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EL OTRO LADO DEL PATIO por sagitariogothic

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Notas del capitulo:

HOLA!!! lamento no haber actualizado pero he estado con examenes! 

gracias por  la paciencia y besos

A LEER!

POV.CAROL.


 


Me desperté sobresaltada. Había tenido un mal sueño. Comencé entonces a frotarme los ojos y tuve que parar, un horrible dolor de cabeza comenzó a inundarme. Joder… ¿Dónde estaba? ¿Qué pasó anoche? No recordaba nada. No vuelvo a beber. Me incorporé un poco y miré la hora de mi mesilla, las cuatro y media de la tarde. Bueno, al menos estaba en casa. Giré la cabeza y me incorporé, pegué un brinco al ver que Suho estaba sentado a los pies de mi cama.


-¡Joder!- dije sobresaltada, él también pareció asustarse.


-Perdona, no quería asustarte.- me dijo con una sonrisa y negué con la cabeza.


Dios... mi cabeza, me daba vueltas. Le miré de arriba abajo y descubrí que aún seguía con el collar. Es verdad, no llegué a quitárselo. Suho notó que le estaba mirando y sonrió.


-Me alegra saber que ya estás despierta. ¿Qué tal anoche? ¿Os lo pasasteis bien?


-Eso parece.- dije para después bostezar.


Me incorporé despacio y me levanté. Sufrí un ligero mareo y Suho tuvo que levantarse para agarrarme.


-¿Estás bien?.- asentí con la cabeza y me ayudó a llegar hasta mi escritorio.


Cogí entonces unas tijeras y le miré. Le hice un gesto para que se sentara en la cama y obedeció moviendo las orejas y el rabo. Me senté nuevamente a su lado y entonces comencé a quitarle nuevamente el collar, cortando con cuidado, esta vez no tendría distracciones. Volví a bostezar y Suho sonrió.


-¿Por qué no viniste ayer?- le pregunté sin quitar la vista de las tijeras.- Te eché en falta ¿Sabes?


-Tuve cosas que hacer.- me contestó con una sonrisa, pero yo sabía que había otro motivo detrás. Lo dejé pasar, ya hablaríamos más tranquilos.


Un rato después, Suho era libre de aquel collar. Le frotó entonces el cuello, estaba muy morado e hinchado, me apené entonces por él.


-No te preocupes, se pasará.- dijo sonriendo mientras me daba un beso en la frente.- muchas gracias pequeña.


Sonreí mientras me sonrojaba. Le agarré de la mano para que se levantara y juntos bajamos al salón. Desde las escaleras, se oían muchas voces que reían. Parece ser que Kris no estaba solo.


Así fue, todos sus amigos estaba sentados en el sofá. Pararon de reír cuando me vieron. Comenzaron entonces a tirarme piropos. No les hice caso, mi mirada estaba puesta en Suga. ¡Oh! Ahora lo recuerdo... él me trajo anoche a casa… Qué vergüenza. Agarré nuevamente la mano de Suho y lo metí conmigo en la cocina.


-Vaya, no había nadie cuando había subido a tu cuarto.- dijo Suho mientras los observaba a través de la puerta.


Suspiré y me froté la cara, aún tenía sueño y no paraba de dolerme la cabeza.


-¿Quieres que te prepare algo?- me dijo mientras me pinchaba la mejilla con un dedo.


-No… No. Ya lo hago yo. ¿Café?- asintió con la cabeza.


Saqué la cafetera y puse a calentarla con un poco de agua, acto seguido, saqué el café y lo coloqué en la parte de arriba de la máquina. Suho apoyó la espalda en la pared de al lado de la puerta, cruzándose de brazos. Lo miré, sus ojeras se movieron al escuchar algo y giró despacio la cabeza hacia la puerta, mirando a mi hermano y sus amigos.


-¿Qué ocurre?- le pregunté.


-Están hablando de nosotros...- dijo en un susurro sin apartar la mirada de la puerta.


Resoplé, aquello no era una novedad.


-¡Carol!- oí a Kris gritar mi nombre desde el salón.- ¡Ven un momento!


Dudé en un principio si ir o no. Suho asintió, diciéndome que fuera. Suspiré, era lo mejor si no quería enfadarlo. Salí de la cocina y mientras iba andando, me fijé en la ropa que llevaba. Un pantalón corto negro y una camiseta de hombreras blanca y descalza. Bueno, no iba muy mal. Me planté delante del sofá y todos volvieron a mirarme, comenzaron a cuchichear sobre mí, me estaba comenzando a enfadar.


-Se buena hermanita y tráenos unas cervezas.- dijo Kris intentando parecer amable.


Vi como algunos de sus compañeros sonreían divertidos mientras me miraban. Un escalofrío recorrió mi espalda, me crucé de brazos.


-Son tus invitados hermanito. Sírvelos tú.


Y tras eso, me di la vuelta y comencé a andar hacia la cocina.


-Vamos bonita, tráenos unas cervezas.- dijo uno de ellos, un tal ChanYeol


-Eso, ¿Qué te cuesta monada?- siguió con la broma un tal Chen.


-Vamos preciosa. Un par de birras.-  Jackson habló esta vez.


Seguí hacia delante hasta entrar en la cocina, cogí aire para no darme la vuelta y soltar laguna burrada.


-Eh tíos. Que es mi hermana.- dijo Kris comenzando a enfadarse.


-¿Y qué quieres? Está bastante buena.- me pareció oír la voz de Kai.


Me agarré la cabeza con ambas manos y suspiré. No quería seguir oyendo estupideces, la cabeza me iba a estallar. De repente la cafetera comenzó a chillar y cerré los ojos. Un fuerte dolor en la parte central de mi cerebro comenzó a desatarse. Suho al verme, apartó la cafetera todo lo rápido que pudo. Le di las gracias y me dijo que me sentara., que él pondría los cafés. Le hice caso y me senté en una silla al lado de la puerta.


-Entonces, ¿Vas a vivir con uno de esos Nekos?- oí a Kris. No pude evitar poner la oreja y empezar a escuchar esa conversación.


-Así es, mi padre está saliendo con su madre. Es una jodida putada, pero al menos, tendré mascota.- la voz de Jackson. ¿De que Neko estarían hablando?


-Habrá que tener cuidado entonces, ¿No?- dijo JB.


-Que va, todo lo contrario. Ahora podemos hacerle lo que nos dé la gana. Antes de que se chive, le amenazaré con pegarle tal paliza que no se levantará en una semana.


Suho me trajo el café y sonreí, sin dejar de escuchar aquello. El joven se sentó al lado de la encimera, enfrente de mí, tomando un sorbo.


-¿Qué te parece la idea, Kris?- volvió a decir Jackson. Mi hermano permaneció en silencio un momento.


-Hemos tenido suerte. Por fin esos malditos gatos se enterarán de que somos mejores que ellos. Pero, hay que tener cuidado con mi hermana. Si se entera de lo que le hacemos a ese Bam, tendré problemas con ella.


Agudicé entonces el oído. No... ¿Estaban hablando de uno de mis niños...?


-Yo me ocuparé de ella.- Reconocí al voz de Suga y abrí los ojos.- Sé que le gusto, si logro conquistarla, puede que nos deje en paz.


-Hazla sufrir, pero no demasiado.- dijo entonces Kris y acto seguido, comenzaron todos a reírse.


Noté entonces como mi corazón se partía en mil pedazos. Dejé el café encima de la mesa y salí corriendo de la cocina escaleras arriba. Oí como Suho me llamaba, pero me dio igual. Entré en mi cuarto y cerré la puerta con el pestillo. Me tumbé en la cama y me tapé entera. Al rato oí como Suho golpeaba la puerta y me llamaba. No le hice caso, me quedé echa una bola, comenzando a llorar.


¿Cómo podía pensar... que un chico como Suga podía ser diferente a esos cabrones?


 


POV.SUHO.


Suspire apoyando la frente en su puerta. Oía los sollozos de Carol y sabía que era por las palabras del pelirrojo, toque de nuevo y algo se estrelló contra la puerta.


-¿sigues aquí?-me erguí de golpe, haciéndome daño en el cuello. Kris rió.-eres patético.


-vete a la mierda-me giré empezando a estar molesto, llamé de nuevo con más fuerza.-Carol... Abre...


-Vete Suho, no quiero hablar...-se oyó un sollozo más alto, suspire y una mano me agarró del cuello.


-¿qué le pasa a mi hermana?-Kris me estampó contra la pared de su cuarto, enfrente del de Carol.


-ha oído lo que habéis dicho.-me soltó y yo me frote el cuello dolorido.


-mierda, ven- me agarró de la mano, resistiéndome a entrar en su cuarto solté un bufido.-QUE ENTRES COÑO-tiró con fuerza y acabé de bruces en el parqué.


El paso por mi lado, cerró la puerta, me levanté, volvió a pasar y vi que iba a su escritorio. Abrió el cajón y sacó un collar de gato negro, ancho, con tachuelas. Una barra de pegamento es lo que sacó a continuación.


-no me lo vas a poner-sonrió mirándome y echo un poco de pegamento textil en la hebilla.


Me giré para abrir, la puerta estaba con llave, maldije.


-Suho-me giré despacio y lo vi en frente de mi.-se buen gatito.


-No me da la gana, mira tú por donde.-me crucé de brazos y él, me acorraló contra la puerta.


-mira tú por donde a lo mejor sales hoy con una puñalada.-entrecerré los ojos y escapé por el lateral de su brazo. -Suho...


-Déjame en paz- miré mi cola siguiendo su mirada y estaba más erizada que nunca, se me acercó y le solté un bufido bastante alto.


Salto por encina de la cama y yo corrí hasta el escritorio, suspiró y rodeó la cama, salte sobre esta y me agarró de un pie cuando fui a saltar. Caí de costado. Me dolió el hombro por el impacto.


-Para ser un gato no eres muy ágil-se subió en mi espalda y me puso el collar mientras me revolvía, me sujetó la cabeza con fuerza hasta que se secó el pegamento. Me soltó echándose a reír.


Me puse de rodilla mientras él guardaba el pegamento en la mesilla. La rabia burbujeaba en mí, pegué un grito y me lancé a por él. No se lo esperaba por lo que acabo en el suelo debajo de mí, sujeté sus manos mientras lo miraba con odio.


-ME TIENES ARTO-me miró enfadado cuando grité eso- NO SOY TU MASCOTA, NO SOY UN GATO PARA QUE ME PONGAS COLLARES Y NO SOY IDIOTA.


-suéltame Junmyeun-su mirada podía congelar el la tierra.


-NO, ME VAS A ESCUCHAR-me agarró del cuello y me golpeó la cabeza contra el borde de su cama, gemí por el dolor. Me agarró por el collar, me levanto y agarré sus manos porque me estaba ahogando-suéltame


-no, ahora vas a pagar las consecuencia-sacó una cadena para el collar de la mesilla, la cerré con el pié pillando sus dedos, me soltó con un gritito.-HIJO DE PUTA.


-TE JODES-me puse de pie en su cama, sacó la correa y me miró con odio pero esta vez yo también lo miré igual.


-no vas a salir ileso-le enseñé el dedo corazón, puso un pie en el colchón y cuando subió me bajé de él, bajó y corrí hacia el escritorio.


Algo tiró de mí hacia atrás. Me lleve la mano al collar, caí de rodillas y vi que me estaba sujetando por la anilla del collar, puso la correa y mordí su mano. Volvió a soltarme, en su mano tenía agujeros de mis colmillos. Me pegó una patada en el pecho y caí de espaldas, se puso encima y sujete su puño cuando me iba a golpear. Me miró con oído, lo golpee con la rodilla en la espalda y calló de lado.


-hagamos un trato-me giré para mirarlo con recelo, señaló la puerta que estaba a su lado- te la abro y hacemos que aquí no ha pasado nada.


-Donde ésta el truco- sonrió y negó Tenía algo que me hacía desconfiar, de la mano le goteaba sangre de mi mordisco, y yo notaba lo mismo en la cabeza.


-No hay-abrió y empujó la puerta del todo, caminé con cuidado, salí por la puerta y oí que se cerraba a mi espalda. Suspire y sonreí.


-eres estúpido-tiró de la corre, caí de espaldas y me arrastró por el suelo.


Me agarré el collar con una mano para no ahogarme, con la otra intenté agarrarme a algo, lo conseguí en las escaleras. Tiró con fuerza y tosí por la falta de aire, me solté de la escalera y caí rodando, sentía que me había golpeado en todo el cuerpo.


-conmigo no se juega-Me pegó una patada una vez estuve en el rellano, siguió golpeando y yo alcancé a morder su pierna, por lo que me pateo la boca.


Escupir sangre, vi de reojo a sus amigos mirando atónitos, aunque les alegraba, me pase la mano por la boca cuando Kris me dio la espalda.


-Suga, mi hermana te ha oído-el chico asintió, me puse de rodillas y lo tiré al suelo por las piernas. Calló de lado, me puse encima y le atañe la cara.


-KRIS- Suga gritó el nombre de su amigo, me dio igual. Quería saborear su sangre.


-TE ODIO, TE ODIO POR SER ASÍ-noté un tiro en la correa, caí en las piernas de Kris. Este me miró sentándose.


El chico llamado YunGyeum había sujetado la corre y no la soltaba. Kris me miró y me agarró por el cuello, acerco su cara a la mía y sonrió. Estaba furioso.


-¿me odias?-asentí enseñándole los dientes- pues ponte a la pura cola.


Me golpeó de nuevo y me pegó un puñetazo en el estómago, gemí de dolor y el chico soltó la correa. Me levanté e intenté pegar patadas a Kris mientras me empujaba contra la pared, cuando me sujeto por el cuello empezó a pegarme puñetazos en el estómago.


-Eres mierda sí le haces eso a tu hermana-fue lo que dije cuando caí de rodillas tras que él me soltara.


-tú no sabes nada- me pegó otra patada que impactó en mi mejilla, caí de espalda pero me puse de nuevo de rodillas para poder respirar.


-Te odio-sonrió, se agachó y cogió la correa, la enrollo varias veces y caminó con calma ante la atenta mirada de sus amigos. Oí que subía la escalera y noté un fuerte tirón, me levanté luchando para respirar porque había vuelto a atar la correa en alto pero esta vez me estaba asfixiando.


-Kris...-se puso delante de mi ignorando a su amigo Jackson, le aseste una pata y él me sujetó la pierna, colocó el brazo en la rodilla y vi como mi pecho se movía rápido en un intento de levar aire a mis pulmones.


-podría partirte la pierna-sus ojos estaban fijos en mí, tosí y noté que era sangre lo que me caía por la barbilla, sonrió y pasó un dedo por mis  labios, chupo su dedo con sangre y sonrió-por hoy me consolare con dejarte tirado en mi salón.


Cerré los ojos cundo no pude seguir tirado del collar, dejé caer las manos y antes de desmayarme noté que caía al suelo


 


POV. SUGA.


Miré fijamente a Kris, pegó otra patada al chico que había en el suelo y me sorprendió ver que él tenía sangre. Era raro que saliera herido en una pelea pero el gato no se había rendido a pesar de estar colgado de la escalera, tiré de su brazo para que parara ya que estaba inconsciente.


-me he perdido-miré a jin y este se encogió de hombros ante mi mirada asesina-¿qué te ha hecho ahora?


-nada que te importe-miró a Yun y palmeo su brazo-gracias y Suga suéltame.


Obedecí y se pasó la mano por la camiseta, tenía dos agujeros con sangre y morados.


-Sí que te ha mordido con fuerza-Chanyeol miró con una sonrisa tras decir esto-es toda una gata.


-Chicos os agradeceré enormemente si os largáis-señaló la puerta y yo negué-tu quédate si te da la gana pero-miró al resto- largo.


-Kris... No lo mates de una paliza-sonrió mirando al chico inconsciente, parecía un muñeco de trapo por comí había caído, Chen se mordía el labio después de haber pedido eso a Kris.


-Tranquilos, hoy no- todos suspiraron y salieron por la puerta tras palmear la espalda de nuestro amigo.


Una vez se hubieron ido todos me miró, hizo una mueca de dolor y se llevó la mano a las costillas de la izquierda. Se agarró a mi brazo y gimió. Siempre hacia lo mismo, esperaba a que se fueran todos para quejarse por el dolor, me miró a los ojos y lo ayudé a sentarse en el sofá, detrás del cual estaba el gato.


-¿te duele mucho?-negó, alce su camiseta y vi que tenía una marca mirada bastante grande, toque y gracias a dios no se movió nada-no tienes rotas las costillas.


-Mejor...-se sentó con cuidado y miró al gato, iba a levantarse y tiré de el para sentarlo.


-Kris... No, ya ha tendió bastante-apartó mi mano, se levantó, vi que movía una de sus piernas-Kris...


-Ayúdame a llevarlo a mi cuarto-lo miré sorprendido, me levanté y justo le pegó una patada más en el costado-Gilipollas.


Sonreí por su mirada de odio, el chico no parecía pesar mucho y con la ayuda de Kris me lo puse a la espalda. Noté algo caer en mi camiseta y vi que de su boca caía sangre, lo tumbé en la cama de Kris y abrí su boca.


-Se ha mordido la lengua-mi amigo miraba su mano mientras sacaba una correa de más del cajón de su mesilla.


-Mejor-enganchó la correa en otra anilla al otro lado del cuello y ató la correa al borde de la cama.-ata la otra-con un suspiro, obedecí y até la correa al otro lado.-Suga, céntrate en el neko.


-vale.-salí de la habitación y miré el cielo crepuscular. Odiaba el invierno por lo pronto que se iba el sol.


 


POV. JIMIN.


-MAMI YO QUIERO-reí por la cara de lástima que puso kookie para conseguir una galleta esas grandes. La madre nos miró y puso dos encima de la mesa.


-pero porque está Jimin si no sabes que no te la doy-reí de nuevo y su madre nos acarició la cabeza.-Me voy a trabajar que me toca turno de noche en el hospital. -¿Has llamado a tus padres?


-Sí, los llamé esta mañana y me han dicho que mañana a la hora de la comida me quieren en casa.-asintió con una sonrisa, cogió las llaves y salió por la puerta mientras kookie se tomaba la galleta casi entera.


Lo miré fijamente con una sonrisa, él me miró de reojo con las mejillas infladas por los trozos de galleta. Cada vez que lo miraba no podía evitar sentirme mal por cómo tenía su carita por culpa de esos matones, acaricie su mejilla y se sonrojo.


-Te vas ahogar-tragó con dificultad el cacho, sonrió, se apoyó en sus brazos y miró mi galleta.-¿la quieres?


-no me preguntes si no me la vas a dar-cogí la galleta con pepitas de chocolate, partí un trocito y se lo puse en los labios.--¿de verdad?


-Sí, abre-sus orejas se alzaron y su cola también, abrió su boca-no lo engullas.


-Vale.-metí el trocito en su boca, lo observé masticar con esa sensación que no sabía identificar. Quería lamer de nuevo sus labios.


Kook me miró inclinando la cabeza y casi me da algo por el deseo de comerme sus labios. Me levanté de un brinco con la respiración acelerada, cerré los ojos y respire hondo.


-¿he hecho algo?-negué sin mirarlo, me giré un poco y estaba sentado jugando con su cola.


-¿jugamos a algo?-asintió, alzó la cabeza y cogió la galleta con sus dientes, pasó por mi lado con alegría.


Corrí detrás de él, se había puesto a mirar videojuegos, sonreí al verlo con la galleta aún en la boca. Me senté a su lado, justo, se giró hacia mi enseñándome una carátula pero yo no era capaz de apartar la mirada de la galleta. Acerqué mi cara a la suya, su sonrojo y mordí la galleta un poco, se le calló la donde de la mano y mi corazón volvió a dispararse.


-perdón, me apetencia galleta-negó rojo como un tomate sin soltar la galleta, me acerqué otro poco y mordí de nuevo. Sus ojos seguían cada movimiento que hacía y por alguna razón noté como su respiración también se aceleraba, cogió la galleta entre sus dedos y mordió un trocito, no apartaba su mirada de mí. Sus orejitas estaban una caída y la otra alzada, se había acabado sentando en el suelo con las piernas separadas y las rodillas en el suelo.


-¿en qué piensas jimin?-su voz me pareció dulce cuando dijo mi nombre, mastico y me fijé en que sus labios había restos pequeños de chocolate. Me acerqué despacio, trago saliva y no pude evitar el juntar sus labios con los míos, mi corazón parecía querer saltar fuera de mi pecho.


Pasé mi legua por sus labios con lentitud, cerré los ojos y pose los míos en los suyos, sus cola me rodeo una pierna y me separé. ¿Qué acababa de hacer? ¿Había besado a kookie? Me levanté sonrojado, él me miró tocando sus labios con sus dedos, parecía igual des sorprendido. ¡yo también me habría sorprendido!


-Yo... Yo no sé-me di la vuelta y caminé hacia la entrada, su mano me paro cogiendo la mía.


-No te vallas..-al mirarlo vi que estaba más sonrojado que antes, sus orejas gachas y sus labios un poco rojos. Sus labios, los miré de nuevo y me pasé la mano por los ojos.


-¿POR QUÉ NO PARO DE PENSAR EN TUS LABIOS?-abrió los ojos sorprendido y yo lo miré con un puchero.


-yo... No lo sé...-tiré de él y volví a juntar nuestros labios, solté un suspiro cuando los toque. Suaves, dulces y cálidos. Así eran, no sabía besar y eso me recordó que hace poco nunca lo habían besado, se agarró a mi camiseta, me empezaba a faltar el aire mientras movía mis labios de forma lenta y suave.


-jimin-su aliento me golpeó los labios cuando se apartó un poquito, lo miré y sus ojos me parecieron preciosos-me gustas...


-¿cómo?-lo miré desconcertado.


-me gustas...-se sonrojo y sonreí sin saber porque.


-no sé porque siento la necesidad de besarte pero supongo que también me gustas-alzó las orejas y sonrió un poco.


 


Por alguna razón el estar sentado en el sofá con él entre mis piernas me parecía normal. Entrelace mis dedos con los de él mientras seguía absorto en la película de acción Iron Man3, me miró con una sonrisa y apretó mi mano, volvió a mirar la pantalla y miré su mejilla cuando calló una lágrima.


-¿por qué lloras?- se pasó rápido la mano por la mejilla, reí-estas muy...


-¿patético?-negué dando un beso a su mejilla.


-cute-me sonroje y él pareció sentir también vergüenza.-lo siento.


-No... No, está bien...-lo abrace y él apoyó su cabeza en mi hombro, besé su cabeza.


Empezó a ronronear mientras acaba se ver la película, sonríe sin parar lamer su oreja.


 


POV. V.


 


Me desperté tirado en el sofá de la cama. No recuerdo a qué hora llegué anoche, pero ya había amanecido. Llegué tan borracho que ni me molesté en ir a la habitación, nadie me diría nada al vivir solo.


Me incorporé, me puse de pie y comencé a estirarme. Mis orejas y mi cola se movieron con mi cuerpo, parecían estirarse también. Me rasqué el pecho y me miré, después acerqué mi nariz, oliendo mi ropa, la aparté, apestaba a alcohol.


Comencé entonces a quitarme la ropa. Me quité las zapatillas de baloncesto que llevaba, después me saqué los pantalones vaqueros negros, la cazadora vaquera del mismo color y la camiseta corta. Bostecé abriendo bien la boca y comencé a andar, dirigiéndome a la ducha.


Una vez allí, me quité la ropa interior, abrí el grifo y no esperé a que se calentara el agua, me metí dentro, debía estar fría si quería despejarme.


Bajé las orejas al notar el agua caer por mi cuerpo, enrollé la cola en una de mis piernas.


Comencé entonces a intentar recordar que pasó anoche: estuvimos cenando en aquel restaurante y después... creo que fuimos a algún lugar a cantar. Si, ya me acuerdo, Carol no hacía más que decirme que cantara algo, Yo, que no me gusta hablar mucho.


¿Qué se le va a hacer? Soy de naturaleza reservada y mucho además.


Una vez terminé mi ducha, me coloqué una toalla alrededor de la cintura y fui a mi habitación a vestirme. Miré el reloj de la pared, vaya, las cinco de la tarde, sí que había dormido.


Comencé a secar, empezando por el cuerpo. Después revolví mi cabeza en mi toalla y la pasé también por mi cola. Me puse unos calzoncillos limpios, unos pantalones vaqueros rotos, una camiseta negra de manga corta y una camisa de cuadros rojos y negros. Busqué una de mis gorras anchas y me la puse, con cuidado de no pillar mis orejas. Me miré en el espejo, observando mi flequillo tintado de un color rojo fosforescente, resoplé, malditos cabrones... Salí de mi cuarto y volví al salón para recoger la ropa sucia. Revisé los bolsillos, sacando las llaves, mi cartera y mi teléfono. Llevé la ropa al cesto de la ropa sucia y miré mi móvil, tenía varios mensajes.


El primero era publicidad así que lo ignoré. Después, vi un mensaje de Carol: decía que si había llegado bien a casa y que quería volver a repetirlo. Esta chica parecía mi madre.


El último era de Mark: me contaba que se aburría en casa y que fuera con él a echar unas partidas de videojuegos, que BamBam, el nuevo, estaba con él.


Bueno, no tenía nada mejor que hacer. Me preparé un bocadillo rápido, cogí las llaves y salí fuera. En media hora me presenté en su casa.


 


Llamé al timbre y me abrió él.


 


-¡Hey V! Pensaba que ya no venías.- dijo Mark con una gran sonrisa mientras me invitaba a entrar.


 


-Me levanté tarde.- fue lo único que dije mientras pasaba.


 


Mark era uno de mis mejores amigos, solía hablar mucho más con él que con el resto, pero aun así, me costaba tener una conversación larga con él.


 


-Pasa, Bam está en el salón.


 


Anduve hasta el salón, el pequeño estaba sentado en el sofá con un mando de la PlayStation3 en la mano, preparado para jugar. Alzó las orejas al escucharme y giró la cabeza para mirarme, sonrió.


 


-Hola TaeHyung.


 


Me sorprendí al escucharle decir mi verdadero nombre, le saludé con la cabeza y me senté al otro lado del sofá. Mark no tardó en llegar con un bol enorme de palomitas, patatas fritas y varias bebidas.


La verdad es que tenía hambre, en cuanto dejó las cosas, no dudé en coger un gran puñado de patatas, a Mark no le importó, ya que éramos como hermanos.


Al poco tiempo, cogimos otros dos manos de la Play y comenzamos a jugar a torneos de lucha.


Miré a BamBam, parecía estar en otro mundo, pues llevaba ya cinco partidas seguidas perdiendo.


 


-¿Pasa algo?.- pregunté secamente sin dejar de mirar a la pantalla.


 


El joven gatito se sorprendió al oírme hablar. Negó con la cabeza y continuó jugando, intentando esquivar los golpes que le mandaba.


 


-Bam, se lo puedes contar. V es de confianza, es como si fuera yo, pero algo más alto.- dijo Mark, comenzando a reírse él solo. Siempre hacía le mismo chiste.


 


-Bueno...- comenzó a decir el pequeño.


 


Me contó lo de su madre y el gilipollas de Jackson.


 


-Es un mamón. Como se atreva a hacerle algo, no vive para contarlo.- dijo Mark mientras intentaba golpearme. Lo esquivé, hice un combo y dejé a su jugador K.O- Eres bueno Tae


 


-Bam.- pasé de su halago y me giré para mirarlo.- Si te hace algo, no dudes en decírselo a su tu madre. Por mucho que esté saliendo con su padre, por mucho que le duella a ella, por mucho que se pelee y lo dejen, no consientas que haga contigo lo que le dé la gana.


 


Hubo un gran silencio, Bam me miraba sorprendido y no era el único. Mark tenía la mandíbula en el suelo, incluso yo me sorprendí de haber dicho eso. Les miré un momento y después volví a mirar a la pantalla. Supongo que no seré tan callado después de todo.


Después de dar a Mark una paliza, comenzaron a hablar sobre lo de anoche, de lo bien que se lo habían pasado. Yo me limité a asentir con la cabeza y a dejar asomar una sonrisa de vez en cuando.


 


POV. SUHO.


Me dolía el cuerpo, no me apetecía ni abrir los ojos. Oí un ruido a mi derecha y el olor penetrante a químicos llegó hasta mi nariz, abrí los ojos y vi en el techo un gran poster negro con un petaculo. Intenté sentarme pero algo tiró de mí hacia atrás, alce lentamente la mano y noté dos correas a los lados de mi cuello.


-¿ya despertó el gatito?-giré un poco la cabeza y vi a Kris con unos guantes negros, sonrió mientras se acercaba a la cama con una pistola de tatuajes.-has tardado.


-suéltame-sentía la lengua enfurecida y dolorida, negó con la cabeza antes de sentarse.


-Tengo que acabar mi obra de arte-miré extrañado y encendió la pistola de tatuaje.


Me di cuenta horrorizado de que no tenía mi camisa, el pinchazo me hizo encoger una pierna, me tape la boca y Kris rió. Los recuerdos de la pelea con él me devolvieron a la realidad de golpe.


Él estaba pasando un papel por mi cadera derecha, lo miré fijamente. Parecía concentrado en lo que hacía y no veía signos de maldad alguna. Dolía pero al cabo de unos minutos me acostumbré, el dejó la pistola en la mesilla de noche y lo miré de reojo mientras cortaba un trozo de plástico transparente y esparadrapo.


-¿qué me has hecho?-me miró, sonrió y pasó su dedo por mi labio.


-aún sangra... Eso está bien-fruncí el ceño.


Me agarró del collar, sujeté sus manos, rió y mordió con fuerza mi oreja. Grite y me llevé las manos a esta.


-ERES IMBÉCIL-gimotee, rodó los ojos y lo miré con odio.


Noté que el collar ya no me tiraba tanto, giré la cabeza en su almohada y había soltado las correas. Una negra y otra con cuadros rojos y negros.


Me senté y me dolió el tatuaje, incline un poco la cabeza y vi que era un corazón con escenas. Destape un poco, era un corazón rojo, atravesado por clavos y el centro ponía...


-QUÉ-rió, lo miré y apreté el puño- ¿COMO QUE KRIS?


-eso no es tan fácil de borrar ¿verdad?-gruñí, me levanté y gemí agarrándome las costillas.


-mi hermana está abajo, así que si quieres largarte más te vale tener cuidado porque como me pegue te juro que digo que me la chupaste-sólo de imaginarme esa escena me entraron arcadas-además verá los moratones que te he hecho y con eso ya se cabreara suficiente.


-¿y mi camisa?-rió y alzó un trapo rajado que no podía ser mi camisa favorita, bufe enseñado los dientes, se acercó y me cogió del cuello.


-No empecemos porque como me cabrees acabas colgado de la escalera y mi hermanamiento podrá decir misa que no tanto bajo ¿ok?-asentí despacio, me soltó y me dio la espalda.


Abrió una puerta negra, buscó algo y me lanzó una sudadera negra CNC Dallas rojas y una camiseta negra con las mangas en tela semitransparente.


-No pienso ponerme esto-dije indignado, rió y tiró del collar con un dedo.


-Sí que lo harás y unas deportivas que tengo porque tu ropa la he tirado-aparte su mano de un golpe.


Me levanté malhumorado y queriendo partirle la cara, me miré al espejo una vez me la puse, agache las orejas (con un poco de pelo ya). Me quedaba mal, me hacía parecer más pálido de lo que era y no tapaba el tatuaje que me había hecho. Apreté las manos y él me puso la sudadera por encima, sonrió alzando una de mis orejas, la aparte mirándolo con odio a través del espejo.


-Por cierto. La cremallera no funciona-gruñí erizando la cola, rió y me puse la sudadera que me llegaba por el culo.


-¿y mis cosas?-caminó hasta su escritorio y dio unos toquecitos en la superficie de cristal negra.


En la cama había dejado unas deportivas que recordé de nuestra infancia, unas negras con cordones rojos. Las primeras que le había regalado.


-Quiero la ropa de vuelta-lo miré extrañado y me puse las deportivas, se quitó los guantes negros, los tiró a una papelera. Me lanzó un tubo de pomada y la miré extrañado.


-¿y esto?-negó con una sonrisa que me llamaba idiota con mayúsculas.


-es para el tatuaje, lumbreras-gruñí, guardé el tubo en la sudadera y cogí mis llaves, teléfono y una pulsera.


Abrí la puerta, oí una risa y la cerró de un portazo detrás de mí. La habitación de Carol estaba abierta así que pasé para mirarme al espejo que había detrás de la puerta. Hice una mueca al ver que tenía el labio partido, sangre seca en la frente y un Moratón en las costillas. Bajé un poco el collar y carraspee al ver una marca negra, morada y amarilla bastante grande, que me llegaba hasta la barbilla. Tiré de la camiseta y bajé malhumorado las escaleras por saber que parecía uno de esos mamones.


En la planta baja Carol estaba sentada en el sofá comiendo helado, carraspee de nuevo por el dolor de garganta y se giró, abrió los ojos mucho y vi que había llorado.


-¿te hago la cena antes de irme?-no reaccionó mientras parecía escanearme con la mirada. 

Notas finales:

Espero que os haya gustado y de nuevo disculapas por no haber actualizado estos dias!!!

XOXO


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