Te amo.
Le dijo… Te amo… Se lo dijo, Dios santo. ¡¡SE LO DIJO!! Y no fue sólo eso, no señor, fue con todo y espectáculo ¡Y en un lugar público, por todos los cielos!:
<<¡QUIERO ESTAR CONTIGO Y SÓLO CONTIGO PORQUE TE AMO! ¡¿ES QUE NO LO ENTIENDES?! ¡Y NO PIENSO IRME A NINGUNA PARTE, NI AUNQUE ME ECHES, PORQUE CONFÍO EN TI!>>
Ah, sí… y no hay que olvidar el tan mojado como desesperado:
<<¡Pero te quiero a ti! ¡TE AMO!... ChanYeol, no, no, no, no. Yo te amo. Te necesito…. Sólo a ti, a nadie más. Por favor>>
Ni, por supuesto, el más vergonzoso de todos, ese que dijo después de que se le pasaran todos los efectos de la droga, acurrucado en los brazos del mayor:
<<También te amo, ChanYeol>>
Con el primero, había partido toda esta idiotez ¿Odiarlo? ¿ChanYeol odiarlo? ¿En serio? ¿Y salir corriendo después de confesarse? ¡¡¡Sólo a él podía ocurrírsele semejante burrada!!! Y, por favor… ¿Decírselo en la tina, todo mojado y medio desnudo? Sin contar que se estaba… se estaba… bueno… eso… se estaba tocando él solo… ¡Ya, lo reconoció! ¡Se estaba tocando frente a ChanYeol! ¡Por Dios! ¡¡¿Qué era de su vergüenza?!! ¡Si su Appa se enterase estaba más que frito! ¡No! ¡Peor que frito! ¡Estaría encerrado en un convento de por vida!
Y ya va el tercero… Ese que le murmuró bajito y con timidez. En serio el más vergonzoso de todos… ¡En serio! Pero lo había dicho…
¡LO HABÍA DICHO, CARAJO!
Estrujando su almohada, pataleando y haciendo soniditos de grito contenido, Baek no hallaba qué hacer consigo mismo de la vergüenza porque al final… ChanYeol mismo fue quien le pidió que no lo dejara ¡¡Que no lo dejara nunca!! ¡De sólo recordarlo sentía que podría explotar! ¿Eso significaba que ya no tendría que irse a ninguna parte, no? ¿Qué ya no tendría que volver al mundo humano?
Soltando un suspiro y quitándose la almohada de la cara, BaekHyun se regodeó en la felicidad mirando el techo.
¿Se podía ser más feliz?
Él no se iba a ir a ninguna parte.
Sip~~ iba a quedarse justo ahí~~ mirando el techo…
-Huaaaaaah~~~
Con pereza, bostezó estirándose como un felino hasta destensar completamente su cuerpo y acabar desparramado sobre la cama, negándose rotundamente a hacer algo útil por su vida… claro… hasta que un gruñido proveniente de su lado derecho lo alertó e hizo que pegara un brinco del susto. Su cuerpo se movió automáticamente como impulsado por un resorte hasta acabar completamente sentado con la almohada apretada entre sus bracitos, única barrera protectora entre él y los oscuros ojos que lo miraban con reproche desde la puerta.
Oh Oh…
-Oh BaekHyun, deberías estar duchado y vestido. ¿Qué haces aún en la cama?
Ah… eso…
BaekHyun soltó una risita culpable y volvió a mirar al techo, buscando la respuesta que enfadara menos a ChanYeol.
Cierto… “duchado y vestido”… pero ahí estaba él, aún con su pijama.
… pijama que debería haberse quitado desde hace su buen par de horas…
… pero ¿Qué podía decir?... de alguna forma los “5 minutitos más” que le pidió a ChanYeol esta mañana se extendieron hasta… bueno… ¿las 12:30?
Como sea, en su defensa por haber faltado a todas las clases de la mañana, nuestro pequeño héroe había gimoteado y lloriqueado cuánto le dolía todo, todo, todo, incluso pestañear, hasta que logró convencer a ChanYeol de que se quedaran en la torre en lugar de ir a la escuela… y la verdad es que se podía mover a la perfección y definitivamente no quedó cuadrapléjico (como en serio temió en su momento), así que, por supuesto que no estaba tan mal como para faltar, pero en honor a toda su dignidad, ¡SE REHUSABA COMPLETAMENTE A SER VISTO EN PÚBLICO CAMINANDO COMO UN PATITO! Esa escuela era un hervidero de viejas chismosas y se negaba a ser el comidillo de todos. ¡ANTES MUERTO! ¡NADIE IBA A VERLO COJEANDO! ¡NADIE!
Y convencer a ChanYeol no fue tan difícil…. La primera vez… porque la segunda, es decir, la de hace 20 minutos, el cuervo nada más le había regalado una incrédula ceja alzada y un “Voy a preparar nuestras cosas y a ordenar el otro cuarto. Te quiero duchado y vestido cuando vuelva”.
-Ahh… bueno, verás… es gracioso pero…- Comenzó a hablar sin darse cuenta que su mano iba directo a toquetearse el cabello, pero su perorata se detuvo de golpe al ver cómo ChanYeol, con una toalla envuelta alrededor de su estrecha cadera, se aproximaba lentamente, invadiendo su espacio personal.
Tragó saliva.
ChanYeol estaba cerca.
Y, santo cielo, ¡¿Por qué el condenado tenía que oler tan bien?! El aroma fuerte y masculino, cálido, llenaba sus sentidos y lo aturdía. Era el aroma natural de ChanYeol mezclado con todo ese fin de semana y lo que habían hecho. Incluso podía percibir una nota dulce de su propio perfume sobre el otro, algo que lo complació sobremanera provocando un delicioso revoloteo de satisfacción y posesividad en su vientre.
-Sin escusas, BaekHyun- La voz ronca lo envolvió al tiempo que con una de sus manos, ChanYeol quitaba de su cabello esa con la que BaekHyun jugueteaba compulsivamente ¡Estúpida mano que siempre lo delataba! Pero antes de que siguiera con los autoinsultos mentales, ChanYeol ya estaba sobre él, con sus narices tocándose y su aliento tibio mezclándose con la errática respiración de un ansioso Baek- ¿O es que acaso me estabas esperando para que nos metiésemos juntos a la ducha?
Okey… eso fue demasiado descaro para BaekHyun. Un BaekHyun completamente libre de droga en su sistema, cabe destacar. Así que el calor subió como un reguero de pólvora desde su estómago hasta explotar en sus mejillas y, antes de darse cuenta, le había soltado un manotazo a ChanYeol de pura vergüenza.
Pero claro.
¿Qué más podía esperar de ChanYeol?
Riendo, lo esquivó con completa facilidad y de un solo movimiento lo inmovilizó contra la cama, con ambas muñecas atrapadas por sobre la cabeza.
Iba a besarlo, BaekHyun lo sabía. ChanYeol había cerrado sus ojos y se inclinaba más y más sobre él, dejándose caer de a poco sobre su pequeño cuerpo… y el Cuervo Blanco se sorprende a sí mismo al reconocer que lo desea. Lo desea sobre él, besándolo, acariciándolo. Ansía que le haga revivir, sin pena alguna, todo lo que ya vivieron.
-BaekHyun….
Y Baek, que estaba más que dispuesto a tragar ese susurro y cuantos jadeos y gemidos ChanYeol tuviese para regalarle, de pronto sintió la duda picar en su interior.
-¡ESPERA!
Había gritado y ChanYeol había alzado la cabeza aturdido y completamente pillado por sorpresa, retrocediendo para acabar sentado a horcajadas sobre el menor.
-¡¿Cuál… cuál es tu… problema, rubio?!- Soltándole una de las muñecas, el cuervo de fuego se presionó un oído con un adorable gesto confundido que a BaekHyun le dio ganas de apretarle los cachetes y besuquearle toda la cara, pero antes de eso, tenía que aclararlo todo, porque lo habían mencionado por encima, pero él necesitaba la certeza.
-ChanYeol tú… tú de verdad me quieres, ¿cierto? No… No tengo que volver al mundo humano, ¿verdad?... ¿Puedo quedarme aquí…?
No tuvo el coraje para continuar con el “junto a ti”, pero consideró que ChanYeol comprendía y lo miró con los ojos llenos de anhelo, esperando porque las palabras tan deseadas salieran de una vez por todas de su boca ¡Pero, demonios, el hombre se demoraba!
-Sí, sí, por supuesto- Contestó ChanYeol completamente a la ligera mientras agitaba una mano, inclinándose de inmediato para besar a BaekHyun, pero la esponjosa almohada estampándose contra su cara se lo impidió.
Y ahí iba de nuevo el griterío.
-¡¡¡CONTÉSTAME SERIAMENTE!!!
BaekHyun chillaba y pataleaba sin dejar de golpearlo hasta que ChanYeol cayó sobre su espalda quejándose ahogadamente con la almohada en la cara. Cuando el pequeño por fin decidió que el castigo había sido suficiente y dejó de atacar al mayor, este lo miraba completamente serio, con las manos reposando a los costados de su cabeza.
BaekHyun apretó la almohada contra su pecho. Siempre se cohibía cuando ChanYeol lo miraba tan fijo.
-Déjame ver tus alas.
Pestañeó confundido, pero ChanYeol seguió mirándolo igual de serio.
-¿Qué?- Logró verbalizar mientras el mayor se sentaba y le quitaba la almohada, arrojándola a un costado para poder juguetear con sus dedos. Cualquiera que no viera esa cara de completa seriedad, pensaría que el cuervo de fuego se estaba comportando tímido o nervioso.
El mayor repitió.
-Déjame ver tus alas.
-¿Por qué? ¿Qué pasa?- Inclinando su cabeza, el pequeño rubio entrelazó sus dedos con el castaño, mirándolo confundido.
-Porque siempre soy yo el que se tiene que rendir a ti. ¿No es justo pedir algo esta vez?- Pareció dudar unos segundos antes de agregar- Muéstrame tus alas y luego te responderé.
-Pero… no puedo controlarlo, ChanYeol…- Apenado, el pequeño se excusó, porque era cierto. No lo controlaba. No podía.- Puedo intentarlo, pero…
-Antes…- ChanYeol lo interrumpió, volviendo a coger entre la suya esa mano escurridiza que BaekHyun estaba llevado a su cabello.- Antes, cuando yo he hecho esto… tus alas aparecieron…
-¿Hacer qu—?
Su pregunta se vio interrumpida cuando ChanYeol se abalanzó sobre su boca, haciéndolo caer hacia atrás y situándose de inmediato sobre él.
La reacción de su cuerpo fue automática y la cabeza ya la tenía lo suficientemente lejos del planeta tierra como para avergonzarse o sentirse tímido por ello cuando sus piernas se separaron por sí mismas para acoger a ChanYeol entre ellas, acomodando sus cuerpos que encajaban demasiado bien para la abismante diferencia de estaturas. Sus extremidades se envolvieron en torno al mayor mientras este barría el interior de su boca con la lengua. Simplemente delicioso. Las manos grandes no tardaron en alzarle la camisa de pijama hasta el pecho y él, olvidando cualquier tipo de pena, le arrancó de la cadera la suave toalla blanca.
Entraba en una especie de trance cada vez que se besaban.
Sus miembros se presionaron juntos y el beso se rompió cuando ambos gimieron, pero ChanYeol de inmediato lo tomó entre sus brazos, alzándolos a ambos hasta acabar sentados besándose con desesperación otra vez. Frotando sus caderas, desenfrenados, BaekHyun se sentía en el paraíso, y ChanYeol lamiendo su boca, mordiéndolo y besándolo sólo lo estaba llevando justo al límite. Tiró hacia atrás su cabeza con un largo gemido cuando la mano de ChanYeol atrapó ambos miembros hinchados y calientes. Lo jaló del pelo fuerte y el mayor gruñó de dolor pero, mierda, eso se sentía tan condenadamente bien.
ChanYeol masturbándolos, moviendo su mano rápido en torno ambos, acompañándose con sutiles movimientos de cadera y besándole el cuello y pecho, mordisqueando sus pezones y lamiéndolos.
Demasiado.
Con un fuerte gemido que ahogó en la boca del mayor, besándolo fieramente, BaekHyun se corrió, sintiendo el placer crecer y llenarlo al completo con sus oleadas de calor hasta dejarlo hecho una dócil criatura. Pero fue algo más, algo aparte de esa sensación exquisita que nacía desde su vientre hormigueando sus extremidades. Fue algo así como un torrente de energía que se liberaba desde su pecho, quitándole el aliento y potenciando todas las otras sensaciones, volviéndolo hipersensible, una sensación que se ramificaba en su interior hacia algún punto de su espalda.
-¿Ves? Te lo dije- La suave risa de ChanYeol lo hizo estremecerse pero, aun así, aunque en serio lo intentó, no fue capaz de procesar nada con su cerebro hecho papilla por el orgasmo reciente. Entre jadeos, lo único que logró fue balbucear.
-¿Q… qué…?
La risa de ChanYeol volvió a sacudirlo hasta que este lo alejó de su pecho, aun sosteniéndolo pero poniendo una ligera distancia entre ellos. Lánguido, BaekHyun se dejó hacer sin oponerse y sin comprender.
-Tus alas, BaekHyun ¡Aparecieron! ¡Aparecen cuando te excitas!
ChanYeol volvió a estrujarlo contra sí y aunque se estaba riendo, su risa era dulce y su tono tan mimoso como los cientos de besitos que le repartía por todo el cabello. No se estaba burlando, parecía graciosamente sorprendido y emocionado, pero eso no quitó que a Baek sus palabras le cayesen como un balde de agua fría.
-¿¿¡Qu.. Qué!?? ¡¡Mentira!!- Abochornado e incrédulo, forcejeó hasta que logró mirar sobre su hombro… ¡y ahí estaban!, considerablemente más grandes de lo usual, blancas y desplegándose en todo su esplendor.
Con la boca completamente abierta, se giró para mirar a ChanYeol al tiempo que soltaba un sonidito que era entre chillido y jadeo, pero el mayor, por el contrario, sólo lucía demasiado emocionado, como un cachorro sobrexcitado.
Esto no era cierto. No señor, no lo era.
-¡No me mires así, ChanYeol! ¡Esto es sólo una coincidencia! ¡Una coincidencia y nada más!- Incrédulo, seguía mirando entre ChanYeol y esa nueva extensión de su anatomía que decidía avergonzarlo de semejante manera- ¡¡¡Te dije que dejes de mirarme así!!!- Pero ChanYeol sólo rodó los ojos y lo apretó más contra él. BaekHyun sintió la viscosidad de sus secreciones mezcladas cuando sus vientres se presionaron, e iba a quejarse para que se limpiasen pero, en lugar de la queja, un gemido incontrolable escapó de su garganta al tiempo que un delicioso escalofrío recorría su espalda. Jadeando, con las mejillas rojas y las uñas enterradas en los hombros del mayor, miró con la boca y los ojos abiertos hasta el tope el rostro sonriente y complacido de ChanYeol- ¡Qué demonios fue eso!- Exigió el pequeño, pero el castaño no dijo nada, sólo soltó una risita breve y le guiñó un ojo. BaekHyun le pegó un manotazo- ¡Qué fue lo que me hiciste, pajarraco perv—!
Un nuevo gemido y BaekHyun tuvo que cerrar los ojos y dejar caer la cabeza sobre el hombro del mayor. ¡Oh por Dios, pudo haberse corrido una segunda vez con eso! ¿¡Qué demonios le estaba haciendo ChanYeol?! Este pareció compadecerse de la confusión de BaekHyun, porque esta vez, al repetir el movimiento, partió desde la base de la columna del menor con una suave caricia ascendente hasta el punto intermedio entre sus omóplatos, donde su tacto cálido se perdía de sobre su piel en dirección izquierda y ahí, justo ahí, era donde comenzaban las deliciosas sensaciones que tenían al Cuervo Blanco a punto de tener el segundo orgasmo de la tarde.
Pero lo comprendió. ¡ChanYeol estaba tocando sus alas!
Con cuidado, ChanYeol enredaba sus dedos de forma gentil entre las plumas de sus alas, recorriéndolas y acariciándolas suavemente… y eso era lo que enviaba descargas de placer que recorrían su sistema nervioso al completo, dejándolo hecho una masa de gemidos y jadeos entre los brazos del mayor.
Sin quererlo, comenzó a mecer su cadera buscando la erótica fricción que le ofrecía su polla frotándose contra el vientre plano y ligeramente marcado de ChanYeol. Este lo dejó hacer, acariciándolo y besándole el cuello, con una mano en sus alas y la otra en la parte baja de su espalda, ayudándolo a empujarse contra él.
BaekHyun no podría haber detenido su cuerpo ni ese excitante vaivén aunque quisiera, así como tampoco podría parar sus gemidos, esos que ni siquiera se molestaba en ocultar ahí con la mejilla pegada al hombro del mayor. Estaba completamente entregado al otro y a las sensaciones que este hacía estallar en su cuerpo. Era suyo. Completamente suyo. Y cuando al fin estaba alcanzando el anhelado orgasmo, cuando fuegos artificiales estallaban acompañados de su grito de culminación, ChanYeol lo abrazó contra su pecho, acunándolo en toda su amplitud y cobijándolo al tiempo que un dulce susurro se deslizaba sobre el oído del pequeño Cuervo Blanco.
-No sólo te quiero, BaekHyun… Te amo con todo lo que tengo y más… Mi ángel…
<<ChanYeol…>>
Los temblores del orgasmo aun hormigueaban en él y BaekHyun nunca se había sentido tan satisfecho… tan completo… física y emocionalmente.
Rodeó con sus brazos el cuello del mayor cuando al fin pudo volver a tomar el control de su propia anatomía, acurrucándose allí con la placidez de quién se sabe amado y protegido; completamente seguro.
<<También te amo>>
Le gustaba esto. Estar abrazados de esta forma.
Se sentía tan íntimo.
¿Cómo podía haber pasado tanto tiempo negándose a esto, cuando era la sensación más hermosa que jamás había experimentado?
El calor de sus cuerpos. Sus respiraciones acompasadas. Todo. Todo era perfecto como estaba.
<<Voy a quedarme justo aquí… contigo>>
Gimiendo de pura comodidad, BaekHyun acarició lánguidamente la espalda de ChanYeol con la punta de sus dedos, soltando un murmullo semejante a un ronroneo.
-Es una suerte que ese loco del callejón en La Ciudadela no haya visto tus alas, BaekHyun.
<<Oh, oh>>
BaekHyun no supo qué lo aterró más.
La completa seguridad con la que hablaba ChanYeol… porque sabía que cuando tuviese que sacarlo del sutil error en que se hallaba, ese lindo momento juntos iba a dejar de ser tan lindo. O el que su estúpida mano había volado a su cabello incluso antes de haber alcanzado a ponerse tenso o haber podido razonar sobre lo catastrófico que iba a resultar todo esto… porque se acababa de poner en evidencia a sí mismo.
-… Ah…
Genial.
Lo que faltaba, su boca haciendo juego con la torpeza de su mano.
-BaekHyun…. -Y ahí había muerto todo lo lindo. ChanYeol hablaba a modo de advertencia, ponía una sutil distancia entre ellos, fruncía el ceño y lo miraba como cada vez que metía la pata.
Ya qué… iban a regañarlo de todos modos, así que BaekHyun nada más dejó que su mano enrollara y desenrollara un mechoncito de cabello al tiempo que miraba al techo como si necesitase hacer memoria. El gruñido que soltó ChanYeol no lo alentó demasiado.
Un respiro profundo y…
-Él lo sabe.- Wow. Pero qué seguro y confiado había salido aquello. BaekHyun se felicitó a sí mismo por lo maduro que estaba siendo.
-¡¿Qué?!
Se encogió sobre sí mismo.
-Él… ¿lo sabe?- Okay… ya no estaba tan confiado ni seguro.
-….
Bien, ese ronco gruido le dijo a BaekHyun que su premonición no había sido errada. Ahí había muerto todo lo lindo.
Iban a regañarlo.
***
1 hora más tarde~~~
-¡Hola, hola! ¡Buenas tardes a todos!~~- Kai entró al salón de clases más radiante que nunca. Parecía que el brillo y la felicidad le brotaban por cada poro al punto de que incluso había que entrecerrar los ojos para que no te encandilara con su inmensa sonrisa. A su lado venía Kris, serio y con una mano puesta en su espalda baja; nada fuera de lo común. Kai debía haberse levantado con el pie derecho porque desde esa mañana, todo le estaba saliendo increíblemente bien. Había amanecido acurrucado con su novio (y ni siquiera recordaba cómo, pero ¡demonios si no fue una agradable sorpresa!), también había encontrado una canasta con pollo frito en su velador y luego había faltado toda la mañana a clases para mimarse con Kris ¡Y en dirección no lo habían regañado por ello! ¡Este era su día! ¡Se sentía el chico más afortunado del mundo! Casi conteniendo los brincos, el lobo se acercó al fondo de la sala donde se hallaba la pareja de cuervos, uno bien quietecito y el otro bastante sombrío, pero el moreno simplemente pasó de estos pequeños detalles- ¡¡¡MUY BUENAS TARDES~~~~~!!!
-¡¡¿QUÉ TIENEN DE BUENAS?!!- Gritó Yeol.
Baek se encogió un poco, Kris rodó los ojos y a Kai se le congeló la sonrisa en la cara.
-¿Qué demonios le picó a Yeol?- Susurró el moreno hacia Baek, que siseo entre dientes como si algo le doliera.
-…. Es complicado…- Acabó por decir- ¿Recuerdas al tipo de La Ciudadela?
-¡Waaaaaaaaaaaaaaah! ¿Era eso?- Riendo, Kai estrujó al tenso ChanYeol entre sus brazos, ignorando las caras de pánico de Baek, Kris y todos los demás alumnos del salón. ¡Nada era imposible hoy para Kai!- ¿Es eso? ¡Oh, mi pequeño Yeol, no estés triste! ¡Mamá Kai no va a dejar que ese feo hombre vuelva acercarse a ti! ¿Cierto Kris? ¡Dile a nuestro Yeol que no vamos a volver a verlo!- Y así siguió apretujando al cuervo y hablándole como si fuera un bebé.
-Mamá Kai…- Dijo sombríamente ChanYeol con los cachetes aplastados entre las manos morenas. Kai soltó un grito ahogado y los ojos le brillaron de emoción ¡ERA LA PRIMERA VEZ QUE CHANYEOL LE DECÍA MAMÁ KAI! Nadie más en ese tenso salón de clases parecía compartir su felicidad.-… ¿Quieres que el pequeño Yeol te cuente cómo tus sueños fueron devorados?
-¿Qué… ?
-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
-¡CHANYEOL SILENCIO!
Y en menos de medio segundo, ChanYeol estaba aplastado bajo Kris y BaekHyun que le habían caído como en plena plancha de lucha libre mientras Kai, con la cabeza inclinada y moviendo sus orejitas con confusión, no terminaba de entender ¡Pero se veía divertido!
-¡ATANGANA!
Y ahora ChanYeol tenía un hombre de las nieves, un Cuervo Blanco y un lobo sobre él.
Maravilloso.
***
*15 minutos más tarde*
-Entonces te preocupa que haya visto las alas de Baek.- Afirmó Kris, sentado junto al pequeño rubio. ChanYeol nada más gruñó con Kai aun estrujándolo amorosamente entre sus brazos. BaekHyun parecía el chico al que castigan en la esquina del salón de clases por haberse portado mal. Su situación se resumía a mantenerse quietecito y calladito. -Yeol, todos aquí ya saben de las alas de Baek ¿Qué es diferente ahora?
ChanYeol volvió a gruñir, dejando caer la frente de golpe sobre la mesa. Nadie dijo nada.
Lo que preocupaba a Yeol es que ese loco volviese por BaekHyun. Todos en Saint Monsters sabían de las alas del Cuervo Blanco, pero ahí estaban medianamente a salvo. Al menos ahí ChanYeol tenía cierto control… pero mientras más personas lo supieran, y mientras fuesen más personas ajenas a S.M… él perdería el poco control que poseía y BaekHyun estaría cada vez más y más en peligro.
Y si él perdía a su ángel… si algo, lo más mínimo aunque sea, llegara a ocurrirle… ¿Qué sería entonces de ChanYeol?
-¡Hola! ¡Hasta que al fin aparecieron!- Ren llegó forzando la sonrisa, porque por dentro ardía de envidia. ¡A él no lo engañaban! ¡Esos dos se habían quedado haciendo cochinadas en la torre! ¡Ah, pero ya se vengaría!
-Es cierto, ¿Qué les pasó, Baek?- TaeMin apareció por detrás del rubio, abrazándolo por la espalda y evitando mirar al lobo que igualmente lo evitaba a él.
El rojo explotó en las mejillas de Baek y Kris, sonriendo, le guiñó un ojo y le puso sus manos frías en las mejillas, contestando por él.
-ChanYeol está en sus días. Pero ya se siente mejor, ¿Cierto Yeol?- Y ChanYeol iba a levantar la cara de la mesa para responderle que se callara, cuando apareció el doncel con el ojo en la frente.
-¡Hola chicos, buenas tardes!- Y antes de comprender qué significaban todas esas caras de pánico que repentinamente habían aparecido en los rostros de los allí presentes, soltó con curiosidad- ¿Qué le pasa al presidente?
-No quieres seguir por ese camino, amiguito- Le advirtió Kris mientras Kai le sobaba la espalda a ChanYeol para que no fuese a saltarle al cuello al pequeño inocente. BaekHyun le sonrió como tratando de disculparse.
El doncel se encogió de hombros y continuó.
-¿Ya se enteraron que el profesor de química está enfermo y no va a volver hasta el otro año?
-¿Y entonces qué vamos a hacer ahora? ¿No hay clase o qué?- Kai preguntó con sus orejitas bien alzadas de pura emoción y su cola batiéndose tras su espalda. ¿Dioses, el día podía ser mejor?
-Oí que habrá un reemp— Concentrado en juguetear con el cabello de BaekHyun, TaeMin tomó la palabra, pero no alcanzó a terminar cuando la puerta se abrió y unos relajados pasos hicieron eco en el salón que de pronto había caído en el más profundo silencio.
Todos miraban lo mismo. Todos veían la misma figura alta y estilizada caminar hasta el frente del salón.
-Buenas tardes, niños.
No podía ser cierto.
-No…
Y el susurro de negación fue compartido por los cuatro amigos que no daban crédito a sus ojos.
Pero ahí estaban. Eran los mismos ojos rasgados y astutos, tan negros como la noche y rodeados por una sombra oscura. Era la misma sonrisa peligrosa, ladina en esos labios finos… y era la misma voz rasposa pero increíblemente suave.
- ¿Cuáles son sus sueños?