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Tú... por LatexoHPo

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Notas del capitulo:

No sé si pueda actualizar pronto... me voy de vacaciones! Aunque quizá suba uno más antes de desparramarme en algún pueblo mágico de mi país =)

Espero que les guste!

 

Estaba inmerso en sus deberes para la clase de Ingeniería Eléctrica; la luz de su portátil era prácticamente lo único que lo alumbraba. La montaña de libros le tapaba la poca luz natural que todavía se filtraba por las ventanas.

De pronto sintió unos delicados brazos rodear su cuello por atrás, entrelazándose finalmente sobre su pecho. Tony suspiró profundamente, aspirando el delicado aroma y dejó caer su cabeza en el pecho de Virginia Potts; ella le sonrió maravillosamente antes de besarle la frente.

"Amo cuando estás en tu faceta de estudiante dedicado", le dijo la chica con suavidad.

"No todo en mi vida es la fama. Me hago espacio para este tipo de cosas, y para ti, y para…"

"Nop. Para él ya no", negó ella sin dejar de sonreír sinceramente.

"Él volverá, siempre lo hace".

"Supongo", dijo ella abrazándolo todavía más. "Está en el equipo de fútbol, ¿sabías?"

"Sí, me dijo Howlett".

"Oh, pobre Howlett. Dejó el campo de juego a los diez minutos; tu querido rubio le sacó el aire, y creo que fue a propósito"

"Algo le habrá hecho", se encogió de hombros Tony.

"Más bien al chico de anteojos con el que lo vimos el otro día", contestó Pepper, y sonrió con malicia cuando sintió los hombros de Tony tensarse. "No sé qué le dijo, pero Steve, Laufeyson y su otro amigo parecían querer asesinarlo. Fue Odinson el que finalmente lo aplacó. Cuando terminaron de entrenar se fueron juntos, muy parlanchines. Es raro, había visto antes a ese chico, pero no sé quién es, supongo que nadie importante. Al menos no para nosotros".

"Es Bruce Banner. Y puede parecer nadie, pero está en el club de Ciencias y Selvig casi le besa los pies", respondió Tony con un tono que a Virginia le pareció muy molesto.

"Así que un ratoncito de biblioteca", sonrió la chica. "Pues es un ratoncito muy lindo, ¿sabes? Puedo comprender por qué parece gustarle a Steve".

"No digas tonterías, Virginia", resopló Tony desembarazándose de los brazos de su prometida; se levantó para encararla. "Steve está jugando conmigo, eso es todo. Y se lo voy a permitir porque lo conozco, sé que no aguantará mucho. Me necesita".

"¿En serio?", sonrió ella sarcásticamente. "Tony, no todo gira a tu alrededor, ¿cuándo vas a comprenderlo? No conozco mucho a Steve, pero sé que es una buena persona, no creo que utilice al ratoncito sólo para molestarte. Steve, a diferencia de ti, tiene principios morales. Para él las personas valen. ¿Debo recordarte cuánto vales… o valías tú para él? Le cortaste su sueño de ir al Ejército por tu capricho. No me jacto de ser mejor que tú, pero si yo hubiera estado en el lugar de Steve, haría exactamente lo mismo: dejar de ser tu juguete y comenzar a vivir de verdad".

"No necesito tus consejos o lo que sea que intentes decirme. Llevo años con Steve, lo conozco mejor que tú".

"La gente cambia, Tony", dijo ella seriamente. "Y generalmente es por una sola razón: el amor. El verdadero, no eso que tú consideras como amor. Aunque si de verdad estás enamorado de Steve y lo valoras como dices hacerlo, haz algo antes de que nuestro pequeño ratoncito haga lo suyo. Es como una cosita adorable, ¿sabes? y a la mayoría nos gustan las cositas adorables".

"Hola, guapa"

Tanto Tony como Virginia dejaron el duelo de miradas retadoras para ver a Rhodey.

"Hablando de cositas adorables… Hola, guapo", respondió la bella rubia con una dulce sonrisa.

"No me digas que vas a encerrarte en la cueva de tu 'prometido', ¿quieres ir a cenar?", preguntó Rhodey con su blanca y franca sonrisa que destacaba en su piel hermosamente morena.

"Por supuesto", respondió ella con toda elegancia.

"Rhodes, tráeme una hamburguesa con queso", interrumpió Tony las miradas de deseo.

"Sigue soñando, Stark", replicó Rhodes.

"No te preocupes, cariño. Yo convenceré a Rhodey", le guiñó un ojo Pepper antes de abandonar la habitación con el otro chico.

Tony volvió a sentarse en su escritorio, de pronto unas ganas locas de tirar la montaña de libros le asaltó. Pero no, él siempre podía controlar su temperamento. Siempre. No importaba lo que dijera Virginia, él sabía que Steve estaba jugando, y además sentía una curiosidad morbosa por ver lo que haría con el… 'ratoncito'. ¿Lindo? Tal vez, pero insignificante, se recordó.

 

---

"Vaya, es tan raro ser yo el que te vea llegar a ti", sonrió Bucky cuando Steve al fin apareció en la habitación.

"Acompañé a Bruce a la parada de autobuses. Creo que es un imán para los problemas, y estoy seguro que Howlett clamará venganza por la amenaza de Thor tarde o temprano", contestó Steve encogiéndose de hombros mientras tiraba su mochila y se recostaba en su cama.

"Y ahí estarás tú, ¿cierto? Como el caballero de la armadura brillante para salvar a tu princesa… o príncipe en este caso", rió Bucky antes de sentir el almohadazo en su cara.

"Bruce me agrada", dijo Steve cuando Bucky dejó de reír y se recostó también en su respectiva cama.

"Eso ya lo noté. Ya lo notó la mitad de la Facultad, mejor dicho. Incluido tu Stark".

"No quiero hablar de Stark", rumió Steve girándose para darle la espalda a su amigo.

"Steve", le llamó Bucky serio, demasiado para el gusto del rubio, así que se volvió para mirarlo a la cara. "¿De verdad te agrada Banner o sólo estás intentando darle celos a Stark? Porque creo que sería muy jodido de tu parte hacerle algo así a Banner. Espero que te hayas dado cuenta, pero no lo llaman 'rarito' sólo porque es un nerd, la gente con ese grado de baja autoestima y nula vida social esconde algo. Simplemente no es normal".

"Estás asustándome, Bucky… ¿Quién eres en realidad?", inquirió Steve con una sonrisa.

Bucky le aventó la almohada otra vez.

"Estoy hablando en serio, Steve. Banner parecía querer comerte con los ojos mientras entrenábamos. Se llama ilusión, y el romper las ilusiones es algo bastante mierda, así que si no vas en serio o simplemente quieres ser su amigo, acláraselo antes de que termine entregándote su existencia".

Steve frunció el ceño. Bucky de verdad parecía hablar en serio, pero no respondió enseguida. Se quedó mirando el techo pensando en las palabras de su amigo. Bueno, si era sincero consigo mismo, disfrutaba bastante la cara de Tony ante su total indiferencia para con él y su atención a Bruce. Pero también disfrutaba de Bruce. No podía negarse que le gustaba su timidez y el brillo de sus ojos cuando se encontraban. Y era extremadamente inteligente, nunca había comprendido la Física como ahora… vale, que sólo habían tenido un par de tutorías, pero sólo con eso ahora era capaz de hacer un despeje simple. Y además le molestaba profundamente que gente como Logan abusara de otros; otros como Bruce que parecía ser incapaz de defenderse. Pero aunque aceptara en algún momento ser algo más que amigo de Bruce, no era como si fuera a pedirle matrimonio, no era para que Bruce, como decía Bucky, le entregara su existencia. Pensar en ello le provocó un escalofrío.

"¡Por Dios! Tenemos veinte años, nadie entrega su existencia a nadie a los veinte años", dijo Steve en voz alta, saliendo de su letargo.

Y Bucky rió a carcajadas.

"Claro, nadie entrega su existencia a nadie, pero sí acepta joder sus sueños por otros. ¿O no estás aquí simplemente porque Stark te lo pidió? A ti no te gustan las Ciencias, más que eso: no sirves para ellas, pero estás aquí. Y no fue tu decisión. No me hables entonces de que nadie entrega su existencia a los veinte años".

Y Steve cerró los ojos con un suspiro. Bucky tenía razón, él mismo habría dado todo por seguir siempre con Tony. Su estúpido Tony.

"¿Desde cuándo te volviste terapeuta?", preguntó sin embargo para no dejarse caer en la recién realizada miseria de su existencia.

"Desde que Natasha Romanoff se dignó a hablarme. Ella estudia Psicología", sonrió Bucky con los ojos brillantes.

"Wow, serás la envidia de todo el mundo", dijo Steve correspondiendo la sonrisa.

"Tal vez, pero sólo me habla porque le dije que no me gustaban las chicas. Al parecer los homosexuales sí entran en su lista de amistades. Tal vez le caigas bien".

"¿Eres consciente de la tremenda estupidez que hiciste? ¿Qué harás cuando intentes ligártela de verdad? ¿Le dirás que el hada mágica de los hetero te iluminó el camino?"

El duelo de almohadazos comenzó otra vez, pero ambos reían.

"Tendré que ir lento. Dicen que las mujeres terminan enamorándose de sus amigos gay, cuando eso pase, saldré del clóset hetero y ella estará en mis brazos", dijo Bucky bastante seguro.

"¿Antes o después de la paliza que te dará? O mejor aún, te cortará el pene y tal vez entonces acepte estar contigo, 'su amigo gay' ¿Has pensando que si ella suelta la lengua todo el mundo pensará que eres efectivamente gay?"

"Natasha no es así".

"Ahora la conoces muy bien, ¿no?"

"No me importaría que todo el mundo piense que soy gay con tal de salir con ella. Además, ¿por qué molestarme por algo que no es un insulto?"

Steve se quedó mirando a Bucky. Una enorme sonrisa se posó en sus labios.

"Gracias por eso, Bucky", le susurró conmovido.

"¡Oye! Que tu objetivo es Banner, no comiences a verme con estrellitas en los ojos".

Las risas y los almohadazos volvieron con toda su intensidad.

"Hablando de Banner", continuó Bucky, "Piénsalo bien. Se ve que es un buen chico, no sería justo".

"Ni siquiera sé si Bruce es gay"

"¡Hola! ¿Qué parte de 'Banner parecía querer comerte con los ojos' no entendiste? Le gustas, eso no está en discusión".

"En ese caso… Bueno, quizás a mí también me guste".

 

---

Dos semanas pararon volando, a percepción de Bruce. Y habían sido caóticas, pensó. Se vio almorzando con Clint todos los días, porque ambos tenían hora libre a media mañana, y entonces el castaño le agradó más que al principio, porque era divertido estar con él, le hacía reír con sus tonterías y con su insistencia de hablarle a Natasha. También pasó tiempo con Loki, cuando ambos iban a los entrenamientos para ver a Thor y a Steve (claro que Bruce seguía negando que iba a ver a Steve). Thor… ¡Thor Odinson le saludaba con una sonrisa! Ahora también le hablaba a James Barnes, el mejor amigo de Steve. Y Steve… Steve casi corría para ducharse después del entrenamiento y luego se iban juntos a la tutoría y luego lo acompañaba a la parada del bus… Era increíble.

Y había algo más, mejor dicho alguien más: Anthony Stark. El Club de Ciencias se reunía los lunes, miércoles y viernes, y Tony (como había insistido el chico que le llamaran) se había portado agradable, ni siquiera le había mencionado a Steve y volvió a compartir con él sus arándanos importados. Bruce se convenció de que las apariencias engañan, no había más.

Y ahora mismo, viernes, sonreía mientras Tony daba una elocuente explicación del por qué debían usar un polímero floculante y no uno derivado como el que había sugerido Pym en primer lugar.

"Los derivados están por debajo de nuestras capacidades, y es obvio. Banner me apoya, ¿no es así?"

Y entonces todos se le quedaron mirando, incluido el profesor Xavier, que parecía estar traspasándolo con rayos X.

"Bueno", comenzó con nerviosismo, ajustándose las gafas. ", Tony tiene un muy buen punto. Un derivado sería simple y prácticamente algo que ya está hecho. El objetivo del concurso es crear. Pienso que somos capaces de crear un floculante, algo más barato y por lo tanto con más accesibilidad a las masas. El agua puede almacenarse y mejor aún, ser potabilizada dentro de un contenedor floculante; el derivado sólo sería contenedor".

Tony le sonrió, y también el profesor Xavier, con esa mirada penetrante.

"Muy bien, señores y señoritas, ¿están de acuerdo con la idea de los señores Stark y Banner?"

Y comenzaron el verdadero trabajo. Pym no se molestó ni mucho menos, entendió el punto y se vio tan entusiasmado como los demás.

"Eres bueno para convencer", le dijo Tony mientras comenzaban a probar materiales.

Bruce sonrió y estaba a punto de decir algo cuando sonó su celular. Frunció el ceño, porque era Peter, y Peter nunca le hablaba en las horas de escuela. Se disculpó con Tony y se alejó un poco para hablar con privacidad, aunque supuso que no habría mucha.

"¿Bruce?", se oyó del otro lado de la línea. "Disculpa que te moleste, pero cuando llegué a casa encontré una nota del señor Smith, dice que las dos semanas de prórroga han terminado, el domingo estará aquí para cobrar el alquiler… ¿Por qué no me lo dijiste?"

"Tranquilo, Peter. Tuve que comprar un par de libros y me quedé corto este mes, pero lo solucionaremos, ¿está bien?"

Tony no perdió detalle de la charla de Bruce. Todo indicaba que tenía una deuda. Perfecto. Cuando Bruce guardó su teléfono y volvió al trabajo, Tony le sonrió.

"Discúlpame, Bruce, no pude evitar escuchar", dijo con tono inocente. "¿Peter es tu…?"

"Hermano", respondió Bruce con sencillez.

"Oh, qué bien. ¿Y tienes algún problema económico? Porque si es así y te urge, yo puedo ayudarte".

Bruce le miró con el ceño fruncido.

"Oye, ya somos amigos, ¿no? ¿Amigos de ciencia? Te aseguro que no tengo otra intención más que ayudarte. Me caes bien, tú y tu cerebro".

"Gracias, Tony, pero como le dije a mi hermano, lo solucionaremos", respondió Bruce seriamente, aunque en el fondo agradecido con su… amigo de ciencia.

"Ok, de todas formas el dinero no significa un problema para mí, y si puedo ayudarte…"

"¿Podrías dejar de alardear de tus millones y hacerte a un lado, Stark? Necesito el vernier. Por cierto, Richards quiere hablar contigo".

Ambos miraron a Natasha Romanoff y Tony compuso una sonrisita sardónica antes de rodar los ojos e ir con Richards, que efectivamente intentaba llamar su atención.

"Sólo una cosa, Banner", dijo la chica mientras se retrasaba intencionalmente ajustando el vernier. "No creas ni una sola palabra de lo que dice Anthony Stark. Gente como él es una mierda, él es una mierda".

Bruce se quedó de piedra. ¿A qué venía eso?

"¿Quién es una mierda?", preguntó Tony volviendo de repente.

Bruce pensó que se desmoronaría, pero Natasha sonrió a medias y alzó una ceja.

"La gente que escucha conversaciones ajenas", y no dijo más. Natasha regresó junto a Jane y Betty a hacer su parte del proyecto.

Bruce fingió que tenía tos para no mirar a Tony.

 

---

Esta vez no fue al entrenamiento con Loki. Bruce estaba un poco desesperado porque, muy afortunadamente, recibió otra llamada. Esta vez era del laboratorio en Essex, volvían de vacaciones y necesitaban su servicio. Eso era genial, lo que no era tan genial era que no le pagaban hasta que terminara su trabajo, lo que significaba que sería hasta el próximo lunes o martes (si tenía suerte), y el casero iría el domingo; había sido realmente indulgente al cederle esas dos semanas de prórroga… Pensó en la oferta de Tony, y es que si lo pensaba bien no era tan mala idea, de todas formas le pagaría ese dinero en cuanto lo tuviera disponible; por otro lado, apenas conocía a Tony y al revés, ¿por qué ofrecerle un préstamo así sin más? Y luego estaba lo que dijo Natasha… ¿ella le conocía o sólo había hablado a priori?

Y así fue como Steve lo encontró en el aula de Física, mordiéndose un labio y con el pensamiento en la luna.

"¡Bruce!", gritó el rubio adentrándose casi corriendo al aula. Bruce apenas tuvo tiempo de mirarlo cuando se sintió aprisionado entre sus brazos. Steve estaba pletórico. "¡Jugaré mañana!", gritó emocionado. "¡Y no en el encuentro preliminar! ¡En el partido oficial! ¡McCoy se lesionó y Thor me eligió! ¡Seré el delantero titular!"

Bruce tuvo que apoyar sus manos en la espalda de Steve, seguro de estar mareándose con los movimientos del rubio.

"¿Qué te parece?", preguntó al fin separándose un poco, pero sin soltar por completo a Bruce, que se acomodaba los lentes con un jadeo, pero una sonrisa adornaba su rostro.

"Es genial, Steve. Me alegro mucho por ti", dijo aturdido al notar la cercanía. Sobre todo porque Steve no se había cambiado, tenía puesto su uniforme de entrenamiento, y el sudor hacia que se pegara su playera a su cuerpo, y las hebras rubias a su frente.

"Sé que debería pensar en néwtones o amperes o algo así, pero…"

"Está bien. No te concentrarás hoy, mejor cuéntame cómo fue qué pasó, ¿quién es McCoy?"

Y entonces Steve se paseó por el aula, alzando los brazos, sonriendo todo el tiempo, contándole entusiasmado que McCoy (el centro delantero del primer equipo) se había lastimado un ligamento durante el entrenamiento, entonces Thor, con duda, le había puesto a jugar con el equipo oficial. Había metido dos goles (¡Espectaculares!, recalcó Steve) y finalmente el entrenador y Thor le habían dicho que jugaría en el primer equipo y en el partido oficial de mañana.

"¡No puedo creerlo! ¡Dos semanas, Bruce! ¡Llevo dos semanas entrenando y ya voy a jugar en el oficial! Creo que me dará un infarto…"

"Tranquilízate, infartado no podrás jugar mañana", rió Bruce por el mero entusiasmo de Steve.

"Cierto", respiró Steve profundamente, y luego miró a Bruce ya más serio. Se acercó a él y le tomó una mano, regalándole una bonita sonrisa. "¿Has oído hablar de los ángeles que entran a tu vida para cambiarla por completo?"

Bruce abrió los ojos a su máximo, sintiendo el calor de la mano de Steve sobre la suya, su aliento cálido a tan poca distancia, el calor que emanaba del rubio por su emoción. Y su propio corazón a galope.

"Dos semanas, Bruce. Llevo dos semanas conociéndote y mi vida ha mejorado mucho. No, es en serio", añadió cuando Bruce comenzó a negar con la cabeza, apretando su mano. "Eres… especial", dijo antes de llevar su otra mano hasta la platilla de los anteojos para sacarlos suavemente.

Steve se moría de ganas de besar a Bruce. Miró sus ojos abiertos por la confusión y la sorpresa, vio sus labios entreabiertos, secándose por los mismos motivos. Casi podía sentir el latido desenfrenado del corazón de Bruce porque lo tenía pegado a su cuerpo. De pronto el fútbol, la Física, el aula misma desaparecieron de su mente. Le gustaba Bruce, de verdad le gustaba Bruce. ¿Y por qué pensarlo más? Si Bruce le rechazaba estaría bien… bueno no estaría bien, pero lo aceptaría.

Alzó la mano en la que tenía los anteojos y posó la palma en la mejilla de Bruce. Se afeitaba, ¿cómo se vería con la espuma adornando esa quijada redonda y esas mejillas sonrojadas? Y esos labios tan apetecibles, rosados y llenos. Rompió toda distancia al fin, posando sus labios en los de Bruce, apenas apretando.

Bruce estaba, literalmente, estático. De repente su mente quedó en blanco. Sentía en su mano la de Steve, sentía la suave caricia en su mejilla, y la dulce sensación en sus labios. Era un beso. Labio contra labio. Un beso. ¡Steve le estaba besando! El calor comenzó a invadirlo de pies a cabeza, no podía reaccionar, ni siquiera cuando vio que Steve cerraba los ojos lentamente, que apretaba más el contacto entre sus labios. ¿Debía hacer algo, verdad? ¿Dejarse llevar por la abrumadora sensación antes de arrepentirse? Estaba a punto de corresponder como mejor pudiera el contacto, pero…

"¡Oh, por Dios! ¡Lo siento muchísimo!"

Ambos se separaron rápidamente y vieron en la puerta del aula a Betty Ross, con las manos sobre su boca, como acallando lo siguiente que saldría de ella. Pronto carraspeó y sin mirarlos habló.

"Bruce, Reed y yo queríamos saber si puedes venir un momento al laboratorio. Pero si estás ocupado…"

Steve se mordió los labios para no gritarle a la chica que era más que obvio que Bruce estaba ocupado.

"No, yo… voy enseguida, Betty", respondió Bruce con prontitud.

Steve se giró a mirarlo con tanta rapidez que creyó escuchar crujir sus vertebras. ¿Era en serio? ¿Bruce se iría y ya? Así parecía, porque el chico se pasó una mano por el pelo y quitó sutilmente los anteojos de la mano de Steve. Se negaba a mirarlo, pero respiraba rápidamente y sus mejillas tenían de nuevo ese rubor adorablemente fascinante a los ojos del rubio.

"Yo… hasta luego, Steve", dijo finalmente, cogiendo su alforja para huir.

"¿Quieres que te espere para acompañarte a la parada del bus?"

"No… no esta noche".

Steve le tomó de una mano, otra vez, y sonrió cuando vio que Bruce giraba la cabeza, incapaz de mirarlo.

"¿Vendrás, verdad? Mañana. ¿Vendrás a verme jugar?"

Bruce suspiró y finalmente le miró a los ojos. Steve no supo interpretar qué había en ellos, sólo se perdió en su profundidad.

"Vendré", murmuró con un asentimiento. Enseguida se soltó de Steve y se marchó con Betty, que sólo le miró con disculpa.

Steve respiró largamente. Iba a jugar con el primer equipo, un partido oficial… había besado a Bruce Banner y se sentía feliz por eso. Por todo. Había sido un gran día, pero al siguiente sería mejor. Eso tendría que ser absoluto.

 

Notas finales:

El primer besito!!! Y es sólo el principio! :O


Gracias por leer!!!

Látex.


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