Capítulo 041
41 Verdades
Y mi mamá juro que
ella nunca se dejaría olvidar
Y ese fue el día en que prometí
jamás cantar al amor
— Only Exception
(Paramore)
Chan Yeol hizo caso omiso a los pedidos de su novio de no ir a hablar con Jun Hong, habló con el Profesor Lee, quien le dio la dirección de su nuevo compañero. Tragó saliva, sabía que si Baek Hyun se enteraba de que le había desobedecido se iba a poner como una fiera, pero el mayor no se digno a explicarle nada y a él le carcomía la duda. Miró el papel garabateado con su propia letra desprolija y miró la puerta blanca frente a él, se pasó el cabello por las manos y acomodó sus grandes lentes, nervioso. Golpeteó la puerta y un hombre ya muy viejo le atendió.
— ¿Quién eres? —
— Soy Park Chan Yeol, un amigo de Choi Jun Hong —
— Oh, sí, sí, el mocoso dijo que ibas a venir —
Park se extrañó pero le hizo caso al anciano decrepito al que le encontraba un aire muy familiar y paso a la pequeñísima salita que solo tenía un televisor de los 90´ y un sofá raido. No había buena iluminación y –sorprendentemente- hacía frío. Se sentó en una esquina del sofá, mirando hacia todos lados.
Zelo bufó cuando el viejo le murmuró que ya comenzaba a parecerse a su madre, que siempre traía amiguitos a su casa.
— Así que viniste — se carcajeó el peli rosado.
— S-sí —
— Pareces más parlanchín en la escuela, además, no tienes esa sonrisa tuya —
— Ayer dijiste que mi mejor amigo estaba enamorado de mi novio —fue directo al punto.
— Bueno… sí. ¿Y que con eso? — Zelo se desparramo en el sofá y era alto, así que Chan Yeol se alejó lo más que pudo de las largas piernas del muchacho.
— Cuéntame más —
Chan Yeol se sintió idiota cuando vio la sonrisa victoriosa de Jun Hong al otro lado del sofá, así, con el cabello revuelto, la penumbra y tal fuese porque estaban solos y porque los dedos del otro rozaban su pierna, pero le pareció hermoso de una manera horrible y demoniaca, de la misma manera en que el rostro sin expresiones de Se Hun lo había impactado por su belleza. Había algo que tenían los dos en común y hasta ese tiempo no había logrado descifrar, ninguno de los dos sentía algo en verdad. Él se consideraba una persona muy emocional y sabía que reflejaba en su rostro todo lo que sentía, pero ni en Choi ni en Oh podía sentir algo con su mirada, solo frío y nada más. Ya se había resignado, había caído en la trampa de Zelo.
— Verás, tu no nos conocías ni a Se Hun ni a mí porque tú eres el amigo riquillo de Jong In, bueno, yo ni si quiera era su amigo, pero nos conocíamos y nos llevábamos mal. El era demasiado idiota y siempre tuvo algo raro que no supe descifrar, un día, molestándole descubrí que le gustaba un chico, me mostró una fotografía de Facebook, era precioso y parecía un ángel, su nombre rimaba y eso le hacía gracia, Byun Baek Hyun, Jong In siempre fue bueno con el arte pero las cosas que me decía sobre él eran mejor que cualquier poesía de Neruda, o si quieres ser más pasional aún, de Benedetti. Y tal y como lo pintaba parecí un Dios de la sensualidad. Fue así que nos hicimos más o menos cercanos, yo le tenía ganas a mi mejor amigo, Se Hun y él le tenía ganas a un chico que era prohibido porque era el chico de alguien más. En ese momento yo me burlaba de él porque era virgen como Maria y sin embargo fantaseaba como mujer solterona. En ese tiempo, según lo que se, ustedes dos no eran nada y aun así el no se metió porque, ¿Qué se yo? No comprendo la mente de ese chico —
Chan Yeol tragó saliva, ¿Acaso no había sido el único de delinear imaginariamente el cuerpo de Baek Hyun con las palabras de Benedetti? Y no solo no era ser el único, si no que había sido su mejor amigo el que había llegado a sentir aquella pasión por su novio.
Tragó saliva.
— ¿T-te comentó algo… de un i-incidente hace dos años? —
— Sip. El no dejo que le hicieran nada a Baek Hyun porque él quería ser el primero — Zelo trago saliva y se acercó más a él, apoyando sus largas piernas sobre su regazo hasta poder susurrarle al oído — Al parecer, lo que le hizo fue tan horrible, que los propios asesinos de Baek Hyun sintieron compasión de él y nockearon a Jong In antes de huir, creyendo que la condena psicológica iba a ser suficiente para que Byun se enterara. —
Chan Yeol se quedó en blanco, a su lado solo pasaban las imágenes de hace dos años, él corriendo hacia el hospital con la llamada desesperada de Jong In, él empujando a su propio padre para llorar al lado del amor de su vida, él siendo consolado por el que creía su mejor amigo. Luego recordó a Baek Hyun llorando entre sus brazos, esa noche en la que creyó que se lo había contado todo.
— M-me hi-hicieron c-cosas h-horribles, Channie — lloraba desgarradoramente abrazado a él, hipando y casi sin poder respirar.
— A favor de tu lindo novio, no creo que el recuerdo quien fue el que le hizo qué cosa. Jong In nos pidió ayuda a Se Hun y a mí para “limpiar la escena” La princesa estaba casi muerta, ya no estaba consciente para el momento en que llegó Jong In. Ah, y para defender el honor de Se Hun, nosotros en ningún momento vimos el rostro de tu princesa —
— Luego se mudaron más cerca de mi casa y por eso Se Hun no reconoció el lugar cuando nos visitó el otro día — pensó en voz alta.
— ¡Perfecto! Eres listo también — Zelo dejo esa sonrisa socarrona de lado — No te enojes con la princesa, ya suficiente sufrió como para que se lo recuerdes —
— ¿Se Hun ahora sabe esto? — preguntó
— No lo creo, pero unirá puntos y se dará cuenta —
Quince minutos más tarde, Chan Yeol salió de la casa y se encerró en su coche, apoyando la cabeza en el volante y sollozando amargamente.
***
Esa mañana, Lu Han no encontró a nadie en la casa de Se Hun, dejo el pastel de chocolate que hizo Krystal sobre la pequeña mesa ratonera. También de su mochila con los apuntes que había traído sobre Química, que era una materia particularmente dificultosa para Oh, por lo que quería estudiar cuanto antes. Le mandó un mensaje y esperó unos minutos a que le respondiera, pero no lo hizo.
Xi, aun sabiendo que ese lugar era bastante peligroso decidió caminar un poco a los alrededores. Llevaba un sweater rojo con las mangas arremangadas y unos jeans sencillos, caminó por un callejón hasta sentirse bastante perdido. Dio un respingo cuando escuchó el crepitar de las llamadas y se volteó.
Había unas rejas y el lugar parecía bastante abandonado aun bajo la luz del sol, vio el perfil recortado por el sol de Se Hun, el muchachito estaba sentado mirando una cocinilla de hobo enorme de la cual se desprendían llamas de fuego. Oh parecía especialmente vacío ese día, estaba completamente vestido de negro, como si estuviese de luto, inclusive su gorra que usaba al revés – como siempre- era de ese tono.
Se acercó con cuidado, enterrando sus dedos en la reja.
— ¿Se Hun-ah? —
El aludido tardó unos instantes más de los usuales en voltearse a verle. Lu Han pensó que ese día estaba más roto que el anterior, tanto que ni si quiera se molestó en fingir que estaba bien.
— ¿Qué haces aquí? —
Cuando se sintió lo suficientemente seguro, avanzó hacia el muchacho, lo rodeó y se sentó a su lado, mirando las llamas incendiar lo que identificó como una fotografía casi desecha. Luego rastreó a su alrededor y vio un álbum tirado en el suelo y un montón de fotos esparcidas por doquier. Sus ojos avellana reconocieron los rostros en la fotografía arrugada que estaba junto a sus pies. Oh no le contestó, simplemente tiró un par de fotografías más al fuego.
Se Hun estaba en el medio, con una sonrisita preciosa vestido exageradamente elegante con una corbata extraña que rompía el cuadro del resto de su vestimenta, su cabello era igual del rubio que él había conocido pero estaba más corto, creyó que le quedaba realmente bien. A su lado derecho estaba Jong In, con el cabello ridículamente blanco y monstruosamente revuelto y con la sonrisa torcida y brillante que tanto le caracterizaba, parecía que estaba revolviéndose el cabello –otra costumbre que le recordaba- cuando le sacaron la foto. Al lado izquierdo estaba Jun Hong con los brazos estirados felizmente, su cabello era rubio y estaba muy enrulado como si fuese un perrito. Había otra foto más, que casi la estaba pisando, en donde Se Hun y Jong In estaban casi dándose la espalda, pero ambos estaban con una mueca parecida a una sonrisa. Lu Han se preguntó porque estaría buscando quemar una fotografía de él y su mejor amigo. En la tercera, había una mujer que él no conocía en el medio, a su lado estaba Jong In con una mueca nerviosa y del otro lado estaba Se Hun, con cara de pocos amigos, sus ojos se ensancharon con la sorpresa de reconocerle con el cabello oscuro, sin ninguna clase de tintura.
La última fotografía era la más hermosa para él, parecía más actual, de no ser porque también tenía el cabello al color natural, Se Hun estaba al lado de una mujer hermosísima que tampoco conocía, la mujer llevaba el cabello largo, rubio y enrulado, sujetaba su sombrero que parecía que se iría en cualquier momento y tenía una gran sonrisa en el rostro., e su brazo había un tatuaje que decía: “Tempus” Recogió las cuatro fotos que había observado.
— ¿Por qué vas a quemarlas, son muy hermosas? —
— Son cosas que quiero olvidar, hyung —
— ¿Cosas? —
— Personas, dolores, recuerdos. A Jun Hong, mi ex novio que me traicionó de todas las maneras posibles. A Jong In, mi mejor amigo que me causó tantos problemas. A Shin Yeong, la única mujer a la que ame. A Hyun Ah, la persona que me dio la vida. —
— ¿Por qué quieres olvidar a tu madre? —
— No me gusta decirle así, verá, ella nunca esta. Ya sabe, me hubiera gustado llorar en el regazo de mi madre hasta quedarme dormido, que alguien me haga una sopa caliente en invierno, que me lea cuentos para dormir. O, que se yo, esas cosas que hacen las madres y sus hijos juntos — Se Hun suspiró.
— ¿Y tu…? —
— No tengo padre, hyung. Bueno, biológicamente si lo tengo, digo, salí de algún lado, pero no tengo la menor idea de quién es el Sr. Oh —
— ¿Y te hubiera gustado hacer cosas de padre-hijo también? —
— No sé, quien sabe, tal vez si tuviese una madre presente no tendría la necesidad de tener un padre, pero si, mal no me hubiese venido —
Lu Han miró de hito en hito las fotografías y a su novio, aun no entendía muchas cosas, como porque estaba odiando a Jong In, pero ya se enteraría más delante de las demás cosas. Separó la fotografía en la que estaba con su madre del resto.
— ¿Cómo se llama? —
— Hyun Ah —
— Es bonita —
— Ciertamente —
— No la odias del todo ¿Verdad? —
— No, no la odio, pero tampoco la quiero —
A Se Hun, nadie nunca lo había abrazado de la manera en que Lu Han lo había abrasado el día anterior. Se removió algo incomodo y codeó suavemente a su novio, quien estaba distraído mirando las fotos. Sus ojos avellana chocaron con los ojos negros del menor.
— ¿Qué pasa, Se Hun-ah? —
— ¿Puedo abrazarle? —
— ¿No prefieres que yo te abrace? —
— Ahora, simplemente, quiero sujetarlo fuerte y no dejarle ir —
Pronto lo tuvo entre sus brazos, fuertemente, aferrándose al sweater rojo del muchacho como si no existiese un mañana. Xi se dejo hacer, apoyando su espalda en el pecho de Se Hun y sintiendo su corazón latir como un caballo galopando sobre sus omoplatos, sentía la quijada del menor sobre su hombro y su suave respiración, la tensión en todos sus músculos. Apoyó una mano sobre la ajena.
— Se Hun-ah, recuerda que te quiero —
— Lo sé, hyung, yo también lo quiero —
Lu Han echó su cabeza hacia atrás, hasta apoyarla en el hombro ajeno y la ladeó un poco para dejar un beso suave sobre el lunar en la mandíbula de Se Hun. Estiró su mano hasta acariciar la nuca ajena.
<<Oh Se Hun, tal vez no sea tu primer amor, ni tu mejor amigo, pero dejame ser tu confidente, amor mío, dejame sanar tu corazón roto>>