Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi vida cotidiana por ElleLover

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

;) os dejo con otro capitulito... presentándoos los otros personajes principales. chan chan... y aún quedan más, claro. 

Pocos tenían un nivel tan grande como él, lo sabía... pero se sorprendió de que un muchacho más joven estuviera entre ellos. Tenía un gorro de color morado. No miraba mucho a la gente.

Los profesores llamaron la siguiente pareja con la que hablarían sobre un tema para medir su inglés fluido. La voz de un hombre mayor les llamó:

-          Hiro Harada y Hiroshi Matsumoto. Adelante, por favor.

El adolescente al que había estado mirando le sonrió cuando se acercó, e impactado se dio cuenta de que tenía los ojos violeta y el pelo blanco. Su piel también era muy blanca. “¿Son lentillas?”. El chico le contestó, con simpatía.

-          Sí, soy albino. Ey, nuestros nombres empiezan igual. “Hiro” – se puso unas gafas para verle mejor- Encantado de conocerte.

Hiroshi vio como le daba la mano y él se quedó en blanco, limitándose a sonreír.

“Vaya... me he quedado en blanco, qué curioso”, pensó irónicamente. Sus ojos eran bellísimos. Al igual que su cara. Aunque había pensado que era uno de esos chicos modernos que se ponían lentillas y se teñían, para hacerse notar: no lo era, y parecía bastante amable. Tal vez evitaba las luces, no a las personas.  Parecía un personaje de anime.

Era curioso, porque también tenía rasgos medio-occidentales. Como él.

Por alguna razón, le hizo sentirse mal. Menos especial...

“A mí nunca me ha importado estas cosas, pero... espero ser mejor que él.

Si no, sería vergonzoso.”.

Cuando entraron los dos en una clase, se quedaron mirando a los jueces: el viejo que les había llamado, una chica de pelo medio corto, de aspecto muy simpático y un  hombre grandioso, japonés... el cual empezó a hablarles, con una voz gravísima, como si estuviera regañándoles:

-              Today I was going to be your examiner, but your case is spectacular. You really speak as native: so, I decided to have the opinion of two more examiners, although I think you could teach us more to us than vice versa. Tell me… ¿Why? The both of you have got no higher education. These test it only last 2 years; you could have presented to the Certificate of Proficiency of English, of Cambridge, which would approve it, effortless. ¿Why you decide started with this certificate? ¿Just now? We will give you work here, we need native persons; better if they are bilingual, as you. What you say about it? You have 5 minutes each one.  Hiro, you will be the first. You got 17 years old. You're underage, but we can make an exception, thanks to your great intelligence. Of course, you'd have less working hours.

 

Hiroshi se quedó boquiabierto. No solo les alababan, sino que les daban trabajo.  “¿Sin tener que pasar ningún test? Vaya... ¿tan buenos eran? ¿O es que ellos eran muy malos?”. Hiro agarró unos monóculos para verles mejor. Debía tener una vista limitada. Y eso que estaban a 6 metros. “Vaya... personaje”. Aunque, él no tenía la culpa de haber nacido albino, claro.

-          ¿Es una broma? – les dijo en japonés- A mí, realmente, no me interesa ser profesor. Pero si no van a juzgarme y tratarme como a los demás, me presentaré a ese test que habéis dicho, qué engorro. No quiero que me traten de un modo especial. Adoro Japón. Pero quería irme a Inglaterra para ver más mundo. Este examen es más fácil que el otro, y gracias a este obtendría una beca para viajar por Inglaterra. Hace tiempo que no puedo ir a ver a mi familia, ahí. Esa es la razón, solamente.  

Hiroshi se quedó a cuadros ante la sinceridad de ese chaval. Era obvio que no le darían un excelente si hablaba en japonés. Quería ver su cadencia. La mujer empezó a reír, creyendo que ese chico era muy mono. “Eso lo digo yo... y ya estoy fuera.”, pensó Hiroshi, con cierta envidia. Decía que no quería que le trataran diferente, pero era obvio que su conducta decía lo contrario. “Vaya... pesonaje”.  El tipo de voz grave, puso la mirada en el otro joven. Habló en japonés, también. Realmente les quería en su academia.

-          No decimos esto a cualquiera. Pensáoslo detenidamente. Nosotros os daremos el excelente y el viaje a Inglaterra, sin perder tiempo. Os hemos escuchado hablar. Vuestros padres nos han mandado audios y vídeos. Os habéis interesado siempre en hablar bien ambos idiomas, personalmente. Se os nota que os gusta. Pero parece que no le dais la importancia adecuada. Pensadlo bien.

“¡¡PAPÁ!!”. Hiro se fue, sonriente.

-          ¿Podemos irnos, entonces? Muchas gracias.

Hiroshi se quedó quieto, sin saber qué decir, por segunda vez. No era de los que le gustaban destacar. Ese chico tenía bastante genio. No se sentía cómodo con el modo en el que hablaba a los demás. Como iba vestido, el modo en el que hablaba... era especial, lo quisiera o no.

-          Yo, aprecio mucho... esta opción. Lo pensaré, también, detenidamente.- “¿profesor yo? Jah... ni loco”.

Les saludó y se fue. Pero primero agarró un café de la máquina. Bajando por las escaleras, se encontró con ese chico, sonriéndole. “¿Me ha... estado esperando?”

-          Hola, Hiroshi... ¿qué les has dicho? Por cierto, ¿de qué parte te viene el inglés?

Se quedó un poco a cuadros. Se aclaró la garganta. No supo porqué, pero, le dijo la verdad.

-          Les he dicho que me lo pensaría, para ser educado. Pero yo no quiero ser profesor de una academia de snobs. Soy bastante... casual, no me gustan estas cosas. Mi acento es americano.

Hiro rió, con una risa contagiosa. Esos ojos no paraban de mirarle y aquello le hacía sentirse un poco intranquilo. ¿Qué es lo que quería, realmente?

-          Mh, interesante. Nunca he estado en América.

-          Yo tampoco...

Hiro se quedó con los ojos abiertos. Hiroshi le aclaró, aunque no tenía porque explicarle su historia a ese completo desconocido.

-          Mi madre me enseñaba, viendo programas de televisión, hablando con ella... leyéndome cuentos. La radio. Mi padre siempre hacía muchas conferencias odontológicas en inglés, y preparaba sus discursos en casa, mientras le corregíamos.

El albino le sonrió, complacido por esa respuesta tan personal.

-          Por cierto, perdón por lo de arriba, cuando dijiste lo del albinismo. No he sabido cómo reaccionar. La verdad, es que, no había visto a nadie con tus ojos... ¿son de verdad?

“Dios mío, estoy empeorándolo”. Se quitó la gorra, para que pudiera verle mejor. Acercándosele, demasiado.

-          Aha, claro... míralos, si quieres, no te cortes. Los tuyos son... mh... – sus respiraciones casi se cortaban y Hiroshi sintió como si el corazón se le parara- Vaya, ¡grises! ¿También son naturales?

Hiroshi malinterpretó aquello, pues era obvio que no veía bien, pero... sin quererlo, le besó, lentamente. Ambos cerraron los ojos al sentirse. La respiración se les aceleró demasiado, al sentir como bajaba gente, Hiroshi se fue. Totalmente... descontrolado. Como si corazón se hubiese parado por un momento.

-          Esto, lo siento... pensaba que te me estabas insinuando y... tú... ehm...

Sin mirar atrás se fue, al ver la cara de sorpresa de ese chico de ojos morados hipnotizantes. Pero el chico, a pesar de no esperárselo, le dijo algo que ni él mismo podía creerse:

-          Nos vemos en el viaje, Hiroshi. Y no te preocupes.

“¿¡QUE NO ME PREOCUPE!?”

Tan solo quería huir y no volver a ver a ese chico nunca más.

¿¡Qué es lo que acababa de hacer?! ¡¡Ni siquiera era gay!!

“¡¡NO VOY A IR A NINGÚN VIAJE!! NO PUEDO VOLVERLO A VER!!”

¿Intentaba ser mi amigo o algo más?

Esos ojos... eran culpa de esos ojos...

*****

Cuando volvió del trabajo, se encontró a alguien muy grande en su puerta. De inmediato, ese hombre tan grande y de voz grave le sonrió, un poco más amable que en la clase de hacía ya una semana.

-          Veo que ha cancelado el viaje. Vengo a disculparme. Soy el director de la academia y me siento muy mal, por esa falta de profesionalidad; supongo que me dejé llevar. Espero que no fuera culpa nuestra sobre esta decisión. Sea cuál sea tu respuesta, se merece el viaje. Oh, perdona, llámame ... Takumi, sin formalismos japoneses.

“No, no... por favor”. Esa voz tan grave le daba escalofríos. Era una persona muy alta, con unas facciones serias. Como si fuera un Yakuza. Daba un poco de miedo, pero... cuando se ponía amable parecía un poco más accesible y... hasta buena persona.

-          No, es que... me he sobresaturado un poco en la empresa en la que trabajo. Están a punto de echar a gente y no quiero que por cualquier tontería me echen. Está cerca y... bueno, me gusta el ambiente. Tengo compañeros ahí.

Takumi alzó la voz.

-          También está cerca nuestra academia de su casa. Y le juro que somos muy profesionales y buenas personas. Sé que tal vez piense que somos unos esturados, por tratar temas tan “académicos”, pero también hacemos nuestras fiestas y bromas. Es un ambiente muy divertido.

“Sí... cualquiera, al verte, lo diría”, pensó Hiroshi. ¿Por qué insistía tanto? ¿Habría ido a casa del... chico, también? Hiro... “Arg, maldita sea... no puedo ir al viaje. Me moriría de vergüenza. Soy un maldito pederasta: ¡es un menor!”.

-          Bueno, es que... – mintió- ... tengo pensado... ahorrar un poco para pedirle matrimonio a mi novia y... – “¿¡WAHT THE FUCK!? ¡¡no, no, NO!!

Takumi sonrió. Con esa voz imponente, que daba a entender de todo, menos súplica.

-          Le pagaríamos bien. Podrías mudarte a un piso más grande.

“DÉJAME EN PAZ, PESADO”. Finalmente Takumi entendió que no quería hablar de ello, justamente después del trabajo.

-          Sea como sea, si decide cambiar de opinión, aquí está mi número. El señorito Hiro ha dicho que si tú accedieras, él también se uniría a nosotros. Es por eso que, creo que es una oportunidad para todos. Pero no quiero ser pesado. Tampoco quiero entrometerme en sus vidas. Cada uno elige lo que quiere en la vida.

“¿Qué...? ¿Por qué ese joven había?”.

-          ¡VALE!

Takumi se giró, a medio andar del ascensor. Su sonrisa se amplió. No se lo podía creer. “¿Por qué de repente, quiero... aceptar?”. El hecho de que esas personas le vinieran y le necesitaran, era algo que... hacía mucho tiempo que no sentía. Ese ser, que se veía tan testaduro, o incluso ese hombre, Takumi, que parecía tan orgulloso y recto... querían que él se les uniera. Se sentía respetado. Como jamás. ¿Era aquel orgullo el que su padre quería que sintiera?

-          Pero... no creo que pueda ir al viaje. Hazme el contrato. ¿Indefinido? No me iré de la empresa por nada. Estamos en tiempos difíciles.

-          Lo entiendo, señor. Tranquilo. Tendrá el contrato para año nuevo. Mientras, puede seguir con su vida. Aunque, tengo que decirle, que en navidad, Londres está precioso, y nos alegraría mucho que viniera, para empezar a “conectar” con nuestro equipo.

Takeshi se despidió.

-          Creo que Hiro se ha encaprichado de usted. Ambos son bastante parecidos. Lo había tenido en mi clase de inglés, en la universidad, cuando tenía 12 años. Es un genio.

-          Debe ser sólo por el físico, porque yo soy alguien completamente normal.

Miró esa sonrisa extraña. Takumi le miraba como si supiera que se hubieran dado un beso. Pero aquello era imposible: ¿o no?

-          Mi hermano... tiene buen ojo, a pesar de estar casi ciego. Si quieres llamarle a él, ambos vivimos en la misma casa. No te cortes. Por cierto, nos acabamos de mudar. – le sonrió, pícaramente, señalándole la puerta de justo en frente- Estamos en este mismo piso. Un día de estos podemos invitaros a cenar, a ti y a tu novia. No sé porqué Hiro no quiere venir, con lo poco vergonzoso que es, pero... te da saludos de su parte. Qué casualidad que vivamos en el mismo bloque... pero bueno, ya sabes, vivíamos un poco lejos de la academia. Y estos, están baratos. Aunque no son ninguna maravilla, desde luego. ¿Tú también te congelas por las noches?

Las piernas le empezaron a temblar. ¿¡Estaban... frente a él!? Hiro... y... y...

-          Bueno, es que... mi pareja está terminando sus estudios fuera. Son unos años que lo sobrellevamos a distancia y... - ¿¡POR QUÉ TENGO QUE MENTIR?!”- Y vivo solo. Sí, hace un poco de frío, pero NADA que no pueda hacer un kotatsu eléctrico, para sobrellevarlo. En la habitación tengo un radiador eléctrico. Y como tampoco es que sea una casa muy grande... bueno, pues... buenas noches, ya nos veremos.

Takumi le miró, como si tuviera una oportunidad para algo que no entendía. Sonriendo.

-          Debe ser duro tener una relación a distancia... yo también tuve una, una vez.

-          Ohm, sí...

-          Buenas noches...

-          ¡Buenas noches!

Cerró la puerta y vio como entraba justo en el piso de enfrente, lleno de cajas. Ese debía ser el ruido de esa mañana. “Madre mía... madre mía...”. ¿Por qué de repente decir que no tenía novia y que era un hombre que no creía en las parejas o las relaciones, le sentaba mal?

Esos hombres le hacían perder los estribos. Entre el blanco... y los ojos violetas... y la altura imponente y la voz gravísima, no sabía cómo comportarse. Nunca había conocido a tipos así.

-          Estoy loco...

Como siguiera así, acabaría dándole razón a su padre. “OH, NO... ESTO NO SUCEDERÁ”. Era un simple calentón. O... confusión. ¿¡Admiración!? Pero conocía bien ese sentimiento. Ya se había enamorado otras veces. “SÍ, PERO DE CHICAS”. Chicas que luego le aburrían o no le excitaban lo suficiente.

Rememoró el beso con ese joven. “Tengo que... aclarar las cosas, no me gusta... ser un cobarde y no expresar mis temores”. Claro que sí. Aún no era muy tarde. Después de una ducha iría a hablar con ese albino. Seguro que... así se sentirían menos incómodos.

******

-          Bueno, tampoco es que haya traicionado mis principios. Tener un buen trabajo me dejará más tiempo para ser feliz. Salir con amigos, tener más hobbies...

Pero la sensación de que papá estaba empezando a controlar su vida... le invadía.

-          Tampoco es que quiera demostrar a un público enorme que soy el mejor en algo. Esto es... de estúpidos. Yo no soy mejor que nadie... es solo que, bueno, si soy bueno en esto... pues...

Con el calor del baño se relajó. Sus cansados brazos, después de tanto usar el prehistórico fax y escribir millones de anotaciones a mano, le dolían. “Bueno, igualmente... ya empezaba a cansarme. Podremos quedar igualmente, con los compañeros, en fiestas”. El dolor de las muelas le hizo regresar. Mañana tendría lo operación. Hoy era el último día de trabajo. Y probablemente el último. Aquello, le hizo relajarse más. Su mente... se despejó.

-          Supongo que Hiro entenderá que... fue un error.  ¿Se lo habrá... contado a... ese hombre? – “con lo serio que es... seguramente, me partiría las piernas si lo supiera”.

Tragó saliva. Puso su cabeza en el agua.

Hiroshi se había quedado sorprendido cuando le había dicho que ese joven y él eran hermanos. No tenían la pinta. Takumi era completamente japonés. Grande. Serio. Su japonés, sorprendentemente, era más tosco que su inglés. Y Hiro... ese chico de ojos... violeta... era...

-          Es un crío, joder... ¿cómo pude hacerle esto? ¿¡17 años!?

Él tenía 24 años.  Ni siquiera le gustaban las chicas uno o dos años más jóvenes que él, siempre las prefería maduras. Guapas, sí, pero maduras... inteligentes, sensibles. Y ese... joven era... ¿¡cómo era?! ¡¡ES QUE NI SIQUIERA LO CONOCÍA Y NO PODÍA QUITARSE SUS OJOS O SU CARA!! Cuando lo había encontrado en la escalera, mirándolo de esa forma... creía que lo hacía porque se sentía atraído por él. Conocía esa mirada. Pero tal vez, sus ojos violeta...

-          Quizás es que hace demasiado que no tengo sexo...

Pero es que apenas sentía ganas. Aunque, ese jovencito, era... casi, como un muñeco. Era hermoso. Esa piel tan blanca, su pelo... le había entrado un calentón, realmente.

-          Nos llevamos 7 años, por dios... ¿ ya ha ido a la universidad? ¿A los 12? ¿Qué tipo de... persona aguantaría los ingresos de examen a esa edad? Él ni se había presentado.

“¿Pero no decía que ninguno de los dos no teníamos estudios superiores?”

Tal vez había ido como oyente.

 

****

Finalmente había optado por quedarse en su piso. Decidió irse mucho más temprano de la hora de su operación. Y su padre se sorprendió.

-          ¡¡Hijo!! Vaya, y yo que creía que vendrías apurado de tiempo. Quédate conmigo, ten. Ponte la bata. Así verás como trabaja tu padre, como de costumbre. Hoy me he quedado sin ayudantes. Como es fiesta...

Hiroshi le sonrió y se alegró de recibir ese cálido abrazo. Hacía tiempo que no le veía tan contento. Así que se animó.

-          Papá, van a ofrecerme... este año nuevo, un contrato como profesor de inglés. Dicen que les encantaría que alguien bilingüe como yo diera clases.

Al padre lo abrazó.

-          ¡¡MENOS MAL QUE ME LO HAS DICHO ANTES DE QUE TE OPERE!! Jjajaja, ¡¡felicidades, hijo mío!!

“¿Pero... por qué? No es nada especial. Es algo que sé desde pequeñito.”

Trabajar muchas horas en trabajos que la gente odiaba... le hacía sentirse realizado.

-          Mh... gracias papá. Sin ti, seguramente... no me habría animado.

 

Mentía. Mientras recordaba esos ojos violáceos.

La sola idea de pensar que volvería a verle después de aquello...

Le hacía sentirse vivo... como nunca.

A la vez que... idiota.

Notas finales:

chan chan... continuará... (sigo estudiando) xDDD  ¡¡FELIZ NAVIDAD! jo jo jou...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).