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Efectos Secundarios por Leana

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Pido disculpas por la demora, pero mi notebook había muerto, o eso creía yo, pero no, fue solo la pantalla la que fallaba porque estaba “suelta” pero gracias a un amigo volvió a la vida y al fin puedo actualizar. De verdad, perdón por el susto :C

No saben cuánto me alegra regresar con este fic. Estoy tan entusiasmada que ya llevo varios capítulos avanzados, así que espero publicar una vez por semana y sin pausa. Eso espero.

De verdad lamento haberlo dejado en hiatus tanto tiempo, tanto por cosas personales y luego el paro. Que a todo esto, les agradezco a las personas que comprendieron el movimiento y que aunque no estuvieran de acuerdo, lo expresaron con respeto.

En este arco de la historia las cosas se complican nuevamente y surgen otras cosas más. Y que lo sepan, le daré su espacio a cada pareja, no desesperen ;)

No doy más la lata y… ¡a leer!

 

 

Capítulo 22

 

 

 

 

Armin tirita levemente ante el frío que hace afuera, cruzándose de brazos casi en acto reflejo, en busca de protección ante lo helado del clima. Está de pie frente a la puerta principal, viendo a Irvin recibir su caballo con una sonrisa de agradecimiento hacia el subordinado.

Entonces su estómago da un vuelco ante la sensación de despedida. Armin sabe que aquello es una salida fuera de los muros, algo muy peligroso, aunque se supone que ya no hay titanes, nada les asegura que ése mismo hecho siga así.

Se muerde el labio y frunce el ceño. Sabe que debe mantenerse sereno, que no debe dejar que su pareja se vaya preocupado a una misión así. Pero le cuesta horrores, sus emociones están a flor de piel y esas largas orejas lo delatan al estar caídas a ambos lados de su rostro.

Marco atraviesa la puerta y Armin siente a Jean detenerse a su lado, dejando que el moreno siga de largo y se reúna con Irvin. En esta expedición, él será su mano derecha. Olfatea el aire, nota la preocupación emanando de Jean, aunque él es mucho mejor disimulándolo y eso le da algo de envidia.

Irvin sube la escalera con una sonrisa y Armin se estremece cuando ve sus manos aproximarse a su rostro.

— Estaré bien —dice el mayor, adivinando los pensamientos del chico, que desvía la mirada apenado por eso.

— Lo sé… lo siento.

La mayoría ya ha partido para reunirse con los reclutas que los esperan a las afueras de la cuidad y solo queda que los líderes afinen los detalles.

Irvin se inclina y besa al rubio de manera suave, delicada pero profunda. Armin se aferra a su chaqueta, tratando de concentrarse en su boca, en ese beso agridulce, y cuando el otro se separa, un jadeo se escapa de entre sus labios.

— Nos vemos pronto, te amo —se despide Irvin para luego darle un beso en la frente.

El Líder de la Legión se gira y baja por las escaleras, caminando hacia su caballo. Armin lo observa alejarse, con el corazón latiendo a mil por hora. Pero pronto se calma, sonriendo levemente: conoce a Irvin. Él volverá a salvo.

Jean frunce el ceño, no se destaca por ser sentimental, pero se sentiría mejor si fuera con Marco en aquella descabellada misión. El Rey está bien chalado, piensa; sí, la desesperación te puede llevar a hacer cosas realmente estúpidas. Con un chasquido de su lengua, el chico se gira agitando su esponjosa cola zorruna y se adentra en el castillo siendo seguido por Armin.

Se sientan en el living, donde el calor de la chimenea los obliga a quitarse las capas. Es entonces que Jean nota que en el sillón frente a él está Eren, arrimado en una esquina y en la otra Levi, con el ceño fruncido y una mueca de clara irritación.

— ¿Qué carajos miras, zorro? —Pregunta el hombre cuando nota esos dorados ojos sobre él.

— N-nada, Capitán —responde Jean agachando las orejas y desviando la mirada.

Ese hombre tiene un temperamento de los mil demonios y está claro que esa mañana se levantó con el pie izquierdo.

Eren permanece en silencio, cuando Hanji irrumpe en la estancia con las manos a ambos costados de sus caderas y esa expresión de: Tengo una idea titánica y les contaré aunque de todos modos la llevaré a cabo. Pero se calla al observar a los presentes que guardan silencio, están tensos, y no saben con claridad por qué.

— Hey —exclama Hanji con una amplia sonrisa—. No pongan esa cara, Irvin y Marco volverán a salvo, ya lo verán. Ahora… ¿qué les parece si vamos a jugar con la pelota? Eren parece muy estresado. Aunque no lo culpo —la mujer mira a Levi con una sonrisa de medio lado—, con un novio así de gruñón ¿quién no lo estaría?

— No molestes, cuatro ojos —advierte Levi alzando su metálica mirada.

Su cola negra se agita entre su espalda y el respaldo del sillón. Realmente está muy enojado y la mujer parece dispuesta a tentar su suerte, como de costumbre. Se agacha levemente y toca con su dedo la oreja gatuna del hombre.

— Anda, Levi —dice con voz fingidamente infantil—. ¿Por qué no nos ronroneas mejor? Dicen que eso elimina las células cancerí… ¡AY!

Levi se levanta, limpiando sus garras con un pañuelo que saca de su bolsillo. Jean y Armin tragan con fuerza al ver a la mujer mirarse la mano, con gotitas de sangre en sus dedos. El rasguño no ha sido profundo, el afán fue solo advertirle, como siempre.

El azabache camina hacia la puerta y la cierra con un fuerte portazo al salir. Hanji se queda mirando el lugar por donde acaba de salir su querido amigo y se gira a ver a Eren, que se muerde el labio con fuerza.

— Esta mañana salió de la ducha puteando al mundo. No sé qué le pasa —explica Eren al presentir que Hanji le preguntará por el humor de su amante.

Al final concluyen que sólo tiene un mal día.

 

 

 

 

 

El almuerzo ya está listo. Ymir se acerca a Christa y la envuelve con sus brazos desde atrás, mientras la rubia le da a probar del rico caldo de res. Ymir sonríe complacida y se aleja, no sin antes agitar el cabello rubio y suave de su novia.

Hanji mira a Eren, que se ve cabizbajo, sentado frente a la mesa. La mujer se acerca posando su mano en el hombro del chico, que la mira alzando sus peludas orejas.

— Tranquilo, Levi solo tiene un mal día.

— Lo sé —responde Eren con una sonrisa de medio lado—, pero esta vez se me hace algo difícil lidiar con él. Ni siquiera quiere que me acerque.

— ¿Y si le llevas la comida a su cuarto? Pero hazlo luego de que terminemos aquí, así podrás acompañarlo mientras come —propone Hanji palmando la espalda de Eren y levantándose para ayudar a servir los demás platos.

Eren toca la puerta un par de veces, pero no recibe respuesta alguna. Duda de si abrir, pero al girar la perilla, agradece que la puerta no estuviera con llave. Camina hacia la cama con la bandeja en una mano y Levi alza sus felinos ojos del libro que sostiene frente a él y frunce el ceño inhalando con fuerza. Eren tensa su cola mientras se sienta al borde de la cama, sonriendo de manera temerosa.

Percibe lo tenso del aire y Levi observa al castaño casi como si estuviera esperando algo. Suelta un suspiro y cierra su libro, dejándolo a un lado de la cama.

— Es-está caliente —dice Eren extendiéndole la bandeja y el azabache la recibe sin poner expresión alguna.

— Gracias.

Levi toma la cuchara aspirando el vapor que despide el líquido, pero cuando se lo lleva a los labios, el asco sube desde su estómago hasta la garganta. Se lleva una mano a la boca, conteniendo la arcada que está a punto de hacer mientras Eren frunce el ceño y se inclina hacia él con preocupación.

El felino niega con la cabeza y quita la bandeja que descansa sobre sus piernas para dejarla a un lado de la cama. Levi cierra los ojos con fuerza y respira de manera profunda, para calmar aquellas náuseas.

— ¿Está bien? —Pregunta Eren con las manos a pocos centímetros del hombre, duda si tocarlo en ese estado tan arisco.

Asiente, sus orejas negras se inclinan hacia atrás ante la incomodidad, pero la sensación desaparece. Desde la noche anterior Levi se ha sentido mal. Tiene dolores de estómago y los aromas se mezclan en su nariz, quedando atrapados en su lengua de manera desagradable. Siente sus sentidos confundirse y el asco se ha instalado en su estómago. Tampoco ha podido dormir bien, el calor de Eren le encanta, pero a veces lo sofoca y cuando se aleja, siente el frío y con ello la necesidad de volver a acercarse y eso le desespera.

Eren lo observa atento, está preocupado y tiene el fuerte impulso de abrazar al moreno, pero se abstiene, no quiere hacerlo enojar.

— Tiene que comer —le dice con voz suave y Levi abre los ojos para mirarlo severamente.

No le gusta que un mocoso le dé órdenes, pero al ver esos ojos verdes brillando por la preocupación, no puede evitar que su enojo se esfume y su mente apele a la paciencia.

— Lo sé, cachorro —responde con voz levemente mordaz—. Pero no me siento bien.

— ¿Quiere que llame a Hanji?

Levi niega con la cabeza. Ésa loca de cuatro ojos es la última persona, o engendro, que quiere ver al sentirse así.

De la nada, un aroma se le viene a las fosas nasales, haciéndolo tragar, y casi puede jurar que siente el sabor descender por su garganta como si lo estuviera comiendo.

— Eren —lo llama con el rostro serio—, ¿podrías hacer algo por mí?

— ¡Claro! —Exclama el chico y su cola se agita ante el entusiasmo.

— ¿Me traerías pescado?

— ¿Pescado?

— ¿Acaso no sabes qué es?

— No, sí, pero… —responde Eren algo contrariado, se lleva una mano a la nuca pensando en aquella petición—. Bien, iré por pescado.

Levi sonríe levemente, se siente complacido ante la disposición de Eren a su repentino capricho, cosa que no es muy común en él. Pero sus ojos lo miran fijamente y frunce el ceño mientras este se levanta con la bandeja en las manos.

— Eren. —El chico se detiene y se gira para verlo mientras pone una mano en el pomo de la puerta—. Que sea fresco ¿entiendes? Si no, te lo haré comer crudo.

El menor traga con fuerza y asiente saliendo con rapidez por la puerta.

Está confundido, y un suspiro de cansancio sale de sus labios. No tiene idea de qué le pasa a su amante, pero no quiere provocarlo aún más con preguntas. Y con ello en mente, camina hacia la cocina donde los demás tienen que estar limpiando luego del almuerzo.

 

 

 

 

 

Eren tira la caña de pescar, el anzuelo cae a unos metros de distancia y sus ojos verdes captan otros anzuelos hacer lo mismo.

Cuando Eren entró en la cocina y le pidió a Mikasa que lo acompañara a pescar, todos quisieron ir con ellos. Sí, nadie quiere quedarse en casa aguantando el mal genio de Levi, que desde la mañana los tiene limpiando todo y ordenando que lo repitieran unas cuatro veces, alegando que su limpieza es horrible. Así que salir a pescar es la excusa perfecta para escapar del cuartel y librarse del felino por unas cuantas horas.

Sus orejas perrunas decaen mientras suelta un suspiro. Sabe que su novio tiene un carácter complicado, pero no esperaba que el asunto empeorara en estos días y lo peor es que no sabe el porqué. Levi se está comportando aún más irritado que antes y todo parece indicar que está odiando a todo el mundo, así de simple.

— No te pongas así —dice Conny, sentándose a un lado de Eren con una amplia sonrisa mientras tira su caña nuevamente—. Todos sabemos que el Capitán es un gruñón y tú deberías tenerlo asumido ya.

— Eso creo —suelta Eren, pensando en que su amigo es realmente malo en cuánto a subir el ánimo se trata.

— Pero tiene un genio atroz últimamente, pareciera que estuviera embarazado.

Eren se estremece ante la idea. Pero sabe que es prácticamente imposible, porque Levi con lo responsable que es, le hubiese dicho que posee la capacidad de tener bebés y hasta dónde sabe, no es así.

Se siente extrañamente desilusionado, pero lo ignora cuando su caña es firmemente tirada y Conny lo ayuda a sacar un enorme pez que quedará perfecto para la cena.

Pero hay alguien a quién los pequeños detalles de la vida no se le pasan por alto, por muy mínimos que sean, los capta y analiza en su mente casi por instinto. Una sonrisa no se hace esperar entre sus femeninos labios.

 

 

 

 

 

Levi no ha salido de su cuarto y todo porque se encuentra aún más susceptible al frío y realmente odia esa sensación. Además se siente extrañamente cansado, cosa inusual, aunque con sus genes de gato se ha vuelto un poco más perezoso, sobre todo durante el día, estos últimos aquello se ha incrementado.

Los reclutas llegaron hace unos minutos de su salida a pescar y Levi no podía dejar de pensar en esas botas llenas de barro, en el desastre que dejarían en la cocina y que seguramente no limpiaron por segunda vez antes de salir.

Su cola comienza a agitarse en el preciso momento en que Eren entra al cuarto con una bandeja en la mano.

El aroma inunda la habitación y el felino tensa sus orejas al reconocer el olor del pesado frito. La boca se le hace agua, pasando su áspera lengua sobre sus labios mientras recibe el alimento.

— Gracias —dice Levi al tener la bandeja sobre las piernas, mirando con una emoción contenida.

Eren le sonríe al ver cómo comienza a comer de manera acelerada y suelta profundos ronroneos con cada bocado. El felino se ve realmente feliz y Eren se siente tentado a soltar una risita, pero se resiste al recordar el mal humor que ha mantenido su pareja.

Siente como el sabor se deshace en su lengua y su estómago gruñe al recibir la tan anhelada comida. Hace días que Levi quería comer pescado y se siente muy agradecido de que Eren le haya concedido aquel capricho. Recuerda que odia comer sobre la cama, pero al tragar se le olvida todo eso, porque ésa satisfacción reemplaza cualquier pensamiento de limpieza en su mente. Después cambiará sábanas y dejará que la habitación se ventile cuando baje al primer piso para prepararse un té.

A Eren se le antoja tan linda la expresión de Levi, que traga y muerde como un verdadero gatito. Se acerca en un impulso, pero Levi alza la mano para detener sus labios.

— Estoy comiendo.

Vuelve su atención al pescado y el pobre chico sólo suelta un suspiro de resignación. Pero su ánimo no decae, no cuando su pareja parece tan feliz que podría comenzar a ronronear. Esperen, ya lo está haciendo. Quizás otro intento sea aceptado.

 

 

 

 

 

La puerta de la enfermería es tocada y Hanji no tarda en abrir con una amplia sonrisa, para luego fruncir el ceño viendo a Eren con la cola entre las piernas y sus perrunas orejas caídas.

Hanji lo deja pasar, sentándolo en un banquillo mientras busca cosas para curarlo dentro de su gaveta de medicinas. Se sienta frente a él y empapa un trozo de algodón con alcohol para llevarlo hacia los rasguños que surcan esa trigueña piel. Un gemido bastante perruno muere contra la garganta de Eren y la mujer suelta una risita divertida.

— ¿Qué hiciste esta vez? —Pregunta untando un poco más del líquido.

— Intenté besarlo después de que terminara de comer.

Pero Levi ya había sido satisfecho y sólo quería dormir. En cambio Eren tenía todas las energías acumuladas, deseando regalonear un poco a su pareja, por ello había sido un tanto insistente. Antes el felino cedía, en ese momento simplemente se había ensañado, arañándolo casi con un motivo exagerado.

— Ya veo, creo que tendrás que tener un poco de paciencia, ¿eh?

Eren asiente mientras sus heridas son curadas. Lo peor es que Levi lo hace con premeditación, ya que los rasguños nunca son lo suficientemente profundos como para dejar marcas, pero si para hacer sangrar y que duela como los mil demonios.

— Hey, Eren —lo llama Hanji de pronto, comenzando a guardar sus cosas una vez finalizada su tarea—. ¿A tu escuadrón le hicieron el test para saber si pueden concebir?

El chico pestañea un par de veces, frunciendo el ceño e intentando recordar. Se supone que a todos los graduados masculinos se les hace un test para saber su condición y así decidir que harán con ello. Si formar una familia o seguir en la milicia. No lo hacen antes, ya que sus cuerpos aún no están del todo desarrollados.

— De hecho nos tocaba al día siguiente de la graduación, como de costumbre —contesta Eren haciendo memoria de lo ocurrido hace tres años—. Pero fue cuándo el Titán Colosal atacó. Después de eso, estuvo el revuelo en cuanto a mi poder y ahora que lo pienso, nunca nos hicieron aquel estudio.

Eren no sabe a qué viene la pregunta, pero no le extraña viniendo de esa mujer tan extravagante.

— Ya veo. Bueno, ya estás listo, Eren.

Hanji le sonríe mientras el chico asiente y se levanta rumbo a la puerta mientras ella termina de cerrar la gaveta con llave.

 

 

 

 

 

Cenan mientras el fuego calienta la cocina, ya que faltan varios de ellos, han decidido comer ahí por lo caliente del ambiente.

Hanji suelta la chuchara y se limpia la boca mirando a los presentes.

— Según me enteré, a ustedes no les han hecho el examen para saber si es que pueden concebir —dice la mujer con una sonrisa suave, que enmascara lo feliz que le hace ser ella quién descubra aquello.

— Ahora que lo recuerdo —comienza a decir Armin frunciendo el ceño intentando recordar—. Nos tocaba al día siguiente de la graduación, pero ocurrieron tantas cosas que luego nadie recordó aquello.

— Deben saber que eso es muy importante, tanto personal como científicamente. Por ello, les haré el examen en cuánto terminemos de cenar, así los resultados estarán para mañana.

Todos asienten, ya que Hanji parece bastante decidida y tampoco es como si pudieran negarse.

Levi se levanta llevando el plato hacia el mueble de la cocina, donde se dejan los platos sucios. Los demás lo imitan y pronto la cocina está impecable. Una vez en el pasillo, la mujer alcanza al felino que se dirige directo a su oficina.

— ¿Qué mierda quieres cuarto ojos? —Pregunta Levi deteniéndose frente a la puerta mientras agita su cola negra.

— ¿Cuáles fueron tus resultados, Levi?

— ¡¿Y eso que carajos te importa?! —El hombre gira la manilla dispuesto a entrar, cuando la mujer sujeta la puerta, poniéndose frente a él.

— No te lo has hecho.

Levi mantiene el ceño fruncido, su expresión es neutra y Hanji sonríe ante aquel silencio. Eso es una afirmación. El azabache se cruza de brazos y la observa alzando una ceja ante la expresión que ha adquirido.

— ¡Claro! Tú no ingresaste a la Legión como nosotros, llegaste después con Isabel y Farlan. Mierda…

El hombre frunce más el ceño y la aleja de un empujón para poder entrar a su oficina. La chica se quita del camino y Levi cierra la puerta. Sabe que se ha enojado, pero eso no es lo que le importa, sino saber que sus sospechas pueden ser reales.

— ¡Levi! ¡Te espero en la enfermería en una hora!

Ella no está muy segura de si él irá, pero de todos modos se va para comenzar a preparar las cosas y tomar las muestras de sangre de los demás.

A los pocos minutos, Armin está recostado en la camilla, Hanji presiona con sus dedos bajo su vientre y los desliza por la zona para luego volver a presionar. Ese es el procedimiento para saber si hay presencia de un “útero” dentro del chico. Después toma su sangre con una jeringa y la guarda dentro de un frasco. Para luego darle otro donde le pide una muestra de orina.

Jean, Eren y Conny son los últimos. Mientras Hanjie termina de escribir algunos datos en su carpeta, la puerta se abre dejando pasar a Levi, que tiene sus orejas negras alzadas, en clara señal de alerta. Ella sabe que él se siente incómodo, pero está feliz de que haya accedido a ir.

— Termina pronto, quiero ir a dormir, mañana debemos madrugar para finalizar los detalles para cuando regresen de la misión—dice el hombre recostándose sobre la camilla.

Una risita se escapa de entre los labios de Hanji, que después de palpar la zona abdominal de él se emociona con los resultados de aquello. Levi suelta gruñidos y agita la cola, pero no hace nada por detenerla. Y una vez que terminan, se baja la manga de la camisa, de donde le había sacado sangre, y se va del lugar sin decir palabra alguna.

Las horas transcurren, pero a Hanji no le interesa. Quiere tener esos resultados lo antes posible. Cuando termina, revisa los frascos donde guardó algunas muestras de orina y al mismo tiempo revisa las muestras de sangre.

Cuando los resultados por fin son revelados, aún quedan unas horas para el amanecer. Pero Hanji duda de si será capaz de dormir después de esto.

 

 

Notas finales:

¿Cuáles serán esos resultados?

 

Bueno, no fingiré nada, ya lo sabemos xdd pero espero sorprenderlas en otros aspectos ;)

Gracias a todos lo que siguen el fic y mis más sinceras disculpas por la demora, pero que sepan que lo finalizaré pase lo que pase.

Espero que la espera haya valido la pena para lo que se viene.

Saludos y besos pegosos~


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