¡Feliz Día del Padre!
Yokozawa & Kirishima
-¿Qué deberíamos regalarle a papá, Yokozawa-san?
-¿Deberíamos?
La pequeña niña castaña de ojos acaramelados solo alzo incrédula una ceja, para después cruzar sus brazos y mirar al peli negro con desaprobación. ¿Acaso se hacía el tonto o realmente no tenía idea de nada?
-¡Su regalo para el día del padre!
-Oh con que era eso…-susurro algo fastidiado, no tenía el menor tiempo para prestarle atención a pequeñeces como esas- haz un lindo dibujo para él, le encantara
-¿Y qué le regalara mamá?
Yokozawa se sonrojo, escuchando la pregunta que ambos niños hicieron al unísono. Giro algo molesto, observando a los dos pequeños diablillos, uno con su misma imagen y el otro… parecido a su pareja, Kirishima.
-¡Izumi, Takeshi, hay que preparar el regalo para papá!
-Eso lo sé, ¿pero qué hay de mamá?-pregunto inocente, el pequeño peli negro de ojos grisáceos: Takeshi-.
-Si mamá no quiere regalarle nada no veo el problema, quizá no tenga dinero-respondió el pequeño de cabellera castaña acaramelada, con ojos de igual color, Izumi- ¿cierto, mamá?
-¡Takeshi, Izumi, les he dicho mil veces que no me llamen así!-regaño Yokozawa, con el tono rojizo impregnado en sus mejillas- T-también soy su papá…
Susurro lo último, más para sí que para los pequeños niños, los cuales, solo lo miraron extrañado, alzando un poco los hombros, restándole importancia, girando mejor con su hermana mayor para saber qué planes tenía en mente.
-¡Debe ser algo especial!-grito encantada la castaña, sonriendo, resaltando sus arreboladas mejillas rosas-.
-¡Algo hecho por mamá!-continúo Takeshi, el pequeño peli negro, la viva imagen de Yokozawa-.
-Takeshi, ya te dije que mamá no tiene tiempo para eso-regaño el castaño, bufando molesto por la actitud de su alocada hermana e inocente hermano- tiene mejores cosas que hacer
-Pero Izumi… a papá le encantaría un regalo hecho por mamá…
-No le hagas caso a Izumi, Takeshi, mejor vayamos a planear el regalo para papá
Y así, ambos niños se sonrieron cómplices, saliendo corriendo de la cocina en dirección al piso de arriba, donde se encontraban sus habitaciones y salón de juegos. Dejando escuchar solo los pasos apresurados en las escaleras, dejando solo a Yokozawa y al pequeño castaño, ambos, con cara molesta.
-No te preocupes mamá, iré a ver que traman y te lo diré-dijo sin titubear el castaño, con su típico tono de voz arrogante y su ceño fruncido-.
Yokozawa solo suspiro con fastidio, escuchando también los pasos apresurados del castaño, aquel niño tenía toda la actitud de él, mientras que el peli negro era tan como… Kirishima…
Dejo de pensar en los niños para continuar preparando la cena, observando el reloj de pared que se encontraba en la cocina. Faltaba poco para que llegara Kirishima…
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Justo en la hora de la cena, todos se hallaban sentados en sus respectivas sillas, frente a aquella mesa rectangular para seis personas. Kirishima se encontraba en el extremo principal-viéndolo de forma vertical- como el hombre de la casa, mientras Yokozawa estaba en el otro extremo, y los niños a los lados.
Todos cenaban con tranquilidad, hasta que el pequeño peli negro, Takeshi, no soporto más la presión que tenía para contarle a su papá que, mamá e Izumi…
-¡Papá, mamá dijo que no debía regalarte nada, Izumi también decía lo mismo!-grito el peli negro, con los ojos algo llorosos-.
-¡Takeshi, cierra tu maldita boca!-grito el castaño, levantándose molesto de su lugar para fulminar con la mirada a su torpe hermano-.
-Oh, veo que mamá le ha enseñado algunas palabras al pequeño
-¡Pero qué diablos…!
Kirishima sonrió divertido al ver el sonrojo de Yokozawa, sin mencionar la ira notable que comenzaba a acumular. Sabía que no podía gritarle sus verdades enfrente de los niños, al menos así dejaba su mal vocabulario… pero al parecer, el pequeño castaño, su hijo, su misma imagen… Tenía la actitud de Yokozawa, y lo confirmo tras ver aquello, su molestia y ceño fruncido…
-Niños-hablo cariñoso el castaño mayor, observando a sus tres hijos con amor- asegúrense de que mamá me prepare algo muy especial, me haría demasiado feliz
Tanto la niña castaña como el pequeño peli negro sonrieron lo más que podían, asintiendo eufóricamente, mientras que en sus respectivos asientos, Yokozawa e Izumi se sentían fastidiados.
Vaya que sería una larga semana…
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-¿¡Que tal esta!?
-¡Me parece muy linda!
La pequeña Hiyori, junto a su hermano Takeshi, observaban encantados aquellas corbatas que colgaban en sus pulcros estantes.
Estaban de compras en el centro comercial, en busca del regalo perfecto para papá, aunque claro, Yokozawa y el pequeño castaño, Izumi, solo estaban con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-Esto es demasiado estúpido…
-¡Izumi dijo una palabra mala, le diré a papá!
-Tsk, eres tan molesto, Takeshi
El pequeño castaño salió corriendo de la tienda, dejando a su hermano peli negro con algo de tristeza. Yokozawa corrió tras su hijo, encontrándolo sentado en una de las bancas, con el ceño fruncido y la mirada pérdida en algún punto. El peli negro suspiro y se sentó a su lado, ablandando su semblante y mirándolo con comprensión y cariño.
-Creo que fuiste algo grosero con tu hermano…
-¡Pero mamá, Takeshi es tan…!
-Izumi, ¿no quieres a papá…?
El castaño giro rápidamente su mirada, encontrándose con la grisácea de Yokozawa, para después mirar hacia otro lado, con un sonrojo en sus mejillas. Hizo un pequeño puchero y, jugando tímidamente con sus manos, se atrevió a preguntar:
-Y mamá… ¿mamá quiere a papá?
El niño miro al peli negro, esperando ansioso por aquella respuesta. Su mamá siempre estaba algo distante con su papá… pareciera molesto, como si… como si no lo amara…
-Izumi-hablo en tono severo, pero después se tranquilizó, ¿Por qué mentirle a su hijo…?- Izumi yo, amo a tu padre…
El castaño se sorprendió, aquellas palabras jamás las había escuchado salir de la boca del peli negro mayor. Pensaba que tal vez no le importaba en absoluto, pero al ver la sonrisa sincera en los labios de su mamá, supo que aquellos sentimientos eran verdaderos… Sonrió feliz y se acercó más al peli negro, abrazándolo con fuerza, mientras que de sus ojos acaramelados brotaban aquellas inocentes lagrimas…
-Yo… ¡yo también amo a papá!
Yokozawa sonrió feliz, abrazando más a su hijo. Lo separo con delicadeza, mirándolo a los ojos, limpiando aquellas lágrimas de sus sonrosadas mejillas.
-¿Qué tal si elegimos algún regalo para papá?-pregunto, sonriéndole con amor al castaño, mientras pasaba su mano por su sedosa cabellera-.
-¡C-claro!-respondió feliz, con una ligera sonrisa y sus mejillas sonrosadas-.
-¡Izumi!
El pequeño peli negro llego hasta su hermano, seguido de Hiyori. Takeshi jugueteo un poco con su playera, estrujando un extremo, algo temeroso e inseguro, con sus ojos grisáceos a punto de dejar salir las lágrimas. Se acercó a su hermano, Izumi, y sin pensarlo dos veces lo abrazo.
-N-no le diré nada a papá… l-lo siento Izumi…
El castaño se sorprendió un poco, miro a su mamá, y tras ver como asentía, junto con aquella cálida sonrisa, se aventuró a hacer lo mismo. Abrazando a su hermano, sonriéndole y acariciando su cabellera azabache.
-No hiciste nada malo, Takeshi
-P-pero y-yo…
-Vamos tonto, deja de llorar, ¡hay que encontrar el regalo para papá!
El peli negro miro a su hermano, estaba sorprendido, no solo por aquella confesión, sino que, había sonreído, eran pocas veces que veía a su hermano Izumi sonreír, era tan parecido a mamá… ambos parecían molestos todo el tiempo… Dejo de lado aquellos pensamientos, secándose las lágrimas con el dorso de su pequeña mano, para después sonreír.
-¡Vamos!
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-¡Feliz día del padre!
Gritaron todos al ver como el castaño recién despertaba. Habían ido a su habitación, a esperar que papá abriera los ojos para así, sorprenderlo, tirando serpentinas y mostrando en sus manos los regalos, en cajitas bien decoradas, adornadas con un moño.
-Vaya… ¡muchas gracias niños!
Los tres niños se subieron a la cama, abrazando a su padre con amor, para después dejar en su regazo las cajitas.
-Izumi, también tú…
-¡Te quiero, papá!
Kirishima parpadeo confundido, Izumi, su pequeño hijo tan parecido a él… ¿había dicho eso? No pudo evitar el reír levemente, su personalidad era tan parecida a la de Yokozawa, que aquel acto lo tomo por sorpresa. Revolvió la cabellera de su hijo, para después depositar un beso en su frente.
-También te quiero, Takeshi. Los quiero a los tres-dijo sonriente, abrazando a la vez a los tres pequeños-.
-¡Todos compramos un regalo para ti papá!-hablo Hiyori, con una sonrisa en su rostro- el mío es el de envoltura rosa
-¡El mío es el morado!-grito Takeshi, abrazando a su papá-.
-El mío es el azul…-dijo Izumi, algo avergonzado, con sus mejillas sonrojadas-.
-Pero lo más increíble… ¡Es el regalo de mamá!
Gritaron los tres niños, para después girar a ver la puerta de la habitación. Donde apareció un Yokozawa con sus mejillas completamente rosas, combinando a la perfección con su delantal con letras bordadas: “Beso a la cocinera”. Trayendo consigo una bandeja con un delicioso y variado desayuno, y un pequeño pastel, hecho por los niños, y claro, Yokozawa.
-F-feliz día…-susurro avergonzado, dirigiéndose hacia él, mostrando el desayuno que había preparado-.
-Vaya… ¿mamá lo preparo para mí?
-¡Sí, y con nuestra ayuda también!-gritaron los tres niños al unísono, bajándose de la cama para dejarle espacio ahora a mamá-.
-Muchas gracias…
Yokozawa frunció el ceño, dejando la bandeja en la mesita de noche que estaba junto a la cama. Se sentó a un lado de Kirishima y lo abrazo, susurrando un “felicidades”. Kirishima sonrió feliz, para después tomar la muñeca del peli negro y acercarlo más a él, buscando sus labios y uniéndolos en un pasional beso.
-¿¡Pe-pero que haces…!?
-El delantal dice, besa a la cocinera…
-¿¡Eres un…!?
-¡Mamá y papá se aman!
Los niños gritaron felices, para nuevamente subir a la cama a abrazar a sus padres. Disfrutando la calidez y amor que les transmitían. Disponiéndose a disfrutar de aquel desayuno y el divertido día que les esperaba.
♥ Fin ♥
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