El estruendoso golpe entre la puerta y el marco ensordece mis oídos momentáneamente. Camino histéricamente por mi habitación pasando una mano por mi frente y luego por mi cabello. Mi respiración se encuentra acelerada y mis ojos parpadean más de lo común. Observo un cuadro que hay sobre la cómoda que reside al lado de mi cama. Tomo el retrato y cruelmente lo lanzo contra la pared, esperando que se rompa en millones de pedazos.
Me siento en el borde de mi cama y coloco mis manos en mi rostro. Es ahí cuando escucho la última palabra que concluyó la discusión anterior - cobarde - y es en ese momento en el que las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, acompañados de sollozos y puntadas en el corazón.
Imaginar su rostro húmedo de tantas lagrimas me genera un dolor que creí que jamás comprendería. Pero ya es tarde para solucionar las cosas. El daño ya está hecho.
Cato.
El viento sopla débilmente por la zona verde en la que me encuentro. Sentado cerca de un árbol que me proporciona suficiente sombra para el sol, estudio perezosamente para mi examen de química. Levanto la mirada por un momento y observo los campos de fútbol que son propiedad del internado al que pertenezco. Están vacíos, probablemente porque es sábado.
Últimamente las cosas han cambiado mucho desde los conflictos que destrozaron mi vida. El instituto se ha vuelto tedioso y las asignaturas no logran atraer mi atención. Sobre todo porque mis recuerdos alteran mi concentración y se repiten constantemente en mis pensamientos.
Cierro mi libro de química y respiro hondo. Luego de unos momentos, el efímero sonido de mi celular llama mi atención. No es más que un mensaje de la compañía de mí teléfono.
Me pongo de pie y guardo mi libro en mi mochila. Abandono el campo para encaminarme hacia los dormitorios de chicos. Debo reconocer que me agrada que durante el trayecto no haya nadie. Muchos alumnos deciden salir con sus padres los fines de semana y otros prefieren quedarse en el instituto. Y a pesar de que esa cantidad sea mínima, es agradable.
El living se encuentra después de la entrada a los dormitorios que distribuye las habitaciones por pasillos. Ahí es donde se reúnen comúnmente los estudiantes para múltiples actividades, entre ellas: la convivencia. Noto que en el sofá semicircular está Finnick estudiando. Hay una mesita de vidrio delante de él y es cuando reconozco el libro y cuaderno de química.
Me siento en un sillón individual cercano a la mesa y dejo la mochila en el lateral de mi asiento.
Finnick me sonríe levemente - ¿Dónde has estado? Creía que estudiaríamos juntos -
- Estuve con una persona con la que no había hablado en mucho tiempo. Conmigo mismo -
Él arquea una ceja aún con la sonrisa en su rostro - ¿Está todo en orden? ¿Verdad? -
Me rio con incredulidad, bajo la cabeza y masajeo mis manos con amargura. - No claro que no. Es decir. No sabría exactamente cómo responder a eso - Niego.
Finnick guarda silencio por un momento - Creí haberte dicho que la abstracción no resultaría -
- Me equivoqué - Levanto la mirada y él me mira compasivamente - El tiempo tampoco lo arregló -
Se pone de pie y camina hacia mí - Entonces. Supongo que ya es tiempo de que confíes en mí -
Sus ojos denotan seriedad por lo que puedo ver que habla con sensatez. Él viste una camiseta sin mangas de color celeste a diferencia de la mía que es blanca. Unos shorts de un tono azul oscuro y unas sandalias de playa como las mías. Me levanto y el extiende sus brazos para regalarme un abrazo. La cordialidad de Finnick no ha cambiado desde que se convirtió en mi mejor amigo y eso también me hace pensar en la lealtad que existe entre nosotros.
- Lo más molesto de todo esto. Es que conozco la respuesta a este problema - Le digo.
Finnick concluye el abrazo - Sabes que tarde o temprano tendrás que hacerlo. Y creo que ese chico también querrá escuchar una explicación - Me da golpecitos en el hombro - ¡Venga ya! ¡Este año ha sido realmente una mierda…! - Carcajea.
Vuelvo a sentarme, aunque esta vez, en el sofá semicircular - ¿Dónde están los demás? -
- Creo haber visto a Foxface en el campus cuando fui a la cafetería. Ha de estar estudiando como siempre. La pobre erudita nunca pierde la oportunidad para una calificación alta - Explica - Gale se ha ido con Peeta a organizar algunos elementos para la fiesta próxima del instituto. Katniss y su hermana se han ido con su madre durante el fin de semana. Y los demás no me interesan -
- ¿Hablas del aniversario de la academia? - Arqueo una ceja - Lo había olvidado por completo.
Finnick se acomoda en el sillón y lanza su libro hacia la mesa - No logro entender el nivel de formalidad de esta celebración. Será el viernes de esta semana y el requisito consta de ir con un traje. Pero aun así, estas fiestas nocturnas nunca me han desilusionado -
- Aunque eso sea cierto, no tengo interés en ir. No tengo a nadie a quién invitar -
- Sabía que dirías eso - Me mira con la intención de querer reírse. Pero no lo hace - Por eso me dije a mí mismo que: si Peeta no aceptaba mi invitación, te llevaría a rastras conmigo -
La promesa que Finnick se inculcó me hace reír. Me pongo de pie y camino hacía el lateral del sillón individual para recoger mi mochila - Supongo que será mejor que pasar la noche en el dormitorio - Él sonríe extrañado, probablemente porque no esperaba que accediera tan fácil.
Salgo de la sala de estar y tomo el pasillo que está a mi izquierda para ir hacia mi cuarto. Las habitaciones comprenden un máximo de dos estudiantes en una, y la mía solía ser compartida con mi novio. Los encargados de organizar y distribuir a los alumnos en los dormitorios ofrecen oportunidades de reubicación cuando hay un mínimo de dos lugares disponibles. Hace ya un tiempo que Finnick pasó a convertirse en mi nuevo compañero de habitación, producto de la ruptura y discusión que hubo con mi ex novio. En ese entonces, me había dado cuenta de que a Finnick realmente le importaba, porque él no fue trasladado a mi habitación por pura casualidad.
A unos cuantos metros de mi dormitorio observó la figura de una persona que me resulta familiar. Lleva una camisa de color verde, unos shorts castaño claro y sus sandalias de playa. Su cabello es marrón y me asombro cuando logro darme cuenta de quién es y qué hace. Reside junto a mi puerta con la intención de querer golpear pero parece estar indeciso. Entonces se da cuenta de mi presencia y se voltea a mirarme. Sus ojos son azulados como los míos y señala una expresión de incomodidad. Puedo decir que el sentimiento es mutuo. No esperaba encontrarme aquí con el chico con el que alguna vez compartí una agradable relación: Matty Mckibben.
- Yo… - Masculla, bajando a su vez la mirada - Estaba buscando a Finnick Odair -
- No está aquí - Respondo frívolamente - Está en la sala de estar. Estudiando para su examen -
Matty guarda silencio momentáneamente y vuelve a bajar la mirada después de mirarme. Camina hacia donde estoy y se detiene a unos metros. Puedo ver el nerviosismo que intenta camuflar. El haber tragado saliva y mantener sus azulados ojos fijamente en mí, son factores que lo delatan.
- Lo siento - Levanta ambas cejas y se encoge de hombros - No sabía que no estaba aquí -
No sé qué responderle. Está enojado por el simple hecho de haberse encontrado conmigo. Tal vez aún guarda resentimiento por lo que sucedió hace dos meses - Lo lamento…. - Susurro.
La rabia en sus ojos se suaviza y respira hondo - No lo lamentes… - Camina por el costado y logro escuchar sus últimas palabras antes de que se vaya - No es tu culpa. Supongo -
Paso mi mano por mi frente y me quedo ahí unos momentos. Luego abro la puerta con la llave que guardo en el bolsillo más pequeño de mi mochila y entro en mi habitación.
Me despierto alterado y con mi respiración acelerada. No tenía planeado tomar una siesta y lo primero que hago es mirar la hora de mi teléfono celular: las 22:00. Es frustrante, el día ya se ha ido y tenía planeado hacer varias cosas en las horas restantes de este sábado. Decido levantarme, me coloco las sandalias que residen al lado de mi cama y camino hacia la puerta de baño que está en el lado izquierdo de la habitación para poder mojarme la cara y espantar el sueño “mañanero”.
La puerta principal del cuarto se abre y veo a Finnick entrar con sus elementos de estudio. Parece agotado por el suspiro que realiza al momento de cerrar la puerta. Luego exclama mi nombre y mi presento con la mano sobre mi cara, quitándome algunas molestias del ojo derecho.
- Tengo una buena noticia. Y otra que podría ponerte de mal humor - Me dice con una sonrisa.
- Quiero saber primero la mala noticia -
- Matty y yo estuvimos hablando casi todo el día del drama que los involucra a ustedes dos -
- Fantástico - Comento con ironía y me vuelvo a recostar en mi cama - ¿Y la buena? -
- Peeta rechazó mi invitación a la fiesta de aniversario. Así que ya tienes pareja -
- Eso no puede ser bueno Finnick - Le digo con una voz perezosa - Pero es mejor que lo otro -
Debería estar agradecido de que Finnick me haya quitado un peso de encima, pero lo único en lo que pienso es en lo que pudieron haber hablado mientras dormía plácidamente. A mi mente se le hace difícil pensar, ya que el sueño que sobrevivió ante el intento de avivarme con agua fría ralentiza mi capacidad para tomar en cuenta factores que realmente me preocupan.
- ¿No tendrías la gentileza de hablarme sobre el tema que aún sigue pendiente? - Pregunto.
- Como buen amigo te diría que no vale la pena - Finnick niega con la cabeza - Matty está igual que tú. Solo habla de los temas que ya se debatieron. Por lo que no hay nada nuevo que agregar - Me volteo para mirarlo - Y espero que me creas cuando te digo que esa es toda la verdad del asunto - Lo último lo dice con seriedad porque sabe que desconfío fácilmente de los demás - Yo creo que estoy haciendo un mal tercio como medidor. No tengo por qué participar -
- Aun así lo haces - Señalo un poco molesto - No tienes por qué llevar la carga de otra persona -
- Ya lo sé - Finnick se recuesta sobre su cama - Aunque estoy dispuesto a continuar con la causa -
Dibujo una sonrisa en mi rostro - ¿Crees que dependo mucho de ti? ¿En ocasiones así? -
- ¿Eso importa realmente? - Él me sonríe, enseñando sus dientes - No me molesta tener que salvarte el trasero de vez en cuando. Ha llegado a ser incluso divertido -
Reímos al unísono. No había sentido esta alegría hace mucho tiempo, la comodidad de estar con un verdadero amigo. Alguien que sé que confía en mí. A esto es a lo que llaman concordia.
Viernes.
Salgo del salón de exámenes con el presentimiento de que no me fue muy bien en la prueba. Pero eso no me importa en lo absoluto. Estoy más preocupado de lo que pueda suceder hoy. Finnick se vestirá con su traje de color azul marino, y yo utilizaré uno negro que debo de tener guardado. Debo reconocer que ir a un evento con mi mejor amigo es mucho más seguro que alguien a quién conoceré mientras disfruto de la celebración del aniversario de la academia. No sería lo mismo.
Mientras camino por el pasillo donde residen los salones especializados para el estudio de ciencias: biología, química y física, escucho el efímero sonido de mi teléfono celular. - ¡Hombre! ¡El examen ha sido imposible! Pero por lo menos la noche de hoy nos ayudará a distraernos -
Si yo creyese realmente en esas palabras, sonreiría. Pero como no lo es no lo hago.
Durante mi búsqueda por la escalera que me conducirá a la segunda planta del edificio observo a mucha gente que está tratando de conseguir pareja para la celebración del evento. Muchos de ellos están apoyados en las paredes que conforman el extenso pasillo, intentando adoptar múltiples tonos de voz para atraer la atención de la persona a la que desean invitar.
No sé aún con quién irá Peeta. Pero he de suponer que irá con Katniss si rechazó a Finnick. A menos que Gale se le haya adelantado y lo haya dejado con pocas posibilidades de conseguir a alguien. Marvel y Glimmer seguramente irán juntos y Clove no es de las que realmente le importe.
Y he de suponer que con ellos pasaré la noche. Tal vez más con Finnick que con los demás.
El reloj que llevo en mi mano izquierda señala las 16:15 hrs, y la prueba ha tenido lugar en el último bloque de la jornada escolar. Hubiera preferido que nos hallasen tomado el examen en las horas del primer bloque, cuando el cerebro acumula la máxima concentración. He de suponer que los maestros decidieron hacerlo así para que los estudiantes aprovechasen el resto del día para potenciar sus conocimientos. La verdad, no sé qué tan efectivo haya sido ese curso de acción.
Salgo del edificio y camino hacia el dormitorio de los chicos para unos cuantos asuntos. Eventos así siempre me ponen nervioso por la cantidad de incertidumbres que traen consigo.
21:50 pm.
Luego de haber tomado una cálida ducha salgo del cuarto de baño. Finnick está vistiéndose en el lado que le corresponde. Se ha puesto sus pantalones, sus zapatos y la camisa la tiene sin abrochar. Yo llevo básicamente unos boxers. Aunque mis prendas están estiradas en mi cama, así que no tardo en ponérmelas. Los calcetines y luego los zapatos, paso a colocarme la camisa de manga larga y me abrocho los botones rápidamente. Finnick me ayuda con el nudo de mi corbata y yo le devuelvo el favor con la suya. Lo único que nos queda es colocarnos la chaqueta del traje.
Tomo el perfume que guardo dentro de un mueble y me echo por todo el cuello y el cuerpo. A Finnick y a mí nos gusta estar muy perfumados. Es uno de nuestros gustos en común.
- ¿Tienes algún panorama para esta noche? - Me pregunta él - Quiero escucharlo -
Niego con la cabeza como si lo ignorase - No tengo nada planeado. Creo que pasaré la noche de hoy contigo y el resto de los demás - No suena muy entretenido pero ayudará bastante.
- Yo estaba pensando en cometer una estupidez - Ríe como si supiera de que está hablando. Afortunadamente, cuando Finnick se emborracha, su agresividad rara vez se amplifica. Pero se vuelve mucho más alegre, inestable y afectivo - Tú podrías acompañarme con eso -
- Preferiría mantenerme sobrio - Sonrió para que la respuesta no suene tan aguafiestas - ¿No estas consciente de la cantidad de estupideces que podrías cometer? Terminarás acostándote con alguien que ni siquiera conocerás - Rio de tan solo imaginármelo - Parece que hasta a los maestros les cuesta mantener su serenidad y sensatez dentro de estas celebraciones -
- Aún recuerdo la vez que se rumoreó sobre una supuesta aventura entre el maestro de ciencias sociales y la profesora de ciencias bilógicas - Me hace una seña para que no me preocupe - Tú tranquilo. Que si llego a despertar en una cama que no sea la mía, no le importará a nadie -
Salimos del dormitorio y caminamos por los pasillos hacía la salida del edificio. En esta ocasión hay luna llena y su resplandor ilumina con fuerza los alrededores del campus. Finnick me coloca un brazo sobre mi hombro para equilibrarse y señalar que soy su pareja. Estudiamos en un instituto que no juzga mucho de las preferencias sexuales, por lo que la mayoría de las personas que nos mira, sonríe y continúa su camino con la mantención de esa sonrisa en sus rostros.
Nunca confié realmente en que la relación con un chico iría a ser bien vista. Así que retiro el brazo de Finnick con un poco de nerviosismo y camino con mi propia cuenta. Entonces es cuando recuerdo a que esto se refería Matty cuando me llamó cobarde.
Finnick se me queda mirando extrañado - Sé lo que haré hoy - Levanta ambas cejas y mantiene silencio para escucharme - Arreglaré las cosas con Matty - Noto una sonrisa en su rostro.
- Eso era lo que quería escuchar - Se acerca hacia mí y me mira a los ojos - Vas a contar con mi apoyo pase lo que pase cuando hables con él - Me da un abrazo de corta duración. Luego con la mirada hacia abajo y una seña de negación con la cabeza me dice - Simplemente dile la verdad -
- Lo haré - Asiento con una falta de aire en mis pulmones. Me tiemblan las manos.
Finnick me da unos golpecitos en el hombro y se separa de mí aún con una sonrisa.
Respiro hondo y luego exhalo para tranquilizarme. Aquí comienza mi búsqueda por encontrar al chico que fue mi novio por tres años. El corazón se me acelera de tan solo imaginar su posible ubicación. Y como no tengo ninguna base o información que me ayude, tendré que ir seleccionando sitios al azar. Resultaría más sencillo si lo hubiésemos acordado. No sé qué reacción podría tener Matty Mckibben cuando le pida un momento para hablar con él.
Camino por los lugares del campus decorados con elementos fiesteros, abriendo paso entre la gente que se acumula por todo el lugar. De esa forma me resultará más difícil encontrarlo, teniendo que mirar hacía todos los lugares para ver si está entre un grupo de gente. Además la celebración se extiende desde ahí hasta el gimnasio donde se llevará a cabo el baile.
Entonces miro hacía un lugar que no está tan poblado de gente. Lo veo caminar con las manos en los bolsillos y en plena soledad. Su traje es de color café oscuro.
Camino hacia allá para que me vea. Su mirada señala una expresión de apatía, como si asistiese solo para hacerle un favor a la academia. No habla con nadie, por lo que puedo suponer que está solo. También existe la posibilidad de que vaya a reunirse con alguna persona a pesar de que las probabilidades sean escazas. Desconozco al nuevo Matty. Aquel que aún sigue dolido.
Me mira cuando ladea la cabeza y agudiza la mirada para sancionarse de que está en lo correcto. Se detiene un momento y sus ojos no señalan una expresión determinada. Intenta ignorarme cuando se da cuenta de que camino hacia él, pero no logra resultar convincente.
- ¿Qué es lo que quieres? - Pregunta con sequedad - ¿A qué has venido? - Retrocede.
- Quiero hablar contigo. Por supuesto - Respondo con nerviosismo - Necesito arreglar este asunto -
Me mira con incredulidad - ¿Por qué luego de dos meses sientes la obligación de arreglarlo? -
Niego con la cabeza - No puedo decírtelo porque realmente ni yo lo sé - Me muerdo el labio inferior cuando noto veo que aparenta ser fuerte - Solo sé que no podemos seguir así -
Matty exhala con disgusto. Asiente para sí mismo y se vuelve hacia atrás - Vamos -
Camino junto a él sin decir palabra. Nos alejamos de las demás personas para que nuestra discusión no se convierta en un tema público. Me siento más tranquilo cuando dejo de escuchar las voces de los estudiantes que se estaban acumulando en la zona donde se llevaría a cabo la celebración. Tengo la confianza de que en este lugar podremos hablar sin preocupaciones.
Es el parque más pequeño que tiene la academia y que nadie usa. Hay una pileta que elegantemente despliega un gran chorro de agua hacia arriba y el material que se usó para constituirla es de cemento blanco. A sus alrededores hay bancas de madera y faroles que emanan resplandores de colores amarillos.
Matty se sienta en una de ellas y me mira con un rostro que exige una introducción. No logro acostumbrarme a su enojo. Me resultará bastante difícil hablar con él de esa manera.
- Tenías razón…- Afirmo con arrepentimiento - Realmente fui un cobarde… - La expresión en sus ojos se suaviza y se mantiene callado - Nunca tuve la oportunidad de explicarte la razón por la que comencé a distanciarme de ti. Creíste que había sido porque había dejado de amarte -
- Eso fue lo que me hiciste pensar - Se pone de pie y camina hacia mí - Eso realmente dolió -
Logro ver a través de esa apariencia y detecto tristeza - Lo último que quería hacer era lastimarte - Balbuceo luego de ello - No fue esa realmente la razón. Realmente eras muy importante -
- ¿Crees que eso importa ahora? - Matty señala frívolamente - Mírame. No vine aquí para que hablemos de los errores que cometimos - Sus ojos lucen realmente molestos - Si tienes algo que decir que pueda aliviar el dolor que siento, más vale que lo digas -
Mi corazón late con fuerza y lo miro firmemente - Tú no deberías estar triste por lo nuestro -
Levanta ambas cejas, sonríe débilmente y asiente - Tal vez no seguiría molestándome si lo que sentía por ti en ese entonces no haya significado nada a largo plazo - Baja la mirada y respira por la nariz con dificultad - ¿Acaso crees que el tiempo que estuvimos juntos no significó nada? -
Se me congela el cuerpo. Su rostro que exige desesperadamente una respuesta me provoca tristeza. Trago saliva y niego con la cabeza - Claro que no… No eres el único… -
- Pero eso ya no debería importarnos - Se muerde los labios y se mantiene cerca de mí - Todos los días me despierto pensando en lo que hice mal, por qué es que tuvo que suceder esto. Jamás pude comprender lo que sucedió - Matty vuelve a respirar con dificultad - ¿Quieres que diga algo más? -
No logro construir una oración para contra argumentar. Por lo que asiento débilmente.
- Te extraño…- Me dice y una lágrima cae por su mejilla. Traga saliva luego de eso - Extraño lo que hubo entre nosotros. Extraño esa felicidad que sentía cuando estábamos juntos…- Se lleva una mano hacia los ojos para espantar las lágrimas - Actuas como si todo estuviera bien, cuando realmente no lo está -
Incapaz de continuar escuchando sus palabras intento darle un abrazo. Matty accede rápidamente a el y se recuesta sobre mi hombro, sollozando. Siento la acumulación de lágrimas en mis ojos. Mi corazón continúa latiendo con fuerza e intento no desesperar. Jamás imaginé que enfrentarme a una realidad inminente doliese tanto. Pero es porque continúo enamorado.
- Claro que no estoy bien…- Me separo del abrazo y lo miro con sinceridad - Nada de esto nunca estuvo bien. Soy quien tuvo la culpa de todo esto por importarle la opinión ajena…-
Matty niega con la cabeza y ríe incrédulamente - ¿De qué sirve decirlo ahora? -
Sonrió y una lágrima recorre mi mejilla - Aún continúo enamorado de ti…. - Declaro y comienzo a respirar con dificultad - ¿Por qué iba a señalar melancolía para que todo el mundo se enterase? Tenía miedo. No de ti, si no de lo que los demás pudiesen opinar -
Él me mira en silencio por unos momentos mientras me encuentro sollozando. Siento su mano reposar sobre mi mentón y luego aplica una pequeña fuerza para levantar mi mirada. Los ojos azulados de Matty están húmedos de lágrimas y sonríe con un mínimo de sinceridad. Entonces siento la presión de sus labios contra los míos y es ahí cuando el corazón se me acelera.
Su mano reside en mi mejilla y coloco mis manos en su espalda. Él es robusto al igual que yo y tenemos casi la misma altura. Sus labios son ásperos y su sabor me resulta novedoso. Continuamos con el beso durante unos momentos y después nos separamos.
- Había olvidado el sabor de tus labios - Me dice con una sonrisa - Dulces como siempre -
- Matty…- Le digo y presiono mi frente contra la suya - ¿Qué va a suceder ahora? -
Él guarda silencio por un momento - Bueno. Yo estaría dispuesto a volver a intentarlo si es lo que tú quieres… - Lo miro a los ojos y veo esa sonrisa entre dientes - Esta vez sin miedo.
Rio y él también lo hace. Presiono mis labios contra los suyos una vez más y respiro hondo como si lo peor ya haya acabado - Prometo que no volveré a cometer una estupidez como esa -
- Y yo prometo escucharte antes de mandar todo a la mierda - Me dice con una sonrisa.
Lo único que puedo pensar en estos momentos, es en la extraña felicidad que recorre mi cuerpo por haber logrado lo que inconscientemente mi conciencia me estaba diciendo. Pero así como se arreglan los problemas surgen otros nuevos. Y Finnick seguramente romperá en alegría cuando me vea llegar con Matty al lugar donde seguramente se encuentre. Ebrio como lo tenía planeado.