpo con la golpiza que te daré, ¿quedó claro?”

Logan simplemente asintió, con el miedo reflejado en sus ojos oscuros. Cuando Thor lo soltó se marchó corriendo, no sin antes mirar horrible a Bruce.

“Yo… creo que mejor vuelvo a la Facultad…”, balbuceó Bruce con el corazón en un puño.

“Eres bienvenido si eres amigo de Loki, Banner”, concluyó Thor antes de mirar a Steve. “A entrenar”, concluyó marchándose también al campo, bastante cabreado.

Steve asintió y antes de irse también, apartó un poco a Bruce.

“Me alegra que estés aquí. Podremos irnos juntos a la tutoría en cuanto termine el entrenamiento. Ah, algo más, Bruce: no digas nunca que eres nadie. Eres Bruce, y eso es más de lo que Logan podría siquiera soñar”.

Bruce le vio marcharse con la boca abierta.

“Vamos, Bruce. Nos sentaremos en las gradas mientras me cuentas sobre Natasha”, escuchó entre silbidos a Clint. Pero nadie silbaba, el ruido estaba dentro de él. Era su pulso a punto de reventar, era un calor abrasador en su pecho, era emoción, era… no sabía qué diablos era.

Simplemente se dejó guiar por Clint, perdido del mundo, al menos hasta que vio a Steve corriendo en el campo, pateando el balón con maestría. Y entonces miró a sus costados, Loki atento a los movimientos de Thor, y Clint insistiéndole para que le hablara de la chica rusa. Algo se apostó en su pecho otra vez. Tenía amigos, Loki y Clint, y tenía a Steve… su amigo también, claro, pero…

Y entonces sonrió con todos los dientes cuando Steve anotó un gol, y no sólo eso, el balón había ido tan potente que se metió a la portería con todo y portero. Logan Howlett se retorció en suelo cuando el aire le faltó, y Thor Odinson no dio muestras de querer ayudarlo.

 

 Las chicas del otro lado del campo comenzaban su rutina: la porra oficial de Las Águilas de SHIELD. El interescolar de fútbol estaba a media temporada, pero si ganaban el campeonato del Estado, irían directo al nacional.

Virginia Potts no se había perdido detalle de lo ocurrido con los jugadores y sus ‘amigos’. No había escuchado por qué fue la trifulca, pero la curiosidad por ese chico de anteojos la asaltó, sobre todo su interacción con Steve…

“¡Virginia! Tenemos una nueva figura, atiende, por favor”, le dijo Margaret Carter,   la estricta capitana de la porra, y no sólo eso, la campeona del equipo de gimnasia de SHIELD.

 

 

 

 

Notas finales:

El lunes nos leemos!!!!

Gracias por sus comentarios y por leer, mil besos!!!

 

Látex.


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