Unos pequeños rayos de luz se asomaban por la ventana apuntando hacía los ojos de Red, el jovencito los abría torpemente debido a la sensibilidad que estos le causaban, se sentó tomando su cabeza apesadumbrado y se quedó por un instante pensativo.
-Buenos días-lo saludó Pegaso.
-¿Qué? Pegaso ¿qué haces aquí?-gritó el chico asustado.
-Bueno, anoche te quedaste dormido leyendo los pocos mangas que Kano no dañó, entonces...pensé que no habría problema si dormías en mi habitación mientras yo lo hacía en el sofá.
-Igual que aquella vez-susurró al recordar la ocasión en la que pasó algo similar estudiando con Green.
-Ánimo-lo abrazó-no tienes por qué ponerte así de melancólico, tengo una idea-le quitó las cobijas de encima-vamos a salir sólo tu y yo ¿qué opinas?
-No lo se-se volvió a tapar.
-Acepta, un chico como tu no debería estar deprimido, vamos a salir los dos.
-¿Como en una cita?-interrumpió Kano bebiendo un jugo en cajita.
-¿Qué haces acá mocoso? siempre interrumpiendo.
-¿Piensas tener una cita con Red hermano?-lo miraba inocente.
-Claro que no, solo saldremos como dos buenos amigos que somos.
-Entiendo-terminó el jugo-¿puedo ir con ustedes?
-De ninguna manera mocoso, hago esto para que Red se sienta mejor y tu, sólo nos causarás problemas.
-Por favor hermano.
-No le veo problema-sonrió Red-a menos que Kano esté no pienso salir contigo Pegaso.
-¿En serio?-lo miró alegre el pensador-de acuerdo, saldremos los tres.
-Muchas gracias Red-lo abrazó-eres una gran persona.
Giovanni estaba reunido con Bill.
-Creo que ya sabes las implicaciones que trae el no haber servido para nada con tus perlas-susurró molesto.
-Yo no estaría tan seguro de esa afirmación.
-Basta-golpeó su mesa-ya te has burlado lo suficiente de nosotros, no toleraré un solo insulto más, eres un completo inepto Bill, quiero que te largues.
-¿Eso es todo? esperaba mucho más del líder del Team Rocket.
-Ya me he pronunciado, Sabrina ¿quieres enseñarle la salida a est sujeto?
-Ni lo intentes infeliz-la miró enfurecido-te aseguro que pronto tendrás noticias mías Giovanni-sonrió y se marchó-hora de que despiertes.
Red esperaba a la salida de la escuela a Pegaso y Kano.
-Dijo 11:00 y ya casi es medio día-susurró impaciente-vaya que son incumplidos esos dos.
-Red, Red-gritaba a lo lejos Pegaso mientras corría con Kano-perdón por el retraso-respiraba agitado.
-No te preocupes-lo miró irritado.
-Habríamos llegado a tiempo de no ser porque este mocoso no quería bañarse.
-No pueden hablar en serio-hizo un gesto gracioso el jovencito mirándolos fijamente-Pegaso, Kano es curioso que sean hermanos, no se parecen mucho.
Ambos se miraron asustados.
-Claro que somos hermanos, dices muchas tonterías Red-rio nervioso el pensador-mejor vamos ya.
-Red, Red ¿podrías cargarme?-jaló Kano de la camiseta al chico.
-Por supuesto-lo subió a su espalda mientras el chico entre lazaba sus manos al cuello del jovencito.
-Eres todo un abusivo mocoso-lo miró furioso-ni siquiera lo conoces bien.
-No hay problema-sonrió-me pregunto ¿a donde iremos?
-No lo se, mi hermano no quiso decirme-hizo un puchero.
-Es una sorpresa, ya verán lo bien que la pasaremos.
Misty se encontraba leyendo en la cafetería, de pronto fue abordada por Erika que venía con Jin.
-Buenos días amiga-la abrazó.
-Hola Erika ¿quién es este chico? ¿es algún familiar tuyo?-preguntó la pelirroja.
-No, Jin es un conocido de la familia, llegó hace unos días.
-Ahora veo-se quitó sus lentes de lectura-eso quiere decir que estudiará en la escuela.
-No, según me dijo el Profesor Oak se quedará mientras sus padres permanecen en el extranjero.
-Mis padres y yo iremos de viaje a unas islas situadas al sur de Kanto, dicen que hay grandes maravillas escondidas en ese lugar-respondió el chico.
-Se ve que quieres mucho a tus papás-sonrió Misty.
-Así es, a veces están tan ocupados que no pasan mucho tiempo conmigo pero es lo que menos me importa después de todo.
-Te entiendo-susurró.
-Misty, ten-los interrumpió Brock extendiendo una carta en sus manos.
-¿Qué es esto?-lo miró sorprendida.
-Es una carta de mamá-respondió sonrojado-vendrá en unos días a la escuela junto a mi padre, era lo que querías ¿no?
-Ya lo se, pero no entiendo...
-Estoy dejando mi zona de confort-se marchó.
-Lo lograste amiga-sonrió Erika a la chica en shock.
Pegaso, Red y Kano habían llegado a un enorme parque de diversiones.
-Así que esta era la sorpresa-susurró el jovencito sonriente.
-Hermano eres el mejor-saltó de alegría Kano-me quiero subir en todas las atracciones y comer muchas golosinas.
-No dejaré que comas golosinas como siempre o te terminarás enfermando-respondió molesto el pensador.
-No es justo-cruzó sus brazos-eres mi hermano y debes complacerme en todo.
-Claro que no mocoso, compórtate.
-Es lindo ver como a pesar de todo te preocupas por Kano-dijo Red.
-Deja de decir tonterías, sólo estoy cuidando mi dinero-se sonrojó.
-En ese caso, yo si te compraré golosinas, a mi también me gustan mucho.
-¿Como puedes hacerme esto?-gritó Pegaso.
-No seas amargado, mejor vayamos a comprar los boletos de entrada.
-De ninguna manera, yo te invité y así mismo pagaré las entradas.
-No voy a incomodarte más de lo que ya lo he hecho.
-Miren-señaló el pequeño una larga fila.
-No puede ser-susurró Pegaso-es lo que pasa cuando vas a la inauguración de un parque de diversiones.
-Mejor vamos a hacer la fila, ya llegamos hasta este punto, sería una pena tener que regresar a la escuela.
En Lavanda Surge estaba un poco agotado ya que desde muy temprano el señor Fuji lo había puesto a ocuparse en las labores del refugio.
-Te veo con mejor semblante que la última vez-susurró el anciano.
-¿Bromea? he estado haciendo los oficios desde las 5 de la mañana, no me he detenido ni un sólo instante, estoy realmente exhausto y aun así me dice que tengo mejor semblante.
-Pareces una niñita en apuros-se burlo Aimi-señor Fuji, le dije que se había equivocado con este chico, no es más que un desagradecido.
-Nadie está pidiendo tu opinión bruja-empuñó su mano.
-Al menos yo ya terminé mis labores.
-Ustedes dos se llevan muy bien-sonrió Fuji marchándose.
-Primero dice que tengo mejor semblante y luego que me llevó bien con este monstruo, creo que ese viejo está completamente loco.
-¿A quién llamas monstruo?-le dio un puño en la cabeza la chica.
-Eres detestable Aimi-se sobaba.
-Será mejor que termines tus labores o no comenzarás el entrenamiento con el señor Fuji.
-A veces pienso que todo es un invento con el que ese hombre se aprovecha de mi.
-¿Qué esperabas? ¿que te enseñara sus técnicas de inmediato? ¿hacer las cosas sin trabajar duro para conseguirlo?
-Él dijo que no esperaba nada a cambio.
-Y así es, lo que el señor Fuji espera es que hagas las cosas por ti, de veras que eres un malcriado.
-No entiendo cómo puedo aprender algo con este tipo de labores.
-Piensa en las cosas que han hablado-lo miró a los ojos-las respuestas pueden estar en nuestras narices sin darnos cuenta-se marchó.
El chico guardó silencio un momento y tomó la escoba de nuevo.
-Después de todo si puedo ser útil para algo-sonrió levemente.
Pegaso Red y Kano se encontraban entrando al parque de diversiones.
-Vaya, este lugar lo tiene todo-dijo sorprendido el jovencito-me gustan mucho este tipo de sitios.
-A mi igual-gritó Kano eufórico-hermano, vamos a subirnos en esa atracción-señaló la "Montaña Rusa de la Muerte"
-Mejor al rato-se puso azul de miedo-busquemos algo tranquilo y más acorde a tu pequeña edad, mira, esa atracción parece la indicada-señaló los carros chocones.
-Está bien-refunfuñó.
Lo que parecía ser un momento tranquilo no resultó ser así, al menos para Pegaso.
-Deja de chocar conmigo en todo momento mocoso-gritaba histérico.
-Pero hermano, si no choco tu carro no voy a ganar puntos suficientes.
Red y el pensador se miraron desconcertados.
-A veces me pregunto qué pasa por la cabeza de este chico-susurró Red perturbado.
-Si, voy a ganarles, entre más choques un carro, más puntos recibes.
-Siendo ese el caso-sonrió Red estrellando el coche de Pegaso.
-¿Qué crees que haces Red?-gritaba desesperado.
-Lo siento, entre más choques, más puntos-dijo pícaramente.
-Los odio en este momento.
Al salir del lugar Pegaso se sentía realmente aturdido.
-Hermano ¿estás bien?-preguntó tiernamente Kano.
-¿Como puede preguntar tal cosas si entre Red y él me masacraron en ese estúpido juego?-susurró irritado.
-Chicos ¿qué tal si entramos a esta atracción?-interrumpió Red señalando una casa del terror.
-No lo creo-respondió contundente Pegaso-esos sitios son pérdida de tiempo.
-Tengo un hermano muy valiente-susuró Kano.
-Siendo ese el caso, entremos ¿qué podría salir mal?-mencionó Red.
-Se supone esto era para subirle el ánimo-temblaba.
El recorrido estuvo rodeado de muchos gritos y espantos, los 3 chicos estuvieron a punto de llorar con cada monstruo que aparecía. Hubo un instante en el que Red y Pegaso se abrazaron del susto, ambos se sonrojaron y se soltaron de inmediato.
-Pensé que serías mucho más valiente Pegaso-se burló el jovencito.
-No seas tan malvado Red, eso me pasa por hacerles caso-se escuchó un ruido extraño-creí que ya habíamos salido de la casa.
-Lo siento-respondió apenado-es mi estómago, es que ya es más de medio día y aun no he almorzado.
Pegaso casi cae de cara al escuchar la respuesta dle jovencito.
Yellow estaba corriendo cuando de repente tropezó con Green.
-Lo siento mucho ¿me permites?-le extendió la mano el castaño sonriente.
-Muchas gracias-evadió la mirada.
-¿Cuando llegaste a la escuela? te he extrañado mucho.
-Bueno, en realidad hace ya un tiempo estudio contigo, no se si deberías saberlo pero la relación entre nosotros no ha sido la mejor.
-¿Puedo saber por qué? ¿acaso soy tan tonto?-sonrió espontáneo.
-A decir verdad, te lastimé ya hace un tiempo, si eso no es suficiente para ti, entonces...
-No Yellow, no es suficiente para mi, porque yo tengo los mejores recuerdos contigo-lo tomó de los hombros.
-Pero tu y Red, las últimas veces han estado bastante cercanos ¿no se si sepas a lo que me refiero?
-No me interesa Red.
-Escucha Green, es probable que tu forma de comportarte en este momento sea muy interesante para mi, no lo voy a negar, pero hay algo más allá y es que me he cansado de vivir de ilusiones, yo no seguiré engañándome para despertar un día y comprobar que de nuevo estuve viviendo una mentira-se alejó.
Pegaso y los chicos almorzaban en la plazoleta de comidas.
-Red, Kano ya se han comido 3 hamburguesas-dijo el chico asustado-deberían controlar su forma de alimentarse.
-Lo se, ando algo deprimido, por lo general como muy poco al estar así.
-No puedes estar hablando en serio.
-No digas nada hermano, mejor déjanos comer en paz, además me siento muy contento, parecemos una familia.
-¿Qué dices mocoso?
-Qué inocente es Kano ¿cierto Pegaso?
-Supongo.
-Es verdad, yo podría ser su hijo y mi hermano-lo miró de reojo-sería el papá y tu Red...
-Ni lo menciones-dijo desconcertado el azabache.
-Creo que lo mejor es seguir el recorrido-intervino Pegaso.
-Estoy de acuerdo-dijo Red.
-Igual yo, mamá-sacó la lengua el pequeño.
Red se distrajo mientras observaba algo a lo lejos.
-No lo puedo creer-babeaba el jovencito.
-¿Qué sucede?-preguntó intrigado Pegaso.
-Esos son...-babeó también Kano.
-Dangos-gritaron ambos al tiempo.