Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tierra 3: El dios del engaño por vura5

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es el tercer capitulo de la serie Indefinido. 

Todos los personajes son de Marvel. 

PRIMERA PARTE: EREBOR

Milenios atrás la humanidad llego a un planeta desértico, su fauna y flora era poca pero se adaptaron y sobrevivieron. Solo pocos conocían la tecnología de la antigua Tierra y sabían el secreto de su nave ahora sin poder. Aquel gigantesco aparato quedo olvidado y enterrado en las fauces del planeta. Ahora su secreto es solo conocido por los habitantes de las montañas flotantes de Erebor.

Quienes habitan las misteriosas tierras de Erebor son en su mayoría humanos que no han sufrido casi mutaciones pues son conocedores de una parte de la tecnología perdida y ayudados por los guardianes que la nave vio nacer crearon un ecosistema experimental apto para su vida y apegados a su naturaleza.

Los dos guardianes eran adorados y temidos en Erebor, su palacio se alzaba en lo alto de una pequeña meseta en la Gran Isla que pasaba sus días flotando lentamente y sin rumbo sobre el Gran Mar al que algunos habitantes de Erebor habían bajado a conquistar.

-       Es un día muy soleado padre… tal vez podría…

-       ¡No, por enésima vez Thor, no vas a bajar a tierra!

-       Por favor, quiero ver ese mundo del que tanto hablan y sus habitantes… - decía Thor mientras su padre Knives llegaba a la escena

-       ¿Qué sucede cariño? – le pregunto Knives a su compañero

-       Thor quiere bajar a tierra y vivir no sé qué…

-       Aventuras, padre… solo eso.

-       Yo estoy de acuerdo – dijo Knives

-       Knives, deberías estar conmigo… - rezongo el otro padre

-       Vamos Vash, sabes que tarde o temprano Thor tiene que hacer su vida – decía Knives mientras se agachaba a la altura de su compañero que estaba sentado en medio de un esplendoroso jardín – además este planeta es el reino que va a heredar, debe ser capaz de comprenderlo y conocerlo…

El silencio se hizo hasta que por fin Vash respondió: - Bien, te doy mi permiso – dijo disgustado y triste. Knives solía persuadirlo fácilmente.

Thor se alejó de sus padres rumbo a su habitación feliz de la vida, por fin bajaría a tierra…

Mientras tanto Knives se sentaba junto a Vash – No deberías estar discutiendo con Thor. No ahora que llevas un huevo dentro – decía mientras acariciaba el vientre de Vash – Déjalo ir, no podremos estar al pendiente de él, la incubación empezara pronto.

-       Lo sé, es solo que aún lo veo como un polluelo.

-       Y siempre será nuestro polluelo

-       Odio que tengas la razón. Un par de milenios atrás te hubiera destripado ¿Cómo caí en tu red?

-       Es mi encanto… - dijo Knives mientras se acercaba a besarlo.

Unos días después Thor estaba en la tierra. Había alzado vuelo hacia un prado desolado antes del amanecer, si los humanos lo veían habría un gran escándalo y es lo que menos necesitaban sus padres en esos momentos. Erebor era prohibido para ojos y radares profanos.

Camino hacia la villa más cercana, aun con su forma humana era más rápido que los humanos y así al caer la noche del tercer día estando en tierra Thor llego a una gran ciudad.

Había aparatos extraños que hacían mucho ruido, giraban sobre ruedas y su olor dejaba mucho que desear. Una tos seca le ataco cuando el humo le pido la garganta… él no era apto para ese clima ¿Cómo Vivian los humanos en esas condiciones? Miro hacia arriba y las estrellas eran mínimas ¿A dónde había ido el mar de luces? Pensó que lo mejor era regresar a casa, pero si hacia eso podía ser que sus padres se arrepintieran de haberle dejado bajar.

 

 

SEGUNDA PARTE: TÁRTARO

Un siglo pasó y Thor aún inspeccionaba el planeta que algún día regiría… o a lo mejor su hermano menor que ahora debía de ser todo un joven dragón.

Recordó  cuando llego a tierra por primera vez  y como toda persona que acaba de mudarse a la gran ciudad tuvo que conseguir un trabajo barriendo, de cocinero, destapa coladeras, mesero… ninguno le satisfacía y en ninguno duro. Si quería conocer el planeta debía moverse constantemente y en cinco años que pasaron en un abrir y cerrar de ojos, solo había recorrido unos cuantos estados del país donde estaba atorado por cuestiones económicas.

Cuando cumplió diez años en esas tierras escucho el rumor de la mafia y los traficantes. Parecía un trabajo sumamente terrorífico y maldito pero era lo que necesitaba económicamente, como dragón que era podía fácilmente someter a cualquier humano.

Empezó desde abajo. Vendía drogas cada vez más peligrosas y evadía fácilmente a la policía que los jefes no habían comprado. Después lo empezaron a contratar como asesino… y así un día por fin era un jefe reconocido de un sector de la mafia.

Al medio siglo de estar en las tierras bajas tuvo que hacerse cargo de un trabajo muy peculiar. Su traje negro era impecable, sus gafas negras y una coleta dorada eran su porte junto al cigarrillo que lentamente se consumía.

Debía visitar a las afueras de la ciudad unas instalaciones secretas del gobierno que necesitaban quien hiciera el trabajo sucio. Sí. Para eso estaba él. Cuando entro, su olfato superior le hizo hacer una mueca ¿Qué era aquel hedor? Lo llevaron junto a sus guardaespaldas a través de los fríos pasillos que constituían aquel inmenso laboratorio hasta que por fin llegaron a una habitación.

-       Bienvenidos al Inframundo

Les dijo una mujer pelirroja que se encontraba detrás de un escritorio. Al parecer era una oficina y sospechaba que aquella mujer era…

-       Soy la jefa de este lugar caballeros ¿se preguntaran que es y por qué quiero contratar los servicios de su organización?...

Les explicó que aquel laboratorio experimentaba con humanos. Estaban tratando de crear resistencia al medio ambiente y las enfermedades mediante la genética. Crearon así humanoides a los que llamaron “veelas” y como en los cuentos de terror esa especie era temible pues engatusaba a sus víctimas con sus encantos.

Hasta el momento eran cincuenta personas a las cuales mutaron. No los podían controlar pero tampoco podían perder a los sujetos de pruebas. Había varias opciones pero la decisión ya había sido tomada.

Diez sujetos debían morir y los otros cuarenta debían ser encerrados en lo profundo del laboratorio: la Zona Tres, mejor conocida como Tártaro. Los diez sacrificios tenían dos objetivos: el primero era servir como conejillos de negociación pues los veela no eran zombis. Y segundo, se pretendía vender los órganos en el bajo mundo como seguimiento del experimento de aquellos extraños científicos.

Thor noto de inmediato la oportunidad que representaba el negocio. El laboratorio era inmenso, tal vez tenía kilómetros de subterráneo y por lo poco que pudo averiguar era profundo como la noche. Así que aquellos que lo financiaban debían estar forrados en dinero y eso siempre olía a algún sucio truco y allí conectaba él.

Aquello represento un negocio redondo para la mafia pues ahora estaban más respaldados por los gobiernos que ocultaban aquel misterioso laboratorio. Los planes habían salido bien y la familia crecía al ver las oportunidades.

Pero treinta años después la ilusión empezó a terminarse por que el Inframundo se percató que su líder mafioso no envejecía y como buenos científicos querían saber por qué.

Así fue como Thor término siendo prisionero de sus contratistas. Lo habían tomado en un momento de descuido ¿Cómo pudo creerles? Ahora estaba en una jaula reforzada. Suspiro para sí mismo.

Los científicos que antes había protegido tomaban muestras de sangre y asombrados volvían por más para resolver los misterios que habían descubierto. Pero un día no solo quisieron muestras y en el momento que Thor escucho aquello sabía que no tenía más remedio que matarles o terminar diseccionado.

-       ¿Co… cómo has salido? – grito un científico alarmado. Thor había derrumbado la puerta de la habitación donde lo mantenían

-       Te contare un secreto… - se acercó hasta la oreja del aterrado científico. – Mi raza es inmune a sus sedantes y fortalezas…

-       ¡Nooo! Has estado aquí durante tres años, eso… eso sería…

-       ¿Imposible? Claro que no, solo he estado observando. Los humanos son entretenidos… - y sin más volteo aquel frágil cuello mientras un espeluznante rugido prehistórico inundaba los pasillos de Inframundo.

Aquel día fue conocido como el Génesis del Inframundo. Un colosal dragón hizo explotar las sustancias químicas, destrozo pasillos y quemo a casi todo ser vivo mientras se dirigía hacia la superficie.

Algunos entraron al Inframundo a investigar lo sucedido pero nunca regresaron. Mientras tanto el ex jefe de la mafia había regresado y el gobierno culpo de traición a Thor y sus seguidores tras la pérdida de sus inversiones.

“La mafia destroza importante laboratorio farmacéutico donde se investigaba cura contra el cáncer”

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).