Cuando el aire se espesó a su alrededor, BaekHyun alzó la cabeza como una suricata. Kai y sus padres se materializaron frente a ellos, que esperaban con el resto de las familias en la cafetería escolar a que fuese su turno de ir a la oficina con el respectivo profesor en jefe y, por lo apaleado que se veía, el pequeño rubio ni siquiera quiso preguntar qué tal le había ido al moreno; por el gesto furioso de su padre, que lo sostenía como a un cachorro por la nuca, y las pelirrojas cejas fruncidas de su madre que le jalaba una de las orejas, Baek tuvo su respuesta.
-Soy lo peor, me arrepiento mucho, nunca más lo voy a hacer- Precipitó Kai monótono y casi de memoria cuando fue arrojado sobre una silla, logrando que su madre le gruñera de una forma animal, enseñando los dientes y Kai en seguida le gruñese de vuelta, de la misma manera, con los ojos brillando dorado.
BaekHyun los observó sorprendido.
-Tranquilo, es normal.- Miró a Kris que hablaba relajado en el asiento junto a él.- Kai es un alfa. Su naturaleza no permite que alguien inferior a él lo desafíe.
¿Naturaleza? ¿Inferior? ¿Alfa?
-¿Qué?- Parpadeó hacia el mayor.
-Está genéticamente programado para dominar, aunque quien lo regañe sea su madre y la culpa sea suya ¿Ves al tío YunHo?
No, no lo había visto, pero de inmediato volteó cuando Kris señaló con el mentón en su dirección. El enorme hombre no parecía tener intención de interferir, recostado contra el respaldo de su silla con los brazos cruzados sobre el pecho, sin perder detalle de lo que ocurría.
-¿No le preocupa? ¿Por qué no los detiene?- Preguntó mirando a Kris nuevamente. Este sonrió y le acarició la cabeza.
-Presta atención.
Frunciendo el ceño volvió a observar la situación, notando entonces que YunHo, en apariencia indiferente, se mantenía tenso, cada músculo de su cuerpo a la expectativa hasta que JunSu bufó, agachó las orejas peludas de zorro y se giró indignado; entonces YunHo pareció por fin respirar.
Mirando asombrado hacia Kris, otra vez, BaekHyun lo comprendió.
-No va a dejar que nada le pase a su pareja- El mayor dijo al ver el reconocimiento en los ojos avellana de BaekHyun.- Pero está criando un alfa. No puede interferir en una reacción natural como esa.
Él soltó una risita… Que de alguna manera se convirtió en un suspiro.
Pareja…
Después de Kai, era el turno de ChanYeol en la oficina.
BaekHyun mordió su labio inferior, inquieto.
¿Qué tal lo estaría haciendo?
*Mientras tanto en la oficina*
Un aura negra se cernía sobre toda la habitación y el silencio fue la única respuesta.
-Bien… Señora Park.- Inquieta, Érica se ajustó las gafas y trató de sonreír a la mujer que la miraba con superioridad en el asiento frente a ella, las piernas cruzadas y las manos esmaltadas sobre las rodillas.- Y ChanYeol-Ah…- Miró casi con súplica al menor por ayuda pero este estaba de brazos cruzados ignorándola completamente. Quiso llorar.
-Proceda con rapidez.- Tiffany dijo con firmeza, su rostro de hielo sin apenas inmutarse.- Tengo que volver con mi esposa.
-¡Oh, es cierto! Falta uno de los tutores ¿Deberíamos esperarla, señora Park?
-No, por favor, ella está…- Titubeó un momento, como si buscara las palabras más apropiadas con un casi imperceptible tic perturbando el arco perfecto de su ceja izquierda. -… Está atendiendo otros asuntos.- Naturalmente, sería poco decoroso admitir que la Diosa estaba en ese preciso momento jugando a las tacitas con un niño y un estudiante. No, definitivamente no lo admitiría.
Érica parpadeó, esperando que siguiera con la explicación, pero la mujer simplemente volvió a callar, mirándola de vuelta de forma impaciente. ChanYeol siguió ignorándolas a ambas sumido en su mutismo.
Con un suspiro, Érika comenzó el reporte.
-Bien, sí, comencemos. Uhm- Rebuscó entre los folders la información, tomando dos, quedándose uno y deslizando una copia hacia el frente… que nadie recibió.- Para su grado, ChanYeol-Ah es un alumno brillante, sobresaliente en cada aspecto y con un comportamiento intachable.- Hizo una pausa, esperando algo, lo que fuera, pero no obtuvo una mísera reacción de ninguno de los dos.- Su desempeño como líder es también perfecto.- Insistió. Nada aún.- El cuerpo docente y paradocente, junto al alumnado en su totalidad, tienen su confianza depositada completamente en ChanYeol-Ah.
Y sonrisa perfecta, casi como para comercial de pasta dental.
¿Y los cuervos?
Pues nada.
Ahora fue su propia ceja la que saltó en un tic que, más que nervioso, era irritado.
¡¡PAR DE DESAGRADABLES!!
*De vuelta en la cafetería*
LuHan lloraba desconsoladamente mientras se taconeaba con un enorme pote de helado que le había quitado al Emperador XiuMin, quien a su vez le sobaba la espalda y lo abanicaba cada vez que se atragantaba con su hipo, sus lágrimas, su helado y su moco.
BaekHyun rodó los ojos oyendo a su omma berrear. ¡Bendito el minuto en que se le había ocurrido pedirle a Kris que lo rescatara de esa horda de fanáticos unos minutos atrás!
-¡MI BEBEEEEEEEEÉ! ¡¿QUÉ PASA SI AHORA NO PUEDES CASARTE CON CHANYEOL-AH?! ¡¿CÓMO VOY A VIVIR SABIENDO QUE LA VIDA DE MI BEBÉ SE ARRUINÓ?!- Y se volteó hacia el emperador ahora- DIME, XIU ¿TÚ SABES CÓMO? ¿CÓMO SUPERAR EL QUE ARRUINASTE LA VIDA DE TU PROPIO HIJO? ¡¿CÓMO?!
Ah. Suficiente.
-¡YA BASTA!- BaekHyun golpeó la mesa con sus pequeños puñitos, rojo hasta el pelo - ¡¿Y A TI QUIÉN TE DIJO QUE YO IBA A CASARME, DE TODOS MODOS?! ¡¡ESO FUE ALGO QUE TÚ Y CHANYEOL DECIDIERON SIN MÍ!!
Un jadeo se oyó en la mesa y luego todo fue silencio. No más mocos, ni llanto, ni lloriqueos, sólo todos mirándolo con los ojos muy abiertos y, ese jadeo, para sorpresa de Baek, no fue de su omma… fue de Kai.
-Estás… -Las palabras tambaleantes del lobo se quebraron antes de salir al completo. La indignación y la ofensa brillantes como el filo de un cuchillo en sus ojos de oro atravesando a Baek con furia pero, lo más sorprendente, era la forma sofocada en que se sostenía la mano contra el pecho, como afirmándose el corazón.- ¿¡TÚ ESTÁS NEGANDO A MI YEOL OTRA VEZ!?
BaekHyun se ruborizó aún más si podía, tartamudeando.
-Yo… no estoy… ¡No estoy negando a nadie!
-¡LO ESTÁS HACIENDO! ¡KRIS, DILE QUE LO ESTÁ HACIENDO!
-¡NO LO ESTOY HACIENDO! ¡KRIS, NO LO ESTOY HACIENDO!
-¡LO ESTÁS!
-¡QUE NO!
-¿Entonces no te importa que ChanYeol se case con su hermana?
Las palabras de Kris flotaron en el aire cuando a la mesa retornó el silencio.
BaekHyun boqueó, en blanco.
-Ah… yo…
Y, mirando sin mirar realmente, cayó sentado de vuelta en su asiento, apoyando el codo en la mesa y el mentón en la mano.
Kai y Kris se observaron entre sí, riendo entre dientes, satisfechos con la preocupación del pequeño cuervo. Y eran los únicos, porque el resto de la mesa sólo miraba confundido el exagerado intercambio de los niños… hasta que LuHan, de la nada, jadeó, se atoró con su helado, se recompuso y se arrojó sobre BaekHyun.
-¡¿CÓMO ES ESO DE QUE ERES UN CUERVO BLANCO?!
BaekHyun apenas si alcanzó a parpadear antes de ser abordado con frenesí, casi cuestionándose cómo es que LuHan había demorado tanto.
-¡TUS ALAS! ¡TIENES QUE MOSTRARME TUS ALAS! ¡TIENES QUE HACERLO! ¡HAZLO!
-¡¿Qué?! ¡No! ¡No quiero!
Los enormes ojazos de LuHan se aguaron y su labio inferior comenzó a temblar. BaekHyun se revolvió, incómodo. En realidad, todos querían verlo, sólo que lo disimulaban mejor.
-Pero no quiero…
Más pucheritos y él suspiró.
-Está bien…
Sólo eso y LuHan ya estaba rebotando en su asiento ¿Y las lágrimas? ¿Qué lágrimas?
BaekHyun rodó los ojos.
-Mira, no esperes demasiado- Trató de advertirlo, porque las condenadas muy bien podrían simplemente no aparecer y ya.
-¡BIEN! ¡LO TENGO!- La expresión de LuHan no varió ni un ápice.
-Omma, lo digo en serio.
-¡SÍ, SÍ! ¡HAZLO!
-Bien, ahí voy, ¿Preparado?
LuHan agitó su cabeza frenéticamente con los ojos brillantes mientras BaekHyun suspiró, cerrando los ojos y tratando de concentrarse.
Volar…
Volar…
Volar…
Frunció el ceño. No sentía nada. Esa sensación avasalladora que lo recorría de la cabeza a los pies cada vez que sus alas aparecían cuando estaba con ChanYeol, nunca llegó. Suspirando, abrió los ojos.
-Lo siento…
Apenas alcanzó a musitar antes de abrir los ojos para ver la cara desencajada de su omma. YunHo apenas tuvo tiempo de sostenerlo por la cintura, con el Emperador presto a su lado abanicándolo con furor, antes de que LuHan se desplomara de la silla al suelo.
-¿Qué?
Preguntó confundido. Todos en la mesa, exceptuando a Kai y Kris, lo observaban con ojos desorbitados, porque, una cosa era oírselo decir a un montón de niños revoltosos y otra muy distinta era verlo ahí mismo y en persona.
-Un Cuervo Blanco- Jadeó ahogadamente alguien, no está seguro de quién en particular y entonces lo entiende.
BaekHyun giró sobre sí mismo, como un cachorro tratando de atrapar su cola, hasta toparse a la fuerza con sus diminutas alitas, mucho más pequeñas de lo usual. Volvió a mirar al frente, hacia los demás, para ver a JongDae y a YunHo con la boca abierta, a Xiumin agitando frenéticamente el abanico (más como un tic nervioso de su mano que como si realmente quisiera abanicar a LuHan), a JunSu congelado con el vaso de refresco a mitad de su trayecto y a LuHan apuntándolo con un índice tembloroso.
-Mi bebé… -BaekHyun entrecerró los ojos, esperando el momento exacto en que LuHan estallara, lo que, naturalmente, no tardó en suceder.- ¡MI BEBÉ ES UN CUERBO BLANCO!
Y ahí estaba. BaekHyun se encogió antes de soltar un sonrisita tensa, sonrisa que se quebró al ver a LuHan con sus lindos ojos repletos de lagrimillas contenidas, pero en su rostro, tras sus manos temblorosas, había una enorme sonrisa.
-¡Aaah! ¡Estoy tan feliz! ¡Ahora por fin no tendrás que avergonzarte por ser el novio de ChanYeol-ah! ¡Ahora eres como él! ¡Como nosotros!- Y entonces, como si hubiese recordado algo de golpe, su sonrisita murió en pos de labios temblorosos y ojos de corderito a punto de ser degollado. Tres respiros y LuHan estaba llorando como si no hubiese un mañana.
¿¿¡¡PERO QUÉ DEMONIOS CON LUHAN Y SUS CAMBIOS DE HUMOR!!??
-¿Omma?
-¡ES TODO MI CULPA! ¡¡MI CULPA!!
-Omma…
-¡SI NO FUERA POR MÍ, NADA DE ESTO ESTARÍA PASANDO!
-¡OMMA!- LuHan lo miró con sus gigantescos ojazos de ciervo asustado -¿Qué es lo que está pasando?
-¿Eh?
¿Qué es eso que es tu culpa?
-Uuuh…
-¡Confiesa!
-…
BaekHyun rodó los ojos ante su silencio, bufando.
-Pero ya, en serio ¿Qué fue todo eso con la madre de ChanYeol? ¿Qué pasa con esa mujer? Se veía aterradoramente retorcid—
Dos manos volaron hasta estamparse sobre su boca de golpe, una sobre otra.
-Niño, en este mundo es peligroso hablar de esa forma de los dioses. Sobre todo de una Diosa de la Luna Oscura.
-¡¿Por qué?!- Jadeó cuando las manos de YunHo y LuHan lo dejaron ir, dirigiéndose al primero.
-Eso es porque incluso la más mínima palabra de una Diosa de la Luna Oscura gobierna sobre nuestra suerte. Ni siquiera el Dios Dragón, padre y protector del Imperio, puede compararse a su soberana omnipotencia.- BaekHyun observó ahora a la madre de Kris, quien dejaba lentamente el abanico a un lado para explicarse con delicadeza, como midiendo cada palabra. Sus bonitos ojos azul clarísimo dejándolo aturdido por unos segundos.- Verás, nuestro mundo se rige por el poder y así es como las distintas razas se superponen unas sobre las otras pero, incluso entre todos nosotros, son realmente casos muy apartados los de aquellos que pueden ver el futuro y ser los responsables de que exista un pasado.
BaekHyun boqueó.
-¿¿¡¡Puede ver el futuro!!??
-TaeYeon puede predecir destinos de manera individual o a gran escala, el pasado y el futuro de una persona común y corriente o de naciones completas, grandes desastres naturales e incluso guerras. Día a día está ayudando a una cantidad incontable de seres vivos. Ahí es donde radica su inmenso poder.- LuHan comenta al tiempo que recuerda. Multitudes arrodillándose ante su presencia incluso siendo sólo una pequeña niña, rodeada de las más finas exquisiteces.- Desde su renacimiento ha estado aislada de todos para ser criada y venerada por lo que es, una deidad.
Impresionante. BaekHyun apenas cabía en sí al tratar de imaginar algo semejante. ¿Y alguien así era la madre de ChanYeol? ¿Qué… era él al lado de eso?
Nada.
El pensamiento llegó a él como un susurro, trayendo consigo una duda mucho más grande, mucho más atronadora.
“El hijo de ese humano no puede ser tu prometido”
-¿Es que acaso ella vio algo malo en mi futuro con ChanYeol? ¿Es eso?
Sus ojos deambularon inquietos hasta LuHan, sin embargo, el bufido burlesco del padre de Kai le hizo fruncir el ceño.
-Neh… lo dudo. Seguro estaba molestando a Lulú. Marcando territorio y eso. Siempre le gustaste más.
El enorme lobo reía entre dientes enseñando una hilera de colmillos mientras le picaba el costado a LuHan, sugestivo. El cuervo, por su parte, parecía a punto de estallar, de pronto rojo de pies a cabeza. Oh, no. BaekHyun amplió sus ojos entre aturdido e increíblemente avergonzado. No podían estar insinuando lo que él creía que estaban insinuando.
- ¿Cómo es… eso? ¿Marcar territorio? ¡¿QUÉ TERRITORIO?!- Mortificado, BaekHyun balbuceó hacia el descarriado de LuHan, porque si lo que el lobo estaba insinuando era cierto, ¡¡él iba a colgar a su omma de las orejas!!- ¡¡¡ESTÁS HACIENDO ALGO CON OTRA PERSONA QUE NO ES TU ESPOSO!!!
LuHan, que agitaba las manos negando como si en realidad lo que quisiera fuera volar, pasó del rojo al blanco tan rápido, luego de ese último cuestionamiento por parte de BaekHyun, que casi provocaba mareos verlo.
-N... ¡No! ¡No es eso de ninguna manera! ¡Por favor, YunHo, no confundas las cosas! ¡Es todo un gran malentendido! TaeYeon… estaba bromeando, ella ¡Ella realmente quiere a Fanny!
-¿Fanny?- El pequeño rubio preguntó.
-Creo que se refiere a la otra mujer.- Kris miró confundido desde él hacia Kai.
-¡Ah! ¿La mujer cuervo?- BaekHyun comprendió, algo abochornado al recordar el beso que sin más ni menos se plantaron con la Diosa.
-Park Tiffany. Actual líder del Clan Park.- LuHan sonrió lanzando un suspiro.- Ella es el padre de ChanYeol, BaekHyun.
Decir que estaba perplejo era poco. Entendía que dos hombres pudieran tener hijos, por lo de los donceles y eso, pero ¿Cómo era posible cuando se trataba de dos mujeres? Si TaeYeon era la madre, debía ser quien había dado a luz, pero ChanYeol era, ciertamente, un reflejo de la mujer cuervo.
Sin embargo, había algo que lo inquietaba aún más.
-Omma, esa mujer… ¿Por qué ella te llamó traidor?
-Tiffany odia a los humanos.- LuHan murmuró secamente.- Ella nunca pudo superar el hecho de que me emparejara a uno.
-Seee… Hay gente así…- Gruñó Kai con V piando en asentimiento sobre la maraña de su cabello chocolate, siendo secundado por Kris con palabras un poco más alentadoras.
-Tranquilo. La cantidad de estudiantes pro-humanos va en aumento desde que llegaste, Baek.
Y, si bien Baek respiró un poco más tranquilo, eso seguía sin explicar del todo el enojo de esa mujer.
-Pero… si no hay nada entre tú y ella, incluso si odia a los humanos, ¿por qué tiene que actuar así contigo? No lo entiendo.
Y ahí estaba LuHan, otra vez evadiéndolo deliberadamente, pero esta vez, luego de parecer ligeramente confundido, el Emperador amplió sus ojos con sorpresa, abriendo su abanico y ocultándose tras él al tiempo que codeaba a LuHan “con disimulo”, para arrastrarlo de una oreja con su manito enjoyada tras el abanico junto a él.
-¿¿No se los has dicho??
Y aunque el cuervo no contestó, todos vieron cómo se encogía un poquito ahí oculto tras el abanico, seguramente con la nariz pegada a la del monarca para preservar la “privacidad”, algo inútil considerando que los susurros de XiuMin eran más bien agudos chillidos de incredulidad.
-¡¡No se los has dicho!!
Y como LuHan siguió sin contestar, el abanico se cerró de golpe y XiuMin se lo estampó en la nuca al cuervo. Lo abre, arrastra a un aturdido LuHan tras él y le vuelve a chillar.
-¡¡Es que se lo dices porque se lo dices, ¿me oíste, LuHan?!!
El abanico se cierra nuevamente y, muy compuesto, el Emperador se yergue como si nunca hubiese pasado nada, pero haciéndole gestos con los ojos al cuervo poco dispuesto.
-¿Omma?- Pregunta Baek ahora con más dudas que antes.
-Baek, hay… algo más.
-¿Algo más?
-Tiffany…- LuHan tragó, dudando- ella y yo éramos hermanos…
BaekHyun jadeó. Hermanos. Tiffany y LuHan eran hermanos. Entonces… ¿Esa mujer era su tía? ¿Tenía más familia? ¡¿ChanYeol, Sandara y HyeSung eran sus primos?! La abuela Hyo… vagos fragmentos de recuerdos de ella llegaron a su mente; ella pidiéndole a LuHan que la llamase madre… ChanYeol hablando de ella como si fuese la abuela de todos, no sólo suya.
Dios, estuvo frente a su nariz todo el tiempo.
Pero había algo más ahí. Algo que estaba pasando por alto nuevamente.
“Eres un traidor”
-Ella te llamó traidor.-BaekHyun murmuró más para sí mismo, luego alzó la mirada hacia LuHan, comprendiéndolo.
“Alguien como tú, que da la espalda a su propia familia, la misma que te acogió sin mirar tu origen para luego ir y unirte a un humano…”
-Pensé que hablaba sobre nosotros… sobre appa y yo.- BaekHyun negó.- Se refería a ella. La abandonaste a ella.
LuHan respondió a su mirada confundida con una de ojos perdidos.
-Hay mucho más que eso, Baek… Mucho más.
Lo recordaba, sí. Ese momento exacto en que comenzó a vivir. Antes de ella, él no era nada. No sólo le debía cada respiro, sino el haber tenido la oportunidad de vivir la vida que ella le dio.
El brillo ardiente del sol sobre él quemaba. Lo cegaba. Ni siquiera podía moverse, desmadejado al pie de un desfiladero perdido entre las montañas. No había una sola parte de él que no doliese. ¿Cuánto tiempo llevaría allí? ¿Cuánto tardaría en morir? No recuerda eso, pero sí el segundo exacto en que la noche misma pareció cernirse sobre él. La noche más hermosa; una repleta de brillantes estrellas.
Los ojos brillantes de Park Tiffany.
-Fue ella quien me encontró medio muerto en las montañas. Éramos niños. Fue Tiffany quien me salvó.- Incluso para XiuMin y YunHo es la primera vez oyendo esta parte de la historia, cómo es que LuHan había ido a parar al Clan, por lo que todos escuchan atentos, esperando mientras el cuervo sigue perdido en sus memorias. Él sonríe cálida pero tristemente.- Ella no era nada como lo que es ahora. Su sonrisa… Deberían haberla visto sonreír. ¡Sus ojos se encogían como pequeñas medias lunas y ella resplandecía! Ni si quiera las estrellas podrían haber competido contra esa sonrisa y esos ojos.
Sí. Ella era simplemente hermosa, pero hermosa de una manera que calentaba el corazón. Sus revoltosos risos oscuros, sus jardineras rosa y todo ese amor que escapaba de ella en oleadas. Estaba tan rebosante de esperanza, de alegría, tan llena de pura vitalidad.
Y él le arrebató todo eso.
-El Clan Park es el clan noble entre los nobles y para ellos, el adoptar a un desconocido, basta decir que incluso personas ajenas al Clan estaban jalándose el pelo. Sin embargo, me aceptaron. La reina y su única heredera me aceptaron.
Tiffany lo había mantenido oculto en su habitación dentro de la mansión entre las montañas, cuidándolo por sí misma, rehidratándolo, alimentándolo y durmiendo en el suelo a fin de que él pudiera recuperarse en su cama, la única en el cuarto. No podía ir y tomar otra sin que sospecharan. Suficientes malabares hacía tomando comida y medicinas a hurtadillas. Sin embargo, como era de esperarse, no pasó mucho antes de que los descubrieran.
Ella jamás lo dejó, sin embargo. Puso la cara por ambos hasta el final. LuHan aún puede sentir en su piel el picor del pánico mezclarse con el calor de la admiración que sentía por ella.
Arrodillado con la cabeza baja, sin entender completamente lo que estaba pasando, aun tratando de reponerse, y con Tiffany intentando vanamente ocultarlo tras su propio cuerpo, LuHan fue presentado ante la Reina de todos los cuervos de oriente, Park JiHyo. En su momento LuHan no pudo verla como tal. Mucho tuvo que ver el que estuvieran, de hecho, los tres solos en esa mansión y el que JiHyo, con su apariencia de chiquilla y su cabello tan revuelto como el de la propia Tiffany, además de traer la ropa mal puesta, se mirase tan confundida como ellos inquietos, antes de soltar una carcajada que la hizo afirmarse la barriga y resbalar un poco de su asiento.
-Bien, bien. Eso está muy bien.- JiHyo sonreía de esa manera resplandeciente, igual que Tiffany, dirigiéndose hacia ellos con sus amables y negrísimos ojos.- Tener suerte es un destello de felicidad. Tiffany ha estado sola desde que su padre nos dejó cuando ella era aún muy pequeña. Hija, espero que sigas haciendo un trabajo tan bueno como el que has hecho hasta ahora. A partir de hoy, LuHan será tu hermano pequeño. Cuida de él.
-¡¡Sí!!- Tiffany había saltado sobre él hasta que las risas de la Reina la hicieron sonrojar, aclararse la garganta y reverenciar.- Digo… Sí, honorable madre.
“Si alguien intenta meterse contigo, sólo dímelo Lulú. ¡Yo voy a protegerte!”
Y por muchos años, así fue, porque si bien JiHyo lo aceptó y lo presentó al Clan como su hijo a pesar de las férreas protestas, eso no aplacó el repudio de los cuervos. Sin embargo, Tiffany era el tipo de hermana mayor que no lo pensaba dos veces antes de saltar al cuello de cualquiera que lanzara la más mínima mirada sobre él.
-Pero si se llevaban tan bien.- BaekHyun pregunta lo que todos se cuestionan cuando LuHan termina de narrar.- ¿Cómo fue que las cosas se tornaron tan mal?
¿Cómo? LuHan pestañea repetidamente. También recuerda ese momento a la perfección, porque hay cosas que jamás saldrían de su mente, pero ese, particularmente, fue el comienzo fatídico de una sucesión interminable de desastres.
Empezó un verano. Estaban de vacaciones en la casa de las montañas, justamente donde Tiffany lo había hallado. Siempre regresaban a ese lugar. Los años habían pasado y Tiffany había crecido hermosamente, sus curvas comenzaban a formarse tímidas, pronunciándose sutiles. Él seguía quedándose embobado cada vez que la miraba, toda repleta de rosa y luz, más alta que él y tan fiera. A él seguían sobreprotegiéndolo; siempre quiso ser más como ella.
Ambos comían sandía en la terraza, tratando de paliar el calor, cuando JiHyo se asomó extrañamente bien peinada, bien vestida y ¿con zapatos? Estaba usando un traje ceremonial.
-¿Y? ¿Qué tal? ¿A que me veo como una reina, eh?
Tiffany comenzó a silbar y a armar jaleo, él la siguió alzando su sandía y agitándola entre gritos porque no sabía silbar, en tanto la mujer modelaba con uno que otro tropiezo por el sendero de piedras planas del jardín. Ambos estallaron en risas cuando estuvo particularmente cerca de caer sin un ápice de garbo.
-¿Dónde va?- Preguntó él viendo cómo se retocaba la corona que seguía resbalando por su frente.
-Al templo de la Diosa de la Luna Oscura.- Comentó sin prestar atención realmente, peleando fieramente con su tocado.
-¡Ah! ¿¡Podemos ir!?- Tiffany, emocionadísima, le tironeaba a él la manga de la remera como si con eso fuesen a convencer a su madre.
A él le daba igual. Estaba bien simplemente comiendo sandía en medio de la montaña. Raramente salía o se mezclaba con el resto del Clan u otras razas; sabía que lo despreciaban. No le interesaba. Era feliz sólo con ellas. El problema era que ni JiHyo ni Tiffany estaban felices con ello, por lo que en tanto las palabras fueron dichas por la niña, los ojos de la mujer brillaron.
-Cámbiense, niños. Volamos en 10.
El templo era más como un palacio y el paso estaba restringido desde cierto punto y en ese punto preciso era donde él y Tiffany esperaban. Ella regañando sobre cómo los habían embaucado sobre ir a ver a una Diosa para luego dejarlos tirados ¡Si hasta la habían hecho ponerse ese odioso vestido rojo! ¡Odiaba el rojo! Él, por su parte, sólo estaba incómodo porque realmente había mucha gente allí, aunque coincidía con Tiffany en que los trajes ceremoniales en los llameantes colores del Clan eran algo que él tampoco usaba por gusto. Sin embargo, el lugar era bonito, JiHyo los había dejado esperando en un patio interior con una linda fuente y jardines preciosos. Si tan solo no hubiesen tantas personas.
-¿Sabes qué? Nos vamos. Camina, Lulú.
-¿Qué? Pero mamá dij— ¿Noona? ¡Noona!
Pero ya era tarde, Tiffany se perdía por el jardín entre el furioso revoloteo rojo de su traje. Con los hombros hundidos, a él no le quedó otro remedio que correr tras ella.
-Noona, por favor, volvamos. Mamá dijo que no podíamos verla, además, ¿Qué no se supone que están en esa audiencia? Están ocupadas, volvamos.
-Shhhhh. Lulú, vinimos a verla y la vamos a ver. Ahora cállate o nos van a encontrar.
LuHan se lamentó. Estaba oscuro y ellos no deberían estar arrastrándose por un entretecho. El lindo peinado de su noona estaba deshecho y ni siquiera quería verse a sí mismo porque podía sentir de collar la banda de oro que se suponía debía ir en su frente. No quería pensar dónde estaría la tiara de rubíes de Tiffany porque, de partida, la detestaba y estaba seguro de que la habría perdido completamente a propósito a la menor oportunidad, otra vez.
-¿Qué?- Preguntó Tiffany, con burla, volteándose y viendo su rostro de amargura. En efecto, la tiara ya no estaba- ¿No me digas que no quieres ver a la “Sacerdotisa loca”?- Susurró ella y, habría sonado más aterrador, si no fuera porque se estaba aguantando la risa.
-¡No bromees! ¡Apuesto que da mucho miedo! Noona, volvamos.
-¡No seas cobarde Lulú! Un vistazo y y—
-¡¡NOONA!!
Con un crujido, la madera por la que se arrastraban a gatas cedió y Tiffany desapareció entre un estallido de polvo.
Tosiendo, LuHan alejó a palmotadas la polvareda de frente a su nariz.
-¡NOONA! ¡NOONA NO TE VEO! ¿DÓNDE EST—?
Ahogó un jadeo tras sus manos cuando por fin el cúmulo de polvo se disipó poco a poco, dejándole ver por fin que Tiffany no estaba sola. Había caído dentro de la habitación de una niña.
-¿Quién eres tú?
Los ojos negros de la chiquilla la escrutaban, ojos y cabello negro contrastando con la blancura prístina de su piel. Su noona tartamudeó.
-Ah… yo…
-Park Tiffany ¿Es tu nombre, no? Eres un cuervo. Hija del Clan Park ¿Qué haces aquí?
LuHan palideció al comprenderlo. Esa niña era la Diosa, la Sacerdotisa loca. En pánico miró a su noona, aún de rodillas sobre el suelo, a medio levantarse. Pero Tiffany simplemente asintió, toda roja y a él le llegó como un golpe la realización de que eso no era vergüenza por ser atrapada in fragantti… era algo más.
Tiffany miraba a esa niña como JiHyo miraba esa foto suya con Gary, el padre de su noona, pero sin ese deje ligero de tristeza. Ahí había puro amor. Su noona, quien nunca se había interesado por nadie, se había enamorado de esa chiquilla recubierta en seda y joyas.
-Yo… Tú—Tú eres… muy bonita...
-No.
Fue tan rotundo que sacó a Tiffany de su aturdimiento, haciéndola parpadear repetidamente.
-¿Qué?
-No. Sé lo que estás pensando, pero no. A mí me gustan las personas fuertes. Tú no me gustas. No voy a salir contigo ni ser nada tuyo.
Tiffany palideció esta vez, hasta volver a ponerse roja de puro coraje. Poniéndose en pie, avanzó firme algunos pasos hacia la niña, con el mentón en alto y el orgullo herido.
-Soy la discípulo más fuerte de mi madre ¡Soy la futura Reina!
-Una reina sin corona.- La niña seguía hablando sin inmutarse. Ninguna expresión en ese rostro insensible y caprichoso.- Eso no es suficiente. Yo quiero a alguien más fuerte, como ese chico de ahí.
Y esos mismos ojos que miraban a su noona como si fuese menos que nada, estaban de pronto llenos de curiosidad sobre él. Alcanzó a percibir el destello de sorpresa en los ojos de su Tiffany, antes de que, al retroceder, atemorizado, el entretecho cediese bajo su peso y él cayera también entre una nube de polvo.
-¿LuHan?- Tiffany preguntó confundida, alcanzando a dar un paso hacia él antes de que la pequeña Diosa pasase corriendo junto a ella, dejando sólo la caricia de la seda en sus tobillos, un dulce perfume floral en su nariz y seguramente la misma duda que lo asaltaba a él en ese preciso momento.
“¿LuHan era más fuerte que ella?”
Tiffany detuvo sus pasos, observando con amargura a la chiquilla prodigarle sus atenciones con supremo interés a él.
-Tú eres verdaderamente fuerte, pude saberlo incluso mientras estabas escondido ¿Eres tan poderoso como yo o incluso más? No puedo leer nada de tu pasado o tu futuro y eso es… tan increíblemente inusual. ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Hacia dónde vas? Eres fascinante. Tú vas a quedarte conmigo.
Abrumado, sólo atino a responder lo primero que vino a su mente.
-Y—yo… ¡Lo siento!- bajando sus ojos e inclinándose hasta hacer una reverencia, habló con la cabeza gacha y las mejillas rojas.- P—pero… ¡¡Me gustan las personas mayores!! No… las niñas con cara de bebé…- Acabó borbotando lo último sin proponérselo.
-Tú… ¿Qué? – LuHan alzó la cara para ver las cejas fruncidas de la pequeña Diosa y sus negros ojos mirarlo confundido, como si no entendiera lo que estaba pasando.- ¿Por qué? No ¿Por qué dices que no?- Lágrimas caían de esos orbes negros que se rehusaban a comprender la negativa. Ella se tocó la cara, mojando sus dedos en los surcos húmedos de su propio llanto- Esto… es… ¿Qué… es?- Pero su voz se perdía, quebrada entre sollozos que no podía controlar.
-¡LuHan!- Tiffany alzó la voz, tan sorprendida como él al ver a la chiquilla romper en llanto pero, mientras ella corrió junto a la niña, LuHan retrocedió negando. Paso tras paso más lejos de los ojos dolidos de su noona. Al fondo de la alcoba, una ventana abierta llamó su atención, al menos, hasta que la voz llorosa volvió a escucharse, haciéndolo sentir como la peor criatura del mundo.
-Lo sabía… Nadie… nadie nunca querrá ser mi amigo. Voy a estar sola. Sola para siempre.
Con un gesto de dolor, Tiffany tomó a la niña y la ocultó entre sus brazos, dejándola llorar contra su pecho. Todo lo que él quería era esconderse. Apenas fue capaz de sacar el habla.
-Lo siento yo… no sabía…
-¡LuHan! ¡Espera!
Pero LuHan ya dejaba atrás su grito, escapando por la ventana abierta y volando lejos.
En el momento en que él toco las montañas tras huir, de vuelta una vez más en el lugar exacto en que Tiffany lo había encontrado por primera vez, ella era encontrada por la Reina y un tumulto de guardias en la misma alcoba con la pequeña Diosa dormida sobre su regazo. Ese fue el inicio de las relaciones del Clan con la Sacerdotisa, algo que tras muchos años se convertiría en una alianza definitiva.
Pero… eso fue sólo el principio.
“—LuHan… ¿Por qué no tomas nuestro nombre? Tú y yo deberíamos construir la fortuna de esta familia juntos. Eres mi hermano. Eres un Park.
—Soy un idiota, noona. Te arrastraría hacia el fracaso.
Lo siento…”
“— ¡MIENTES!
—Lo siento. Es… Es verdad. Noona, yo… me enamoré de un humano.”
“—Y Lulú, ¿Dónde está? ¡Quiero verlo! Fanny, tráelo, quiero verlo.
—Él está atendiendo otros asuntos, TaeYeon.”
“— ¿LuHan… cómo pudiste?”
-Como ves… yo seguí traicionando una y otra vez a la persona a la que debo mi vida. Ella, que fue la primera persona que amé y que me amó.
BaekHyun, oyendo esas palabras impregnadas de tristeza, pudo entender ese rencor que la familia de ChanYeol tenía hacia él y su padre; hacia los humanos…
ChanYeol… ¿Él sabría algo de esto?