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EL OTRO LADO DEL PATIO por sagitariogothic

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Notas del capitulo:

HOLA!!! ESPERO QUE OS GUSTE !!!

POV. MARK.

-¿estas mejor?-Jackson asintió un poco menos pálido.-¿por qué me has pedido a mi ayuda?.

-porque a parte de mis amigos tu eres el único que sabe que soy diabético.-subí las piernas a la silla del hospital en la sala del Box.

-ah...-sonrió un poco y me cogió la mano.

-¿me vas a contestar?-negué sonrojandome.-¿no te acuerdas?

-Claro que me acuerdo-suspiró.-pero... No creo que deba jugar a ese juego que me propones... No, mientras siga teniendo algún sentimiento por ti...

 

--Flashback--

Estaba aburrido a la hora de la siesta, todo el mundo dormía y yo no quería. Decidí salir al jardín para dar una vuelta por la playa pero casi me da un infarto al chocar con Jackson, me agarró por la cintura y se echó a reír mientras me ponía rojo como un tomate por mi torpeza.

-¿donde ibas?-me encogí de hombros sin saberlo con certeza, acarició mi mejilla y alce la cabeza.

-iba a dar un paseo por la playa-asintió.

-te acompaño- nege sabiendo que intentaría algo raro.-por favor, no quiero que te pase nada.

-Jackson...-suspire cuando me cogió por la mano arrastrándome hacia la playa.

Lo cierto es que me estuvo contando un poco de la historia de los tatuajes que tenía. Acabé sintiéndome a gusto a su lado, el reloj le pitó y suspiró señalando a su espalda hacia la casa.

-Deberíamos volver, me ha subido el azúcar.-volvimos despacio y ese olor a manzana volvió a llegar hasta mi cuando sabíamos a las habitaciones.

Sin decir nada me quedé en la puerta de Bamie, negó dándose la vuelta y vino hasta donde estaba. Tiro de mi mano para meterme en su cuarto, me sentó en la cama y saco un estuche negro.

-Ayúdame-cogió una especie de bolígrafo con aguja y giro una rueda-no puedo hacérmelo.

-Don...donde...-se levantó la camiseta y señaló un punto en su abdomen, cerré los ojos y se lo clavé rápido.

-gracias-apartó mi mano y vi, abriendo un ojo, como bajaba una especie de embolo.

-¿entonces el reloj te avisa?-asintió, guardo el estuche en una pequeña nevera y sonrió.

-quiero proponerte algo-parpadee confuso-quiero que seas mi nuevo sexfriend... Ya que me quedé sin el que tenía.

-¿yo?-asintió, sentí la boca seca, el pulso acelerado y algo que me devolvió a la razón... Dolor-no quiero ser tu muñeca hinchable...

-no era eso...-me levanté molesto, aunque la idea de Jackson desnudo... Besándome... Y acariciando mi cuerpo me atraía más de lo que quería reconocer.

-no-me agarró y cerré los ojos cuando besó mi cuello, acarició mi abdomen y jugó con mi oreja.

-vamos... No te puedes resistir...-su voz en mi oído... Encogí las piernas apoyándome en él, besaba mi cuello con suavidad, su pircing acariciando mi piel... Su mano colándose por mis vaqueros...

-NO-me aparté jadeando y entrecerré los ojos-¿te divierte el que me sienta indefenso?

-¿eh?-resople saliendo dando un portazo.

--Fin Flashback--

-¿por qué me dices que no? Si a mi me gustase alguien y me propusiera eso estaría dando saltos de alegría.-negué.

-no lo entiendes... Soy fiel a quien me cae bien y a quien aprecio... Si hiciera eso... Sería como traicionar un deseo que tengo en mi interior... Sería conformarme con eso y al final dolería.

-supongo que en eso somos diferentes.-asentí- pero que sepas que lo del pelo iba en serio, tu aspecto sería mejor sin ese color.

-a mI me gusta-rió, sentí un tirón en la corbata y me estaba besando.

Cerré los ojos sintiendo miles de mariposas en el estómago, separó mis labios y su lengua acarició la mía hasta dominarla. Se sentó en la cama y su mano pegó mi cuerpo a la cama por la parte baja de la espalda.

-eres jodidamente inocente y eso me pone en un estado bastante difícil.

Parpadeé confuso mirando sus labios, sin darme cuenta, acaricie los suyos con los míos mientras atrapaba el inferior entre los dientes. Me aparte al darme cuenta de lo que hacia y me sonroje violentamente, por lo que agache la cabeza observando las zapatillas que llevaba.

-eso es nuevo-lo miré sin alzar la cabeza, sonreí divertido.

-JACKSON-la mamá de Bamie entró preocupada y yo aproveché para escabullirme.

 

POV. D.O.

Cada vez que pasaba a mi lado me entraba miedo, aún recordaba el collar en el cuello y como me había golpeado. Intentaba no demostrar mi miedo pero saber que crean esa inseguridad en mi me cabreada, empezaba a odiarlo pero no podía del todo, más que nada por el miedo.

-EH-me aparte asustado cuando golpeó la mesa que limpiaba, me di la vuelta empezando a limpiar la otra-¿me sigues ignorando?

-Déjame en paz-oí su risa, me giro y sus manos me sujetaron por la cintura.

-me temes ahora gatito- resople, le bufe y contuve el impulso de morder sus manos.

-Aléjate o te quedas sin otro pircing- se apartó y sentí satisfacción por ese brillo de temor en sus ojos.

-eres un jodido psicópata- Gruñi al oír el adjetivo.

-NO SOY UN PSICOPATÍA-se giró riendo, le pegué una patada y él me agarró del cuello mientras intentaba morder su brazo.

-PUTO GATO-sentí un puñetazo, una patada en el costado y me pitaron los oídos al golpearme con una mesa, parpadee en el suelo viendo como el girafon apartaba al chico que me había encerrado en el baño.

-Cado, Suga, no podemos meternos en más problemas-mis ojos se cruzaron con los del girafon. Asustado me metí debajo de los pupitres que había estado limpiando. Me dolían las costillas y la mejilla, gatee despacio hasta llegar a la mesa del profesor, para así esconderme debajo.

Vi sus zapatillas y luego su rostro al ponerse en cuclillas.

-¿sales?-negué, tiro de mi por las zapatillas, grité pero me tapo la boca a la ves que me levantaba-déjame ver-me sonroje cuando subió mi camisa.-sólo esta rojo...

-no me toques-aparte sus manos intentando volver a enterrar mis sentimientos en una cara indiferente.

-Feliz año...-fruncí el ceño, me giré y vi una pulsera roja en la mesa.

-¿qué?-volvió a limpiar mesas.

Desconcertado me la puse y vi su estúpida sonrisa, suspire relajandome un poco.

 

POV. LUHAN.

Tenía la cabeza hecha un lío, me había pasado los días evitando a la ardilla por como me había hecho sentir con sus besos. Ahora no era capaz de ir al almacén si recordar lo recurrido.

cada vez que lo tenía cerca mis sentimientos parecían librar una guerra, por un lado sentía una atracción hacia sus labios, me ponía nervioso y deseaba tocar su piel; pero, por otro lado, sentir eso me enfadada y había provocado que me comportase como un idiota con él.

-¿vas a volver a gritarme?-me incorporé asustado al oír su voz, pero verlo apoyado en el marco de la puerta de mi cuarto... No me lo esperaba-te olvidaste la mochila en la tienda, tu madre me dio la dirección y me pidió que la trajera.

-yo... No...-suspiró caminando despacio hacia mi cama antigua.

-tu cuarto es un poco pintoresco...-tocó la cortina con nubecitas azules en la ventana.

-no puedo cambiarla, llevaría su tiempo y su dinero-asintió encogiéndose de hombros.

-yo duermo en un colchón en el suelo así que...-me miró fijamente-¿qué te pasa?

-me besaste-río negando, se acercó despacio y al siguiente segundo lo tenía encina.

-Claro que te besé-sujetaba mis muñecas, el pulso se disparó y sólo podía mirar sus labios.-y lo voy a volver a hacer-solté un suspiro cuando tocó mis labios con los suyos, se me cerraron los ojos y sentí emoción en mi interior. Me dejé llevar mientras jugaba con mis labios, su lengua rozó el inferior pero giré el rostro sonrojado.

-¿qué...?-lo mire y me enfade por el poder que tenía en mi, sujeto mis manos con más fuerza mientras sonreía divertido.

-Soy bisexual pero creo que tu ni siquiera sabes que es eso-volvió a besarme y se levantó saliendo de mi cuarto, asomó la cabeza y sonrió.-nos vemos mañana.

Estaba confuso, quería que me tocara, abrazarse, lamiera y jugará conmigo. Pero tenía miedo, estaba seguro de amar a Carol pero ahora era él el que me robaba el sueño, el aliento y la mente.

Grité poniéndome la almohada en la cara.

 

POV. KAI.

Era pasadas las dos cuando volví a casa, me dolían las piernas de estar de pie y deseaba tocar cama. Al abrí recordé que hoy tenía al neko en casa de niñera, suspire subiendo la escalera hasta el cuarto de mi ratón.

Sonreí al verla dormida en las piernas del neko, también dormido, me acerqué con cuidado y observé esos rasgos que había aprendido a odiar. Aunque ahora no estaba tan seguro. "-ESTOY CUIDANDO A TU HERNANA SIN PEDIR NADA A CAMBIO, LO MENOS QIE PODIAS HACER ERA SER AMABLE O DARME LAS GRACIAS-"esa frase pronunciada entre lágrimas resonaba en mi mente cada vez que lo veía. reconocía que había cuidado de mi hermana sin rechistar y yo lo había seguido tratando como el culo.

Echaba de menos ese arcoiris en su pelo pero el castaño lo hacía parecer más maduro, a pesar de las orejas y últimamente su ropa había pasado a colores neutros por el invierno. Besé la frente de mi hermana y la puse en su cama con un suspiro.

-oh... Ya volviste -lo vi bostezar mientras se levantaba, colocó la colcha con su cola y salió de la habitación.

-Sehun-lo alcancé poniéndose el abrigo, me miró temeroso y suspire.-gracias...

-sabes que me das miedo siendo amable ¿verdad?-reí desconcertado-se ha portado bien... Y... Suerte, hoy lo de la presentación de baile.

-quería pedirte que fueras-asintió sin mirarme.

-a que hora preparo a

-no-me miró y suspire-quiero que vayas sólo, mi madre cuidará de mi hermana pero... Entenderé si no quieres...

-¿por qué?-no supe si fue el cansancio pero me encontré tirando de su bufanda y comiéndome su boca, por la falta de aire me aparte y él me miro a los ojos-te... Tengo que irme.

Sentí vacío cuando salió prácticamente corriendo por la puerta, suspire y me senté en la escalera cansado. Debía haber sido el cansancio.

 

POV. CAROL.

 

Por fin Viernes. Ya tenía ganas de que llegara el fin de semana. Esa tarde había quedado con las chicas y me había mentalizado en que me lo iba a pasar bien. Seguramente bebería hasta caer rendida.

Me había levantado algo más pronto de lo habitual para dejar todo preparado. Había recogido mi habitación y hecho la cama. También había elegido lo que me pondría esa tarde: unos vaqueros negros con unas zapatillas de tobillo alto del mismo color. Una camiseta de hombreras blanca y una sudadera blanca y negra. No me gustaban los tacones, eran una cosa que no soportaba.

Las clases fueron productivas, la verdad es que me encontraba más animada, empezaba a vivir y a tener tiempo para mí desde que no me juntaba con los Nekos. De vez en cuando los extrañaba, pero luego me daba cuenta de que no era para tanto.

Intentaban saludarme con frecuencia y yo, bueno, les devolvía el saludo en silencio.

Por una parte me sentía una mala persona por haberlos dejado de lado tan de golpe, ya que tampoco les había dado una explicación clara, pero luego, se me pasaba. ¿Era una mala persona entonces?

En el recreo, mis amigas empezaron a hablar de lo que podríamos hacer esa tarde en el centro. Me apetecía comprarme algo de ropa, y seguramente seguiría con mi colección de mangas.

 

Cuando las clases acabaron, me dirigí directa a casa. Kris había salido una hora antes, sin haberme dicho el motivo o a donde se iba, pero me dio exactamente igual. Llegué a casa y estuve un rato con Oliver, lo había desatendido y eso no podía ser bueno para él, ni para mí.

Me vestí sobre las cinco menos cuarto y terminé de prepararme. Moví mi chaqueta del instituto para revisar que no me dejaba nada y saqué entonces, una foto que me había hecho con Nyle hace un par de días en la cafetería. Sonreí al verla: las dos estábamos sujetando las escobas como si fueran guitarras, ese día fue divertido. Dejé la foto encima de la cama y pensé en ella. La invitaría a salir con nosotras el próximo fin de semana. La vendrá bien dejar a los chicos con los que va y alejarse un poco de todo esto.

Recibí un mensaje en mi teléfono de Kris. Decía que tuviera cuidado y que si ese tío volvía a llamarme, le avisara.

Cierto… me había olvidado de ello. Un número familiar me llevaba llamando toda la semana. ¿Por qué ahora, después de tres años?

Sacudí la cabeza, no era momento de pensar en ello. Miré mi reloj, las cinco y diez. Ya llegaba tarde. Miré los horarios de los autobuses en el ordenador, hasta dentro de quince minutos no llegaba el siguiente, resoplé. Pensé en la moto de Kris, pero… si la cogía, probablemente me mataría con ella, o me mataría Kris por haberla cogido.

Entonces recordé algo, el viejo coche de mi madre.

 

Bajé al garaje y allí estaba, un Toyota Auris de color negro. No era viejo, solo que tenía uno mejor y este le dejó aquí.

Bueno, ya era mayor, tenía el carnet, ¿Qué más daba si me lo llevaba? Me metí dentro, me puse el cinto y arranqué, escuchando el delicioso sonido del motos.

 

Bien, allá voy.

 

Notas finales:

ESPERAMOS LOS COMENTARIOS1!!1

XOXO

 


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