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Love Monster [BaekYeol] por BaekPrincessPuppieTocino

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Notas del capitulo:

SEGUNDA PARTE!!!
SE VIENE LA CIIIIIIITAAAAA~~~~
MUERAN DE AMOR PIUM PIUM PIUM!!!!

TIPS!!!
es probable que quieran ver esto~~ para hacerse una idea más gráfica de lo que viene ;3

Kris: ---->pincha aquí<----

       ---->Y aquí <----

       ----> Y también aquí *¬* <----

 

Kai: -----> pincha aquí <----

      ----> y de yapa aquí <------

 

**

Viernes
varias horas distintas
La Ciudadela
1 día y 18 horas con 30 minutos atrás.

Kris ni siquiera alcanzó a abrir completamente los ojos, luego de que desapareciera la extraña sensación que siempre acompañaba el ser teletransportado, cuando las terribles garras del lobo se enterraron en sus hombros y de pronto se hallase a sí mismo empotrado contra algo duro, áspero y deliciosamente frío. Luego todo lo que había eran sus brazos llenos con el cuerpo del menor y este besándolo salvajemente, con su lengua empujando entre sus labios sin molestarse en pedir un permiso que ambos sabían que gustosamente él iba a otorgarle.

De inmediato la abrumadora ola de calor se propagó en su sistema con sus tentativas de tumbarlo ahí mismo, desmayado, pero en cambio sólo apretó los dedos a través de la chaqueta y la playera de Kai, clavándole las uñas en la piel, por sobre la ropa, para acercarlo hacia su propia pelvis en una delirante fricción que los hizo gemir a ambos, a Kai con los ojos ámbar dilatados por la lujuria y a él mismo con el labio inferior del moreno atrapado entre sus dientes, jalándolo sin compasión.

Sus manos comenzaban a moverse hacia abajo y las piernas enfundadas en cuero de Kai empezaban a colarse entre las suyas, separándolas instintivamente porque así era la naturaleza de los lobos, cuando un llamado brusco y violento retumbó en donde sea que estuviesen. Kris no lo sabía.

-¡SALGAN DE AHÍ, PAR DE SINVERGÜENZAS! ¡LA VÍA PÚBLICA NO ES PAR—!

Entre asustado y sorprendido, abrió los ojos desmesuradamente encontrándose con los risueña y maliciosa mirada amarilla de Kai por una fracción de segundo antes de que todo se fuera a negro nuevamente porque se estaban teletransportando y cuando el mundo real y material volvió a aparecer frente a sus ojos, Kris tuvo que jadear porque en serio todo pasó muy rápido.

-¡¿Qué hiciste ahora, pulgoso?!- La voz se le quebró de indignación al ver que Kai se doblaba de la risa con todo y ahogos- ¡KAI! ¡¿DÓNDE INFIERNOS ESTÁBAMOS?!

-Estabjajajajja…. Estábamos en… en… - El menor, que se atoraba tratando de hablar, respirar y reír al mismo tiempo, volvió a explotar en risas, avanzando hacia Kris para sostenerse de su abrigo para no caer y este, exasperado, lo cogió por los hombros y los zamarreó para que se calmara. No funcionó en lo absoluto porque Kai redobló sus carcajadas y, sin poder evitarlo, su severo ceño inquisidor tambaleó hasta que él mismo acabó soltando un resoplido risueño, luego una risita contenida… y finalmente se soltó a carcajearse limpiamente con Kai.

¡¡¿QUÉ RAYOS HABÍAN HECHO?!!

Enterró la cara en el pelo del moreno, apretando las manos en los hombros de este, mientras el menor seguía colgado de su abrigo con la frente apoyada en su hombro y ambos se partían de risa. El sonido de sus incontrolables carcajadas mezcladas era aún más gracioso y los hacía reír aún más sin saber por qué, hasta que suavemente se extinguió con ellos abrazando la cintura del otro, cómodamente acurrucados en el cuello contrario, emanando una tranquilidad que de ninguna forma se esperaba del lapsus de histeria anterior.

-Estábamos en un callejón~- Murmuró el menor con los últimos resquicios de risa perezosa. Kris siseó.

-¿Siquiera estaba oscuro?

-Tan oscuro como puede estar La Ciudadela- Kai dijo bajando sus orejitas para verse inocente. Kris negó con la cabeza pensando que el menor tenía que dejar de hacer eso. En serio era caso perdido. “Kai” + “inocente” no iban juntos más que con un “nunca de los nuncas” entre medio… por más aniñado que el lobo fuese.

Kris pasó de eso. Adoraba a Kai tal como era. Con esa picardía y sensualidad innatas, mezcladas con lo infantil y lo travieso propio de su edad.

Lo besó en la punta de la nariz consiguiendo una risilla por parte del moreno antes de apretarlo contra su pecho y mirar a su alrededor.

-¿Así que estamos en La Ciudadela, no?- Estaban en una parte algo vacía de una plaza bordeada por un paseo peatonal cercano a la zona céntrica, donde las tiendas y el ruido propio de una ciudad comercial llenaban el aire, con sus luces artificiales, o bien, las antorchas que iluminaban el lugar permanentemente en sombras. El cielo estaba lleno de estrellas y Kris se rió internamente al pensar que por muy noche que fuera… La Ciudadela SIEMPRE estaba iluminada- ¿Por favor, dime que al menos estábamos al fondo del callejón?

Escuchó a Kai reír y luego negar con la cabeza contra su hombro.

-A la entrada.

-Ouch.- Puso cara de dolor haciendo reír más fuerte al menor.

-Y ese que nos saludó amablemente… fue un oficial de policía- Y sonó tan lleno de orgullo que Kris no pudo evitar sonreír orgulloso también.

-Pequeño degenerado- Gruñó antes de lanzarse sobre su boca mientras Kai soltaba un gruñido y le enseñaba los colmillos, jugando a intimidarlo antes de recibirlo abiertamente por unos segundos.

-Vamos. Dijiste que ibas a comprarme algo bonito- El menor puchereó con sus gruesos labios abultados y con voz de berrinche, pero el puñetazo que le soltó a Kris en las costillas era otra cosa completamente distinta.

-Sí, sí… sólo me amas por mi dinero, Haaaa~~ ser un guapo príncipe heredero no es fácil.- Kai gruñó y volvió a darle un puñetazo pero ahora en el centro del estómago, sacándole el aire a Kris que se apuró a rectificar- Okey, okey… atrás sin golpes… vamos antes de que acabes rompiéndome algo.-Sobándose disimuladamente, se dejó guiar por Kai a quien se le iluminó el rostro automáticamente y prácticamente rebotó hacia donde la masa bulliciosa de transeúntes pululaba entre galerías comerciales.- Pero… yo voy a elegir ese algo.

Kai dejó de rebotar y ahora fue Kris quien tuvo que tironearlo hacia su nuevo destino.

 

*

 

-Esta es ropa de anciano- Sentenció Kai rotundamente.

-Es ropa con clase.- Corrigió Kris tranquilamente, tomando un pantalón de tela y ofreciéndoselo al menor que arrugó la nariz con desagrado, como si la cosa oliese mal o algo.

-Me trajiste a una tienda donde venden ropa de anciano.- Acusó ahora en un tono ligeramente más agudo, acusatorio. Kris frenó en seco, dedicándole una mirada severa al menor.

-Yo compro mi ropa aquí.

Kai alzó una ceja y se apoyó en la cadera la mano libre, la que no estaba atrapada en la de Kris.

-Tú usas ropa de anciano, Olaf.

Kris mentiría si dijese que eso no se sintió como una bofetada a su ego y con la soltura de un robot, giró su cuello hasta dar con un espejo para ver la pulcra camisa gris plateada de cuello blanco, sin una sola arruga y perfectamente ordenada dentro del pantalón de vestir color arena, las sencillas y cómodas vans blancas, elegantes igual que el cinturón de cuero marrón oscuro; el trench marrón caía abierto a su alrededor. A su juicio, era un atuendo que no podría llamarse de ninguna otra forma más que sobrio y elegante. Distinguido. Digno de su estatus.

Aparentemente Kai no opinaba lo mismo, porque miraba exactamente lo mismo que él, pero con el ceño fruncido y la cabeza inclinada en señal de no acabar de comprender en que había pensado aquella mañana para acabar usando “eso”.

Entrecerró los ojos amenazadoramente en dirección a Kai.

-Mi ropa está perfecto y tú vas aceptar lo que yo diga, vas a mover tu trasero al probador y cuando yo apruebe lo que usas, vas a decir “Muchas gracias, eres el mejor novio del mundo, te amo”.

Rodando los ojos, Kai gruñó y pisoteó todo su camino hacia el probador, negándose a recibir la ropa que Kris le tendía y cerrando de un portazo, sin ponerle seguro pero encargándose de azotar la puerta bien fuerte para que toda la tienda supiera que estaba en pleno berrinche.

Con un suspiro, Kris terminó de escoger algunas cosas y apuró hacia el probador, dándose cuenta de que Kai era muy capaz de escaparse.

 

*

 

-¿Ya?- Kai rezongó por enésima vez… las mismas veces que se había metido a ese odioso probador, las mismas que había salido y las mismas que había tenido que modelarle a Kris cómodamente sentado en un ostentoso sillón de la sala de espera del cuarto privado en que se estaba cambiando.

-Mmmm… vuelve a ponerte tu pantalón de cuero, pero quédate con los zapatos de vestir negros y pruébate esta.- Kris pasó olímpicamente del lloriqueo exasperado del moreno y le arrojó a la cabeza la fina camisa blanca con negro. Kai la atrapó en el aire por reflejo y desapareció dejando la estela de neblina negra tras de sí. A pesar de los gruñidos del menor, Kris estaba seguro de que, al menos este atuendo, iba a verse fascinante en Kai.

Si tan sólo Kai dejara de renegar aunque sea unos segundos y se mirase a sí mismo tal como él lo veía.

Antes de darse cuenta, Kris estaba golpeando con los nudillos la puerta del probador.

-¿Qué quieres?- Escuchó a Kai gruñir del otro lado.

-¿Puedo pasar?- La pregunta salió dócilmente de su boca al tiempo que recargaba la frente en la barrera que los separaba. Kai bufó del otro lado.

-De poder, por supuesto que puedes. Otra cosa muy distinta es que yo vaya a dejarte.

Se escuchaba notablemente molesto. Kris sonrió.

-¿Me dejas pasar entonces?

Kai resopló, gruñó y renegó otro poco antes de contestar.

-Sí….

Sin detenerse a pensarlo, abrió la puerta y ahí se topó con Kai maldiciendo y escupiendo insultos a la bonita camisa blanca que se negaba a cooperar en conjunto con sus dedos. Estaba completamente mal cerrada y aunque Kai estaba de espaldas a él, Kris podía verlo pelear con el trozo de tela y los botones a través de la enorme pared espejo. Negando con la cabeza por lo torpe que podía ser Kai a veces…. (a veces siempre)… se acercó a él, pegándose a su espalda y rodeándolo con sus brazos para corregir el alboroto de prendas y dedos que era Kai.

-Wooow…- Kai pestañeó sorprendido.

-Sí. Wow.- Kris confirmó recargando el mentón en el hombro del moreno y acariciándole los costados. Cuando el trabajo estuvo listo, ni siquiera Kai pudo negar lo que él ya sabía… que se veía espléndido. Su sensualidad estaba intacta con sus pantalones de cuero, correas y la cadena colgando de su cadera y rodeando su muslo derecho, pero los zapatos negros de vestir sumados a la camisa blanca con detalles en negro en el cuello, la línea de los botones y los bíceps izquierdos, le daban un aire elegante y superior. No el de niño revoltoso, sino el de hombre que puede devorar al mundo.

Kai, aun notoriamente sorprendido, giró su cara para besarle la mejilla.

-Gracias FanFan.

Riendo complacido, Kris le enterró los dedos en las costillas, pellizcándolo fuerte.

-De nada… novio.

Y Kris estaba demasiado contento para ver la sonrisita maliciosa en los deliciosos labios de Kai.

Una de las manos del moreno se deslizó sigilosamente hacia atrás, por entre sus cuerpos, y cogió firmemente el bulto que se marcaba en el pantalón del mayor, quien se estremeció por la sorpresa y el placer de la caricia, viendo sorprendido los ojillos astutos de Kai que lo miraban hambrientos a través del espejo.

-Gracias por la ropa y todo, FanFan… pero eso no quita que este pantalón siga siendo horrible.- Kai entrecerró los ojos y apretó su agarre, y aunque fue casi doloroso, ya estaba duro- Quítatelo.

No fue una sugerencia. Kris lo sabía. Fue una orden… pero jugar con el menor nunca estaba demás

¿Ya había mencionado que adoraba hacerlo rabiar?

-Eso sería mal educado de mi parte. No creo poder hacerlo.- Comentó tan digno como pudo y rió internamente (aunque con algo de dolor en los huevos) cuando Kai alejó su mano y se cruzó de brazos, mirándolo con odio real por medio del cristal. Kris no se amedrentó, al contrario, lo cogió por la cintura para voltearlo y hacerlo retroceder hasta acabar acorralándolo contra el espejo. Tomándolo desde el trasero, lo pegó hacia sí con fuerza, pero, aunque el menor no se resistió, le volteó el rostro y continuó de brazos cruzados.- Hey, mírame.- Kai lo miró de reojo.- ¿Por qué no te quitas tú el pantalón?

Rió internamente al ver al menor tragarse un gemido cuando él empujó su cadera hacia el frente, frotando su miembro duro contra la ingle del moreno. Kai estaba igualmente excitado, podía sentirlo, y ver sus esfuerzos por no hacerlo evidente era aún mejor.

-Porque es grosero- Escupió Kai con resentimiento, mirándolo con aún más odio cuando él chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

-Es grosero que yo lo haga. Pero este es tu probador.- Le lanzó su mirada más inocente y Kai le enseñó los colmillos gruñendo- Vamos… quítate la ropa. No queremos que se estropee ¿O sí?

-¿Y por qué iría a estropearse?- Kai se hizo el desentendido pero no opuso resistencia alguna cuando las manos del mayor comenzaron a moverse sobre el borde de su pantalón, recorriendo la orilla y tentándolo con su tacto que prometía más que lo que las palabras decían. Kris se deshizo del cinturón y no se detuvo hasta acabar con la erección del moreno entre sus manos, frotándola de arriba abajo lentamente. Kai mordía su labio, sin dar su brazo a torcer.

-Porque para lo que quiero hacerte… podemos pasar a ser algo sucios- Sin dejar en ningún momento de mover su mano sobre la hombría del menor, pareció meditarlo concienzudamente antes de agregar - ¿Y no sería amable de nuestra parte ensuciar algo por lo que aún no hemos pagado, no?

-… Supongo…- Kai se encogió de hombros fingiendo indiferencia, pero su voz se tambaleó un poco debido a su respiración cada vez más irregular.

-Quítate la camisa- Ordenó sin poder contener su excitación. El miembro de Kai pesaba y se sentía caliente entre sus manos y, ver el pecho del menor subir y bajar agitado mientras el brillo del enfado teñía sus ojos amarillos, era demasiado para su autocontrol.

Kai bufó, pero alzó las manos por sobre su cabeza, dándole a entender que no iba a mover un solo dedo… pero al mismo tiempo, dándole libre acceso para hacer lo que quisiera.

Y Kris no perdió tiempo. En menos de medio minuto ya lo tenía sin camisa y con el pantalón bajo las rodillas, acorralado contra la pared y torturándose el labio inferior entre los colmillos porque seguía negándose a gemir. Esa testarudez no iba a durar para siempre, Kris lo sabía. Apretando justo donde debía y moviéndose a un ritmo martirizador, sabía que Kai no aguantaría para siempre.

-Yifan~~- ¡Ding, ding, ding, ding! ¡Y ahí estaba! El moreno había jadeado dejando caer su frente sobre el hombro del mayor.

-Dime- Cantó él, demasiado casual para lo que sabía, era el aún enfadado Kai.

- Más rápido…- Fue un gruñido ronco. Amenazante.

-¿Ni siquiera un “Por favor” al menos?- Fingió indignación al tiempo que dejaba su mano completamente quieta, deteniendo todo movimiento sólo para picar aún más a Kai, quien se estremeció y lo mordió con fuerza.

Dolió.

Kris gimió lastimado pero sonrió decidiendo que era suficiente. Con una mano retomó el trabajo sobre la polla de Kai, masturbándolo rápido demasiado inesperadamente y el menor, nublado por el repentino golpe de placer, gimió audiblemente tirando de su cabeza hacia atrás y golpeando fuerte el cristal del espejo.

-Mierda~~

Música para sus oídos. Sin poder seguir aguantando su propio miembro erecto atrapado dentro de sus pantalones, Kris usó su mano libre para desabrochar descuidadamente todo, sin tomarse la molestia de hacerlo correctamente, sino, dejando sólo el espacio suficiente para liberar su excitación.

Cuando pegó ambos miembros juntos, envolviéndolos con su mano, la fricción fue delirante y, para evitar que ambos fueran a delatarse por gemir demasiado alto, tuvo que tomar del cabello a Kai, quizás con más violencia de la necesaria, y jalar de él para inclinarle la cabeza y poder callarlos a ambos contra la boca del otro.

No había que olvidar que seguían en un lugar público.

Kris comenzó a empujar su cadera, embistiendo contra el moreno que en algún punto, había bajado las manos hasta su trasero, tirando de él  al mismo ritmo que seguían los empujes frenéticos de cadera, consiguiendo un placer incalculable mientras sus pollas húmedas se frotaban juntas, mezclando lo líquidos perlados que se filtraban de las puntas rojizas y, aunque el movimiento de sus pelvis eran completamente rítmicos, sus besos eran desacompasados, demasiado perdidos en el placer y en los gemidos como para coordinarse. Sus bocas chocaban y se mordían más que se besaban, sus lenguas se encontraban y antes de poder seguir con ello, uno de los dos ya estaba gruñendo o gimiendo.

Su mano generaba un sonido lascivo cada vez que subía y bajaba por las extensiones de ambos, gracias a la humedad, el calor y el líquido preseminal, y qué decir de ese violento ruido de choque contra el inocente espejo que recibía las consecuencias del impacto de sus cuerpos. Si a eso le sumabas los jadeos y gemidos ahogados, reprimidos apenas por la necesidad de mantenerse ocultos… era demasiado. Una melodía erótica demasiado intensa para poder soportarla.

La respiración de Kai, al igual que sus latidos, se sentía cada vez más errática bajo los labios de Kris que se presionaban contra su cuello. Estaba cerca. Kai le gemía ahogado junto al oído. Deslizó su mano por la espalda del menor para jalarlo tan cerca como fuera posible. Su mano quemaba contra  la piel morena caliente y sudorosa cuando la posó en la parte baja de su columna, justo por sobre donde nacía su cola, enterrándole los dedos al tiempo que frotaba más intensamente sus erecciones.

-Kris… voy a… -No alcanzó a decirlo. El menor fue empujado contra el espejo por Kris quien, para evitar que el menor fuese demasiado ruidoso, lo besó bruscamente, llenándole la boca con su lengua y sintiendo el eco de la culminación de Kai estallando entre ellos, resonando entre sus labios.

Completamente ido en las reminiscencias de su orgasmo, Kai jadeaba agotado, aun besando perezosa y desacompasadamente a Kris, ronroneando y murmurando de gusto con los ojos cerrados.

-¿Mi novio está satisfecho?- Susurró juguetonamente Kris, bajito. Ahora todo lo que se escuchaba eran sus respiraciones excitadas tratando de pasar lo más desapercibidas posibles, porque aunque era un cuarto privado… no quitaba que pudiesen ser descubiertos tal como en el callejón.

Kai lanzó uno de sus típicos quejiditos de cachorro mimado y satisfecho, retorciendo su cadera hacia el frente para empujarse contra la mano y la polla del mayor… la polla aún dura del mayor.

Kai abrió los párpados y sus ojos amarillos de pronto estaban fijos en los suyos… y antes de que Kris supiera cómo, Kai estaba de rodillas tragando su miembro.

Dejando caer la frente contra el espejo, mientras sus manos hacían su camino automáticamente  hasta enredarse en el desordenado cabello marrón chocolate, tuvo que agradecer a todos los dioses por haber restablecido algo de su energía la noche anterior porque la sensación ardiente de la cavidad bucal de Kai lo mareaba. Lo aturdía pero lo seducía con su lengua húmeda y el movimiento rítmico con el que lo lamía y succionaba, enterrándole las garras en los muslos, a través del “feo pantalón” que él se rehusaba a quitarse sólo por hacerlo rabiar.

Era hipnotizante ver esos labios gruesos y sensuales envueltos alrededor de su hombría, subiendo y bajando por ella, haciéndola desaparecer, tragándola hasta el fondo y luego lamiéndola al completo en su recorrido hacia afuera.

Aquella imagen era lo más erótico que Kris había visto en su puta vida. Y verlo por partida doble, tan solo bajando la mirada y a través del reflejo del espejo, fue lo que acabó por llevarlo al límite. Eso y los ruiditos, como gemiditos ahogados que soltaba Kai mientras estaba puesto en ello.

En serio trató de detener al menor. Trató de avisarle… pero todo a cuanto llegó, fue a tirar de su cabello en el preciso momento en que se corría, manchando todo su rostro y pecho, donde escurrió su semen luego de resbalar por las enrojecidas mejillas morenas.

Si el cabello de Kai antes era un desastre… ahora ya no había forma de denominarlo, pero el menor no parecía preocupado en lo más mínimo, y mientras Kris aún intentaba regular su respiración, el lobo lo miraba fijo, como ido… pero no lo miraba directamente a él, sino que, desde abajo, aún de rodillas en el suelo, observaba algún punto entre su ingle y su pecho.

-Tienes semen en la ropa.- Comentó casualmente, como si fuese un dato cualquiera.

-Tienes semen en la cara.- Imitó Kris y Kai se relamió provocativamente, quitando lo que quedaba en sus comisuras y alzando sus brillantes ojos ámbar, velados por soñolientos párpados rasgados, directo hacia la mirada azul de Kris.- Levántate de ahí y déjame limpiarte antes de que me obligues a ponerle punto final a esta adorable cita.

-¿Y eso por qué?- Su tono trataba de ser inocente. Seguía sin resultar… especialmente porque el moreno aún tenía semen en la cara y al ponerse en pie, se arrastró a lo largo del cuerpo del mayor hasta nivelarse a su altura.

Instintivamente, Kris lo retuvo por la cadera. Sin saber si con ese movimiento quería acercarlo a sí o mantenerlo quieto en su sitio.

-Hablo en serio, Kai- Gruñó con los dientes apretados. Acababa de correrse. Correrse en la boca de Kai. ¿Qué hacía excitándose de nuevo? ¡¿Y por qué Kai seguía estremeciéndose cuando le hablaba?!- ¡Y para de hacer eso!

-¿Hacer qué?- Kai lo miró confundido.

-¡Eso que haces cuand—!

Unos golpecitos suaves se escucharon en la puerta y ambos se congelaron en sus sitios. Kai con el torso desnudo (y los pantalones abajo) y Kris con la polla afuera y la ropa sucia de semen… igual que la cara de Kai.

-¿Señor? ¿Está bien ahí dentro?- La voz de una amable señorita se oía desde afuera, aun tocando la puerta suavemente con los nudillos.

-Uh… ¡sí!- Kai chilló, apartándose rápidamente de Kris y haciéndole señas para que se acomodara la ropa- ¡Todo en orden! ¡Ya vamos saliendo!

-¿Todo okey, entonces? ¿Hay algo que haya sido de su agrado?- Insistió la señorita y Kai, aún en su apuro por acabar con todo aquello, buscó tiempo en la agitada carrera por vestirse y arreglarse para lanzar una intensa mirada a Kris, sin poder ocultar la diversión en sus palabras.

-Definitivamente hay muchas cosas agradables por aquí.- Kris le dio un azote en el culo y le terminó de acomodar la camisa dentro de los pantalones, limpiándolo luego con las toallitas de papel que siempre cargaba consigo por si Kai se ensuciaba. Ni siquiera iba a intentarlo con su ropa. Era caso perdido.

La voz cantarina de la dependienta volvió a oírse y Kris rodó los ojos ¿Qué no tenía nada mejor que hacer esa mujercita? ¿Es que acaso esperaba que Kai saliera sin ropa a coquetear con ella?

-¡Me alegro! ¿Desea algo más?

¿Desea algo más? ¿En serio la mujerzuela esa acababa de preguntar aquello?

-Uh… No… Uhm ¡Oh! ¡Espere! ¿Puede ir a buscar por mí a mi compañero? El rubio alto con cara de estreñido que venía conmig— Sus manos volaron a su boca para no chillar cuando Kris lo jaló por la cola.

-¡Por supuesto, señor! Iré a buscarlo por la tienda.

Recién cuando los pasitos de la señorita se oyeron lejos, Kai y Kris respiraron, mirándose a los ojos antes de estallar en carcajadas.

-Deberíamos salir de aquí- Dijo Kris cuando la risa bajó un poco.

-Deberíamos… pero ponte el abrigo y abróchalo- Kris lo miró sin entender y el lobo indicó con el mentón hacia abajo- Sigues teniendo semen en la ropa.

Maravilloso, pensó Kris.

-Vamos a pagar, pulgoso…- Negó con la cabeza y acomodó su ropa antes de tomar de la mano y tirar de ambos fuera- Vas a terminar matándome un día de estos.

Kai brincó más que contento a su lado y dejó un besito sobre su mejilla, pero de pronto se detuvo y puso cara de “¡¡¡IDEA!!!”

Kris trató de retroceder pero la mano del menor sobre la suya se lo impidió.

-Ya sé qué haremos ahora, muñequito de nieve… - Murmuró lentamente, como sorprendido de su propia genialidad y Kris supo que tenía que empezar a asustarse.

 

*

 

-No voy a entrar ahí.- Sentenció Kris.

-Si yo entré allá, tú entras aquí.- Corrigió Kai emocionado, tirando de Kris hacia la puerta que no era puerta porque en realidad era una cortina de cristales negros y tachas plateadas.

-Mi madre se avergonzaría si me viese usando algo como…. Lo que ofrecen aquí.- Murmuró ahogadamente cuando traspasaron el cortinaje y el oscuro lugar escasamente iluminado y ambientado con melodías rasgadas por batería, guitarra eléctrica y bajos, los golpeó. ¿Dónde habían quedado las paredes doradas y las arañas de cristal colgando del techo? ¿Y el violonchelo y la flauta traversa?

Kai arrugó la nariz y lo miró ofendido.

-Yo compro mi ropa aquí.

Kris no contestó. Se limitó a alzar una ceja y mirarlo de arriba abajo. Sip, era obvio que ese llamativo pantalón y esa chaqueta con capucha forrada en peluche negro habían salido de… un lugar como este.

A Kai todo esto le pareció un feo deja vú… así que nada más le enterró el puño justo sobre el ombligo y lo empujó directo hacia el probador que nada más era un pequeño espacio separado del resto del mundo por un cortinaje corredizo púrpura oscuro.

-¡Y TE ESPERAS AHÍ!

Dejándose caer en una butaquita, Kris se vio a sí mismo frente a un espejo de cuerpo completo, sentado obediente mientras los pisotones de Kai se alejaban más y más.

 

*

 

-Wow…

-Debería ser fashionista. Me estoy perdiendo en Saint Monsters.- Kai comentó completamente serio, como si admirara su obra y Kris tuvo que reconocerlo… se veía bien.

Había acabado con una chaqueta verde militar opaca, con remaches y de corte bastante elegante para haber salido de donde salió, además de una camiseta, pantalones y zapatillas en color negro. Kai también había agregado al atuendo una cadenilla con un dije en forma de cruz. Y puede que los bolsillos del pantalón fuesen algo exagerados, pero el conjunto le agradaba.

-Déjame ir a pagar, pulgoso. No te vas a escapar tan fácil de la escuela- Kris le revolvió el cabello y estaba a punto de marcharse cuando el lobo lo detuvo, tirando de su ropa nueva y jalándolo hacia un rápido beso.  Kris lo miró intensamente antes de empujarlo, haciéndolo retroceder lentamente y acercándose a su boca progresivamente, hasta tenerlo acorralado contra la pared. -¿Qué?- Tentó rosando sus labios- ¿Repetición?

Pero todo lo que consiguió con su tentativa y su propuesta… fue terminar acorralando… nada. Kai se había deshecho entre sus brazos y reaparecido justo tras él, listo para descorrer la cortina.

-Nah~ ¿Qué tal si mejor me dejas ir a pagar por esto ya que tú pagaste lo anterior.- Aunque algo aturdido, Kris negó con la cabeza, tratando de alcanzarlo nuevamente.

Kai rápidamente se escurrió de entre sus manos y Kris frunció el ceño ¿Lo estaba rechazando?

-Es un conjunto completo, pulgoso. No una camisa con un par de zapatos.- Kai hizo un ademán con la mano, alejándose casualmente de su nuevo intento.

-Kris… estoy seguro de que ni la mitad de esta tienda harían el precio de lo que seguramente pagaste por la camisa y los zapatos.- Kris no discutió a eso así que Kai se autoproclamó el vencedor de la disputa.- Ahora quédate aquí y vuelve a ponerte tu aburrida ropa de anciano si quieres mientras voy a hablar con la dueña.

Wow, wow, wow… alto ahí.

-¿Con la dueña? ¿Por qué con la dueña?- Kris frunció el ceño y Kai sonrió… a Kris, la sonrisa le pareció tensa.

-La dueña es quien atiende… ¿Vas a querer que pague y te consiga la ropa o prefieres quedarte… ya sabes… cubierto de semen?

Kris rodó los ojos y volvió a su butaquita.

-Sólo trae bolsas para poner la ropa sucia.

Kai asintió y salió por la cortina. Kris se quedó ahí a esperarlo pensando que era extraño que no se teletransportara.

 

*

 

-¡HAMBRE! ¡TENGO HAAAMBREEEE!

-No grites, pulgoso, las personas nos miran- Kris regañó cariñosamente. Se estaba riendo así que por lo mismo Kai supo que no lo detenía en serio, así que siguió armando escándalo.

-¡ALIMÉNTAME! ¡HAMBRE, HAMBRE, HAMBRE, HAMBRE, HAMBREEEEEEEEEE!

Iban por el centro de una calle con altos edificios antiguos y antorchas dentro de las farolas de hierro negro. El ambiente era acogedor y refrescante bajo el cielo estrellado… y las personas seguían volteando en la dirección en la que ellos caminaban. Kris no estaba seguro si era por lo llamativo que era Kai con sus gritos… o por lo llamativo que era Kai y su apariencia.

Fuera cual fuese la respuesta… Kris no quería que nadie mirara a Kai.

-¿Qué quieres y dónde?- Kris lanzó unas miradas amenazadoras a un grupo de chiquillas que miraban en su dirección, esperando que Kai eligiera un lugar lo más deshabitado posible.

Luego de pensarlo un rato y hacer el tonto, Kai gritó su respuesta.

-¡WOOOAH! ¡YA LO SÉ!

Y todo pasó muy rápido, porque mientras Kris aún se entretenía mirando feo a las señoritas, Kai se le colgó al cuello y en un parpado, se estaban teletransportando.

 

*

 

-¿Un parque? ¿En serio?- Kris miró entre incrédulo y confundido la enorme extensión de pradera y árboles. Estaba seguro de que si caminaban un poco más lejos por uno de los tantos senderos, iban a llegar a la laguna.- Kai… sé que tu parte canina te llama y que quizás fantaseas con que te arroje un frisbee, o una rama incluso, pero no creí que lo decías en serio con lo de que te saque a pasear.

Cuando el típico puñetazo llegó, Kris en serio no sabía si se lo merecía realmente o no. ¿Qué no se suponía que Kai tenía hambre? Y si no volvió a preguntar fue porque Kai comenzó a tirar de él por entre el prado, sin seguir un sendero en particular, y él temió que si lo interrumpía, el golpe que iba a llegarle fuese más fuerte y en una zona más delicada.

Con las manos entrelazadas, se dejó guiar por el moreno. No hacía frío, el aire era tibio sin ser sofocante, sólo fresco y ya; el aroma a hierba y follaje era agradable también y lo único que los iluminaban eran las estrellas, porque las farolas encendidas sólo seguían los senderos principales y, si bien él podía ver algo, su habilidad para distinguir en la oscuridad no podía compararse a la visión nocturna de Kai… así que no le quedaba otra que dejarse guiar por él.

Llegó un punto en el que Kai se detuvo. Él había dejado de intentar ver algo y sólo cerró los ojos dejándose llevar, así que cuando frenaron, inmediatamente trató de acostumbrar su vista al lugar.

Estaban bajo un enorme árbol de raíces gruesas que ofrecían una especie de cómodo lecho acolchado de césped y cuando miró al cielo, pudo ver las estrellas colándose por entre las hojas. Fuera de eso, todo era negro gracias a la oscuridad de la noche para Kris.

-Ven… acompáñame.- La mano calentita de Kai lo jaló hacia adelante, invitándolo apoyarse contra el grueso tronco del árbol. Kris buscó el calor del menor, tratando de tirarlo contra su pecho pero el este se deshizo entre sus brazos.

-¿Kai?- Nada- ¡¿Kai?!- Cuando el silencio fue todo lo que volvió a conseguir, el pánico comenzó a reemplazar la confusión inicial- ¡¡¿KAI?!!

-Shhhhhh…. Aquí estoy…- La voz ronquita llegó cálida contra su oído junto con un beso rápido, pero cuando volteó en dirección hacia donde creía que este estaba… no había nada.

-¿Kai? ¿Kai, qué haces? ¿Dónde estás?- Lo buscó en vano entre las sombras, barriendo sus manos frente a él para tratar de hallar al menor que simplemente no aparecía.

-¿Sólo espera ahí, quieres?- La voz llegó desde algún punto a la derecha, haciendo que él instintivamente girara en esa dirección, observando cómo la llama de un farol oculto a ras de suelo se encendía, dejando ver al instante una neblina negra que se disipaba.- Confía en mí.

El proceso se repitió cerca de cinco veces más y ahora Kris podía verse en el centro de un bosque, bajo el que parecía el árbol más grande del lugar, iluminado por la luz anaranjada de las lamparillas que le daban un aspecto mágico a todo, proyectando sombras alargadas pero manteniendo el íntimo ambiente que aquel sitio oculto en medio del parque y bajo las estrellas ofrecía.

-¿Kai?- Aventuró otra vez.

-Aquí estoy, no seas llorón.- Kai se materializó justo frente a él, con una canasta de mimbre tejido en una mano y un cooler azul en la otra. Eran los que siempre llevaban cuando iban de paseo. Miró confundido al menor y este sólo rió, dejando su carga a un lado y comenzando a desempacar con calma y sin quitar la sonrisa tranquila de su atractivo rostro moreno.- ¿Me ayudas?- Preguntó tendiéndole las puntas de una enorme colcha negra de piel, muy suave y muy mullida. Él asintió torpemente, sintiéndose perdido y embobado con las acciones del menor.

Pronto, ambos estaban sentados bajo el enorme árbol, uno frente al otro, Kris contra el tronco del árbol y Kai frente sacando y sacando cosas de la canasta y el cooler como si fuese el bolsillo de Doraemon. Cuando ya estaban rodeados de comida y refrescos de todo tipo, Kris por fin pudo salir de su ensueño.

-Wow, pulgoso… yo… ¿pero cómo…? ¿De dónde sacaste todo esto?- La pregunta salió como un suspiro sorprendido, aún sin poder creer que todo haya sucedido tan rápido. Kai sonrió abriendo el envoltorio de un sándwich de helado y galleta. ¡Kai había fingido todo el tiempo que no sabía dónde quería comer!

-Soy muy astuto, lo sé- Contestó con suficiencia, dándole una mordida al helado y luego tendiéndoselo a Kris- Debería ser ninja… ¡Un ninja fashionista!- Kris soltó una risita entre dientes acompañando la sonrisa orgullosa de Kai y recibiendo el helado.

-Aún así no vas a poder escabullirte de la escuela, Kai.- El menor abultó sus labios e hizo morritos, abriendo de malas ganas un tapper con filetes de pollo apanado y salsa de mostaza. Viendo a su alrededor, podía ver que, fuera de los helados, los refrescos, el té frío y los sándwiches de galleta que venían dentro del cooler, todo parecía calentito y recién hecho. ¡Si hasta había baozis que humeaban de vapor!- ¿Cuándo?- El menor alzó las orejitas- Esta es comida de la cafetería de la escuela, así que, dime cuándo fuiste a pedirla.

-Adivina, buen adivinador.- Kai lamió uno de sus dedos, viéndolo completamente orgulloso de sí mismo y sus proezas.

Kris entrecerró los ojos y pensó. Su mirada de pronto cayó sobre su ropa nueva, cortesía del menor.

-La ropa.- Kai abrió los ojos, sorprendido- Cuando fuiste a pagar la ropa.- Kai siseó haciendo como que algo le dolía y aunque estaban comenzando a almorzar, Kris pudo ver que las comisuras de su boca ya estaban manchadas de salsa. Eso era algo tan propio de Kai. Automáticamente rebuscó entre sus cosas por más toallitas de papel, estirándose para limpiar la boca del menor.

-Bueeeno~~… decir “cuando fui a pagar la ropa” es algo… um… erróneo.- Kris se detuvo a medio camino de alcanzar los gruesos labios sucios.

-¿Erróneo? ¿Por qué erróneo? ¿No fue cuando me dejaste en el probador esperándote?

-Um… sí… pero no. Sí fue ahí… pero no pagué la ropa.

A Kris le tomó algunos segundos procesar aquello y cuando todo encajó, su propio grito casi lo aturde. La toallita de papel saltó lejos.

-¡¿ROBAMOS?! ¡¿ESTA ROPA ES ROBADA?!- Asustado, comenzó a toquetearse sin poder creerlo.

-¡No, no, no, no, no, no, no! ¡Te juro que no! ¡Conozco a la dueña!- Kris se congeló ahí mismo, sopesando qué era peor… ¿Ropa robada… o Kai coqueteando con la dueña de la tienda para conseguir ropa gratis?

-¿CÓMO ES ESO QUE CONOCES A LA DUEÑA?- Benditos celos, Kris los amaba (nótese el sarcasmo) - ¿QUÉ TIPO DE IMPLICANCIA TIENES CON ELLA?

-¿¡QUÉ RAYOS INSINÚAS!? ¡ES MI TÍA! ¡DEJA DE GRITARME!

-¡¿La tía SoJin tiene una tienda de ropa?!- Kris juraba que la vida de la tía SoJin consistía en molestar a YunHo y coludirse con ChangMin y KyuHyun para… molestar en trío a YunHo. Aunque la mujer siempre se estaba quejando que la ropa de Kai olía feo… pero no creía que la loba fuese capaz de poner su propia tienda de ropa sólo por eso, en especial porque él creía que la Beta de la manada exageraba y sólo lo decía por molestar a su sobrino… la ropa de Kai sólo olía… a Kai (y al detergente con el que ambos lavaban juntos su ropa).

-¿Qué? ¡No! ¡Es una hermana de mam—

El silencio se extendió luego de esa respuesta a medio decir que el menor trató de detener inútilmente a último momento. Nervioso, Kai mordisqueaba lentamente un trozo de pollo, rehuyéndole la mirada mientras Kris lo observaba atónito.

-¿Tienes… contacto con el Clan Zorro?- La pregunta salió en un hilo de voz y Kris no sabía si sentirse enfadado o preocupado. Enfadado por no haberse enterado antes y preocupado porque… ¡PORQUE ERA CLAN ZORRO! ¡DIABLOS! ¡ELLOS QUERÍAN MUERTOS A KAI Y A SUS HERMANAS!- ¿Quién es esa? ¡Exijo saber su nombre, Kai! ¡Ahora!

-No la trates de “esa”- El celo con que Kai parecía proteger a la mujer indignó aún más a Kris.

-¡¿La estás defendiendo?!- Escupió incrédulo mientras Kai había hecho a un lado su comida y apretaba los puños fuertemente a sus costados.- ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo la ves? ¿Desde hace cuánto te encuentras con ella?- No podía evitar que el rencor se filtrara en sus palabras, y el ver a Kai titubear en su respuesta sólo le confirmaba que el lobo sabía perfectamente que lo que hacía no estaba bien.

-Desde hace algún tiempo…

-¡Podría estar planeando matarte! ¡¿Es que no lo entiendes, Kai?!

-Ella no es así.

-¡ELLOS QUIEREN TU CABEZA, KAI! ¡LA TUYA Y LA DE TUS HERMANAS! ¡LA DE TUS SOBRINOS Y TU PRIMA TAMBIÉN! ¡Y ME IMAGINO QUE SI CONSIGUEN LA DE TU PADRE Y TODA LA MANADA ES AÚN MEJOR!

-¡YURA NO TIENE LA CULPA!

-¿¡CÓMO PUEDES ESTAR SEGURO!? ¿¡Y SI SÓLO INTENTA ACERCARSE A TI PARA QUE LE DES LAS COORDENADAS DE LA MANADA!?

-¡YA TE DIJE QUE NO ES ASÍ! ¡ERA UNA NIÑA CUANDO TODO PASÓ!¡ELLA SÓLO… Sólo… ! ¡Agh! ¡OLVÍDALO!- Kai se restregó la cara con las palmas y ahí se quedó, ocultando su rostro y negándose a verlo. Y Kris sólo podía hacer eso… contemplar cómo el menor parecía más y más frustrado.

Kris no lograba comprender cómo es que Kai no entendía cuán preocupado se hallaba por él ¡Y con motivo! Los Zorros Rojos y los lobos se habían declarado la guerra hace cerca de dos décadas, cuando JunSu quedó embarazado y YunHo lo secuestró para que no los separaran, y aunque nada nunca se concretó, la promesa de muerte estaba allí. El clan Zorro nunca perdonaría a YunHo, ni a toda su descendencia, por haber ensuciado el linaje completamente puro de su raza… así como los lobos jamás aceptarían que alguien los mantuviese lejos de sus parejas. Era una suerte que el problema sólo fuese con la familia directa de JunSu y no con toooodos los zorros, sino seguramente habrían tenido problemas con el niñito que intentó llevarse a Baek.

JunSu pertenecía a la rama central de la familia, los Zorros Rojos, la raza pura, mientras que YuKwon a una rama más lejana… pero en general… los zorros nunca salían de su dimensión. Mucho menos luego de lo que pasó con JunSu. Kris había oído que nacían ahí y morían ahí. Sólo las familias más liberales dejaban a sus cachorros salir y hacer cosas como estudiar y vivir fuera por sí mismos. Imaginaba que ese era el caso de YuKwon, que si lo ponías de esa forma, estaba algo emparentado, muy lejanamente, con Kai.

Pero la familia de JunSu jamás dejaría volver a salir a uno de sus descendientes…

¿Entonces cómo es que esa mujer y Kai habían logrado ponerse en contacto?

Soltando un suspiro, Kris decidió que lo mejor era disculparse. No iban a resolver nada ahí enfadados el uno con el otro. Si quería información, tendría que hacerlo.

-Lo siento ¿está bien?- Kai no contestó, pero pudo ver el movimiento casi imperceptible de sus orejas peludas al agitarse, respondiendo a su voz.- Kai… en serio… vamos. Ven aquí y háblame de ella.- Kai no respondió, sólo alzó la cara y entrecerró los ojos en su dirección. Luego Kris se golpeó la nuca en el tronco del árbol cuando el menor se materializó repentinamente sobre su regazo, escondiéndose en su cuello.- Yah… sal de ahí… mírame- Con cariño acunó el rostro del menor entre sus manos y lo besó en la nariz, moviéndose a sus mejillas… a sus ojos permanentemente hinchados de sueño… y finalmente hallando el camino hacia su boca.

-También lo siento.- Dijo Kai antes de devolverle el beso y volver a esconderse en su cuello.- Sólo… no te enojes ¿Okey?

-Okey.

-¿Prometido?

-Prometido.

-Lo digo en serio, Olaf.- Kris se encogió cuando los dientes del menor se clavaron en su cuello a modo de advertencia.

-¡Sólo hazlo y ya!

-Bien… Okey… verás, siempre he comprado mi ropa ahí y, no sé, simplemente nos llevábamos bien, no sé cómo… supongo que es cierto cuando dicen que “la sangre tira” porque, sin saber nada el uno del otro, congeniamos. Deberías verla. Es una versión femenina y más joven de mamá, no sé cómo no lo noté antes.- Kai se rió, parecía emocionado. Kris lo entendió. Los lobos eran así, siempre muy melosos con los suyos.- Al comienzo sólo hablábamos, luego comencé a acompañarla un rato y al final terminé cargando cosas pesadas por ella; incluso hubo una vez en que me dejó atendiendo. Es una explotadora con carisma igual que mamá. – Kris acompañó la risa del menor, porque a él también le había tocado hacer cosas embarazosas por JunSu- No le tomé importancia al principio, pero ella siempre se quejaba de cuánto le costó independizarse de su familia, cuánto la controlaban y cómo siempre debía volver al menos una vez al mes donde sus padres y yo me reía llamándola anciana treintona, o que aún era una niñita de papá y mamá.

-¿Cómo lo supiste? ¿Cómo se enteraron que son familia?- Kris preguntó con cuidado, pero Kai negó con la cabeza, más divertido que serio. Como si la historia le hiciese gracia.

-No fue enseguida. YuRa es una habladora. Un día simplemente soltó que, cuando ella tenía diez, su hermano mayor desapareció. Si te lo cuenta, no parece ser la misma historia que a nosotros nos dicen en la manada. Ella lo hace todo risible… pero puedes notar cuánto pánico le da volver a estar encerrada. Que las cosas no son un juego de donde viene… Ahí fue cuando por primera vez se mostró naturalmente, como un zorro y… waaaah… yo lo vi todo negro Kris. Ella sabía que yo era un lobo, me había visto las orejas y la cola ¡Incluso teletransportarme! pero a mí nunca se me ocurrió preguntarle su raza y, decirte que salí de ahí como alma que lleva el diablo, es poco. No me volví a aparecer por La Ciudadela en meses. ¿Te acuerdas aquella vez que la abuela Hyo nos quiso sacar a comer helado y yo no quise ir?- Kris sacudió la cabeza afirmativamente y Kai se rió- Bueno, eso. Estaba más asustado que la mierda.

-¿Y entonces cómo volviste a verla?

-Yura encontró la manera de hacerme llegar una carta pidiendo disculpas por asustarme. Imagino que lo hizo como YuKwon, metiéndose a Saint Monsters con un portal. La carta está en mi velador, si quieres verla. Aparentemente es igual de perspicaz que mamá porque, a pesar de haber visto mis orejas y mi cola, no relacionó eso con la guerra entre los zorros contra la manada… hasta que yo salí corriendo como si ella fuese el mal encarnado… y aunque estaba muerto de miedo cuando al final me pedía ir a verla… Si fui, fue porque en el fondo sabía que ella no es mala, Kris,… Cuando la escuchas hablar de mamá, te das cuenta de cuánto lo extraña. YuRa no sabía absolutamente nada de mamá desde que dejó la dimensión zorro. Ni siquiera si seguía vivo. En el clan Zorro no se habla de mamá ¡Incluso le prohibieron preguntar por él, Kris! ¡En serio!

-Eso… eso es horrible…- Kris estaba sorprendido. Sabía del odio entre Zorros Rojos y Lobos… Pero saber de pronto que de la nada había una chiquilla en medio de todo ese odio entre razas… era algo nuevo. ¿Qué posición tomar en una situación como esa?

-Sí… - Kai pareció compartir internamente todo ese conflicto interno que sopesaba Kris- Al final… luego de que me contara todo, le mostré una foto de mamá. Llevé esa que tomamos durante el festival de otoño cuando tu mamá pasó a congelar el lago, ¿Te acuerdas?

-Definitivamente recuerdo eso.- Kris se rió, por supuesto que lo recordaba. La cara de su madre era impagable en esa foto. Había sido tomada justamente junto al lago, con YunHo y su padre tratando de calmar a su madre; la abuela de ChanYeol y JunSu riendo como urracas locas porque todo fue idea de ellos dos; y luego estaban todos lo demás rodando por el lago congelado: las hermanas y la prima de Kai y por supuesto ellos tres, ayudando a YuBin y a C.A.P a conseguir de vuelta a los 5 cachorros recién nacidos de manos del trío psicópata formado por SoJin, ChangMin y KyuHyun, quienes hacían rodar por el hielo las cestitas con los pequeños bebés.

A juicio de Kris, la foto era como un “buscando a Wally”, en cada esquina encontrabas un hilarante detalle diferente, sin embargo, en el primer plano se veía claramente a JunSu riendo, porque la foto había sido tomada a modo selfie por la abuela Hyo y, junto con la cara de su madre, la cara de pánico de C.A.P era otra cosa destacable en la foto, puesto que el lobo recién emparejado con la hermana mayor de Kai, además de ser no mucho mayor que el propio Kai… no estaba acostumbrado a la particular dinámica familiar de los Kim, Choi, Wu y Park.

-YuRa lloró como una magdalena… y fue peor cuando le expliqué cuál era su relación con cada persona en la foto, incluido yo. Y ha pasado medio año desde eso, así que asumo que no va a delatarme con el Clan Zorro.

-¿El tío JunSu lo sabe?

-No…

-¿Ella te ha preguntado por él o por la manada?

-Me ha preguntado por todos, por los cachorros, por las chicas, incluso por ti y Yeol. Pero nunca más allá de eso.

-¿Piensas decirle?- Kai negó con la cabeza.- ¿piensas contarle a JunSu?- Volvió a negar.

-No… jamás arriesgaría la vida de todos. YuRa es buena pero su familia no. Si la descubren conmigo va a meterse en problemas… y yo en otros tantos si en casa saben que tengo contacto con los zorros.

Kris entendía, pero no compartía el que Kai lo hubiese mantenido al margen y haya pasado por todo aquello solo.

-¿Por qué no me lo contaste antes?- Aunque la pregunta era severa, su tono ronco e íntimo era cariñoso, quitando la cara de Kai de su cuello para poder mirarlo a los ojos. Kai le sonrió y frotó la nariz contra la suya.

-Lo siento… No quería que los lastimaran a ustedes también en caso de que algo saliese mal.

Kris negó con la cabeza pero sonrió, besándolo brevemente antes de hablar.

-No vuelvas a hacer algo así de peligroso sin decirle a nadie.

-Un beso más y puedo prometértelo.- Mordiendo una sonrisa, Kris complació al moreno.- Ahora déjame terminar mi comida, ingrato. Es más… ¡Aliméntame! ¡Ese va a ser tu castigo!

Rodó los ojos y giró el cuerpo del moreno sobre su regazo para que acabara con la espalda contra su pecho y así poder cumplir con su castigo…. Aunque para él no era ningún castigo poder darle él mismo la comida a Kai… era sólo… rutina.

Dulce, dulce rutina…

-Di “Aaaah”

-Aaaaaaaaaaaaaaaah

 

*

 

-Dioses… estoy lleno… voy a reventar… esto es tu culpa Kris… haz algo para solucionarlo.

-No eres un saco, Kai. Los sacos se llenan. Lo correcto es decir que estás satisfecho.

-Lo que sea. Sigue siendo tu culpa.

Ambos se hallaban reposando desparramados sobre la manta. Kai ya se había encargado de devolver todo a las Ahjummas de la cafetería y ahora sólo estaban allí, tendidos sobre la colcha, no precisamente pegados, pero sí uno al lado del otro, mirando las estrellas y quejándose… bueno… Kai se quejaba… como siempre.

-Te dije que no comieras tanto.- Y Kris, como siempre también, lo cuidaba.

-¿Creo que ya tuvimos una conversación bastante parecida sobre las consecuencias de llamarme gordo?

-No te estoy llamando gordo.

-¡Lo insinuaste!

-No insinué nada.

-¡ENTONCES LO PENSASTE! ¡YO… aagh… te golpearía si pudiera moverme, pero creo que de momento sólo puedo rodaaaar y rodaaaar como una bola obesa…

-Ya cállate y ven aquí, sarnoso. Deberíamos besarnos para romper la tensión.- Kris se comió la parte en la que Kai se llamaba a sí mismo gordo, porque lo más probable es que el lobo hallara la forma de poder moverse y reventarlo a golpes.

-Rueda…

-¿Qué?

-“Rueda hasta aquí, sarnoso”- Ambos soltaron una risita floja y Kai, efectivamente, rodó hasta acabar con medio cuerpo sobre el de Kris, pasando su pierna y su brazo sobre el mayor y recostando su cabeza en el brazo extendido de este. Cuando al fin terminó de acomodarse, no tardó en gruñir como el mimado que era- Canta… quizás así se me pase el efecto “bola obesa”.

Kris se inclinó un poco hacia el costado para que una de las orejitas de Kai le cosquilleara la nariz y las mejillas.

-¿Qué canción quieres?- Preguntó dejando besitos en el cabello del menor que gimoteó ronco de gusto.

-Sorpréndeme~

Kris lo pensó durante un momento, jugueteando entretenido con la hebilla que adornaba una parte del pantalón de Kai justo por sobre la rodilla.

-Ummm… okey… pero, sea la canción que sea, tú haces la segunda voz.

-¿Segunda voz?- Kai preguntó con los ojos cerrados, demasiado relajado para prestar atención realmente.

- Sea la que sea. Toda voz que no sean las principales, la haces tú.

-Claro.- Kai se encogió de hombros y Kris sonrió.

Aclarando su garganta, Kris se acomodó, a sí mismo y a Kai, de tal forma que ambos quedaran frente a frente, rozando sus narices y respirando el aire del otro. Cuando estuvo satisfecho, robándole un rápido besito al menor, simplemente comenzó.

-Chica, lo deseas. ¿Qué es lo que deseas? Te lo daré, te mostraré mi sinceridad.
Tu cuerpo, mi cuerpo. Nos va a encantar, nos va a encantar…
- Y como Kris esperaba, nada más terminar esa primera parte, Justo ahí fue donde a Kai casi se le salen los ojos y tuvo que sostenerlo por los hombros para que no se levantara.

-No te atrevas a seguir con eso.- Chilló el lobo entre dientes. Kris sonrió y le meneó las cejas, sin dejar de cantar.

-¡Oh, mierda~!

-No lo digas. ¡NO DIGAS NADA!

-Oye, esa parte no te corresponde, no te robes mis líneas.- Le golpeó juguetonamente la nariz con el índice, pero al menor no pareció hacerle la misma gracia que a él.

-¿”BODY LANGUAJE”? ¿EN SERIO? ¡NO ME ESTÁS HACIENDO ESTO, KRIS! ¡NO LO EST—!

-Sea la que sea, pulgoso. Ese era el trato.

-¡NO VOY A PONER VOZ DE PUTA EN CELO!

-¿Ni siquiera a cambio de escucharme rapear?- Kai se quedó en silencio con los ojos aún más abiertos y las orejitas crispadas. Al parecer, no había contemplado eso y era lo que venía intentando desde hace años que el mayor hiciera… y Kris lo sabía. Sonrió socarrón.- Hmmm, eso pensé.

Kai le enseñó los colmillos.

-Apúrate antes de que me arrepienta y te entierre los nudillos en la cara.

Kris carraspeó para ocultar su risa y continuó, tratando de hacerlo lo más bajo, ronco e íntimo posible.

-No me malinterpretes pero tu piel es tan suave.-Acurrucados como estaban, Kris dio paso desde una suave caricia bajo el cuello del menor hasta acabar cogiéndolo bruscamente del cabello de la nuca, frotando apenas sus labios con los contrarios al cantar. Insinuándose- Esta noche te tomaré como un tigre. ¡Ups! Es decir, lo quiero. ¿Quieres escoger el concepto para un juego de roles? Yo soy el maestro y tú eres una estudiante. Vamos a hacerlo rápido…- Pero justo cuando Kai, embobado por el momento, comenzaba a separar sus propios labios y a colar sus garras sobre la cintura del mayor para levantarle la camiseta y arañarle la espalda, Kris le soltó un pellizco. Uno fuerte.

-¡Yah! ¡Dolió!-Resentido, Kai le devolvió el doloroso jalón pero el mayor pasó de eso y lo reprendió.

-No, no. No es eso lo que tienes que decir. Concéntrate, Kai.

-¡No voy a hacerlo!- Chilló indignado y Kris disfrutó aquello. El menor en serio parecía tener pavor a continuar con su “sencilla” parte de la canción. Sus ojos color chocolate brillaban de terror y vergüenza.

El mayor ya no pudo contener su sonrisita siniestra.

-Oh, sí. Sí que lo vas a hacer.- Velozmente, se montó sobre el moreno y, antes de que este pudiera mandarlo volando de un solo manotazo, comenzó a hacerle cosquillas con las manos en los costados y en el cuello con su propia boca. La reacción fue inmediata.

-¡NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, PARA, PARA, PARA! ¡NO LO HAGAS!- De la desesperación, Kai solo atinaba a afirmarse de los hombros de Kris, mientras este seguía en lo suyo- ¡YAAH! ¡YAH, YAH, YAH, YAH, YAAAAAAAAH! ¡TÚ GANAS! ¡SUÉLTAME!

-Dilo- Gruñó el mayor, besándolo más que haciéndole cosquillas… al menos en el cuello, porque a los costados del moreno no les daba tregua y este sólo podía retorcerse aplastado y sin fuerzas bajo Kris.

-¡MÁ—! ¡JJJJAAAAAJJAJAJAJAJJA! No… no puejejejeejjj… ¡NO PUEDO!

-¡Dilo!- Con una fuerte mordida, como esas que el mismo Kai le daba, Kris forzó al menor a jadear, justo como en la canción, la parte que le correspondía.

-¡¡MÁS RÁPIDO!!- Y en tanto lo dijo, la risa se le apagó y sus manos volaron hacia su propia boca… y, a saber si su rostro estaba rojo por las cosquillas… o por haber gimoteado. Pero ninguno de los dos tuvo que pensarlo mucho porque, más que complacido, Kris se abalanzó sobre la boca del menor quitando las manos de en medio y haciéndolo olvidar la vergüenza a fuerza de empujar su lengua en la caliente cavidad.

Satisfecho, Kris se abrazó por completo a Kai, quien automáticamente lo rodeó con brazos y piernas, cobijándose en su cuello para no tener que verlo y el mayor hizo lo mismo, pero pegándose a propósito a la parte sensible bajo su mandíbula, así que cuando volvió a cantar, su voz acompañada de soplos de aire fresco hacía temblar al menor… porque con su voz rasposa y su tono demasiado grave, Kris lo hacía todo más lento, llevando un ritmo torturante y logrando que aquella canción desenfrenada cogiera un ritmo mucho más sutil y sensual.

-Clase de inglés. La palabra de hoy es “slave”. Así es, significa “esclavo”. No digas nada y como un esclavo, contesta: No, Sí. - Era casi una narración… una narración única para Kai. Kris quería que sintiera cada una de sus palabras- Lo siguiente es la clase de matemática ¿Debo restar? No, sumar, sumar. Por último, es hora de educación física. Mueve tu cuerpo más fuerte, mejor, más duro…

-Más rápido…

La casi imperceptible, casi ahogada contra la piel de su cuello, pero completamente automática respuesta de Kai, descolocó por una fracción de segundo a Kris. La aletargada voz tenue característica del menor, como siempre, enviaba placenteras corrientes eléctricas por su columna… y se le hacía antojable; todo Kai se le hacía antojable… pero sintiendo al menor apretarse aún más contra él para ocultar su vergüenza, rápidamente se recompuso y continuó… más rápido… justo como la canción decía, y justo como Kai pedía.

Quería que el menor se destensara… que se soltara y se abandonara a él. Que no se avergonzara en su presencia, porque con él, siempre podría hacer lo que quisiera y ser quien quisiera. Por lo que para motivarlo, comenzó a juguetear con él, intercalando mordiditas, caricias bruscas y actuando cada palabra que cantaba hasta que Kai acabó riendo tal como lo deseaba, sonrojado pero feliz. Devolviéndole cada beso con la misma devoción y arqueándose cuando sus manos grandes y algo frías se le enterraban en la cintura, jalándolo más cerca.

-Estamos haciendo el amor de esta manera. Nunca nos cansamos de ello. Luces bien, incluso con tu cabello agarrado o suelto. De la moda de la calle a trajes y uniformes… linda perra.

Kai estalló en risas.

-¿Acabas de llamarme “Linda perra”?- Kris le dedicó una sonrisa de medio lado, pasando de la interrupción y continuando con lo suyo, mientras el menor reía con su labio inferior atrapado entre sus dientes, disfrutando.

-Te ves pura pero hablas sucio. Arriba y abajo, atrás y en frente. Tú haces todo. Antes de entrar en ti, quiero comprobar algo. Pero espera, detente. – Cuando comenzó de nuevo la primera parte de la canción, Kai seguía las palabras de Kris sincronizando sus labios a los él y mesclando sus alientos. Definitivamente ambos lo deseaban, tal como decía la canción; a ambos les encantaba y querían lo que el otro podía ofrecer. Cuerpo contra cuerpo, sin decir nada incluso, ambos lo amarían-  ¿No lo entiendes? Lenguaje corporal. Estoy hablando lenguaje corporal. Hagámoslo más lento.

-Estoy seguro de que no quieres ir más despacio- Comentó Kai sugestivamente ¿Se le estaba insinuando? Sí, lo estaba haciendo y Kris se anotó una victoria internamente porque eso significaba que definitivamente ya no se sentía cohibido… es más… esa soñolienta carita maliciosa le aseguraba muchas cosas y todas muy lejanas a la timidez. Sin contestar, rodó sobre sí mismo, tirando del menor sorpresivamente sobre él.

-Ahora es tu turno, cuéntame tu fantasía- Relajándose, Kris usó sus propios brazos tras su cabeza como almohada, dejando al menor montado sobre sí y cediéndole el control. Kai rió, sabiendo por la sonrisita pretenciosa del mayor, que este continuaba con su teatro.

-Doctor~- Volvió a morder su labio, un tanto para contener su risa, un tanto para contener la ligera reminiscencia de pudor que le quedaba y un tanto… de excitación.

-¿Cuál es el problema?- Preguntó Kris con su cara más inocente, al tiempo que deslizaba una de sus manos por la fina camisa nueva de Kai que permanecía erguido a horcajadas sobre su pelvis.- ¿Por qué te estás quedando…?

-¿… sin aliento?- La entrepierna de Kris pulsó con ese tonito insinuante. Kai iba a matarlo. Los ojos marrones se dilataban aclarando poco a poco, indicándole que las condiciones del menor no eran mucho mejores que la suya.

Comenzó a desabrochar botón por botón la camisa blanca, sin esperar y sin pedir permiso.

-Desabróchate los botones y pon tu pecho hacia arriba. Mis manos son el estetoscopio, déjame chequear, tu corazón late cada vez…- Sus manos volaban por el pecho de Kai, bajando la prenda por sus hombros y deleitándose con la tonificada musculatura de su pecho moreno.

-… más rápido.- El menor mordió deliciosamente las palabras cuando él tiró de uno de sus pezones.

-Soy el doctor del amor, dime si lo que hago duele- Kai le enterraba las garras en la camiseta, empuñándola y alzándola. Él, lenta y sensualmente, se incorporó hasta que ambos estuvieron sentados y el menor, aún sobre su regazo, no perdió el tiempo a arrancarle la camiseta negra y dejar caer su propia prenda estorbosa que colgaba a la altura de su espalda baja. - Perdiendo en el día y ganando en la noche, puedo hacerlo todo. ¿Cuál es tu fetiche? ¿Un chico que rapea?- Kai mordió su labio inferior, abrazándolo por el cuello y asintiendo juguetonamente. Kris fingió sorpresa.-Demonios, ese soy yo.- Su actitud cambió completamente, acercándose a la boca de Kai con lujuria pero sin besarlo de lleno, jalándole la cola por la base y consiguiendo que este le arañara la espalda. Estaba duro. Ambos lo estaban.-Soy un semental. Móntate sobre mí y muévete arriba y abajo-Moviendo sus manos hacia la cintura del menor, lo forzó a frotarse contra su erección. Kai jadeó.- ¿Quieres que corra?

-Sí…- Balbuceó el menor, perdido en el placer creciente.

-Voy a hacerlo- Fue casi una amenaza… que acompañó con una fuerte mordida al hombro del lobo

-¡Sí!- Medio gruñó, medio gimió por el dolor y, para Kris, el sonido fue la gloria.

-Azótame si quieres ir…

-… más rápido

-Quiero lamerte de la cabeza a los pies. Me tienes en lo alto y me llevas a lo profundo. Tu dulce melodía suena como una orquesta. Me alegra haber descargado la App del kamasutra.- Kai estalló en risas a mitad de un gemido cuando Kris de alguna parte sacó su celular y lo agito frente a su nariz, enseñándole orgulloso que, efectivamente, tenía la aplicación-Ya estamos empapados de sudor. No hay necesidad de trabajar más. No voy a quitar nada a menos que sea tu ropa. Al llegar al final, veo la línea de meta y no tienes que decirlo, dulce pastel de crema y chocolate.

Cuando el coro comenzó otra vez, todo cuanto tenían y podían pensar era en ellos mismos, uno contra el otro, sintiéndose y amándose, llevados por el momento íntimo que les ofrecía esa parte oculta del bosque, con la luz tenue y las estrellas cubriéndolos…

… A Kris se le hacía difícil cantar con su boca ocupada con la de Kai… y tampoco podía concentrarse cuando el menor le quemaba el vientre con una caricia que descendía directo hacia sus pantalones.

Kai pareció captarlo, porque, sin dejar de trabajar en sus pantalones y ropa interior con una sola de sus manos, comenzó a cantar por Kris, delineando cariñosamente con las puntas de sus dedos y garras las facciones finas del rostro del mayor, amándolo con el tacto y el sonido de su voz y su risita de niño travieso.

-¿A qué hora tienes que levantarte?... Necesito poner la alarma a las 8, así despertaremos a las 7 y, por una hora, haremos el amor…- En serio… Kris estaba seguro de que Kai iba a acabar matándolo. Sólo atinó a ver completamente hipnotizado cómo Kai relamía esa boca pecaminosa antes de volver a cantar, rasguñando su torso al completo y luego volviendo a centrar su atención en las prendas que restaban por quitar- ¿A qué hora tienes que levantarte?... Necesito poner la alarma a las 8, así despertaremos a las 7 y, por una hora, haremos el amor…

 Para Kris, verlo mover sus manos morenas de peligrosas garras negras para liberar las erecciones de ambos, era demasiado… y si a eso le sumabas su vocecita perezosa pero insinuante cantando aquello… superaba los límites de todo.

Y no fue necesario acabar con el último coro, porque ambos ya estaban lo suficientemente necesitados el uno del otro para poder articular cualquier cosa coherente, sin embargo, volteando bruscamente a Kai contra la colcha para arrancar por sí mismo el pantalón del menor en un apurado movimiento, Kris hizo su mejor esfuerzo, desnudo sobre el lobo que jadeaba bajo su peso… presionando sus erecciones juntas pero sin moverse, manteniendo latente el deseo.

-¿Ahora sí repetición?- Fue más un gruñido afirmativo que la pregunta coqueta que pretendía ser.

No hubo respuesta. Por supuesto que repetición… y los gemidos de ambos no se hicieron esperar cuando Kai mismo se empujó hacia arriba para que las oleadas de placer los recorrieran a ambos.

Suficiente. Kris perdió el control. Kai, con esos ojos amarillos hambrientos, lo estaba invitando y él era el bastardo con suerte que lo tendría… y no es que fueran a hacerlo realmente, pero una repetición de lo que pasó en el probador… era una perspectiva demasiado atractiva para dejarla pasar.

 

Notas finales:

PAR DE INMORALES!!!!
(amé esa parte XDDD jajajajjaj EN EL CALLEJÓN!!! y en el probador de la tienda... y el parque... y etc, etc, etc.... CONTROLEN SUS HORMONAS, NIÑOS!!!)

Ahora... les dejo el link de la cancioncita chenchual
------> BODY LANGUAJE <------ (pinchen, pinchen. pinchen!!!)
y como recomendación personal... VEANLO HASTA EL FINAL!!! YO ME ATAQUÉ DE LA RISA, REALLY!!! XD!!!! y la traducción no la saqué de este mismo video, sino de otra parte (por si no coincide = w = ñejejejejjejejeje)

NOS LEEMOS EN LA TERCERA PARTE 
XOXOXOXOXOXOXOXO


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