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Inseguridad [KaiSoo] por SoolSan

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Notas del capitulo:

Hi! 

Gracias a las personas que comentaron y que me dieron animos para mis examenes :') ~ al fin terminé. 

Bueno, espero que haya valido la pena la espera -w- 

Les cuento que el fic tengo pensado 16 capítulos, OMG, seee ;___; ya quedá poco. 

Peroooo, tengo un HunHan Papel fotográfico [HunHan] que acabo de subir -w-

Dejo de hablar, a leeeer :3

 

 

Capítulo 10 

 

En las mañanas todo es más confuso para JongIn, sobre todo cuando el día esta nublado y débiles rayos de sol caen sobre su agotado cuerpo. El aroma a cálido verano cada vez se pierde más entre las débiles hojas de árboles botadas en el suelo, amañando cada pizca del radiante calor que queda en el aire. Seúl es farolas encendidas en la mañana y nada puede ser más difuso, y confuso a la vez. Cuando al fin el ultimo poste de luz le alumbra, y llega a esa infraestructura llamada hogar, JongIn siente amargura desprenderse de sus manos. O quizás no es amargura, si no la simple sensación de confusión constante que tiene cuando se va del departamento de KyungSoo y vuelve con la conmoción de que falta algo. Da un suspiro cuando gira la cerradura de la puerta con su llave, sintiendo el peso de la madrugada caer por sus hombros, e ingresa a su apartamento sigilosamente.

A primer paso, saca una botella de agua de su refrigerador e hidrata cada célula de su cuerpo, llenando cada sensación de vacío adyacente que se hunde por su piel. Mueve su cuello en dirección a las manecillas del reloj para quitar toda la tensión acumulada en sus músculos –y de paso liberar cada pizca de KyungSoo sobre él – da un último suspiro sobando su espalda baja, para luego hacer una inclinación en treinta y cinco grados hacía atrás haciendo tronar las articulaciones de su columna vertebral y sigue caminando en dirección a su habitación.

Cuando está a pasos de llegar a su amada cama, nota el cómo la ropa esta tirada en el pasillo que conecta su pieza con la de SeHun y cierto perfume que los ha visitado durante semanas emana de las prendas. JongIn niega con la cabeza, por el recuerdo de cierta visita en su apartamento y sólo se lanza a su pieza, demasiado cansancio para replicar por orden.

A eso de las once treinta de la mañana, cuando JongIn está pegado a su sábana y babea cada rincón de éstas, un sonido abismante de cristal quebrado proveniente de la cocina lo saca de su trance. Gruñe por los gritos que zigzaguean por las paredes hasta su alcoba y se esconde en su cubre cama.

 

—¡¿No puedes hacer nada bien?!

 

—¡Mejor anda a buscar una escoba inútil!

 

"Cállense imbéciles"Murmura Jongin mientras se revuelca en su cama y tapa su rostro con una tercera almohada. Sus parpados pesan y su cuerpo está demasiado cansado para ir a gritarles allá.

 

—¡Deja eso!

 

—Oh SeHun eres inservible. 

 

Luego del tercer “inútil” JongIn se levantó toscamente de su cama, paso a paso la furia se lo va consumiendo y todo se va volviendo rojo. En el momento que estaba frente a dos imbéciles bulliciosos, le lanzó una almohada con todas sus fuerzas al cuerpo que estaba más próximo a él.

 

—¡Ah!—Se sobó su cabeza SeHun—¡JongIn despertaste!

 

—Cómo no hacerlo si gritan como perras—gruñó furioso agarrando una manzana que estaba encima de la mesa medio somnoliento.

 

—¿Cómo te fue anoche?—sonrió divertido el menor haciéndole cejitas—. ¿Ya le pediste matrimonio?

 

—¿A quién le pediste matrimonio?—preguntó un entrometido chico medianamente alto, de piel clara, cabello cobrizo y ojos demasiado parecidos a cierto animal que confunde un poco a un adormilado JongIn.

 

—Hola tú—dice con su tono de voz serio JongIn.

 

—¡Ya! ¿A quién le pediste matrimonio JongIn?—chilló el de pelos cobrizos mientras SeHun pasaba sus brazos sobre sus hombros.

 

—A su novio Lulu—sonrió entretenido el menor mientras le daba un beso en la mejilla a LuHan—. ¿Te imaginas a alguien más idiota que JongIn? Pues, él es así.

 

—¡Ya! No es mi esposo ni nada. Ni siquiera estamos saliendo—refunfuño el canelo mientras se lanzaba al sofá—. ¿Y tú? ¿No es mejor que te quedes a vivir acá? Ahorrarías en locomoción y aportarías en algo con todo lo que comes.

 

—¡Y a ti que te importa!—lanzó devuelta el almohadón al rubio—. No me vengo a comer tú estúpida comida.

 

—Te vienes a comer a SeHun—bufó el moreno.

 

—De todos modos—rodó los ojos—, ¿Con quién estás saliendo?

 

—¿A ti qué te importa?.

 

—¿Ustedes dos algún día se llevarán bien?—se carcajeó el menor viendo la entretenida escena de JongIn con LuHan. Los dos mencionados lo miraron fijamente y SeHun decidió quedarse callado. Eso fue un no.

 

 

—Quiero saberlo—amenazó con el dedo índice al rubio—. Hunnie de todas formas me lo dirá, así que mejor dímelo por las buenas.  

 

—Eres tan insoportable—JongIn se levantó mientras se sobaba con la yema de sus dedos sus sienes—. No sé cómo SeHun no te manda a China luego—el menor pasó al lado de LuHan y chocó su hombro con el de él, ignorándolo siguió hasta su alcoba. El de pelo cobrizo rodó los ojos al sentir la puerta chocar contra la muralla, y se dio media vuelta para encontrarse con SeHun que le sonreía tiernamente.

 

— ¿Con quién está saliendo?—Hizo un puchero el mayor—. No le diré a nadie.

 

—Pareces vieja chismosa Lulu—se carcajeó el menor dándole un pequeño beso en los labios—. Si te cuento no puedes decirle a nadie, ni siquiera a tu almohada.

 

—Está bien—afirmó con la cabeza y le dio otro beso en los labios al menor.

 

—Júralo—entre cerro los ojos el de pelos grisáceos.

 

—¡Lo juro!—levantó su dedo meñique derecho, sacando la risa de ambos.

 

—JongIn está saliendo con KyungSoo—dijo serio el menor alejándose del cuerpo de LuHan para tomar la escoba y recoger los trozos de vidrio en el piso, el mayor parpadeo confundido y se quedó mirando a la nada.

 

—¿De qué curso?—preguntó con nerviosismo el mayor. No puede ser ese KyungSoo.

 

—De ningún curso—se encogió de hombros—, es el Profesor Do KyungSoo.  

 

LuHan sintió una corriente fría recorrer su espalda y no pudo no quedar con la boca abierta. SeHun lo quedó mirando entretenido pero el mayor estaba tan impactado que siguió con su mandíbula articulada ampliamente.

Ese estúpido de JongIn se había acostado con KyungSoo ¿En serio? Hasta en eso podía superarlo. No bastaba con que JongIn fuera el mejor en el taller de danza de la universidad, no era suficiente con qué pasara todo el día con SeHun, siendo que él ruega en las noches por pasar aunque sea un segundo más con él. No bastaba con que fuera en primero y casi media universidad chillara por él. Si no que ahora, JongIn se está sirviendo a KyungSoo, a su hyung, a su mejor amigo. Ese idiota lo pagara. 

Si hay algo que JongIn no puede ganarle a LuHan, es que él tiene el corazón de KyungSoo.

Sentados alrededor de la mesa redonda que se encontraba en la cocina, el ambiente estaba bastante silencioso. De fondo se escuchan los platos pasarse de un lado a otro, la loza chocando con los palillos, la salsa picante pasarse de mano en mano, la gaseosa servirse en los vasos; ninguna palabra.

JongIn un poco fatigado, por ser su primer sábado después de meses libre –y de casi cuatro días ir a cuidar a KyungSoo– lanza todo su peso en la silla y perezosamente choca hombros con SeHun. Viendo como ambos se sonreían, LuHan sintió su pecho en arder en furia e inflo sus mejillas para tragarse el odio por JongIn.

 

—¿Qué te pasa Lulu?—preguntó divertido el menor pinchándole con un palillo la mejilla.

 

—Nada—miró serio a los dos menores—, JongIn ¿cómo conociste a KyungSoo?—el rubio lanzó su bebida por la boca directo a la cara de SeHun y comenzó a golpearse con su puño en el pecho.

 

—¡Qué asco!—chilló el menor, mientras agarraba una servilleta y se limpiaba el rostro.  

 

—¿Q-qué?—preguntó casi vomitando JongIn.

 

—Yo soy muy amigo de KyungSoo hyung—sonrió malévolamente—, y nunca me había hablado de ti.

 

– ¿Amigos? –preguntaron los dos menores mirando anonadados al de pelos cobrizo que se encogía de hombros mientras echaba salsa picante en su arroz.

 

—No te creo—dijo demasiado fuera de sí el rubio—. Debes querer joderme, KyungSoo nunca me ha hablado de ti.

 

—¿Quieres comprobarlo?—lo miro desafiante. JongIn lo amenazó con la mirada y ambos asintieron. SeHun se corrió a un lado y siguió comiendo su kimbap tranquilamente, ignorando el fuego salir en aquel sector.

 

Marcando 

KyungSoo Hyung <3

 

– Alo ¿LuHan?

– Hola hyung ¿Cómo estás?

– Bien, bien. Lulu ¿Qué pasa?

– Oh, nada en verdad, quería saber cómo estabas hyung, el otro día en el café te fuiste rápido.

– Ahm, sí.  

–  ¿Conoces a JongIn?

– ¿Cómo?

– JongIn: uno negro, rubio, labios abultados.

– Sí, lo conozco ¿por qué?

– ¿Puedo ir a verte a tu casa?

– ¿Qué mierda te pasa? ¿Terminaste con ese crio que estabas saliendo?

– Nop, aún salgo con SeHun.

– ¡SEHUUUUUUN!

– Voy para allá hyung

– ESPERA LUHAN, NO ME JODAS, OH SEHUN Y KIM JONGIN ESTAN AHÍ.

– Adiós hyung, nos vemos. 

 

 

El rostro descolocado de JongIn hizo que LuHan sonriera felizmente y prosiguiera a comer su delicioso, y ahora ultimo victorioso almuerzo. SeHun miró con cierta duda a su pareja, que lanzaba corrientes de odio con los ojos hacía un rubio traumado y soltó un suspiro. A veces LuHan podía ser muy malcriado.

 

—Pónganse guapos para ir a ver a KyungSoo hyung—sonrió LuHan sacando algunas verduras del plato de SeHun.

 

—De verdad son amigos—JongIn hizo sonar sus dientes y puso su mejor cara de odio mientras atraía su arroz a la boca—. ¿Y tú de que vas? No me interesa lo que tengas con KyungSoo.

 

—¿Seguro?—enarcó una ceja con entretención.

 

—Estas saliendo con SeHun, ni de broma hyung haría algo como eso—dijo con esperanza en su voz.

 

—Vamos Kai, no seas tan aguafiestas—el de pelos castaños acercó su silla a la de SeHun y le tomó la mano por debajo de la mesa—. Sólo quiero que hablemos, hyung es mi amigo y tú su novio.

 

—¡Qué te den idiota!—el pelirrubio se levantó enfadado del lugar y removió sus cabellos con enojo, dio un enorme suspiro y centralizó su mirada en la pareja—. En diez minutos si no están listos no voy a ningún lado—lanzó un poco desesperado. Luego de aquella intervención algo dramática, el trasero de JongIn desapareció del comedor.  

 

—¿Qué te traes Lulu?—preguntó dudoso SeHun viendo la retorcida sonrisa del mayor.

 

—Sólo quiero saber qué tan serio es—se encogió de hombros—, yo ya te había  hablado de hyung ¿Por qué nunca me contaste de esto?

 

—De alguna forma no me imaginé que el KyungSoo hyung que hablabas, era el profesor Do KyungSoo—pestañeó aturdido.

 

—A veces eres demasiado lento—le dio un beso en la mejilla—. No te preocupes, sólo quiero torturar un rato al negro—sonrió con malicia. El menor tragó al ver la maldad pura salir de esos inocentes ojos de ciervo—. Me ha estado molestando por semanas, se lo merece—estaba demás decir que si LuHan pudiera reír malévolamente, lo haría sin descaro.

 

—No lo hagas llorar Lulu—dijo ahora serio el menor tomando por la barbilla a su acompañante —. KyungSoo…Es importante para JongIn—LuHan asintió y se dieron un beso cariñoso apagado por sonrisas.

 

Decir que a JongIn le temblaban las manos es casi aligerar demasiado la narración. JongIn sudaba frio, siendo que caían al menos treinta grados sobre el pavimento, las palmas de sus manos estaban húmedas, su labio estaba todo mordisqueado y para que mencionar su rostro; pálido como el de SeHun. LuHan colocó su dedo índice sobre el timbre y al canelo se le seco por completo la garganta, esto está siendo demasiado incomodó y enfermizo.

Luego de que pasaran al menos cuatro segundos del primer toque en el ruidoso aparato, la puerta comenzó a abrirse y JongIn de forma sutil, cree que el mundo se puede ir a la mierda. Sintiendo el pánico adentrarse a sus venas, agarro a SeHun y lo lanzo al lado de LuHan, quedándose él a un rincón, casi pasando de ser per servido.

 

—Hola LuHan—dijo demasiado serio el mayor—. Señor Oh.

 

—¡Hola KyungSoo hyung!—se lanzó el de pelos castaños hacia el mayor abrazándolo con demasiada euforia.

 

—Hola profesor Do—dijo sereno el menor, tratando de ignorar la mirada amenazadora del pelinegro.

 

—Pasen—sonrió a la fuerza. La pareja se tomó de la mano y avanzaron hasta el lugar—. JongIn—sentenció con tranquilidad—. Ya sal de ahí y pasa.

 

—H-hola—sonrió con timidez—, de nuevo hyung—el mayor rotó los ojos y lanzó el cuerpo del menor hacia adentro.

 

KyungSoo claramente les tenía una merienda preparada en la mesada principal; llena de molestia, desesperación, impaciencia  y cierta amargura derramándose por los costados.

 

—¿A qué viene todo esto?—Preguntó sin tratar de mandar al demonio al trio de mocosos que estaban en su departamento—. ¿Convención de niñatos?—o algo parecido.

 

—¿Por qué estás enojado hyung?—Hizo una mueca de tristeza el castaño—. Sólo queríamos hacerte una visita, ahora que estas saliendo con Jonginnie.

 

—¡No me digas así con tu fea boca!—gruñó el canelo—. ¡KyungSoo la idea fue de ese rarito de ahí! Yo ni siquiera he hablado de ti con él.

 

—¡A quién le dices rarito estúpido!

 

—¡Cállense!—Gritó el mayor de todos haciendo que el trío lo quedara mirando perplejos—. Ahora que tengo su atención—sonrió con evidente enojo—, SeHun va a decir qué carajos hacen aquí, por qué LuHan sabe que estoy con JongIn y qué traman—fulminó con una sonrisa algo siniestra dirigida con dulzura hacia el menor.

 

—E-eh…—tartamudeó el menor. Tragó sonoramente y vio como todos lo observaban atentos—B-bueno, LuHan supo que JongIn estaba saliendo contigo por mí. Estamos acá porque JongIn no se creía que eran amigos y … y no sé qué se trama LuHan.

 

—Bien—se acercó a dónde LuHan que estaba estático al lado de su novio y se le erizaron los vellos de la nuca cuando sintió el tacto del pelinegro sobre su cabello, sintiendo el enojo adentrarse a sus poros—. Lulu ¿Qué te tramas?—sonrió con lindura; lindura vehemente diabólica.

 

—¡Ya!—Gritó nervioso—. Sólo quería saber si estabas saliendo con JongIn, nada más. Hyung nunca me ocultas estas cosas, ¿por qué no me contaste?—KyungSoo suspiró pesadamente y se dejó caer en su sofá; colocando su dedo pulgar e índice en el puente de su nariz drámaticamente.

 

—¿Qué he hecho yo para merecer esto?—Musito mirando hacia el techo pidiendo clemencia—. ¿Acaso follar es tan malo Dios?—los tres jóvenes lo miraban con asombro y decidieron sentarse en los sillones desocupados—. Sólo quiero paz y tranquilidad, y me traes a tres mocosos raros a mi departamento.

 

—KyungSoo hyung…—dijeron los tres al alucino.

 

—En fin... ¿En qué estábamos?—Suspiro nuevamente el pelinegro volviendo en sí mismo—.Ah si, JongIn—sonrió—. ¿Estamos saliendo?

 

—Eh—el moreno trago y negó—, digo no lo sé. Pero, aish—se mordió la lengua por la confusión.

 

—¿Qué hacen ustedes tres acá?—arqueó una ceja un desaliñado BaekHyun que venía pegado con ChanYeol en su espalda.

 

—¡BaekHyun!—Gritó feliz LuHan—. Tú eres el único que me puede decir la verdad.

 

—¿Estas saliendo con el señor Oh?—preguntó dudoso viéndolos tomado de la mano. El de pelos cobrizos asintió y SeHun se hundió en el sillón por su sonrojo—. ¡Omo! ¡Felicidades! ¿acaso ya no queda gente heterosexual en este mundo?Todos los que estaban en el living se le quedaron mirando, ya que detrás de él tenía a cierta torre toqueteándolo—. ¿Qué?

 

—Baekkie—dijo con serenidad KyungSoo—, eres el peor para decir algo así.

 

—Sólo decía—se encogió de hombros—. ¿Qué quieres saber Lulu?

 

—¿KyungSoo hyung está saliendo con JongIn?

 

—¡Por supuesto!—sonrió—. ¿No ves como el amor flota en el aire en este salón? No me sorprendería que sonaran campanas de boda entre esos dos ¿Cierto JongIn oppa?—se comenzó a carcajear sonoramente al recordar esa asquerosa escena mientras veía el rostro perplejo de JongIn.

 

—BaekHyun—habló con demasiada seriedad KyungSoo—. Si dices algo más, créeme que no terminaras con tu cuerpo entero—el castaño ignoro las señales de “te voy a matar si dices algo más pedazo de basura” tan característico de su amigo y rodó los ojos.

 

—Como no te puedo contar los datos picantes—le cerró un ojo a LuHan burlescamente—. Te cuento que JongIn se colocó la polera preferida de KyungKyung y se la llevo a su casa ¿No son una monada?—puso sus manos en sus mejillas y casi chilla como una niña.

 

—¡¿Quéeeeeeeeeeee?!—LuHan lanzó un gritó algo ensordecedor, haciendo escapar un chasquido de la lengua de JongIn y KyungSoo.

 

—Síp—asintió BaekHyun—. Es una pena LuHan, pero ya no eres el favorito de KyungSoo. 

 

—¿Favorito?—preguntaron al alucino ChanYeol, SeHun y JongIn, mirándose con cara de duda.  

 

—¿No lo sabían?—KyungSoo abrió sus ojos casi cayéndoseles al suelo y se levantó del sofá rápidamente. Cuando estaba a centímetros de mandarle una patada voladora en las partes sensibles a su amigo para que cerrara esa boca floja, BaekHyun habló—. El primer amor de KyungSoo fue LuHan.

 

Silencio. El sonido de los autos entrando por los vidrios acompañaba a un montón de rostros de confusión –a excepción de BaekHyun claro – en el aire se sentía la tensión adentrarse por cada centímetro de piel de las personas que se encontraban en el salón, que de pronto se ha vuelto minúsculo.

KyungSoo lo único que atina a hacer es mirar a JongIn, que al parecer se fue a Norteamérica porque su cuerpo ni su mente están acá. El molesto ruido del silencio irrita a todos los que se encuentran en el lugar, mientras se miran con rostros de incomprensión total, LuHan mira abochornado a todos lados, y sólo pone su cabeza en el hombro de SeHun, tratando de esconder todo sus caprichos ahí. KyungSoo decide que esto ya está del asco así que aclara su voz con notoriedad. 

 

—LuHan, SeHun—dijo relajadamente —. ¿Me dejan a JongIn por un segundo?

 

—Eh... claro hyung—sonrió el de pelos cobrizos—. Adiós Baek, adiós Chan.   

 

—Te dije que no hicieras llorar a JongIn LuHan—gruñó el de pelos grisáceos antes de salir del lugar y darle un pequeño golpe en las costillas a su novio con su codo—. Perdón por todo ¡Innie te dejamos en las manos de Soo hyung!—dio una última reverencia y ambos salieron del apartamento. 

 

—¿Me dejan solo con JongIn?

 

—Perdón—murmuró BaekHyun arrepentido antes de adentrarse a su alcoba seguido por ChanYeol que preguntaba qué diablos había ocurrido.

 

JongIn es un manojo de músculos contraídos y un rostro de ensimismamiento puro. El murmullo de los árboles choca contra el edificio logrando traer a la tierra a KyungSoo, que observa con una extraña sensación en su estómago a su acompañante.

En un intento de tragarse sus propios nervios y de manejar los de JongIn, coloca su cuerpo sobre los muslos flojos del menor, se sienta relajadamente sobre ellos, pasa sus brazos por encima de sus hombros y lo queda mirando fijamente. KyungSoo siente esa presión en su pecho que le recuerda que JongIn es alguien demasiado especial para mandarlo a lavar ropa sucia a la orillas del lago en invierno, y se retuerce en su miseria al sentir como la piel de JongIn hace que la suya se erice.

 

—JongIn—musitó casi como un canto—. JongIn ¿estás bien?

 

—No.

 

—¿Qué pasa?—preguntó dudoso. La respuesta es demasiado clara y sencilla, pero ahí están sus ganas de no hablar de LuHan con JongIn.

 

—¿Es verdad?

 

—Baek está loco.

 

—Soo.

 

—Sí, es verdad. 

 

—Aún… ¿lo quieres?—la voz de JongIn es amarga. Y no se sabe cómo, pero entristece cada partícula que habita en el aire.

 

—LuHan fue alguien especial y que nunca quise dañar. Ya es cosa del pasado—KyungSoo juega con el pelo del menor,  desmañando poco a poco sus nervios—. Creo que ya es muy tarde contigo—sonrió con angustia y colocó más de su peso sobre las piernas del menor—. Ya te he dañado mucho.

 

—¿Por qué él? ¿Qué tenía él?—JongIn pasó sus manos alrededor de la cintura del mayor y dejí caer su cara sobre su hombro.

 

—No me pidió nada a cambio—JongIn siente la respiración de KyungSoo detenerse, y se retuerce cuando siente como una bocanada de aire se escapa de sus labios—. El sólo me abrazó y me sonrió sin nada a cambio. Creo que para alguien que no le gusta mostrar sus emociones, que alguien te quiera sin nada a cambio es muy bueno. Nunca me replicó por nada, sólo era yo mismo con él. 

 

—¿Lo tocaste?

 

—Somos amigos JongIn…

 

—No pregunté eso, sabes a qué me refiero.

 

—Nunca lo hicimos. Pero, puede que haya cierta vez en que rozamos labios. 

 

—¿Es demasiado pedir que olvides todo de él?—JongIn levanta su rostro completamente rojo, y mira a KyungSoo a los ojos. Sus orbes marrones absorben cada chispa de compasión que salen de los enormes ojos del mayor y se abalanza sobre sus labios—. Que te olvides de cada sonrisa de él—muerde su labios con impaciencia y siente como los jadeos de su maestro se escapan peligrosamente por sus labios. JongIn en un movimiento rápido y conciso posiciona a KyungSoo abajo suyo en el sofá y lo aprisiona en la superficie del inmueble—. Que sólo exista JongIn en tu cabeza. Que cada risa, abrazo y momento feliz sea tallado por mí —la respiración de KyungSoo cae sobre su rostro, y en un movimiento impulsivo sus miradas se conectaron por segundos; segundos que saben a horas y horas que parecen ser eternas.

 

—JongIn—susurra con agonía mientras lo atrae con sus manos hacia sus propios labios—. Ya has tallado más de lo que LuHan había hecho. Ya eres mío—el pelinegro sonríe, de la única forma que el moreno sabe que todo es real, y coloca sus manos frías sobre las mejillas de éste—. Has que sólo piense en JongIn las veinticuatro horas.

 

—Eso fue demasiado cursi—se carcajea.

 

—Me estoy esforzando.

 

—Di que me quieres.

 

—Te quiero.

 

—Yo también hyung—JongIn amolda sus labios contra los de KyungSoo, y luego beso cada rincón de su rostro. Centímetro por centímetro delimita su territorio, su nariz roza cada parte sensible de la piel contraria, anida lo que está apunto de decir; ya que está sentenciado a amar—. ¿Quieres salir conmigo?

 

—Sólo si nos quedamos así un rato más—KyungSoo cierra sus ojos y atrae a JongIn en un beso demasiado lento y descuidado. Uno que sabe a todas sus preocupaciones pero que se diluyen con el rose de sus labios—. Es lindo poder abrazar a alguien así. Y más si... es contigo—JongIn sonríe a todo dientes cuando ve el pequeño sonrojo de su hyung aflorar por aquellas palabras y se acomoda a la perfección entre el cuerpo de él.

 

—¿Sabes que esto es inmoral cierto?—pregunta pensativo apoyando su peso en el cuerpo del mayor entrelazando a la perfección sus piernas con las suya—. Un maestro y su alumno !que repugnancia!—dijo entre risas mientras acomodaba aún sus piernas con las del pelinegro.  

 

—Debiste pensar en tus morales antes Jonginnie—respondió entretenido—. Oye pesas ¿sabes?

 

—¿Cuándo te titulas de profesor no hacen un juramento?—JongIn hizo una mueca infantil y KyungSoo alzó una ceja expectante—. Algo como: No follaras a tus alumnos—dijo con voz solemne—, ¿o algo así?—dirigió su mirada al rostro pensativo del pelinegro.

 

—De verdad pesas—pasó sus manos alrededor del cuello del menor y empezó a jugar con los cabellos cercanos a su nuca—. No JongIn, no hacemos esa clase de juramentos infantiles. Se supone que uno conoce esos reglamentos.

 

—Tú no—lo acusó aún muy sonriente. 

 

—Y tú no conoces la decencia—lo miró serio—. Entrar a un salón de clases con esas ropas ¿a quién buscabas atraer?

 

—A mi maestro maniático sexual—colocó una mirada seductora. Kyungsoo frunció el ceño—. ¿Quieres cambiar de posición?

 

—¡No soy maniático!—Elevó la voz enfadado—. Y no, estoy bien.

 

—¡Qué terco eres amorcito!

 

—¡Asco!—hizo una mueca de espanto el mayor.

 

—¿Lindura?—negó—. ¿Bombón?—KyungSoo frunció más el ceño—. ¿Cielito?—el mayor rodó los ojos y dejo escapar un suspiró.

 

—Dime KyungSoo—dijo relajado. Acercó la nuca del menor que estaba en su poder y le dio un corto beso en los labios—. Soo—otro pequeño beso en sus labios y JongIn se carcajea—. Kyung—ahora es uno más largo, la respiración del menor se detiene y profundiza  con su lengua—. D.O—susurra entre jadeos.

 

—Eres todo un caso—musita encima de los labios del mayor  y contrae su cuerpo al sentir las manos frías de KyungSoo sobre su cara—. Un muy lindo caso.

 

—Ignorare lo de lindo si te callas y me besas.

 

—Antes eras menos exigente—frunció el ceño y acomodó su rostro contra el del mayor. Olió el perfecto aroma de KyungSoo, que es algo así como a vainilla con limón, y JongIn no puede evitar sentirse exorbitantemente feliz.

 

—¡Ya cállate!—gruño nervioso.

 

Los segundos se extienden como el agua cada vez que JongIn toca un centímetro de piel de KyungSoo, fluye sin siquiera uno darse cuenta. Los minutos parecen no morir cuando se tocan y explotan cuando sueltan pequeñas risas que se difunden por el aire, perdiéndose en montones de partículas minúsculas e imperceptibles.

Cuando KyungSoo roza sus labios contras los de JongIn recrea en su mente que esto no está mal. Que no es inmoral, que el amor lo puede todo, que no importa que lo despidan si saben que esta con un estudiante, que JongIn tiene cinco años menos y no importa. Que no importa que JongIn sepa que él es débil y que en verdad quiere cambiar de posición, porque en verdad es frágil, tanto como un crio de secundaria. 

 

Nada importa si esta junto a JongIn.  

 

—Jonginnie—musita lenta, y jadeantemente KyungSoo—. Ha pasado un tiempo...

 

—¿Es enserio? Tienes que ir a ver a un psicólogo, tú libido no es normal.

 

—Eso será luego—KyungSoo sonríe muy ampliamente mientras frota su pierna contra el mimbro algo despierto del menor sin descaro, y Jongin gimé silenciosamente—. Si lo haces rápido, Baek no nos pilla. 

 

—¿Desafío?—se carcajea el menor mientras mete su mano bajo los pantalones del mayor y besa lentamente sus mejillas.

 

—Examen práctico de cómo follar sin llamar la atención de Byun.

 

—Tienes imaginación—sonríe con picardía el pelirrubio—. Pero acepto.

 

JongIn se levantó de encima de KyungSoo y se colocó de rodillas sobre el sofá mirando a cada momento al pelinegro que mordía su labio inferior con impaciencia. Agarro ambas piernas del mayor y las paso delicadamente alrededor de su propia cintura, sintiendo como los muslos del mayor se aferraban con más fuerza y provocaban que sus intimidades se rozaran haciéndolos jadear.

El menor bajo lentamente el cierre del pantalón de KyungSoo y colocó más de su peso hacía adelante dándole pequeños besos en el cuello. Cuando el pantalón del mayor ya estaba  lanzado a la orilla del sofá y JongIn ya tenía su propio miembro erecto, aún cubierto por su ropa interior, chocando imprudentemente en la entrada de KyungSoo, el mayor lo atrajo con sus brazos hacía adelante para que se besaran apasionadamente. Sus lenguas se encontraron y el pene de JongIn pedía lastimosamente entrar rápido donde KyungSoo, sus labios luchaban inconscientemente mientras el mayor rasguñaba los omoplatos del pelirrubio por encima de la tela.

 

—¿Ustedes no estaban peleando?—preguntó ChanYeol desde el pasillo mirándolos incrédulamente con una bandeja en mano.

 

—¿Reconciliación?—respondió con una media sonrisa el mayor mientras colocaba su peso sobre sus codos. JongIn hundió su cabeza en el hueco del cuello de KyungSoo mientras sollozaba “por qué justo ahora” como una niña.

 

—El sofá de Baek…

 

—10.000 wons.

 

—Sigan discutiendo.

 

Cuando el gigante desapareció del living KyungSoo metió sus manos bajo la playera del menor y sintió como JongIn le mordió el cuello suavemente.

 

—¿Podemos seguir?

 

—Aún no pasas el examen.

 

 

—Ya verás. 

 

 

Notas finales:

Perdón si está rara la redacción, choque de ideas y de escritura >_< 

De un día para otro todo se volvió rosas y caramelos asddfg espero siga así :P

 

Espero les guste


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