Luego del regreso de Red, todos se hallaban reunidos en un lindo restaurante de Carmín.
-¿Qué? No es posible, yo también quiero una medalla trueno-gritó levantándose de la mesa llamando la atención de las personas en el sitio.
-Oye, cálmate amigo-dijo Brock apenado.
-No, no me calmaré, ayyy como detesto esta situación, esto me hace odiar más a Bill-mordía el mantel de la mesa.
-Red será mejor que te calmes... o nos sacarán del lugar-susurró Misty.
-No me importa-seguía haciendo un berrinche.
-Cálmate tonto-acarició su cabello Green.
Todos quedaron atónitos ante tal escena.
-Esto...Red ¿nos quieres recordar por qué invitamos a Green?-lo miró enojada Misty.
-Sencillo-se sentó calmado-Green es mi amigo-sonrió y continuó comiendo.
-Entiendo-sonrió pícaramente Brock.
-¿Hay algo que sepas?-susurró Misty.
-No, nada, mejor comamos.
-¿Qué tal si vamos mañana al gimnasio Carmín? El padre de Surge podría ayudar en algo ¿no crees?
-Tienes razón Green-se sonrojó.
-Entonces comamos ¿no? Esta langosta se ve deliciosa.
Al otro día el jovencito se despertó muy temprano, salió de la habitación del hotel lleno de un gran entusiasmo. Al cruzar la puerta encontró en el pasillo a Green.
-Buenos días Red-sonrió.
-¿Tu? Amm...hola-agachó la mirada-¿qué quieres?
-Voy a acompañarte al gimnasio de Carmín ¿no habíamos quedado en eso?
-Claro que no-gritó-quedamos en que yo iría con Misty y Brock, tu definitivamente no vas en mi plan de hoy-lo señaló contundentemente.
-Calma, no entiendo por qué eres tan esquivo conmigo-se acercó lentamente.
-¿Qué demonios haces?
-Nada-lo tomó del rostro-es que eres tan lindo Red.
-Green-susurró-será mejor que...-le dio un golpe en la cabeza-te alejes de mi gran idiota-gritaba agitado-no volveré a caer, además tú y Yellow aún son novios-salió corriendo.
-Red, espera, ¡ouch!-se tomó la cabeza.
Luego de una larga caminata Red llegó al gimnasio de Ciudad Carmín en donde le esperaban algunas dificultades.
-¿Cómo que no puedo hablar con el padre de Surge?-gritaba el jovencito de muy mal humor.
-Lo siento, el líder de gimnasio está en su día de reposo, además las fechas de combate en tu escuela ya pasaron, será en una próxima ocasión.
-Claro que no, me resisto, eres bastante molesto.
-Siento no poder ayudarte en este momento.
-No, exijo que el líder de este gimnasio venga-gritaba.
-Señor, será mejor que se calle o...
-¿Sucede algo?-preguntó un alto rubio y fuerte sujeto.
-Señor, disculpe usted, le he tratado de explicar que no puede atenderle hoy pero...
-¿Qué haces tu aquí? Eres el chico del incidente en el gimnasio.
-Si, señor, le suplico que por favor me dé la oportunidad de tener una batalla con usted.
-Lo siento, eso que me pides no es posible ya, las batallas con los alumnos de tu escuela sólo podían llevarse a cabo ese día. Sin contar que con el incidente ocurrido el gimnasio, anda en reparación.
-El escenario es lo de menos, la verdad deseo con todas mis fuerzas esa medalla trueno-en los ojos del chico había una gran determinación.
-Ya no insistas más, será mejor que te vayas-intervino su asistente.
-Espera-dijo el padre de Surge guardando silencio un minuto-siendo este el caso, te daré una única oportunidad.
-Muchas gracias-saltó de alegría el chico.
-No cantes victoria, primero pondré a prueba tu honor.
-¿A qué se refiere?
-Nos veremos mañana en el jardín trasero del gimnasio y traerás la respuesta a la siguiente pregunta.
-¿De qué se trata?
-Deberás decirme por qué es tan importante para ti conseguir una medalla de gimnasio aun pudiendo tu ser un buen entrenador.
-¿Esa respuesta se la podría decir de una vez? Digo, para ahorrarnos tiempo.
-¿Pero qué dices? Claro que no, no es una respuesta que debas dar a la ligera, además, hoy es mi día de descanso. Hasta mañana Red.
-Muy bien-se despidió.
En la noche el chico estaba dando un pequeño paseo por los alrededores del hotel.
-Estás algo pensativo desde que volviste del gimnasio-lo sorprendió Green.
-Ahh ¿qué haces aquí?
-Sólo te quise acompañar ¿puedo?
-Supongo.
-¿Quieres comer algo? Alguien me dijo que te gustan mucho los dangos, podemos ir por unos.
-Dangos-le tembló la voz-los dangos son mi golosina favorita-susurró.
-Aun lo recuerdo y se además que tus favoritos son los Hanami.
-Así es-lo miró sorprendido-te lo dijo Brock ¿cierto?-dijo enojado.
-No, claro que no, supongo que hay cosas que son algo complicadas de olvidar.
-Muy bien-su corazón se paralizó un instante-ah bueno, vamos por esas deliciosas golosinas-sonrió nervioso.
Luego de comprar los dulces ambos chicos se dirigieron a la entrada del hotel.
-Red, se que lo harás bien-lo abrazó-descuida, la respuesta la hallarás tu mismo, eres alguien muy listo.
-Gra..gra..gracias Green.
Al otro día Red y el padre de Surge tuvieron su encuentro en el lugar acordado.
-Y bien...¿tienes la respuesta para mi?
-Por supuesto-lo miró el chico a los ojos.
-Adelante, quiero escucharte.
-Muy bien...deseo su medalla porque más que representar un victoria de suma importancia, esa medalla que gane hoy será el símbolo de todos mis esfuerzos, toda mi dedicación y el amor que tengo por mis Pokemon. Esa medalla simbolizará mi crecimiento como entrenador y me hará pensar que cada día podré dar más de mi.
-Bueno, no era lo que quería escuchar...pero admito que me has sorprendido, tu respuesta es sincera, de gran interés para mi, es honorable en todo el sentido, mereces luchar conmigo...Red.
-Entonces comencemos.
-Muy bien, normalmente uso en mis batallas mis 3 Pokemon más poderosos, pero no en esta ocasión.
-¿Qué?
-Como yo estoy dándote una oportunidad, lo haremos más a mi estilo si es que tus palabras fueron verdaderas, entonces...siendo así, envío a Electabuzz.
-Muy bien, yo envío a Charmeleon.
-Interesante, vamos a ver de qué es capaz tu Pokemon, que comience el duelo, Electabuzz, utiliza chirrido.
-Charmeleon Malicioso.
Ambos surtieron el mismo efecto, ninguno de los dos quedó con baja defensa.
-Excelente, tu Charmeleon tiene potencial Red, pero es hora de sacarle una mayor chispa, Electabuzz, Impactrueno.
-Charmeleon, contraataca con Ascuas.
Ambos ataque generaron una gran explosión en donde ninguno de los Pokemon salió herido.
-Ahora veo, crees que puedes mantenerte en batalla igualando el ataque de mi Electabuzz, creí que eras mejor, hora de terminar, Electabuzz, puño trueno.
-Charmeleon, cuchillada.
El Pokemon de Red cayó al suelo débil.
-¿Qué? No es posible-exclamó el jovencito.
-No lo entiendes aun ¿cierto? El ataque de Electabuzz es mucho más fuerte de lo que pensabas, te he logrado engañar, creíste que el nivel de mi Pokemon era mucho más básico que el tuyo, son tonterías querido Red.
-Siendo ese el caso, Charmeleon , utiliza Lanzallamas.
-Eres un tonto, ese ataque jamás logrará derrotarme.
-Eso crees tu-sonrió pícaramente el chico-por el honor-gritó.
-Por el honor-Electabuzz-golpe trueno.
Ambos ataques explotaron, hubo un apagón en las farolas del lugar además de una gran nube de polvo que se levantó.
Al disiparse la cortinilla en el suelo yacía Charmeleon y a su lado Electabuzz se veía triunfante.
-No-gritó Red-no es posible.
-Te lo dije tonto, te dije que no era posible igualar el poder de....¿qué?
Electabuzz cayó y Charmeleon se levantó del suelo.
-No, no es posible, Electabuzz.
-Yo también te engañé, te hice creer que el poder de Electabuzz era superior al de Charmeleon, creíste que había tenido compasión de ti, cuando en realidad Charmeleon se estaba preparando para el gran golpe.
-Me has sorprendido en gran manera, tu...mereces esto más que nadie-sacó su medalla del bolsillo-espero sepas apreciar esta insignia, eres alguien honorable Red.
-Muchas gracias señor, hasta pronto-miró orgulloso su medalla.
Ya caía la tarde y a las afueras del gimnasio Green esperaba al jovencito con una caja de Dangos.
-¿Qué haces acá?-lo miró sorprendido.
-Vine por si necesitabas consuelo, por eso los dulces-se los tiró.
-Esto...gracias, supongo-se sonrojó.
-¿Qué no los quieres?
-Claro que si idiota-respondió furioso.
-Idiota-susurró mirándolo fijamente-últimamente me insultas bastante.
-Eso eres, un idiota, eso serás hasta que no termines con Yellow.
-Entonces te mueres de ganas por volver conmigo.
-¿Qué? claro que no, imbécil-se comió un Dango.
-Como sea, vamos, el camino al hotel es largo.
-Entendido-caminó dejando al castaño atrás.
-Red-gritó y corrió hasta el jovencito.
-¿Qué quieres ahora?-decía con la boca llena.
-Buen trabajo-acarició su cabello.
El azabache sonrió a punto de llorar.