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Dirty Dancing por NamiShion

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Notas del capitulo:

Bueno~ aquí el segundo capítulo del fanfic <3 He tenido días bastante movidos en este tiempo y, entre eso y la falta de inspiración, fue una fatality (?) Pero bueno, sin más que decir, los dejo con el capítulo~

-Vamos Kai, tienes que hacerlo más rápido, sé que puedes hacerlo… levanta y vuelve a bajar…-las instrucciones de Taemin resonaban fuerte y claras en aquella habitación oscura, pero, a pesar de ello, el moreno no podía concentrarse en ellas. Sus piernas no dejaban de temblar, impidiéndole de aquella manera el ejecutar aquello que el mayor le pedida, además, el placer era tan grande en aquel momento que se sentía desfallecer. El tono de voz del chico, sonó un tanto irritada cuando volvió a hablar-. Vamos Kai, ¿a dónde crees que llegarás con una fuerza de piernas tan débil? Tienes que mantener la postura y tienes que ser rápido, vamos…-el chasquido de su mano contra la ya rojiza carne provocó una excitación aún mayor en Kai quien no pudo responder con otra cosa que un placentero gemido. Sabía cómo era el ejercicio pero… ¿qué otra cosa podía hacer? Era tan grande y duro… era imposible no desearlo-. ¿Acaso quieres que te castigue de nuevo Kai?-esta vez era una advertencia. El solo recordar cómo Taemin lo había atado de las muñecas días antes, el cómo había estado a su merced, el aplastante sentimiento de vulnerabilidad… todo aquello bastó para que, nuevamente centrado, Kai retomara el ritmo. Arriba y abajo, arriba y abajo. Era difícil, debía mantener la compostura pero ser rápido a la vez, esa era la parte que más le costaba. ¿Cómo volver a subir si, para qué negarlo, le encantaba estar abajo? ¿Por qué tenía que ser así? A cada segundo que pasaba, sentía como perdía la cordura más y más. Los gemidos lo llenaban todo y, entre ellos, un solo nombre, Taemin.

 

¿Te gustaría convertirte en bailarín?”. Las palabras de SeHun no dejaban de dar vuelta por su cabeza. Hacía ya varios días que el chico le había hecho la pregunta y, desde entonces, ésta no había dejado de girar en torno a sus pensamientos, colándose de las maneras menos esperadas, una y otra vez. Abrió los ojos, centrándolos en aquella oscuridad. ¿Qué podía hacer? Recordó cómo sus compañeros se habían burlado de él aquel día en el que se habían enterado de su interés por la danza. ¿Qué pasaría si, efectivamente, comenzaba a estudiar aquello? La presentación de SeHun había sido impresionante, pero, desde luego, eran pocos quienes conocían aquel lado del baile, los demás preferían quedarse con el hecho de que era algo para chicas. Desde luego, sus padres tampoco estarían de acuerdo, ellos esperaban que, cuando creciera, JongIn llegara a ser alguien en la vida y sabían que, si se dedicaba a aquello, su futuro sería realmente incierto. Tan solo bastaba con una mala lesión para dejarlo fuera de la carrera. No, si pensaba aceptar la propuesta del joven, tendría que ser un secreto entre ambos, ¿lo lograría?

Aquellos pensamientos lo incordiaban a cada noche, impidiéndole el sueño, cosa que no era buena cuando uno tenía exámenes. Había adoptado una nueva rutina. Cada día, después de la escuela, se excusaba de KyungSoo con de alguna extraña manera y se marchaba por su cuenta. Sabía que la cosa no aguantaría así por mucho tiempo, que su amigo pronto comenzaría a sospechar, pero el recuerdo de las risas era tan vívido aún que estaba buscando la manera de hablarle sobre el tema. También, de esa forma, evitaba a SeHun. Había notado la silenciosa pero penetrante mirada ajena siguiéndolo por los pasillos. Tan solo esperaba que no se hiciera una idea incorrecta de él, que no pensara que estaba huyendo o algo así. El menor había confiado en él y sabía que tenía que corresponderle de la misma manera… pero en aquellos momentos necesitaba pensar y, para eso, quería estar solo, lejos de cualquier tipo de influencia.

Tras separarse de KyungSoo, Kai tomaba un camino totalmente distinto al que antaño solía hacer para ir a su casa. Había establecido una nueva ruta de ejercicio, la cual recorría a trote. Aquello no despertaba sospechas ante sus padres, puesto que a él siempre le había gustado estar en buena condición física. La única diferencia era que había aumentado tanto la distancia como el ritmo, fuera cual fuese su decisión, quería estar preparado para enfrentarse a ella.

Y luego, estaba la noche. A pesar de la inquietud que el chico sentía en ese momento, no quería que sus padres fueran parte de ello, por lo que, actuando con normalidad, tras comer la cena se despedía de ellos y luego se encerraba en su cuarto, como cualquier adolescente de su edad. Una vez allí, encendía su computadora y miraba videos, eso era todo lo que hacía, mirar videos… música clásica, jazz, pop, rock, hip hop, buscaba videos acerca del primer estilo que se le viniese a la cabeza y pasaba horas observando las distintas coreografías. En ese momento, miles de preguntas llenaban su mente: ¿Cómo serían las clases? ¿Qué tan difícil sería para alguien como él? ¿Cómo decidirían en qué momento estaba preparado? Los factores eran realmente diversos. Normalmente, allí se quedaba hasta altas horas, hasta que, sin poder aguantar el sueño ya, se dormía con la cabeza sobre el teclado y los auriculares puestos.

 

Habían pasado dos semanas ya desde que aquella rutina tan particular había comenzado y JongIn había desaprobado los tres exámenes que había tenido. Sorprendentemente, aquello poco le había importado y, cuando su madre lo había mandado a su habitación, no había tenido problemas en hacerlo. Aquel día estaba lloviendo, sin embargo, aquello no era un impedimento para el chico quien, decidido, estaba a punto de partir en una nueva carrera. Apenas hubo sonado el timbre, se despidió y se alejó en dirección a su casillero. Rápidamente, dejó sus libros allí y sacó los que necesitaría para estudiar, aunque dudaba hacerlo. Estaba ya en la puerta, cuando sintió una mano en su brazo. Al darse vuelta, se encontró con los preocupados ojos de su mejor amigo mirándolo.

-Kai… ¿podemos hablar?-al escuchar esa pregunta, el primer pensamiento del aludido fue excusarse, pero el chico parecía realmente preocupado. Sintió como el agarre cobraba un poco más de fuerza y notó la ansiedad del chico-. Por favor, es importante…-aquellas últimas palabras lo desarmaron. KyungSoo podía ser muy bueno para convencer a la gente cuando realmente quería hacerlo. Tan solo bastaba con ver sus ojos para saber que estaba en el límite. Un resignado suspiro escapó de los labios de JongIn, quien acabó por asentir.
-De acuerdo, de acuerdo, hablemos… pero no aquí-propuso. Un silencio se instauró entre ambos mientras el moreno pensaba. Finalmente, con una sonrisa en sus labios, inquirió-. ¿Qué te parece la cafetería que está en el centro? Probablemente haya gente, teniendo en cuenta el día, pero es un buen lugar. Además, siempre nos hacen descuento cuando vamos allá.
-Está bien por mí-respondió el mayor. Una expresión de alivio se había dibujado en su rostro y sus labios con la particular forma de un corazón se mostraban sonrientes. Se percató entonces de que el contrario no llevaba un paraguas consigo y lo miró con reproche, como una madre que regaña a su hijo por imprudente-. No has traído paraguas, ¿verdad?-por la expresión que su acompañante puso, se dio cuenta de que ni siquiera lo había considerado hasta que éste lo había mencionado-. Eish… a veces me pregunto cómo puedes ser tan distraído. Ya te está yendo lo suficientemente mal, ¿planeas enfermarte también?
-Ya, lo siento, tan solo lo olvidé-se excusó JongIn. Siempre que KyungSoo actuaba de esa manera no podía evitar ponerse a la defensiva, ya era suficiente con que una madre lo retara como para que dos lo hicieran-. Vamos, no quiero que se nos haga tan tarde o nos retarán-añadió. Sin más, los dos jóvenes se pusieron en marcha bajo el paraguas del mayor, dejando atrás el enorme edificio. Mientras lo hacían, Kai pudo sentir la mirada de cierta persona clavada en su nuca y, cuando se volteó por encima del hombro, pudo ver que era SeHun quien lo observaba. Su expresión estaba tan seria como siempre pero, al ver que el moreno se percataba de su presencia, tan solo sonrió. Un intenso calor encendió las mejillas del chico quien, inevitablemente, también sonrió.


No se sorprendieron al encontrar, tal y como esperaban, el café a rebosar de gente. El volumen de las conversaciones era bastante intenso y la idea de marcharse a otro lugar a practicar fue tentadora, aunque no tenían ninguna gana de volver a mojarse. Dejando escapar un pequeño suspiro, Kai le pidió a KyungSoo que fuese a buscar una mesa libre en lo que él se encargaba de comprar el café. Su amigo, aliviado ante la idea de no tener que pasar los próximos minutos en aquella larga fila, le ofreció una sonrisa de agradecimiento y fue busca de un lugar en el cual sentarse y hablar. No era mucho lo que el moreno podía hacer por su amigo, teniendo en cuenta que el mayor se la pasaba haciendo cosas por él, a veces se sentía mal por ese desnivel. ¿Hace cuánto se conocía ya con KyungSoo? Más del que podía recordar. De todas formas, él sentía como si se conocieran desde toda la vida, era aquel chico en el que indudablemente podía confiar. Al pensar en aquello, se sintió mal por haberle estado ocultando sus pensamientos, D.O siempre le contaba sus problemas y sabía que, de necesitarlo, sin duda lo escucharía. Entonces, ¿por qué le costaba tanto hablar de ello? No podía evitar sentirse como si le hubiese fallado al contrario.

Alrededor de diez minutos después, subió al segundo piso del local y, tras mirar alrededor, encontró a quien buscaba sentado en una mesa para dos junto a un gran ventanal, al fondo del local. Tenía la mirada perdida en el exterior y se notaba claramente la preocupación en él. Inspiró profundamente y, decidido, se acercó a donde estaba él, depositando la bandeja con los vasos de café y los sándwiches tostados que había comprado en el medio. Aquello sobresaltó a su acompañante quien, al parecer, no se había dado cuenta de su presencia.

-Siento la tardanza, realmente había gente-se disculpó JongIn, sentándose frente al chico, quien, sonriendo nuevamente, se apresuró a negar. Tomó su vaso y, tras levantar la tapa para examinar su interior, asintió, conforme-. Eish, hace años somos amigos, como si fuera a equivocarme-puntualizó, negando, fingidamente ofendido para diversión de KyungSoo.
-Ya, lo siento, no te pongas así-dijo, para luego colocar nuevamente el café en la mesa y tomar uno de los sándwiches mientras esperaba que la bebida se enfriara lo suficiente como para poder tomarla. Observó a su amigo durante unos segundos y luego volvió a mirar a través de la ventana. Su expresión se volvió nuevamente seria y, en el silencio que se instauró entre ambos, acabó de organizar sus pensamientos. Sabía que Kai era un chico difícil de tratar a veces, no porque fuera malo, sino por el hecho de que, a diferencia de él, le costaba mucho abrirse a otros. No tenía problemas para socializar ni hacer amigos, sino que el problema principal estaba centrado en el tema de la confianza, él nunca hablaba de los temas que lo incordiaban frente a otros y, normalmente, hasta que alguien no daba el primer paso, JongIn no cedía. Finalmente, miró a su amigo. Como esperaba, los ojos del contrario estaban fijos en él-. Bueno… supongo que sabes o tienes una idea de por qué te pedí que habláramos…-el chico no respondió, tan solo mantuvo el silencio, esperando a que terminara de hablar-. Los últimos días has estado realmente raro. No por el hecho de que te vayas a correr o ese tipo de cosas, sé que te gusta hacer ejercicio por lo que no se me hace extraño. El problema es que… siento que me has estado evitando, y siempre que lo haces es por la misma razón. ¿Hay algo que quieras decirme?-tras decir eso, miró al moreno, dispuesto a escuchar lo que éste tuviera que decir. Inmediatamente se notó en su cara que, efectivamente, sí había algo que quería decir, el problema era qué.
-Lo siento…-fue lo primero que dijo el chico-. Tienes razón, como siempre, te he estado evitando. Supongo que es algo que me sale por naturaleza cuando tengo problemas-explicó, sonriendo, un tanto avergonzado. Nuevamente, se tomó su tiempo para comenzar a hablar, no era el mejor con las palabras, por lo tanto no le era tan fácil como a KyungSoo exponer ese tipo de situaciones-. Hay algo… pero… ¿cómo empezar?-hizo una mueca con los labios, recopilando la información de los últimos días, hasta que tuvo algo más o menos ordenado-. ¿Recuerdas aquel día hace un par de semanas, cuando me metí en problemas con el profesor y que luego SeHun vino a hablarme? Pues me invitó a un espectáculo de baile. Fue realmente asombroso KyungSoo, de verdad, no sabes lo que te has perdido-explicó, y no fueron sus palabras lo que realmente denotaron lo que quería decir, sino el tono de su voz, cargado de emoción y anhelo-. Fue increíble, y SeHun fue parte de él. Cuando hubo terminado, estaba por irme a mi casa cuando él me alcanzó, entonces fuimos a cenar juntos, era lo menos que podía hacer después de que me hubiese invitado a verlo. Y entonces… él me preguntó si quería ser bailarín.
-Oh…-tanto los ojos como la boca de Do, ligeramente abiertos, demostraban la sorpresa que sentía. No esperaba algo como aquello, aunque tenía sentido, suponía, teniendo en cuenta como, desde aquel día, su amigo había estado observando a SeHun de reojo, además de que había descubierto a éste mirándolos más de una vez-. Vaya…-no sabía qué decir, por lo que preguntó-.  ¿Y entonces?
-Pues…-JongIn tampoco sabía muy bien qué decir, cosa que se notó cuando aquella mueca que hacía cuando estaba frustrado se dibujó en sus labios-. Nada, he estado dándole muchas vueltas al tema, demasiadas quizás. Sé que no puedo decirles nada a mis padres porque estarán en total desacuerdo. Podrían incluso prohibirme juntarme con SeHun o algo así, tú sabes cómo son... pero… me gustaría saber tu opinión-al ver la confusión en los rasgos ajenos, aclaró-. Dime KyungSoo, ¿tú crees que tendría alguna oportunidad? Sé sincero por favor.
-A decir verdad, el baile no se te da mal. No te he visto bailando más que coreografías aprendidas, pero no creo que estés tan mal en el tema-tomó el vaso de café y bebió unos cuantos sorbos mientras consideraba las palabras de Kai. Sabía perfectamente que una vez que algo se le metía en la cabeza, éste era capaz de cualquier cosa para lograrla-. Será diferente y duro, aunque no sé muy bien cómo es el tema del baile, se supone que tú eres el experto en ello-una pequeña risa escapó de los carnosos labios ajenos. Antes de darse cuenta de lo sucedido, el ambiente se había relajado entre ambos. KyungSoo le dedicó una afectuosa sonrisa a su compañero-. Eres mi mejor amigo, sabes que, sin importar lo que decidas, yo te apoyaré. Si lo que esperas es un consejo más centrado por mi parte, solo puedo decirte que se nota que el baile es algo que realmente aprecias, ¿sabes? Sé que normalmente nos dicen que debemos ir a por lo seguro y que, si le preguntaras acerca de esto a un adulto, posiblemente éste se reiría en tu cara, pero… ¿qué es la vida sin riesgos? De todas formas, asegúrate de estar completamente satisfecho con tu decisión, o más tarde te arrepentirás.
-Tienes razón-sentía como si se hubiese sacado un peso de encima. El finalmente haber hablado del tema con alguien era un gran alivio y se sentía un tanto estúpido por no haberle contado aquello antes-. Lo pensaré un poco más, pero me aseguraré de estar completamente decidido antes de dar el primer paso. Gracias por apoyarme KyungSoo, y siento no haberte contado esto antes, soy un idiota.
-Concuerdo, eres un total idiota, mira que preocuparme por algo así-ahora era el mayor quien hizo reír al contrario con su fingido enojo, aunque luego acabó por sonreír-. Espero que cuando tomes esa decisión me mantengas al tanto, por algo somos mejores amigos, ¿verdad? Si no confiamos en nosotros, ¿en quién más lo haremos?

 

El agua caliente reconfortaba su cuerpo, brindándole un alivio que no era fácil de conseguir. Las cosas habían ido mejor de lo esperado con KyungSoo y, por más que sabía que no podía decir lo mismo con sus padres, se sentía más relajado con lo que refería a aquella situación. Sentía como el saber que su amigo lo apoyaba había cambiado mucho su punto de vista con respecto a la idea de convertirse en bailarín. Ya no se sentía solo, por más que SeHun lo apoyaba, no lo conocía tanto, y el contar con que alguien conocido lo veía con buenos ojos, aliviaba un poco aquel sentimiento de soledad e inseguridad que lo había asaltado durante aquellos días. En aquel momento, JongIn se había dado cuenta de que dedicarse al baile no era solo una idea, sino una posibilidad, un tanto incierta y llena de blancos aún, pero una posibilidad al fin y al cabo.

-¿Qué hacer?-preguntó al aire, sumergiéndose en el interior de la bañera y dejando que sus pulmones se oprimieran por el no poder respirar. Cuando volvió a sacar la cabeza, se sentía un poco más despejado. Fue entonces que la puerta del baño se abrió, sobresaltándolo, y su madre, un tanto molesta, ingresó en el cuarto. Sintiendo como sus mejillas ardían, Kai no tardó en cubrirse sus partes privadas bajo el agua-. ¡Mamá!-exclamó, alarmado-. ¡No entres aquí mientras me estoy bañando!
-¿Qué más voy a hacer si no haces lo que te dicen?-inquirió, entrecerrando ligeramente los ojos, para luego bufar y tenderle el teléfono-. Alguien te llama, al parecer es algo importante, es un chico llamado Oh SeHun-la sorpresa reflejada en la expresión de su hijo no fue poca. Esperó hasta que éste se hubiese secado las manos y que atendiera antes de salir del baño una vez más, refunfuñando.
-¿Hola?-la voz de JongIn sonó un tanto dubitativa y se maldijo interiormente por ello, aunque no esperaba que aquel chico lo llamase a su casa, mucho menos a aquellas horas. La respuesta por parte del menor no se hizo esperar.
-¡Hey!-su tono de voz era bastante animado-. Es bueno encontrarte. Siento llamarte a estas horas, ¿te metí en problemas? Escuché que tu mamá y tú discutían…-Kai sintió nuevamente como sus mejillas ardían al escuchar esas palabras y agradeció internamente el que su interlocutor no estuviera allí para ver su cara en aquel momento.
-No es nada, no te preocupes. ¿Está todo bien? No esperaba que llamaras-explicó. Ahora que estaba un poco más tranquilo, la curiosidad se había apoderado de él, ¿qué razón tendría SeHun para llamarlo a su casa siendo que podían hablar en la escuela?
-Oh, eso…-el silencio que siguió a aquellas palabras aumentó la expectativa de JongIn, quien no dudó de que lo estaba haciendo apropósito-. Pues… realmente no hay mucho que decir, tan solo quería saber si estabas bien puesto que no hemos hablado en los últimos días… y, bueno, me preguntaba si tendrías algo de tiempo libre mañana por la tarde. Sé que has estado ocupado, ¿ruta aeróbica?-preguntó, para luego dejar escapar una pequeña risa, buscando animar un poco la conversación.
-Sí, algo así-admitió JongIn, dejando escapar una risa también. Meditó las palabras del chico. Tenía que estudiar para los exámenes en aquel momento pero, por demás, no tenía mucho qué hacer, y jamás estudiaba por las tardes puesto que se distraía con bastante facilidad. Tampoco había quedado con KyungSoo, su único plan era continuar con su rutina. Se sentía mal por romperla durante dos días seguidos pero, por otra parte, no quería quedar mal con el que lo había llamado, mucho menos después de haberlo estado evitando durante los últimos días-. No tengo nada que hacer, ¿por qué?-acabó por decir.
-A decir verdad, me preguntaba si te gustaría tener una cita conmigo-tan solo le bastó escuchar esas palabras para saber que, si hubiese estado tomando, probablemente habría escupido su bebida. ¿Una cita? Su corazón se aceleró al escuchar esas palabras y, por tercera vez en aquella noche, aunque por un motivo totalmente diferente en aquella ocasión, sintió sus mejillas arder. Al no escuchar respuesta por su parte, el bailarín se percató de lo mal que habían sonado sus palabras por lo que se apresuró a corregirse-. ¡Oh! No ese tipo de cita, por favor, no lo tomes a mal-de haber podido verlo, Kai habría notado que sus mejillas estaban tan rojas como las propias en aquel momento-. Es solo que hay un lugar al que me gustaría que me acompañaras…-un extraño sentimiento se propagó por el pecho del mayor en aquel momento, ¿decepción quizás? No, eran tonterías, ¿por qué habría de sentirse así?-. ¿Y bien?
-¡Oh!-reaccionó, recordando que estaba hablando por teléfono. Se recostó contra la pared de la bañera, asegurándose de mantener el aparato fuera del agua-. Lo siento. Sí, no hay problema por mí. ¿Te parece si nos vamos juntos después de la escuela? Al fin y al cabo tenemos clases en común, ¿verdad?-inquirió, sintiéndose aún un tanto nervioso por aquella situación.
-De acuerdo, nos vemos mañana entonces-se despidió SeHun y, sin siquiera esperar a que el moreno se despidiera, colgó el teléfono. Kai permaneció en silencio, escuchando el molesto tono que le indicaba que la llamada había finalizado. Aún podía sentir su corazón latiendo a un ritmo más rápido del normal. Aquello era extraño, normalmente pasaba cuando corría largas distancias o hacía un ejercicio muy intenso, incluso cuando tenía exámenes particularmente difíciles, pero nunca se había sentido así por otra persona, o no de forma consciente. ¿Significaría algo aquello? Confundido por cómo había resultado aquella conversación, dejó el teléfono a un lado y se hundió nuevamente en el agua, dejando que aquella borrara aquellos extraños sentimientos.

 

Aquella noche, por primera vez desde su salida con SeHun, pudo dormir plácidamente. Los movimientos de Michael Jackson, de quien había estado viendo videos antes de acostarse, aún se reflejaban en su mente, provocándole un particular cosquilleo tanto en brazos y piernas. Se imaginaba a sí mismo en un escenario, bailando de la misma forma que su ídolo, mientras las palabras de KyungSoo resonaban en su mente. Frente a él, una gran multitud gritaba por él, no podía ver sus rostros, cosa que en cierta forma lo entristecía, mas una persona resaltó entre las demás. Allí, en el medio de la muchedumbre, con una pequeña sonrisa y mirada conforme, lo observaba SeHun. Fue la calidez que sintió en aquel momento la que lo arropó, ayudándolo a dormir.

 

Al día siguiente, con ánimos renovados, se enfrentó a un examen el cual, a diferencia de los que había tenido hasta entonces, se le hizo relativamente sencillo, quizás porque sus pensamientos le habían dado la tranquilidad suficiente como para estudiar un poco la noche anterior. Gracias a eso, cuando las clases hubieron terminado, estaba de muy buen humor. Cuando el profesor se hubo marchado, hizo una revisión rápida de la prueba con KyungSoo; ambos coincidían en la mayor parte de las respuestas por lo que supo que, a pesar de que no sacara la nota máxima, tenía grandes probabilidades de aprobar. Fue cuando vio el sitio vacío de SeHun que recordó el compromiso que tenía y se excusó de su amigo. En aquella ocasión, el chico no puso la misma mirada preocupada que acostumbraba, sino que le ofreció una de sus brillantes sonrisas.

-Ánimo-fue todo lo que dijo, y luego se dispuso a recoger sus cosas.

JongIn salió del salón a paso apresurado. Con aquella revisión se había atrasado un poco por lo que procuró no demorarse mucho en su casillero. Una vez que tuvo lo que necesitaba y hubo dejado lo demás, se encaminó hacia la salida de la escuela. Allí, tal y como habían arreglado aquella mañana en los pasillos, lo esperaba aquel alto chico. Como esperaba, éste estaba solo y, por más que no eran pocas las personas que susurraban mirándolo de reojo al pasar por su lado, él las ignoraba por completo. Al ver que sacaba su teléfono y, al parecer, comprobaba la hora, corrió hacia donde estaba.

-Aquí estoy-indicó, colocando una de sus manos en el hombro del chico. El menor volteó a verlo e, inmediatamente, en su rostro apareció una sonrisa, cosa que ciertamente lo complació. Sabía que tan solo habían sido unos pocos minutos pero, aun así, no pudo evitar excusarse-. Lo siento, estaba un tanto nervioso por el examen así que hicimos una revisión rápida con KyungSoo. Después de las fatalidades de los últimos días es bueno saber que aún tengo esperanzas-comentó, para luego soltar una pequeña risa-. ¿Llevas mucho tiempo esperando?-inquirió, sin darse cuenta de que su pregunta parecía sacada de una película romántica.
-Me alegra que estés aquí, estaba empezando a impacientarme-admitió, elevándose sobre las puntas de sus pies para luego volver a caer, un gesto un tanto inquieto-. No hay problema, en cierta forma me siento culpable por ello, supongo que no ha sido el mejor momento para haberte hecho la propuesta, ¿verdad? Espero que puedas remontar las materias en las que te ha ido mal.
-No te preocupes, no es tu culpa, supongo que a veces es muy fácil para mí dejarse llevar-admitió, despeinándose, un tanto avergonzado, para luego volver a mirar al chico, un poco más serio en esta ocasión-. Con respecto a eso, quiero que sepas que de verdad lo estoy considerando. Perdón por no haberte vuelto a hablar sobre ello antes, pero es una decisión que no quiero tomarme a la ligera, me sentiría mal si lo hiciera.
-Te comprendo, yo mismo estuve en esa situación tiempo atrás, es algo que uno debe considerar, tómate tu tiempo para decidir-nuevamente, SeHun sacó su teléfono y comprobó la hora en él-. Bien, ¿te parece si nos ponemos en marcha?-cuestionó para luego, sin esperar siquiera a la respuesta del más grande, ponerse a caminar. Kai no dudó en seguirlo-. El lugar al que iremos hoy tiene que ver con la pregunta que te hice el otro día-informó, cosa que provocó que las ansias en su acompañante resurgieran, aunque no agregó dato más allá de aquel, ignorando las insistencias ajenas.

 

Tardaron cerca de veinticinco minutos en colectivo en llegar al lugar indicado. Tuvieron que caminar un poco, unas pocas cuadras, y, cuando SeHun se detuvo, JongIn también lo hizo. Se encontraban delante de un enorme edificio, el cual ocupaba la mayor parte de la cuadra. Contaba con una puerta principal bastante amplia y, al levantar la mirada, uno podía ver diversos ventanales. A través de algunos, Kai pudo ver a personas ejercitándose o bailando. Su corazón dio un vuelco al entender en dónde estaba y, al voltear a ver a su acompañante, éste le ofreció una sonrisa que hizo que sus ojos se achinaran.

-¿Aquí es?-fue todo lo que al moreno se le ocurrió preguntar, obteniendo un asentimiento por parte del menor.
-Sí, aquí es donde estudio baile-explicó-. Hay ocasiones, como cuando sabemos que tenemos conocidos interesados, en las que podemos traer invitados con nosotros. Son bastante estrictos pero no habrá problema, ya he hablado con mis profesores de esto y les pareció adecuado, así que fueron ellos quienes me pidieron que te trajera aquí hoy. Supuse que sería más sencillo para ti tomar una decisión si veías cómo funcionan las cosas aquí.
-Entiendo…-JongIn asintió. De un momento a otro se sintió cargado de emoción. Aquel sería el lugar en el que estudiaría en un futuro si, efectivamente, aceptaba la propuesta de su acompañante. Sintió un nudo en la garganta que le impidió decir más por lo que, cuando el chico se lo indicó, tan solo lo siguió, subiendo los escalones que conducían hasta aquellas puertas dobles.

El hall de entrada era más grande de lo que parecía. Nada más entrar, un guardia apostado junto a la puerta les hizo un rápido chequeo de mochilas para asegurarse de que no llevaban nada indebido y, luego de eso, el bailarín condujo a su invitado hasta un mostrador, en el cual consiguieron un pase especial, el cual Kai debió colocarse del cuello. En primer lugar, SeHun optó por darle un recorrido del lugar. Allí no solo había salas de ensayo sino que contaban con una sala de audiencias propia, una gran cafetería y un muy bien equipado gimnasio. Luego, procedió a mostrarle las distintas salas, explicándole cosas acerca de las clases que se daban allí. Los ritmos eran bastante variados y veían dos ritmos distintos por semestre, una vez terminado el semestre, si uno deseaba continuar con aquel ritmo en aquel momento, podía continuar con éste tomando clases adicionales, sino, debía esperar a que las clases continuaran su curso hasta volver a tenerlo; en aquel momento, el SeHun estaba tomando clases de hip hop, pop y clásico. También le contó que de vez en cuando se hacían pequeños cursos obligatorios con diversos temas que debían ser tenidos en cuenta a la hora del baile, como la improvisación y el carisma, y que, antes de comenzar las clases de ritmos, al ser nuevo, tendría que recibir un poco de formación primero acerca de temas técnicos como lo era la respiración.

A medida que su tour continuaba, JongIn iba sintiéndose más y más emocionado, y no podía contenerse de hacer alguna que otra pregunta acerca de las cosas que SeHun le explicaba. Le daban curiosidad cómo serían los distintos profesores y acerca de la dirección del lugar. Se notaba que, como el chico le había advertido, era un lugar bastante estricto, cosa que solo lograba hacer que se sintiera más atraído aún. Estaban a mitad de un pasillo, recorriendo las salas de prácticas aún, cuando el más alto acabó por detenerse. Curioso, JongIn también lo hizo.

-Bueno, aquí es cuando nos tomamos un pequeño respiro. A decir verdad, tengo que entrar a clases en cinco minutos-se disculpó. Las señales de alarma por parte de Kai, quien rápidamente se excusó para marcharse, provocaron una nueva risa por parte suya-. No, no te preocupes, ¿de verdad crees que solo te he traído aquí solo para que conozcas el lugar? Te dije que para traer gente necesitamos un permiso especial, eso es debido a las clases, sería un problema que, de un día para otro, todos trajéramos amigos, ¿verdad? Los profesores son quienes organizan nuestros horarios de tal manera que eso no sea un inconveniente.
-Ya veo…-Kai asintió, aunque no acababa de entender lo que aquello significaba. ¿Qué era lo que éste quería decir? Su confusión era evidente, como las risas de SeHun indicaban.
-Eso quiere decir que estás invitado a ver nuestra clase, por eso el pase-acabó de explicar. Los ojos y la boca de JongIn se abrieron en sorpresa al escuchar aquello.
-¿De verdad puedo?-su tono de voz dejaba entrever lo feliz que se sentía por aquello. Le daba curiosidad ver cómo era que las personas de aquel lugar se preparaban para dar shows como el que él había ido a ver. Su entusiasmo le provocó cierta ternura a SeHun, quien despeinó los cabellos ajenos, para luego asentir.
-Así es, pero debes mantenerte en silencio, ¿de acuerdo?-inquirió, para luego añadir-. Y, por cierto, eso también incluye el celular, necesito que lo apagues porque si llega a sonar puede distraernos-dicho eso, sacó su propio móvil y lo apagó. Asintió con conformidad al ver que el mayor lo imitaba y, entonces, abrió la puerta-. Bien Kai, pasa.

 

La música aún resonaba en sus oídos durante el camino de vuelta. La clase de hip hop de SeHun había sido bastante entretenida, y el profesor lo había animado incluso a unirse, colocándolo en una esquina para que no entorpeciera el progreso de los demás alumnos, quienes ya sabían gran parte de la coreografía dada. Había terminado completamente agotado. La clase había durado cuatro horas, con un pequeño receso de cinco minutos en el medio, durante el cual había intercambiado palabras con los demás integrantes de la clase. Más de uno se había sorprendido por la capacidad corporal de JongIn a la hora de asimilar los pasos dados por el profesor, y lo habían animado a que ingresara en la academia de baile con ellos, asegurando que tendría grandes oportunidades en aquel ámbito.

-¿Y bien? ¿Qué te ha parecido?-tras el largo rato de silencio, la voz de SeHun lo sobresaltó. Había pensado que el menor se había quedado dormido a juzgar por sus ojos cerrados y su postura relajada, y no era para menos, él mismo estaba agotado, más aún que tras realizar sus rutinas de ejercicio. El profesor había sido implacable con ellos y, a pesar de ser una simple clase, les había pedido su mejor rendimiento, como si se tratase de un espectáculo en vivo.
-Me siento como si me hubiesen atado una enorme roca a la espalda y me hubieran obligado a correr con ella montaña arriba-explicó, volteando a verlo. Hace tiempo que no se sentía tan cansado, sin embargo, aquel no era el único sentimiento que experimentaba en aquel momento. Se sentía vivo, feliz, y aún tenía ganas de bailar.
-El profesor Jang puede ser estricto cuando quiere, ¿verdad?-inquirió, sonriendo ampliamente-. Pero él lo hace porque sabe que es lo mejor para nosotros. Además, se nota que lo disfruta en grande y nosotros también lo disfrutamos, así que damos lo mejor de nosotros para compensar en cierta forma lo mucho que él hace con nosotros. Por cierto, parecía bastante contento contigo, le escuché decirle a otro profesor que tenías grandes habilidades cuando salíamos.
-¿De verdad? Es bueno saber eso…-comentó JongIn, sonriente. Luego de aquel intercambio, ambos permanecieron en silencio un buen rato. Se había hecho bastante tarde ya por lo que había llamado a su madre. Para no incordiarla, le había avisado que no solo le había ido bien en el examen sino que hasta aquel momento había estado estudiando con un amigo, y que ahora irían a cenar juntos, por lo que tardaría un poco más en llegar. Aquello había aplacado bastante el regaño que le había dado. Cuando bajaron del autobús, en el centro de Seúl, caminaron un poco hasta un pequeño negocio de parrilla. Sabían que la carne tardaría un poco en hacerse pero los dos jóvenes no estaban solo hambrientos sino que antojados de carne, por lo que la decisión había sido unánime. Cuando les trajeron los alimentos, fue el mayor quien se encargó de disponerlos frente a ellos para que comenzaran a cocinarse, mientras que SeHun servía una sopa que habían pedido mientras esperaban a que la comida estuviese lista. Fue cuando estuvo todo dispuesto que JongIn habló una vez más, habiéndole dado vueltas al tema una y otra vez-. ¿Sabes? Durante estos días he estado pensando mucho en tu propuesta, hasta el punto de no poder dormir o concentrarme en los exámenes debido a ello, pero creo que finalmente he tomado una decisión.
-Te escucho-dijo el menor, contemplando como el color de la carne comenzaba a cambiar de color. Sabía que el contrario era consciente de que lo estaba escuchando y, además, no quería intimidarlo, como muchas personas decían que hacía cuando éste se tornaba serio.
-A decir verdad, cuando me preguntaste lo que quería, estaba un tanto inseguro. ¿Recuerdas lo que sucedió la tarde que me invitaste a verte bailar? Tras mi discusión con el profesor, las risas… eran algo insoportable y no dejaban de resonar en mi cabeza. Siempre me ha llamado la atención el baile, las presentaciones, el escenario, es algo por lo que tengo gran aprecio, pero… el entorno en el que crecí… digamos que no es el más adecuado para un bailarín, mis padres sin duda se opondrían si realmente les contara lo que he estado haciendo, sobre todo mi padre, él tiene grandes esperanzas puestas en mí en un futuro. Pero luego… hablé con KyungSoo, no sé si lo recuerdas pero es mi mejor amigo, fue gracias a él que las cosas comenzaron a aclararse. Gracias a él me di cuenta de que no vale la pena vivir la vida si no tomamos riesgos en esta. Y luego estás tú, fue gracias a ti que me di cuenta de cuánto aprecio le tengo al baile y que, si es algo que realmente amo, debo luchar por ello.
-Entiendo…-SeHun levantó la mirada al escuchar aquellas palabras. Era difícil contener sus ganas de sonreír en aquel momento pero se las arregló para haberlo, no quería que JongIn creyera que se estaba riendo de él ni nada por el estilo, además, desde luego, siendo él quien lo había invitado, sería la primera persona en apoyarlo. El aroma de la carne cocinándose era bastante tentador, pero, a pesar de sus ganas de comer, lo ignoró, centrando toda su atención en el muchacho que lo acompañaba, esperando pacientemente su respuesta. Lo importante en aquel momento no era presionarlo, quería que fuese él mismo quien dijera lo que realmente deseaba, al fin y al cabo era su deseo, no el de alguien más.
-Yo… sí quiero convertirme en bailarín, SeHun. Sé que posiblemente se convertirá en un gran peso puesto que tendré que ocultárselo a mis padres, sin embargo, no quiero quedarme de brazos cruzados dejando escapar una valiosa oportunidad. Quiero ser quien soy, no quien otros esperan que sea…-acabó por decir. A pesar de la mirada seria y decidida que lo acompañó durante aquellas palabras, no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en sus labios al ver la del contrario.
-Vaya… yo tan solo esperaba que aceptaras pero, ¿sabes? Estoy orgulloso de ti, no es una decisión sencilla de tomar y, a pesar de ello, te has atrevido a dar el paso. Me alegro mucho-contestó, sonriendo ampliamente. Abrió entonces su mochila y, rebuscando entre las cosas que allí llevaba, sacó un pequeño panfleto, el cual le tendió al moreno. Era la propaganda de una audición-. Cada determinada cantidad de meses, la academia realiza una pequeña audición para las personas interesadas en entrar. Nuestra academia es realmente conocida y quienes egresan de ella generalmente acaban como bailarines en distintas empresas importantes, por eso no es tan sencillo ingresar como algunos desearían-JongIn tomó el papel y leyó la información con una preocupada expresión en su rostro. Al ver aquello, SeHun se apresuró a añadir-. No te preocupes, tienes tiempo para prepararte, además, has visto lo que el profesor y nuestros compañeros decían de ti, ¿verdad? Tienes talento Kai, sé que podrás lograrlo-aseguró-. No tiene mucho sentido pensar en ello ahora, por lo que guarda el papel para más tarde, contiene la página de la academia así que más tarde asegúrate de chequearla, allí encontrarás la información que necesitas acerca de las audiciones y un par de cosas que te vendrá bien leer-JongIn hizo caso a las palabras del menor, y, luego de eso, volteó la carne para que se cocinara del otro lado. SeHun se relamió ante el exquisito olor y se removió en el asiento con ansiedad-. Bien, ahora, vamos a celebrar el que hayas tomado tu decisión-dijo, para luego pedirle a los encargados del local que les trajeran unas cervezas.
-¿Cervezas un día de semana?-inquirió Kai, sin poder contener su divertida expresión. Era extraño pero, en aquel momento, se sentía particularmente liviano. Una nueva prueba se le había impuesto, sin embargo, con su reciente resolución, estaba más dispuesto que nunca a seguir adelante. Cuando les hubieron traído lo pedido, ambos abrieron las latas y, lejos de servirlas, las chocaron y bebieron en abundancia. No eran muchas las ocasiones en las que lo había hecho, por lo que el sabor no le agradó del todo, pero aquello no le impidió acabársela. Comieron con abundancia y, una vez satisfechos, SeHun insistió en pagar la cuenta, en una especie de regalo. La casa de JongIn no estaba muy lejos de allí, por lo que también insistió en acompañarlo, acotando que quería conocer el lugar en el que vivía por si algún día deseaba ir a verlo. Una vez que se detuvieron en la puerta principal de la casa, los nervios volvieron a asaltar a Kai, quien se percató de lo extraña que era aquella situación-. ¿Quieres pasar a tomar un café o algo?-acabó por preguntar.
-No, te agradezco. Se ha hecho bastante tarde entre una cosa y otra y, por más que en casa estén acostumbrados a que ande por mi cuenta hasta altas horas de la noche, no quiero preocuparlos-se disculpó el chico-. Pero otro día sin duda lo haré-aseguró. Ninguno de los dos sabía muy bien qué hacer-. Entonces… ¿nos vemos mañana?
-Sí, nos vemos mañana-JongIn asintió. Tras un pequeño asentimiento por parte de SeHun, el chico se dio la vuelta y comenzó a marcharse con las manos en los bolsillos. Llevaba ya media cuadra cuando el mayor reaccionó y, a pesar de la hora, le gritó-. ¡Procura mandarme un mensaje avisando que llegaste bien!-se sintió satisfecho al verlo levantar la mano y, finalmente, entró en su casa.

 

Tras una corta discusión con su madre, se dio una ducha rápida puesto que había sudado mucho aquel día y, una vez en fundado en su pijama, se encerró en su habitación. Estaba leyendo los datos acerca de la audición que la academia hacía, no tan pequeña como el chico había dicho al parecer, cuando su teléfono celular comenzó a vibrar. Al chequear la pantalla, vio que había recibido un nuevo mensaje por parte de SeHun.

Nada mal para una primera cita, ¿verdad?”, decía. No pudo evitar soltar una pequeña risa al tiempo que respondía, sin embargo, contario a sus infantiles pensamientos que tomaban aquello como una broma por el malentendido del día anterior, su corazón comenzó a latir igual de acelerado que en aquella ocasión.

Sí, definitivamente no ha estado nada mal”, respondió.

Notas finales:

Como verán, fue un poco más largo que el anterior~ no me maten (?) Realmente soy muy mala escribiendo cuando se trata de un personaje dándole vueltas a un asunto, intenté no sonar muy monótona así que espero que me disculpen si lo hice, pero quería enfatizar el hecho de que Kai pensaba en eso todo el tiempo xD

Espero que les haya gustado este capítulo y que el fanfic reciba un poco de amor :'3 -está triste porque no recibió ni un solo review-. (?)

As always, les dejo mi twitter~ y bueno, nada, nos veremos en el próximo capítulo.


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