Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No hagas cosas buenas que parezcan malas por sweet_sasusaku

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bob Esponja y sus personajes no me pertenecen, en cambio la historia es completamente mía. Y por el momento solo esta publicada aqui y en otra pagina más bajo el seudonimo "sweet_murasakibara"

Notas del capitulo:

¡Hola, Hola!

Bienvenidos sean a esta loca idea escrita por esta loca autora. Soy principiante, así que dudas, quejas y/o sugerencias son bienvenidas.

Advertencia: Los personajes son de Bob Esponja, sí, pero en version Anime para que no sea tan extraño~

Se golpeó la frente, pasando su mano por todo su rostro hasta terminar en su barbilla, mostrando claramente un gesto de molestia. No, molesto no podría estar… ¡Estaba a kilómetros de estar molesto!

Escuchar el irritante sonido del despertador de su vecino lo ponía de nervios, se hastiaba, fastidiaba, ¡molestaba! Aquel estúpido y fuerte sonido que lograba escucharse, seguramente, a varios kilómetros a la redonda. Y él, por estar justo a su lado, el sonido lograba escucharse claramente, alto, demasiado alto… los cristales de su ventana retumbaban, casi parecía que estaban a punto de quebrarse.

Suspiro con alivio al dejar de escuchar aquel molesto sonido. Se levantó de su cama no sin antes darle los buenos días a su clarinete. Arrastro sus pies hasta el cuarto de baño, donde se daría una relajante ducha, al menos aprovecharía al máximo los diez minutos que tenía para asearse.

Una vez limpio y listo para irse a trabajar, tomo un pan que recién salía de la tostadora, unto un poco de mantequilla y lo llevo hasta su boca, encaminándose a la salida, cerrando con llave la puerta tras de sí.

-¡Buenos días Calamardo!

Su vocecita era tan irritante y chillona, que por la sorpresa la rebanada de pan callo de su boca. La miro en el suelo, su desayuno se había arruinado, tenía polvo en todas partes, ya no había manera de comerlo. Su rostro, con el ceño fruncido, se giró hasta el pequeño chico que estaba junto a él, sin pensarlo dos veces lo fulmino con la mirada, casi queriendo matarlo.

-Ops, lo siento mucho Calamardo, no era mi intención que…

-Bob Esponja…-su voz parecía de ultratumba, con aquella aura rodeándolo, y unas cuantas venas punzando en su cien, más sin embargo eso no parecía importarle al pequeño rubio que lo veía aun con una espléndida sonrisa-.

-¿Sí, querido y amado vecino?

El pequeño, de cabellera rubia, piel nívea e inocentes ojos azules, parpadeo un poco, observando a su vecino, aun sin borrar aquella sonrisa de su rostro, resaltando sus mejillas sonrosadas.

-Escucha Bob Esponja, hoy quisiera tener un día tranquilo…

-Apuesto a que lo tendrás, solo mira el hermoso día, ¡Es increíble!-grito animado, girando en su lugar con los brazos extendidos-¿No lo crees?

-Vaya que lo creo…

Dijo sarcástico, aun sin quitar aquella mueca de fastidio. Suspiro, no tenía remedio, todos los días de su patética vida serían iguales, a no ser que su querido vecino encontrara hogar en otra parte, aunque lo dudaba, ¿quién querría tener de vecino a alguien como Bob Esponja? Era tan molesto, y la apariencia de su casa era estúpida, ¿Quién demonios pinta su casa de color naranja? Y para terminar con broche de oro con color verde en los bordes de arriba, le daba apariencia de piña…

-Oye Calamardo, ¿vamos juntos al trabajo?

Iba a reclamarle y gritarle unas cuantas verdades a la cara, de no ser porque lo miro de una manera tan… tan molesta… parpadeando inocentemente, con aquella amplia y brillante sonrisa. Bufo molesto y desvió la mirada, comenzando a caminar rumbo al trabajo, aquel grasiento restaurante en el que trabajaba sirviendo paros cardiacos en un pan, como solía decirle.

 El rubio solo sonrió y comenzó a caminar a su lado, haciendo notar la diferencia de estatura, él era pequeño y su vecino un poco más alto y bien dotado…Lo miro de reojo, era apuesto…un momento… ¿apuesto? Bueno, su cabellera era un tanto larga, de un llamativo aguamarina un poco oscuro, sus ojos color rojizo, casi marrón, y había que admitir que tenía buen cuerpo… lograba notar los pocos músculos de su brazos gracias a su playera café, y los jeans que llevaba le sentaban de maravilla…

-¿Qué tanto me miras?

-¡N-nada Calamardo!

Negó rápidamente con los brazos, mientras que un ligero tono carmesí adornaba sus mejillas. Trago grueso, que vergonzoso… lo había descubierto mientras había quedado embelesado al verlo.

Sintió un gran alivio al observar a lo lejos el “Krusty Krab” corrió hacia él, dejando atrás a Calamardo, el cual solo observo al chico entrar rápidamente, extrañado por aquella situación. Alzo los hombros, restándole importancia, colocando aquel ridículo sombrero sobre su cabeza, posicionándose detrás de la caja registradora para comenzar jornada de trabajo.

Mientras que en la cocina, el pequeño rubio había logrado olvidar un poco el vergonzoso accidente de hace unos momentos atrás, el que Calamardo lo haya descubierto observándolo realmente lo había confundido, no sabía exactamente porque, pero su corazón latía con fuerza, mientras sentía sus mejillas arder…

Quizá, tan solo quizá, aquello era

******~*******~****

Realmente su mañana fue tranquila, lo cual se le hizo demasiado extraño, el chico rubio no lo molesto como siempre acostumbraba. Solamente le hacía saber la orden y él le respondía de lo más normal, eso sí que era muy extraño…

-Me voy a casa

Le dijo a su jefe, aquel robusto hombre de cabellera peli roja, el cual solo asintió mientras continuaba contando el dinero que recaudo hoy. Antes de salir le hecho un vistazo a la cocina, esperando a que el pequeño rubio saliera gritando con euforia un “Vayamos juntos a casa Calamardo” más no pasó nada, quizá fueron unos dos o tres minutos los que estuvo de pie esperando al chico, más este no salía. Se molestó consigo mismo por aquella preocupación, que más daba si Bob Esponja no lo acompañaba de camino a casa, debería alegrarse, caminaría disfrutando de la cálida tarde, sin aquella vocecita chillona y risa irritante.

Bufo molesto mientras regresaba de nuevo al restaurante, pasando directamente a la cocina, buscando con la mirada al chico rubio, encontrándolo en el fregadero, lavando unos cuantos trastos.

-Oh Calamardo, ¿Qué sucede?-pregunto acercándose a él, mientras secaba sus manos- creí que te habías ido a casa ya

-Sí bueno…

El joven desvió la mirada, sonrojándose levemente, mientras miraba de reojo al inocente chico. De pronto, por su cabeza paso una muy divertida idea. Sonrió con malicia mientras lo miraba fijamente, su molesto vecino era de las personas “buenas” que se preocupan por seguir las reglas y todo este perfecto.

-Sabes Bob Esponja, ya llevamos varios minutos aquí

-Sí lo sé, ¿qué pasa con eso?-pregunto inocentemente, sin darse cuenta del plan que tenía su querido vecino-.

-Supongo que mañana tendremos que llegar tarde

-¿A sí? Pero las reglas dicen que todos los empleados deben…

-Se lo que dicen las reglas, pero solo mira la hora, no pasa nada si llegamos tarde mañana, después de todo no salimos temprano hoy, ¿o sí?

-Bueno…

Rasco un poco su mejilla con su dedo índice, dudando un poco de lo dicho por Calamardo. De cierta manera tenía razón pero, él era el empleado del mes, no podía permitirse llegar tarde, además, ¿Por qué la urgencia de llegar tarde mañana? Acaso…

-¿Haremos algo juntos Calamardo?

-¿Eh?

-Sí quieres que lleguemos tarde mañana debe ser por algo

-Bueno…quería… que jugáramos un poco Bob, ya sabes…

-¿¡De verdad!?

-Claro

El rubio estaba tan feliz que ni siquiera tuvo tiempo de razonar el extraño comportamiento de su vecino, el cual nunca en la vida hubiera aceptado jugar con él, aunque claro, al parecer hoy fue la excepción.

Tomo su mano y rápidamente salieron del restaurant, rumbo a casa de Calamardo, aquella que tenía una extraña apariencia de Moái. En todo el camino se dejó guiar por el chico rumbo, sin inmutarse en soltar el agarre de sus manos. No sabía exactamente el porqué, pero necesitaba al rubio, aquel irritante pero inocente chico, el que le hacía la vida imposible pero que también se la robaría si llegara a separarse de él.

Llegaro exaustos riendo un poco mientras intentaban recobrar el aliento. Bob Esponja estaba más que feliz, tanto que el accidente que tuvo en la mañana se le olvido por completo, solo quería jugar con su vecino, ya que oportunidades como esas hay muy pocas, además de que Patricio no estaba en casa ese día, por lo que se sintió realmente feliz al saber que no iba a pasar la tarde solo sin hacer nada.

-¿A qué jugaremos Calamardo?

El chico veía animadamente aquella casa, pulcra y ordenada, además de que olía bien. Iba a comenzar a dar saltitos por todo el lugar, pero sintió como lo tomaban de la muñeca.

-¿Calamardo?

El rubio abrió sus ojos sorprendido al sentir el cálido tacto de sus labios unidos. Calamardo, aquel vecino amargado, que parecía odiarlo con toda el alma… ¿¡Lo estaba besando!?

Notas finales:

¿Que tal?
¿Algo loco, merece comentarios?

Sin más nos leemos mañana, cuando suba la segunda y ultima parte. 
Ja-ne~!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).