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No mencionemos el accidente. por Am3li3

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Notas del fanfic:

¡Uff! Ya me veo recibida con tomatazos, piedras y otras yerbas, jajaj

¡Hey! ¿Se acuerdan de Am3li3? ¡Regresó y en formas de fichas! 

Este fic que les traigo es parte de los tres nuevos que escribí este año, y la verdad que rápidamente le agarré cariño y espero que conquiste sus corazones a ustedes también. ¿Qué hay de los fics viejos que tengo que renovar? Bueno... Prefiero no venir con promesas de actualización porque tantas veces prometí que ya parezco político que no cumple... prefiero no prometer nada y mover más los dedos. Sí, creo que eso es lo mejor.

¡Pero no se asusten! Este fic que les voy a presentar está finalizado. Así que no van a haber eternas esperas. Nació en el foro Mundo Yaoi y ahora vengo a compartirlo en este sitio que siempre la consideré mi casa ♥

Espero que realmente les guste ^^

Notas del capitulo:

En general van a ser capítulos cortos, porque últimamente estoy escribiendo así. Poco a poco muté del barroco al minimalismo puro en mis escritos jajaj

Esto se sitúa en verano. Febrero.

Con ustedes, Jeff y Amadeo.

Disfruten ;)

Un 3 de febrero, día soleado y de mucho calor a Jeff, quién se encontraba tomando fresco bajo la sombra de su árbol, fue asaltado por un pensamiento, un tanto inquietante.

Recordó que su hermana Caroline estaba de aquí para allá por toda la casa ideando algo que su hermano mayor no se había percatado hasta que la vio en la cocina cortando flores de unas revistas viejas y armando una especie de tarjeta. Su hermana se percató de estar siendo observada y toda ruborizada, exclamó "¿Qué? ¿Nunca antes habías visto a una persona hacer una tarjeta de San Valentín?"

San Valentín, San Valentín, San Valentín, San Valentín, San Valentín, San Valentín...

Se repetía esa maldita frase una y otra vez en su cabeza. Resulta que Jeff sí tenía su San Valentín en mente pero... Había un pequeño problema. Ese San Valentín jamás se había enterado de que Jeff lo había elegido desde hacía tiempo.

Se habían conocido en la secundaria, en esas primeras semanas cuando uno entra en un instituto nuevo y debe hacer amigos para no quedar completamente solo. Jeff como era una persona de buena charla, no le costó demasiado entrar en confianza con los de su clase; pero con quien había hecho real amistad había sido con Amadeo, oh si, él era su hermano del alma... bueno, casi. A medida que se iban conociendo y haciendo buenas migas, Jeff comenzó a observarlo con más detenimiento. Sabía que tenía una marca de nacimiento en el lado izquierdo a su ojo, por encima de su ceja; que a Amadeo le gustaba usar gel para levantarse el flequillo y no sólo eso, sino el perfume que el producto tenía le encantaba; que le costaba demasiado que le creciera barba y que eso lo mataba de rabia; que sus muñecas siempre estaban repletas de insignificantes lazos, nuevos y desgastados; que le daba vergüenza que lo llamaran por su apellido pues lo odiaba; que cuando iban a comer en algún lado él pedía su bebida sin hielo pues decía que así le ponían más bebida en su vaso; que en sus ratos libres le gustaba tocar el bajo aunque supiera que era una pérdida de tiempo pues jamás sería bueno en ello; que cuando estaba distraído se tocaba inconscientemente el aro que llevaba en su única oreja perforada; que cuando viviese sólo se sentaría en su balcón (pues quería un departamento) a mirar a la gente sin que ésta se diera cuenta mientras se fumara un cigarrillo; que el frío le gustaba más que el calor; que en realidad le gustaba más el invierno porque le daba vergüenza no tomar un buen color en la playa cuando era verano; que su espalda y hombros estaban llenas de pecas rojizas y muy simpáticas; que a él no le gustaban; que a los catorce años se había hecho un tatuaje en su espalda y que su madre lo descubrió recién a los dieciséis; que cuando lo miraban demasiado tiempo a los ojos se ponía nervioso y bajaba la vista. En fin. Demasiadas cosas sabía sobre Amadeo que con el tiempo y casi sin darse cuenta, las fue recopilando como pequeños tesoros. Hasta ese momento todo marchaba sobre ruedas, Jeff y Amadeo, el dúo dinámico, los Best friends for ever, nada de qué preocuparse hasta que...


Había sido una noche de diciembre muy divertida, ambos habían salido a beber y cazar chicas lindas para su prontuario. Estaban sentados en un sillón, ya borrachos los dos y querían buscar otra cerveza pues la sed los estaba matando. Amadeo había visto una rubia desde que habían entrado a ese bar, a la que deseaba meterle la lengua hasta la garganta y Jeff se quedaría con su amiga, la cual no estaba nada mal. Entre risillas y mucho mareo, Amadeo había sacado su billetera buscando algún billete escondido en ella. Jeff también se había acercado a ver si tenía algo pues en todo caso, él ponía el dinero. Fue algo tan tonto que ninguno de los dos le dio demasiada importancia. Amadeo había logrado encontrar un billete y al levantar la vista para exclamar "¡Aquí está!" se chocó con Jeff rozándose accidentalmente los labios. Su amigo se frotó la nariz, mientras el otro reía a carcajadas. Ninguno de los dos dijo nada y Amadeo se dirigió hacia la barra por la cerveza. La noche transcurrió sin problemas y ambos lograron la atención de las muchachas en cuestión siendo esa una gran noche. Ambos se habían ido del bar con muchos besos, franeleo y dos números de teléfono en los bolsillos. Se tomaron un taxi pues a Jeff no le prestaron el auto y Amadeo se bajó en la esquina de siempre. Ambos llegaron sanos y salvos a sus hogares y desde sus camas se mandaron mensajes de texto reclamando una siguiente salida. Jeff fue el primero en quedarse dormido.

Sentía de nuevo esa lengua ir y venir en su boca, mientras su mano bajaba más y más por esa curva que marcaba su cadera. Sintió un leve tirón en los cabellos de su nuca y esto no hizo más que avivar el fuego. Besos y mordiscos deliciosos en el medio, que sólo fomentaban a que sus partes bajas aumentaran de temperatura y se pusieran tiesas. Sintió un suspiro sobre su rostro y un roce en sus labios que le resultó familiar. Al abrir sus ojos, no se trataba de la chica que había estado besando horas antes, sino de su amigo, hermano, BFF de toda la vida: Amadeo. Él lo contemplaba mordiéndose los labios, pegado al cuerpo de Jeff y mirando su boca con deseo de más de aquellos besos. Su pequeño aro brilló en la oscuridad, al igual que sus ojos cuando se cruzaron y en vez de bajar la mirada, Amadeo sólo se sonrojó. La temperatura de Jeff subió más de lo normal y cuando estaban por besarse de nuevo, una punzada fuerte lo despertó del sueño. Parpadeó un par de veces aún sin comprender que en realidad aquello se trataba de un sueño y no de la realidad. Una ola de sentimientos encontrados lo inundó, primero decepción de que en realidad eso no era lo que había sucedido, luego horror... ¡Era su mejor amigo! Es decir... Amadeo, el hermano que nunca había tenido... ¡Amadeo, por Dios, Amadeo! y luego, somnoliento, de nuevo esas imágenes y sensaciones tan vividas lo inundaron una vez más, volviendo a subirle la temperatura y dándole una segunda puntada a la erección que tenía dentro de sus bóxers, llevo su mano hasta ella y no tuvo más remedio que comenzar a frotarse y gemir ante esa nueva fantasía que se le había presentado.






Continuará~

Notas finales:

Creo que mis ansias no me van a dejar pasar no más de un par de días para la siguiente actualización... Así que nos vemos pronto ^^

Gracias por leer~


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