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Inseguridad [KaiSoo] por SoolSan

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Notas del capitulo:

Hi ~

Actualizacióoooon ^^ queda poco ~~ 

Les dije que subí un HunHan? bueno ahore les cuento Papel fotográfico [HunHan] echenle una mirada :) - sin presión jeje 

Gracias a todas las personas que comentan y siguen mi fic :) soy muy feliz *u* sobrepasamos las 11 mil lecturas yeeeey -tira confeti. 

Espero les guste el capi <3333

Capítulo 11

 

 

 

Mientras las semanas pasan rápida y sigilosamente, difuminándose de a poco por los amplios campos y perdiéndose entre montones de espejismos, el clima templado gradualmente pasa a ser nubloso. El viento frio se apodera de las calles y domina con cada ráfaga fugaz de aire los enormes pasajes que abordan cada rincón. Las hojas de color marrón adornan el pavimento, esparciéndose con delicadeza redecorando los rincones de la ciudad, distrayendo los kilómetros de cemento con su belleza.

El rastro de verano vagamente se va  perdiendo entre las tonalidades cafés que ahora adornan la metrópolis, un Seúl ahogado entre sonidos de vehículos, máquinas de construcción, negocios ambulantes en las calles repletando de murmullos todo el lugar. Ruidos y olores que dan a entender que el cálido verano ya se fue y los mesen han pasado, las horas se han diluido, y el otoño se envuelve de un cronometro para no disiparse tan luego como lo hace siempre. 

Cubierto en capaz de ropa demasiado oscura, una bufanda color roja reluciente envuelto a la perfección alrededor de su cuello, acompañado de un halo de vapor saliendo por su boca y con un maletín entre sus dedos se encuentra Do KyungSoo caminando por las ruidosas calles de Seúl, puntualmente en el centro, con dirección a dictar sus ultima clase antes de que empiecen los exámenes y el semestre se acabe.

Mientras se detiene en el cruce que lo distrae con montones de autos luchando por avanzar más rápido que el vehículo que le sigue, KyungSoo siente una pequeña vibración en el bolsillo de su chaqueta. Fija su mirada en el semáforo que le indica que se quede quieto y espere para avanzar, y luego saca el aparato para echarle una mirada a su nuevo mensaje.

 

 

De: Kim Jonginnie :) <3

 

Leído a las 09:30 am

 

Te espero en la esquina de siempre ;) ¡hoy está muy helado hyung! Apúrate~ 

 

KyungSoo hace un pequeño chasquido con su lengua y niega con su cabeza, cierra los ojos y da un profundo suspiro, sus labios se arquean de forma inconsciente en una sonrisa torcida. Alza la vista y nota como la marcha de los vehículos se detuvo y ahora la montonera de gente le está empujando para poder pasar sobre él.

Guarda su teléfono en el bolsillo y avanza con astucia antes de que alguien lo deje tirado sobre el pavimento, como todo lunes por la mañana la gente está muy ocupada de sus vidas para fijarse en su entorno y desploma lo que sea que se le cruce.

 

 

Para: Kim Jonginnie :) <3

 

Enviado a las 09:34 am 

 

¿Qué caso tiene el mensaje si de todos modos estarás parado ahí idiota? Sí está muy helado… ya voy llegando Jonginnie :)

 

 

De: Kim Jonginnie :)

 

Leído a las 09:40 am 

 

Eres tan bipolar hyung  .-.

 

 

De: Soo hyung

 

Leído a las 09:50 am 

 

¿No tenías otra chaqueta que ponerte? Es la misma que usaste el sábado.

 

 

JongIn levantó la vista de la pantalla de su teléfono celular y noto la presencia de KyungSoo justo al frente suyo, sonriéndole tan limpia y sinceramente que el menor casi se desmaya ahí mismo.  Una pequeña brisa otoñal corrió entre medio de sus cuerpos y KyungSoo se abrazó a si mismo mientras sus labios temblaban, el menor hizo un mohín de adoración ante la presencia de un adorable hyung con frio, apariciones que JongIn siempre marca a fuego en su memoria.

 

—¿Qué tiene de malo mi chaqueta?

 

—Tienes más bonitas—dijo entretenido el mayor mientras comenzaba a caminar en dirección a la universidad—. Hace un frio horrible, y eso que apenas está comenzando el otoño.

 

—Quizás es porque tú cuerpo se acostumbró a mi calor corporal que lo notas más—KyungSoo se detuvo en seco y miró fijamente a la persona que estaba a su lado, conectaron las miradas y luego botó un suspiro.

 

—¿Es en serio?—enarcó una ceja y luego siguió caminando.

 

—¡¿Qué!? 

 

—No sé en qué momento llegamos a esto. 

 

—En el momento que dijiste: ¡Oh JongIn, me gustas! Quiero tener hijos contigo y llevar un lindo vestido de novia en nuestro matrimonio ¿no lo recuerdas?

 

—No recuerdo eso—frunció el ceño el pelinegro mientras miraba sigilosamente por las calles para ver si alguna alma los estaba oyendo—. Pero pienso que te verías lindo con vestido—sonrió y le dio una señal con la mano para que cruzaran por la calle.

 

—Ugh no—JongIn colocó cara de asco—. ¿Qué clase de fantasía tienes en tu cabeza pervertido?

 

—Créeme, no hay ninguna que implique tú cuerpo y un vestido; tienes demasiada espalda, tus piernas son anchas, no tienes cintura y tus brazos no son nada estéticos—el mayor se detuvo y dejo que JongIn lo adelantara y fijo su vista en cierta área trasera—. Tu trasero está bien, pero no serias muy femenina.

 

—¿No habías dicho que me vería lindo?—JongIn fijo su vista hacia al frente y notó como el frontis de la Universidad empezaba a acercarse más, inflo sus mejillas infantilmente mientras observa al mayor sacar algo de dinero para detenerse a comprar un café en la tienda de la esquina, claramente ignorándolo—. ¿Escuchaste hyung?

 

—Dije que te verías lindo. No bien—le sonrió burlonamente el mayor—. Deja de fantasear con ser una chica y entra a clases.

 

—Sería muy linda.

 

—Ajá. Qué tengas un lindo día Jonginnie. 

 

—¡Hyung!

 

—¿Uhm?—lo miró un poco perdido el mayor, viendo el pequeño sonrojo del menor en sus mejillas y sus orejas coloradas—. ¿Qué pasa?

 

—¡No te escapes el viernes!—es lo que grita al último JongIn antes de salir corriendo hacía a la universidad dándole la espalda al mayor. KyungSoo abrió sus ojos y negó con la cabeza al recordar el lindo sonrojo en sus mejillas.

 

Procedió a pedirle a la cajera del pequeño local un café no muy cargado con vainilla. El frio ha llegado y a KyungSoo enserio que le gusta, lo disfruta mil veces más que el verano, con sudor y montones de ventiladores para sobrevivir.  Bienvenido sea el otoño para él que toma entre sus dedos el vaso de cartón que poco a poco va irradiando su calor a través de su mano.

La cajera, sin que KyungSoo lo notase –o bueno sí, ya que hace bastante que lo está mirando muy sonriente – le entregó  algo temblorosa una servilleta mientras le agitaba la mano enfrente de su cara para que la mirara a los ojos, el pelinegro la miró y notó su rostro totalmente rojo, demasiado para ser normal. Facciones armoniosas, cabello castaño claro llegando hasta sus hombros, labios rosa y pechos normales, nada fuera de lo común, sentencia mientras recorre con suspicacia el rostro abochornado de la chica. Él amablemente  agarró el papel  y rozaron dedos, pero lo ignoro, guardo el papel en el bolsillo de su chaqueta  y dice un pequeño gracias medio sonriente mientras sale del local en dirección a su trabajo. No fue necesario leer el papel, ya que vio tinta negra y números muy bien escritos.

Tomó un sorbo de su café mientras caminaba despreocupado por la acera pensando en la última frase de JongIn, sus labios se arquearon al recordar lo mucho que JongIn ha insistido por esa salida, casi una semana entera lloriqueando por la tan aclamada “cita”. Y como ustedes sabrán, KyungSoo odia las citas. Denle a elegir entre comer pollo frito tirado en su sofá con JongIn encima de su regazo –si es que alguna vez JongIn sede y se hace la princesa– viendo cualquier cosa en la televisión, o ir a una cena asquerosamente cara y lujosa, con velas rojas y champagne vulgarmente ostentoso para brindar por lo que sea que la gente haga eso. Los besos con sabor a pollo frito tienen mejor gusto que la falsedad y la banalidad oculta del champagne con las velas rojas derritiéndose mientras se ocultan en las sombras tristes de la noche.

Así que KyungSoo a duras penas llegó a un acuerdo con JongIn, algo sencillo que pondría al menor feliz y seguro, ya que él no quiere que JongIn piense boberías de niñato post púber “Mi hyung me reniega en público” “Soy demasiado feo para él” “Sólo quiere follarme y nunca me ha querido” o cosas que los adolescentes piensan.

El acuerdo fue simple: viernes, salida al centro comercial y luego al cine. Listo, nada fuera de lo común. Y en verdad no necesita más, sólo con estar caminando junto a JongIn es feliz.

 

—Qué pensativo—escuchó una voz que lo saco de su subconsciente. Levantó la mirada mientras terminaba de guardar algunos archivos en su carpeta que sacaba perezosamente de su estante en la sala de maestros y se pilló con la sonrisa demasiado amplia de BaekHyun—. ¿Estás pensando en alguien Kyunggie?—canturreó mientras pasaba por su lado con una melodía melosa.

 

—¿Crees que JongIn se vería bien con vestido?—dijo con la mirada perdida en algún lugar mientras colocaba la carpeta en su maletín.

 

—¿Esa mierda estabas pensando?—rodó los ojos claramente con enfado—. No, se vería pésimo. Hasta ChanYeol se vería mejor.

 

—Qué horrible—se carcajeó sonoramente mientras se imaginaba al gigante en faldas—. Espero no ver nunca eso la verdad.

 

—Y yo espero nunca ver a JongIn con vestido en mi apartamento. Te lo recuerdo Do KyungSoo, el uso de faldas y objetos fetichistas están renegados.

 

—Baekkie—dijo KyungSooserio, perturbando un poco a su amigo, que notó cómo de a poco se iba colocando más nervioso y se mordía su labio inferior con demasiada imprudencia. BaekHyun rogó porque KyungSoo no saliera con alguna fantasía homo-erótica que quisiera cumplir—. El viernes iré con JongIn al cine, me preguntaba si…

 

—¡¿Qué?!—chilló sonoramente—. ¡Espera, espera, espera! Para el carro—puso las palmas de sus manos frente al rostro color carmesí de su amigo y luego lo tomó por los hombros—. Tú, un cine y JongIn ¿Qué carajo? ¿Ya te aburriste de hacerlo en el salón?

 

—Eso nunca me aburriría—desvío la mirada. BaekHyun tembló y abrió más sus ojos—. Y-ya sabes… centro comercial.

 

—¿Estas de broma? ¡Tú quieres matarme! eso es lo más seguro ¿Dónde está la cámara?

 

—Ojalá fuera una broma. 

 

– ¿Quieres consejos sobre citas Kyunggie?—colocó una sonrisa maléfica, perversa, siniestra. Todos los sinónimos de maldad posible—. Nunca pensé que llegaría este momento.

 

—No te pases, sólo no quiero cagarla. Ya sabes que Jongin es un poco sentimental.

 

—¡KyungSoo está enamorado!—comenzó a cantar mientras tocaba sus mejillas imprudentemente.

 

Cuando KyungSoo estaba a punto de mandar a la mierda a su amigo, y de pasada patearlo en las costillas, una vocecita peculiar los distrajo mientras lo observaban entrar muy alegremente por la puerta de la sala.

 

—Señoritas—habló el hombre de cabellos rojizos, de tez blanca y bastante más alto que los dos chicos con una sonrisa en los labios quedándose de frente a ellos. Ambos miraron de reojo a la persona y lanzaron un resoplido—. ¿Interrumpo algo?

 

—Piérdete Heechul—ladró BaekHyun algo conmocionado—KyungSoo iba a decir algo importante.

 

—Buenos días Heechul hyung—sonrió KyungSoo y habló con una voz pacífica. Ningún hyung deja pasar esa voz.

 

—¡Ya! Do KyungSoo, deja de ser tan mono—dijo mientras colocaba un puchero bastante patético.

 

Los hombres como Heechul, raros y solterones, son la clase de persona que adoran a KyungSoo en su faceta de niño; ojos grandes, voz adorable, mucho aeggyo, etc. Él se aprovecha de eso y finge inocencia, así consigue ciertas cosas. Como que Heechul quite a su molesto amigo del frente suyo.

 

—Hyung, en la noche salgamos a comer—dijo alegremente KyungSoo mientras se alejaba de BaekHyun.  

 

—Tengo cosas que hacer niño—se excusaba el pelirrojo mientras miraba incrédulo al diablo que lo llevaba por el brazo con demasiada fuerza.

 

—Anna puede esperar hyung, sólo larguémonos de acá.

 

—¡Oye, no te escapes!—grito el castaño—. No pienses en huir de tus emociones Soo —el pelinegro hizo un chasquido con su lengua y sólo lo ignoró.

 

Decir que Heechul es su amigo es algo precipitado, pero se podría decir que son cercanos. Salidas a comer *samgyeopsal en algún local de la ciudad, acompañado de Baek y Kangin, otro maestro parecido a Heechul, los define como cercanos.

Si bien él no es el más normal dentro de los rangos de normalidad qué la gente suele utilizar, KyungSoo está seguro que Heechul es sinónimo de normal, a menos que tener una obsesión por un personaje femenino animado de Disney se perciba dentro de los parámetros de normalidad, lo cual, sinceramente, él lo duda rotundamente. Pero como Kangin le dijo en una de esas salidas nocturnas para relajarse del estrés a causa de adolescentes chillones: “como a ti te gustan las pollas, a Hechul le gusta Anna, así que mejor déjalo ya” si bien una polla era tangible y Anna no, ese fue un buen punto, concluyó esa noche luego de pasarse a visitar a SuHo después de la cena. 

 

 

 

~*~

 

Mentiría si dijera que pasearse por el centro comercial por casi dos horas ha sido divertidísimo, pero KyungSoo no se queja, ir tonteando con JongIn mientras intenta tomarle la mano en alguna tienda tiene su pizca de gracia. La película empezaba a las siete treinta, y ya iban a ser las siete, llevaban casi dos horas paseándose por el centro comercial en busca de ropa para JongIn, si bien KyungSoo no se caracteriza por tener mucha paciencia, ahora se está controlando. De verdad, lo está haciendo, JongIn ha visto al menos diez tiendas por lujo y detalle, han comprado bubble tea para el paseo y han conversado como nunca.

Pasearse y tontear está bien, rozar dedos y chocar hombros es lindo, besarse cuando las vendedoras se dan vuelta y los pillán de improviso manoseándose en público es divertido. Pero para KyungSoo esto ya era ridículo.

 

—JongIn, en serio, los dos jodidos pantalones son iguales—dijo con tono severo el más bajo mientras miraba de manera frívola al menor—. La película ya va empezar.

 

—Pero hyung—gimoteó haciendo un puchero—. Este es negro y este es azul ¿Cuál se me vería mejor?—KyungSoo rodó los ojos y pensó seriamente en la posibilidad de salir corriendo del local.

 

—¡Qué importa! De todos modos te los sacare a media noche –hizo un mueca de desesperación—. Por qué mejor no te llevas los dos y terminamos luego.

 

—Mi presupuesto no alcanza para eso—colocó un rostro lastimero, que a KyungSoo no lo enterneció para nada—. ¡Tengo que alimentarme y pagar cosas!

 

—No creo que comer Ramyun todos los días y cenar gratuitamente en mi departamento se le llame alimentarse.

 

—Pero cocinas delicioso Kyung—sonrió muy tiernamente—. ¡Ya dime! Negro o azul.

 

—Ninguno.

 

—Bastardo insoportable—rodó los ojos el menor. Miró la hora en su celular y le quedaban aún cinco minutos para probarse los pantalones y llegar a tiempo a ver la película, tomo por la muñeca a KyungSoo y lo dirigió al vestidor de muy mala gana—. Sólo estoy pidiendo tu opinión.

 

—Compra los malditos pantalones, azul o negro, te verás candente igual.  

 

—Eso lo sé, pero si no dirás nada alentador mejor venía solo—dirigió con enfado la mirada hacia el mayor, que ahora estaba apoyado en un pilar mirándose las uñas desinteresadamente e ignorándolo de lleno.

 

JongIn miró de reojo el vestidor y notó que aún estaba ocupado por alguien, KyungSoo aún no lo miraba, así que aprovecho ese tiempo para encarar algunas cosas. Se acercó  rápidamente frente al mayor y lo arrincono en el pilar, fijándose de que nadie los veía o escuchaba, colocó ambos brazos al lado de la cara del pelinegro, éste levantó la mirada con una ceja elevada y con una sonrisa torcida.

 

—Do KyungSoo, sigue comportándote así y te follare tan duro en la noche que no caminaras en semanas—musitó en su oído con su voz ronca, escuchó la respiración del mayor chocar en su cuello y el olor embriagador de su perfume, provocando que su corazón se acelerara.

 

—Qué miedo—canturreó burlonamente—. Mejor te lo hago yo encima de la mesa y ensucio tus pantalones nuevos—KyungSoo sonrió de medio, al fin se habían puesto interesantes las compras.

 

—Caballeros—aclaró la voz una persona a su lado. Ambos saltaron en el lugar y miraron un poco avergonzados a la señorita que estaba esperando en la fila y ahora los miraba con cara de pocos amigos—. ¿Están esperando el vestidor o tonteando?

 

—E-eh, perdón, ya voy—dijo totalmente rojo el menor mientras entraba al vestidor—. ¡Espérame ahí hyung!—KyungSoo le sonrió en respuesta e hizo una pequeña reverencia en forma de disculpas a la mujer que lo miraba con cara de desaprobación, para no decir que lo miraba como a un pervertido sexual, lo cual no estaba muy alejado de la realidad.

 

KyungSoo se alejó lo más que pudo de la mujer que aún lo miraba con un rostro de reproche, a lo cual, sinceramente, a KyungSoo le importaba una mierda –su cita, sus perversiones, allá ella si no le gustaba la idea de él corriéndose encima de JongIn – y se dispuso a ver la ropa de la tienda. No había mucha ropa de su gusto la verdad, demasiados colores, estampados y montones de texturas que no le agradaban, pero que a JongIn le acentuaban de una manera espectacular. Tomó entre sus dedos una sudadera de color bordo y le echó una ojeada a cada rincón de la prenda.

Hacía un tiempo que JongIn jodía con que KyungSoo nunca le regalaba nada. Y es verdad, si hace una retrospectiva de los casi cuatro meses que se conocen a fondo él nunca le ha regalado nada, bueno, una vida sexual más que activa y una pérdida de virginidad bastante notable. Pero al parecer JongIn no aprecia ciertos cariños del mayor.

Luego de pensárselo por algunos segundos más, miró de reojo el mostrador y aún no había rastro de cierto individuo de cabellera rubia, así que rápidamente corrió a la caja registradora con la sudadera entre sus brazos muy bien oculta. De manera algo sospechosa le paso la prenda a la cajera y comenzó a buscar a en su billetera su tarjeta. La chica lo miraba con una ceja alzada ya que KyungSoo golpeteaba con sus dedos encima de la mesa demasiado sonoramente, y sin mencionar que miraba hacía todos lados como un maniático.

 

—Por 20,000 won se puede llevar un bóxer de la línea que tenemos acá—la cajera señaló muy pacientemente el mueble que estaba cerca de la caja registradora y KyungSoo le echó una mirada rápida.

 

—Ugh, deme un segundo—la cajera asintió y él empezó a registrar los modelos. Un bóxer nunca está demás.

 

—No sabía que comprabas ropa interior tan cara—escuchó una voz demasiado conocida al lado de su oído KyungSoo. Miró sorpresivamente a la persona que posaba una mano sobre su hombro y se encontró con la sonrisa amistosa de alguien muy particular—. ¿Cambiaste gustos Kyunggie?

 

—Hyung—abrió los ojos enormemente el pelinegro mientras movía su boca como un pez. El hombre que estaba al frente; de sonrisa bonita, cabello negro perfectamente peinado, camisa blanca bien planchada y pantalones de cuero bien apegados a cada curva de las piernas completamente ilegales. No era nada más ni nada menos que JoonMyeon, su ex. Excelente suerte KyungSoo— ¿Q-que haces acá?—balbuceó aún perdido.

 

—Vine por una semana, cosas de trabajo, ya sabes—sonrió ampliamente el mayor rascándose el cuello un poco nervioso—. ¿Y tú qué haces en esta clase de tienda? No es tu estilo para nada.

 

—Yo… —KyungSoo tragó, y comenzó a morder su labio inferior con demasiada fuerza. En serio JoonMyeon no podía estar vestido así al frente suyo, y menos lo podía haber pillado en peor momento—. Compraba un regalo—dijo aún dudoso moviendo la cajita con la ropa interior que llevaba en las manos al frente del rostro del mayor.

 

—¡Vaya! ¿Quién es el afortunado? 

 

—¿Señor va a llevar la promoción o no?

 

—¡Oh! Sí—le pasó algo tambaleante la caja en las manos a la cajera y luego miro de reojo al mayor, que como siempre, le sonreí muy amablemente—. E-es para alguien. Algo especial—las mejillas de KyungSoo se tornaron totalmente rojas y fijo su mirada en la bolsa que la chica estaba guardando las cosas, SuHo al notarlo lo miró choqueado.

 

—Son 80.000 wons, gracias por su compra que tenga un buen día. 

 

—¿Eres Do KyungSoo cierto?—dijo SuHo mientras lo tomaba por los hombros y lo zamarreaba de un lado para otro con los ojos muy abiertos—. Estoy casi seguro que eres tú.

 

—¡Ya! ¿Qué quieres decir? Claro que soy yo. Ni que olvidaras como te follaba—KyungSoo le dio un golpe en las manos y lo alejó, mirándolo amenazadoramente. SuHo negó con la cabeza mientras soltaba una pequeña carcajada.

 

—Casi creí que eras otra persona—lanzó un suspiro—. ¿Andas de novio Kyunggie?—preguntó con una ceja alzada y burlonamente, KyungSoo rodó los ojos y empezó a caminar en dirección a los vestidores.

 

—Si así fuera a ti qué hyung—se acomodó altaneramente en la muralla y lo miró con algo de euforia en la mirada, trazó las curvas de SuHo y luego dio un trago—Estas candente ¿Andas de novio SuHonnie?—preguntó socarrón. 

 

—Claro. Tres meses—sonrió muy alegremente, KyungSoo le respondió la sonrisa y soltó un pequeño soplido por los labios.

 

Se amueblaron en una especie de silencio cálido, en algo enigmático pero cómodo a la vez, un poco amargo pero con cuotas de dulzura esparcidos en el aire. KyungSoo le lanzaba miradas desprevenidas y JoonMyeon le sonreía de manera amistosa, se reconocían de a poco por cada segundo que pasaba, a la distancia debida observaban los retazos del tiempo; las marcas de piel no vistas antes, las sonrisas perdidas, las miradas de acoplo. Todo encajaba de a poco en el pequeño espacio que los separaba.

KyungSoo con JoonMyeon nunca fueron de muchas palabras, eran más de actos, de simpleza pura. Fatalismo oculto en brebajes de poca vida, así eran los dos; trazos de cordura alineados por la esperanza de cambiar. Si bien SuHo sabía que el menor no lo amaba como él quería que lo hiciese; se querían, se extrañaban, pero nunca en voz alta. Jamás SuHo escuchó un te quiero de los labios traicioneros de KyungSoo.   Pero el oía los no te vayas de su alma, o bueno, cuando lo amarraba con sus brazos a su cama, así era KyungSoo, cero palabras más actos. Y para él estaba bien, entendía lo difícil que era entrar dentro de las emociones del menor. Pero mientras pasa el tiempo, y más te apegas a alguien, los actos no son suficientes y las palabras anidan en exceso la confianza. Un abrazo no es ni la mínima parte de lo que significa si no va acompañado de un te quiero después de hacer el amor.

Y eso a JoonMyeon le dolió más que cualquier cosa. Más que la frialdad de la relación o la simpleza de los cariños, más que las no tomadas de manos en las calles y los no abrazos en el parque por las noches. Incluso más que la vez que KyungSoo le lanzó la lámpara en la cabeza cuando se fue de Seúl; su corazón nunca llegó a escuchar lo que Do KyungSoo le quería entregar.  

 

—Te ves alegre—agregó sigiloso el mayor apoyándose con su brazo encima de un perchero—. Te ves radiante.

 

—Exageras hyung—sonrió desprevenido. Extrañamente sus nervios lo domaron y un nudo en su estómago le empezó a colapsar.

 

—Apuesto que debe estar muy feliz contigo.

 

—Tú no fuiste feliz conmigo ¿Qué te hace pensar que lo es? —preguntó dudoso. El tema SuHo es algo complicado, BaekHyun siempre le recuerda lo cruel que fue y lo martiriza, y quizás tenga un poco de razón.

 

—Ese sonrojo—JoonMyeon se acercó a donde el menor y puso su mano encima de su mejilla derecha por mero arrebato—. Y tu nerviosismo. Te ves mono así.

 

—Qué dices tarado –miró un poco avergonzado—. Deja ya eso.

 

—En serio, deja ya eso.

 

KyungSoo con JoonMyeon se alejaron de  golpe y miraron con los ojos abiertos a la silueta de JongIn mirándolos con los ojos rabiosos. Casi se sentía la irá traspasar los huesos del mayor, que miraba espantado como el chico de tez morena y demasiado alto para su bienestar corporal se acercaba como un matón hacía él.

 

—¿Se te perdió algo?—dijo serio JongIn elevando una ceja amenazadoramente.

 

—Eh .. yo, yo.

 

—JongIn—musitó KyungSoo tomando la mano del menor  mientras le brindaba una sonrisa tímida—. No es lo que piensas. Él es JoonMyeon, salimos por un tiempo.

 

—¿Tú eres JoonMyeon?—miró con algo de recelo al chico flacucho pálido que tenía a su lado—. Hyung te pintaba más guapo.

 

—¿Tú eres?

 

—Ah, sí, disculpa—JongIn estrechó su mano libre con JoonMyeon y le sonrió de forma pasajera—. Soy JongIn, el novio de Soo hyung. 

 

—Ugh—balbuceó perdido SuHo. En serio era real—. Disculpa mi imprudencia, y no dudo que seas un encanto de chico. Pero ¿Cuántos años tienes?

 

—JongIn la película va a empezar—chillo KyungSoo moviendo su mano entrelazada de un lado para otro con histeria. La hora de su fin se acercaba, la venía llegar—. ¡Quedan veinte minutos!

 

—Tengo veintiuno—dijo con tono desafiante, ignorando los rasguños de KyungSoo en sus manos—. ¿Y tú?

 

—Soy JoonMyeon un gusto—comentó mientras analizaba cada movimiento de músculo del chico de tez morena—. Tengo veintisiete.

 

—¡JongIn! ¿Elegiste pantalones o no?—JongIn miró de reojo a KyungSoo, que llevaba el rostro más palido de lo normal y negó con la cabeza sonrientemente. 

 

—Veo que Kyunggie lleva apuro. Así que los dejo. Un gusto volverte a ver Kyunggie, un gusto JongIn—dio una pequeña reverencia mientras se alejaba de la pareja y le brindó una corta, y casi inocua sonrisa al menor—. Cuida a KyungSoo JongIn.  

 

Vieron la espalda de SuHo salir por el local y JongIn apretó la mano que tenía entre sus dedos posesivamente. KyungSoo soltó un pequeño bufido por la falta de oxígeno, ya que su corazón estaba demasiado apresurado para protestar y se sumergió en la calidez del menor.

 

—Qué hyung más raro. Tocándote las mejillas—hizo un chasquido con su lengua—, acosador.

 

—Diría que fue un impulso—se excusó aún un poco nervioso el mayor al ver cómo la gente los miraba al salir de la tienda tomados de la mano—. No puedo creer que no eligieras ningún pantalón.  

 

—Me quedaban anchos en los muslos—bufó JongIn—. ¿Y ese regalo? ¿Es para mí?—entre cerro los ojos juguetonamente el menor mientras le picaba la mejilla con su dedo al más bajo.

 

—No, es para el vecino.

 

—Pero el vecino está feo—se carcajeó JongIn viendo como KyungSoo rodaba los ojos. Era tan encantadoramente gruñón.

 

El sonido de una canción nada discreta los saco del jugueteo infantil que JongIn llevaba con KyungSoo entre medio de los pasajes del centro comercial. Cuando estaban a unos pasos de la escalera eléctrica que los llevaba al cine JongIn, luego de la tercera llamada, contestó el molesto aparato.

 

—¿Aló? … ¡TaeMin! ¿Estás llorando?... espera Tae no te entiendo nada…. Respira, si sigues llorando en serio que no puedo ayudarte…. ¿Qué estás dónde? … ¿Qué nonna qué? …. ¡Mierda! En serio, deja de llorar…Ya, mejor…Entiendo… ¿puedes esperarme hasta mañana? Estoy ocupado… vale, hmm… Deja de llorar, en serio, nonna volverá… Vale. Te veo mañana. Cuídate… yo igual te quiero.

 

KyungSoo miró de reojo la mueca de inquietud que JongIn llevaba en el rostro y lo atrajo con su mano hacía la escalera eléctrica, le sonrió de manera tímida, esperando una respuesta, y JongIn retomo algo pensativo sus pasos hacía las escala. 

 

—¿Está todo bien? —preguntó intranquilo KyungSoo. El rostro del menor en serio no disponía.

 

—Hmm… Noona se fue de la casa por una discusión. Tae está llorando ahora.

 

—Oh.

 

—Me pidió que lo fuera a acompañar—JongIn comenzó a sobar su cuello nerviosamente y miró de reojo la cartelera del cine—. Pero está la película y tú. Mejor me voy mañana.

 

—Puedo esperar si quieres—trató de apaciguar su nudo en el estómago mientras apretaba más la mano del menor—. No hay apuro, podemos ver cualquier otro día la película.

 

—Pero.

 

—En serio JongIn. Yo estoy bien—KyungSoo se acercó y beso dulcemente los labios del menor. Tomó el rostro del pelirrubio entre sus manos y conectó su ojos tristes con la mirada perdida de JongIn—. Es tu amigo ¿cierto? los amigos se acompañan. Yo estoy bien, soy tu pareja, no hay problema. Si Baek estuviera llorando yo también iría corriendo.

 

—¿En serio no te molesta? Justo era mi fin de semana libre…

 

—En serio—dio otro casto beso en los labios del menor y pasó sus brazos alrededor de su cuello—. Ve. Pero tú pagas la próxima salida—sonrió de medio lado, aún con la mirada triste.

 

—Hyung, dalo por hecho. Te haré el amor en el maletero si es necesario y arrendare el cine sólo para los dos.

 

—¡Ya! Ve—palmeó el hombro de JongIn—. Debes guardar ropa y buscar un bus.

 

—Te amo tanto—JongIn tomó por la cintura a KyungSoo y acercó su cuerpo al suyo para apropiarse de los labios del mayor. Recorrió en detalle cada centímetro de su boca, deleitándose de la dulzura de esos labios tan deliciosos—. En serio, volveré el domingo.

 

—Anda luego tarado.

 

— ¡El domingo hyung! –gritó JongIn mientras salía corriendo por la escala— ¡Te quiero Soo!

 

—Lamentablemente yo igual—dijo despacio mientras daba un suspiro pesadamente KyungSoo mirando perdidamente la entrada del cine—. En serio que quería ver la película.

 

KyungSoo miró las dos entradas que estaban en su mano, y luego la bolsa con su regalo en la otra, sonrió de manera  casual, fingiendo que estaba bien para sí mismo. Todo está bien, se repite casi como prosa poética mientras camina por los callejones del centro comercial en busca de una salida.

 

—Jongin me quiere, yo lo quiero, TaeMin es su amigo, no hay nada de malo—se repite por quinta vez KyungSoo mientras está parado en el paradero del bus auto convenciéndose, con el cuerpo tan desgatado por su melancolía que es casi hasta deprimente como se hunde en sus hombros—. Mo seas inseguro Do KyungSoo. Es sólo su ex amor desprotegido y llorando en su regazo.    

 

KyungSoo agoniza aún más al juntar retazos de la mala pasada de sus palabras. Ya que TaeMin es el equivalente a LuHan en la vida de JongIn: Talón de Aquiles. Y el bien sabe lo que un LuHan desamparado puede llegar a lograr.

Pero ahora está JongIn junto a él y todo ha cambiado ¿cierto? entonces ¿TaeMin ya no importa?

 

—Luces deprimido—le grita una voz conocida desde un auto demasiado lujoso para ser de alguno de los pordioseros de su amigos piensa KyungSoo—. ¿Te llevo?

 

— ¿Estás en plan acoso?—cuestiona KyungSoo serio. Demasiado serio para el gusto de SuHo.

 

—¿Problemas en el reino del amor?—pregunta incrédulo el mayor mientras observa cómo KyungSoo ingresa a su auto sin ninguna pizca de remordimiento.

 

—Para mí mala suerte, sí—suspira KyungSoo mientras apoya su cabeza en el marco del auto.

 

—¡Vaya!—JoonMyeon coloca su vista al frente y observa de reojo la miraba perdida de su acompañante fija en el pavimento—. Te llevaré a un buen lugar entonces.

 

—No me gustan los moteles caros JoonMyeon. Acuérdate—dijo con desgano el menor lanzando otro suspiro.

 

— ¡Ya! Sólo fue una vez—alegó exageradamente el mayor haciendo muecas de exaltación, logrando que KyungSoo se carcajeara despacio.

 

—Gracias a ti, descubrí cuanto odio los moteles caros y el lujo. Prefiero hacerlo en un callejón oloroso antes que correrme en sábanas de cachemir que cuestan millones de wons.

 

—Entonces un callejón de mala muerte será—sonrió ladino JoonMyeon mientras doblaba limpiamente por una calle bastante congestionada—. Siempre tan reservado para hablar.

 

—Cualquier lado está bien, sólo saca a JongIn de mi cabeza.

 

—Copiado jefe—sonrió el mayor. KyungSoo no sonrió, sólo se lanzó en el puesto y miró los ojos oscuros pacíficos de JoonMyeon. La forma de medias lunas que se crean en sus ojos en  esa sonrisa lo hace ver fatal, pero no molestan; JongIn se ve mejor sonriendo.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

* samgyeopsal : por si no lo saben consiste principalmente en rebanadas de carne estilo panceta cocinado en la parrilla kkkk xd 

¿Les he dicho que me gusta el SuDo y el TaeKai? ajosjaojs que mala soy ~~~~ 

Heechul asjoajos  por si no lo sabían yo amo a Suju *u* y sí, estoy vuelta loca por su comeback, así que quise agregarlos XD  

Espero les guste el capi

 


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