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Efectos Secundarios por Leana

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Notas del capitulo:

¡Hola! Aw, sí, sigo feliz por el triunfo de Chile~ Carajo! –rueda por el suelo y va por alcohol con la excusa de celebrar-

Aquí un nuevo capítulo. Espero que les guste y bueno, en las notas finales les dejaré unas cuantas preguntitas. 

 

 

Capítulo 23

 

 

 

 

Después de terminar de limpiar el cuartel de manera minuciosa para no tener que repetir la tarea, dan la una de la tarde. El escuadrón 104 se reúne fuera de la enfermería, donde Hanji los ha citado, una vez que terminaran de hacer las tareas encomendadas por el Capitán Levi, para poder darles los resultados.

Conny es el primero en entrar para saber su condición, y cuando sale del lugar agita una hoja y dice su resultado: negativo. El chico se siente indiferente hacia la respuesta, ya que, como todo enamorado, se proyecta junto a Sasha, la cual es obvio que puede darle hijos. Pero no se queda para saber el resultado de los demás, y se va directo a la cocina para contarle a su novia y ayudarla con el almuerzo también.

Los únicos que quedan son invitados a pasar uno por uno, y el primero es Armin.

— Aquí están tus resultados —dice Hanji entregándole una hoja con el reporte correspondiente escrito a mano por ella, el cual el rubio lee atentamente—. Felicidades, Armin.

— Oh, no…

Armin se lleva una mano a la boca ante las palabras ahí escritas. Él tiene la capacidad de tener bebés y… es positivo. Está embarazado. Siente que el mundo le da vueltas con esa frase que se atora en su mente, siente como si el suelo desapareciera a sus pies y las ganas de vomitar le provocan una arcada. Hanji se levanta con rapidez y le pasa el brazo por la espalda con caricias dulces ante la preocupación.

Sus ojos se encuentran y la mujer puede ver el más puro miedo reflejado en los del rubio.

— Tranquilo, todo va a estar bien.

Pero Armin parece no escucharla, la mira sin decir palabra alguna, apenas asimilando aquello. Pensando que tiene un bebé dentro de él. Irvin es el padre. Lo que lo asusta es precisamente eso, el Líder de la Legión es el padre, un hombre con suficientes responsabilidades como para tener otra adicional.

Eso no estaba en sus cálculos, jamás se imaginó algo así. ¡¿Cómo fue a dejar pasar semejante posibilidad?! La de ser capaz de concebir. Debió haberlo previsto, haber tomado precauciones, pero no, su mente lo dejó pasar y ahora tendrá que pagar las consecuencias de su descuido.

— Debo hacer los exámenes pertinentes, para saber cuánto tiempo de gestación tienes y así poder darte un diagnóstico acorde a tu estado actual —explica Hanji sin dejar de acariciar la espalda de Armin, demasiado preocupada por aquella reacción—. Estoy segura que los genes animales en sus cuerpos aumentaron la fertilidad, pero no sé aún si esos genes podrían tener consecuencias en el feto.

Ante la aterrada mirada del rubio, Hanji suelta una risita un tanto suave, para no alterarlo, y vuelve a su escritorio.

— Pero no te preocupes, si fueron capaces de quedar embarazados, no creo que haya ningún riesgo para el bebé.

A pesar de las palabras claras de Hanji, el chico no puede hilar ningún pensamiento coherente. Lo único que puede imaginar es la cara de horror de Irvin cuando se entere de aquello. Tiene miedo, y le duele en lo más profundo del pecho, y todo es tan confuso… tan repentino que se levanta rumbo al cuarto que antes compartía con Mikasa, y lo hace de manera casi automática, sin siquiera darse cuenta de su actuar.

¿Qué es lo que pasará con él y su bebé ahora?

Se sienta sobre la cama que le pertenecía, envolviendo su estómago con las manos. Alguien toca la puerta y Armin permanece en silencio, ajeno a cualquier otra cosa. Mikasa aparece cerrando la puerta suavemente, caminando hasta la cama para sentarse a su lado.

— Mikasa —habla el rubio con un hilo de voz, sin siquiera atreverse a mirarla—. Salió… salió positivo y… estoy embarazado.

A la chica el estómago le da un vuelco, un sentimiento profundo se ha despertado en su interior, el cual no sabe con exactitud como describirlo. Como felicidad efervescente. Se levanta y Armin frunce los labios ante su repentina acción, piensa que está enojada, pero cuando esos brazos lo envuelven en un cariñoso abrazo, el rubio se estremece de alivio.

— Felicidades, Armin.

Su voz, tan feliz, tan sincera, provocan que sus ojos azules se llenen de lágrimas. Mikasa está arrodillada frente a él y lo abraza de tal manera, que siente su propia felicidad hacerse más clara. Tendrá un bebé y del hombre que ama. Pero el miedo del mismo hecho se vuelve a hacer presente y no puede controlarlo. Un suspiro cargado de angustia escapa de sus labios y la azabache lo encara con el ceño fruncido al percibirlo.

— ¿Qué sucede? —Pregunta con esa actitud maternal que ha tenido desde siempre.

— Yo… no sé cómo reaccionará Irvin.

— Estará feliz, por supuesto.

— Vamos, Mikasa —dice Armin frunciendo el ceño, poniendo una mueca de total frustración ante el optimismo de la chica—. El Líder está lo suficientemente ocupado como para hacerse cargo de un hijo.

La mirada de Mikasa es impasible, como si esa situación no tuviera la mayor relevancia. Armin sabe que para la chica las cosas son de dos modos, o es negro o es blanco, las tonalidades grises son una simple estupidez, excusas para justificar la indecisión.

Entonces Mikasa alza la mano para acariciar la mejilla de Armin, y luego acariciar la larga oreja de conejo que cae a un lado de su rostro.

— Es nuestra familia, Armin. Y yo estaré contigo pase lo que pase.

Para muchos, Mikasa puede ser fría, que solo piensa en Eren. Es obvio, es su única familia. Él la salvó de la muerte. Y desde que quedaran solos en el mundo, ella también incluyó a Armin en su pequeño núcleo. Se han protegido mutuamente, se han apoyado sin importar qué.

Armin sonríe, tomando la mano de la chica, que le devuelve el gesto pero de manera más leve. Él se siente agradecido de tenerla a su lado, sobre todo en un momento como ése. Y con ello, deciden ir juntos a la revisión que le hará Hanji.

Cuando están en la enfermería, Hanji inicia con el chequeo muy emocionada. Tomando muestras de sangre, palpando su abdomen y haciéndole preguntas sobre cómo se siente al tocar en ciertas zonas sensibles. Ella sabe que el embarazo masculino es sumamente complicado, a pesar de los años que lleva esta evolución, que aún no está completa en los varones, y de que ella es una de las mayores expertas en el tema. Por esa razón, tiene más cuidado con sus estudios, procurando tener un registro de todo.

Cuando termina, sonríe guardando sus archivos en una carpeta y se acerca al chico dándole unas pastillas para los nervios.

— Los resultados concluyentes estarán dentro de tres días, para entonces, Irvin estará aquí —le informa la científica con una sonrisa intensa, pensando que eso animará al chico, que al contrario, se pone aún más ansioso—. Por ahora debes tomar estas pastillas con vitaminas y procura alimentarte bien, más tarde te entregaré una dieta más específica.

 

 

 

 

 

Levi camina por el pasillo a paso veloz, con el papel de su resultado en la mano. Todo se confunde, los pensamientos se derriten y mezclan en su cabeza. No sabe qué hacer, por primera vez en su vida se siente aturdido, terrible. Para empeorar el asunto, Eren está parado a un lado de su puerta. El aroma característico del chico llega hasta sus fosas nasales y las orejas de Levi se tensan en respuesta al tiempo que agita su cola. Chista al darse cuenta de que todo le parece más intenso. Su aroma, su vista, sus ansias por abrazar al mocoso.

Pasa de largo, ignorando a Eren que lo toma de la muñeca con fuerza antes de que huya.

— Levi…

Pero el hombre no dice palabra alguna, clavando sus grisáceos ojos en el chico, para luego golpear su pecho con el papel en la mano, a lo que Eren lo toma parpadeando confundido ante esa actitud.

En cuanto lo abre y pierde su atención en el felino, la puerta de la habitación de Levi se cierra y sus oídos captan el sonido del seguro al pasar. Lo ignora unos instantes y sus ojos verdes danzan raudos por las letras ahí escritas.

 

Posee la capacidad de concebir.

Embarazo: positivo.

 

Un jadeo escapa de sus labios, su pecho se oprime y Eren alza el rostro con la boca abierta. ¿Es lo que él cree que es? ¿Eso significa qué…?

Será papá.

Eren se tambalea, apoyándose en la muralla a su lado y sintiendo la fría piedra contra su mano. Pero no es eso lo que quiere sentir en ese instante, sino la piel del ser al que ama, el mismo que lleva el fruto de su amor en su interior.

 

 

 

 

 

La puerta se cierra tras Jean, que avanza a paso lento hacia la mujer sentada tras el escritorio. Tiene un mal presentimiento, como el líder nato que es, su instinto le avisa que algo sucede, captando todas las señales del ambiente. Porque Conny pudo irse bastante rápido, en cambio con los demás la mujer se ha tomado su tiempo.

Toma siento alzando la pierna y la apoya en su rodilla, pasando el brazo tras el respaldo de la silla. Su posición refleja seguridad y aburrimiento, una mera pantalla de su nerviosismo, el cual lo está haciendo sudar frío.

Para peor, Hanji parece leer atentamente unas hojas frente a ella, sin tomar en cuenta su presencia. A lo que Jean frunce el ceño.

Entonces los ojos de la chica se clavan en él.

— Felicidades, Jean…

En esos leves segundos, el chico siente su estómago irse de golpe a su garganta. “felicidades” ¿no es eso lo que le dicen a la mujeres que están embarazadas? ¿Eso quiere decir que él tiene esa capacidad? ¡Pero si solo ha tenido sexo hasta el final una vez, maldita sea! ¡¿Cómo mierda Marco puede ser tan potente?!

— Tienes la capacidad de concebir —Jean traga con fuerza desmedida, haciendo que la tráquea le duela, y en esos instantes puede jurar que Hanji le va decir que espera un mini-Marco—. Ahora que lo sabes, es tu decisión si quieres un bebé más adelante. Aunque debes tener cuidado por ahora, los genes animales dentro de ti te vuelven mucho más fértil.

Carajo, todo eso suena demasiado femenino para su gusto.

Pero todo el terror se disipa como neblina vaporosa y el alivio hace a sus músculos temblar ante lo tenso que estaba. Jean asiente, sin saber muy bien qué decir y recibe los papeles que le entrega la científica.

— Tienes mucha suerte, Jean —le dice Hanji con una sonrisa, sus ojos brillantes asustan un poco al chico, es la típica expresión que tiene cuando una idea se cruza por su mente—. No todos tienen esta hermosa oportunidad.

Jean parpadea varias veces, esas palabras lo toman por sorpresa. Se limita a asentir y se retira de la enfermería.

Cuando llega a su cuarto, se deja caer en la cama pesadamente, toma la hoja con sus resultados y la revisa por él mismo, leyendo una y otra vez que él tiene la capacidad de engendrar un hijo dentro de él. Las emociones que lo atiborran con aquel pensamiento se vuelven confusas. Le costó bastante aceptar sus sentimientos por Marco, su mejor amigo, que ahora es su pareja, y de golpe le dicen que él puede ser mamá. El mundo realmente está en contra de su hombría.

Chasquea la lengua tirando el papel sobre la cama. Se lleva las manos a la cabeza mientras sus pensamientos siguen divagando en contra de su voluntad. Preguntas aparecen en su mente, tales como ¿qué pensará Marco cuando se entere? Seguramente será muy feliz, ¿n0?

Mierda.

No es necesario decirle, de todos modos. Se lleva una mano al puente de la nariz y frunce el ceño, tendrá que inventarse una buena excusa para decirle a Marco que debe acabar afuera, sin falta.

 

 

 

 

 

Ya han pasado más de dos horas y es el turno de Levi para la revisión de su estado.

Después de beberse una taza de té que le dio Christa, Eren vuelve al cuarto del mayor, sabiendo que debe estar por salir. Tragando duro, golpea la puerta con el nerviosismo latente en todo su cuerpo. Tensa sus orejas pero ningún sonido llega hasta él, por ello, decide probar su suerte y entrar de todos modos.

Levi está de pie frente a la ventana de su cuarto, es larga y enorme, da de lleno hacia la zona boscosa, donde un árbol de secas ramas se extiende tras el cristal. Sus ojos grises no se despegan del vidrio, mirando más allá de este, y Eren no sabe qué decir con exactitud, su amado se ve muy pensativo, pero su paciencia se agota con rapidez y decide avanzar unos pasos hasta quedar a menos de un metro de él.

— La señorita Hanji…

— Esto no cambia nada, créeme —lo interrumpe Levi, haciendo que el chico frunza el ceño sin comprender esas repentinas palabras—. No tienes ninguna obligación de seguir conmigo a partir de ahora.

— ¡¿De qué estás hablando?! ¿Acaso estás terminando conmigo? Levi… si hice algo mal…

El hombre se gira frunciendo el ceño, ¿es que acaso no habló claro? —Eren, eres un mocoso aún, te quedan un montón de personas por conocer, vivencias que compartir, una chica que sea una buena esposa. Como hombre, como Capitán, yo no puedo darte eso.

Eren lo mira con sus ojos verdes llameando de intensidad. Hasta entonces, Levi no se ha dado cuenta de cuanto ha crecido aquel “mocoso”, si bien es físicamente notorio: con su alto porte, sus músculos marcados pero conservando las zonas blandas propias de un joven y su voz enronquecida ya no es tan ruidosa. Pero esta vez es más consciente de su madurez, porque sus ojos lo miran intensamente, reflejando su decisión y solo eso hace flaquear a Levi, aunque por supuesto no lo demuestra.

Su felina cola se agita como un látigo, pero los ojos de Eren siguen fijos en él.

— ¿Cómo puedes decir eso? —Pregunta el chico apretando la mandíbula—, llevas un hijo mío dentro, la prueba de que nos amamos. Pero al parecer no es mutuo, estás buscando excusas, Levi.

Eso lo toma desprevenido. Eren es impulsivo, lo sabe mejor que nadie, y hasta cierto grado eso le parece interesante, le gusta. Pero jamás le ha subido el tono de voz, el respeto que el chico ha mantenido durante todo el tiempo que se conocen ha estado intacto a pesar de todos estos años. De todas sus vivencias.

Levi lo mira fijamente, entrecerrando los ojos ante la fiera mirada de su amante.

— Llevamos solo un mes y poco más de salir. Esto es muy precipitado, ya verás que en un tiempo más no pensarás así.

— Deja de poner obstáculos, estoy harto de eso —dice Eren, pero su voz es suave, aunque sus orejas siguen tensas—. Te amo desde hace tanto… que estoy seguro de que eso no cambiará a estas alturas. Tener un hijo no me obliga a nada, es mí decisión, son mis sentimientos.

No sabe de dónde un mocoso como él ha sacado palabras tan profundas. Levi siente su corazón latir con fuerza, como una chica de quince años… y de alguna estúpida manera,  le encanta. Se acerca a Eren a paso lento, alza la mano y acaricia su mejilla con el pulgar. El chico se inclina levemente, siendo llamado por esos finos labios.

El contacto es suave, roces y caricias leves que pronto profundizan con la boca abierta y el permiso de la lengua contraria a entrar. Levi se aleja levemente y Eren apoya su frente contra la suya, sintiendo su cola agitarse con alivio.

— Vamos, cachorro, o la desquiciada ésa se pondrá aún más pesada si la hacemos esperar más.

Con una sonrisa, Eren lo sigue hacia la puerta. Pero cuando Levi pone la mano en el pomo, el castaño la cierra de manera repentina, parándose atrás de él. Levi lo oye inhalar en su nuca y Eren lo envuelve en un abrazo, dejando las manos sobre su abdomen, acariciando suavemente entre temblores de sus manos. Levi puede sentir los latidos de ése errático corazón contra su espalda.

— Estoy… estoy tan feliz… Levi, te amo.

Un gruñido escapa de los labios del mayor, que se sacude del agarre para luego salir hacia el pasillo, con una leve sonrisa sobre los labios.

 

 

 

 

 

El día es extremadamente frío, con un cielo gris y árboles desnudos, un paisaje tan propio de un bello invierno que ya se ha instalado en el cuartel.

Los ánimos dentro del castillo están por las nubes, este es el día en que vuelven de la segunda expedición realizada desde la desaparición de los titanes. La expectación es tremenda. Todos ordenan el lugar mientras se prepara un almuerzo digno de reyes para recibir a sus queridos amigos, amantes y compañeros.

Armin se coloca una chaqueta bastante gruesa, con pelos en el gorro, además de unos guantes para poder salir al exterior sin sentir el frío en su ahora sensible cuerpo. Sus ojos azules se clavan en el cielo, seguramente esa noche nevará. Es entonces cuando el sonido de los caballos galopando hace que sus largas orejas blancas se alcen tensas, captando todo a su alrededor; éstas se giran para tratar de distinguir la distancia del sonido y pronto dos soldados atraviesan el portón de la entrada con sus capas agitándose contra el viento, tan libres como las alas que llevan estampadas.

El corazón de Armin se acelera cuando ve a Irvin, que se baja de su caballo agradeciendo a un soldado por llevárselo. El chico traga con fuerza cuando el hombre corre hacia él y lo abraza con fuerza.

— Te he extrañado, Armin. Estoy de vuelta.

Irvin no se explica ese fuerte deseo de querer volver lo antes posible, siempre ha sido muy bueno dominando sus emociones, pero esta vez todo se le ha escapado de las manos. Entonces siente su hombro húmedo y se aleja para ver a Armin llorando.

— Hay algo que tengo que decirle…

Frunce el ceño sintiendo un remezón en su interior. Por primera vez en muchos años, Irvin no es capaz de hacerse una idea de lo que se aproxima, Armin no le da señales de nada, solo de que es algo malo, debido a las lágrimas y sus orejas gachas, pero algo dentro de él ansía escuchar aquellas noticias.

 

 

Notas finales:

¿Cómo reaccionará Irvin?

Queridísimos lectores~

En vista de muuuchas cosas, sólo quiero saber algunas cositas y me gustaría que fueran sinceros, por fis:

¿Creen que la historia es en extremo descabellada? Digo, sí es bastante loca, pero vamos, mis caprichos no son normales y sho quería a estos chicos con orejitas.

¿Quizás el M-preg sea mucho para la trama? No es que me arrepienta, es solo que cuando tenía 8 capitulos del fic pensé que quedaría bien, pero cuando tengo 23 capítulos, pienso quizás sea mucho.

Eso, ¿a raíz de qué? Pues no sé, han pasado tantas cosas en este mundo de los Fics, que ya hasta estoy dudando de subir historias alocadas como estas. Es sólo eso.

Otra cosa, no habrá dia en específico de publicación, puede ser el viernes, sábado o domingo. Todo depende del destino y mi instituto.

Saludos y besos pegosos~


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