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Efectos Secundarios por Leana

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Notas del capitulo:

Semana 3: El martes soy libre. Hay un aviso importante. Ojalá no me odien :C Los adoro.

Ojalá les guste este capítulo… comienza la acción.

 

 

Capítulo 27

 

 

 

 

Armin camina por el pasillo a paso lento, revisa unos papeles entre sus manos mientras sus orejas blancas están alzadas para ayudarle a orientarse sin la necesidad de ver por dónde camina.

Necesita llegar pronto a la oficina de Irvin para poder comenzar a crear los nuevos mapas de las tierras exploradas alrededor de los muros, señalando los lugares que están asegurados de la ausencia de titanes, y dónde encontrar agua o poder acampar sin problemas.

Cuando atraviesa la puerta ve a Irvin con la mano en el mentón mientras observa el enorme pliego de papel apoyado sobre el escritorio, al parecer ya ha comenzado. Cuando alza la mirada sus ojos parecen brillar mientras ve a Armin acercarse a la mesa con una sonrisa, dejando los papeles sobre ésta.

— Éstos son los datos que ha llenado Marco durante la noche, más tarde vendrá a ayudar con lo que recuerda de la ruta, por ahora está acompañando a Hanji en el bosque —dice Armin tomando asiento frente a él.

Irvin se levanta y rodea el escritorio—. Me parece perfecto, ya he comenzado con los trazos, así que esto me ayudará mucho.

Se inclina y deposita un casto beso sobre los labios del rubio, que recibe su boca con el cosquilleo hormigueándole bajo la piel, sus orejas caen, pero no por miedo, es por el relajo y la desconcentración. Esas atenciones le gustan mucho.

— ¿Cómo te has sentido? —Pregunta el mayor acariciando sus orejas de conejo con delicadeza.

— Bastante bien, en realidad, no he tenido dolores ni mareos, aunque la Señorita Hanji dice que eso puede venir más adelante.

— Eso quiere decir que nuestro bebé será tranquilo —dice Irvin con una sonrisa, dejando la mano sobre el aún plano vientre del chico.

Armin sonríe ampliamente mientras se deja caer hacia atrás y así le da más acceso a Irvin a su abdomen. Siente las lentas caricias, pero quiere sentirlo directamente, así que se desabrocha el abrigo y la mano de Irvin vuelve a acariciarlo, dejando que el calor de su mano traspase la camisa de Armin. Lentamente comienza a tirarla para sacarla del pantalón y así sentir su piel, no quiere desabrigarlo, por ello cuela la palma bajo la camisa y siente su suave piel.

Se siente demasiado bien, y Armin está muy tranquilo, puede disfrutar de la sensación de cariño, la conexión que crea ese bebé y un contacto tan íntimo. Está esperando un hijo del hombre a quién ama y él también está muy feliz. Serán padres. No quiere que los titanes vuelvan, tampoco que le Rey siga molestándolos. Pero Armin sabe que por ahora eso es imposible y también está consciente del papel que juega Irvin en la Legión.

Por ello se deja llevar despejando la mente de aquello, vive el momento y quiere descubrir todo ese proceso junto a Irvin. No está solo, y por primera vez en la vida siente que algo le pertenece. Tendrá una familia propia.

— Oh, ya es la hora de tomarme las vitaminas —avisa Armin sentándose derecho nuevamente, se acomoda la camisa y se abotona la chaqueta gruesa para protegerlo del frío.

Besa a Irvin en los labios, aunque esta vez el beso es un poco más profundo, uniendo sus labios, jalándolos de vez en cuando y sintiendo su sabor.

— Volveré de inmediato —le avisa antes de salir del despacho.

Irvin sonríe cuando la puerta se cierra. Se gira para volver a sentarse tras su escritorio y su mente divaga en lo que está sucediendo. Ama a Armin, pero jamás se proyectó de esta manera con él. No porque no quisiera, sino que su mente siempre ha estado enfocada en la Legión. ¿Un hijo? Ha sido una noticia increíble, pero hermosa. Como si todos sus años de sacrificio y entrega fueran retribuidos.

Siempre ha sido calculador, inteligente, y sabía muy bien que jamás podría darse este lujo. Pero nada de eso importa ahora, Armin es su pareja, tendrán un hijo, y sólo eso ocupa sus pensamientos. Lo dejaría todo por ellos, pero antes de pedir un retiro, porque eso ya está decidido, necesita dejar a la Legión en buenas manos.

¿Quién sería un buen candidato? Hanji, lo más probable. Aunque tampoco sabe si la mujer tiene planes a futuro, lleva mucho tiempo de noviazgo con Moblit, aunque son muy pocos quiénes lo saben, y está la posibilidad de que alguna vez quieran formar una familia.

Suelta un suspiro. Aquello no está fácil. Aun así no se apura, tiene unos cuantos meses para dejar todo en orden y buscar entre sus subordinados.

Por fin Irvin será egoísta, se dedicará a su familia. Los años de servicio a la Legión ya están pronto a acabar, seguirá en contacto y ayudando, pero otra será su prioridad.

Un estruendo hace vibrar las ventanas de su despacho. Irvin se cubre los oídos por inercia ante el taponeo y el pitido que le sigue. Se levanta desorientado, con el corazón latiéndole a mil por hora.

¿Habrá sido Hanji con sus inventos otra vez? No, algo se le hace muy extraño. Sigue su instinto y sale corriendo por el pasillo siguiendo a los demás soldados que corren rumbo al lugar de donde provino el sonido.

El humo sale desde la puerta del despacho de Levi y se detiene en el marco de la puerta comenzando a toser. Pero cuando el humo comienza a disiparse, Irvin puede ver a Levi sobre otro hombre, sosteniéndole el brazo tras la espalda y apoyando la rodilla sobre su cabeza.

— ¡Habla! —Le grita Levi al hombre haciendo más presión, y por algún motivo, Irvin no quiere avanzar.

— ¡Fuimos enviados por el Rey! ¡La Legión de Reconocimiento está acusada de traición!

Ni siquiera la acusación es lo que hace eco en su mente, sino  ese “fuimos”. Hay más de ellos.

Irvin tiene esa corazonada, un muy mal presentimiento, se gira y comienza a correr rumbo a su cuarto, esperando encontrar a Armin ahí, pero no hay nadie, ni siquiera señales de que hubiese estado ahí. Sigue corriendo por el pasillo ignorando todo lo demás, sólo un objetivo en su mente.

De detiene en la cocina y ve un vaso roto en el suelo, el agua mojando la madera. Todas las teorías y pensamientos pasan raudos por su mente. Corre hacia la ventana, pero no ve nada, no hay caballos, no hay algún carruaje, no hay nada. El hombre golpea el vidrio con el puño y para cuando se gira choca con Mikasa de frente.

— ¿Dónde está Armin? —Pregunta la chica haciendo que Irvin trague duro, sus peores miedos se están haciendo realidad.

— Vino para tomarse las vitaminas, pero… no lo encuentro —contesta el Líder de la Legión mientras su mente baraja tantas cosas que hacer ahora que le cuesta decidirse por una.

Jean entra en la cocina, seguido de Marco, así que Irvin aprovecha que hay varios de los soldados para poder dar órdenes.

— El soldado Armin no está, por su estado es nuestra prioridad encontrarlo. Así que dejaremos que Levi se encargue del espía del Rey y nos dividiremos por el castillo. Marco, tú iras conmigo, trae a tu caballo.

— ¡Sí, señor! —Contesta el pecoso poniendo su puño en el pecho y girándose para salir de ahí.

— Deben comunicarles las órdenes a todo aquel con el que se topen. ¡Vamos!

Las órdenes han sido dadas e Irvin comienza a moverse con rapidez.

A caballo recorre los alrededores del castillo, entrando al bosque, pero no hay nada, huellas de vez en cuando, pero lo suficientemente pocas como para saber que es para distraerlos, además no son frescas. Irvin quiere rastrearlos, pero no está seguro de si Armin fue secuestrado, como también sabe que no puede dejar el cuartel así como así.

Cuando vuelven al castillo, los soldados poco a poco comienzan a reunirse en el living, todos con malas noticias: Armin no está por ningún lado.

Irvin se lleva las manos al cabello, por primera vez Hanji lo ve tan nervioso, y no es para menos. Todos saben lo que Armin significa para él, más aún con un bebé en camino. Hay demasiado que perder en esta ocasión.

Levi, Hanji, Eren y Mikasa son llamados al despacho del mayor, donde se acomodan para conversar sobre aquel sorpresivo ataque.

—Levi, infórmanos.

— El cerdo ése dijo que el Rey envió a un espía hace algunas semanas, con el fin de encontrar un motivo para poder desacreditar a la Legión y así quedarse con Mikasa. Y la encontró…

— Armin —finaliza Eren frunciendo el ceño, mostrando los dientes mientras su cola se pone rígida.

— Quieren hacer un trato contigo —aclara Levi cruzándose de brazos.

— Entonces está confirmado que se lo llevaron —dice Irvin dándose la vuelta para mirar por la ventana y así poder formular un plan rápido y efectivo—. Haremos lo siguiente: huirán. Marco sabe sobre un castillo abandonado fuera de los muros que es habitable, yo iré por Armin y nos reuniremos allá.

Mikasa da un paso al frente y clava sus negros ojos en los celestes de aquel hombre. —Lo siento Señor, pero no puedo obedecer esa orden, yo también iré por Armin.

— Somos su familia, no podemos dejarlo —dice Eren parándose junto a Mikasa.

Irvin frunce el ceño pero pronto suaviza la expresión y suelta un suspiro. Todo aquello se le está yendo de las manos y eso no le gusta, ¿hace cuánto fue que tuvo esa sensación? Demasiados años. Aun así, siempre sabía que hacer luego. Pero en esos momentos todo es un revoltijo en su mente.

— Además, está la posibilidad de que todo esto sea una trampa, que Armin nunca llegue al castillo y te estén esperando —agrega Hanji agitando una mano, frunciendo el ceño con expresión cauta—. Irvin, lo más acertado sería esperar hasta mañana —aconseja ella con voz suave, sabiendo cómo debe sentirse su amigo.

Irvin respira profundo, tiene razón, no pude perder la calma, no con algo tan importante. Enfriando la cabeza, se sienta frente al escritorio y comienza a escribir cosas en un gran papel. El plan lo desarrollará de inmediato, mientras antes tengan a Armin de vuelta, mejor.

 

 

 

 

 

Eren camina hacia Marco que termina de beberse el vaso de agua. Estuvo galopando y rastreando por bastante tiempo, así que intenta hidratarse antes de que comience la nueva misión.

El castaño se detiene a su lado y la plática pronto comienza. Opiniones y predicciones sobre el plan que les ha indicado Irvin. Marco es bueno sopesando posibilidades y eso Eren lo sabe, por eso la opinión del chico le interesa.

— ¿Pero no sería muy arriesgado que Levi participe de esta misión? —Pregunta Marco al recordar la condición del Capitán.

Un suspiro sale por los labios de Eren. —Sí que es peligroso, pero él quiere participar, dice que evitará la pelea directa, pero que no puede rehuir de su deber.

— El Capitán Levi es muy correcto, ¿no?

El sonido del vidrio al quebrarse. Ambos chicos fruncen el ceño mientras cruzan miradas y comienzan a correr por el pasillo. ¿No se supone que los problemas habían terminado?

Pero Eren sabe que está muy equivocado cuando reconoce el sonido de un disparo provenir desde el cuarto dónde estaba amarrado el soldado enviado por el rey. Aún quedaba interrogarlo para saber la ubicación exacta de Armin, pero no sabe quién está de guardia en ese momento.

Abre la puerta de golpe y no puede creer lo que sus ojos le muestran: Levi está parado frente a aquel hombre que lo apunta con un arma, mientras otro soldado yace en el suelo retorciéndose de dolor.

Marco atiende con rapidez al herido, pero a Eren no le puede importar menos. Quiere gritarle a Levi que retroceda, pero las palabras no salen de su boca que se seca de golpe. No sabe que hacer, está tan nervioso que apenas puede tomar una decisión. Solo sabe una cosa, y es que quiere que ese imbécil deje de apuntar a Levi.

— ¿Sabes que no podrás escapar, cierto? —Dice Levi con su voz fría, la habitual, y Eren nunca deja de sorprenderse por la fuerza intacta que permanece en el mayor a pesar de los años. Esa entereza que solo se logra con la experiencia.

— Claro que podré, y ustedes serán todos enviados a la horca —contesta el chico, que luego frunce el ceño y escupe el suelo, cerca de las botas de Levi, que mueve la cola como un látigo, mostrando su enfado ante un gesto tan sucio—. Todos ustedes son unos traidores, ¿quién les dijo que podían tener una familia? La Legión de Reconocimiento es solo alimento para Titanes, el palo blanco de las fuerzas militares. No tienen derecho a nada.

— ¡Cállate! Pedazo de basura… te mataré con mis propias manos… —Eren pierde los estribos, nervioso por sus palabras y por la situación.

— ¿Y me devorarás también? Eres un monstruo, ¡incluso tienes orejas! Ustedes son todos unos enfermos que experimentan y no sirven para nada. Aunque la única diferencia de antes, es que ya no le sirven a nuestro rey. Ven por mí y verás cómo le atravieso la cabeza con una bala a tu estúpido Capitán.

Eren aprieta la mandíbula ante esa amenaza. Está enojadísimo, nervioso y preocupado. Sus orejas perrunas están hacia atrás y su cola totalmente recta. Huele el nerviosismo en aquel soldado, pero también ese toque de miedo, el mismo que lo puede llevar a apretar el gatillo si se siente amenazado.

Marco está arrodillado junto al herido, una bala que ha sido lanzada. Prueba de que ese chico es capaz de herir o matar a alguien.

Oye pasos por el pasillo y su oreja se gira hacia el lugar. Hanji se detiene en el marco de la puerta ahogando un jadeo. Sabe lo que pasa en cuanto analiza la situación, y extiende un brazo para detener a los demás soldados antes de que crucen la puerta.

— ¡Que nadie más entre! ¡Sólo un movimiento y dispararé! —Amenaza el chico comenzando a desesperarse mientras retrocede hacia la ventana rota, con la intención de huir.

Mala idea ponerlo en un primer piso, piensa Levi avanzando unos pasos, pero el chico lo mira atento, a él más que a nadie, y el arma está fija en su persona.

Pero el chico parece perder la calma cuando Levi comienza a avanzar, Eren quiere advertirle, pero también confía en él, y más que nada, tiene miedo a hacer algo que pueda poner a ese novato aún más nervioso.

Eren se mantiene atento, olfateando el aire para percibir sus emociones, ha aprendido a controlar y reconocer aquello con su instinto animal. Respira con fuerza, botando el aire con lentitud. El aire es pesado, la tensión lo llena todo y nadie se mueve, solamente Levi, que avanza hacia ese chico que ahora comienza a temblar con el arma sin dejar de apuntar hacia donde su mirada está quieta.

A pesar de todo, Eren no se explica aquello, ese sonido que lo aturde, el humo saliendo desde la punta de esa pistola y Levi cayendo hacia un lado, pero no sin antes arrebatarle aquella arma al chico.

No piensa, todo se vuelve rojo ante sus ojos y Eren se lanza como una bestia contra ese chico e inmovilizándolo contra el suelo, lo golpea una, dos, tres veces, y le siguen muchas más. Su rugido animal, sus orejas perrunas hacia atrás. Nada lo detiene, hará pagar a ese estúpido por haberse metido en el cuartel, por secuestrar a Armin, por herir a Levi.

Levi.

Jadeando se detiene, sintiendo el calor húmedo en sus nudillos cuando alza las manos. Está salpicado en sangre, el suelo, sus manos, su propia ropa, y el chico bajo él no se mueve. Es consciente de lo que acaba de suceder cuando es Mikasa quién posa una mano sobre su hombro: lo ha asesinado.

Gira el rostro siguiendo la mirada de la azabache y ve a Levi en el suelo, más sangre. Hanji está arrodillada a su lado y lo examina. Eren se le une con rapidez, mirando a Levi que aprieta la mandíbula mientras sus orejas de color negro decaen rígidas.

— Levi…

— No es la primera vez que me disparan, pero no recordaba que doliera tanto —dice el hombre cerrando los ojos con fuerza.

Hanji le abre la camisa con una cuchilla, la bala le ha rozado el costado, pero no está segura si algún órgano importante fue dañado, la sangre es mucha y no le permite ver nada.

— Debemos llevarlo a la enfermería rápido. Conny, Jean, traigan la camilla, ¡ahora! —Ordena la mujer volviendo su vista hacia el felino, que mueve la punta de la cola con desesperación.

— Levi… ¡Levi! —Eren se da cuenta de que está perdiendo el conocimiento cuando sus ojos grises se van hacia arriba, haciéndolos ver blancos, y la mano que descansa sobre su frente cae hasta el suelo.

— Está perdiendo mucha sangre…

— ¡Por favor! ¡Por favor, no me dejes! No ahora. —La voz de Eren es alta, ronca por culpa de las lágrimas que comienzan a caer por su rostro. No sabe en qué momento de desató todo aquello, qué fue lo que gatilló que ese imbécil disparara. Y aun así se siente culpable.

Ahí es cuando las preguntas y remordimientos comienzan a atiborrar su mente: debió haberlo advertido, debió haber corrido y quizás hubiese alcanzado a sacar a Levi del ángulo de la bala. No debió dejarlo solo.

Las lágrimas mojan la camisa rasgada y manchada de rojo perteneciente a Levi. Hanji alza la vista lo justo para sentir ese retorcijón en el estómago, subiendo por su pecho. El dolor que transmite Eren es palpable e incluso ella siente ganas de llorar. Pero se mantendrá serena, debe ayudar a su amigo y al bebé.

La mujer se levanta cuando llega la camilla y se acerca a Eren, que es sostenido por Mikasa de los hombros para alejarlo de Levi.

— ¡No! ¡Levi, abre los ojos! ¡Levi! ¡Levi! —Grita el chico, cuando la mano de Hanji agarra su muñeca y lo jala con brusquedad para que suelte la del Capitán.

Sus miradas se encuentran, los esmeralda refulgen a causa del agua salada que los baña, mientras que los de Hanji están oscurecidos por la resolución.

— No dejaré que nada le pase, lo curaré, es una promesa, pero necesito que me dejes hacerlo.

Eren asiente dándose cuenta de que si retiene a Levi ahí más tiempo, puede desangrarse y empeorar el asunto. Se aleja de él para ver cómo se lo llevan y luego mira la posa de sangre que ha quedado en el piso de piedra.

Camina hacia el cuerpo del soldado que disparó. No siente remordimiento alguno, no es la primera vez que mata para proteger a alguien.

— Quiero a Levi de vuelta, aunque tenga que exterminar a toda la humanidad para conseguirlo.

Mikasa lo mira atenta, reconoce esa mirada tan decidida, ese odio en sus palabras. Siente el peligro emanar de su cuerpo y entonces es consciente de que Eren está enojadísimo, y que si alguien se atraviesa por su camino en esos momentos, terminará como aquel chico.

Quizás deba irse con el rey y así terminar con todo aquello de una vez.

 

 

Notas finales:

¿Levi estará bien?

Es el hombre más fuerte de la humanidad, ¿no?

Ya estamos llegando al arco final. Apenas puedo creerlo, pero ya están en la última recta.

Ojalá les haya gustado el capítulo, no soy muy buena con la acción xD

Saludos y besos pegosos~


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