Green y Yellow seguían conversando en la heladería.
-Green, quería agradecerte todo esto que haces por mi, la verdad no lo esperaba.
-Descuida-lo miró fijamente mientras metía su cucharilla a la boca-¿te sientes mejor?
-Si, bastante, rayos-observó que Fudo había dejado su móvil en la mesa-será mejor que lso alcance.
-De acuerdo, te espero aquí.
El chico corrió lo más rápido que pudo al voltear la calle notó que ambos chicos estaban entrando al centro médico de Celeste.
-¿Qué significa esto? será mejor que cuando entre les pregunte-corrió nuevamente. Al entrar al sitio no hayó a nadie-Será mejor ir con Green.
A las afueras de Celeste...
-Buenos días, somos de la policia de Ciudad Celeste ¿ha visto usted a este chico?-preguntaron al hombre que tenía secuestrado al jovencito.
-No, jamás lo he visto, ya se imaginarán mi vida solitaria-sonrió-no viene mucha gente por estos lados.
-¿Podríamos inspeccionas su casa?
-Por supuesto, sigan oficiales.
En un sótano se encontraba Red amordazado mientras sentía que se quedaba poco a poco sin fuerzas.
Yellow llegó a la heladería.
-¿Los encontraste?-preguntó Green.
-No, tal parece que iban muy adelante.
-Ni modo, tendremos que contactarlos luego ¿vamos a el hotel?
-Claro, andando.
El rubio no mencionó palabra en todo el camino.
Al otro día los ánimos por la desaparición de Red se ponían cada vez más tensos.
-No puedo creer que aun no hayan dado con su paradero-gritó Misty.
-Trata de calmarte-intervino Brock.
-No, la policía en esta ciudad es inútil, han pasado dos días y no sabemos nada, ni una pista, es imposible.
-Ellos hacen lo que pueden-dijo Oak-necesito que te controles.
-No puedo, no pueod hacerlo porque si a ese tonto le llega a pasar algo-rompió en llanto-no se que haré-abrazó a Brock.
-Será mejor que se marchen-dijo Oak.
Yellow daba un paseo por la ciudad, de pronto vio a Fudo y Eita saliendo del hospital, el chico se acercó a saludarlos.
-Fudo, Eita, qué agradable sorpresa-notó que Eita estaba en silla de ruedas.
-Yellow-saludó Fudo amablemente.
-El otro día me quedé con su móvil, traté de regresarlo pero no di con ustedes.
-No te preocupes-sonrió.
-Esto…Eita…¿qué te sucedió?
-Yellow, no es nada-respondió el chico.
-Eita, ellos podrían...-replicó Fudo.
-Mejor nos vamos ¿si?-respondió el chico.
-Cómo digas, gracias por el móvil, nos vemos luego.
-Pero…chicos-los vio alejarse-¿qué sucede aquí?-susurró.
Red despertaba de uno de los muchos sueños causados por ese misterioso hombre.
-¿Qué es ese olor?-susurró-acaso es...gasolina-gritó horrorizado.
-Veo que ya estás mejor-sonrió el hombre-es hora de la acción.
-¿Qué piensas hacer?
-No estés tan ansioso, el fuego es un elemento primordial, es sinónimo de purificación, yo voy a hacer que tu renazcas de entre las cenizas pequeño.
-Deténgase por favor.
Cayó la noche en la ciudad, Yellow se dispuso a bajar para cenar en el restaurante con Green, de pronto se encontró en la recepción con Fudo, al parecer lo buscaba.
-Fudo ¿qué sucede?
-Yo…-agachó la cabeza-no se qué hacer.
-¿De qué estás hablando?
-Es Eita-comenzó a llorar-se marchó y no se a donde podría ir.
-Cálmate, quizá fue a dar un paseo-respondió Yellow.
-Ustedes no entienden nada-un dolor inmenso se grabó en su rostro.
-¿De qué hablas?
-La verdad hay algo que tu y Green no saben-respiró profundo.
-Solo dilo ¿qué sucede con Eita?
-Hace unos meses Eita era uno de los mejores atletas de la escuela, era admirado y respetado por cada uno de los de su grupo, muchos en el club deseaban ser como él, seguir sus pasos, su ejemplo, todo marchaba de maravilla, se disponía a viajar al torneo nacional para representarnos; hasta que un día, en plena práctica, sufrió una caída espontanea que hizo que sospecháramos de su estado de salud. Al principio todo parecía estar bien, pero justo en el campeonato nacional, cuando Eita estaba a punto de llegar a la meta se desplomó, fue en ese momento cuando supimos que algo andaba mal. Fue hasta hace poco que descubrimos que tiene un tumor en el cerebro.
-No puedes estar hablando en serio.
-Idiota, como si pudiera hacer una broma con eso.
-Lo siento.
-Eso no es lo peor del caso, el médico nos dijo que con quimioterapia y cirugías era posible retirar el tumor y demás células cancerígenas. Es solo que...hay alguien que se opone a ello.
-Demonios ¿pero quién?
-Eita.
-No te entiendo nada.
-Es un chico orgulloso, no quiere vivir una vida triste, piensa que si sigue ese tratamiento es probable que de todos modos muera, la idea le aterra lo se, lo veo en sus ojos y es que...con el tiempo he aprendido a conocerlo bien, por eso discutimos hace un rato-se aguaron sus ojos.
-Fudo, tu...tu...¿amas a Eita?
-Claro, es como mi hermano.
-Yo no estoy hablando de eso, a ti te gusta Eita ¿cierto?
-Siempre has sido bueno en esto tonto-sonrió-no se si es a mi a quien realmente le aterra la idea de no volver a verlo.
-Mis sentimientos por Green son...
-¿Similares? lo se, a pesar de lo que sucedió con...
-No lo menciones, él no tiene cabida en esto y lo sabes.
-Fueron buenos tiempos Yellow, ahora voy a buscar a Eita.
Green venía hacia el rubio.
-¿Qué hacía Fudo aquí?
-Es una larga historia, Green ¿tu me quieres?
-¿Qué pregunta tan tonta haces?
-Respóndeme
-Si te refieres a que si te aprecio entonces, si.
-Eso basta para mi-lo abrazó.
-De acuerdo-lo abrazó también-tonto.
En un mirador de la ciudad se encontraba el chico contemplando el paisaje.
-Es tan hermosa-dijo refiriéndose a la ciudad.
-Puedes conquistar esto y mucho más si te lo propones-interrumpió Fudo.
-¿Tu?¿ como supiste que estaba aquí?
-Se que te gustan las cosas brillantes, que te rascas la nariz cada vez que sientes frío, que no te gustan las hamburguesas con cebollín, mueres con las películas de romance y te gusta que te abrace en las noches para que no sientas frío.
-Fudo…-se iluminaron sus azules ojos-deja de decir esas cosas.
-¿Por qué?
-Porque me haces pensar cosas indebidas, cosas que para mi están prohibidas.
-No entiendo ¿por qué dices eso? ¿es porque somos chicos?
-No es eso, pero no te quiero condenar a un sufrimiento al estar a mi lado.
-Si estoy a tu lado...entonces valdrá la pena porque yo...-se sonrojó-te quiero Eita-comenzó a llorar.
El chico lo tomó entre sus brazos y lo besó.
-Eita-susurró Fudo sonrojado-siempre estaré a tu lado.
-Ya lo se-sonrió-siento ser tan obstinado.
-¿Qué es eso?-señaló Fudo.
Al fondo una gran bocanada de humo y fuego se levantó.
En la ciudad los bomberos y la policía iban de prisa para ver lo sucedido, era una cabaña a las afueras de la ciudad que se estaba incendiando.
-Policía ¿qué sucede?-preguntó Green.
-Al parecer hubo una gran explosión a las afueras de Ciudad Celeste-respondió el oficial-se presume que fue un atentado del Team Rocket.
-¿Un atentado?-dijo horrorizado el castaño-maldita sea-salió corriendo.
-¿A donde crees que vas?-preguntó Yellow-No lo hagas-dijo meláncolico-por favor no lo hagas, no vayas a su rescate.
-Lo siento, no hacerlo sería mentirme a mi mismo, siento algo muy profundo por Red.
-Dijiste que me querías.
-Yellow, por favor, no hagas las cosas más complicadas.
-Green, por favor…
-Adiós Yellow-se estrelló con Brock que lo miró sorprendido-quítate-salió corriendo.
-Con que te gusta Red-susurró.
En un sitio cercano, alguien contemplaba el espectáculo.
-¿Lograste ejecutar el plan? Protón.
-Por supuesto, he destruido a esa molesta rata.
-Entonces puedo asumir que el fuego de tu cabaña tiene que ver con ello.
-Así es mi señor.
-Perfecto, todo está listo para nuestro gran debut, vamos a controlar toda la región con ayuda del Team rocket-sonrió perversamente.