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Love Monster [BaekYeol] por BaekPrincessPuppieTocino

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Notas del capitulo:

EL ESEPECIAL HUNHAN AL FIN!!!!!!!!!
DESPUÉS DE UN SIGLO VUELVO PERO CREANE QUE VA A VALER LA PENA!!!!!!
Ya se los había dicho, pero he estado teniendo problemas en la U, estoy llena de cosas y me está yendo excelente pero al precio de dormir 3 horas con suerte y a penas tener tiempo para algo más que estudiar. Voy viento en popa pero me está pasando la cuenta... lo bueno... ES QUE LA U SE FUE A PARO!!!!! ASÍ QUE BOOOM, BABYS!!!!! AQUÍ TENGO LA ACTU Y GÓCENLO PORQUE VA POR PARTIDA DOBLE!!!!

ENJOY THE MAYO!!!

(En el otro cap van los agradecimientos correspondientes y todo el love y las disculpas y las dedicatorias)

BESOTES Y LOS ESTRAÑÉ MUCHO, MUCHO, BEBÉS!!!!

(PD: LEAN LAS NOTAS FINALES!!!!)

-¿Quieres leche en tu té?... Aunque no estoy realmente seguro de que se pueda poner leche en esto…

<<Me gustaría, Hannie Ge>>

-¿Y si luego te enfermas de la pancita?

<<Pero Geeeeeeeee… a Hunnie le gusta poner leche en su té>>

-No hagas aegyo… eso es trampa.

<<Pero Ge también lo hace>>

-Sí, pero la diferencia es que a ti sí te sale y yo parezco como que estoy estreñido.

<<Pfffuajajajajajjaja>>

-¡Yah! ¡No te rías, niñito malcriado! ¡Más respeto con tus mayores!

<<Lo siento, Ge. Nunca más>>

-Así me gusta, ¿Vas a querer seis de azúcar como siempre, no?

<<Ya me conoces. Sabes lo que me gusta>>

-Amas el dulce, Hunnie. Dulce, dulce como tú.

<<Tú eres más dulce ¡Como el bubble tea!>>

-Te amo, mi pequeño.

<<También te amo, Ge. ¡MUCHO, MUCHO, MUCHO!>>

LuHan rió suavemente, con las mejillas sonrojadas y el pecho rebosante de amor acumulado, sin dejar de intentar disolver con la cuchara las seis considerables porciones de azúcar en el tazón negro… pero su risa se fue apagando hasta acabar vuelta una lagrimilla solitaria rodando por su mejilla derecha. La secó con uno de sus dedos al tiempo que dejaba la cuchara sobre la mesada y recogía las dos bolsas usadas de té y así dejar todo tal y como lo hubiese dejado el pequeño KyungSoo. Una de estas tenía una etiqueta roja y la otra una etiqueta azul; ambas compartían la misma inscripción dorada pequeña y confusa pero con particularidades que las diferenciaban mínimamente.

Quedó unos segundos, como perdido en el espacio, mirando ambos paquetes mojados entre sus dedos. Podía leer claramente lo que ponían las etiquetas aunque este fuese un idioma muy antiguo, porque para LuHan, que podría recitar de atrás hacia adelante cada lengua existente en la creación sin problema alguno, leerlo era casi tan natural como respirar.

Tras una última mirada, apretó la boca hasta casi hacer desaparecer sus finos labios y, de un momento a otro, ambas bolsas se incendiaban en una bola de fuego en el centro de su palma, consumiéndose a sí mismas.

¿En qué punto de estos 12 años es que había comenzado a hablar solo?

Aunque lo cierto era que no podía negarse el que SeHun fue un niño muy lindo tiempo atrás, especialmente cuando se le pegaba la “S” y terminaba pronunciando todo raro y gracioso… Sin embargo, LuHan arrugó la nariz mientras seguía ordenando todo porque, por muy lindo que haya sido SeHun (y a sus ojos, lo seguía siendo), no quitaba que siguiera sonando patético el tener que hablar y responderse él mismo mientras preparaba un narcótico que, si no tenía cuidado, podía terminar asesinando precisamente a esa cosita linda que era su Hunnie.

Volvió a arrugar la nariz. Si todo fuera como antes, él no tendría que estar arriesgando la vida de su Hunnie, porque antes LuHan lo tenía todo para sí. A SeHun completo. Lo amaba….

<<“Aba”… >>

Pretérito. Tiempo pasado. No más. Se acabó.

Más lágrimas cayeron por sus mejillas rojas de coraje. Él se había alejado por el bien de SeHun; por su bien y el de su hijo, BaekHyunnie… pero… el tiempo… la distancia… los recuerdos… el tenerlos pero al mismo tiempo no tenerlos… la necesidad…

Todo eso y más, obligaba a LuHan a tomar medidas desesperadas como esta.

Él amaba tanto a SeHun… Lo seguía amando tanto, tanto… Pero cada vez que se veían, este le repudiaba. Y no es que LuHan lo culpara, para nada, de hecho, le hallaba toda la bendita razón y hasta le aplaudía el ser lo suficientemente inteligente para alejarse de alguien como él.

Le dolía, sí… pero entendía la lógica de SeHun.

SeHun no era feliz… y por mucho que LuHan lo fuera y hubiese deseado prolongar cada segundo del matrimonio que compartieron… El menor no era feliz.

SeHun se marchitaba y LuHan no lo decía físicamente… Su pequeño y dulce SeHun se marchitaba por dentro y, cuando quiso darse cuenta, su precioso matrimonio explotó igual que los sentimientos de su niñito especial. Sentimientos que ya no estaban ni cerca de ser los mismos que cuando se conocieron.

SeHun ya no lo amaba. Lo repudiaba.

… Y LuHan se obligó a entenderlo.

Ahora debía conformarse con verlo unas cuantas veces cada demasiados meses y, para más remate, casi siempre llegaba tarde a sus escasas citas porque solía quedarse dormido producto de sus correrías nocturnas…. Porque sí… Por eso fue que llegó tarde a la pequeña cafetería aquel día en que se citaron a discutir dónde demonios estaba BaekHyun y quién se lo había llevado. LuHan se había quedado reverendamente dormido, tuvo que hacer malabares para llegar con apenas dos horitas de retraso, el menor estaba molesto y LuHan lo sabía. A SeHun nunca le agradó la impuntualidad, ni siquiera de pequeño… y ahora de grande, era mucho peor.

Pero, incluso en la actualidad, SeHun se seguía marchitando cada día más. Su dulce, alegre y gracioso niño se marchitaba con el paso del tiempo y se secaba por dentro como las hojas cuando caen de los árboles y se las pisotea sin una segunda mirada. Pero LuHan prefería eso a seguir viéndolo llorar y envenenarse a sí mismo con una depresión incurable. No quería seguir viendo a su pequeño comerse sus penas, sus frustraciones y sus miedos porque él…. era distinto… LuHan era distinto. No era humano. No envejecía. Pero eso nunca antes pareció ser un problema. Para LuHan no lo era y para SeHun tampoco pareció serlo nunca… No hasta que este simplemente le arrojó en la cara cuánto lo odiaba y cuánta vergüenza le daba. Que no soportaba seguir a su lado.

Hasta que contrajeron matrimonio todo era miel sobre hojuelas, tal como siempre lo fue, tal como cuando SeHun tenía apenas cuatro años y se perdía en el bosque para que él lo encontrara.

Y los primeros  años de matrimonio también lo fueron… cada día fue simplemente perfecto… aunque algo siempre se sintió distinto. LuHan nunca supo qué era exactamente hasta que fue demasiado tarde y, recién entonces, se dio cuenta que quizás… lo mejor era dejarlo a él y a su bebé en paz, alejarlos de esa parte a la que no pertenecían y él mismo alejarse de la humanidad en la que tampoco tenía cabida.

LuHan tomó su decisión, una maletita llena con pequeñas cosas que le recordaban a SeHun y a su bebé y se marchó sin decir nada, en silencio al amanecer sólo con su somero equipaje y los ojos llenos de lágrimas…. Aunque no pasó mucho tiempo antes de que volviera arrastrándose con tal de conseguir aunque sea una pequeña miradita robada por las noches.

Lo cierto es que nunca lo entendió al cien por ciento… principalmente porque SeHun parecía seguir necesitándolo y prueba de ello era la forma en la que lo buscaba entre pesadillas, pero eso no quitaba que de día le tuviese asco y ni siquiera pudiese mirarlo a la cara sin gruñirle. ¿Quizás lo que Hunnie extrañaba era el recuerdo de lo que fueron en la infancia? Es decir… cuando LuHan sí parecía el Hyung y él el Dongsaeng ¿Era eso? LuHan no lo sabía, no lo entendía. Pero las lágrimas y los gritos del menor cuando se creía solo en aquella casita blanca que compartieron en sus primeros años  de matrimonio, le decían que SeHun no era feliz.

LuHan también lo extrañaba… más que nada porque lo tenía y al mismo tiempo no, asunto que se volvió crítico ahora que BaekHyunnie simplemente no estaba y SeHun era todo cuanto había en aquella enorme mansión fría y vacía. Al mayor le dolía y le hacía sentir un odio y una envidia infinitas el ver a la zorra de HeeChul rondando a su pequeño Hunnie mientras él tenía que conformarse con mirarlo por las noches y robarle besos a hurtadillas, rogando porque no despertara. Incluso había llegado a sentir envidia del dulce KyungSoo y del enorme e inofensivo SiWon.

El cuervo quería a su humano… lo necesitaba… y sólo había una forma para solucionar eso.

 

***

 

Un aroma dulce bastante típico en su hogar invadió sus fosas nasales en cuanto traspasó la puerta de entrada y aunque el aroma se intensificaba de una forma agradable conforme se acercaba a la cocina, él arrugó la nariz con desagrado, más por costumbre que porque le molestara realmente.

-¿Soo?- Rebuscó por toda la cocina con la mirada tratando de dar con el cuerpo del pequeño pelinegro o con las usuales cantinelas que le guiasen en su dirección, pero todo lo que halló fue el mandil rosado de conejitos colgado en el perchero junto a la enorme estufa de doce quemadores, el uslero de mármol en su sitio y el típico platón de galletas de vainilla y fresa en la mesada, cubiertas por una servilletita doblada en forma de mariposa.

Suspiró.

La casa estaba vacía.

Pudo apreciar el orden impecable, el aseo impoluto, la organización que rayaba en lo obsesivo, su propio reflejo en las baldosas pulidas y toda la vajilla limpia, seca y guardada. Nada fuera de lugar y nada diferente del blanco o el negro aparte del pomposo delantal rosado de KyungSoo y una que otra de las galletas con pintas rosadas que asomaban entre la servilleta.

Volvió a suspirar.

El silencio y la soledad eran, paradójicamente, la única compañía y la única melodía que tenía. Ahora más que nunca sentía que todos aquellos miedos, que él consideraba más propios de un crío que de un hombre hecho y derecho como él, se hacían reales. Sentía que le faltaba el aire y que las paredes lo apretaban, aunque en esa enorme mansión hubiese espacio y oxigeno de sobra…. Porque estaba completamente vacía aparte de él.

Se iba a quedar solo.

Corrección

Se estaba quedando sólo. Ahí estaba la prueba. No había nadie en casa. Él… estaba sólo.

Tuvo que afirmarse de la mesa de mármol negro cuando un mareo amenazó con tumbarlo y se obligó a pensar con claridad y a no dejarse llevar por sentimientos estúpidos e innecesarios como lo haría una persona que no ha madurado lo suficiente, que no es su caso porque por supuesto que él ya es un hombre. Un hombre mayor, maduro, establecido… que no necesita a nadie, pero como un estúpido tiene pánico a quedarse sólo.

Ahora BaekHyun también se había ido. Su niño se había marchado también.

Sus manos se apretaron contra el frío material negro del mesón al punto de que sus uñas se lastimaron y tuvo que darse una bofetada mental porque por supuesto que su niño no se había marchado. Tuvo que repetirse una y otra vez en su mente que su pequeño sólo había ido a estudiar; que BaekHyun era como él… que él no iba a abandonarlo

Buscó apoyo en un banco con base de hierro y se dejó caer entre sus brazos sobre el mesón mientras regulaba su respiración. Últimamente le pasaba a menudo. ¿Será estrés? ¿Demasiado trabajo? No, por el contrario, lo más probable es que ahora, sin BaekHyun aquí, contase con demasiado tiempo libre para devanarse los sesos con ideas estúpidas. Sí, eso era, necesitaba mantenerse ocupado. Necesitaba doblar su trabajo; eso lo mantendría ocupado.

Se restregó la cara con las manos resoplando de cansancio y, aun cubriéndose los ojos con una de ellas, extendió la otra para coger una galleta, otra vez, más por costumbre que porque realmente tuviese hambre… pero de inmediato retrajo sus dedos cuando estos se quemaron ligeramente con una superficie lisa y suave.

Sorprendido, alzó la cara encontrándose con su tazón negro justo al lado del platón de galletas. Lo miró extrañado porque antes no lo había visto y ahora el aroma embriagante de su contenido vaporoso casi parecía lo único en la habitación.

Efectivamente, estaba caliente cuando sus palmas se envolvieron alrededor de la taza, lo que era extraño… ¿KyungSoo le había dejado el té hecho? Si aún estaba caliente, eso debería significar que el chiquillo había salido hace poco de su propiedad… pero lo extraño es que no recordaba haberse cruzado con la moto-scooter  del pequeño ni con el auto de HeeChul de camino a casa. ¿Aún estarían por ahí? Tampoco recuerda haber visto nada estacionado fuera…

Sus ojos casi se salen de sus órbitas y prácticamente escupe explosivamente cuando el líquido tocó su lengua ¿ES QUE KYUNGSOO INTENTABA MATARLO DE UN COMA DIABÉTICO O PRETENDÍA QUE SE LO COMIERAN LAS HORMIGAS MIENTRAS DORMÍA? ¡LA ÚLTIMA VEZ QUE PROBÓ ALGO TAN VIOLENTAMENTE DULCE FUE CUANDO… cuando…

<<Cuando tenía menos de 20 años… >>

Frunció el ceño y miró con odio al tazón y su dulce (demasiado dulce) contenido.

O a KyungSoo se le había caído el azucarero completo dentro del tazón, o la Chula estaba tratando de burlarse de él.

-¿Soo?- Se levantó y caminó hacia el marco de la puerta que daba al corredor con las escaleras. Quizás el pequeño había subido a la habitación de BaekHyun (y de ser así difícilmente podría oírlo, pero de todas formas, volvió a llamar)- ¿KYUNGSOO?... ¡¿CHULA?!- Pero otra vez, nada, ni Kyung ni su madre postiza contestaron. Ladeó su cabeza y miró hacia atrás por sobre su hombro justo donde estaba la taza humeante junto a las galletas, sin pensarlo más, caminó de vuelta, cogió unas pocas galletas y rehízo su camino fuera de la cocina hacia su despacho, llevándose con él la taza pensando en que KyungSoo era un niño muy tierno y en lo afortunado que era porque, aunque no tenía ninguna obligación, siempre que llegaba del trabajo hallaba en su mesa comida lista para calentar, galletitas u otro postre, todo limpio e impecablemente ordenado y la casa temperada justo como le gustaba.

Todo esto, sin dejar de caminar por los corredores interminables y sin dejar de mirar cada tanto la taza y las galletas, le llevaba a cuestionarse lo mismo de siempre y es que, tras todo este tiempo, no podía evitar plantearse el que quizás el pequeño adolescente tenía algo así como un enamoramiento por él… lo que era extraño… porque literalmente podría ser su hijo.

Como siempre, se rio de este pensamiento, porque en serio sería extraño… ridículo por decir lo menos, ya que SeHun le doblaba la edad (y prácticamente la estatura) a KyungSoo, además de que era el hijito de su mejor amigo y el suyo también… o así lo consideraba SeHun, porque lo había visto crecer junto a su propio hijo; le cambió los pañales, le dio las mamilas, le limpió la nariz y lo cuidó cuando estaba con gripe, le enseñó a caminar, a hacer sus necesidades y bañarse él solito, estuvo presente en sus reuniones de padres, convivencias escolares, además de paseos de curso y todas esas festividades como el día de la mamá o el papá cuando ni HeeChul ni SiWon podían asistir y le compró sus primeros libros de cocina y sus primeros delantales tal y como lo hizo con su propio hijo (aunque definitivamente, Baek tenía tanto talento para la cocina como él mismo… que era muy capaz de quemar hasta el agua). Nunca hizo diferencia alguna entre uno y otro, porque para él, ambos eran sus hijos, así como podía jurar que para la Chula y SiWon era exactamente el mismo caso.

Volvió reír, esta vez con las mejillas rosadas y negando con la cabeza al recordar la forma insistente y a la vez tímida en que KyungSoo lo miraba o la forma en que siempre estaba a su alrededor velando que todo estuviera tal y como le gustaba. Una vez, por probarlo y por probar todas estas teorías extrañas sobre enamoramiento adolescente, le acarició el cabello y las mejillas, alabando todo su trabajo luego de que, por su cumpleaños, el pequeño le preparara un ostentoso pastel Celestial.

El niño casi se desmaya… y fue peor cuando tuvo que sostenerlo y luego cargarlo entre sus brazos hasta un sofá. SeHun podría jurar que al chiquillo casi le da un ataque. Ni qué decir cuando su siempre simpática madre comenzó a reírse en su cara de sus mejillas rojas junto a BaekHyun que, como buen mejor amigo, incluso le tomó fotos y la cosa se fue a peor cuando SiWon se arrojó de rodillas al suelo, rosario en mano, a rezar porque según él, esos principios de desmayo eran cosa del diablo. No está muy seguro, pero el castaño cree que hay un video sobre ese episodio por algún lado (cortesía del camarógrafo BaekHyun).

KyungSoo era lindo y SeHun no iba a negarlo. Era tímido, pero al mismo tiempo serio y muy centrado. Era puntual, correcto, respetuoso, muy propio y muy maduro para su edad. Era bajito, su piel era blanca muy tersa y tenía unos enormes ojos tan negros como su cabello siempre liso, sus labios eran gruesos y formaban un adorable corazón al reír… era… simplemente lindo. Además tenía gusto y recato al vestir, llevaba buenas notas, sabía cocinar y conocía a la perfección todo lo que acometía a economía doméstica y el correcto gobierno de un hogar. Ciertamente era todo lo que a SeHun le gustaría en una pareja… Era silencioso, maduro, centrado, se vestía y se comportaba apropiadamente, era cuidadoso, no era torpe, su sonrisa también era bonita y además, podía cantar con una voz que sobrecogía el corazón… Pero para SeHun seguía siendo sólo un niño… o quizás el problema fuese que no era tan alto, ni su cabello rubio, ni sus pestañas tan risadas, ni su voz y sus rasgos tan dulces, ni sus labios tan finos, ni sus modos tan descuidados pero al mismo tiempo delicados, ni su personalidad tan desbordante ni tan exagerada, ni sus ojos del color de las avellanas tostadas, que aunque fuesen enormes… seguían siendo sólo negros y no tan brillantes como… como los de… los de…

<<Como los de nadie>>

SeHun gruñó reprendiéndose mentalmente. ¿Por qué tenía que compararlos? No, la pregunta era: ¿Por qué tenía que seguir pensando en él? ¿Por qué su imagen simplemente saltaba a su mente a cada momento? ¡HABÍAN PASADO 12 AÑOS! ¡12 PUTOS AÑOS! ¡9 DESDE QUE EL DIVORCIO FUE OFICIAL! ¿¡QUÉ MIERDA ES LO QUE HACÍA PENSANDO EN ÉL AÚN!?

Un fuerte ruido lo sobresaltó y recién entonces notó que casi rompe su tazón favorito al hacerlo impactar con violencia contra la superficie de ébano de su escritorio.

Estaba vacío.

Se había bebido toda la repugnantemente dulce taza de té y luego casi la rompe contra el escritorio sin darse cuenta. Podía sentir sus dedos adoloridos alrededor de la agarradera minimalista y el empalagoso sabor llenando su lengua, paladar y garganta. Tan dulce que casi quemaba.

El sabor de su infancia

Volvió a negar con la cabeza porque de nuevo estaba pensando idioteces y dejó la taza a un lado, centrándose en su laptop y el informe que ni siquiera se había dado cuenta que había comenzado a redactar. Era como si sus manos y todo él estuvieran tan acostumbrados al trabajo que, aunque tuviera la cabeza por las nubes, el resto de su cuerpo se ponía como en piloto automático y trabajaba por su cuenta pero, para asegurarse que estaba haciendo un trabajo como corresponde, lo mejor sería revisar todo lo redactado y corregir posibles errores, porque si había algo que lo molestaba aún más que el dulce, la impuntualidad y las personas ruidosas, eso era que un trabajo quedara mal hecho.

Aunque… era extraño… Las letras se revolvían. Era como si bailaran frente a sus ojos dentro de la pantalla.

Se quitó los lentes y restregó sus ojos, soltando un bostezo gigantesco mucho antes de poder detenerlo o tener la cortesía de cubrirse la boca, así que frunciendo el ceño, miró en dirección a su costoso reloj de muñeca. Tenía sueño. No pasaban de las 7 de la tarde y él tenía sueño. ¿Pero qué demonios…? Y hacía calor… ¡Diablos, en serio hacía mucho calor! Aunque detestaba ir mal arreglado (incluso en casa) luchó contra los botones de su traje y su camisa, arrojando a un costado la corbata, hasta alcanzar a tropezones el mando de temperatura de la habitación, viendo con desconcierto que marcaba unos escasos 25°…  los números y letras del control termostático también parecían tener su propia fiesta porque no dejaban de moverse como si las estuviesen agitando.

Jadeando se alejó, retrocediendo, hasta que la parte trasera de sus muslos dio contra el escritorio haciéndolo tambalear. Sus piernas se sentían débiles. Sus párpados pesaban.

Tenía mucho sueño… y también mucho calor.

Las cosas se veían borrosas a su alrededor.

¿Cansancio? ¿Era eso?

Debería ir a dormir…

¿Pero dónde estaba la puerta?

Todo se perdía en el remolino de cosas girando en torno suyo. Sacudió la cabeza. Una píldora para el dolor de cabeza y una buena siesta iba a solucionar su problema, el trabajo podía esperar a mañana por la mañana, era fin de semana de todas formas. Tomarse una tarde no iba a matar a nadie… excepto a él mismo si no hallaba pronto el camino a su habitación.

Casi quiso gritar de alivio cuando la puerta de su cuarto por fin se hizo semi visible entre sus párpados que cada vez demoraban más y más en separarse entre cada parpadeo. Se sentía como si caminara bajo el agua; todo en cámara lenta, ni qué decir de los sonidos, porque lo único que oía era un tenue pitido. Sabía que estaba jadeando como un perro sediento, pero incluso los sonidos de su propia respiración agitada se sentían distantes y ajenos. Hacía calor.

Lo que SeHun no sabía, mientras su corazón latía desbocado, de una manera anormal y a duras penas se tambaleaba tratando de alcanzar su cama… era que en ese preciso momento, una silueta de enormes ojos avellana se contemplaba a sí mismo frente al tocador en la habitación de su hijo; rodeado peines, cosméticos, finas gargantillas, anillos, brazaletes y tobilleras, además de lencería de todo tipo.

Habían pasado horas desde que entró ahí, preparándose a sí mismo con celo y sumo cuidado, siendo completamente crítico consigo mismo, por lo que, con una última mirada complacida y orgullosa a todo él reflejado en el enorme espejo empotrado en la pared, LuHan salió de aquella habitación entre el tintineo de la joyería que había considerado digna del momento. Digna de su encuentro con SeHun. Digna de todo el trabajo de preparación y del premio que conseguiría con ello.

Esta era su noche.

Notas finales:

Ahora sí que sí... O w O

¿Qué les pareció?
KyungSoo???
Dos bolsitas de té???? (ya sabemos que una sola es lo suficientemente peligrosa)
Hunnie tiene medio a quedarse solito???
LuHan anda de coqueto???

Bueno, bebés... ahora la mala noticia.... ¿Recuerdan que el cap es doble?... pues bueno.... resulta que lo voy a actualizar el viernes = w =..... bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen entrada la noche.....

porque me gusta la intriga y soy una mujer de malos sentimientos XD

A menos... que se porten bien y me muestren sus más sinceros sentimientos jajajajjajaj no, broma, pero puedo ser buena madre y darles el capítulo hoy jueves por la noche si me dejan mucho amor!!!!

y BOOOOOOOOOOOOOM!!! ADIVINEN!!!!!
RESPONDÍ TODOS LOS REVIEWS!!!!! SE ME FUE EL DÍA COMPLETO PERO ASDHASDFHDLJF LO HICE jajajajajaj 
REVISEN!!! ^ w ^

Ya, bye y nos leemos más luego que tarde si se portan bien!!!


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