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El mensaje ha sido recibido por blueous

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“Estoy viendo una película y me acordé de ti, cuando estemos juntos ¿veremos películas profundas que no entienda?, ¿me la explicarás o dejarás que duerma en tu pecho?”

 Himchan sonrió algo avergonzado de sí mismo y las palabras que había impreso en el mensaje de texto, sin embargo decidió después seguir prestando atención a esa extraña mezcla de sueños y caras deformes que representaba la película de moda entre sus compañeros de la universidad, era del tipo de películas que le gustaría a Yongguk, con una temática bastante compleja y cierta crítica no bien cubierta a la sociedad moderna, de la que te perdías tan sólo si te tomabas el tiempo de enviar un mensaje. Unos minutos más tarde el chico se rindió y acabó por simplemente apreciar el buen guion.

“Bbaa~aaa~~ng, no puedo dormir heul heul  ㅠㅠ ¿Qué hago? Realmente es difícil pegar un párpado al otro cuando no estoy contigo… eres muy cruel por acostumbrarme a ti. Cuando estemos juntos ¿acariciarás mi pelo hasta que me duerma?”

 La noche era algo fría, como todas las últimas noches de otoño. Himchan estaba tapado casi hasta los ojos con el saco de dormir, apilado al lado de otros cuerpos que dormían y uno que a cierta distancia incluso balbuceaba cosas entre sueños, después de la película ya era muy tarde y la mayoría decidió quedarse en casa de Joonmyun por la madrugada (después de todo eran compañeros y tenían clases de cálculo al otro día a eso de las ocho de la mañana), sin embargo no era tan fácil para Himchan. La única forma que encontró de tranquilizarse lo suficiente fue teclear en la incomodidad de un saco de dormir un mensaje de texto para Yongguk, como lo venía haciendo desde hace unos días.

 Las cosas eran más fáciles con Yongguk, sin importar que la única respuesta fuera de la compañía del móvil diciendo que el mensaje había sido recibido. Himchan sabía que sus mensajes eran recibidos por el celular del mayor, y sin embargo no era lo mismo.

 Tras una secuencia de sueños extraños donde lo único que le salvaba del vacío era la mano extendida de Bang Yongguk, unos movimientos descuidados despertaron a Himchan.

“Odio despertar y ver la cara de Joonmyun en lugar de la tuya, el muy idiota me despertó cuando hasta él estaba medio dormido, cuando estemos juntos ¿me despertarás a besos como prometiste?”

  Himchan aprovechó el rato que le dieron en el baño para teclear un rápido mensaje a su novio, incluso mientras perecía que el agua mezclada con dentífrico se le caía por no lavarse los dientes como era debido. No hubo ducha; no había tiempo y la cola era de tres estudiantes más que debían al menos lavarse la cara, por lo que Himchan tuvo que salir tan pronto como terminó de garabatear el mensaje.

 Tan pronto salió del cuarto de baño Jieun golpeó un asiento vacío junto a ella para indicarle al joven que debía comer algo siquiera antes de partir a la universidad. Por él esperaba una tostada con mermelada mal esparcida y una hermosa sonrisa, la que correspondió con un gentil ´gracias´ y que se distanció no mucho de los gritos del dueño de casa para que partieran al campus.

“Jieunie me hizo el mismo desayuno que hace siempre que nos quedamos en su casa. Deberías enseñarle a cocinar otra cosa… no es como si tú supieras cocinar otras cosas tampoco… tampoco yo. ¿Qué haremos cuando estemos juntos? No me gusta tener hambre, me hace enojar. Ugh~ >:”

 Todos tardaron un poco más de lo habitual en tomar el bus; más que nada porque el primer bus que les servía no paró cuando sólo divisó a un grupo de estudiantes, sin embargo no llegaron tarde. Las clases parecían volver a retomar su curso normal de pronto y Himchan se dijo a sí mismo que el tiempo no se detiene por nadie, ¿se detuvo acaso cuando Karl Lagerfeld le dijo gorda a Adele? No,  ¿se detuvo cuando murió Coco Chanel? Tampoco. El tiempo seguía, siempre sigue y él tenía que asumirlo.

 De forma estúpida revisó su celular; ningún mensaje que valiera la pena. Si no era de Yongguk, no quería abrir ninguno de los restantes 23 mensajes en la bandeja de entrada del celular.

 Pocas veces Himchan se ponía a pensar las cosas de forma tan objetivas de la nada, mas no tuvo tiempo de seguir quemándose el cerebro; había que hacer caso al profesor, sobre todo cuando Joonmyun te codea disimuladamente para que lo hagas. Himchan puede leer en los ojos de su mejor amigo una pregunta, algo así como un ‘¿seguro que estás bien?’ que prefiere omitir.

 Ciertamente el tiempo no se detiene para nadie, Himchan podría incluso decir que entendió una clase de cálculo por primera vez y no está seguro si se debe a la sensibilidad de su mente o qué, pero le parece un poco gratificante.

“¡ENTENDÍ CALCULO! Tenías razón al decir que es cosa de poner atención y dejar de pensar en ti kkkkk, cuando llegue a casa, ¿escucharás lo genial que fue sentir que el profesor hablaba un idioma que entiendo?”

 En el tiempo libre de una clase a otra, Himchan y su pequeño grupo de siete se acomodan bajo una estatua (porque los árboles ya estás ocupados) y comen los panes con carne de soya que compran en el pasillo. Jieun es la primera en suspirar cansada mientras saca un cuaderno y comienza a repasar la materia de “Estructuras Químicas” de la que no recuerda nada. El resto se calla al ver que no ha dicho nada, como si todos hubiesen esperado que ella salvara el silencio incómodo que se hace de pronto. De forma inesperada quien rompe el silencio es el mismísimo Himchan al contar con cierta autosuficiencia que todos perdonan lo bien que ha entendido al profesor Oh.

 La vida tampoco se detiene. La voz de Yongguk se lo dice en el oído cuando la risa de los otros estudiantes abruma los sentidos de Himchan.

“Detesto que no estés aquí. Yongguk… no me hagas esto, responde mis mensajes, respóndeme, no me quiero reír, no quiero escuchar a alguien reírse. Dios, soy un amargado…”

“Yongguk… perdón”

 El dedo de Himchan casi tiembla mientras envía el segundo mensaje en menos de un minuto, pero ya lo ha hecho y no le queda otra que morderse la lengua y recostarse contra la puerta fría de los baños de la universidad. Los baños con olor a aromatizante y desagüe nunca fueron el lugar favorito de Himchan: de Yongguk tampoco y sin embargo el chico se queda allí porque no soporta la presencia de todo el mundo cuando falta su mundo. Tampoco tolera el sonido de la risa de sus amigos cuando viene con una mirada cargada de preocupación y disculpas.

  ¿Por qué es tan difícil crees que está bien?

 Kim Himchan está bien.

 Estoy bien.

 Estoy bien, se repite mientras camina a casa solo después de haberse negado al ofrecimiento de Joonmyun. Necesita caminar solo, necesita concentrarse en que está bien y necesita pensar.

“Estoy pensando, ¿está bien que todo me recuerde a ti? Me afectas más de lo que me gustaría asumir

Llegaré en un par de horas, ¿podrías abrazarme cuando llegue a casa?”

 Himchan alarga el trayecto a casa varias cuadras hasta que la noche comienza a caer y ya no se siente tan seguro en la calle, así que comienza a caminar más rápido. Llega a casa casi a los diez minutos y duda antes de entrar.

“Estoy afuera, no volvamos a pelear ¿vale?”

 Sin entender muy bien por qué, Himchan quiere entrar, necesita enfrentarse a las cosas, necesita eso, necesita a Yongguk.

“Voy a entrar. Cuando estemos juntos, ámame por favor”

 Al entrar no hay abrazos, no hay ‘¿Channie-ah?’s, no hay calor que le obligue a gritar que odia la calefacción, no hay nada de lo que le gustaría. En lugar de eso hace frío, como si la casa hubiese estado desocupada desde que él se fue, hay un montón de cosas en el recibidor, incluso un par de flores secas.

 Himchan reprime las lágrimas, prefiere dejarlas para después, más tarde, cuando no pueda conciliar el sueño y las sábanas estén demasiado frías, cuando no esté Yongguk a su lado y con un sentimiento de vergüenza y rabia busque su celular para borrar todos los mensajes que le ha enviado en el día. Himchan no los lee, se los sabe de memoria, recuerda cuando escribió cada uno, recuerda la respuesta que imaginó le daría el mayor al leerlo, la forma en que rodaría los ojos, la sonrisa que no querría revelar, los bufidos cariñosos.

 Himchan no lee ninguno de sus propios mensajes en el celular de Yongguk, se los sabe de memoria. Borra todos los que envió en el día, sin embargo deja uno. El que le envió hace tres meses y medio exactamente.

Okey, okey. No peleemos más, tú ganas. Habrá ramen cuando llegues a casa. ¿Me perdonas?”

Y la respuesta;

“Disculpe, ¿es usted conocido de este número? En caso de que así sea, le informo que el dueño del móvil está en cirugía ahora, para mayor información acercarse al hospital regional, gracias.”

 Himchan se dice que borrará ese mensaje ahora, sabe que es lo que le mantiene atado, y él ya está en tiempo de querer salir adelante, aunque sea un poco. Sin embargo no puede dar con la tecla cuando los ojos se le llenan de gotitas (o es esa la excusa que se ha dado noche tras noche).

 Con la pantalla fluorescente aún entre sus dedos Himchan se duerme de nuevo.

 A la mañana siguiente lo primero que hace es buscar su propio móvil y teclear rápidamente.

“Cuando estemos juntos, ¿seremos  muy felices?”

 El vibrador suena justo en su mano; en móvil de Yongguk. 

Notas finales:

 Entonces, este lo escribí hace tiempo hehehe, pero solo hoy lo revisé, no está tan complicado como lo recordaba anyway y... sí, bueno, para quien no esntendió: Yongguk murió y Himchan le envía mensajes todos los días, mensajes que borra todas las  noches para seguir por la mañana y así.


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