-Abuelo, no tienes de qué preocuparte-decía un amable e ingenuo chico por su móvil-estaré bien, ya sabes que mi pasión por los Pokemon es demasiada, por eso emprenderé este viaje en busca del Pokemon ancestral.
-Sigo sin entender las razones para hacer algo tan descabellado, sabes muy bien que ese Pokemon es sólo una leyenda.
-He llevado a cabo algunas investigaciones, podría tratarse de algo mucho más real, según leí ha tenido bastantes avistamientos en Suramérica.
-Estás completamente loco nieto.
-Abuelo, te dejo, ya casi debo partir al aeropuerto.
El chico arribó al avión si mayores contratiempos.
-Según tengo entendido, este Pokemon ha sido visto en su mayoría en esta región-señaló con su bolígrafo un mapa del Amazonas-iniciaré mi búsqueda por este lado, en caso de no tener éxito seguiré con Guyana-El viaje duró 8 horas aproximadamente, al bajar del avión el chico se hospedó en un modesto hotel. Al otro día muy temprano inició su excursión adentrándose en las espesas selvas del Amazonas en compañía de otros dos guías.
-¿Tienes que estar anotando todo lo que observas?-preguntó uno de los hombres.
-Este lugar tiene una gran biodiversidad Pokemon, debo hacer anotaciones de todo-escribía rápidamente-fascinante-susurró.
-Déjalo en paz Protón, mejor sígamos-tenía un rastreador en sus manos-esta cosa aun no ha mostrado reacción ante materia luminosa.
-Debemos estar atentos, el Pokemon podría aparecer en cualquier momento-sonrió.
Llegada la noche los tres sujetos estaban durmiendo en un pequeño campamento que armaron, a las afueras un Growlithe vigilaba atento cualquier movimiento. El chico se levantó ante los latidos del Pokemon, somnoliento salió de la tienda de campaña y notó como su rastreador se había vuelto loco, pitaba constantemente, un enorme haz de luz blanca cegaba sus ojos.
-¿Qué es esto?-susurró atemorizado, al abrir bien sus párpados quedó estático, el Pokemon que buscaba se encvontraba ante sus ojos. Aspecto felino, color rosa y con pelos microscópicos constituian el aspecto del ser que observaba precavido al chico-te he encontrado Pokemon ancestral-le extendió su mano. El Pokemon extendió su larga cola al chico, lo veía atento-creo que sabes que no te quiero hacer daño ¿cierto? Una serie de enormes agujas voló hasta el Pokemon asustándolo.
-Será mejor que te alejes de ese Pokemon, mocoso-sonrió una pelirroja.
-¿Quiénes son ustedes?-preguntó enfadado el chico-aléjense, este Pokemon...
-Es muy raro, será para el Team Rocket de todos modos.
-¿El Team Rocket? no lo permitiré-tomó una poke-ball.
-Qué mocoso tan impertinente ¿acaso quieres que tus amigos mueran? es una pena, verdad James.
-Así es-respondió el malvado hombre apuntando con una pistola a los dos hombres.
El Pokemon se asustó bastante.
-Vamos pequeño, no te haremos daño...aun, ekans, repetición.
El felino laanzó un gran destello el cuál cegó a todos en el sitio, al recobrar la visión se había marchado dejando un camino de llamas.
-Maldición-susurró la mujer-un momento ¿donde están esos imbéciles? se han escapado, andando, tenemos que buscarlos, no podemos permitir que revelen nuestro plan.
El chico corría entre la oscuridad para salvar su vida, de pronto tropezó con una rama cayendo violentamente al suelo.
-Rayos-trató de incorporarse sintiendo un terrible dolor en su tobillo-no es posible-escuchó a Jesse muy cerca-estoy acorralado.
-¿Necesitas ayuda?-escuchó una voz retumbando su cabeza.
-¿Quién eres?-susurró asustado.
-Descuida, no te haré daño, podría ayudarte, veo que te gustan los Pokemon.
-¿Cómo sabes eso?
-Veo cosas que para el ojo común no son tan sencillas, Bill.
-¿También puedes saber mi nombre?
-Ya te lo dije.
-Entonces ayudame por favor, hay dos maleantes que tratan de lastimarme.
-Con gusto lo haré, sólo debes sacarme de este tronco viejo-emitió un brillo que despertó la curiosidad del chico-adelante, sácame de este horrible sitio y te daré lo que me pides Bill.
-¿Cómo resultaste metido ahí?
-Larga historia, ahora apúrate, esos maleantes se acercan.
-De acuerdo, pero deberás salvar a mis amigos-el chico metió su mano al tronco hueco tratando de seguir la luz, sus dedos rozaron algo frio y duro, el chico se llenó de ansiedad y rompió pedazos de tronco pódrido para poder ver dónde yacía la voz misteriosa, entonces la vio, era un gran objeto redondo que emitía un brillo escarlata que llenaba de ambición los pensamientos del chico.
-Hola Bill, ahora que me has encontrado, no lo dudes, sálvate.
-El chico tomó entre sus manos el preciado orbe, miles de sombras llenaron su cabeza, el color de sus ojos cambió completamente.
-Al fin he vuelto a tomar a otro humano-sonrió perversa la voz.
-Mis ayudantes-susurró Bill-necesito ayudarlos.
-De acuerdo, pero sólo podré salvar a uno.
-Tu dijiste que...
-Lo siento, en estos momentos mi poder es limitado ¿a quién vas a salvar Bill?
-No es justo-su cabeza comenzó a dolerle-¿qué es esta sensación?
-Es el poder de la oscuridad apoderándose de tu ser.
-Entonces salvaré a Protón, antes de que sea tomado completamente.
-Tus deseos son órdenes-hizo aparecer un cetro con el orbe que hablaba al borde-toma este cetro y desea salvarlos a ambos, es una pena, no te servirá de nada salvarlo en este momento.
-¿Qué dijiste?-sus pensamientos se nublaron completamente. El chico despertó de nuevo en su cabaña, a su lado yacía Protón dormido, se levantó y encontró sobre la mesa el cetro que lo había ayudado, pasó sus manos alrededor, la codicia lo había deslumbrado.
-No te preocupes querido Bill, con mi ayuda serás el dueño absoluto de esta región, ambos iremos directo a la cima, sólo sigue los consejos que te daré, siempre seré tu voz guía-el chico puso el orbe en su oído.
-¿Qué pasará con el Pokemon ancestral?
-¿Para qué buscar Pokemon? si puedes crearlos-desprendió un rayó de luz que creó una perla de color azabache.
-¿Qué es esto?-lo tomó observándolo minuciosamente.
-Es nuestro camino al dominio, lo llamarás, perla negra.
Bill despertaba de su ensoñación.
-Maldición-tomó su cabeza apesadumbrado.
-¿Tuviste una pesadilla?-preguntó la horrible voz del orbe.
-No es nada-el color de sus ojos cambió-sólo era otro sueño extraño.
Erika estaba realmente asustada ante la mirada desquiciada de Blaine.
-¿Quién eres realmente? ¿qué hiciste con Blaine?
-Cariño, pero si yo soy Blaine-se acercó lentamente a la chica.
-Auxilio-gritó la princesa mientras corría, de repente se detuvo-no puedo correr ¿qué sucede?
-¿Vas a algún lado preciosa? no hagas las cosas mucho más dificiles para nosotros-se relamió.
-Aléjate-gritó Red llegando a lugar junto a Blue.
-Claro que no, no lo haré-le respondió el científico despidiendo un aura negra de su cuerpo-nadie me va a quitar a Erika, ella es mía ¿se enfrentarán a mi poder?-tomó su pecho y enterró sus uñas a él.
-¿Qué demonios haces?-susurró el jovencito.
-Voy a absorber toda su energía sabandijas-comenzó a tirar desgarrando su piel para mostrar un objeto color azabache incrustado.
-Una perla negra-observó con temor Blue-es mucho más grande que las que he visto.
-No podrás enfrentarte a nosotros-sacó su perla dorada Red-ahora ve, Charmeleon-el Pokemon desprendió un brillo dorado, Erika se liberó de su parálisis y salió a correr .
-No irás a ningún lado-arrojó energía de sus manos encerrando a la chica en un campo negativo.
-Déjala salir infeliz, ve Wigglytuff-gritó Blue.
-Tonta, ahora serás testigo de mi gran poder-un espiral comenzó a absorber la energía del Pokemon hasta dejarlo sin fuerzas.
-No puede ser-lo miró la chica encolerizada-no es posible vencer a este chico así.
Jin seguía terminando su dibujo, de repente fue abordado por Kano.
-¿Cómo supiste que no soy normal?-lo miró fijamente el más pequeño.
-No me preguntes tal cosa, sólo lo deduje, la forma en la que todos te tratan, supe desde el inicio que había algo extraño.
-Aun sigo sin descifrar por qué mi poder no te puede afectar, eres alguien particular, todos en este lugar tendrán que afrontar muchas cosas en su momento, verdades dolorosas.
-¿A qué te refieres?
-Olvídalo, iré a comer algo.
-Kano-lo miró serio-¿hay alguna forma para que ese dolor del que hablas, no llegue?
-Probablemente, supongo que con un sacrificio genuino, entregando algo de vital importancia es probable-se marchó.
-Entiendo-susurró el chico perdiendo su mirada en el dibujo.
Venusaur cayó débil ante el poder de Blaine.
-Es inutil, no puedo luchar más-dijo el jovencito derrotado.
-En ese caso, ustedes siguen-el espiral absorbía la energía de Red.
El chico fue detenido por el ataque del Blastoise de Blue.
-Quizá me derrotes, pero haré hasta lo imposible para que seas el mismo retraído, no me importan las consecuencias, le hice una promesa a mi mejor amigo y a este chico no le sucederá nada-un fulgor dorado rodeó a Blue y su Pokemon.
-Blue-susurró el azabache.
-Eso está por verse-se burló el científico.
-Blastoise, pistola de agua-un enorme chorro fue envíado hacia el sujeto, la perla dorada yacía en manos de Blue-este objeto-lo miró feliz.
-Tu inútil poder no resultó efectivo-dijo Blaine intacto-ya me resultan molestos-los encerró en un campo de energía negativa.
-No puede ser, esto jamás sucedió, el poder de las perlas doradas siempre venció las tinieblas-golpeaba Red impotente la estructura.
-Deja a Red en paz-gritó Pegaso-será mejor que no te metas con ese chico o lo lamentarás.
-Inútil, no podrás conmigo-absorbió su energía, Pegaso cayó al suelo mientras sus fuerzas se desvanecían.
-Idiota ¿por qué viniste?-gritó Red-déjalo, no lo lastimes.
-No doblegarás mi espíritu-se levantó débil el pensador-yo también protegeré a ese chico.
-No es posible-su espiral se detuvo-¿qué crees que haces?
-Detente-interrumpió Kano junto a Jin.
-Maldición, mocoso, aléjate-gritó impotente Pegaso-no tienes nada por hacer en este lugar.
-Hora de la diversión-corrió Blaine hacia los chicos.
-Jin, Kano, no-gritó Erika.
-¿Qué se supone que haremos Kano?-temblaba sin moverse de su sitio Jin.
-Las 4 perlas doradas han aparecido-sonrió-es mi turno de ayudar.
Blaine se paró frente a los dos pequeños.
-Es una verdadera pena-los observó implacable mientras imponía sus manos frente a ellos-no volverán a ver la luz del día-una gran cantidad de energía negativa generó una explosión levantando una cortina de polvo y tierra.
-Kano-corrió Pegaso torpe hacia el lugar-Kano-gritaba sintiendo cada paso más doloroso-mocoso, eres un idiota-comenzó a llorar.
-Jin-lloró Erika en silencio-Kano, jamás te perdonaré esto Bill.
Blaine se acercó lentamente, a Pegaso.
-Lo siento realmente-sonrió pérfido.
-Maldito-lo golpeó en el rostro-maldito, devuélveme a mi hermanito-su rostro reflejaba un dolor enorme-devuélveme a Kano-lo seguía golpeando mientras sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas-él, es mi hermanito, devuélvemelo.
-No llores-escuchó una voz imponente-no me he ido aun-Pegaso levantó su rostro y observó a un sujeto casi celestial, de mirada recta, cabellos dorados y complexión adulta, tenía a Jin en sus brazos.
-¿Quién eres?
-Soy yo, Kano-miró contundente a Blaine-ya basta de tu maldad, es hora de que esto termine aquí-tenía un cetro parecido al de Bill, solo que este tenía un brillo dorado.
-¿Pero quien te has creído infeliz? Ahora verás, voy a atacarte con la energía proveniente de mis víctimas-lanzó un potente poder negativo de su pecho en forma de cristales.
-No dejaré que uses la energía de las personas para tus fines malvados-envió poder de su cetro dorado.
Ambas energías estaban al mismo nivel.
-Mi energía es inigualable-gritaba Blaine tomando la ventaja, ahora tomaré tu energía también.
-No me seguiré quedando a ver como las personas que quiero sufren-se levantó Red-perla dorada, si en verdad traes el poder de la luz, brilla para Kano, ayúdalo.
-Red-susurró Blue sorprendida, se levantó también y pidió lo mismo a su perla.
Un gran resplandor fue transferido a Kano, el poder del sujeto tomó la ventaja.
-Muy bien, hora de que vuelvas a ser como antes, Blaine.
-No puede ser-el poder en forma de cristal se iba rompiendo-quizá me hayan derrotado pero el final de esa luz se acerca y entonces podré disfrutar el día en el que Yami conquiste toda esta insignificante región-finalmente la luz impactó al sujeto haciéndolo caer al suelo, la perla negra contenida en su pecho se hizo pedazos liberando la energía de los demás.
Todas las barreras negativas se desquebrajaron liberando a todos los chicos. El joven científico quedó inconsciente y todos estaban en shock ante la presencia de Kano.
-Kano ¿eres tu?-lo observaba sorprendido Pegaso.
-Muchas gracias-sonrió el celestial hombre-aunque...no me llamo Kano, mi nombre es Kanazaki, soy el guardián de las perlas doradas, ahora que todas han sido reunidas he podido volver a mi forma original.
-No entiendo.
-Tomé la forma del pequeño Kano para poder ayudar en un momento como este, la oscuridad está tomando cada vez más fuerza, debemos estar preparados.
-Kanazaki, no puede ser que tu seas ese mocoso ¿por qué?
-Pegaso, eres la persona que elegí para llevar a cabo esta labor, tu corazón recto jamás despreciaría a un pequeño como Kano, por ahora debo despedirme de ti.
-Por favor, quédate a mi lado-suplicó el pensador-no te vayas ahora que te he tomado tanto...olvídalo.
-Es probable que para ti sea complicado expresar tus emociones, por miedo al fracaso, pero en ocasiones es mejor arriesgarte, así tendrás la plena convicción del deber cumplido-miró a Red-nadie me recordará a partir de mañana, sólo tu, así que no tendrás inconvenientes con esto-abrió majestuosamente sus alas-te quiero mucho Pegaso, si algún día estás en peligro no dudes en llamarme-sonrió alejándose en los cielos.
-Tendré el dolor de su partida presente...y no podré compartirlo con nadie-susurró triste-para todos él jamás estuvo aquí, Kano, siempre serás mi hermanito.