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El amor no es como dicen por SenbonSakura

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Notas del fanfic:

Hola! Hoy no continuaré el fic del domingo, si quieres explicaciones están en mi página de facebook: https://www.facebook.com/pages/SenbonSakura/540156166107446?ref=hl 

tumblr: http://senbonsakurafanfiction.tumblr.com/

bueno, disfruten :3 y dejen reviews! no olviden seguirme en facebook, twitter y tumblr.

también pienso hacer un canal de youtube, pero será despues :D

Notas del capitulo:

bueno, espero que les guste :D todos los personajes son inventados por mi :D 

porfis dejen reviews :D

Hola, mi nombre es Oscar, un estudiante prodigio, siempre he sacado las mejores calificaciones pero soy malo en los deportes, no es que no sepa jugarlos, simplemente no me gustan y no quiero intentar. Tengo 13 años y jamás me he declarado a alguien, soy del tipo introvertido que es perseguido por todas las chicas menores y mayores. Me gusta mucho dibujar y debo decir que soy bastante bueno en ello, ah lo olvidé, soy otaku. Casi siempre estoy dibujando o escribiendo historias, en lo cual también soy bueno, pero muy seguido tengo muchas chicas detrás de mi, las cuales siempre dicen que quieren ver cómo dibujo, aunque se perfectamente que solo quieren verme.

El estereotipo del “chico ideal” ha cambiado mucho con el tiempo, recuerdo que cuando era menor, todo el mundo admiraba a los hombres bien musculosos y deportistas, con el pelo corto y rizado, bien bronceados, extrovertidos, rubios de ojos azules y con poca inteligencia, ah y sin lentes. Ahora ese concepto ha cambiado mucho, ahora todas buscan alguien delgado, pálido y con el pelo largo, lacio y obscuro, inteligentes, que aprecien el arte, que usen lentes, y que sean introvertidos.

Lamentablemente, el modelo actual me describe a la perfección, aunque a mi no me importa en lo absoluto a quien le gusto y a quien no, el tema del amor no es algo muy relevante para mi, además de que tengo extrictamente prohibido tener pareja hasta que cumpla 15 años, no es como si necesitara de alguien más, también sería el peor novio del mundo, es raro que le diga a alguien si es importante o no para mi, y menos si es alguien ajeno a mi rutina diaria. Me gusta estar solo, solo con mis pensamientos.

Mi historia comienza un día que mi mejor amiga, casi mi hermana, me contaba como era tener una pareja, aunque ella estaba al tanto de que era 100% heterosexual, siempre me decía que yo sería mejor “uke” y si, ella es fujoshi y yo conozco perfectamente los términos usados para el yaoi, no es que sea homofóbico, pero los homosexuales nunca me agradaron en lo absoluto.

-Necesitas una pareja, Oscar, si no la consigues ahora, nunca podrás relacionarte con otras personas. – me dijo un día después de contarme lo que su novio de dijo un día antes y agregó énfasis a la palabra “necesitas”.

-No gracias, no me interesa – cerré el cuaderno de dibujo y me levanté de donde estaba sentado, la hora del almuerzo ya casi acababa y era hora de regresar a clases.

-Por lo menos un amigo aparte de mí – caminé y ella me siguió, realmente es persistente. – conozco a alguien con quien te podrías llevar muy bien.

-No, así estoy bien – me voltee para mirarla a los ojos y que se diera cuenta de que hablaba en serio.

-Vamos, solo inténtalo, es el hermano de mi novio, y tiene los mismos gustos que tu, no pierdes nada con solo intentarlo, ¿o si? – eso me molestó un poco, aunque no había tono de burla en su voz.

-Bueno, supongo que tienes razón – realmente no tenía la más minima intención de conocer al hermano de su novio, pero quería que dejara de molestar.

-Bien, ¿estarás en línea hoy?

-Si, supongo

-Ok entonces, te daré su nombre de usuario

-Ok

-Ah, ya llegó la maestra, hablamos después de clases

-Si

Me dirigí a mi asiento y no puse atención a la clase, como siempre, soy esa clase de personas que entre menos atención pongan, más aprenden. Cuando se acabaron las clases, ya me tenía que ir y ya no me dijo el nombre de su amigo, probablemente me mandaría un mensaje.

Efectivamente, cuando llegué a mi casa y revisé los mensajes que tenía y su amigo me habló. Conversamos durante un largo rato y me agradó mucho saber que hay alguien con los mismos gustos que yo.

Al siguiente día, era viernes, y mi amiga (que se llama Alejandra, creo que olvidé mencionarlo) me invitó a su casa (su novio y ella eran vecinos), estaba intrigado por saber como era, como hablaba, etc.

El sábado llegó y fui a la casa de Alejandra, hizo las presentaciones, su nombre era Sebastian, y el también entraba en la descripción estereotipada del “chico ideal”, si  no hubiera sido hombre, hubiera podido decir que somos almas gemelas.

Alejandra nos dejó solos para que pudiéramos hablar, al parecer Sebastian tenía algo muy importante que decirme, que nadie más podía escuchar.

-Oscar, hay algo que quiero decirte – tomó mis manos y me miró a los ojos. – Te amo.

-Ah, ¿si? – sentía ganas de gritar, salir corriendo, robar un banco, mudarme a Francia, cambiar mi nombre y luego suicidarme en la Torre Eiffel.

-Tu, ¿sientes lo mismo?

-Ehhmm, bueno, verás, no es que sea homofóbico, pero, la homosexualidad nunca me llamó la atención – intentaba desviar la mirada, pero no podía, sus penetrantes ojos azul cielo no dejaban de mirarme.

-¿Lo has intentado?

-¿Qué?

-Besar, a un hombre

-No, no realmente, y no me gustaría

-Creeme, te gustará

Sebastian me tomó de la cabeza y de la cintura (supongo que los hombres si tienen cintura xD) y me dio un tierno beso en los labios. Soprendentemente se sentía bastante bien, su lengua jugando con la mía sin parar, y doblando mi cuerpo cada vez más, para después terminar en el suelo, debajo de Sebastian.

Pasaron meses en los que hablábamos día y noche sin parar, me había pedido salir con el, yo, por alguna razón acepté. Ahora hablaba más con los demás y sonreía, quería que nuestra relación nunca acabara. Pero, un día, dejó de hablarme, apenas  me saludaba y nunca contestaba mis mensajes. Raramente nos veíamos o nos hablábamos, creo que se aburrió de mi.

Ya había pasado un mes y medio desde que me habló por última vez, tomé eso como si estuviera terminando conmigo. Pensaba que no era algo importante, nuestra relación estaba destinada a durar muy poco, pero, por alguna razón, me sentía devastado por dentro.

Conocí a un chico en una librería, Axel, un chico un año mayor que yo, ojos café claro, delgado, alto, inteligente, también usa lentes, pálido y pelo ondulado negro un poco largo,  no tenía exactamente los mismos gustos que yo, pero era muy amable y cariñoso conmigo. Intenté llenar el vacío en mi corazón, pero no podía olvidar a Sebastian.

Pasaron otros meses y ya me había olvidado por completo de él, solo recordaba su rostro, nada más, ni su nombre, su voz, nada más que su rostro. Poco a poco, comencé a tener menos sentimientos, ni siquiera hacia Axel, quien era tan cariñoso conmigo.

Un día, recibí una llamada de Sebastian, me sorprendió y me hizo muy feliz que me llamara después de tanto tiempo, pero, al mismo tiempo, sentía que lo odiaba.

-¿Oscar? – habló, preguntando por mí.

-¿Si, quién habla? – esa voz, era familiar para mí

-Soy yo, Sebastian – abrí los ojos, recordé inmediatamente todo lo que había sufrido. –  Dentro de dos semanas tus padres no estarán en casa, cierto?

-Si – soné cortante, y seguro, pero me sentía débil y tenía un nudo en la garganta.

-Ok, estaré ahí ese viernes

-¡No! ¡No vengas, idiota! ¡No quiero volver a verte!

Colgué el teléfono, caí al piso de rodillas y comencé a llorar descontroladamente.

Axel y yo hicimos planes para estar en mi casa ese mismo viernes, unos días después de recibir esa llamada, había evitado por completo decirle lo que había pasado, e ignoré lo que me dijo Sebastian, después de todo, le dije que no quería volver a verlo.

Seguí sin contactar con Sebastian durante el resto de las dos semanas y sin decirle nada a Axel, solo quedaba esperar.

Ya habían transcurrido las dos semanas, era viernes, el día en el que Sebastian amenazó con aparecer y cuando iba a estar todo el día y noche con Axel.

Sonó el timbre y fui a abrir la puerta, era Axel, quien inmediatamente me cargó en sus brazos y cerró la puerta tras de si. Ser tan cariñoso y atento conmigo se había convertido en un habito para el, y algo rutinario para mi.

Como siempre, nos saludamos con un tierno beso en los labios, que continua bajando hasta mi cuello y mi hombro derecho, luego de eso nos abrazamos.

Volvieron a llamar a la puerta, esta vez me sobresalté, intenté dirigirme a abrir, pero Axel seguía abrazandome, quien fuera el que estaba llamando, se iría pronto y nos dejaría solos, pero no lo hizo, de hecho, abrió la puerta, me sorprendió verlo ahí; Sebastian.

-¡Bastardo! ¡¿Qué le estás haciendo a miOscar?! – se dirigió a donde estaba Axel y estubo a punto de golpearlo en la cara, si no me hubiera puesto en el medio.

-¡No Sebastian! – extendí mis brazos para cubrir a Axel

-¡Cállate, todo esto es tu culpa! – gritó, sin dejar de mirar con rabia a Axel

-¡Idiota! ¡Todo es culpa tuya! – le grité, cerrando los ojos intentando contener las lágrimas

-¡¿A qué te refieres?! ¡Tu tienes la culpa por salir con alguien más!

-¡Y tu también tienes la culpa! ¡Por dejarme sin más durante tanto tiempo! ¡¿Cómo crees que me sentía en ese entonces?! ¡Desde que te conocí mi vida no ha sido más que sufrimiento! ¡Si no te hubiera conocido no me habría vuelto gay! ¡Todo es tu culpa! ¡Todo! – me caí de rodillas al piso, cabizbajo y con las manos frente a mi, lloré y Axel me abrazó.

-¡No lo toques maldito! Y sal de aquí – lo miró desafiante.

-Te veré después – me dio un par de palmaditas en la espalda y salió de ahí

-Oscar…. – se agachó e intentó tomar mi rostro, aparté su mano bruscamente y me cubrí el rostro con mis manos.

-¡No! ¡No quiero verte más! ¡Es tu culpa! ¡Tu culpa!

-Oscar, ¿quieres terminar conmigo?

-Yo… yo… no

-¿Aun me amas?

-…Si

-Oscar… deja de llorar

Sebastian me abrazó fuertemente y me dio un tierno y calido beso en los labios. No podía odiarlo, era imposible para mi no amarlo, aunque no fuera correcto.

Al día siguiente volví a encontrarme con Axel, quien fue muy tolerante con la situación.

-Axel… lamento lo que pasó – no estaba seguro de como comenzar, las palabras solo salían

-No, no te preocupes, estoy acostumbrado a que la gente sea así – su mirada melancólica me rompía el corazón

-Yo… realmente lo siento – quería llorar, sin importar nada, no quería hacerle daño a nadie más

-Oscar, ¿realmente me amabas? – se dibujó una afable sonrisa en su rostro, aunque por dentro estaba destrozado

-Yo… si, claro que si te amo – escuchar esas palabras me destruía, me hacía sentir aun peor

-¿Amas a otra persona?

-Si

-¿Más que a mi?

-Si

-Entonces, ve por ella y sé feliz – miró hacia el cielo con añoranza

-…pero… - no quería dejarlo, si lo dejaba, me sentiría culpable por toda la vida, es horrible amar a alguien que no te ama en realidad

-Vamos, ve por ella – sus ojos se cristalizaron, pero mostró una sonrisa amable, como siempre

-Gracias, adiós – sonreí tristemente y comenzé a caminar en dirección a mi casa

-Oscar, espera – me abrazó, por ultima vez, sentí sus lagrimas caer, mis lágrimas también calleron. Esa fue la ultima vez que nos vimos.

-Adiós, Axel, te amo – dije, llorando descontroladamente

-Adiós, espero verte pronto

Las conversaciones con Sebastian nunca volvieron a ser las mismas, fueron mejores, nos decíamos más cuanto nos amábamos, cosa que yo raramente hacía antes. Cada vez sonreía más y me hacía más sociable, pero nunca pude olvidar a Axel, y nuestra despedida.

Siempre he pensado algo; no importa los métodos, el final es lo que cuenta en esta vida, y espero que el final sea uno feliz, en el cual esté junto a Sebastian. Y ahora, el problema es; que la gente apruebe nuestro amor.

Notas finales:

dejen reviews porfis! :D


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