- ¡Uwah! ¡Esto es muy pesado!
- Déjame ayudar –… Espera, ¡¿Para qué demonios necesitas todo eso?!
Mientras Rin solo llevaba consigo una pequeña caja en sus manos, el peliplateado arrastraba consigo una enorme cajacon quién sabe qué cosas adentro.
Y es que ambos iban a comenzar una nueva vida a partir de ahora. Se estaban mudando a su nuevo apartamento.
.:Flashback:.
Dos meses antes.
- Siéntate Nitori, tengo que hablar contigo. – Ordenó desdesu silla, con una expresión seria en su rostro.
- ¿Q-Qué sucede?
El susodicho se alteró debido a la inexpresiva mirada de su senpai. Cada vez que le hablaba seriamente, sentía un sudor frío que recorría toda su columna vertebral.
- Voy a mudarme a otra ciudad.
- Eh… ¡¿Eh?!
- Hace tiempo envíe una solicitud a la escuela Samehada. He oído que cuando finalizas la secundaria, si eres un nadador ‘prodigio’ como ellos lo llaman puedes entrar allí debido a que es una de las mejores escuelas de natación de Japón. Me costó trabajo, pero me aceptaron y quiero ir.
- Ah… Eso es genial, senpai… Seguramente llegarás a ser un profesional.
- Ese es mi objetivo.
A estas alturas, el menor ya daba por seguro que terminaría su relación. Si tenía un objetivo tan grande, seguramente no iba a querer ningún tipo de distracciones; es por eso, que cuando volvió a escuchar que tenía otra cosa importante para decirle, no pudo evitar temblar de pánico. – Lo sé, ya sé que es lo que intentas decirme.
- ¿En serio? – Esta vez, el sorprendido era Rin.
- Sí…
- Y entonces… ¿Qué dices?
- Lo aceptaré… Si es lo que tú quieres.
- ¿Cómo que “si yo quiero”? Depende de ti, no de mí.
- ¿De… Mí?
- Sí. ¿De quién más?
- Pero… – Apretó sus dientes. – ¿Cómo puedes decir que depende de mí, si eres tú el que me lo está pidiendo?
- ¡Por supuesto! Si no quieres hacerlo, no voy a obligarte.
- Entonces… Si yo no quiero, seguirías estando conmigo por obligación. ¡No quiero eso! ¡No quiero tu lástima!
- ¡¿Qué demonios estás diciendo?! ¡No te entiendo nada! – Saltó de la silla.
- ¡Si quieres terminar conmigo que sea porque tu así lo quisiste, no hagas caer la responsabilidad sobre mí! – También se levantó, exaltado.
- ¿EH?
El pelirrojo parpadeó un par de veces boquiabierto antes de comenzar con un ataque de risa.
-¡¿De qué te ríes tanto?!
- Tú… Si… Sí que entiendes todo… M… Mal. – Hablar le resultaba dificultoso ya que su incesante risa no frenaba.
- Si te vas a burlar de mí, me iré ahora mismo.
- ¡Espera! – Lo tomó fuerte del brazo. – No era esolo que quería decirte, idiota.
- ¿E-Entonces qué?
- Tsk. Tenía pensado decírtelo más seriamente, pero no me dejas remedio. – Frotó ambas cejas con las yemas de sus dedos. – Me mudaré a Hokkaido en dos meses y quería saber si querrías venir a vivir conmigo. ¡Es por eso que decía que no iba a obligarte! ¿Y quién dijo que terminaría contigo? Eres un idiota sin remedio.
- ¿Yo… vivir contigo?
- Sí, no me hagas repetirlo. Iré a esa escuela este año porque estaba esperando a que termines la secundaria. Sé que es muy lejos y que dejarías tanto a familia como amigos atrás, por eso no voy a obligarte ya que es tu decisión. En caso de que no quieras ir, ya estuve pensando en cómo hacer para vernos más segui–
- ¡IRÉ! ¡DEFINITIVAMENTE IRÉ! – Interrumpió al borde del llanto. –Senpai, estuviste pensando en que te gustaría que vivamos juntos e incluso te tomaste el tiempo para pensar qué es lo que harías si yo no puedo ir contigo… ¡Me haces muy feliz, senpai!
Rin automáticamente arqueó una ceja y dio un paso hacia atrás. Cuando el menor lo tomaba desprevenido diciendo tantas cosas vergonzosas, no sabía cómo reaccionar.
- Ni que hubiera hecho tanto. De todas formas, ¿Estás seguro?
- ¡Sí!
- ¿No quieres pensarlo un poco más?
- ¡No!
- ¿Y tus padres?
- Les diré a mis padres que quiero independizarme y vivir por mi propia cuenta. – La emoción se hacía cada vez más presente en el peliplateado. – Mi padre es Maestro Mayor de Obras y mi madre es Cheff profesional, así que si les pido dinero, seguramente me apoyarán hasta que termine mis estudios. ¡No hay ningún problema!
- Heh. No sabía lo de tus padres, así que eres un chico bien acomodado ¿Eh?
- N-No me digas así.
- Con razón eres tan caprichoso.
- ¡Claro que no!
- Bueno de todas formas me alegra que lo hayas decidido tan rápido. Hay mucho trabajo para hacer.
- ¡Sí!
.:End Flashback:.
- ¡¿Qué se supone que llevas dentro de esa enorme caja?!
- Esto… Mis apuntes de primaria y secundaria, mis investigaciones y maquetas, álbumes de fotos de cuando era niño, adornos para el hogar, perfumes, zapatillas, paraguas, ropa para el invierno, ropa para el verano, sábanas y frazadas para la cama, artículos de limpieza, artículos para el baño, una estufa para el invierno, mi juego de karaoke, CD’S, DVD’S, una tostadora, una freidora, una licuadora y un microondas.
- Q… ¡¿QUÉ MIERDA ES TODO ESO?!
- ¡Wha! E-Es solo lo necesario para vivir senpai…
- ¡Yo apenas traje esta caja que tengo en las manos y la valija que dejé abajo! ¿Tantas cosas necesitas?
- Bueno…
- Mis disculpas jóvenes. ¿Se encuentra aquí Nitori-san? – Interrumpió un hombre que vestía ropa de trabajo azul.
- ¡Sí, soy yo!
- Hemos traído su encargo. Aquí están sus dos peceras, sus cinco macetas con flores rosas y lilas y los cuadros que ordenó.
- ¡Genial! Déjelas aquí, por favor.
El pelirrojo seguía con la mirada todas las cosas que traían a su departamento, con los ojos abiertos de par en par. Estaba fuera de sí.
- Senpai, ¿Qué te parece esto? ¿Te gustan mis peces?
- NITORI...
El tono de voz amenazante colocó los pelos de punta al susodicho.
- ¡N-No te enojes, senpai! ¡Realmente te gustarán! Mira. – Señaló específicamente a un pez. – ¡Al más grande le puse Rin! ¡Me recordó a ti por su color!
- ¡Ya es suficiente! – Tomó de los cabellos grises y tiró con fuerza. – ¡Me estás haciendo perder la paciencia!
- ¡Duele! ¡D-Duele!
- ¡Cielos! Ya me estoy arrepintiendo de haberte pedido que vivieras conmigo. – Dio media vuelta y se dirigió a su habitación.
- ¡Espera, senpai! ¿Acaso te molestó que le haya puesto Rin a mi pez? ¡Le cambiaré el nombre si quieres! ¡SENPAI!
Rin siguió caminando mientras llevaba consigo una caja en sus brazos, ese ‘Ratoncito’ como él le apodaba en secreto ya lo había hecho enfadar en su primer día juntos.
Estaba completamente seguro que todos sus días serían así de ahora en adelante.
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Se sentó en la cama. – “¿Así que aquel pez se llama Rin, eh?”.
Sonrió. En realidad, le había parecido gracioso.
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Fin Capítulo 1.