-Te desafío a que vengas ChanYeol… Inténtalo si puedes…
La risa macabra de HyeSung se perdía entre los gritos aterrados de BaekHyun mientras se alejaba en dirección al bosque y el lago.
Con un rugido de ira ChanYeol hizo explotar sus alas. HyeSung se alejaba cada vez más, volando mientras sostenía apenas a BaekHyun por la cintura con un solo brazo.
Iba a caer. ChanYeol lo veía venir. HyeSung estaba subiendo y alejándose demasiado, sin cuidado de quien sostenía.
Iba a caer.
BaekHyun estaba histérico. Gritaba, se retorcía y arrojaba golpes por la desesperación. El miedo no le dejaba ver que de esa forma sólo se estaba poniendo en un peligro mayor. Su estómago se retorcía por las náuseas.
-Id… ¡IDIOTA! ¡Deja de moverte!- HyeSung hacía malabares para volar y controlar a BaekHyun. Su voz se oía nerviosa e insegura.
-¡SUÉLTAME! ¡BÁJAME! ¡DÉJAME TRANQUILO! ¡¡¡NO ME TOQUES!!! ¡¡DÉJAME IR, POR FAVOR!!- BaekHyun lloraba y suplicaba histérico, con los ojos apretados y tratando de arañar las manos de HyeSung.
Su miedo a las alturas lo estaba cegando.
-¡HUMANO DETENTE! ¡VAS A CAE… !
En menos de un segundo las manos de HyeSung ya no pudieron seguirlo sosteniendo y BaekHyun iba en caída libre hacia el vacío. Sus dedos rozaron con los de HyeSung justo cuando abrió los ojos. BaekHyun podía jurar que vio el propio pánico de sus ojos reflejarse en los aterrados ojos rojos del cuervo que trató de sostenerlo.
Entre el latido de su corazón a punto de estallar, pudo oír gritos… miles de gritos coreando su nombre a lo lejos…
Pudo oír el viento lastimándolo con su velocidad. Como si estuviese en medio de una autopista con cientos de autos pasando a toda velocidad junto a él.
Pudo oír la voz de ChanYeol llamándolo. Miedo, pánico, terror, nauseas, lágrimas, el aire se le escapaba.
Pudo oír su propio grito rasgando su garganta. Dolía.
Esta vez nadie iba a recogerlo antes de caer. Esta vez no aterrizaría sobre un pecho firme y cálido. Esta vez ChanYeol no estaría allí para recibirlo antes del impacto.
Su vista se nublaba… Todo se volvía negro… Mientras caía de espaldas, pudo ver borrosamente sus dedos y brazos estirados tratando de aferrarse a las estrellas que llenaban el cielo negro.
Cuando por fin todo se oscureció… con el último resquicio de consciencia que le quedaba… BaekHyun pudo jurar que algo explotaba con una energía liberadora tras su espalda… pero… ¿Quién es capaz de jurar y razonar cuando poco a poco pierde la consciencia?
Todos lo vieron.
Desde tierra firme en las afueras de los comedores, y desde el aire donde ChanYeol había quedado estático, congelado en medio del aire y con la boca completamente abierta al igual que HyeSung y todos los estudiantes que quedaban en la cafetería.
Un par de enormes alas blancas puras sostenían el cuerpo inconsciente de BaekHyun en el aire, recortándose luminosas en el firmamento oscuro y opacando incluso a la luna.
-¿Cómo es… posible…? ¿¡¡ACTUALMENTE AÚN EXISTEN CUERVOS BLANCOS!!?- HyeSung balbuceó para acabar gritando. Tan incrédulo como todos ahí. Y pensar que le había tenido entre sus manos.
-Hmmm…- TaeMin, entre Kai y Key, sonrió ligeramente, Kai le miró de reojo- El secreto al descubierto.
Pero finalmente cayó… y recién entonces todos salieron de su deslumbramiento para recordar que BaekHyun estaba en peligro. ChanYeol hizo reaccionar su cuerpo con el estruendoso sonido del cuerpo de BaekHyun impactando contra la superficie del lago.
-¡¡¡BAEKHYUN!!!
BaekHyun estaba inconsciente. Inconsciente mientras se hundía poco a poco hasta el fondo del lago. No podría respirar… No podría nadar… No podría defenderse… No podría gritar por ayuda.
Su ángel iba a morir.
BaekHyun se sentía pesado… entreabrió los ojos un segundo. Su mente luchaba por seguir despierta y se halló perdido. Sus brazos y piernas no respondían. Le pareció oír la voz de ChanYeol llamándole por su nombre así que automáticamente su mano luchó contra esa pesadez que lo envolvía para alzarse en dirección a la voz.
Volvió a oírlo… pero todo se estaba volviendo negro de nuevo.
Un último llamado… Un grito desesperado.
Y BaekHyun en fondo de su mente pudo sentir que ya había pasado por esto antes… sentía haber oído su nombre en esa boca y con ese tono… Sentía que su mano ya se había alzado una vez siguiendo la misma voz.
Algo muy… muy semejante…
Hace mucho… mucho tiempo…
.
.
.
Cuando BaekHyun volvió a abrir sus ojos se encontró casi con una copia exacta suya. Los mismos ojos avellana chispeantes, una mata de cabello rubio desordenado y una sonrisa inmensa y brillante.
Su Omma.
El viento, el sol del amanecer, el mar y las alas de su Omma batiéndose y alzándolos a ambos en medio del cielo y las nubes.
De inmediato se apretó contra su Hannie Omma notando que sus bracitos cortos y rechonchos ya estaban fuertemente ceñidos alrededor del cuello esbelto de su madre. LuHan le correspondió el abrazo apretándolo contra sí y besándolo en la boca tiernamente. BaekHyun tarareó feliz y se hundió en su cuello para cerrar los ojos y dejarse envolver por el suave viento que los rodeaba.
-¿Sabes BaekHyunnie?- La voz de su Omma llegó casual- Oí que sus padres se separaron y por eso ahora vive con la abuela Hyo. Él no tiene ningún amigo... está muy solito.
-¡Woooooooah! ¡Qué pena!- BaekHyun dejó de jugar con el fuego de las alas de su Omma y se incorporó de donde permanecía con las mejillas regordetas pegadas al hombro esbelto para mirar los grandes ojos avellana- ¡ESTÁ BIEN! ¡BAEKHYUNNIE SERÁ SU AMIGO!- Gritó emocionado con una sonrisa que le ocupaba la mitad de la cara y que hacía que sus pequeños ojitos se volviesen aún más pequeños.
-¡ESE ES MI BEBÉ!- Animó su Omma gritando también.- Sólo te lleva por un año, así que seguro tienen mucho en común.
BaekHyun torpemente retorció sus deditos con un severo gesto de concentración hasta juntar con mucho esfuerzo el pulgar y el índice de cada mano y ponérselos de anteojos dejando tres dedos libres en cada una.
-¡TRES!- Gritó emocionado y su Omma rió dándole un besito esquimal- ¡BAEKHYUNNIE TIENE TRES!
-¿Entonces tu nuevo amigo tiene…? – Su Omma puso cara de detective y se llevó una mano al mentón, entrecerrando los ojos.
-¡CUATRO!- BaekHyun liberó sus índices y le enseñó orgulloso cuatro dedos de cada mano a su Omma.
LuHan le estampó un sonoro beso en medio del cachete.
-¡VAN A LLEVARSE DE PERLAS!
-¡PERLAS!- Gritó entre risas BaekHyun soltándose del cuello de su Omma y pataleando con brazos y piernas. Como si estuviese nadando.
-¡BAEKHYUNNIE SOSTENTE! ¡TE VAS A CAER!- BaekHyun sólo rió aún más con los chillidos de su Omma. Le encantaba sentir el viento remecerlo cuando su Omma volaba con él a cuestas. Amaba el cielo.
-¿Omma, cuánto falta?- Preguntó agarrándose nuevamente al cuello del mayor y jugando con los mechones rubios de su nuca.
-Ummm… Japón queda algo lejos de Corea, bebé… Omma es veloz, pero volar desde casa a las montañas de Japón demora un poco…
-¿Por qué la abuela no viene a vivir con nosotros? Así no demoraríamos tanto- Baek puchereo. Él amaba a la abuela Hyo. La veía poco pero ella era muy divertida.
-Eeeeeh…. No creo que a Hunnie le guste la idea…- Su Omma se encogió de hombros y Baek hizo aún más notorio su puchero. LuHan le dio un besito a su mohín.
-¡Mira bebé! ¿Ves ese puntito? ¡Esa es la isla! ¡Estamos llegando!
-¡YEHET!
Luego de muchos rebotes y risas y chillidos, por fin estaban surcando el bosque de las montañas. Una casa japonesa tradicional muy antigua y grande les saludó ahí en medio del follaje y el roquedal, y la propia abuela Hyo con su cabello castaño brillante largo, salvajemente suelto, y su sonrisa inmensa les estaba esperando en la entrada, ataviada con un yukata rojo y negro. Iba descalza y sin ningún tipo de adorno.
Baek rebotaba y se arrojó de un salto a los brazos abiertos de la abuela aún antes de que su Omma aterrizara y se guardara las alas.
-¡BAEKHYUNNIE!
-¡ABUELA HYOOOOOOOOOOO!- Se abrazaron y se zamarrearon entre gritos mientras su Omma aplaudía y se reía. En tanto la abuelo Hyo lo puso de nueva cuenta en el suelo, Baek giró sobre sí mismo cogiendo las orillas de su short, haciendo gala de sus sandalias con correas y su conjunto marinero de Pororo- Mira abuela, hoy me puse ropa yo solito ¿Te gusta? ¿Me veo bonito? Appa dijo que me veo bonito.
La abuela hizo como que se lo pensaba sólo para ver a BaekHyun fruncir el ceño y cruzarse torpemente de brazos con un gracioso gesto de enfado. Luego sonrió y alzó los pulgares.
-¡DI VI NO!- Entonces se cogió su propio yukata y giró sobre sí misma, haciendo gala de su figura esbelta, lozana y arrebatadoramente bella.- ¿Y yo? ¿Se me notan ya las arrugas?
-¡NOOO! ¡Se ve más joven que Appa!- Los tres rieron porque era cierto. Cada vez que se veían, BaekHyun le buscaba las arrugas a la abuela Hyo pero nunca se las hallaba ¿Cómo es que una abuela podía no tener arrugas? ¡Todas las abuelas las tenían! Baek no lo entendía pero le hacía gracia. La abuela Hyo no parecía una Ahjumma… era más como una Noona. Bonita, joven y muy achispada.
Baek siguió modelando por el corredor de madera exterior mientras la abuela saludaba a su Omma.
-Buenos días Reina. Es un honor volver a verla- Con mucho respeto, LuHan se inclinó en una pronunciada reverencia, sólo para recibir un fuerte zape en la cabeza que poco menos y lo desnuca.
-¡OMMA! ¡LLEVO TODOS ESTOS AÑOS DICIÉNDOTE QUE ME LLAMES OMMA! ¡O-M-M-A!- La abuela le plantó otro manotazo y le tiró los cachetes- ¡QUE SOY TU MADRE, LULU! ¡DEJA DE LLAMARME REINA, MAESTRA O CUALUIERA DE ESAS BURRADAS! ¡¿ES QUE TE ENTRA POR UNA OREJA Y TE SALE POR LA OTRA?!
-¡L… lo siento!- LuHan se acarició las mejillas rojas y miró con vergüenza el suelo- Lo siento… Pero… usted sabe que perdí ese derecho hace tiempo…
La reina Park JiHyo, gobernante de todos los cuervos de oriente, suspiró y decidió cambiar de tema.
-Hace mucho que no venías a mí, Lulu. Te extrañé.- Le acarició la cabellera rubia desordenada por el viento. LuHan sonrió.
-Disculpe por la intromisión- Canturreó restregando la mejilla contra la mano suave de JiHyo.
-¿Y SeHun-ah?- Preguntó con cautela y sintió a su pequeño Lulu tensarse bajo su caricia.
-Está… ocupado… con el trabajo y esas cosas. Ya sabes- JiHyo apretó los labios en una extraña línea recta haciendo como que se tragaba su tono despreocupado.- ¡Ah!- LuHan miró a su alrededor perdido e incluso le levantó los bajos al yukata de la reina descubriendo sus piernas. Ella le dio un puñetazo nada delicado y se acomodó la ropa roja de vergüenza- ¿Dónde se metió BaekHyunnie?
Ambos miraron perdidos la puerta corrediza entreabierta y las preciosas mini sandalias abandonadas a un costado.
-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡QUÉ CASA TAN GRANDE!- Baek iba de un lado para otro corriendo y descorriendo puertas hasta que se topó con el enorme jardín trasero y su pasillito de madera. BaekHyun estaba encantado. Siempre que visitaban a la abuela, esta estaba viviendo en un lugar distinto cada vez más fabuloso que el anterior- ¡GRANDE! ¡GRANDE!
-¡CAW!
BaekHyun, que correteaba torpemente con sus piececitos descalzos y pequeños, se detuvo en seco al oír ese graznido. Lentamente giró sobre sí mismo y se topó de frente con un pajarito rojo diminuto que volaba directo hacia él.
-¡CAW, CAW, CAW!- Los ojos de BaekHyun se ampliaron y brillaron mientras agitaba frenéticamente con sus bracitos cortos de arriba a abajo imitando el aleteo del pajarito y su singular canto.
-¡CAW, CAW, CAW!- Le contestó el pajarito.
-¡SOY BAEKHYUNNIE! ¡Y HOY ME VESTÍ SOLITO!- Gritó el pequeño (en serio MUY pequeño) rubiecito sin dejar de agitar sus brazos- ¡MIRA! ¡ES PORORO! ¡ME GUSTA PORORO! ¡EL MEJOR AMIGO DE BAEKHYUNNIE SE PARECE A PORORO! ¡PERO ÉL NO ME GUSTA PORQUE SUS OJOS SON MUUUUUUUY GRANDES Y ASUSTAN! ¡PERO IGUAL BAEKHYUNNIE LO QUIERE MUCHO, MUCHO! ¡PERO BAEKHYUNNIE QUIERE MÁS A PORORO!
-¡CAW!
Justo en ese momento, el pajarito rojo comenzó a arder en llamas hasta que acabó en el suelo convertido en una pequeña copia de la imagen de Pororo que BaekHyun tenía estampada en su remera marinera a rayas.
BaekHyun tenía la boca completamente abierta. ¡¡Estaba alucinado!! E iba a empezar a chillar nuevamente cuando una voz hizo eco en el pasillo.
-¿Qué es eso TaeHyung?- La voz era infantil pero extrañamente grave… y anormalmente vacía. Demasiado seria. BaekHyun, que estrujaba entre sus brazos al pajarito que ya no era pajarito, sino que era Pororo, se topó frente a frente con unos ojos negros enormes. BaekHyun tenía la boca completamente abierta. Estaba encandilado. Apenas y fue consciente de que el objeto de su asombro le apuntaba groseramente con un dedo. -¿Quién eres tú?- Oyó gruñir esa voz grave mientras el “pequeño Pororo” se deshacía en llamas para volver a ser el avecita de antes que voló a los brazos del dueño de esa voz.
Si BaekHyun tuviese que describir en una sola palabra lo que ahora tenía ante sus ojos, a tan solo unos metros de pasillo, ahí apoyado tenuemente contra una de las puertas corredizas, y ataviado con un Yukata negro ligero… esa palabra sería… Hermoso.
Pero BaekHyun nunca había sido un niño de pocas palabras…
-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡ERES TAN LINDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡LINDO, LINDO, LINDO, LINDO!- Y como una avalancha, corrió mejor y más certero que un jugador de rugbi y en menos de tres segundos ya tenía al contrario sobre el suelo, toqueteándolo por todas sin dejar de chillar y restregándosele mejilla con mejilla.- ¡JUSTO DEL TIPO QUE ME GUSTA!
Era precioso. BaekHyun no cabía en sí de lo mucho que le gustaba. Era más alto que él, con el pelo castaño oscuro y los ojos grandes y negros. Su cara era seria y algo enfadada como la de su Appa y era tan, TAN LINDO y olía tan, TAN BIEN. Sus orejas eran graciosas y eso también le gustaba.
-¿¡Qué… QUÉ HACES!? ¡QUÍTATEME DE ENCIMA!- El niñito estaba rojo de la vergüenza sin poder quitarse a ese rubio pegajoso y gritón de encima. No sabía qué hacer. No sabía cómo comportarse. Estaba paralizado. ¿Lindo? ¿Por qué lo llamaba lindo? ¿Quién demonios se suponía que era ese rubio tan extraño? De pronto el pequeño cuerpo del rubio se incorporó quedando sentado sobre su estómago, con una piernita regordeta a cada lado de su cuerpo y alzó los brazos sonriendo brillantemente.
-¡SOY OH BAEKHYUN!- El castaño seguía con cara de no saber dónde diablos se había metido para haber acabado así- ¡Y VINE PARA SER TU AMIGO!
El castaño nunca había visto a una persona tan brillante en su vida, ni siquiera a su abuela… pero le molestaba…
-Vete… - Gruñó lentamente. Pudo sentir al rubio pegar un brinquito sobre su estómago.- No necesito a nadie…- Con un violento empujón se quitó el pequeño cuerpo de encima y se levantó para hacer rápidamente su camino hacia la puerta por la que había salido, mirando con odio por sobre su hombro los pequeños ojillos avellana que lo miraban dolidos desde el suelo, donde él lo había dejado.- No necesito amigos… ¡Y MUCHO MENOS TE NECESITO A TI!
Con ese grito cerró de un portazo.
Desde el otro lado de la puerta pudo oír la voz molesta de ese rubiecito impertinente gimotear, sorber y sollozar, seguramente por el golpe que se habría llevado en el trasero cuando él le empujó. Luego, cuando sintió pequeños pasitos alejarse a paso rápido por el pasillo… se dejó caer contra la puerta, resbalando lentamente mientras lágrimas y más lágrimas caían de sus ojos negros opacos. Lentamente se arrastró hasta el otro extremo de la habitación, hundiéndose en su futón donde se hizo una pequeña bolita y comenzó a sollozar, dando rienda suelta a todos sus traumas y miedos infantiles.
-Soy… un cuervo…- Su murmullos se ahogaban contra sus manitas de niño- No tengo alas… Soy un cuervo sin alas… -Se le escapó un fuerte sollozo lastimero lleno de todo el dolor que inundaba su alma joven llena de cicatrices abiertas- … Así que no puedes acercarte a mí…
***
-¿Cómo está la salud de ChanYeol-ah?- LuHan dio un sorbo a su té. JiHyo volvió a apretar los labios perdiendo sus brillantes ojos negros en el contenido líquido.
-Aun…- Su voz, generalmente llena de decisión y atrevimiento, se oía vacilante. Luego alzó la cabeza y forzó una sonrisa- Aun no hace tanto tiempo que sus alas no aparecen…- Dijo JiHyo casi como para convencerse a sí misma… pero era engañarse sola. LuHan lo sabía. Ella lo sabía… y ChanYeol lo sabía.
-Ya veo…- LuHan pensó un poco lo que iba a decir a continuación- He… oído que la gente ha estado… despreciándole.
Entonces la sonrisa tensa de JiHyo se rompió y su mirada húmeda y consternada buscó desesperadamente la de LuHan. Había arrepentimiento en su mirada y LuHan le sonrió tratando de decirle con ese gesto que nada del pasado era su culpa… Porque LuHan también había sido despreciado… y JiHyo no pudo hacer nada para ayudar a su pequeño Lulu… nada más que ofrecerle todo lo poco que estuvo a su alcance para que fuese feliz con su humano.
-La esperanza de los niños… vivirá muy lejos de él, Lulu… Mi ChanYeol muere en vida. Si sus alas no aparecen… - JiHyo. La fuerte JiHyo. JiHyo la guerrera. La ruda y temida… estaba llorando como una niñita, restregando torpemente los puños contra sus ojos- Lo estoy perdiendo, Lulu… ¡No puedo hacer nada para ayudarlo!
***
ChanYeol estaba sentado en su futón… más tranquilo ahora dejando que los rayos de la mañana templaran su cuerpo siempre frío. TaeHyung estaba acurrucado en su regazo.
De pronto, como una manada de búfalos en plena carrera, la estancia se llenó de pisadas y el atronador sonido de la puerta corrediza estampándose contra la pared al llegar a su tope.
-¿Qu… P… Por qué… volviste?- Estaba boquiabierto. Ahí, mirándole furioso desde el marco de la puerta, estaba ese pequeño rubio respirando de forma agitada con las mejillas rojas y la mirada encendida de decisión. Rápidamente se recompuso y lo miró furioso él también. - ¡TE DIJE QUE NO NECESITO NINGÚN AMIGO!
-¡LO SÉ!- Gritó de vuelta el rubio, tomando impulso y volviendo a la caballería. Oh Oh…. ChanYeol abrió los ojos desmesuradamente y se tambaleó de espaldas viendo la inminente embestida que se le venía como una plancha de lucha libre.
-¡WAAAAH!- El castaño gritó cuando el rubio se le arrojó al cuello aplastándolo violentamente contra el futón, cerrando los ojos por el impacto y quejándose por el dolor.
Cuando abrió los ojos, se topó con los orbes avellana a menos de un palmo de los propios y una sonrisa llena de dientes de leche… y por supuesto… las manos toquetonas del pequeño rubio.
-¡POR ESO AHORA VINE PARA SER TU NOVIO!
¿QUÉ?
-¿Qué… ?- ChanYeol logró balbucear… Pero ese rubio sólo le sonreía y le acariciaba la cabeza como a un cachorro sin dejar de manosearlo.
ChanYeol se sonrojó…. ChanYeol se sonrojó y, desde el suelo, incómodo con ese cuerpo aplastándolo y toqueteándolo… no fue capaz de alejar sus ojos de ese niño lleno de colores y brillos, que olía dulce y… se negaba a alejarse de él…
***
-¿Huh…?- LuHan se asomó por una de las puertas corredizas que daban al jardín trasero, encontrándose la preciosa imagen de su bebé con el pequeño ChanYeol. Sonrió de ternura. BaekHyun saltaba por las piedras del jardín persiguiendo al ave mascota de ChanYeol, y este, sentado al borde del pasillo de madera, los observaba con una sonrisa y un pequeño sonrojo.- No debemos preocuparnos- Le susurró a JiHyo que observaba asomada como una espía por el borde de la puerta igual que LuHan- Están bien solos.
Ambos se alejaron compartiendo una risilla, listos para ir a zamparse unos cuantos pastelitos de arroz hasta que la barriga les reventase.
-ChanYeol ¿Qué es eso?- El rubio preguntó con la boca llena de sandía. De hace rato que ChanYeol miraba algo fijamente.
-Es la montaña a la que mi abuela va a entrenar- BaekHyun sacudía de adelante hacia atrás sus piececitos descalzos. ChanYeol suspiró y se dejó caer de espalda mirando con tristeza el cielo despejado. BaekHyun rápidamente le siguió usando su brazo como almohada y enredando sus piernitas con las contrarias tal como había visto que su Omma hacía con su Appa. ChanYeol no hizo nada para apartarlo aunque rápidamente un sonrojo cubrió sus mejillas- ¿Sabes BaekHyun?
-¿Hmmm?- Murmuró el rubio acurrucándose aún más en su pecho pequeño. ChanYeol, algo incómodo, le acarició torpemente el cabello con sus deditos de niño. Su cabello era suave.
-Siempre me he preguntado… cómo será la vista desde allá… tan alto…
BaekHyun se levantó como un resorte. ChanYeol lo miró confundido.
-¡VALE!- Gritó el rubio agitando los brazos y rebotando en el suelo- ¡SUBAMOS A LA MONTAÑA!
-¡¿QUEEEEEEEEEEÉ?!
Oh Dios… ese rubio tenía que estar loco… tenía que ser una broma… No podía estar hablando en serio.
***
-No puedo subir más…. BaekHyun… estamos demasiado alto.
-¡Puedes hacerlo, ChanYeol! ¡Puedes hacerlo!
ChanYeol jadeaba. Su cuerpo, de por sí débil y enfermizo, temblaba. Sentía que en cualquier momento iba a desvanecerse. El aire le faltaba y sus pulmones quemaban.
Ambos estaban agotados, llenos de rasmillones, polvo y mugre. Llevaban todo el día caminando en esa montaña, perdidos entre el follaje. Ambos vestían ropa y zapatos de ChanYeol. BaekHyun caminaba adelante trabajosamente pero no parecía que la batería se le acabase nunca… en cambio ChanYeol… sentía que poco a poco la vida se le escapaba.
Con mucho esfuerzo, el pequeño castaño logró aferrarse al tronco de un árbol antes de caer y rodar montaña abajo.
-No… No tenemos alas BaekHyun…- Volvió a jadear.- Tenemos que volver…- Se estaba haciendo de noche… el sol poco a poco dejaba de ser tan intenso.
-¡No importa! ¡Está bien!- Volvió a animar el rubio, gateando colina arriba y aferrándose a todas las raíces sobresalientes que hallaba.
Una luz brillaba entre los matorrales a los que se dirigían.
-BaekHyun… no podemos hacerlo…- ChanYeol se estaba desvaneciendo, pero una vez más, la voz de BaekHyun lo mantuvo en tierra firme, despierto. Su voz chillona y su mano pequeña jalando de la suya.
-¡LLEGAMOS!
De un tirón, ambos atravesaron rodando los matorrales hasta acabar desparramados en una meseta de roca plana.
La cima.
Apenas. Embelesado con la vista, ChanYeol se incorporó sobre sus codos rotos y lastimados hasta quedar sentado, no tenía fuerza para más que eso. Sus ojos negros no daban crédito a lo que veía.
La cima.
El viento.
El sol ocultándose en el horizonte.
El bosque.
Los campos.
El más allá a lo lejos.
Y él era el dueño de todo eso.
-Lo hice… - Jadeó- Lo… lo hice…- Habló más fuerte esta vez- ¡Lo hice! ¡Logré subir!
El mundo era suyo. Completamente suyo.
-¡CONMIGO!- El grito del rubio le hizo girar la cabeza. BaekHyun tenía ambos brazos alzados sobre su cabeza y reía lleno de esa desbordante luz que cegaba a ChanYeol. Esa luz que poco a poco inundaba su ser.
Con él.
ChanYeol sintió sus ojos humedecerse.
El mundo era suyo y de él.
De ambos.
De él y de BaekHyun.
De esos dos niñitos sucios y heridos. De esos dos niñitos sentados torpemente sobre la cima rocosa. De esos dos niñitos que ahora se miraban fijamente.
ChanYeol estiró una mano temblorosa hacia la cara llena de tierra del rubio. La acarició tenuemente bajo la mirada confundida pero aun sonriente de BaekHyun y luego acercó la otra. ChanYeol supo que estaba llorando cuando los dedos regordetes y diminutos de BaekHyun le limpiaron las lágrimas cafés de mugre.
-Gracias… BaekHyun…- susurró entrecortadamente pero con una inmensa sonrisa en su rostro. Era la primera vez que sonreía en su vida. Nunca había tenido motivos para hacerlo… hasta que le conoció. A él, a BaekHyun… el rubio escandaloso, de voz chillona y manos pegajosas. Más brillante que el sol.- Muchas… muchas gracias.
Haciendo acopio de todas sus fuerzas, se inclinó sobre el rubio… y lo besó.
Un beso pequeño.
Sólo un roce de labios.
Un beso de niños.
ChanYeol trató de transmitir con ese gesto cuánta vida le había dado a él… que era menos que nada… un cuervo sin alas… la escoria bajo la escoria… una criatura destinada a morir. El único sueño y la única esperanza que alguna vez había albergado en su corazón marchito… hoy se cumplía. ChanYeol ahora podría morir y no arrepentirse de nada. Con el viento revolviendo y enredando su cabello con el de BaekHyun. Con el sol a punto de ocultarse acariciando sus mejillas sucias. Con sus manos tocando a quien le había dado la vida antes de la muerte. Con sus labios tocando lo más dulce que había probado nunca.
Cuando se separaron, BaekHyun inmediatamente llevó sus manitas a su boca.
Su primer beso.
Avergonzado y rojo hasta el pelo se puso en pie y retrocedió inmediatamente.
Sólo era un niñito de tres años… un niñito sin consciencia del peligro… sin consciencia del lugar en que se encontraba… Un niñito que no se dio cuenta que estaba al borde de un precipicio hasta que fue demasiado tarde.
La ladera se desprendió junto al grito de BaekHyun.
-¡¡BAEKHYUN!!
La mano de BaekHyun se alzó entre el viento que lo rodeaba a velocidades vertiginosas hacia la dirección de esa voz grave.
BaekHyun nunca había sentido miedo al viento, al aire… a las alturas. Nunca hasta ahora. El cielo nunca había representado un peligro… nunca hasta que ir en caída libre desde esa enorme montaña hacia el vacío.
-¡CHANYEOL!- BaekHyun gritó desesperado. Quería dejar de sentir el viento. Quería estar en tierra firme. ChanYeol gritó de nuevo y BaekHyun, con los ojos apretados de terror, buscó a ciegas alcanzarlo. Sus brazos y dedos estirados tratando de agarrarse a las notas llenas de desesperación de ese grito que lo seguía desde las alturas.
Entonces sus dedos por fin tocaron algo… instantáneamente abrió los ojos para encontrar dos abismos de lava brillantes y… alas de fuego…
-¡ChanYeol!- BaekHyun, entre las lágrimas que corrían como cascadas por sus mejillas sucias, sonrió y rió torpemente. Estaba llorando y riendo- ¡Tus alas! ¡Tienes alas!
ChanYeol estaba ahí sosteniéndolo apenas… sin embargo le devolvió la sonrisa llena de lágrimas también. Sus alas de fuego. Su cabello llameante. Sus ojos de lava.
-B… BaekHyun… Es… muy duro… No puedo soportar a dos personas- ChanYeol estaba feliz pero lloraba lleno de terror, impotencia y desesperación. Si no podía sostenerlo… BaekHyun moriría. ChanYeol se odió a sí mismo por ser débil. Por su culpa ese rubio que le había dado tanto… iba a morir… lo iba a perder…La única persona que había querido estar con él.
Justo entonces BaekHyun sonrió dulcemente cogiéndose fuertemente a su mano mientras una luz brillante lo envolvía.
ChanYeol abrió sus ojos desmesuradamente… nunca había visto algo tan hermoso en su vida. Algo tan fascinante… Tan… Tan increíble… Hipnotizante…
Alas blancas puras. Hilos de luz entretejiéndose para formar dos imponentes alas blancas… Alas de luz.
Brillantes y hermosas… tal como BaekHyun.
-¡Entonces BaekHyunnie también volará!- Los deditos regordetes y llenos de arañazos cogían fuertemente la mano de ChanYeol, jalándolo para sostenerlo y no dejar que cayera.
-B… BaekHyun… tú…- Era como nieve. La pureza en su punto máximo. ChanYeol apenas pudo balbucear, demasiado atrapado en la belleza de esas alas. La belleza de ese niño.
Pero BaekHyun de pronto parecía a punto de desmayarse. Sus pequeños ojitos parpadeaban repetidamente y de forma pesada, como si le costara estar despierto y el agarre de sus manos había perdido fuerza.
-Pero… - Incluso su voz enérgica había perdido vida- BaekHyunnie… no puede con ninguno de los dos…
-¿Eh…?- Todo se volvió color de hormiga mucho antes de que ChanYeol lo viese venir- ¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Ahora ambos caían. BaekHyun inconsciente y ChanYeol a punto de desmayarse. Ambos habían perdido sus alas por la falta de energía.
***
-Heheheh… Par de niños bobos- LuHan reía volando hacia la casa con los dos niños dormidos entre sus brazos.- Aunque los adultos no pueden subir a lugares altos, ellos lo hicieron. ¿En qué estaban pensando?
Volvió a reír y dejó un besito en cada frente. Fuera de estar molesto, estaba agradecido de haber alcanzado a cogerlos antes de que se estrellaran contra el campo rocoso. JiHyo y él habían pasado todo el día buscando a los dos fugitivos. ¿Quién iba a pensar que a los bebés se les iba a ocurrir subir a la montaña?
Negó con la cabeza y sonrió. Ni siquiera los cuervos con alas suben a lugares tan altos, cómo iban a poder hacerlo un bebé humano y un bebé cuervo sin alas.
-… BaekHyun…
Al día siguiente, cuando los cuatro se despedían antes de la partida de los Oh, BaekHyun dejó un tímido besito en la mejilla de ChanYeol que permanecía haciendo reposo absoluto en su futón, luego se giró hacia su Omma y estirando los bracitos para que este le cogiera en brazos, dijo fuerte y claro.
<<¡Omma!>>
-¡BaekHyun!
<<¡Cuando BaekHyunnie crezca y sea mayor, quiere casarse con ChanYeol!>>
-¡BAEKHYUN!
BaekHyun abrió los ojos asustado por los gritos justo a tiempo para ver los ojos negros de ChanYeol abalanzarse sobre los suyos… segundos antes de que este casi le succionase la vida con un beso arrebatador.
Y lo del beso no sería nada si no fuese porque… ¡¡Había decenas de ojos mirándole fijamente!!.
ChanYeol, más que ayudarlo a revivir, prácticamente le estaba robando el aire, de rodillas sobre el suelo sosteniéndolo dramáticamente entre sus brazos como en una película… y cientos de ojitos curiosos miraban la escena desde arriba, rodeándolos para deleitarse con el espectáculo de resucitación.
Apenitas y se pudo soltar… BaekHyun hizo lo que mejor sabía hacer…
Chillar.
-¡WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
-¡Estás despierto!- Kai gritó inclinándose aún más y sonriendo lleno de emoción.
-¡¿Tú… Tú… TÚ QUÉ…?!- BaekHyun tartamudeó alejándose de los brazos del cuervo y abrazándose a sí mismo como si tratara de cubrirse el busto (que no tiene, por supuesto). Su cara estaba completamente roja y apenitas y podía mirar a ChanYeol a la cara. Estaba muerto de vergüenza. ¡¿Cómo diablos se le ocurría hacer algo así?! ¡Pajarraco degenerado!
Un escalofrío lo recorrió y ya estaba estornudando como un gato mojado. Su cuerpo estaba estilando agua y su camisa estaba medio abierta. ¡¿QUÉ RAYOS HABÍA PASADO?! Confundido miraba a todos a su alrededor, boqueando como un pez y sin dejar de temblar.
-Creo que trata de decir que qué era lo que estabas haciéndole, Yeol- Kris se inclinó también, sus ojos brillaban de admiración.
BaekHyun pudo ver una mezcla de alivio y preocupación llenando el vacío negro de los ojos del cuervo cuando este lo jaló en un fuerte abrazo, presionándolo contra ese pecho tan reconfortante y que tanto adoraba, traspasándole toda su calidez. BaekHyun automáticamente cerró los ojos e inhaló todo el perfume que pudo… pero casi se ahoga en el intento. ChanYeol también estaba empapado hasta las pestañas, pero no tuvo tiempo de preguntar el por qué antes de que el cuervo uniera sus frentes y le hablara con la voz cargada de emoción, sin dejar de estrechar su cuerpo menudo fuertemente.
-Caíste al lago, BaekHyun… creí que te perdería…- Entonces ChanYeol dejó un tenue besito sobre sus labios. Cogiéndole amabas mejillas y acariciándoselas con veneración.
Un beso pequeño.
Sólo un roce de labios.
Un beso de niños…
BaekHyun abrió desmesuradamente los ojos. Rápidamente se puso de pie, dio media vuelta y echó a correr como alma que lleva el diablo.
-¡ESO FUE EN EL PASADOOOOOOOOOOO!- Todos vieron estupefactos cómo el rubio corría dando gritos… muy… muy lejos- ¡OLVÍDALOOOOOOO! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Y la silueta de BaekHyun ya se perdía en medio del bosque.
Kai miró desconcertado a Kris.
Kris se encogió de hombros igual o más perdido que el lobo.
-¿Se habrá golpeado la cabeza?- Fue todo lo que ChanYeol fue capaz de aportar ladeando la cabeza, entrecerrando los ojos y frotándose concienzudamente el mentón con una mano. Su rubio era tan raro.
***
-No quiero morir.- ChanYeol susurró viendo fijamente a su abuela, sentada junto a él en el futón- Quiero ser fuerte. Quiero crecer.
-Pero ChanYeol… - JiHyo sonrió y le acarició la cabeza a su pequeño nieto. Nunca había visto sus ojos brillar de esa manera, ni su voz oyéndose tan firme como en ese momento. Aunque el pequeño estaba lleno de lastimaduras y débil hasta decir basta, parecía más vivo que nunca- Para crecer y ser fuerte, tú tendrás que entrenarte el doble que los demás… Porque sólo eres mitad cuervo.
Esa fue la primera vez que JiHyo vio a su nieto sonreír. Fue la primera vez que vio esos ojos negros llenarse de ese brillo infantil propio en los niños pero del que ChanYeol, a fuerza de dolor, no poseía. Tuvo que contener las lágrimas mientras mantenía su sonrisa cuando la voz de ChanYeol volvió a hacerse oír.
-No importa abuela… - Sus mejillas estaban bañadas de un tenue sonrojo- Porque él está esperando por mí…
***
BaekHyun corría por el bosque jadeando por aire, tratando de hallar una respuesta entre todos esos árboles que sólo lo hacían sentir aún más perdido. ¡¿Qué demonios había sido eso?!
-¡HUNNIE APPA!- Gritó como siempre que entraba en pánico, sin dejar de correr y sin que su cara acabara de ponerse cada vez más roja- ¡¡BAEKHYUNNIE TIENE UNA MEMORIA EXTRAÑA!!