Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Efectos Secundarios por Leana

[Reviews - 241]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En este frío día de lluvia (aw, son mis favoritos, realmente me encantan! *-*) les traigo un nuevo capítulo de este loco fic!

Aquí se aclaran sentimientos y confusiones, cosas que han sucedido con ellos desde la huida de Reiner y Berth.

*Un saludo a Gine san, nena, eres una vidente xDD

A leer! ♥

 

 

Capítulo 2

 

 

 

 

La Líder del escuadrón, Hanji, sale de la enfermería y ve a Irvin en el pasillo paseándose de un lado a otro en clara señal de preocupación. Lo cual no es para menos. La mujer se acerca cabizbaja y le pide que hablen a solas, Irvin frunce el ceño ante aquella actitud de culpa y le hace un gesto con la cabeza para que lo siga. Cuando llegan al despacho del rubio, Hanji suelta un suspiro profundo y cansado.

— ¿Y bien? —Pregunta él con voz tensa.

— Yo... esto es mi culpa —confiesa la mujer con una mueca, pasándose una mano por el cuello—. Olvidé las botellas con el experimento en la cocina y Christa las confundió con mis preparaciones de jugos nutritivos, así que los que están en enfermería es porque terminaron bebiéndoselas.

— ¡Maldita sea! —Exclama Irvin llevándose la mano a la frente—. Ahora sí estamos en un maldito problema, Hanji.

La castaña se muerde el labio, Irvin jamás dice improperios, mucho menos pierde así la compostura, así que sabe que está muy molesto. Hanji se muerde el labio mirándolo con los ojos brillantes.

— Enserio no fue mi intención...

— Lo sé, Zoe —dice Irvin con voz más calmada, aunque no levanta la mirada. El rubio suelta un suspiro y le sonríe a la científica para agregar—: Solo da lo mejor de ti para que mejoren pronto, sabes que los necesitamos sanos para la próxima salida, son muy importantes.

— Lo haré —responde la chica con voz entrecortada. Sabe que el futuro de la Legión de Reconocimiento depende de esta expedición—. Iré a ver qué tal va la fiebre.

 

 

 

 

 

La evolución de los pacientes por la tarde no varía, la fiebre persiste, lo cual preocupa a Hanji, ya que sus cuerpos pueden colapsar y eso puede llegar a ser mortal. Por ello, decide administrarles suero y algunos calmantes para el dolor, que al parecer todos sufren en sus cuerpos. Hanji intenta sacarles sangre, pero la jeringa se calienta con el líquido sustraído, haciendo que el vidrio se quiebre. Decide quitar sus ropas, dejándolos solamente con la camisa y la ropa interior, porque totalmente expuestos, el sudor se puede enfriar contra su piel y empeorar en asunto.

Durante la noche se establece una ronda cada tres horas entre los soldados y Hanji, para estar en la enfermería y monitorear sus avances, además de ayudar a cambiar los paños húmedos o asegurar el suero.

Llegado el turno de Marco a eso de la media noche, este toma un banquillo y lo coloca junto a la cama de su mejor amigo. Jean no deja de jadear, frunciendo el ceño de vez en cuando, el pecoso toma su mano y la alza para besar sus nudillos con cariño, pero por sobre todo preocupación.

Casi lo pierde una vez cuando el equipo de Jean falló en el ataque del Titán Colosal dentro de los muros, y como en aquella ocasión, Marco arriesgaría su vida. Pero esto es muy diferente, y la sensación de impotencia que carcome el estómago del azabache no hace más que angustiarlo aún más. No sabe nada de medicina, lo peor es que a pesar de eso, ni Hanji sabe con certeza que es lo que les ocurre.

Una lágrima, tibia y húmeda, se desliza por su mejilla. Recorriendo hasta su mentón y cayendo sobre la camisa de Jean. Pero mantiene la compostura, se levanta y camina tomando una fuente para llenarla con agua fría. Hunde el paño caliente que descansaba en la frente de su amigo y lo remoja para volverlo a poner en su lugar. Toma otro trozo de tela y lo humedece, desabotona su camisa y acerca el paño.

— Si estuvieras despierto —dice Marco con una sonrisa de medio lado, cuando la tela comienza a humedecer el abdomen de Jean—, ya me habrías gritado algo como “puedo solo” Sólo como excusa, porque la verdad es que te daría vergüenza. —Marco toma la tela y vuelve a sumergirla en el agua fría, para repetir la acción–. Pero de todos modos me dejarías hacerlo.

Marco suelta un suspiro, está enamorado de su mejor amigo desde siempre. Pero le costó darse cuenta de ello. Todo pasó en el momento que sufrió aquel accidente mientras Eren llevaba la roca para sellar el muro, cuando él y Jean tuvieron que separarse, y el moreno estuvo a pasos de la muerte. El pensar que jamás volvería a ver a Jean caló en lo más profundo de su ser, dejando salir a flote aquel sentimiento de puro amor. Porque ya no se trataba de simple amistad, eso lo comprobó cuando sus dedos rozaron sus propios labios preguntándose como sabrían los de Jean, cómo reaccionaría si lo hubiera besado antes de partir a la lucha, antes de dejarse caer por la muralla, cuando se vieron por última vez. Imaginando su suave y clara piel bajo su palma, como se oiría su voz.  Recordando su aroma.

Desde entonces supo que lo ama, que desea estar de todas las formas posibles junto a Jean. Y se ha propuesto que nada se interpondrá en su camino de nuevo. Porque él había sobrevivido a la muerte y esta segunda oportunidad no la desperdiciaría.

— Por eso Jean —murmura Marco acariciando los cabellos húmedos del chico recostado en la camilla—, debes recuperarte para estar juntos, como lo prometimos.

Dicho eso, el moreno se inclina depositando un tierno beso en su frente caliente, le da otra caricia y se gira tomando la fuente mientras se levanta. Le cambia el agua y se acerca a la camilla de Armin para refrescarlo, como lo hizo antes con Jean.

 

 

 

 

 

Irvin se sienta sobre el sofá en su despacho. El dolor de cabeza persiste y por más que se masajea las cienes la sensación no se va. ¿Por qué Hanji tiene que ser tan despistada? Si tan solo hubiera guardado las botellas en su oficina, nada de esto estaría pasando: su querido amigo, la esperanza de la humanidad, uno de los mejores líderes y el mejor estratega de los últimos tiempos. Todos están en peligro de muerte debido a un simple mal entendido. Y peor lo hace esa maldita confusión que lo agobia desde hace tantos meses…

Por favor que se salven —pide el rubio alzando la mirada y perdiéndose en algún punto de la pared—. Por favor… sé fuerte.” Piensa Irvin sintiendo su pecho sobrecogerse con emociones que aunque muchos duden, siguen ahí.

Pero como el buen líder de la Legión de Reconocimiento, intenta serenarse mientras se levanta para retomar los preparativos de la próxima expedición, que comienza en una semana.

 

 

 

 

 

Mikasa se baja del caballo, que recibe uno de los soldados de La Policía Militar. La azabache se acomoda la bufanda de color rojo sobre su boca y camina hacia la entrada del castillo. Observa los jardines repletos de flores, sus colores llamean como una marea fría y totalmente viva. Se encuentra con Pixis, que le sonríe como de costumbre, señalándole el camino hacia el cuarto principal donde el Rey desempeña sus actividades destinadas a la diversión.

La chica admira la belleza del lugar, tan majestuoso y pulcro, pero que al mismo tiempo le revuelve el estómago. Pensar en toda esa gente que apenas tiene para comer y ver como un cerdo se llena la panza sin siquiera haber derramado una gota de sangre en su vida. Sí, de alguna manera ella se parece a Levi, más de lo que le gustaría admitir. Aunque su prioridad siempre será su hermano Eren, está en su naturaleza preocuparse por los demás también. Porque si la familia Jaeger no lo hubiera hecho por ella, habría terminado vendida a alguno de estos enfermos que ahora se atiborran de comida y se cubren en lujoso fango.

— ¡Bienvenida, Ackerman! —Exclama el Rey cuando la ve entrar.

— Buenos días —saluda la chica caminando hacia la mesa central, larga y esbelta, donde un sinfín de postres esperan ser devorados.

— Toma asiento. —El hombre de múltiples anillos que adornan sus dedos rechonchos toma un platillo y se sirve un poco de cada dulce—. Sírvete lo que quieras, lo mejor de lo mejor para el Rey… y también para la mujer más fuerte de la humanidad.

Mikasa alza la vista, sabe a qué viene el comentario. Pero no se deja llevar por palabras burdas y cargadas de segundas intenciones. Suelta un suspiro y baja la bufanda para descubrir sus rosados labios.

— Levi es el hombre más fuerte de la humanidad —dice la morena con el semblante monótono que la caracteriza.

— Pero él está envejeciendo y ya no servirá para nada —rebate el hombre con voz cargada de veneno, demostrando el rencor que le tiene al Capitán—. Pero tú querida, vas directo a la perfección.

— Su majestad —lo interrumpe Mikasa con mirada filosa—. Le repito que no hay manera de que me una a su guardia personal, lo siento.

El Rey observa unos instantes a la muchacha, su testarudez lo irrita en demasía. Desde hace meses el hombre le ha hecho caso a su consejero personal, quien le dijo que para evitar una rebelión de las masas, debía tener en su poder a las personas más fuertes, que en este momento se encuentran en la Legión de Reconocimiento. Y a pesar de todos sus esfuerzos, de ofrecerle prácticamente el mundo a la chica, dinero, poder, comodidad, a cambio de su lealtad; ella se ha negado por completo desde el principio. El Rey creyó normal esto las primeras veces, pensó que con el tiempo ella sedería, pero hasta ahora nada ha cambiado. Y la única respuesta que hay por parte de ella es: no puedo, me necesitan.

Es claro que Mikasa tiene sus prioridades: Eren y Armin. Ellos son lo único que le queda y no los dejará por cosas tan banales como riquezas. De hecho, por dinero fue que mataron a toda su familia, así que no hay nada que odie más que la codicia.

— Pero querida, no tienes por qué sentirte presionada. —El hombre se limpia la boca pegoteada en dulce y sonríe de una manera cálida y cínica—. Éstas atenciones no cesarán, además, sabes que tienes todo el tiempo que quieras para pensarlo.

Mikasa sabe que no es cierto, el hombre está haciendo intentos desesperados. Pero decide no seguir contradiciéndolo y guarda silencio. El Rey la incita a comer, pero ella se niega, sólo quiere volver al cuartel, junto a sus seres queridos. Lo peor es que son tres días de viaje a caballo, agregando las paradas para descansar y abastecerse. Sí, solo anhela volver. Pero este hombre la llama cada vez con más frecuencia y ella solo acepta sus invitaciones para llevar la fiesta en paz. No quiere causarle problemas a la Legión, mucho menos a Eren que más que seguro la regañaría. También odia tener que guardar la compostura frente a ese hombre, que solo le causa repugnancia, le molesta su estúpido egoísmo.

La azabache se levanta con lentitud agradeciendo la invitación y la comida ofrecida, de la cual no prueba bocado alguno.

— ¡Oh! —Exclama el Rey levantándose a la carrera—. Pero no te vayas tan rápido, Ackerman. ¿Por qué no vas a recorrer el lugar? También podrías ir a ver el trabajo de la intachable institución de la Policía Militar.

— … —Mikasa sabe que es más una orden que una invitación.

Lo peor es que tiene que morderse la lengua para no soltar una frase mordaz referente a lo “intachable” de esa institución. Pero decide limitarse a asentir y comenzar a caminar hacia el patio para dar una vuelta, lo único bueno de allí es que está Pixis, el único hombre que creyó en ellos desde el principio, que les salvó la vida cuando los apuntaban con un cañón; además, él sabe la incomodidad de la  chica al estar ahí y por ello se esfuerza por mantenerla ocupada mientras hace un poco de tiempo para poder irse y volver al cuartel.

 

 

 

 

 

Han pasado dos días desde que los cuatro cayeran enfermos debido al experimento de Hanji. La fiebre persiste, no hay mayor evolución y siguen inconscientes. La mujer ya comienza a desesperarse, aún no puede tomar muestras de sangre y esa temperatura no puede seguir subiendo. Aunque lo que se le hace más extraño es que sus cuerpos lo soporten, con esa fiebre ya debieron haber perecido hace mucho. Pero no, todos siguen “estables” dentro del estándar de su condición.

La mujer sale del laboratorio después de haber revisado sus informes respecto al experimento, con todos los datos tomados cuando preparaba las posiciones, pero en ningún apunte se esperaba este tipo de reacción y eso solo la desconcierta más y aumenta su culpa. Debió haber sido más cuidadosa.

En la cocina Hanji se topa con Irvin, que bebe un vaso de agua. Ella nota sus ojeras y el cansancio que abruma al Líder de la Legión. Tiene tantos asuntos de los que preocuparse y ella solo le ha causado más problemas.

— ¿Qué tal amanecieron? —Pregunta el rubio pasándose la mano por el cuello adolorido.

— Eso iré a ver después de prepararme una buena taza de café —dice la chica soltando un suspiro decepcionado—. Aunque todo sigue igual, no ha habido ninguna evolución durante estos días y ya comienzo…

— ¡Señorita, Hanjie!  —Grita un chico interrumpiendo a la mujer mientras entra a la cocina a la carrera. Reconoce a Conny y solo puede pensar en algo malo, por el semblante que trae—.  ¡Iba camino a mi turno y vi que de la enfermería sale humo!

Los mayores salen corriendo rumbo a la habitación donde los pacientes se están incendiando. La chica jadea deteniéndose frente a la puerta y es entonces cuando nota algo extraño en ese humo.

— ¿Esto es…? —Comienza a hablar Irvin observando la espesa neblina que se fuga bajo la puerta mientras Hanji asiente con la boca abierta.

— ¡¡Y una mierda!!

Los presentes pegan un salto ante el grito, para luego mirarse con el ceño fruncido, esa voz la reconocerían en cualquier parte, además ese es el improperio preferido del Capitán. Hanji abre la puerta de golpe y ve parado a un lado de la cama a Levi, vestido solo con su camisa.

— ¡¿Qué clase de puta broma es ésta?! —Exclama mientras sostiene algo entre sus manos.

Levi alza la vista, tan letal como muchas veces lo ven y a Hanji se le hiela la sangre, pero eso dura solo un instante. Se fija mejor en su compañero de batallas y no puede contener un gritito que se escapa entre sus labios…

Levi tiene unas orejas gatunas en la cabeza y lo que sostiene entre sus manos es una peluda y larga cola de color negro.

 

 

Notas finales:

 

¿Seguirá Hanji viva para el próximo capítulo?

 

Realmente no lo sé… creo que a Levi no le conviene matarla aun xDD

Ojalás que les haya gustado y aclaro que todos tienen alrededor de 19 años y el “accidente” de Marco será aclarado a medida que avance la historia.

Actualizaré una vez por semana, no puedo hacerlo más seguido, lo siento :C mi carrera no me permite mucho tiempo libre xdd

Gracias a todos por leer y dejarme sus bellos reviews ♥ Son los mejores!

 

Saludos y besos pegosos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).