Capítulo 017.
17 Gemidos.
Eres colmado por una lluvia de estrellas
Nunca he visto una expresión tan fascinante
— Moonlight
(EXO)
Baek Hyun no le decía a Chan Yeol “Channie” simplemente porque fuera un diminutivo cariñoso de su nombre, lo decía porque Park parecía un cachorro con todas las letras. Lo único que le faltaba era morder y estaría completo. Además, Byun se sabía de memoria todas las rutinas y cosas que su novio hacía. Por ejemplo, sabía que luego de salir de su entrenamiento aquel sábado por la mañana, pasaría por un restaurante de comida rápida porque generalmente siempre hacía ese tipo de cosas luego de entrenar. Así que ya vendría a casa almorzado, por lo que, buscaría algo fresco en la nevera para tomar y luego se daría una ducha antes de subir a su habitación a tocar la guitarra o dormitar un poco.
Baek Hyun se dio cuenta que se tardo más de lo debido alistándose cuando vio que era mediodía y él no tenía puesto ni el delineador ni sus lentes de contacto. Quiso hacer un berrinche, pero sabía que no tenía tiempo si quiera para eso.
Había planeado muy cuidadosamente todo como para olvidarse de lo más importante, el aspecto de su rostro. Los padres de Chan Yeol no estarían porque ambos tendrían guardia todo el día debido a que eran médicos dueños de una de las clínicas más importantes y tenían la casa del más alto para ellos solos.
Chan Yeol llegó a su casa sintiéndose feliz luego de haberse comido tres hamburguesas él solito, de esas que tienen hamburguesas de soja dentro. Cuando hacía ese tipo de cosas se sentía satisfecho, eran como una recompensa para sí mismo por su esfuerzo. Dejo su bicicleta en el suelo para abrir la puerta.
Entró y no encontró nada raro, así que se dirigió a la cocina para tomar algo fresco. Lo único que le extrañaba, pensó mientras tomaba jugo de naranja, era que Baek Hyun no le hubiese dejado ningún mensaje ese día. <<Posiblemente si está enojado>> meditó antes de irse al baño.
— ¡Ah~! Los baños son hermosos — exclamó estirándose cuan largo era.
Con una toalla sobre su cabeza secó sus cabellos, tal vez debería cortárselos en algún momento, estaban demasiado largos, su flequillo ya sobrepasaba el límite de los marcos de los anteojos. Empujó la habitación de su puerta mientras arrastraba los pies para ir a tirarse sobre su cama.
— Bienvenido a casa, Channie — ronroneó alguien.
Park no tenía que levantar la mirada del suelo para saber quién era, aun así, lo hizo con cierto miedo.
Baek Hyun estaba cómodamente sentado en su cama. Y eso no sería raro porque Byun siempre solía hacer ese tipo de cosas, de no ser por la ropa que llevaba o tal vez por la ropa que no llevaba. El mayor traía puesta únicamente su remera del equipo de baloncesto con el número 61 en blanco y unas medias bucaneras blancas. Intuyó que debajo de la enorme remera no traería nada más. Sintió que podía morir en ese momento y tenía que sacarle una fotografía. Tenía que hacerlo. Pero se quedó allí congelado.
Sus grandes ojos se deslizaron por la habitación buscando algo que le dijera: No, Chan Yeol, no es prudente abalanzarse sobre tu novio porque más que este como para comerlo. Pero sus ojos se toparon con un frasquito particular sobre la mesa de luz. Tragó saliva. <<Haces cosas crueles, Baek Hyun, una de ellas es atormentar a un pobre hombre que te ama>> Cuando la sisa de la remera se deslizó por el hombro de su novio debido a lo grande que le quedaba, decidió que tiraría todo por la borda.
— Y-ya llegué — masculló.
Al parecer, había tardado mucho en comenzar a moverse porque Baek Hyun se acercó hacia él. Chan Yeol quería morir en ese momento <<Hagas lo que hagas, no mires sus piernas>> pensó cuando vio como el borde de la ropa se deslizaba suavemente sobre su piel cuando caminaba hacía él <<Tampoco mires sus clavículas>> creyó que serían dignas de ser mordidas hasta el hartazgo <<Mejor dicho, no lo mires y estarás a salvo>> Su novio tironeó de su brazo.
— Ven, vamos a la cama, necesitas relajarte antes de tu partido —
El más grande se maldijo así mismo y a su mente por pensar todas las cosas en doble sentido. Pero se dejo hacer y se encontró siendo empujado hacia la cama. Estaba sentado en el borde del colchón y el más bajo se subió a su regazo, con una pierna a cada lado de sus muslos.
Pensó que estaría bien hacer eso. ¿Cuántas veces había deseado besar a Baek Hyun con todas sus fuerzas y no lo hizo por miedo? ¿Cuántas veces quiso estar en una situación así con él? No tenía ni el corazón ni la fuerza de voluntad para echarlo.
Tomó la cintura de su pequeño para besarlo con todas las ganas que tenía acumuladas desde hace muchísimo tiempo. Byun enredó sus brazos alrededor de su cuello, hundiendo sus dedos en el largo cabello del más alto. Dejo a sus manos recorrer la espalda del otro a su antojo, mientras su boca se ocupada de mimar la ajena como hacía mucho tiempo no lo hacían.
Intentó medir con sus manos la espalda del mayor, acariciando desde sus omoplatos hasta sus caderas, estrujando aquí y allá. Baek Hyun por su lado, si fuera un gato habría comenzado a ronronear. Pero simplemente incitó a más al más alto moviendo sus caderas de tal manera que creara fricción con el cuerpo de su novio. Sonrió con descaro cuando sintió como las grandes manos de Park tocaron su trasero con ansias, estrujándolo. Se separó apenas del beso que llevaban y ladeo la cabeza, invitando al menor a hacer lo que quisiera con él.
Chan Yeol no era idiota, así que inmediatamente comprendió lo que el más bajo quería. Y por unos minutos se permitiría así mismo ser egoísta y cumplir esas fantasías que siempre tuvo con el mayor. Con cierto temor acercó sus labios a esa piel que jamás había sido tocada por nadie. Primero se dedicó a repartir un reguero de besos. Volvió a subir frotando su nariz contra la piel de su cuello como si fuera un cachorrito antes de dejar un primer y pequeño mordisco.
El cuerpo del mayor se tensó y sus dedos se aferraron a su espalda, soltando un leve y casi inaudible gemido. Oh, sí Chan Yeol había estado cerca de morir todo ese tiempo, eso fue suficiente para encenderlo por completo. Nunca en su vida había escuchado un sonido tan hermoso como ese. Y quería más de eso. Sonriendo como el idiota enamorado que era, volvió a morderlo y luego chupó y succionó tantas veces que perdió la cuenta.
Baek Hyun serpenteaba entre sus brazos sin saber a qué diablos agarrarse, era una mezcla de emoción y placer lo que estaba sintiendo y quería llorar y reírse, pero optó por lo último. Pero esos sonidos extraños se escapaban de su boca y no quería.
— No te calles, Baek —
Byun cerró los ojos, la voz de Chan Yeol más grave y más ronca de lo usual había caído como una corriente eléctrica sobre su espina dorsal. Decidió complacerle y soltar esos gemidos raros para deleite del menor. Ya estaba hecho un lio de suspiros y gemidos y aun no habían hecho demasiado. Respiraba pesadamente obre el hombro del menor completamente aferrado a él. Las manos curiosas de este estrujaban su trasero y sus muslos mientras su boca de dedicaba a mordisquear y marcar cada parte que la amplia remera le permitía poseer. Tuvo que juntar toda su voluntad para separarse.
Chan Yeol le miró con sus grandes ojos como signos de preguntas y Baek Hyun le dedicó una pequeña sonrisa cuando se bajo de sus piernas, para sentarse en el suelo en medio de ellas. Supuso que Park sabía lo que haría en ese momento por como su rostro se había puesto rojo de la vergüenza. Él también estaba avergonzado, pero no dejaría que su timidez le venciera en esa oportunidad de oro que tenía.
Como estaba con esas bermudas para estar en casa no hubo demasiado problema para estirarlas un poco, luego con tal vez demasiadas ansias y con un toque demasiado nervioso pudo bajar los calzoncillos.
Tragó saliva cuando se encontró con eso. Y es que aunque presentía que sería grande, no tenía ni idea de cuánto era algo grande o algo pequeño y le parecía que eso era una bestialidad. Ahora comenzaba a dudar de si eso cabría dentro de su boca. Antes de que Chan Yeol terminara llorando por el nerviosismo lo tomó con sus dos manos y con una comenzó a masturbarlo. No quería saber cuánto más crecería.
— Baek… ¿Estás seguro? — preguntó tragando saliva el más alto.
— Por supuesto, Channie, quiero hacer esto por ti — no lo dijo demasiado fuerte porque le daba vergüenza, pero le dedicó una amplia sonrisa que el otro correspondió de manera natural además de acariciarlo le mejilla.
Tampoco estaba muy seguro de cómo se hacía lo que estaba haciendo, pero cuando apretó un poco más y fue un poco más rápido y Park soltó un ronco gemido supo que algo debía estar haciendo bien, lo que lo animo a seguir. Primero besó la punta con los labios cerrados, luego lo hizo con la boca abierta. Con más ánimos se reafirmó y probó meter la punta en la boca. Repitió esa acción un par de veces hasta que sintió como una de las manos de Chan Yeol se enterró entre sus cabellos. Poco a poco fue metiendo el miembro en su boca, cuando notó que no se incomodaba bajo un poco más hasta que lo sintió contra el fondo de su garganta. Lo sacó por completo antes de volver a meterlo, escuchaba los gruñidos entre cortados del más alto y casi podía hacer un baile feliz en ese momento. Cuando pudo encontrar un ritmo seguro levantó la mirada para complacerse con el rostro del jugador de básquet desdibujado por el placer. Lo sacó de su boca para lamer todo el largo repetidas veces, sus ojos no se despegaron de los de Park en ningún momento.
A Chan Yeol le pareció lo más hermoso del mundo ver a Baek Hyun sin el delineador que siempre llevaba y con sus ojos marrón oscuro. Sus pupilas estaban dilatadas y casi parecía que sus orbes eran de un completo negro. Tendría que devolverle el favor de alguna manera a su pequeño. Muy a su pesar, aunque estaba por tocar el cielo en cualquier momento gracias a la mamada que le estaba dando su pequeña boca, tuvo que separarlo y le pareció que el otro estaba protestando cuando le raspó con sus dientes causándole un jadeo profundo.
Procurando controlar sus extremidades y medir su fuerza, aventó a Byun hacia el colchón. Dejándolo jadeante y desarmado para él. Se subió sobre él apoyándose en sus codos para que la distancia entre ellos no sea tanta pero no aplaste a su novio. Lo besó con ansias de nuevo, al principio el otro se rehusó un poco por tener todavía el sabor del líquido pre-seminal en su boca. Pero al menor no le importó demasiado sentirse así mismo en el beso. El mayor estiró sus manos para tomar el borde de su camiseta y halas hacia arriba. Chan Yeol se separó para quitársela e hizo lo mismo con su novio, mientras lo hacía apreció como poco a poco se iban notando las marcas rojas en su nívea piel.
Y tal y como lo supuso Baek Hyun debía ser la octava maravilla del mundo. Ladeó su rostro cuando se sintió demasiado observado por Chan Yeol, aunque eso era lo que pretendía. Llevó su antebrazo a sus ojos, intentando no verlo. Pero Park sonrió y besó con ansias cada parte de su torso, mordiendo, chupando y gruñendo sobre su piel. Su lado más posesivo le salió a flote cuando los gemidos del mayor llenaron la habitación. Y ¡Oh, su estomago! Era suavecito y se contraía para y por él. Se deslizó con sus labios hasta llegar a sus muslos y marcarlos también. Besó la parte interna, disfrutando de los escalofríos que le recorrían al mayor y le ponían la piel chinita. Byun se movió un poco, tanteando la mesa de luz hasta alcanzar su objetivo. Le pasó el frasco a su novio de manera bastante disimulada. Como si eso no fuera poco para entender su mensaje llevó sus manos a su trasero y estiró sus nalgas, dejando expuesto su apretado ano.
Chan Yeol tragó saliva y buscó la aprobación en los ojos del cantante. Lo encontró cuando el mayor tiró de él para plantarle un beso pasional en los labios. Las piernas del mayor estaban acomodadas sobre las de él, abierto completamente para él. Bañó sus dedos en el frasco, humedeciéndolos en el frío liquido.
Deslizo un dedo hasta meterlo dentro muy despacio. Baek Hyun se retorció mordiendo sus propios labios soltando gemidos lastimeros. Chan Yeol estaba por entrar en pánico. Pero cuando Byun encajó sus uñas en su espalda obligándole a que continuase, no tuvo otra opción que seguir adelante. Movía su dedo sacándolo y volviéndolo a meter dentro de su novio. Más tarde, la pareció que un segundo dedo podía entrar. Le dejó su espalda a disposición al mayor para que aferrase a ella cuanto quisiese. Sus largos dedos se abrían y se cerraban en su interior, intentando deslizarse lo más dentro posible. A Chan Yeol le dolía ver el rostro contraído por el dolor de Baek Hyun, en un momento, casi mando todo al demonio sin importarle que el otro se enojara más tarde, no quería ver sufrir a su pequeño. Pero vio como poco a poco se iba relajando y de pronto, ya no dolía, si no que podía más y movía sus caderas instintivamente hacia él. Colo un tercer dedo y ya casi no dolía, así que el menor se animó a sonreír cuando escuchaba los suaves gemidos del otro sobre su oído.
Escuchó al mayor quejarse cuando retiró sus dedos y embarró su miembro en lubricante.
— Baek… ¿Estás listo? —
— Solo hazlo — masculló demasiado desesperado.
Chan Yeol sonrió e introdujo solo la punta de su pene. Baek Hyun intentaba recordar cuanto ejercicio de respiración conocía para mantenerse completamente relajado, evitando pensar que esa cosa entraría en él. Cerró los ojos y simplemente se abrazó a Park hundiendo su nariz en su cuello. El menor le sujetó las caderas y se enterró lentamente en él.
Byun soltó un alarido antes de morderse los labios, pero el menor buscó su beso casi con necesidad.
— Te amo — susurró Chan Yeol sobre sus labios.
— Yo también te amo, Channie — murmuró con la voz entrecortada.
Comenzó a moverse despacio, sin despegarse del beso profundo, hasta que sintió como Baek Hyun se acomodaba bien y entonces tomo más velocidad. Podía morir en paz en ese momento, sentir como las entrañas del mayor se abrazaban a su miembro en cada estocada que daba era una de las mejores sensaciones que había experimentado en su vida. Cuando sintió como el cantante arqueaba su espalda con un sonoro gemido, se dio cuenta que había hecho algo que le gustaba.
— Umgh... Ahí… C-Channie—
Y a sus órdenes golpeó más rápido y más fuerte en ese mismo lugar. Se despegaron únicamente para cambiar de posición. Baek Hyun se puso de espaldas a él y levantó sus caderas acostando su cabeza contra el colchón. Chan Yeol se aferró a su cintura entrando una y otra vez dentro de él. Las manitos de Byun se aferraban a las sabanas con fuerza. Cuando sintió que estaría bien si no lo sostenía con ambas manos, utilizó una para masturbar el miembro del mayor al mismo ritmo con el que lo penetraba.
Park sabía que no tardaría en venirse con ese ritmo, así que fue más rápido hasta poder alcanzar su orgasmo junto con Baek Hyun. El cuerpo de ambos temblaba un poco por los efectos de llegar al clímax. Y Byun creía que podía morir en paz al escuchar los gruñidos en los que Chan Yeol pronunciaba únicamente su nombre de manera cortada.
Con cuidado, el menor se deslizó fuera de él.
Se recostó a su lado y fue al encuentro de sus labios. Baek Hyun, un poco cansado, lo recibió gustoso rodando sobre sí mismo para apoyarse sobre el costado de su novio.
— Espero no haberte lastimado —
— No me dolió tanto — murmuró Byun.
— Ahh~ Que bueno~ Estuviste increíble, Hyunnie — intentó aclarar su voz, pues aun estaba algo ronca.
El mayor le sonrió y se acurrucó a su lado, sentía como todo su cuerpo aun ardía como si tuviese fiebre. Pero se sentía feliz y completamente satisfecho.
— Esa es mi manera de desearte buena suerte en tu partido hoy —
— Si, no me imagine esta sorpresita tuya — comentó Chan Yeol riendo como idiota — Mi idea era llevarte a ver un partido hoy, pero creo que ya estaríamos tarde —
— ¿Otro partido? —
— Si, en la cancha de al lado a la que jugaremos nosotros estarán jugando en este momento el equipo nacional en un amistoso contra un equipo de China —
— Oh, Lu Han hyung debe estar por ahí, alentando a su país —