Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú... por LatexoHPo

[Reviews - 127]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hola!

Ya volví! Bueno, volví hace unos días, pero decidí poner dos capítulos en uno, porque la autora los hacía más pequeños, y aprovechando que no hay títulos para los capis, pues bueno...

 

 

Terminó de secarse el cabello y se miró en el espejo para peinarse. No importaba mucho, ya se iba a la cama, era más bien costumbre. Se colocó la ropa interior y salió del cuarto de baño para poder descansar sus tensos músculos. El juego lo había dejado literalmente molido (o tal vez fue el apretón de Thor). Era definitivamente muy diferente a los entrenamientos; más velocidad, más carrera, más fuerza, más habilidad y mucha más adrenalina. Quizá fue gracias a ella que sobrevivió al paseo hasta la reja del otro lado del campus y de regreso. También fue su entusiasmo; Bruce había ido a verlo, le había permitido besarle no una sino cuatro veces. Bruce era realmente lindo, y se le antojaba tan vulnerable, tan frágil… Y eso le gustaba por alguna razón.

No le gustaba hacer comparaciones, pero Tony era más bien irrefrenable en todos sentidos. Tal vez eso fue lo que enamoró cuando apenas tenían 16, su salvajismo, su egocentrismo y su, indiscutible, galanura. Tony se sabía guapo, y lo aprovechaba para obtener todo lo que quería. Steve había sido más bien tímido en aquél entonces, no hasta la muerte como Bruce, pero lo suficiente para dejarse cautivar por la personalidad de Anthony Stark. Habían vivido un romance adolescente y pasaron esa etapa juntos, crecieron como pareja juntos, descubrieron muchas cosas juntos. Steve no podía negarse que había sido una etapa muy feliz en su vida, hasta que Tony decidió que sería el bastardo que aparentaba ser y lo echó todo a perder.

Se acomodó mejor en la cama y se tapó con la colcha para descansar al fin, no le apetecía ir a la fiesta en el gimnasio; se había encontrado a Clint cuando entró en el edificio de dormitorios y éste le había preguntado por la fiesta, sutilmente sugiriéndole que fuera (sería más que bienvenido con la nueva popularidad que adquiriría siendo estrella del equipo), Steve se dio cuenta de que su castaño amigo quería que fuera para que lo invitara, y aunque apreciaba mucho a Clint y podría haber ido sólo para llevarlo, la verdad era que no le apetecía. Estaría Tony seguramente, no quería verlo. Además mientras más pronto durmiera, más pronto amanecería y más pronto podría ir a su cita con Bruce. Se durmió con una sonrisa.

Entre sueños sintió el peso de alguien más sobre su cama, sintió que un brazo rodeaba su cintura y bajaba hasta posar la mano abierta sobre su entrepierna. Un gemido se le escapó sin despertar del todo. Luego escuchó, lejana, una risita divertida. El movimiento en su miembro fue acelerando sensualmente y una lengua juguetona lamió su lóbulo… Pero él estaba en su habitación, ¿verdad? En la habitación de la Uni que compartía con Bucky, pero su amigo jamás… ¡¿Qué demonios?!

Se incorporó bruscamente y casi se cae de la cama; prendió la lámpara de noche y miró primero con ojos como platos la sonrisa petulante de Tony Stark. Steve se llevó una mano a la cara y cuando volvió a mirar al otro lo hizo con enojo.

"¿Qué carajos haces aquí? Lárgate", le dijo levantándose, pero Tony lo detuvo y lo atrajo a él hasta que quedó encima.

"Me aburrí de la fiesta; prefiero pasar esta noche haciendo algo mucho mejor", respondió Tony sin dejar de sonreír y volviendo a posar su mano sobre el miembro de Steve.

Steve miró a un lado para ver la cama de Bucky. Vacía. Por supuesto, si su amigo estuviera ahí Tony no se habría atrevido… o tal vez sí, era todo un caso.

"Pero yo quiero dormir, y aunque quisiera hacer algo mucho mejor, no sería contigo", le dijo haciendo uso de la fuerza que aún le quedaba para separarse y levantarse totalmente de la cama.

"¿De verdad? ¿Entonces con quién?", preguntó Tony lascivamente, comenzando a tocarse para incitar a Steve. "No me digas que prefieres en tu cama a Banner. Podrías matarme de risa".

"Lárgate, Tony. Quiero dormir, tengo una cita mañana y no pienso desvelarme por tu culpa".

"Una cita…", gimió Tony mordiéndose los labios provocativamente. Podía notar que Steve le miraba intensamente, y que sus ojos viajaban a su parte baja, donde seguía tocándose lánguidamente. "¿Con tu novio Banner?"

"Sí, saldré con Bruce. ¡Y ahora vete!"

Steve se desesperó y sacó con brusquedad a Tony de su cama; si el provocarle diciendo que saldría con Bruce e implícitamente aceptando que lo prefería en ella, quizá lograría hacer que se marchara. No estaba muy seguro de poder contenerse, ya tenía más de un mes en absoluto celibato.

Cuando vio a Tony vio que éste le miraba indecifrablemente.

"Disfruta a tu ratoncito de biblioteca mientras puedas", dijo el castaño en voz baja, luego sonrió sinceramente. "Felicidades por el partido, lo hiciste bien".

Salió tras decir aquello y Steve abrió la boca sin ser capaz de decir nada. Por un momento le pareció regresar en el tiempo y estar junto al Tony del que se había enamorado…

En la puerta, Tony se detuvo un segundo para ver a James Barnes, que regresaba de quién sabe dónde. El chico más alto lo miró un momento de mal modo, Tony compuso una sonrisa sarcástica y se marchó al fin.

"¿Te acostaste con él?", fue lo primero que preguntó Bucky tras cerrar la puerta.

"Ahora no, Bucky", susurró Steve con cansancio. Suspiró y volvió a la cama, confundido. "Pero no, no me acosté con él".

Bucky no dijo más, se preparó para dormir y hasta que escuchó a Steve respirar tranquilo, señal de que ya había caído en el sueño, cerró sus ojos para hacer lo propio.

 

---

"Durante una medida, la probabilidad de que un sistema colapse a uno de los eigenestados viene dada por el cuadrado del valor absoluto del producto interior entre el estado propio o auto-estado y el vector estado del sistema antes de la medida…"

"¿No me digas que estás estudiando a estas horas?"

Bruce se giró para ver entrar a Peter a la sala, todo despeinado y con el pijama chueco. Traía un vaso con agua en la mano y los ojos entrecerrados por el sueño.

"Tengo deberes, Pet", contestó Bruce volviendo su atención a lo que estaba escribiendo en su laptop.

Y de pronto, Peter estaba sentado frente a él en el sillón, bebiendo agua parsimoniosamente.

"Ve a dormir", le dijo Bruce.

"No", respondió Peter y, con su pie desnudo, cerró la tapa de la laptop. Ahora sólo los alumbraba la escasa luz de la lámpara sobre la mesilla de centro. "Después me regañas", añadió cuando Bruce ya tenía la boca abierta y el ceño fruncido. "¿Por qué esa actitud? Quiero decir, te veías bastante animado durante el partido, y después de esos besos… bueno, pensé que estarías muy feliz".

"No voy a discutir eso contigo", contestó Bruce quitándose los lentes para apretar los cansados ojos unos instantes.

"Eso es injusto. Yo te cuento todo, eres mi hermano. ¿Por qué no puedo tener la misma confianza de tu parte?"

"No se trata de confianza y lo sabes".

"Sí, lo sé. Se trata de tu inseguridad. Bruce, sé que te gusta Steve. Prácticamente las últimas semanas sólo has hablado de Steve. Pensé que tú y él…"

"Él y yo nada, Peter", interrumpió Bruce un poco rudo. Luego suspiró y dejó la laptop en la mesita junto a la lámpara. "Es sólo que… No estoy seguro de poder comenzar una relación. Y todo ha sido tan rápido…"

"¿Le hablaste al doctor Samson sobre Steve la última vez que lo viste?", inquirió Peter.

"Sí. Y él opina que ya es tiempo de salir de la soledad. O al menos fue así como lo dijo. Claro que fue antes de que Steve me…bueno, me besara. Nunca creí que fuera correspondido. Y eso me da miedo, Peter".

"¿Por qué?"

"¿Le dirías a Gwen que hay dos partes en ti y que una prácticamente podría matarla en un arranque?"

"Sí", fue la rotunda respuesta de Peter. "Si le pedí a Gwen que fuera mi novia no es solamente porque me gusta, es porque la quiero y quiero una buena relación con ella. Le contaría eso porque haría que la confianza creciera entre los dos. Tal vez sea bueno que se lo digas a Steve, y dependiendo de su reacción decidas seguir o no adelante con él".

Bruce se pasó la lengua por los labios y desvió la mirada.

"Bruce", continuó Peter dejando el vaso en la mesita y acercándose al otro hasta que quedaron abrazados sobre el sillón. "No te niegues ese derecho. Sé que es difícil, pero ha pasado más de un año y no has tenido una crisis. Puedes controlarlo. Y en todo caso, has decidido abrirte al mundo; tienes amigos ahora, de verdad, y es porque lo permitiste. Si tienes pareja será aún mejor. Yo te quiero mucho, no quiero seguir viendote encerrado en tu mundo, o que lo compartas solamente conmigo. Allá afuera hay muchas cosas, disfrútalas".

Bruce lo apretó entre sus brazos, murmurando "también te quiero mucho". Y tal vez Pet tuviera razón. Toda su vida había sufrido una horrible soledad, hasta que llegó Peter. Pero Peter estaba creciendo y se iría algún día. Jamás le cortaría su felicidad por ese amor que se profesaban y que haría al chico dejar todo con tal de apoyarlo.

"Además", agregó el chico mirándolo con su sonrisa traviesa. "Eres bastante viejo para seguir siendo virgen".

"¡Peter Parker!" exclamó Bruce con las mejillas coloradas antes de que Peter le diera un rápido beso en una de ellas y saliera corriendo hacia su habitación.

"¡No trabajes mucho!", escuchó el grito del adolescente y luego la puerta de su habitación cerrarse.

Bruce volvió a relajarse contra el sillón con una sonrisa. ¿Y si se daba la oportunidad? Steve era un chico muy bueno, lo aceptó desde que hablaron por primera vez, lo ayudaba, lo tocaba de una manera tan suave y tan tierna. Y besaba increíble. Steve era increíble. Y aunque le apenaba pensarlo porque él casi nunca pensaba en esas cosas, bueno, Peter tenía razón… ¿Cómo sería hacerlo con Steve?

 

---

Una noche más de desvelo, pero ahora mismo no lo resentía. Bruce miraba de reojo su reloj mientras terminaba de envasar su mezcla. Era una prueba para el mejoramiento de un medicamento contra la hipertensión, sólo el prototipo. El laboratorio de Essex de pronto le pareció una cárcel, pero el tipo de medicamento le hacia ser extremadamente valioso, por lo que la paga sería muy buena y necesitaba esos doscientos dólares que le debía a Tony, que ahora mismo debían ya estar en el bolsillo del señor Smith junto al resto del alquiler.

Faltaban quince minutos para las doce del día, y todavía tenía que caminar un poco para llegar a la alameda y encontrarse con Steve. Si lo pensaba bien era una cita, una cita de verdad con un chico guapo que parecía estar verdaderamente atraído por él. Sacudió la cabeza cuando por poco y se le cae el tubo de ensayo, debía controlar el temblor en sus manos.

Cuando al fin acabó, guardó los tubos en el refrigerador, ajustó la temperatura, entregó su informe y recibió la sonrisa del jefe de laboratorio y la confirmación de que le sería depositada su paga en su cuenta a más tardar el martes, el reloj ya marcaba las doce en punto. ¡Demonios!

Bruce pegó la carrera de su vida y casi atropella a un par de chiquillos en su camino. Ya estaba en las jardineras de la alameda cuando vio a Steve sentado en la acera, mirando para el otro lado. Bruce se detuvo, jadeando e intentando recuperar la respiración. Steve le estaba esperando, y eso sólo le hizo sonreír enormemente. Un momento después el rubio giró su cabeza a su dirección y una sonrisa idéntica a la suya apareció en su rostro. Se levantó y avanzó hasta tener a Bruce a unos centímetros.

"Pensé que no llegarías".

"Lo siento mucho, tuve que hacer algo antes de venir y no pensé que me quitaría tanto tiempo", se disculpó Bruce atropelladamente, todavía intentando recuperar el aliento. Así como para Steve las ciencias no eran lo suyo, para Bruce lo era el atletismo.

"No te preocupes, Bruce. Te hubiera esperado el tiempo que fuera necesario. Ahora respira, por favor", rió Steve al ver la carita culpable de Bruce.

Le miró mejor y descubrió que así, todo sonrojado por correr, sin los anteojos, con los rizos pegados a su frente, con los labios entreabiertos, y esa playera verde sobre unos pantalones de chandal y zapatos deportivos que le venían estupendamente, Bruce se veía absolutamente genial. Su pinta de matado (aunque también le gustaba) no se asomaba en lo absoluto.

"Te ves muy bien", salió de sus labios antes de darle un beso corto, apenas un roce sobre sus labios.

Bruce agrandó los ojos, mirando a su alrededor. Steve frunció el ceño.

"¿Te incomoda que te bese en público?"

"No… es que…"

"Hablemos de ello, vi un claro bastante cómodo en el parque, vamos", le dijo tomándole la mano para adentrarse en la alameda.

 

---

"Tony, tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo aquí. Por ejemplo, ir a hacerme la manicura. Quedé con Peggy y las chicas para ir a Barney´s a ver los nuevos uniformes", se quejó Pepper por quinta vez, recargada en el asiento de copiloto de su propio auto.

Tony no había querido sacar su convertible, Steve lo conocía muy bien. Estaban a una cuadra de la alameda del pueblo (así lo consideraba Tony); había seguido a Steve desde que lo vio salir en su moto del campus. No había mentido, salía con Banner fuera del la Uni. Si eso no era una relación llevada más allá que camaradería o simple amistad, entonces no sabía qué era. Además Banner llevaba puesta ropa de calle, ropa que de ninguna manera utilizaría en las clases, eso seguro.

Resopló y también recargó la cabeza en la cabecera del asiento. Por primera vez se sentía inseguro. Le había dicho a la molesta chica a su lado, su querida prometida, que dejaría que Steve jugara con él divirtiéndose con Banner, pero al verlos besarse… o ese amago de beso, e iniciado por el rubio, le dejaba una sensación de malestar en la boca del estómago.

Pepper le acarició con ternura el cabello y Tony se vio necesitado de mirarla.

"No quería decírtelo tan pronto pero… te lo dije, Tony. Steve es el tipo de gente que necesita algo estable en su vida, no es como nosotros"

"¿Pero por qué Banner? Quizá no me sentaría tan mal si hubiera escogido a alguien más. Barnes, por ejemplo. Es atractivo, también juega en el equipo de fútbol, vale, en el segundo, pero es parte de él. Barton es idiota pero está en el club de arquería…"

"No a todos nos gusta lo mismo, Tony", le interrumpió Pepper dejando su pelo por la paz y sacando de la guantera una bolsa de papel; extrajo una rosquilla azucarada y la mordió antes de dársela a Tony. Él la tomó y comenzó a darle enormes mordidas. "Y según me han contado, Barnes y Barton son parte de la manada de zombies que están tras la rusa, así que es obvio que les gustan las mujeres. ¿Y qué tiene el ratoncito? Es lindo a su manera, y puedo apostar que es totalmente opuesto a ti".

"Ese es el punto. Digo, nadie puede ser como yo, yo soy único, pero Banner es raro. Raro en todo sentido".

Pepper rió y sacó otra rosquilla para comerla ella.

"Tal vez sea esa rareza lo que le gusta a Steve. Tal vez se cansó de los chicos petulantes y engreídos que se creen merecedores del mundo. La humildad es una bonita virtud, deberíamos aprenderla".

Tony rió con ella. No era burla, era honestidad. Ellos sabían perfectamente quiénes eran, y así eran felices. Bueno, ahora mismo Pepper más que Tony.

"Esa sonrisa no me gusta, Tony. ¿Qué estás planeando?", preguntó la chica entrecerrando los ojos. "¿No es suficiente con estar aquí como preadolescentes vigilando a tu ex?"

"Sólo un nombre: Logan Howlett", sonrió Tony casi perversamente.

"Así que vas a actuar como dicho preadolescente y tu próxima víctima será el ratoncito, ¿verdad? Por favor, Tony: madura de una buena vez".

"Nop. Me gusta jugar, y Steve comenzó el juego. Quiero ver su reacción".

"Eres insoportable. ¿Harías el favor de llevarme a Barney´s? O bien, sal de mi auto y regresa al campus caminando. Yo, a diferencia de ti, tengo cosas más importantes qué hacer".

"Sí, claro", resopló Tony divertido. "Reunirte con un montón de cotorras para ver cuántos centímetros más pueden subir sus faldas y cuántos más agregarle a los chismes".

"No más rosquillas para ti, niño malo".

Tony amplió su sonrisa y prendió el motor del auto.

 

---

"Así que no tengo ningún problema en aceptarme como soy. Me gustan los chicos, y así soy feliz. Si a los demás les incomoda… Sólo espero que tú no seas uno de esos", dijo Steve. Él y Bruce estaban recargados en un viejo árbol de tronco lo suficientemente grueso para albergarlos a los dos, hombro a hombro. Bruce lamía lentamente de una bola de helado que Steve le había invitado (como una cita, pensó ante el gesto).

"No", respondió Bruce tras un breve momento viendo pasar a la gente, familias, niños, parejas. Un mundo nuevo más. "Esto es vergonzoso, pero… realmente nunca he salido con nadie. Es… la primera vez", confesó sin dejar de mirar su bola de helado como si fuera lo más fascinante del universo.

De pronto sintió que Steve se acercaba más, tanto que lamió también del barquillo. Luego sonrió y le dio un beso en la mejilla, uno que sintió muy frío por el helado.

"¿Y quieres saber qué se siente a mi lado? ¿Pensaste una respuesta?", preguntó Steve sin separarse, al contrario, el espacio entre su rostro y el de Bruce era casi nulo.

Sí, lo había pensado mucho. Y concluyó que estaba asustado, pero también que quería ser libre, que quería una pareja, y si era Steve sería perfecto. Así que sonrió y se aventuró a ser él quien besara a Steve. Fue un beso tímido, tan tímido como el propio Bruce, pero no por ello no era fascinante. El rubio sonrió en el beso y subió una mano para acariciar los cabellos de Bruce. Profundizaron un poco más el beso gracias a la experiencia del rubio.

"Me encanta tu cabello", susurró Steve cuando se separaron. "Por favor nunca se te ocurra cortarlo".

Bruce rió con alegría y de pronto se sintió completamente diferente. Se sentía bien, muy bien.

"¿Steve? ¿Tú salías con Tony? ¿Ustedes eran… novios?" preguntó Bruce una vez aceptó que estaba haciendo lo correcto, que debía dejarse llevar por su corazón de vez en cuando.

El rubio suspiró pero no se alejó, al contrario, se acomodó en el árbol en una mejor postura e instó a Bruce a acomodarse sobre él, recargando su espalda en su pecho.

"Sí. Tony y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo y nos enamoramos. Pero esa etapa ya pasó", agregó presurosamente cuando vio la cabeza de Bruce bajar un poco. "Te puedo asegurar que lo siento ahora por Tony es… No sé, tal vez agradecimiento por lo buenos momentos, pero defitivamente ya no es amor. Te voy a ser sincero, Bruce", anticipó mientras alzaba el rostro de Bruce con un suave toque sobre su barbilla. "Tony y yo pasamos por mucho, lo conozco y me conoce bien; pero casi desde que entramos a la Universidad me di cuenta de que lo nuestro ya no funcionaba. Él prefirió anunciar su compromiso con Virginia Potts, y está bien. Me dolió un poco, sí, pero no para tirarme de un puente. Creo que lo nuestro era ya más bien costumbre".

Y Steve descubrió de pronto que había dicho la verdad. Lo que había entre Tony y él era más bien cariño y costumbre. ¿Por qué no lo había pensado antes así? Quizás era que lo realizaba hasta ahora porque tenía unos profundos, bonitos y brillantes ojos marrones bajo él. Y esas ganas locas de besar una y otra vez esos labios llenos y apetecibles. Así que lo hizo, besó a Bruce muchas veces, saboreando el helado en sus labios y en su lengua, dulce y frío.

Un rato después seguían abrazados, disfrutando de la cercanía. Hacia un rato que habían dejado de hablar, sobre las clases, sobre ellos (más sobre Steve, porque Bruce parecía no querer decir mucho sobre sí mismo y sobre su vida fuera del campus). Y entonces Steve vio que el parque se estaba vaciando y cuando miró al cielo encontró la razón: iba a llover de nuevo. La temporada no les estaba dando tregua. Bajó la mirada para decirle a Bruce que sería mejor que lo llevara a casa, pero Bruce estaba dormido. Y esa fue la imagen más encantadora que había visto en toda su vida. Bruce era tan delicado que invariablemente un instinto de protección surgía dentro de él… y entonces pensó si estaba haciendo lo correcto, porque si sólo era un instinto de protección y no otra cosa… y sin embargo, cuando vio el rostro sereno, los parpados cerrados bajo las espesas cejas y la respiración tan acompasada… Bien, era cierto que ahora mismo no era amor, pero sí había nacido cariño, eso le decía el calor que se apostó de pronto en su pecho al tener a Bruce así, tan expuesto sobre él. Quizás ese cariño podría incrementar hasta convertirse en amor, a lo mejor Bruce lo necesitaba tanto como él.

"Bruce, despierta", le susurró con una sonrisa, comenzaba a lloviznar.

Bruce arrugó la frente y parpadeó para encontrar muy cerca los ojos de Steve. Miró a su alrededor confundido.

"¿Tan aburrido soy?", bromeó Steve.

"Lo siento", se incorporó Bruce. "No dormí muy bien".

"Vale, pues te llevaré a casa para que puedas descansar".

Bruce sonrió y dejó que Steve le ayudara a levantarse. El camino al aparcamiento de la alameda fue otro de esos momentos de silencio más que cómodo. Iban de la mano, y Bruce se dio cuenta de que la gente en realidad no les prestaba atención. Claro, alguna que otra mirada se clavaba en ellos y en sus manos entrelazadas, pero realmente no le importaba.

Esta vez Bruce tuvo la confianza de pegarse completamente a la espalda de Steve, de rodear con sus brazos la cintura de su novio y recargar su barbilla en su hombro mientras recorrían las calles de Essex en la motocicleta. Era agradable que Steve no tuviera un auto y sí la moto. Bruce podía ver el ajetreo de la gente para cubrirse de la lluvia que arreciaba pero que todavía no era un diluvio y podía hasta disfrutarse.

Finalmente llegaron a su casa y Steve apagó el motor, bajó de la moto y acompañó a Bruce por el jardín hasta el umbral de la puerta. Bruce ya estaba metiendo la llave en la cerradura cuando ésta se abrió de improviso; era Peter con su enorme sonrisa traviesa.

"Hola, Bruce. Llegas tarde. Hola, soy Peter, el adorable y pequeño hermano de Bruce que te asesinará si le haces daño", dijo Peter tan rápido y tan fuerte que dejó a ambos universitarios con la boca abierta.

Steve fue el primero en reírse, pero pronto recobró la compostura y tomó la mano ofrecida del chico.

"Mucho gusto. Steven Rogers, y no te preocupes, jamás se me ocurriría hacerle daño a Bruce, mucho menos si su pequeño y adorable hermano me amenaza tan alegremente", respondió sin perder la sonrisa.

"Perfecto. Te espero en la cocina, Bruce. Preparé lasaña para festejar. Me alegra conocerte, Steve, hasta luego".

Bruce todavía tenía la llave en la mano, incapaz de moverse mientras escuchaba la risa suave de Steve y la hilarante de Peter, que ya corría en dirección a la cocina.

"Tengo que irme, Bruce".

La voz de Steve lo sacó de su ensimismamiento. Iba a matar a Peter, eso seguro. A los dos segundos sus pensamientos homicidas volaron con el beso apasionado que Steve le arrebató.

"Te veo mañana en el campus. Buenas noches".

"Hasta mañana", fue lo único que salió de sus labios mientras veía a Steve regresar a su moto y emprender el camino. La lluvia era suave y reconfortante. Se quedó en el umbral unos momentos, sonriendo… hasta que el aroma de la lasaña le atrapó, y por lo tanto al entrometido chico que la había preparado.

"¡Peter Parker!", gritó cerrando la puerta para ir como una flecha hasta la cocina.

 

---

"¿Por qué no te he conocido pareja, Bucky?", preguntó Natasha al susodicho mientras ambos caminaban para ir al taller de arte, único extracurricular que compartían y por el cuál se conocían.

"Bueno, es un poco complicado elegir entre tantos chicos atractivos en este lugar…", respondió Bucky haciendo uso de su talento actoral. Debería pensarse el meterse al taller de teatro también.

Natasha alzó una ceja mirándolo por un momento.

"¿Qué me dices de Rogers? Hay rumores de que tenía algo con Stark, pero claro, sólo son rumores".

"Steve es como el hermano que nunca tuve, así que no. Sería incestuoso. Además Banner podría envenenarme con alguna de esas sustancias que usan en su club de ciencias".

"Eres bobo, Barnes. No hacemos venenos en el club de ciencias, pero claro, Banner sería capaz de crear uno de tal manera que podría parecer un accidente…", y entonces Natasha se detuvo abruptamente para mirar directamente a los ojos a Bucky. "Espera un momento, ¿Rogers y Banner están saliendo?", preguntó muy interesada.

"Desde hace una semana. ¿En serio no te habías dado cuenta? Todas las chicas murmuran sobre ello. Steve no es muy discreto a decir verdad; le encanta pasearse con Bruce a todas partes".

Natasha se quedó muy sorprendida. Y eso era difícil para ella. Había visto a Banner en el laboratorio, le había advertido de nuevo sobre Stark, y el chico le había devuelto su paraguas con una sonrisa y un agradecimiento. Le agradaba Banner, y también era difícil que le agradara alguien. Esta nueva información era importante, muy importante. Sobre todo porque Stark se había mostrado igual de 'agradable' con Bruce… Aunque ahora que lo pensaba bien, Bruce más bien parecía mantener su distancia con respecto a Stark últimamente, por lo tanto era casi seguro que los rumores sobre una relación clandestina pasada entre la nueva estrella de fútbol y el niño mimado fuera cierta. Eso significaba que tendría que tener los sentidos más agudos sobre Stark. Y hablar con más confianza con Banner. Todo olía a chamusquilla.

"Nat, tienes otra vez esa mirada de súper espía, y te ves muy hermosa siempre, pero a veces me das miedo".

Las palabras de Bucky la sacaron de su mente. Sí, se estaba viendo sospechosa. Compuso otra sonrisa y siguió planteándole nombres de chicos populares a Bucky con quienes podría salir mientras llegaban al aula de arte.

 

---

El viernes llegó más pronto de lo que esperaba, y Bruce estaba un poco ansioso. Había concertado con Steve salir el sábado al cine, después del partido. Ahora su vida era una rutina bastante agradable y muy nueva. Lo único malo de su noviazgo, si lo veía objetivamente, eran las tutorías de Física. Ya estaban estudiando las energías, pero Steve se distraía fácilmente cuando le miraba con esos ojos azules suyos, le sonreía y terminaba besándolo con ímpetu. No es que Bruce no lo disfrutara, muy al contrario eran los momentos y el lugar donde se sentía más a gusto para explayar sus emociones porque estaban solos (y se aseguraban de cerrar la puerta), pero si el asunto continuaba así el rubio terminaría poniendo en las respuestas al examen la forma de sus labios o el lugar exacto dónde aparecían los puntitos luminosos en sus ojos. A eso sí le ponía atención.

Era fascinante. Nunca antes se había sentido tan contento; la vida parecía sonreírle finalmente y pensaba disfrutarlo al máximo mientras pudiera. Sabía que en algún momento todo se iría a la basura por su culpa, y aunque no quisiera pensar en eso, estaba esa vocecita molesta en su nuca que le decía que su pasado lo perseguía. Era por eso que no le había hablado a Steve sobre… bueno, sobre lo le aquejaba. Era poco lo que tenía y no lo arrunaría con ello.

Lo que sí había hecho era alejarse un poco de Tony. Le incomodaba la manera en que lo miraba ahora, un poco más penetrantemente, como queriendo ver algo dentro de él. Era casi como las miradas del profesor Xavier, pero Bruce sabía que los motivos eran más que diferentes. Era un hecho que Steve había superado su relación con Tony, pero Bruce no podría decir lo mismo de éste último. Y lo peor es que no había tenido el tiempo de estar a solas con él un momento para pagarle su deuda, era como si Tony no le tomara la más absoluta preocupación a ello, pero a Bruce le urgía, no quería ningún vínculo con él fuera del club de ciencias.

Club de ciencias en el ahora estaba trabajando con ahínco junto a Reed Richards para encontrar la temperatura adecuada y lograr que el polímero no se achicharrara en el horno. Ya llevaban cuatro intentos. Pero tras el último fracaso, el profesor Xavier los instó a no desilusionarse y dio por terminada la sesión. Bruce se quedó un poco más hablando con Reed y Jane, más bien porque estaba esperando a que Tony se marchara, tal vez así podría seguirlo y darle los doscientos dólares que parecían quemarle en el bolsillo sin testigos.

Cuando al fin vio salir a Tony, Bruce se despidió apresuradamente de sus compañeros y salió tras él, pero se quedó paralizado en el umbral, porque Steve estaba ahí y ahora mismo tenía un duelo de miradas extrañas con Tony, que también se había quedado de piedra al ver al rubio fuera del laboratorio.

El cuadro era risible si se veía con positivismo. Steve y Thor (que seguramente había ido por Loki), recargados en la pared del pasillo frente a la puerta del laboratorio, junto a ellos Bucky Barnes (quizá Natasha) y también Clint (también Natasha, quizás, aunque sin esperanzas, ella todavía parecía querer vomitarlo) y para rematar, Logan Howlett. Todos, excepto Clint, vestidos para el entrenamiento.

"¡Qué bonito espectáculo!" exclamó Tony de pronto. "Nos sentimos muy honrados de tener entre nosotros a los miembros del equipo de fútbol, siéntanse como en casa".

"Esto es extraño".

Bruce se giró para ver a Loki, que estaba a su lado y ambos estorbando la salida del laboratorio.

"¿Qué pasa?", preguntó alguien adentro y fue que Bruce reaccionó y obligó a sus piernas a moverse.

Pasó a lado de Tony y entonces Steve, como si fuera la cosa más natural del mundo (aunque de hecho lo era), se adelantó para recibirlo y besarle en la boca… enfrente de Tony. Bruce se sintió miserable.

"¿Nos vamos, Logan?", escuchó decir a Tony.

Y como si tal fuera la cosa, Tony caminó junto a Logan, tras ellos Thor y Loki abrazados, bueno, el alto rubio abrazando al fastidiado Loki, lo normal. Bruce y Steve atrás, el primero todavía con cara de circunstancias y Steve muy quitado de la pena tomándole la mano. A su lado, Clint, que parecía realmente fuera de lugar y finalmente Natasha y Bucky, muy platicadores.

Y el extraño grupo se dirigió al campo.

Afortunadamente Tony y Howlett se desviaron en el camino cuando apareció Virginia Potts y se enredó con Tony como si no se hubieran visto en años, casi se tragaban.

Bruce no pudo evitar mirar de reojo a Steve para ver qué cara ponía, pero su novio le devolvió la mirada y sonrió.

Bien, eso era bueno.

"No me gusta que Howlett y Stark se lleven tan bien", dijo Natasha de pronto.

"¿Vendrás al entrenamiento?", le preguntó Thor antes de que alguien dijera nada sobre su comentario.

Ella se encogió de hombros.

"Tengo hora libre y me gusta tu trasero".

Bucky, Clint y Steve rieron cuando Loki giró el rostro a una velocidad increíble para fulminarla con la mirada. La chica le sacó la lengua. Thor sin embargo sonrió espectacularmente y dijo que le agradaba. Loki, en un acto de celos que pocas veces o más bien nunca le habían visto se soltó de Thor con brusquedad y caminó a las gradas.

"¿Competirás por la corona a la diva dramática?", inquirió Natasha una vez que ella, Bruce y Clint se unieron a Loki.

"No te queda el papel de bufona, Romanoff", respondió Loki sin mirarla. Tenía las mejillas coloradas, y ninguno supo si era por el enojo o la vergüenza de haber celado a Thor enfrente de ellos.

Natasha rió y tanto Clint como Bruce se miraron un momento con sorpresa. La bonita rusa jamás reía, o no la habían visto antes hacerlo.

"Eso fue música para mis oídos, ¿podrías repetirlo?", le dijo Clint con los ojos brillantes.

"Claro, Barton. Cuando te retuerzas en el suelo…", contestó la chica y con los ojos le indicó a Bruce que se hiciera a un lado.

El balonazo le dio en la cabeza al pobre Clint, justo un momento antes Bruce se había movido.

"¡Lo siento!" gritó Howlett, que acababa de llegar lanzando balones a diestra y siniestra. Era obvio que no lo sentía, y era obvio que el balón no era para Clint.

"¿Estás bien, Clint?", preguntó Bruce preocupado, ayudando a su amigo a levantarse. Loki ya estaba sobre el castaño, al parecer preocupado también.

"Estoy bien, estoy bien", farfulló Clint sobándose la cabeza. "Aunque estaría mejor si Nat me lleva a la enfermería o me acepte una cita", sonrió con coquetería y Bruce respiró con alivio.

"Cuando Bruce le dé una paliza a Howlett", le dijo Natasha y luego miró a Bruce. "En serio, si Howlett no deja de molestarte le diré a Rogers que sea él el que le dé una paliza".

"En realidad hace mucho que no me molesta", contestó Bruce reflexionando sobre ello. Era verdad, no lo había molestado desde que fue amenazado por Thor.

"Porque Thor le dijo que su lugar en el equipo de verdad peligraba", intervino Loki cuando Clint al fin se sentó en la grada otra vez. "Pero tampoco me gusta que se lleve tan bien con Tony", agregó mirando con complicidad a Natasha.

Bruce iba a pensar en ello, pero comenzó el entrenamiento y se perdió como siempre se perdía al ver jugar a Steve. Cuando regresaban al campus ya nadie se preguntó qué hacían todos juntos. Bruce se vio de pronto envuelto en un grupo de amigos, amigos que se preocupaban por él. Y Steve, claro, su novio que era impresionante en el fútbol, aunque lo más impresionante era que era su novio.

 

En el aula de Física Steve de nuevo estaba perdido en la forma en que se movían los labios de Bruce mientras le explicaba sobre la energía potencial, mientras sus manos delgadas escribían en la pizarra la fórmula, mientras se subía el puente de los anteojos en un gesto natural y perfecto en su rostro.

"E es el valor del campo eléctrico…", seguía Bruce sin percatarse de nada hasta que sintió las manos de Steve rodeando su cintura por detrás, y de pronto su aliento cálido en su nuca. Toda su piel se erizó al sentir los dientes de Steve atrapar su oreja izquierda, y el gis se cayó de sus dedos cuando los dientes cedieron paso a la lengua.

Cerró los ojos ahogando la exclamación que iba a salir de su boca. Esto estaba mal, no era correcto estando en el aula de Física, tal vez unos cuantos besos, pero esto… Y sin embargo se sentía tan bien. Dejó caer sus brazos derrotado, en un impulso ladeó su cabeza, recargándose en el hombro de Steve cuando éste bajó su lengua recorriendo su cuello. Las manos de Steve tampoco estaban quietas, las movía suavemente por sobre su estómago, y luego se colaron bajo el suéter y luego despuntilló la camisa hasta que Bruce sintió las palmas calientes del rubio acariciando su piel. No pudo evitarlo y un gemido escapó de sus labios.

Steve sonrió sin dejar de lamer ese cuello que ya se le había antojado desde hace tiempo. Jugó un poco con el ombligo de Bruce bajo las capas de ropa y delineó con un dedo el camino de vello que se perdía en la cintura del pantalón. No avanzó más abajo, no que no quisiera, lo que no quería era asustar a Bruce que ya se movía como gelatina ante la nueva experiencia.

"Me gusta tu vello. Se siente bien", susurró el rubio en su oído y paró el movimiento cuando se percató que Bruce respiraba ya agitadamente.

Lo giró para verlo a los ojos. Bruce le miró con un brillo nuevo, jadeante, y entonces fue el turno de Steve de ahogar una exclamación, porque Bruce rodeó su cuello y se abalanzó a él para devorarlo en un beso que jamás creyó que podría salir de su tierno y delicado novio. Dieron un par de pasos hacia atrás, vaya que Bruce había tomado impulso, pero eso no impidió que Steve devolviera el beso con hambre. Cuando sintió que llegaron al escritorio se giró con Bruce en el proceso y lo recostó sobre el mueble. Steve era más alto, por lo que no fue difícil posarse sobre Bruce en una postura bastante cómoda para volver a atacar el cuello, la prominente manzana que ahora mismo se le antojaba prohibida. Bruce comenzó a gemir de nuevo, con los labios cerrados para que no se escuchara tan sonoro, y Steve se derritió al oírlo. Era sensual, en un modo tan caliente que sentía ya su miembro endurecerse, y en su muslo sentía que algo similar le pasaba a Bruce.

Volvió a sus labios y lamió con dureza para que Bruce abriera la boca y dejara escapar ese sonido en todo su esplendor. Y así lo hizo, al mismo tiempo que se arqueaba cuando el movimiento provocó que sus miembros se rozaran. Steve se apoderó de las manos de Bruce y las alzó por sobre su cabeza, dominándolo sin dejar de besar toda la extensión de piel que tenía a su alcance, el cuello, la nuez, el hueco de la garganta…

Bruce estaba en la gloria. Se había imaginado esto muchas veces desde que comenzó a salir con Steve, cómo sería su toque, cómo le besaría y lo acariciaría… pero la realidad era mil veces mejor que su inexperta imaginación. Entonces abrió los ojos cuando recordó que estaban en el aula de Física; la luz de la lámpara le cegó de pronto teniéndola directamente sobre su cabeza. No. Así no.

"Basta, Steve", intentó decir sin que saliera ahogada su voz. "Por favor, detente", casi le suplicó.

Steve se detuvo entonces, le miró a los ojos y aflojó su agarre sobre las manos de Bruce.

"¿Qué pasa?"

"Aquí no", negó Bruce con las mejillas sonrosadas por la excitación. "No todavía, por favor".

La expresión en ese rostro era suplicante, y aunque no lo fuera, Steve no haría algo que incomodara a Bruce.

Asintió y se levantó para intentar apagar el fuego que lo abrasaba, algo muy difícil. Pero cuando vio que Bruce seguía en la misma posición sobre el escritorio, con las piernas abiertas por haberlo recibido, se acercó a él de nuevo y le levantó lentamente para abrazarlo con fuerza.

"Cuando estés listo, ¿está bien? Lo haremos cuando estés listo. Y aquí no, por supuesto. Lamento haberme salido de control", le susurró acariciando los despeinados rizos. "Es tu culpa. Eres irresistible".

Bruce se rió bajito, recuperando la respiración y la compostura.

"Entonces… E es el valor del campo eléctrico…", dijo Steve de pronto. Y logró el objetivo de sacar a Bruce de su extraño letargo.

Tenía que averiguar qué era lo que hacia que Bruce fuera así de tímido.

 

Notas finales:

Vale, pues no se quejarán por la longitud, ¿verdad? =)

Supongo que puede parecer que Bruce se ve bastante (BASTANTE) frágil, pero tiene una muy buena razón para ser así. La autora lo explicaba en el contexto de que aquí tienen 20 más o menos; obviamente no va actuar como su yo de 40 que todos conocemos. Y ella sabe de lo que habla (es pscoanalista en la real life).

Disculpen tanta divagación :P

Gracias por sus comentarios y todo!!! Preparen sus pañuelos para el próximo capítulo. Esto es drama, recuerdan?

Besotes!

Látex.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).