II
Takano, al ver a “su niño” en ese estado le soltó la muñeca dispuesto a hacerle entender que necesita ayuda, pero vio como Ritsu, SU Ritsu, se desvanecía en su presencia. El moreno logró alcanzar coger al menor antes de que se cayera el suelo. No se lo pensó dos veces, cogió a su niño al estilo princesa y se lo llevó a su departamento. Takano-san cerró la puerta principal de su departamento y dejó a un afiebrado Ritsu en el sofá. Corrió hacia el baño y preparó la bañera con agua tibia para descongelar a un terco castaño que estaba sufriendo las consecuencias, no muy caliente porque si no podía subirle la fiebre.
-Onodera, oi… Onodera- dijo el moreno mientras lo zarandeaba suavemente para despertarlo- despierta Onodera, tengo que quitarte esa ropa mojada y meterte en la ducha antes de que la herida se infecte y pilles algo más que un resfriado. Aunque creo que ya tienes algo más que un resfriado- puntualizó Takano.
-Humm….. Takano… san..- pronunció un adormilado Ritsu- ¿Qué… pasa?
-Tengo que quitarte esta ropa, anda, levanta el brazo- dijo el editor.
Ritsu intentó incorporarse, pero al hacer un mínimo movimiento una mezcla de un mareo y un dolor fuerte le recorrió por todo el cuerpo obligándolo a recostarse de nuevo mientras cerraba los ojos con fuerza. Por momentos el castaño pensaba que se iba a morir del dolor que sentía recorrer cada parte de su cuerpo. Al ver la reacción del menor, el editor no tuvo más remedio que quitarle toda la ropa con sumo cuidado para no lastimarlo y llevárselo en boxers hacia el baño. Lo metió en la bañera con el agua tibia y lo recostó en el final de ésta.
Takano-san se quitó la ropa dispuesto a bañarse con él porque temía que se le desmayara mientras se duchaba. Ritsu tenía los ojos cerrados y temblaba por el cambio de temperatura.
-Takano-san, ¿Qué crees que estás haciendo? - pregunto Ritsu mientras intentaba en vano dejar de temblar y disimular el dolor que sentía en las heridas. - puedo bañarme yo solo.
-Como pretendes bañarte si antes no podías ni moverte - dijo el moreno mientras ponía dentro un pie en la bañera - Niño, se más consciente. Si te encuentras mal deja ayudarte- El castaño solo calló.
El mayor se colocó detrás de Ritsu para poder sujetarlo mejor. Cogió la esponja y comenzó a enjabonarlo con movimientos suaves la espalda y los brazos. Después de enjabonarlo de pies a cabeza y enjuagarlo con agua tibia, Takano se quedó en la bañera junto a él un buen rato.
-Mmm… Takano-san, ¿Por qué nos quedamos aquí?, tengo frío- dijo tartamudeando- ¿po- podemos ir-ir irnos?
-No Ritsu, aún no, tienes fiebre así que nos quedaremos hasta que note que te baje- Dijo el mayor mientras arrimaba más a Onodera contra él para que se apoyara.
-No cre-creo q-que sea bu-buena i-i-idea Ta-Takano-san- dijo Ritsu mientras se dejaba arrimar en el tibio pecho del editor- Es más, si me quedo mucho tiem-tiempo a-aquí den-dentro el, el agua se enfriará y puede ser peor.
-Tranquilo Onodera, falta poco- dijo Takano mientras tocaba la frente del menor para ver si seguía con la temperatura alta- Dentro de unos 2 min. Podremos salir, creo que te está bajando ya la fiebre. ¿Te sientes mejor cierto?
-Supongo, pero tengo frío. Me estoy congelando Takano-san- dijo.
-Es normal, pero el agua está en una temperatura ideal, está tibia así que no hay riesgo de que la fiebre te suba por ahora.
- ¿Des de cuándo eres médico Ta-Takano-san? - habló intentando ironizar la pregunta.
-Bobo- le respondió apretando más a Ritsu contra él- hay algo llamado “leer y aprender cosas que tal vez en un futuro puedan servir de algo” en este caso bajarle la fiebre a un descuidado como tú, ¿tengo razón o no?
Ritsu no dijo nada, solo se dejó abrazar por Masamune e intentar dejar de temblar. Pasado un tiempo Ritsu comenzó a sentirse un poco mejor, ya había dejado de temblar y no había tenido que lidiar con su jefe en ese instante, en la habitación reinaba el silencio, solo se escuchaba el sonido del agua cuando alguno hacía algún movimiento que alteraba ese momentito de paz. El calor de Takano-san lo adormecía poco a poco, lo hacía sentir tranquilo, pero no podía quedarse allí para siempre, pensó, debatió interiormente, y como quien no quiere la cosa, admitió lo que había dicho antes el moreno.
-Sigo esperando una respuesta- dijo Takano rompiendo así esa atmosfera vaporosa.
-E-está bien Takano-san- admitió derrotado- tienes razón, siempre la tienes. Ahora déjame tranquilo ¿sí? no sé porque, pero me está entrando mucho sueño… me siento cansado-dijo Onodera mientras hacia todo lo posible para que no se le cerraran los ojos- por eso no quiero seguir discutiendo contigo.
Takano-san sorprendido por la rápida aceptación de Ritsu sobre su error tardó un poco en procesar lo que dijo después. Cuando ya hubo captado todo, sonrió un poco complacido por la sinceridad del chico.
-Mmm… debe ser porque te sientes más aliviado y todo el cansancio acumulado que guardabas se está reflejando ahora que tus defensas bajaron. Aguarda un momento, ya salimos de la tina, te ayudo a vestir, te vendo esas heridas y podrás descansar en mi cuarto. Ritsu solo atinó a asentir antes de cerrar los ojos por el cansancio.
Takano salió de la bañera y se vistió lo más rápido posible para que el cuerpo de su pequeño no se resintiera más de lo que estaba al estar en contacto con el agua tibia. Sacó una toalla grande celeste del armario y envolvió al castaño cuando lo sacó del agua, lo cogió de nuevo al estilo princesa y se lo llevó a su recámara. Lo secó y le puso uno de sus boxers. Antes de ponerle la camisa, el moreno cogió el botiquín y vendó la herida del brazo y las pequeñas heridas de las manos para que no se infectaran. Le ayudó a ponerse un pijama color aguamarina pastel con un usagi rosado bordado en el bolsillo, cosa que le quedaba un poco bastante grande ya que el menor tenía el cuerpo más fino que el moreno.