BaekHyun suspiró, sin real interés. Su mente a millas del lugar en que realmente se hallaba, a diferencia de LuHan…
-¿Y? ¡¿Cómo lo ha estado haciendo mi bebé?!
En la oficina, con una incómoda Érica sin saber cómo confesarle la terrible realidad a un sobrexcitado LuHan, BaekHyun sólo tenía cabeza para pensar en ChanYeol, al que no había tenido la oportunidad de ver desde que comenzaron los reportes personales con la profesora.
¿Qué estaría haciendo? ¿Estaría bien?
Volvió a suspirar.
*Mientras tanto en el complejo residencial para donceles*
La respiración tenue y tranquila de TaeYeon la hipnotizaba. Tiffany jamás podría dejar de admirarla; la embelesaba.
-Uhm… Disculpe. Podría sólo dejarla dormir aquí. Está bien.
Tiffany giró hacia el espíritu con el que TaeYeon había permanecido jugando hasta caer dormida. Ahora, entre sus brazos, ligera y sin preocupaciones, la mujer cuervo sólo quería llevarla a casa, lejos de todos. Comenzó a caminar hacia la puerta.
-No es una posibilidad. Gracias y siento los problemas que la Diosa pudo haber causado.
-Oh, comprendo- TaeMin saludó y se despidió agitando su mano suavemente- Puede venir a jugar cuando quiera.
Tiffany ya había salido de la habitación cuando terminó de hablar.
-¿Te agradó?
-Supongo- TaeMin aún miraba la puerta cerrada cuando contestó al doctor GongChan, sin embargo, su mente estaba en parte de lo vivido poco antes de que la Diosa se durmiese.
-Ya veo, así que ambos nacieron juntos en Mayo- TaeYeon, hablaba en voz alta pero sus palabras no eran ni para TaeMin ni para GongChan, que de un rato a esta parte, la miraban con sendas expresiones en blanco. La Diosa miraba fijamente su juguete recién adquirido.
-¿Puedes hablar con los peluches?
-No es un peluche- TaeYeon la miró. Sus ojos caramelo sin transmitir un sentimiento en particular; aún así, TaeMin se removió incómodo.- Es un animal disecado. Hay vida aquí- TaeYeon volvió su vista al animal, alzándolo como para inspeccionarlo mejor- … O la hubo en algún momento. Más que hablar con él, puedo ver sus recuerdos. Están ahí, en sus ojos.
-Oh… -Sin saber qué más decir, TaeMin sólo la vio volver a su conversación unilateral.
-Así que fue durante tu cumpleaños. Tenían 5 años… Entiendo, pero era inevitable. Al final, todos estamos solos.- TaeYeon abrazaba al animal- Y tú no podías seguirla en ese momento, no importa cuánto la amaras. No era tu momento aún. Así que ahora vendrás a casa conmigo un tiempo, hasta que mi tiempo comience a acabar…
-Supongo que… cuando ese tipo de cosas llegan a ella, realmente significa que es una Diosa.
GongChan lo miró sin comprender, sin embargo, TaeMin sólo sonrió y volvieron a jugar.
*Jardín ala este*
Atardecía ya y la mayoría de las familias se habían separado desde hace mucho. Tiffany descendía con parsimonia la escalinata amplia que conectaba parte de la edificación a los jardines, lista para emprender el vuelo cuando algo captó su atención; una figura que se recortaba oscura ante la puesta de sol.
No tenía tiempo para esto. Caminó sin detenerse, cuidando que la persona en cuestión no tocara un solo cabello de su esposa, a la que seguía cargando mientras esta permanecía profundamente dormida.
-¿Si sigue ignorándome, cuál es el sentido de entrometerse en mis decisiones?
Tiffany suspiró hastiada, no se molestó en girar, nada más se detuvo.
-Sigues siendo uno de los amados herederos del Clan, hijo.
Sus palabras fueron tan mecánicas que sólo consiguieron alterarlo más ¿Qué es lo que pretendía? ¿Qué es lo que esperaba conseguir con todo este juego? ChanYeol apretó los puños, intentando que los años de rencor no se filtraran en sus siguientes palabras. Jamás se lo había dicho a la cara, pero aquí estaba la responsable.
-Me abandonaron… Tú me abandonaste.
-Y eso no significa que te odie- Tiffany volvió caminar con el repiqueteo de sus tacones sobre el cemento.
ChanYeol contuvo la respiración.
-¿Eso… Eso qué quiere decir?- Pero Tiffany continuó su camino, ChanYeol se adelantó hacia ella. Necesitaba respuestas; las mismas respuestas que le habían sido negadas desde su expulsión del Clan- ¡Padre!
Antes de siquiera alcanzar a rozarla con las puntas de los dedos, las alas de la mujer estallaron tras su espalda. ChanYeol, que no lo veía venir, retrocedió cuidando ese fuego que sabía sólo lastimada cuando el dueño quería que lo hiciese… y Tiffany sí quería lastimarlo; las mangas ligeramente carbonizadas de su uniforme y su mano enrojecida se lo dijeron. Inhaló rápido, con una mezcla de miedo y resentimiento.
-Ya que estamos en ello…- Comentó con una voz tan casual que ChanYeol por un momento dudó que supiera que estuvo a punto de incinerarlo- No voy a permitir que ocurra nada con ese niño.
-¡Esa decisión es mía!-Y le hubiese gustado que su voz no tambaleara al decir aquello.
En ese punto ella giró para mirarlo levemente por sobre su hombro con esos ojos llameantes que, sin embargo, no expresaban nada más allá de indiferencia.
-Eres libre de hacer lo que desees… Pero no voy a garantizar su seguridad ni la tuya.
Ella emprendió el vuelo y bajo la lluvia de plumas abrazadoras que dejó tras sí, ChanYeol sólo pudo mirarla sintiendo su corazón encogerse en angustia.
-¿ChanYeol?
-¡Caw!
Volteó para ver a su rubio bajar la escalinata corriendo con TaeHyung volando sobre su cabeza. Antes de siquiera pensarlo, caminó a su encuentro, en automático, corriendo al final hasta recibirlo entre sus brazos tras saltar los últimos escalones. Lo presionó fuerte contra su pecho y respiró el aroma dulce de su cabello hasta sentir sus propios latidos estabilizarse. Los brazos de BaekHyun, como si sintiera su pesar, empuñaron su uniforme, tirando de él contra sí.
-¿Se marcharon ya?- Los ojos del menor lo buscaron, sus palabras suaves llegando a él con duda y la misma incertidumbre que seguro él mismo transmitía. TaeHyung volvió a piar ahora sobre su hombro, frotándose contra el lateral de su cuello.
-Ya no están aquí.
BaekHyun iba a contestar, pero pasos acercándose los hicieron voltear. LuHan bajaba escalera mirando el cielo, buscando con la mirada. Se detuvo al pie de la misma sin terminar de acercarse a ellos.
-Quería hablar un poco más con ella- Un gran suspiro llenó el atardecer seguido de la sonrisa cansada de LuHan.- Supongo que no va a perdonarme.
-¿Omma?- BaekHyun se adelantó un paso hacia el mayor, de la mano de ChanYeol. LuHan, sin embargo, completo el espacio entre ellos, sonriendo más amplio como si con ello pudiera quitar el peso de todos los problemas que acarreaban como familia.
-Creo que es hora de partir también- Comentó con tono despreocupado, poniéndose de puntillas para palmotear la cabeza de ChanYeol que nada más se dejó hacer.- ChanYeol-ah, cuida de mi BaekHyunnie, por favor.
-Cuente con ello, suegro.- Un pulgar arriba y LuHan se dio por satisfecho, girando ahora hacia Baek, estrujándole las mejillas a besos.
-Y tú, mi bebé, diviértete mucho con ChanYeol-Ah.
BaekHyun se sonrojó furiosamente.
-¡Omma! ¡Ya te dije que yo n—!
-¿Promételo, sí?- LuHan lo interrumpió con una sonrisa suave y sus ojos cansados y tristes hundieron un poquito el corazón del más pequeño, obligándolo a asentir con la cabeza.
El cielo estaba ya casi plagado de estrellas cuando LuHan se perdía en el cielo. Recostando su mejilla contra el pecho de ChanYeol, BaekHyun no pudo evitar pensar si, tras tantas oposiciones, ChanYeol realmente consideraría que él valía la pena a pesar de los problemas… si mantener esa relación juntos lo valía.
Con ese pensamiento en mente, lo abrazó tan fuerte como sus estrechos brazos le permitieron.
Como si presintiese su temor, siente la mano de ChanYeol tomar gentilmente su mejilla y elevar su mirada para encontrarse con la de él, pero BaekHyun niega y fuerza una sonrisa.
-¡Oh! ¿Recuerdas el centro comercial en las nubes? ¿Podríamos ir? Papá me dejó algo de dinero esta vez.
El moreno alzó una ceja y bufó una risilla, tomándolo de la mano y guiándolos hacia la torre.
-¿El próximo domingo?
-¡SÍ!- BaekHyun brincó su camino, dejando de lado sus preocupaciones e impregnándose de la agradable sensación de simplemente caminar junto a ChanYeol.
-Vas a perderte otra vez. Lo sé.
-¡VOY A TENER CUIDADO! ¡LO PROMETO!
-Claro…
El menor fulminó al alto con la mirada por su tono irónico. Hasta que recordó algo sumamente relevante, algo que lo hizo detenerse de golpe; con ojos amplios observó a ChanYeol que le devolvía la mirada, confuso.
-Olvidamos preguntarle a mamá sobre el té.
-Tranquilo, lo tengo cubierto- ChanYeol le revolvió el cabello dedicándole una atractiva sonrisa ladina que a él le hizo saltarse un latido.- Llamé a la abuela hace unos días para preguntar por el estado de LuHan-Hyung y tu padre. Ambos estaban bien. Nada extraño o fuera de lugar -Comentó recordando la extraña respuesta de su abuela o, más que la respuesta, su forma evasiva de hablar, pero a él sólo le interesaba saber si el hombre estaba bien y, teniendo la información que quería, lo demás le era irrelevante.
Cuando BaekHyun suspiró aliviado, él se dio por satisfecho y, tomándolo desprevenido, lo tomó entre sus brazos y alzó el vuelo regodeándose en los grititos y risas sorprendidas de su rubio.
Y ambos se perdieron en la incipiente noche mientras desde el follaje de los árboles que rodeaban el camino, un par de oscuros ojos los observaban con rencor.
Furiosa, Sandara, se encaminó a hacia la edificación en que se encontraba la piscina. Incluso ella tenía que admitir que la arquitectura de Saint Monsters era una cosa exquisita y la piscina interior no era la excepción. Con techos altos, pilares y techos de cristal, parecía más un resort que una locación de escuela, sin embargo, ella no estaba allí para apreciar la construcción, por lo que abriendo las puertas de golpe, se adentró como si el lugar le perteneciese hasta detenerse a un costado de la escalinata que descendía hacia el agua.
-CL- Llamó con los brazos cruzados y el repiqueteó de sus zapatos al golpearlos con muy poca paciencia sobre la cerámica del suelo. Pero si pensaba que la sirena iba a presentarse ante ella así como así, después de 5 minutos sin que nada ocurriese, comenzó a dudarlo.- ¡CHAERIN!
Con un chillido, se tambaleó tres pasos hacia atrás cuando una cantidad descomunal de agua la salpicó, mojándola al completo y allí estaba CL, mirándola con desinterés desde la orilla de la piscina, recargando su rostro entre sus manos. El agua escurría por su bonito cuerpo bronceado, cayendo en pequeños ríos desde las puntas de sus coloridos cabellos tornasolados.
-¿Qué quieres?
Con un mohín en los labios, la morena se arrodilló junto a la orilla, frente a la sirena, que agitó su cola sobre la superficie del agua, molesta.
-ChaeRin, necesito un consejo. Ayúdame.- Pidió con su voz más dulce pero, a diferencia de otras ocasiones, esto no pareció conmover a la mayor, quien miró sus uñas sin interés.
-¿Por qué debería ayudarte? Has estado haciendo cosas por tu cuenta, sin decirme e ignorándome. No estoy contenta.
Dara parpadeó repetidamente y se inclinó más cerca, quejándose como una niña. A esas alturas, a CL le estaba costando mantenerse firme.
-Por favor, no digas eso, lo siento mucho.
Rodando los ojos para ocultar su regocijo al verla suplicarle, la sirena se impulsó y salió de la piscina, sosteniéndose de la orilla para sentarse junto a la morena ¿Cómo negarle cualquier cosa? Mordió una risa que escondió tras su cabello al verla estornudar cuando volvió a salpicarla, pero conjuró su ceño fruncido cuando la miró a la cara. No iba a dejárselo tan fácil.
-¿Y bien?
-ChaeRin, he hecho todo lo que podía- La rubia la miró fruncir adorablemente su ceño en consternación. Suspiró. Era tan hermosa y tan estúpida al mismo tiempo.- Pero creo… que mi hermano nunca va a enamorarse de mí de esta forma.
-En efecto- Declaró CL sin un ápice de tacto, provocando que la cuervo se soltara a llorar arrojándose a sus brazos.
-¿Qué se supone que debo hacer?- Cl la apretó contra sí, impregnándose del aroma fresco de su cabello al escucharla hipar. Se oía desolada y por más resentida que estuviese con ella, no soportaba verla así. Siempre le daría lo que quisiera, incluso si era a expensas de sus propios sentimientos, así que, haciendo acopio de todo su coraje, la obligó a incorporarse para limpiar sus lágrimas y trazar el plan.
Si Sandara quería al cuervo, lo tendría.
-No debes forzarlo a él, tu hermano sólo tiene a ese niño en la cabeza. Así que nuestro objetivo será el Cuervo Blanco.
-¿Vamos a matarlo?- Preguntó ella con ojos confusos.
-No va a ser necesario. Sólo tenemos que destrozarlo hasta reducirlo a nada más que añicos.
-Vamos a matarlo.- Dijo ahora con el ceño fruncido pero viéndose segura.
-Ya te dije que no vamos a matarlo.
-¡Yo tengo una idea!
Ambas se giraron para ver a Ren saltando desde el otro lado de uno de los ventanales, con la cara pegada al cristal, pero por fuera del edificio.
-Gato- CL arrugó la nariz, pero no pareció afectada por la presencia del intruso.
-¿Por qué no entra?- Dara miró confundida desde Ren hasta CL.
-A los gatos no les gusta el agua. Es por eso que estoy aquí todo el tiempo.
-Oh…
-¡Realmente es una buena idea! ¡A CAMBIO PRESÉNTENME ALGUNOS CUERVOS!
CL y Dara se miraron de reojo mientras el felino seguía aporreando los cristales.
***Mientras tanto en la torre***
Sentado sobre el regazo de ChanYeol y con los brazos envueltos alrededor de su cuello, BaekHyun besaba al mayor. La luz de la luna entraba desde el ventanal como única iluminación junto a la flameante pluma de compromiso sobre la repisa de noche; pero no necesitaban verse entre sí… sólo sentirse.
Las manos del castaño lo acercaron a su cuerpo presionándolo por la cintura y él enredó sus dedos entre el cabello revuelto del contrario. BaekHyun lo besaba profundamente, tomando la iniciativa con la necesidad del temor de ser separados.
Lo quería.
Lo amaba.
No quería estar lejos de él.
Dejó que el mayor lo desvistiera, regando besos sobre su piel y prodigándole las mismas atenciones hasta que entre suspiros se encontraron desnudos; piel contra piel.
ChanYeol lo preparó con un cuidado infinito, sin dejar de besarlo en ningún momento. Ambos se miraron a los ojos y, en la oscuridad, BaekHyun pudo ver el destello del amor brillando en los ojos siempre opacos de ChanYeol.
Le susurró sobre los labios que lo hiciera suyo una vez más.
Fue lento. Se tomaron cada momento para sentirse.
Sus brazos rodeando la espalda amplia del mayor y sus piernas envueltas alrededor de la cintura y caderas que se balanceaban en su contra. Sus bocas, al igual que sus cuerpos, seguían presionados el uno contra el otro cuando culminaron entre jadeos, buscándose entre sí con besos que hablaban de ese amor infinito que BaekHyun le profesaba y sentía en lo profundo de su corazón.
Retozaban juntos, acurrucados entre sí, cuando sintieron golpes en la ventana. La mano de ChanYeol que acariciaba perezosamente su espalda, se detuvo y BaekHyun lo vio fruncir el ceño. Cubriéndose con la sábana, el menor sintió frío cuando el cuervo se levantó a abrir.
Era V.
Traía una carta.
BaekHyun iba a preguntar de qué se trataba, pero al ver a ChanYeol ocupado con ello, se hizo a la idea de que hasta ahí llegaban sus cariñitos con el mayor. Cubriendo un bostezo con su mano libre, se incorporó sosteniendo la sábana a su alrededor.
-Creo que voy a tomar una ducha.- BaekHyun dejo un beso sobre su hombro y uno sobre la cabecita de V y caminó hacia el baño, siendo momentáneamente detenido por la voz de ChanYeol.
-BaekHyun. Date prisa. Érica Sangsenim nos necesita.
-¿Ahora?- Preguntó confundido, cambiando su peso de un pie a otro, aun incómodo después de hacerlo. Preferiría seguir en la cama descansando con ChanYeol.- ¿No puede esperar a mañana?- Insistió formando un mohín que ChanYeol se adelantó a besar.
-Ahora- Y, alejándose un poco, le extendió un pergamino en el que destacaba la impresión roja de un beso al final- Es urgente.
Con un suspiro, BaekHyun giró sobre sí mismo y arrastró los pies haciendo morritos hasta el baño.
“Siento los inconvenientes tan tarde.
Por favor, acérquense lo más pronto posible a la sala de conferencias
Atte. Érica Sangsenim”
Mientras volaban hacia el campus, BaekHyun aún se preguntaba qué querría la maestra. ChanYeol no supo contestarle cuando le preguntó, y el ceño fruncido que este mantenía tampoco hacía mucho por tranquilizarlo, por lo que, ya sentado frente a la profesora, con ChanYeol a un costado y V en su regazo, habría esperado cualquier cosa menos lo que estaba diciéndole la Sangsen.
-Lo siento mucho, jóvenes. Sé que es repentino, pero necesitamos mover la habitación de BaekHyun-ah
Con el rostro en blanco, BaekHyun la vio de hito en hito ¿Para esto lo habían sacado de la cama?
-Sangsenim, pero la cama tiene que estar en esa posición o la luz de la ventana no me va a dejar dormir- Y BaekHyun reclamó con razón. Era un ventanal enorme. Lo que no entendió es por qué la Sangsen lo miraba con culpa.
-Creo que lo estás confundiendo con “Arreglar” tu habitación. Lo que quiero decir es que… Tendré que cambiar a BaekHyun-Ah a los dormitorios para donceles y la joven Sandara se trasladará a la torre. El consejo lo decidió esta tarde.
Y ahí entendió la mirada de lástima de la sangsen.
BaekHyun sentía su corazón hundirse ¿Había escuchado bien? Con ojos amplios miró a ChanYeol; no podían estar hablando en serio.
-Entendido.- ChanYeol habló completamente serio. Miraba hacia el frente, esquivando sus ojos.- Haremos su equipaje de inmediato.
No.
No podía ser en serio.
Sandara y ChanYeol vivirían juntos.